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El feminismo Latinoamericano como

agente regional en el diálogo internacional


sobre los derechos humanos
María Silvana Sciortino
27 años - Argentina
MENCIÓN

“Mi postura siempre fue así, de pelear y luchar contra los poderes políticos, no pelearnos entre nosotro(a)s. Todas estas mujeres blancas que están a
nuestra par, las fortalezco y les pido desde mi profundo sentimiento indígena que se esfuercen y nos acompañen por más que no tengamos la misma
cultura. Pero necesitamos de ustedes para seguir esta lucha. Porque nosotro(a)s no podemos solas, seamos sinceras (…)1“

La construcción y la defensa de los El objetivo del siguiente ensayo con-


derechos de las mujeres ha impli- siste en reflexionar sobre la
cado una crítica transformadora al implementación de los derechos hu-
contexto más amplio de los dere- manos de las mujeres en contextos
chos humanos. Uno de los traba- culturales diversos. De esta mane-
jos centrales del siglo XX que cues- ra, construir una crítica feminista que,
tiona el universal como categoría junto a la denuncia al androcentrismo
monolítica y excluyente de gran constitutivo de los derechos huma-
parte de la población humana es El nos, permanezca alerta también al
Segundo Sexo. Su autora Simone carácter etnocéntrico de determina-
de Beauvoir, analiza la forma en das formulaciones normativas. Pun-
que la mujer es definida por el va- tualmente una pregunta atraviesa
rón en relación a él y no en sí mis- este trabajo, la misma es retomada
ma como un ser autónomo. La hu- de la compilación "Derechos Huma-
manidad, sostiene Beauvoir, es nos de la mujer. Perspectivas nacio-
masculina. En sus palabras: “La nales e internacionales". Rebecca
mujer se determina y se diferencia Cook, que en el capítulo primero,
con relación al hombre [=varón], y transcribe uno de los tantos ejes que
no éste con relación a ella, la mu- Willie Bester conforman el debate respecto a los
jer es lo inesencial frente a lo esen- derechos internacionales. El
cial. Él es el Sujeto, él es lo Abso- el todo. Se habla en nombre de toda la humanidad al mismo tiempo que se cuestionamiento es el siguiente,
luto, ella lo Otro.” (de Beauvoir. deja fuera de dicho concepto a la mitad de los seres humanos que realmente “¿Cómo legitimar los derechos huma-
2005:18) Esta Humanidad mascu- la conforman. Este tipo de señalamientos, en el marco del reclamo de dere- nos en sociedades radicalmente dis-
lina, este Sujeto universal del cual chos, ya habían sido formulados por pensadoras como Olimpia De Gouges tintas sin sucumbir ya sea al univer-
las mujeres son excluidas, expre- en “La Declaración de los Derechos de la mujer y de la Ciudadana” (1791) o en salismo o a la parálisis del relativismo
sa una falacia conocida con el nom- la “Vindicación de los derechos de la Mujer” de Mary Wollstonecraft (1792). El cultural?” (Cook, R 1997:7) La discu-
bre de pars pro toto. Esto ocurre carácter sexista y etnocéntrico del universal ha sido y viene siendo uno de sión que pretendo presentar a conti-
cuando una parte se hace pasar por los debates centrales en la revisión de los derechos humanos. nuación despliega esta pregunta.

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En primer lugar, el trabajo presenta una propuesta cia, que trabajado cautelosamente permite evitar
para la implementación de los derechos humanos políticas etnocéntricas que tiendan a destruir la ri-
en contextos culturalmente diversos. La misma queza que aporta la multiplicidad de visiones del
apuesta a la revisión del sistema normativo inter- mundo. El peligro es el borde filoso que amenaza
nacional a partir del diálogo entre agentes locales con la caída en un relativismo cultural, que oculto
y regionales. Feministas de diferentes regiones tras la máscara de la aceptación de lo diverso y el
vienen dialogando y trabajando en la consolida- respeto a la multiculturalidad, avala la reproducción
ción de los derechos humanos de las mujeres. de ciertas prácticas que se interponen al marco más
amplio de respeto de los derechos humanos.
Muchos han sido los avances. Desde mi punto de
vista, uno de los desafíos emergentes consiste An-Na’im define a la cultura como fuente primaria
en articular la crítica feminista en un diálogo de los sistemas normativos y como contexto en
intercultural. Para lo cual, como sostengo a conti- el cual tales normas se interpretan e implementan.
nuación, el feminismo latinoamericano en tanto En este sentido la discusión en torno a la legitimi-
que agente regional, debería fomentar los deba- dad cultural de los derechos internacionales es
tes locales entre mujeres de culturas diversas. fundamental para la implementación práctica de
De esta forma, reformular aspectos del sistema un régimen dado de derechos humanos. En una
normativo internacional que continúan excluyen- gran cantidad de culturas esto implica el encuen- ¿Cómo lograrlo?, el autor propone lo que denomi-
do y silenciando a diversos sectores de mujeres. tro de dos sistemas normativos, uno de los cua- na “discurso interno”, es decir en el marco de cada
les en muchos sentidos puede ser inconsistente cultura y el “diálogo intercultural”, entre las distin-
En segundo lugar, el ensayo resalta la necesidad con los valores culturales e institucionales parti- tas tradiciones culturales del mundo. Por medio
de interacción continua entre las formulaciones culares de esta cultura. del discurso interno los proponentes de un dere-
normativas internacionales y los denominados cho humano internacionalmente reconocido bus-
derechos consuetudinarios. Siempre y cuando El autor propone que el sistema actual de normas can justificar y legitimar ese derecho en términos
estos últimos sean sometidos a la crítica feminis- de derechos humanos internacionalmente recono- de su propia cultura. Este discurso puede explo-
ta, la cual propondré debe construirse desde una cido debería aplicarse en todo el mundo, siendo rar caminos para confrontar y desacreditar las
alianza que contenga y refleje la diversidad de aceptado como legítimo por las principales tradi- prácticas discriminatorias. A la par de estos de-
prácticas y cosmovisiones propias de las muje- ciones culturales del mundo. Ahora bien, cómo bates internos, existe una dimensión externa del
res latinoamericanas. avanzar en la aspiración de un sistema interna- proceso, los actores exteriores pueden influir so-
cional que logre legitimidad cultural universal. Para bre el proceso de discurso interno a través del
Concretamente, ambas cuestiones serán referidas el autor únicamente puede estar fundamentado en diálogo intercultural. “Sin embargo, es crucial que
a las tareas de investigación que desempeño como un “consenso” moral y político “entrecruzado” con el apoyo y la influencia externa se den en formas
becaria de investigación; pero también a los lazos las principales tradiciones culturales del mundo. que no menoscaben sino que fortalezcan la inte-
que el activismo me ha permitido tejer con feminis- “[…] la relación entre la cultura local y las normas gridad y eficacia del discurso interno.” (An-Na’im,
tas y mujeres indígenas. Ellas son las protagonis- internacionales de derechos humanos debe ser A. A. 1997:179)
tas. Mi intención es aportar una mirada actual del percibida como un esfuerzo global, genuino y re-
estado de vinculación que se viene dando entre cíproco”. (An-Na’im, A. A. 1997:174) Abdulahi An-Na’im reflexiona en torno a la res-
las feministas y las referentes indígenas en mi país. ponsabilidad del Estado de lograr que su derecho
Un camino posible consistiría, según An-Na’im, en y sus prácticas internas correspondan con sus
El consenso entre culturas como partir del sistema internacional de derecho e insti-
tuciones de derechos humanos que ya dispone-
obligaciones según el derecho internacional de
proteger y promover los derechos humanos. “Aún
garante de los derechos de las mujeres mos. Desde ahí, apuntar hacia la búsqueda de le- suponiendo la existencia de la obligación (del Es-
gitimidad y afianzamiento de las normas de este tado] de erradicar estas prácticas con base en los
El interés en este trabajo, siguiendo a Abdulahi An- sistema ya establecido, al interior de la variedad derechos humanos internacionalmente reconoci-
Na’im, consiste en dar un paso adelante en la com- de tradiciones culturales del mundo. “En otras pa- dos, pueden presentarse problemas de
prensión formalista de las obligaciones jurídicas in- labras, las normas del sistema internacional deben implementación. (…) Incluso si existe la volun-
ternacionales, con el fin de buscar consenso y com- ser validadas en términos de los valores e institu- tad política de actuar, puede no ser fácil para un
promiso en la revisión e implementación de los de- ciones de cada cultura, y también en términos de gobierno ejercer influencia sobre las raíces
rechos humanos. El reconocimiento político de la los valores que son compartidos o similares entre socioculturales de estas prácticas.” (An-Na’im, A.
diversidad cultural es un avance de suma importan- todas las culturas.” (An-Na’im, A. A. 1997:175) A 1997:171)

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La lógica subyacente de las leyes internas puede Ciertamente acuerdo con An-Na’im sobre la nece-
ser lo suficientemente fuerte como para eliminar sidad de transformar las leyes internas que no
o negar los esfuerzos del Estado por cambiar o correspondan o no permitan la implementación de
reglamentar las prácticas consuetudinarias en los derechos humanos internacionales y en parti-
cuestión. Es hacia esta lógica que debe apuntar cular los de las mujeres. De la misma manera,
la construcción de un discurso interno cuyo obje- creo necesario destacar que en muchas oportuni-
tivo sea lograr la correspondencia del sistema dades los derechos consuetudinarios pueden fun-
normativo internacional con las leyes a nivel lo- cionar como herramientas de evaluación y
cal. Si no hay un cambio en ese sentido, por más reformulación de los derechos humanos. Es de-
que desde el Estado se lleven adelante políticas cir, como controles ante formulaciones normati-
que se dirijan a lograr correspondencia con el de- vas etnocéntricas en el marco de la construcción
recho internacional, las prácticas religiosas o con- de los derechos humanos.
suetudinarias pueden persistir extraoficialmente.
Antes de continuar, considero acertado ofrecer una
En contextos reticentes a respetar los derechos definición de derecho consuetudinario. Siguiendo
de las mujeres, es de suma necesidad la ejecu- a Xavier Albó, se entienden las normas y las prác-
ción de estrategias para la legitimación cultural ticas basadas en los “usos y costumbres” propios
de los mismos. La propuesta de An-Na’im sobre de cada pueblo y cultura en un lugar y momento
la implementación de un discurso interno podría dado. (Albó, X 2000:1) Entre los caracteres cons-
ser, en mi opinión, un camino propicio. El esfuer- titutivos se reconoce, su flexibilidad en el tiempo
zo por cambiar las leyes religiosas y consuetudi- y espacio y su permanente apertura a influencias Las feministas se ocupan intensamente de denun-
narias de conformidad con el derecho internacio- ajenas. La oralidad es la base de la plasticidad y ciar las prácticas culturales que violan los dere-
nal de los derechos humanos debe buscar per- adaptabilidad permanente de todo el sistema. A chos de las mujeres. Siempre en la búsqueda de
suadir a la gente de la validez y utilidad del cam- diferencia del derecho positivo, el consuetudina- que los derechos humanos de las mismas sean
bio. "Esa persuasión debe estar fundamentada en rio, no es una norma fija de carácter definitivo que garantizados. En este camino la crítica feminista
una comprensión completa y realista de la lógica exige un pesado procedimiento para ser modifica- debería fortalecerse con el trabajo en contextos
o autoridad de estas leyes." (An-Na’im, A. do. Este aspecto lo distancia, en mi opinión, posi- locales. Un marco metodológico válido para con-
1997:177) tivamente del derecho oficial. La flexibilidad y la seguirlo podría ser, lo que en Antropología se de-
apertura del derecho consuetudinario pueden fa- nomina, “trabajo etnográfico”. Creo que esta expe-
El Estado debería propiciar el discurso interno, cilitar el proceso de articulación entre derecho ju- riencia permitiría la empatía entre mujeres de cul-
siendo él mismo un agente que inste por la trans- rídico y consuetudinario en el sentido que apor- turas diversas. Vínculos de este tipo abren el diá-
formación de leyes internas que violen los dere- tan, a un sistema rígido y reacio al cambio, sus logo en pos de la construcción de instrumentos
chos humanos. En palabras de Rita Segato, el rol estrategias y mecanismos volviéndolo más diná- garantes de los derechos de las mujeres a partir de
del Estado tendrá que ser el de supervisar, me- mico. mecanismos establecidos directamente por ellas.
diar e interceder para garantizar que el proceso
interno de deliberación pueda ocurrir libremente, Xavier Albó remarca también que el derecho con- Precisamente, el trabajo conjunto en contextos
sin abuso por parte de los sectores más podero- suetudinario no es automáticamente equitativo, culturales concretos facilita el reconocimiento de
sos de la sociedad. (Segato, R 2007:10) Pensar sobre todo resalta el sesgo que suele reflejar a los derechos que son particularmente violados en
el Estado como un “meta-agente” del discurso in- favor de los varones, “(…) particularmente en toda esa localidad. Pero también permite hacer visible
terno, que reúna distintos tipos de movimientos, la esfera de la actividad pública, desde la asam- dinámicas normativas internas de la comunidad,
organizaciones, comunidades, pueblos en conti- blea comunal o intercomunal hasta los mecanis- las cuales pueden convertirse en mecanismos de
nuo diálogo, implica repensar la conformación mos de representación hacia afuera”. (Albó, X. control del cumplimiento de derechos. De esta ma-
misma del Estado. El movimiento feminista en 1998:7) El androcentrismo, es una dolencia com- nera, se aprovecha el conocimiento que las muje-
América Latina, vertebrado por distintos partida con los sistemas normativos internacio- res poseen de las leyes internas de sus comuni-
posicionamientos, es un agente indispensable para nales. En mi opinión, esta deficiencia compartida dades evitando imposiciones normativas. El mis-
conformar el tipo de diálogo que propone An-Na’im. por ambos sistemas normativos podría ser mo sistema de normas comunal actuaría como
En especial, para revisar las tensiones que sue- resignificada en trabajo conjunto entre los agen- fuente primaria desde donde pensar las solucio-
len establecerse entre los derechos de las muje- tes locales y globales respecto a la implementación nes; y como órgano al cual apelar, por lo menos
res y los derechos culturales. y garantía de los derechos de las mujeres. en primera instancia. Si este tipo de debates en-

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tre mujeres puede establecerse positivamente, el Para analizar los derechos culturales y políticos de comienzan actuar a partir de la misma. Al definirse
mismo deviene en consenso cultural sobre las re- los pueblos indígenas, acordando con Rosalva Aída la figura de referente indígena se sostiene una
visiones, modificaciones en el sistema normativo Hernández y María Teresa Sierra, es indispensa- categoría política, en el sentido de asumir su “his-
interno en pos de la correspondencia con el dere- ble la introducción de la perspectiva de género. Pero toria” indígena y reafirmarla en tanto modo de ac-
cho internacional de las mujeres. a su vez, para evitar caer en posicionamientos ción política. Se exalta la diferencia sobre la que
etnocéntricos, las autoras recomiendan no asumir se conforma una identidad constitutiva que exige
Un primer paso: el diálogo entre a priori definiciones de igualdad y desigualdad de
género en las sociedades indígenas sin conocer el
reconocimiento. Este tipo de reivindicaciones (cul-
turales) suelen entenderse en el marco de las “Po-
feministas y mujeres de los contexto histórico y cultural en el que se constru- líticas de la Identidad”. En el feminismo esta no-
yen las identidades femeninas y masculinas. El ción se recoge inicialmente en un manifiesto del
Pueblos originarios compromiso de pensar el género desde la diversi- feminismo negro de Estados Unidos en 1977, en
dad cultural desafiando las versiones etnocéntricas el cual la identidad “negra” se construye como el
La diversidad como derecho humano ha reubicado universalistas así como los particularismos cultu- punto de referencia político que permitió a las
a la cultura como emblema del reconocimiento rales es una tarea central para garantizar los dere- mujeres negras reunirse y denunciar al propio fe-
político. En este sentido, los Pueblos indígenas chos humanos y en especial los de las mujeres. minismo por continuar manteniéndolas en un es-
se vuelven sujetos del derecho internacional, esta pacio de subordinación y de negación de la pala-
situación puede entenderse acompañada en sus Las autoras remarcan la urgencia de avanzar en bra (Leciñana Blanchard, 2006:130) Las mujeres
inicios, de sucesos tales como la aprobación del una agenda de las diversidades que vincule las negras enuncian una fuerte crítica a la supuesta
Convenio 169 de la OIT en 1989; la preparación demandas de género de las mujeres indígenas con “sororidad” planteada entre las mujeres feminis-
del Borrador de la Declaración Universal de los las demandas de los pueblos indígenas y con una tas: “Cuando participé en grupos feministas, des-
Derechos Indígenas de las Naciones Unidas y otros visión pluralista del Estado y del derecho. Las de- cubrí que las mujeres blancas adoptaban una ac-
marcos legales que acompañan las movilizaciones mandas de las mujeres indígenas no pueden com- titud condescendiente hacia mí y hacia otras par-
y demandas indígenas a nivel global. (Briones, C. prenderse fuera del marco de las luchas de sus ticipantes no blancas. (…) No nos trataban como
2005:14) La diversidad se convierte en un elemento pueblos por la autonomía. “En este sentido, la dis- iguales. Y aunque esperaban que les proporcio-
a gestionar dando lugar a una gran variedad de puta de los pueblos por sus identidades y sus de- náramos relatos de primera mano sobre la expe-
organismos internacionales, ONG, agencias rechos políticos ante el Estado se corresponde riencia negra, sentían que a ellas les tocaba deci-
multilaterales, las cuales han adquirido prota- de alguna manera con la lucha de las mujeres in- dir si esas experiencias eran auténticas” (bell
gonismo en las luchas por el reconocimiento cul- dígenas ante sus hombres en el marco de sus hooks, 1984, citado en Leciñana Blanchard,
tural. El espacio de disputa excede el plano na- comunidades.” (Hernández, R.; Sierra, M.T. 2006:130-131). Este tipo de declaración develó
cional, las alianzas entre comunidades indígenas 2005:12) relaciones de desigualdad dentro del mismo femi-
alcanzan dimensiones supra-nacionales.
La reflexión sobre vínculos y conexiones entre
La irrupción de los Pueblos indígenas en el es- mujeres, concretamente entre mujeres de los Pue-
pacio público es el telón de fondo que permite blos originarios y feministas en Argentina, es una
analizar el papel protagónico que algunas de las de las temáticas principales que atraviesa mis in-
mujeres o grupos de mujeres indígenas, han to- vestigaciones de posgrado. El objetivo consiste en
mado como referentes dentro de los movimien- analizar el posicionamiento de las mujeres indíge-
tos etnopolíticos en América Latina. La manera nas en pos de la reivindicación de sus derechos
en que estas mujeres se han organizado toma como mujeres y como miembros de sus grupos
diferentes formas: ya sea a nivel de alianzas étnicos. La especificidad de la problemática deviene
supra-nacionales tales como el Enlace Conti- al intentar comprender las luchas por el reconoci-
nental de Mujeres Indígenas; a nivel nacional (ta- miento cultural, teniendo en cuenta los procesos
ller Mujeres y Pueblos Originarios en el marco que han llevado a la afirmación de las mujeres indí-
de los Encuentros Nacionales de Mujeres); a ni- genas como referentes de sus comunidades.
vel provincial (Encuentro Provincial de Mujeres
Indígenas, Jujuy, 2006); a nivel panétnico (Gru- En este espacio de disputa, ellas comienzan a
pos de mujeres integrantes de La Organización ocupar las arenas de lo público como sujetos de
de Naciones y Pueblos Indígenas en Argentina- derecho en tanto mujeres indígenas. Las mismas
ONPIA-) han asumido políticamente su “parte indígena” y

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nismo; exigiendo un reconocimiento en tanto mu- participar del debate interno. En mi opinión, una
jeres y negras y haciendo explícita la urgencia de forma efectiva de construir lazos entre feministas
ser escuchadas al margen de una mirada y mujeres indígenas, conlleva el reconocimiento
“paternalista” y del exotismo con el que eran con- de la historicidad que posiciona de manera dife-
sideradas. rente a un grupo particular dentro de la totalidad
del movimiento de mujeres, haciendo posible en-
En este ejemplo se hace visible cómo la noción tender sus objetivos y estrategias políticas. Si se
de identidad fue tomada en un sentido fuerte logra una conciencia histórica (por parte de las
(Femenías, 2007:103). Es decir, “lo negro” se toma indígenas y las no indígenas) de las trayectorias
como un rasgo que identifica a un grupo a partir múltiples que nos caracterizan y el respeto a un
de una historia de colonización y esclavitud com- pasado que condiciona accionares a veces no
partida. De esta manera la identidad política se comprensibles por otros sectores de mujeres, es
construye ante un sufrimiento compartido y un posible que la dicotomía mujer indígena - mujer
posicionamiento positivo que intenta confrontar las blanca llegue en algún momento a atenuar la ten-
estructuras que los/as circunscriben en tanto ex- sión persistente. Esto implicaría un gran avance
cluidos/as. Para ciertas minorías las Políticas de en los procesos de concienciación de cada grupo
la Identidad han abierto un espacio de cohesión y y del movimiento de mujeres en general.
afirmación política de relevancia, que les ha dado
la posibilidad de representación. Ochy Curiel Como propuse en un trabajo anterior, el camino a
retoma una frase de bell hooks que ejemplifica Nacional de Mujeres realizado en el 2002 una de seguir debería dirigirse hacia la construcción de
esta idea: “Dada la omnipotencia de una política las mujeres sostuvo: “Nuestra cultura es nuestra una nueva sororidad que involucre el reconocimien-
supremacista blanca, cuyo objetivo consiste en arma”. El peso de esta afirmación es fundamen- to de las múltiples “situaciones” desde donde las
impedir la formación de una subjetividad negra tal para entender la estrategia afirmativa de los mujeres proyectan su libertad. Es decir el marco
radical, no podemos menospreciar las políticas pueblos indígenas. La precaución debe ser en el objetivo donde se ejerce la libertad. El concepto
de identidad” (hooks en Curiel, 2003). sentido de controlar que ese “arma” no funcione de situación como fue definido por Simone de
como una amenaza y una restricción para las Beauvoir debe ser pensado ya no sólo en la rela-
Las mujeres indígenas en Argentina, más allá de mujeres, que les impida la agencia, la resisten- ción entre varones y mujeres sino dentro del co-
la pertenencia étnica particular, se identifican en cia a las fuerzas conservadoras de sus respetivas lectivo de mujeres. De esta manera es posible
tanto miembros de los Pueblos originarios. Esta etnias. una mejor comprensión de la particularidad del pro-
adscripción reúne a sus pueblos, víctimas de uno yecto de las mujeres indígenas (o de cualquier
de los primeros genocidios del mundo, los que A partir de la participación en encuentros, talle- otro sector dentro del movimiento). Coincidiendo
continuaron sufriendo la dominación tanto en res, reuniones de mujeres indígenas y del inter- con Simone de Beauvoir: “Para la mujer no hay
tiempo de la colonia como durante la constitu- cambio de perspectivas a través de entrevistas, más salida que trabajar por su liberación”, esa li-
ción de los Estados-Nación. Estas “no apropia- es posible destacar la distancia que algunas mu- beración sólo puede ser colectiva (Beauvoir, S.
das otras” se constituyen en un sujeto colectivo jeres indígenas y organizaciones de mujeres indí- de, 1954: 466); y en mi opinión debe conllevar la
que emerge a partir de un proceso de lucha y de genas resaltan entre ellas y las agrupaciones fe- apuesta hacia un diálogo intercultural.
interpretación, de reescritura del propio yo (de ministas. Si, siguiendo a Abdulahi An-Na’im, un
camino propicio para la constitución de un siste-
Lauretis, T., 1993:106). La identidad construida
como “mujeres de los pueblos originarios” es un ma normativo internacional que contemple las di- A modo de conclusión
producto de la experiencia histórica específica versidades culturales de las mujeres implicaría el
del racismo y se ha desarrollado a partir de la debate intercultural; el desentendimiento que por La propuesta de procedimientos concretos para
comprensión de la necesidad política y personal momento pareciera existir entre feministas y refe- tejer una red de localidades en diálogo, compar-
de conformar una comunidad a pesar de las ten- rentes indígenas tendría que comenzar a tiendo el objetivo de construir un sistema normati-
siones, en contradicción incluso con los propios distenderse. vo universal cada vez más inclusivo, excede este
valores étnicos y familiares. Ellas son parte de trabajo. Pero en términos generales queda plan-
movimientos etno-políticos desde los cuales Uno de los primeros pasos a dar en la consolida- teada la apuesta por el debate interno entre co-
cuestionan la hegemonía del poder, “lo indígena” ción de este tipo de alianzas requiere reconocer munidades para avanzar hacia un diálogo
se resuelve como la prioridad política. En el ta- los posicionamientos políticos particulares de los intercultural regional. En especial, entre las femi-
ller Mujer y Pueblos Originarios del Encuentro diversos grupos de mujeres que puedan llegar a nistas y las referentes indígenas.

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En algunos contextos, es aún necesario estable- los pensamientos únicos.” (Vargas, V. 2008:14) Bibliografía
cer los canales e identificar los agentes internos, El desafío actual consiste en la consolidación de
- Albó, Xavier “Derecho consuetudinario: posibilida-
esta es la primera instancia de trabajo en algunas una mirada plural y el abandono de paradigmas
des y límites”, XII Congreso Internacional, Derecho
comunidades y regiones. Una vez en este cami- centrados en una única mirada (la cual histórica- Consuetudinario y Pluralismo jurídico Legal: Desa-
no, con las hebras elegidas, las técnicas de tejido mente correspondió a la de Occidente). Este tipo fíos en el Tercer Milenio, Arica, Universidad de Chile
seleccionadas y la materialidad del telar, la red de apuesta en el marco de los derechos humanos y Universidad de Tarapacá, 1998.
global entra en continua formación y extensión. busca abrir el espacio a agentes culturales diver- - An-Na’im, Abdulahi Ahmed, “La responsabilidad del
sos en el debate internacional. Que el universal Estado según el derecho internacional de los Dere-
La reflexión sobre los procesos de trasformación (andamiaje de los derechos humanos) debe chos Humanos frente al cambio del derecho religio-
de las leyes internas debe ir a la par de una eva- revisarse y reformularse se denuncia hace un lar- so y consuetudinario”, en Cook, R. (org.), Derechos
luación de los derechos consuetudinarios que pue- go tiempo, como se sostuvo al comienzo de este humanos de la Mujer. Perspectivas Nacionales e In-
ternacionales de la Mujer, Bogotá, PROFAMILIA,
dan servir de inspiración para modificar el siste- trabajo. En este sentido, la implementación de un
1997.
ma normativo internacional. Antes de establecer sistema internacional de derechos humanos no - Briones, C. (ed.) Cartografías argentinas, Buenos
estrategias de legitimación cultural de los dere- debería implicar el avasallamiento y la destruc- Aires, Antropofagia, 2005.
chos humanos, estos mismos deberían ser plan- ción de leyes y normas culturalmente situadas. - de Beauvoir, S., El Segundo Sexo, Buenos Aires,
teados desde la multiculturalidad. Cuestión que Sudamericana, 2005.
puede ser provechosamente pensada en relación Ciertamente, como se propuso a lo largo del - Chejter, S.; Laudano, C., “Género y movimientos
a las tensiones entre reivindicaciones de género trabajo, del debate entre agentes locales, los sociales”, Mundos Paralelos, Agenda de género
y étnicas. Muchas leyes internas de las culturas derechos consuetudinarios pueden ser revisa- movimientos sociales en Argentina, Chile y Uru-
deben ser revisadas para lograr el cumplimiento dos en pos de lograr correspondencia con el guay, Programa Mujer y Democracia en el
MERCOSUR, Santiago, Edición Carmen Torres,
de los derechos de las mujeres en tanto que uni- sistema internacional. De este modo, las le-
2002, pp. 11-54.
versales. Pero esta tarea no responde a un mode- yes internas de cada cultura no deban ser di- - Cook, Rebecca, “Los Derechos Humanos interna-
lo general aplicable a todos los contextos, sino rectamente abandonadas ya que existe la po- cionales de la mujer: el camino a seguir”, en Cook, R.
que toma la forma de la dinámica propia de cada sibilidad de deliberación intra e inter grupo. Rita (org.), Derechos humanos de la Mujer. Perspectivas
cultura. En el marco local pueden ser considera- Segato lo expresa claramente: “(…) todo pue- Nacionales e Internacionales de la Mujer, Bogotá,
das múltiples maneras de implementación o ga- blo habita en un fluir de los tiempos históricos, PROFAMILIA, 1997.
rantía de derechos que aporten cierto grado de entrelazándose con otros, y todo pueblo con- - Curiel, O. “La lucha política desde las mujeres ante
novedad a un campo que puede encontrarse sa- tiene esa usina de la historia que es el disenso las nuevas formas de racismo. Aproximación al análi-
turado y carente de soluciones. en su interior, de manera que las costumbres sis de estrategias”. Sitio: www.creatividadfeminista.org
- de Laurentis, T., “Sujetos excéntricos: la teoría femi-
son cambiadas en el curso de la deliberación.
nista y la conciencia histórica”, en Cangiano, M.C.;
Un sentir común en el cual solemos encontrarnos No es una tradición lo que constituye un pue- DuBois, L., De mujer a género. Teoría, interpretación
las feministas, más allá de nuestras diferencias blo y sí la deliberación.” (Mi traducción) y práctica feminista en las ciencias sociales, Buenos
teóricas y prácticas, es el azoramiento ante triun- (Segato, R. 2007:11) Aires, Centro Editor de América Latina, 1993, pp.73-
fos que son fagocitados e invertidos por el sistema 113
patriarcal. Lo formal y lo concreto, los derechos y Ya sea que hablemos de tensiones entre el siste- - Femenías, M.L., El género del multiculturalismo,
las vivencias, son dos niveles que para las muje- ma de derecho internacional con el derecho indí- Bernal, UNQui, 2007.
res no suelen corresponderse. Pero también com- gena; o con el derecho de las mujeres indígenas -------------------, “Esbozo de un feminismo latinoame-
partimos el “atrevimiento” de arremeter una y otra o entre los derechos humanos y los derechos de ricano”, Estudos Feministas, Florianópolis, 15(1): 7-
10, janeiro-abril/2007
vez, tomando los resultados paradojales de las lu- las mujeres en general, creo que la construcción
----------------- (comp.) Feminismos de Paris a La Pla-
chas como un continuo aprendizaje político. Apren- de un debate interno debe ser seriamente consi- ta, Buenos Aires, Catálogos, 2006.
dizaje que nos abrió los ojos ante la diversidad cul- derada. Esta vía de diálogo entre los/as principa- -------------------, «El feminismo latinoamericano ante
tural que nos atraviesa y nos conforma como suje- les implicados/as puede ser una herramienta que el desafío de las diferencias», en Debats/76, 2002,
tos. “Enriquece saber que causas comunes de jus- fortalezca la posibilidad de “tomar la palabra” por págs. 56-64
ticia y libertad no necesariamente tienen las mis- parte de sectores, sobre los cuales el derecho in- - Leciñaña Blanchard, Maira, “El desafío de las dife-
mas estrategias, ni los mismos resultados, porque ternacional puede imponerse, acallando dinámi- rencias: teoría feminista latinoamericana, ¿Quién
amplía los límites de lo posible, complejizando las cas locales. La dicotomía “Universal-Particular”, habla y cómo?”, en AAVV, Actas de las VII Jornadas
apuestas feministas en lo global, levantando nue- tiene que ser transformada en una dialéctica don- Nacionales de Historia de las Mujeres; II Congreso
Iberoamericano de Estudios en Género, Salta, Uni-
vas forma de interrogar la realidad y poniendo nue- de el “todo” sea un producto dialogado entre sus
versidad Nacional de Salta, 2004. (en soporte elec-
vamente en cuestión las soluciones universales y partes” trónico)

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----------------------------, “Crisis del sujeto desde el fe- ------------, “Que cada povo trame os fios da sua história: 3 La elección de un marco teórico-metodológico define nues-
minismo filosófico y sus perspectivas en América lati- Em defesa de um Estado restituidor e garantista da tro posicionamiento como investigadoras. El método
na” en, Femenías, M.L. (comp.) Feminismos de Paris deliberação no foro étnico”, texto leído en la Cámara etnográfico permitir establecer un tipo de conocimiento que
se construye correlativamente, es decir desde la confronta-
a La Plata, Buenos Aires, Catálogos, 2006 de Diputados durante la Audiencia Pública realizada
ción con los saberes de otras mujeres. El aporte antropológico
- Hernández Castillo, Rosalía Aída., Sierra, María en 05/09/2007 por la Comisión de Derechos Huma- que implicó la extensión de este método a otras disciplinas,
Teresa, “Repensar los derechos colectivos desde el nos para debatir el Proyecto de Ley nº 1057 de 2007 consistió principalmente en poder correr la mirada etno y
género: Aportes de las mujeres indígenas al debate del Diputado Henrique Afonso sobre a práctica do sociocéntrica del investigador/a hacia estructuras y lógicas
de la autonomía”, en Sánchez, M., La doble mirada: infanticidio en áreas indígenas.http://www.cimi.org.br/ de conocimiento diferentes, que comenzaron a interpelar los
Luchas y experiencias de las mujeres indígenas de pub/publicacoes/1190056936_Rita%20Segato%20- propios conocimientos del investigador/a.
América Latina, México DF, UNIFEM/ILSB, 2005. %20INFANTICIDIO.pdf 4 Claudia Laudano y Silvia Chejter describen los Encuen-
- Hernández Castillo, Rosalía Aída, “Re-pensar el - Suárez Navaz, Liliana; Hernández Castillo Rosalía tros Nacionales de Mujeres como una experiencia mundial
única en su tipo. Los mismos se vienen realizando desde
multiculturalismo desde el género. Las luchas por el Aída (eds.), Descolonizando el feminismo. Teorías y
1986 sin interrupción, en diferentes ciudades del país. El
reconocimiento cultural y los feminismos de la diver- prácticas desde los márgenes, Madrid, Ediciones funcionamiento del encuentro consiste en dos días segui-
sidad”, en revista Feminista La Ventana, Universidad Cátedra, Madrid, 2008. dos de discusión en talleres temáticos, con una coordina-
de Guadalajara. - Vargas, Virginia, “Nuevas formas de participación dora que modera y propicia la participación de las asisten-
- Sciortino, María Silvana, “El reconocimiento y la política y de luchas feministas en lo local y en lo glo- tes. Los talleres se cierran con la redacción de las conclu-
historización de las diferencias como estrategia para bal en el nuevo milenio”, IX Jornadas de Historia de siones. Durante esos días también se realizan talleres li-
re-pensar las alianzas entre mujeres”, Actas de las IX las mujeres y IV Congreso Iberoamericano de Estu- bres con temáticas propuestas por las asistentes, una fies-
Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres y IV dios de Género, 30-31 de Julio y 1 de Agosto de 2008, ta, una marcha por la ciudad en la que se desarrolla el
encuentro y un plenario en el cual se leen las conclusiones.
Congreso Iberoamericano de Estudios de Género, Rosario. (Chejter, S.; Laudano, C.: 2002, p.47)
Universidad Nacional de Rosario, Julio-Agosto, 2008 5 Esta postura crítica frente a las prácticas culturales que
--------------------------, “Propuestas para la construcción 1 Palabras pronunciadas por una compañera de la comuni-
dad Qom en el marco del taller “Mujeres y Pueblos origina- actúan como “camisa de fuerza” para la toma de conciencia
de un debate democrático: una mirada crítica ante de las mujeres indígenas, es claramente extrapolable a cual-
rios” en el XXII Encuentro Nacional de Mujeres, Córdoba,
aparentes tensiones”, Actas del I Congreso Argenti- 2007. Más sobre estos encuentros en cita 4. quier grupo de mujeres ya que en toda cultura existen sec-
no-Latinoamericano de Derechos Humanos, Univer- 2 “Los derechos humanos internacionales y los instrumen- tores conservadores que aplican la tradición como estrate-
sidad Nacional de Rosario, Rosario, Abril del 11 al 13 tos legales que los protegen fueron desarrollados principal- gia de sometimiento.
de 2007 mente por hombres en un mundo con orientación masculi- 6 Para profundizar en el concepto de situación ver López
na. No han sido interpretados en una forma sensible al gé- Pardina, Mª Teresa, “El feminismo de Simone de Beauvoir”,
- Segato, Rita Laura, “Uma agenda da ações afirma-
nero que responda a las experiencias de injusticias vividas en Amorós, C. (coord.), Historia de la Teoría Feminista,
tivas para as mulheres indígenas do Brasil”, Série Universidad Complutense de Madrid, 1994.
Antropología 326, Brasilia: departamento de Antro- por las mujeres. Se requiere una caracterización de los
derechos humanos internacionales para que los derechos 7 Una tarea que también queda pendiente es la de definir
pología, Universidade de Brasilia, 2002. cómo se constituyen las “comunidades” que serán agentes
humanos específicos de la mujer no sean marginales, y
------------, La Nación y sus Otros. Raza, etnicidad y para que la aplicación de tales derechos se convierta en del diálogo intercultural. Es decir, cuáles serán los límites
diversidad religiosa en tiempos de Políticas de la Iden- parte de la agenda central del trabajo por los derechos hu- entre esas comunidades, quienes determinarán esos lími-
tidad, Buenos Aires, Prometeo, 2007. manos. (Cook, R. 1997:9) tes, entre otras cuestiones.

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