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Historia de África

Las lenguas de África revelan las principales migraciones y expansiones de pueblos durante el neolítico
reciente. En África continental existen cuatro grupos lingüísticos principales: (1) las lenguas Níger-
Congo se expandieron desde regiones ceranas a la costa del golfo de Guinea en África Occidental
hacia la parte oriental y sur del continente. (2) La expansión de pueblos Níger-Congo debió desplazar a
los antecesores de los pigmenos y a pueblos posiblemente relacionado con los actuales hablantes
de lenguas joisanas (naranja, actualmente sólo restos en África Meridional). (3) Las lenguas
afroasiáticas parecen haberse originado en África Oriental desde donde se habrían expandido hacia
el norte de África y África occidental septentrional e incluso hacia Próximo Oriente y la península
arábiga. (4) Los pueblos Nilo-saharianos parecen formar parte de poblaciones que oscilaron entre el
actual Sáhara cuando las condiciones eran más favorables y el actual Sahel y algo más al sur hacia
donde debieron migrar al desecarse el Sáhara.

La historia de África se refiere al conjunto de sucesos relativos al poblamiento humano del


continente africano, desde los orígenes de los seres humanos hasta la actualidad.
La prehistoria de África comienza con el surgimiento de los primeros homínidos hace unos
cinco millones de años, por lo que el período prehistórico en África incluye hechos mucho más
antiguos que la historia de los otros continentes poblados por seres humanos mucho más
tardíamente.
El período propiamente histórico de la Edad Antigua en África incluye la aparición de
la civilización egipcia, el posterior desarrollo de las sociedades fuera del valle del Nilo y la
interacción entre ellas y las civilizaciones fuera de África. A fines del siglo VII el norte y este de
África fueron fuertemente influenciados por la expansión del islam, propiciando la aparición de
nuevas culturas, tales como los pueblos suajili. Esto también incrementó el tráfico de
esclavos (previamente existente) y que culminaría formalmente en el siglo XIX. La historia
africana precolonial se enfoca en la época que transcurre entre comienzos del siglo XVI,
caracterizada por el traslado de grandes cantidades de pobladores africanos en calidad de
esclavos al Nuevo Mundo, hasta el inicio de la disputa europea por África. El periodo colonial
africano transcurrió desde finales de los años 1800 hasta el advenimiento de los movimientos
independentistas en 1951 cuando Libia se convirtió en la primera colonia africana en ganar su
independencia. La historia africana moderna ha estado plagada de revoluciones y guerras,
contando también, no obstante, con el crecimiento de las economías de algunas naciones
africanas a lo largo del continente.
Los viejos prejuicios contra los africanos de raza negra han hecho que hasta hace poco la
historia africana fuera narrada o representada de forma marcadamente eurocéntrica o racista.
La historia africana ha sido un reto para los investigadores dada la escasez de fuentes escritas
en grandes partes del África subsahariana, y también debido a las opiniones contrastantes
sobre lo que es y no es africano. Algunas técnicas de estudio como el registro de la historia
oral, la arqueología, la paleontología lingüística y la genética —para rastrear el movimiento de
los pueblos— han sido cruciales a la hora de escribir la historia de varias regiones africanas
que en el pasado había sido un misterio.

Índice
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 1Prehistoria
 2Culturas prehistóricas
o 2.1Norte
o 2.2Este
o 2.3Oeste
o 2.4Centro
o 2.5Sur
 3Protohistoria
 4Siglos VII a XVI
o 4.1Expansión del islam
o 4.2Reinos del Sahel
o 4.3Región de los Grandes Lagos
 5Intervención y conquista europea
o 5.1Exploración europea
o 5.2El tráfico de esclavos
o 5.3Exploradores europeos del siglo XIX
o 5.4Reparto de África y conquista europea
 6Descolonización e Independencia
 7Referencias
 8Bibliografía
 9Enlaces externos

Prehistoria[editar]
Según se dice en las últimas exploraciones paleontológicas y arqueológicas, los homínidos ya
existían en África hace por lo menos 5 millones de años. La anatomía de su cráneoera similar
a la de sus parientes cercanos, los grandes simios africanos, pero habían adoptado una
forma bípeda de locomoción, la cual les otorgaba una ventaja crucial, pues les permitía vivir
tanto en áreas boscosas como en la sabana en una era en la que África se estaba
volviendo árida, con las sabanas superponiéndose a los bosques y selvas.
Hace unos 3 millones de años varias especies de homínidos del
género Australopithecus habían surgido a lo largo del sur, este y centro de África. El siguiente
gran paso evolutivo ocurrió hace aproximadamente 2 millones de años con la llegada
del Homo habilis, la cual se cree que fue la primera especie de homínido capaz de
fabricar herramientas. Esto le permitió a H. habilis comenzar a comer carne. En la cacería, H.
habilis no era capaz de competir con grandes depredadores, y seguía siendo más presa que
cazador, aunque probablemente podía robar huevos de nidos y pudo haber sido capaz de
capturar pequeños animales.
Hace 1,8 millones de años, Homo erectus apareció por primera vez en África, aunque de igual
forma lo hizo casi simultáneamente en el Cáucaso (Europa Oriental). Algunos de los primeros
representantes de esta especie seguían teniendo cerebros bastante pequeños y usaban
primitivas herramientas de roca, de forma muy similar a H. habilis. Su cerebro más adelante
creció y H. erectus terminó desarrollando una tecnología de herramientas más compleja, de
tipo achelense. Posiblemente fueron los primeros grandes cazadores. Además, Homo
erectus dominó el arte de producir fuego, y fue el primer homínido en salir de África,
expandiéndose por todo el Viejo Mundo. También se ha sugerido que Homo georgicus, un
descendiente de Homo habilis, pudo ser el primero homínido y el más primitivo en vivir fuera
de África. No obstante, muchos científicos consideran al Homo georgicus como un miembro
anterior y más primitivo de la especie Homo erectus.
El registro de fósiles muestra que Homo sapiens pudo haber vivido en el sur y este de África
hace al menos 100.000 y posiblemente 150.000 años. Hace unos 40.000 años comenzó la
colonización de nuestro planeta por los seres humanos modernos con su expansión hacia
fuera de África. Su migración es indicada por evidencias lingüísticas, culturales y genéticas.
Al final de la Edad de Hielo (alrededor del 10.500 a. C.), el Sahara se había convertido de
nuevo en un fértil valle, y su población africana regresó del interior del continente y de las
montañas costeras en el África subsahariana. Sin embargo, el clima cada vez más seco y
cálido hizo que para el año 5000 a. C. la región del Sahara se fuera volviendo cada vez más
árida. La población se desplazó fuera de la zona dirigiéndose hacia el valle del Nilo, donde
crearon asentamientos permanentes o semipermanentes. Una recesión climática mayor
ocurrió, disminuyendo las fuertes y persistentes lluvias en África central y oriental; desde
entonces las condiciones secas han prevalecido en el este de África.

Culturas prehistóricas[editar]

Las dos áreas de inicio de la agricultura en África parecen corresponderse bien, con el origen de las dos
principales familias lingüísticas del continente, las lenguas Níger-Congo en la parte occidental y las
lenguas afroasiáticas en la parte oriental.
El fenómeno internacional conocido como la cultura del vaso campaniforme comenzó a afectar
a África noroccidental. Llamada así por las vasijas de cerámica de forma característica
encontradas en tumbas, la cultura del vaso campaniforme está asociada con el surgimiento de
una mentalidad guerrera. El arte rupestrede este periodo en el norte de África representa
animales pero también pone un nuevo énfasis en la figura humana, equipada con armas y
adornos. La gente procedente de la región de los Grandes Lagos de África se asentó a lo
largo de la costa oriental del Mar Mediterráneo para convertirse en los proto-canaanitas,
quienes dominaron las tierras bajas entre el río Jordán, el Mediterráneo y el Desierto de Sinaí.
Norte[editar]
Grabados en roca del Neolítico, conocidos como petroglifos, y los megalitos en el desierto del
Sahara en Libiadan fe de la prematura cultura cazadora-recolectora establecida en las secas
praderas de África del Nortedurante la Glaciación. La región donde actualmente se encuentra
el Sahara fue originalmente un buen sitio para la agricultura (cerca del año 4000 a. C.). No
obstante, después de la desertificación del Sahara, el establecimiento en el norte de África se
concentró en el valle del Nilo, donde los nomos de Egipto sentaron las bases para la cultura
del Antiguo Egipto. Hallazgos arqueológicos muestran que las tribus primitivas vivieron a lo
largo del Nilo mucho antes de que la historia dinástica de los faraones comenzara. Para el
año 6000 a. C. había aparecido la agricultura organizada.
Las evidencias más antiguas de historia escrita en África provienen del Antiguo Egipto, y
el calendario egipcio sigue siendo usado como el patrón para datar a las culturas de la Edad
del Bronce y la Edad de Hierro en la región.
Alrededor del año 3100 a. C. Egipto fue unificado bajo el primer faraón conocido, Narmer,
quien inauguró la primera de las 31 dinastías en las que se divide la historia del Antiguo
Egipto, las cuales se agrupan en tres fases: Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio Nuevo.
Las Pirámides de Guiza (cerca de El Cairo), construidas durante la cuarta dinastía, dan fe del
poder de la religión y el gobierno faraónicos. La Gran Pirámide, que es la tumba del
faraón Keops (también conocido como Jufu), es la única de las Siete Maravillas del
Mundo que aún se mantiene en pie. El Antiguo Egipto alcanzó su máximo poder, riqueza y
extensión territorial en el periodo del Nuevo Imperio (1567-1085 a. C.).
La importancia del Antiguo Egipto en el desarrollo del resto de África se ha debatido. Los
antiguos académicos de occidente generalmente veían a Egipto como una civilización
mediterránea con poco impacto sobre el resto de África. Los estudios recientes, no obstante,
han comenzado a desacreditar esta noción. Algunos han argumentado que varios egipcios
antiguos, como los badarienses, probablemente migraron hacia el norte desde Nubia, mientras
que otros hablan de un movimiento de pueblos de gran envergadura a lo largo y ancho del
Sahara antes del comienzo de la desertificación. Sea cual sea el origen de cualquier pueblo o
civilización, parece razonablemente seguro que las comunidades predinásticas del valle del
Nilo eran esencialmente indígenas en su cultura, recibiendo poca influencia por parte de
fuentes externas del continente durante varios siglos precediendo directamente al comienzo
de los tiempos históricos.1
Justo antes de la desertificación del Sahara, las comunidades que se desarrollaron al sur de
Egipto, en lo que hoy en día es Sudán, fueron plenos partícipes en la Revolución Neolítica y
tuvieron un estilo de vida entre sedentario y seminómada, pudiendo domesticar plantas y
animales.2 Megalitos encontrados en Nabta Playa son ejemplos de lo que probablemente
fueron los primeros instrumentos arqueoastronómicos del mundo, unos 1000 años más
antiguos que Stonehenge. Esta complejidad, como fue observada en Playa Natba y expresada
por diferentes niveles de autoridad dentro la sociedad del lugar, posiblemente sentó las bases
para la estructura tanto de la sociedad neolítica en Nabta Playa como del Imperio Antiguo de
Egipto.3 Los pobladores pertenecientes al llamado "Grupo A", quienes habitaron el actual norte
de Sudán y fueron contemporáneos del Naqadapredinástico en el Alto Egipto, fueron
responsables de lo que puede haber sido uno de los reinos más antiguos conocidos en el valle
del Nilo, al que los egipcios llaman Ta-seti(Tierra del arco). Su desaparición con el surgimiento
del Egipto dinástico más tarde permitió el surgimiento de reinos como Kush, Kerma y Meroe,
los cuales en conjunto comprendían lo que en ocasiones es llamado Nubia. El último de ellos
vería su devastador golpe final dado por el líder de un reino creciente en
Etiopía, Ezana de Aksum, llevando efectivamente a su fin a las civilizaciones nubianas
clásicas.
Separadas por el "mar de arena" —el Sahara—, el África septentrional y el África
subsahariana han estado conectadas por las fluctuantes rutas comerciales transaharianas.
Las historias fenicia, griega y romana en el norte de África pueden ser seguidas a través de
textos acerca del Imperio romano y de sus provincias en el Magreb, tales
como Mauritania, África, Tripolitania, Cirenaica, Egipto, etc.
Las regiones alrededor del Mediterráneo fueron colonizadas y pobladas por los fenicios antes
del año 1000 a. C. Cartago, fundada cerca del año 814 a. C., creció rápidamente hasta
convertirse en una ciudad sin rivales en el Mediterráneo. Los fenicios sometieron a las tribus
bereberes, las cuales constituían la mayor parte de la población local, convirtiéndose en los
dominadores de toda la región habitable en África del Norte, y hallando en el comercio una
fuente de inmensa prosperidad.
Para el primer milenio a. C., el trabajo del hierro había sido introducido en el norte de África y
rápidamente se comenzó a expandir a través del Sahara hacia las regiones septentrionales
del África subsahariana,4 y para el año 500 a. C., la metalurgia empezó a volverse común en
África occidental, posiblemente después de ser introducida por los cartagineses. El trabajo del
hierro fue establecido plenamente alrededor de 500 a. C. en áreas de África oriental y
occidental, a pesar de que en otras regiones no se comenzó a realizar esta actividad hasta los
primeros siglos de nuestra era. Algunos objetos de cobre originarios de Egipto, el norte de
África, Nubia y Etiopía se han hallado en el oeste de África, datando de alrededor del año
500 a. C., sugiriendo que las redes comerciales ya habían sido establecidas en aquella
época.5
Los griegos fundaron la ciudad de Cirene en la Antigua Libia alrededor del
año 631 a. C. Cirenaica se convirtió en una floreciente colonia, aunque al estar completamente
rodeada por desiertos tuvo poca o nula influencia sobre el interior de África. Los griegos, no
obstante, ejercían una fuerte influencia sobre Egipto. La ciudad de Alejandría fue fundada
por Alejandro Magno en 332 a. C., y bajo el mando de la dinastía helenística de
los ptolemaicos se hicieron intentos por penetrar hacia el sur, y de esta forma se obtuvo cierto
conocimiento de Etiopía.
Entre los años 500 a. C. y 500 d. C. aproximadamente, la civilización de
los garamantes (posiblemente los ancestros de los tuareg) existió en lo que hoy en día es el
desierto libio.
Las tres potencias —Cirenaica, Egipto y Cartago— terminarían siendo desplazadas por los
romanos. Después de siglos de rivalidad con Roma, Cartago finalmente caería
en 146 a. C. Dentro de poco más de un siglo Egipto y Cirene se incorporaron al Imperio
romano. Bajo el dominio de Roma, las porciones pobladas de la región fueron muy prósperas.
A pesar de que Fezzan fue ocupado por ellos, los romanos hallaron en el resto del Sahara una
barrera impenetrable. Nubia y Etiopía fueron alcanzadas, pero una expedición enviada
por Nerón para descubrir el nacimiento del Nilo fracasó. La mayor extensión de conocimiento
geográfico mediterráneo del continente africano se muestra en los escritos de Ptolomeo (siglo
II), quien conocía o intuía la existencia de las grandes reservas acuíferas del Nilo, de puestos
comerciales a lo largo de las costas del Océano Índico en lugares tan al sur como Rhapta —
en la actual Tanzania—, y había oído hablar del río Níger.
La interacción entre Asia, Europa y África del Norte durante este periodo fue significativa.
Algunos efectos importantes incluyen la difusión de la cultura clásica alrededor de las costas
del Mediterráneo; la continua lucha entre Roma y las tribus bereberes; la introducción
del cristianismo en toda la región, y los efectos culturales de las iglesias en Túnez, Egipto y
Etiopía. La era clásica llegó a su fin con la invasión y conquista de las provincias romanas en
África por parte de los vándalos en el siglo V. El poder en la región regresaría al siglo siguiente
al Imperio bizantino.
Los árabes musulmanes conquistaron el norte de África desde el Mar Rojo hasta el Océano
Atlántico y continuaron hacia España, comenzando con la invasión de Egipto en el siglo VII. A
lo largo del norte de África el cristianismo prácticamente desapareció, excepto en Egipto
donde la Iglesia Copta permaneció sólida, en parte debido a la influencia de Etiopía. Algunos
argumentan que cuando los árabes hubieron convertido Egipto intentaron acabar con los
coptos, pero Etiopía —donde también se practicaba esta religión— le advirtió a los
musulmanes que si intentaban acabar con los coptos, reducirían el flujo del agua del Nilo que
corría hacia Egipto. Esto se debía a que el Lago Tana era la fuente del Nilo Azul, mismo que
fluye hacia la corriente principal del Nilo. Algunos creen que esta es una de las razones por las
que las minorías coptas aún existen hoy en día.
Este[editar]
Alrededor del año 3000 a. C. la agricultura surgió independientemente en Etiopía, con cultivos
como el café, teff, mijo dedo, sorgo, cebada y ensete. Los burros también fueron
domesticados independientemente en la región de Etiopía y Somalia, pero la mayoría de los
animales domesticados llegaron ahí desde las regiones del Sahel y el Nilo.6 Algunos cultivos
también fueron adoptados de otras regiones en esta época, entre ellos se pueden mencionar
el mijo perla, caupí, algodón, sandía y porongo, mismos que comenzaron a ser cultivados
tanto en África occidental como en la región de Sahel mientras que el mijo
dedo, guisante, lenteja y lino se asentaron en Etiopía.7
Etiopía tenía una cultura antigua diferente con una historia intermitente de contacto con
Eurasia después de la diáspora de homínidos hacia el exterior de África. Conservaba un
lenguaje, cultura y sistema de cultivo únicos. El sistema de cultivo estaba adaptado a las
zonas montañosas del norte y no se aplicaba a ningún cultivo de otras regiones. El miembro
más famoso de este sistema de cultivo era el café, pero una de las plantas más útiles era el
sorgo, un cereal de tierras áridas; el teff era endémico de la región.
Etiopía tuvo un gobierno centralizado por muchos milenios y el Reino de Aksum, el cual se
desarrolló allí, había creado un poderoso imperio comerciante —con rutas comerciales que
llegaban a lugares tan lejanos como la India—.
Históricamente, los swahili podían ser encontrados en lugares tan septentrionales
como Mogadiscio en Somalia, y tan meridionales como el río Ruvuma en Mozambique.
Aunque alguna vez se creyó que eran los descendientes de los colonos persas, los antiguos
swahili ahora son reconocidos por la mayor parte de los historiadores, lingüistas históricos y
arqueólogos como un pueblo bantú que tuvo importante interacción con mercantes
musulmanes desde fines del siglo VII y comienzos del siglo VIII de nuestra era.
Oeste[editar]
El inicio de la agricultura Sahel occidental se sitúa hacia el 5000 a. C. Aunque en el área
tropical de África occidental la fecha del inicio de la agricultura se sitúa hacia el año
3000 a. C., donde se empezaron a cultivar de manera independiente palmas aceiteras.
También se domestican ñames africanos aunque la ganadería se propaga allí desde el Sahel
y la región del Nilo. También fueron adoptados cultivos de otras regiones en esta época, tales
como el mijo perla, caupí, maní, algodón, sandía y porongo, comenzando a ser cultivados
tanto en África occidental como en el Sahel.
Centro[editar]
Alrededor del año 1000 a. C., los emigrantes bantúes habían llegado a la región de
los Grandes Lagos de África oriental. A mediados de ese milenio, los bantúes también se
habían asentado en regiones donde actualmente se encuentran países como Angola y
la República Democrática del Congo. Uno de los principales eventos ocurridos en África
centraldurante este periodo fue el establecimiento del Imperio Kanem-Bornu en lo que hoy en
día es Chad. El Imperio Kanem florecería en los siglos posteriores poniendo las bases para el
surgimiento de futuros grandes estados en la región del Sahel.
Sur[editar]
La historia del sur de África sigue siendo en gran parte un misterio, debido a su aislamiento de
otras culturas del continente. En el año 500 a. C. aquel aislamiento llegó a su fin con el
asentamiento de emigrantes bantúes en la actual Zambia. Al sureste, los khoisan, también
conocidos como bosquimanos, iniciaron la domesticación del ganado y cambiaron su estilo de
vida cazador-recolector que había sido el dominante en la región desde el inicio de los
tiempos. Para el año 300 a. C., los bantúes habían llegado al actual territorio de Sudáfrica,
sirviendo de base para la aparición de estados centralizados.

Protohistoria[editar]
Artículo principal: Expansión bantú

Desde antes del I milenio a. C. se había iniciado en África central, una importante expansión
bantú, probablemente asociada a la expansión de ciertos cultivos, que alteró profundamente la
distribución genética y lingüística del África negra. Dándole una apariencia similar a la actual,
donde existe un océano de pueblos que hablan lenguas nigero-congoleñas quedando
poblaciones marginales que o bien hablan lenguas no emparentadas con el bantú (khoisano,
sandawe, hadza) o tienen marcadores genéticos bastante diferentes de los bantúes comunes
(e.g. pigmeos).
La expansión de los bantúes se prolongaría durante los primeros siglos de nuestra era hasta
incluso después de la llegada de los exploradores europeos culminando en la formación
del reino zulú en África Meridional

Siglos VII a XVI[editar]


Civilizaciones africanas antes de la colonización europea.

En el siglo VII hubo una considerable inmigración árabe, resultando en una gran absorción de
la cultura bereber. Incluso antes de esto los bereberes en general habían adoptado la lengua y
religión de sus conquistadores. La influencia árabe y la religión islámica se adhirieron
indeleblemente al norte de África. Juntas se propagaron hacia el sur, a través del Sahara.
También se establecieron firmemente a lo largo de la costa oriental, donde los árabes,
los persas y los indios establecieron florecientes colonias, tales
como Mombasa, Malindi y Sofala, ejerciendo una influencia análoga a aquella desempeñado
en siglos previos por los cartagineses en la costa norte. Hasta el siglo XIV, Europa y los
árabes en África del Norte ignoraban la existencia de estas ciudades y estados orientales.
Los primeros inmigrantes árabes habían reconocido la autoridad de los califas de Bagdad, y la
dinastía Aglabí—fundada por Aglab, uno de los generales de Harún al-Rashid, a fines del siglo
VIII— reinó como vasalla del califato. No obstante, a comienzos del siglo X la
dinastía Fatimí se estableció en Egipto donde El Cairo había sido fundado en el año 968, y
desde ahí dominó hasta regiones tan lejanas como la costa del Atlántico. Más tarde surgirían
otras dinastías como la Almorávide y la Almohade. Eventualmente los turcos, quienes habían
conquistado Constantinopla en 1453 y habían tomado Egipto en 1517, establecieron las
regencias de Argelia, Túnez y Trípoli (entre 1519 y 1551), permaneciendo Marruecos como un
estado bereber arabizado independiente bajo el dominio de la dinastía Sharifan, la cual surgió
a fines del siglo XIII.
Bajo el dominio de las dinastías previas, la cultura árabe había alcanzado un alto grado de
excelencia, mientras que el proselitismo de los seguidores del islam condujeron a una
considerable extensión de esta religión en el continente. Esto se llevó a cabo más fácilmente
por el uso del camello (introducido originalmente en África por los conquistadores persas de
Egipto), el cual permitió que los árabes pudieran atravesar el desierto. De esta forma las
regiones de Senegambia y el centro de Níger se convirtieron en zonas clave para el comercio
transahariano y el intercambio de ideas.
Expansión del islam[editar]

África Occidental hacia 1625.

El islam también se difundió a través del interior de África occidental, como la religión de
los mansas del Imperio de Malí (1235-1400) y muchos gobernantes del Imperio
Songhay (1460-1591). Después del legendario hajj de 1324 de Mansa Musa, Timbuctú se
volvió célebre como centro de enseñanza islámica teniendo la primera universidad de África
subsahariana. La ciudad había sido visitada en 1352 por el gran viajero árabe Ibn Battuta,
cuya travesía a Mombasa y Quiloa (Kilwa) proporcionó los primeros conocimientos acertados
de aquellas florecientes ciudades musulmanes de los swahili en las costas orientales
africanas.
El avance árabe hacia el sur fue detenido por el ancho cinturón de densa selva,
desplegándose casi a todo el ancho del continente aproximadamente al sur de la latitud 10° N,
y mismo que bloqueó su avance tal como el Sahara lo había hecho con sus predecesores. La
selva evitó que supieran de la existencia de la costa de Guinea y del resto de África que se
encontraba más allá. Una de las últimas regiones en caer bajo el control de los árabes fue
Nubia, la cual había sido dominada por cristianos hasta el siglo XIV.
Por un tiempo las conquistas musulmanes en el sur de Europa prácticamente convirtieron al
Mediterráneo en un lago musulmán, pero la expulsión en el siglo XI de
los sarracenos de Sicilia y el sur de Italia por parte de los normandos fue seguida por
descendientes de los conquistadores de Túnez y Trípoli. Un poco después un fuerte comercio
con las costas africanas, y especialmente con Egipto, se desarrolló
con Venecia, Pisa, Génova y otras ciudades del norte de Italia. Para fines del siglo
XV Españahabía expulsado completamente a los musulmanes, pero aún en la época en la
que los moros seguían en Granada, Portugal había sido lo suficientemente fuerte para llevar la
guerra hacia África. En 1415 un ejército portugués capturó la ciudadela de Ceuta en la costa
mora. De ahí en adelante Portugal interfirió repetidamente en los asuntos de Marruecos,
mientras que España adquirió muchos puertos en Argelia y Túnez.
Portugal, no obstante, sufrió una aplastante derrota en 1578 en Alcazarquivir, siendo
comandados los moros por Abu Marwan Abd al-Malik I Saadi de la entonces recién
establecida Dinastía Saadi. Por ese entonces los españoles habían perdido casi todas sus
posesiones africanas. Los Estados berberiscos, primariamente a partir del ejemplo de los
moros expulsados de España, degeneraron en meras comunidades de piratas, y bajo la
influencia turca la civilización y el comercio decayeron. La historia de estos estados desde
inicios del siglo XVI hasta la tercera década del siglo XIX se compone en gran parte de
hazañas piratas por una parte y de inútiles represalias por la otra.
Reinos del Sahel[editar]

Reinos del Sahel, en el siglo XVIII.

El comercio de oro y otros materias primas, propició la formación de aristocracias en la región


del Sahel, en que un soberano centralizaba el comercio con la costa norte de África. Entre
estos imperios estuvieron el Imperio de Ghana, el Imperio de Malí, el Imperio Songhay,
el Imperio Kanem-Bornu o el Imperio Wadai.
Región de los Grandes Lagos[editar]
En la región de los grandes lagos a partir del siglo XV surgieron reinos bien organizados y
centralizados como Bunyoro, Budanda, Ruanda y Burundi. El surgimiento de estos reinos
debió mucho al inicio del uso del hierro en la región y a nuevos cultivos como la banana.
Ambas innovaciones permitieron una mejora de los rendimientos agrícolas que conllevó un
aumento importante de la densidad de población.

Intervención y conquista europea[editar]


Exploración europea[editar]
Durante el siglo XV Enrique el Navegante, hijo del Rey Juan I de Portugal, planeó adquirir
territorio africano para Portugal. Bajo su inspiración y dirección algunos navegantes
portugueses emprendieron una serie de viajes de exploración que resultaron en la
circunnavegación de África y el establecimiento de la soberanía portuguesa sobre una gran
cantidad de zonas costeras.
Dominios portugueses y españoles en el norte de África en 1519.

Las naves portuguesas rodearon al Cabo Bojador en 1434, Cabo Verde en 1445 y
para 1480 la totalidad de la costa de Guinea era conocida por los portugueses.
En 1482, Diogo Cão llegó a la desembocadura del Congo, el Cabo de Buena Esperanza fue
rodeado por Bartolomé Díaz en 1488, y en 1498 Vasco da Gama, después de haber rodeado
aquel cabo, exploró la costa oriental, desembarcando en Sofala y Malindi, y de ahí fue hacia la
India. Portugal declaró su soberanía en todo punto en que sus navegantes desembarcaran,
pero esta no fue ejercida en el extremo sur del continente.
La costa de Guinea, siendo la más cercana a Europa, fue la primera en ser explotada.
Numerosos fuertes europeos y establecimientos comerciales fueron fundados, siendo el
primero de ellos São Jorge da Mina (Elmina), establecido en 1482. Las principales mercancías
comerciadas fueron esclavos, oro, marfil y especias. El descubrimiento europeo de América
(1492) fue seguido por un gran desarrollo del tráfico de esclavos, el cual, antes de la era
portuguesa, había sido un tráfico por tierra confinado casi exclusivamente al África
musulmana. La naturaleza lucrativa de este tráfico y las grandes cantidades de
oro aluvial obtenido por los portugueses atrajeron a otras naciones a la costa de Guinea. Los
navegantes ingleses llegaron en 1553, y fueron seguidos por los españoles, holandeses,
franceses y daneses, entre otros. La supremacía colonial a lo largo de la costa pasó en el siglo
XVII de Portugal a los Países Bajos y de los holandeses en los siglos XVIII y XIX a Francia y el
Reino Unido. Toda la costa de Senegal a Lagos fue dotada de fuertes y "fábricas" de las
potencias europeas, y este panorama internacional persistió hasta el siglo XX aunque todas
las tierras interiores del oeste de África se habían vuelto territorio francés o británico.
Al sur de la desembocadura del Congo en la región de Damaraland (en lo que hoy en día
es Namibia), los portugueses, de 1491 en adelante, ganaron influencia sobre los nativos, y a
comienzos del siglo XVI a través de sus esfuerzos el cristianismo fue adoptado en gran parte
del Reino del Congo. Una incursión de tribus del interior más tarde ese mismo siglo acabó con
el poder del estado semi-cristiano, y la actividad portuguesa fue transferida en buena parte
hacia el sur, fundando São Paulo de Loanda (hoy Luanda) en 1576. Antes de la
independencia de Angola en 1975, la soberanía de Portugal sobre esta región costera,
excepto en la desembocadura del Congo, solamente había sido desafiada por una potencia
europea, los holandeses, de 1640 a 1648 cuando Portugal perdió el control de los puertos
marítimos.
El tráfico de esclavos[editar]
Artículos principales: Comercio de esclavos africanos y Dum Diversas.
El más antiguo tráfico africano de esclavos externo fue transahariano. Aunque hace mucho ya
había ocurrido algo de tráfico a lo largo del Nilo y muy poco a través del desierto occidental, el
transporte de grandes cantidades de esclavos no fue viable hasta que se introdujeron los
camellos provenientes de Arabia en el siglo X. En este punto, una red transahariana comercial
fue establecida para transportar esclavos hacia el norte. A diferencia de las Américas, los
esclavos en África del Norte eran principalmente sirvientes en lugar de peones, y un número
de mujeres igual o mayor que de hombres fue llevado, mismas que por lo general eran
empleadas como camareras de las mujeres de los harenes. Tampoco era poco común
convertir a los esclavos varones en eunucos.
El tráfico de esclavos a través del Atlántico se desarrolló más adelante, pero terminaría
convirtiéndose mucho más grande y tendría un impacto mucho mayor. La penetración en
incremento de las Américas por parte de portugueses, españoles, ingleses, franceses y
holandeses, entre otros, propició una enorme demanda de mano de obra en Brasil, Guyena,
el Caribe y Norteamérica. Los trabajadores eran requeridos para la agricultura, la minería y
otras tareas. Para satisfacer esta demanda, se desarrolló un tráfico transatlántico de esclavos.
Los esclavos adquiridos en aquellas regiones de África occidental conocidas por los europeos
como Costa del Esclavo, Costa de Oro y Costa de Marfil con frecuencia eran el desafortunado
producto de las luchas entre los estados africanos enemigos. Los poderosos reyes africanos
de la bahía de Biafra podían vender sus presos internamente o intercambiarlos con los
traficantes de esclavos europeos por bienes como armas de fuego, ron, telas y semillas. Cabe
destacar que los traficantes europeos también realizaban sus propias cacerías de esclavos.
Exploradores europeos del siglo XIX[editar]

David Livingstone, el primer explorador del interior de África.

A pesar de que las Guerras Napoleónicas distrajeron a Europa de la exploración de África,


hubo desarrollos significativos. La invasión de Egipto (1798-1803) primero por parte de
Francia y luego por Gran Bretaña resultó en un intento de Turquía de recuperar el control
directo sobre aquel país, seguido en 1811 por el establecimiento bajo el mando de Mehmet
Alí de un estado casi independiente, y la extensión del dominio egipcio sobre el este de Sudán
(de 1820 en adelante). En el sur de África la lucha contra Napoleón llevó al Reino Unido a
tomar asentamientos holandeses en El Cabo, y en 1814 la Colonia del Cabo, la cual había
sido ocupada continuamente por tropas británicas desde 1806, fue cedida formalmente a la
corona británica.
Para mediados del siglo XIX, las misiones protestantes realizaron actividades misioneras en la
costa de Guinea, en Sudáfrica y en los dominios de Zanzíbar. Se llevaban a cabo entre
personas a quienes los europeos conocían poco. En muchos casos los misioneros se
convertían en exploradores o agentes comerciales y de colonialismo. Uno de los primeros en
intentar rellenar los espacios en blanco restantes en el mapa europeo fue David Livingstone,
que había estado involucrado en las labores misioneras desde 1840 al norte del Orange.
En 1849 Livingstone cruzó el desierto de Kalahari de sur a norte y llegó al lago Ngami, y
entre 1851 y 1856 atravesó el continente de oeste a este, dando a conocer las grandes vías
fluviales del alto Zambeze. Durante estas travesías Livingstone "descubrió", en noviembre
de 1855, las famosas Cataratas Victoria, nombradas así en honor de la reina Victoria I del
Reino Unido. En África, este salto de agua es llamado Mosi-oa-Tunya ("humo que truena").
Entre 1858 y 1864 el bajo Zambeze, el río Shire y el lago Nyasa fueron explorados por
Livingstone. Una meta primordial para los exploradores era localizar el nacimiento del Nilo.
Las expediciones de Burton y Speke (1857-1858) y Speke y Grant (1863) lograron localizar
el lago Tanganica y el lago Victoria. Más adelante fue demostrado que era del segundo lago
del que nacía el Nilo.
Henry Morton Stanley, quien en 1871 había tenido éxito al encontrar y socorrer a Livingstone,
se dirigió a Zanzíbar en 1874, y en una de las más memorables de todas las expediciones de
exploración en África circunnavegó los lagos Victoria y Tanganica, y, adentrándose más hasta
el río Lualaba, siguió su curso río abajo hasta el Océano Atlántico —a donde llegó en agosto
de 1877— y probó que era el río Congo.
Los exploradores también estuvieron activos en otras partes del continente. El sur de
Marruecos, el Sahará y Sudán fueron atravesados en muchas direcciones
entre 1860 y 1875por Friedrich Gerhard Rohlfs, Georg August Schweinfurth y Gustav
Nachtigal. Estos viajeros no solo aumentaron considerablemente el conocimiento geográfico,
sino que también obtuvieron información invaluable respecto a la gente, los lenguajes y la
historia natural de los países que visitaron. Entre los descubrimientos de Schweinfurth hubo
uno que confirmó las leyendas griegas acerca de la existencia más allá de Egipto de una
"raza pigmea". Pero el primer occidental en descubrir a los pigmeos de África central fue Paul
du Chaillu, quien los halló en el distrito de Ogowe de la costa oeste en 1865, cinco años antes
que el primer encuentro de Schweinfurth con ellos; du Chaillu hubo previamente, como
resultado de sus viajes en la región de Gabón entre 1855 y 1859, hecho popular en Europa el
conocimiento de la existencia del gorila, posiblemente el simio gigante visto por Hannón el
Navegante, y cuya existencia, hasta mediados del siglo XIX, era concebida como legendaria al
igual que la de los pigmeos de Aristóteles.
Reparto de África y conquista europea[editar]
Artículo principal: Reparto de África
Dibujo del Canal de Suez realizado en 1881. El Canal era una de las grandes ambiciones europeas para
ampliar sus mercados a nivel global.

Mapa donde se muestra el reparto de África por las potencias europeas


(1913). Alemania Bélgica España Francia Italia Portugal Reino Unido Estados
independientes

Mientras la exploración de las áreas más remotas e inaccesibles del continente era
incipientes, ya se habían producido en otras partes del continente, siendo el más notable la
invasión de Argel por parte de Francia en 1830. Esta acción puso fin a los estados bereberes
independientes, un obstáculo mayor para la estrategia francesa en el Mediterráneo. La
autoridad egipcia continuó su expansión hacia el sur. La ciudad de Zanzíbar, en la isla
homónima, rápidamente cobró importancia. Relatos acerca de un vasto mar interior, y el
"descubrimiento" en 1840-1848, por parte de los misioneros Johann Ludwig Krapf y Johannes
Rebmann, del monte Kilimanjaro y de Kenia, estimularon en Europa el deseo de mayor
conocimiento.
Aun así a finales del siglo XIX, el África subsahariana, era una de las últimas regiones del
mundo en gran parte sin afectar por el "imperialismo informal", también resultaba atractiva
para las potencias europeas por razones económicas y raciales. Durante una época donde
la balanza comercial de Gran Bretaña mostraba un creciente déficit, con los mercados
continentales encogiéndose y cada vez más proteccionistas debido a la Gran Depresión entre
los años 1873 y 1896, África ofrecía al Reino Unido, Imperio Alemán, Francia y otros países
un mercado abierto del que se cosecharía un gran excedente: un mercado que comprara más
de la metrópoli de lo que vendía en total.<!R0> El Reino Unido, al igual que la mayoría de los
otros países industriales, había empezado a tener un desfavorable balance de comercio (que
era contrarrestado, de todos modos, por el ingreso de las inversiones de sus colonias). Estas
razones de fondo condujeron a la conferencia de Berlín donde los principales imperios
europeos decidirían el reparto de África y la asignación de áreas de influencia que llevarían
al colonialismo europeo de finales del siglo XIX y al sometimiento militar efectivo de millones
de africanos.

Descolonización e Independencia[editar]
Artículos principales: Independencia de África y Descolonización de África.

Países de África agrupados por época de independencia

La descolonización de África se refiere los procesos independentistas que ocurrieron en el


continente posteriormente al término de la Segunda Guerra Mundial. Comenzó con Libia en
1951, a pesar de que Liberia, Sudáfrica, Egipto y Etiopía ya eran independientes. Lo
siguieron Sudán y Túnez en 1956, Ghana en 1957 y Guinea en 1958, y con un apogeo
en 1960, con el llamado Año de África, donde 17 países africanos declararon la
independencia, incluyendo gran parte de África Occidental Francesa. La mayor parte de los
demás países se independizaron durante la década de 1960, aunque algunos colonizadores
como Portugal, eran reacios a renunciar a la soberanía, lo que resultó en amargas guerras de
independencia que se prolongaron durante una década o más. Los últimos países africanos
en lograr la independencia formal fueron Angola de Portugal en 1975, Seychelles del Reino
Unido en 1976, y Yibuti de Francia en 1977. Debido a que muchas ciudades fueron fundadas,
ampliadas y rebautizadas por los europeos, después de la independencia a muchos lugares
se les cambió el nombre.
Desde el fin de la Guerra Fría tres estados realizaron procesos de secesión y lograron su
independencia de otras repúblicas africanas. Namibia se independizó
de Sudáfrica en 1990, Eritrea de Etiopía en 1993, y Sudán del Sur de la República de
Sudán en 2011.

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