Está en la página 1de 3

Bryan M.

Quesada

Jn.1, 35-42
Jesús y el encuentro con Juan
35 Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo en el mismo lugar con dos de sus discípulos.
36 Mientras Jesús pasaba, se fijó en él y dijo: «Ese es el Cordero de Dios.» 37 Los dos
discípulos le oyeron decir esto y siguieron a Jesús.
38 Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: «¿Qué buscan?» Le contestaron:
«Rabbí (que significa Maestro), ¿dónde te quedas?» 39 Jesús les dijo: «Vengan y lo verán.»
Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran como las cuatro de la tarde.
40 Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que siguieron a Jesús por la
palabra de Juan. 41 Encontró primero a su hermano Simón y le dijo: «Hemos encontrado al
Mesías» (que significa el Cristo). 42 Y se lo presentó a Jesús. Jesús miró fijamente a Simón
y le dijo: «Tú eres Simón, hijo de Juan, pero te llamarás Kefas» (que quiere decir Piedra).

Lc 19, 1-10)
Jesús y el encuentro con Zaqueo
1. Habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. 2 Había allí un hombre llamado
Zaqueo, que era jefe de los cobradores del impuesto y muy rico. 3 Quería ver cómo era Jesús,
pero no lo conseguía en medio de tanta gente, pues era de baja estatura. 4 Entonces se
adelantó corriendo y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por allí. 5 Cuando llegó
Jesús al lugar, miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja en seguida, pues hoy tengo que
quedarme en tu casa.» 6 Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
7 Entonces todos empezaron a criticar y a decir: «Se ha ido a casa de un rico que es un
pecador.» 8 Pero Zaqueo dijo resueltamente a Jesús: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes
a los pobres, y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más.» 9
Jesús, pues, dijo con respecto a él: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también
este hombre es un hijo de Abraham. 10 El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo
que estaba perdido.»

Jn 4, 1-42
Jesús y la mujer Samaritana
1 El Señor se enteró de que los fariseos tenían noticias de él; se decía que Jesús bautizaba y
atraía más discípulos que Juan, 2 aunque de hecho no bautizaba Jesús, sino sus discípulos. 3
Jesús decidió, entonces, abandonar Judea y volvió a Galilea. 4 Para eso tenía que pasar por
el país de Samaría, 5 y fue así como llegó a un pueblo de Samaría llamado Sicar, cerca de la
tierra que Jacob dio a su hijo José. 6 Allí se encuentra el pozo de Jacob.
6 Jesús, cansado por la caminata, se sentó al borde del pozo. Era cerca del mediodía. 7 Fue
entonces cuando una mujer samaritana llegó para sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de
beber.» 8 Los discípulos se habían ido al pueblo para comprar algo de comer.
9 La samaritana le dijo: «¿Cómo tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy una
mujer samaritana?» (Se sabe que los judíos no tratan con los samaritanos). 10 Jesús le dijo:
«Si conocieras el don de Dios, si supieras quién es el que te pide de beber, tú misma le
pedirías agua viva y él te la daría.»
Bryan M. Quesada

TEMA N° 1: “El encuentro”


¿Dónde se encuentra el Señor?
¿Cómo podemos ir a su encuentro?
1. Nunca debemos olvidar que cuando hablamos de encontrarnos con Dios, lo que tenemos
que hacer es entrar en nuestro corazón y preguntarnos si nos estamos encontrando con Él
en lo más profundo de nosotros mismos.

2. "Vayamos con alegría al encuentro del Señor", es la frase central del Adviento, y con la
que se puede resumir la actitud cristiana de quien está preparando el encuentro con Dios
Nuestro Señor en Navidad.

3. El verdadero discípulo de Jesucristo es aquella persona que ha tenido este encuentro con
Jesucristo, de tal manera que su vida, a partir de ese momento, jamás vuelve a ser la misma
de antes.

4. Encontrarnos con el Señor significa ser capaces de descubrir en nuestro interior lo que
Dios quiere y busca para nosotros. El encuentro con el Señor no es otra cosa sino la
capacidad que tengamos en nuestra alma de reconocer la presencia de Dios, y, por lo tanto,
la obediencia a su ley en nuestro corazón.

Las 3 actitudes para encontrar verdaderamente a Jesús


según el Papa Francisco
La fe cristiana no es una teoría o una filosofía, es el encuentro con Jesús.

Según Francisco, para encontrar verdaderamente a Jesús debemos ponernos en camino con
tres actitudes:

 vigilancia en la oración
 activos en la caridad
 exultantes en la alabanza.

Numerosos encuentros de Jesús: con su Madre en el seno, con san Juan Bautista, con los
pastores, con los Magos. Todo esto, retomó, nos dice que el Adviento es un “tiempo para
caminar e ir al encuentro del Señor, es decir, un tiempo para no estar quietos”.

Allí, añadió el Papa, “habrá una sorpresa, porque Él es el Señor de las sorpresas”. También
el Señor, dijo: “no está quieto”. Yo, afirmó, estoy en camino para encontrarle y Él está en
camino para encontrarme, y cuando nos encontramos vemos que la gran sorpresa era que
Bryan M. Quesada

Él me estaba buscando, antes de que yo me pusiera en marcha”. La abundancia de su


gracia, de su amor, de su ternura que no se cansa de buscarnos.

También, a veces, con cosas pequeñas, nosotros pensamos que encontrar al Señor es una
cosa magnífica, como ese hombre de Siria, Naaman, que era leproso: y no es sencillo… Y
también él recibió una sorpresa grande del modo de actuar de Dios”, continuó.

“Muchas veces -añadió- verá que queremos acercarnos y Él sale a nuestro encuentro. Es el
encuentro con el Señor: esto es lo importante”.

“La fe no es una teoría, una filosofía, una idea: es un encuentro. Un encuentro con Jesús”,
destacó. De otra forma, si no “te has encontrado con su misericordia, puedes recitar el
Credo, pero no tienes fe”.

¿Cuáles son las principales dificultades que tienes para


encontrarte con Dios?

Actividades:

 Encontrar las bolitas acordes a pistas, las cuales contienen pasajes bíblicos.
Reflexionar en grupos cada pasaje.
 Momento de oración.

También podría gustarte