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Síntomas de un émbolo:
Cuando un émbolo se desplaza, hace que disminuya el flujo sanguíneo. Los síntomas dependen de hacia dónde se
dirige y dónde se aloja el émbolo:
En el cerebro: apoplejía o derrame cerebral. Los síntomas comunes de un derrame cerebral son los
siguientes:
o Entumecimiento repentino o debilidad en la cara, un brazo o una pierna, especialmente en un lado
del cuerpo
o Confusión repentina, problemas para hablar o comprender
o Problemas repentinos en la vista, en uno o ambos ojos
o Problemas repentinos para caminar, mareos, pérdida del equilibrio o de la coordinación
o Dolor de cabeza fuerte sin una causa conocida
En el corazón: infarto de miocardio. Los síntomas comunes de un infarto de miocardio son los siguientes:
o Opresión incómoda, sensación de saciedad o dolor en el centro del pecho, que dura más de unos
minutos o es intermitente.
o Dolor o molestia en uno o ambos brazos, la espalda, el cuello, la mandíbula o el estómago.
o Sensación de falta de aire junto con la molestia en el pecho, o antes de la molestia en el pecho.
o Aparición de sudor frío, malestar estomacal o mareos.
En los pulmones: embolia pulmonar (PE). Los síntomas clásicos de la PE son los siguientes:
o Tos con sangre, disnea y dolor en el pecho.
o Sin embargo, pueden presentarse otros síntomas, como por ejemplo: dolor en la espalda, los
hombros o el abdomen superior, mareos, desmayos, respiración dolorosa, nueva aparición de
sibilancias, cualquier nueva arritmia cardíaca, cualquier otro síntoma sin explicación en el tórax.
En un ojo: ceguera repentina en un ojo.
Éstas son afecciones posiblemente mortales o, como es el caso de un coágulo en el ojo, pueden causar una
discapacidad grave. La aparición de estos síntomas requiere atención inmediata.
Factores de riesgo:
Diversos factores, entre ellos la quimioterapia, pueden aumentar el riesgo de sufrir coágulos sanguíneos. Los pacientes
con cáncer tienen mayor riesgo. Algunos otros factores son los siguientes:
Ecografía dúplex (estudio Doppler): Esta prueba se usa para buscar una trombosis venosa profunda (DVT).
o Para buscar una DVT con ultrasonido, se coloca el transductor de ultrasonido contra la piel y se
presiona con firmeza hacia adentro lo suficiente como para comprimir la vena que se examina. En
un área con venas normales, éstas se comprimen con facilidad hasta quedar completamente
cerradas, mientras que las arterias musculares son extremadamente resistentes a la compresión.
o Si hay una DVT, las venas no colapsan por completo al aplicar presión utilizando la sonda del
ecógrafo.
Radiografía de tórax: Éste es un procedimiento rápido e indoloro en el que se toma una imagen, o una
placa de rayos X, para observar las estructuras internas del tórax. La radiografía de tórax servirá para
observar específicamente los pulmones, el corazón y las costillas.
o Esta imagen unidimensional puede brindar a su proveedor de atención médica información
importante acerca de lo que sucede en el interior del tórax y en la región pulmonar.
Grammagrafía pulmonar (Grammagrafía de ventilación-perfusión [VQ]): su médico o proveedor de atención
médica solicitará esta prueba si sospecha que puede haber desarrollado un coágulo sanguíneo en los
pulmones (PE).
o Se inyecta un medio de contraste radioactivo en la vena. Una cámara fotografía el flujo sanguíneo
hacia los pulmones.
o Si existe un bloqueo en el flujo sanguíneo, esto podría significar la presencia de un coágulo
sanguíneo.
Venograma: Su médico o proveedor de atención médica puede pedir esta prueba si usted experimenta
problemas con el flujo sanguíneo a través de las venas, hacia el corazón.
o Se inyecta un medio de contraste radioactivo en la vena que es necesario examinar. Se toman
radiografías para determinar la causa del problema. Un problema puede ser la presencia de un
coágulo sanguíneo.
Otras pruebas: como parte de la evaluación, se puede realizar un análisis de sangre para comprobar los
niveles de oxígeno en sangre, los factores de coagulación, etc., o un electrocardiograma (EKG) para
comprobar el ritmo cardíaco.
Si está recibiendo quimioterapia y cree que tiene un coágulo sanguíneo en un brazo o una pierna, no debe
esperar a ver qué sucede. Si tiene síntomas de un coágulo sanguíneo en un brazo o una pierna, debe acudir
inmediatamente a su médico. Si no está seguro acerca de los síntomas, llame a su profesional de atención
médica.
Trate de reducir los factores de riesgo de coágulos sanguíneos que puedan controlarse, como por ejemplo:
Continúe en movimiento, no prolongue el reposo en la cama. Una rutina de ejercicios también puede ser útil,
o bien, si está parcialmente inmovilizado, intente mantener el flujo sanguíneo utilizando los músculos no
inmovilizados de las extremidades inferiores.
No fume.
Si toma medicamentos anticoagulantes, como la warfarina (Coumadin®):
o Siga las instrucciones relativas a los análisis de laboratorio y la administración del medicamento.
o Tenga cuidado al afeitarse. A fin de minimizar las posibilidades de sufrir cortes, recomendamos
utilizar una afeitadora eléctrica o cremas depilatorias.
o Emplee un cepillo de dientes de cerdas suaves. Cepíllese y utilice el hilo dental con delicadeza
para evitar que sangren las encías.
o Llame a su médico si tiene cualquier síntoma de enfermedad, como vómitos, diarrea, infección o
fiebre. Las enfermedades pueden modificar los efectos de los anticoagulantes.
o Siempre lleve consigo una identificación en la que se indique que toma anticoagulantes. En el caso
de una emergencia, cabe la posibilidad de que no pueda hablar por sus propios medios.
o Evite las situaciones en las que puede lastimarse en el hogar o el trabajo. Se debe prestar atención
a las hemorragias incluso en el caso de las lesiones menores, ya que estos medicamentos afectan
la coagulación.
o Cuando se están tomando anticoagulantes, las caídas que provocan hematomas (hemorragias
bajo la piel) y los cortes ocasionados por objetos con filo son más graves.
o Llame a su médico si sufre una lesión relacionada con una caída o con golpes en el cuerpo o la
cabeza.
Cuando se diagnostica trombosis venosa profunda, por lo general el objetivo que se persigue es diluir la
sangre para prevenir la formación de más coágulos y una embolia.
Este tratamiento generalmente se comienza en el hospital, donde se le realiza un seguimiento riguroso.
El tratamiento puede durar entre 6 y 12 semanas o, para mayor prevención, también pueden recetarle tomar
una dosis de medicación de por vida.
Anticoagulantes:
o La heparina tiene una presentación líquida y se administra mediante una inyección subcutánea o
por infusión intravenosa (IV).
o La warfarina (Coumadin®) tiene una presentación en pastillas.
o La enoxaparina (Lovenox®) tiene una presentación líquida y se administra por inyección
subcutánea (SubQ).
Nota: Insistimos en recomendarle que hable con su profesional de atención médica acerca de su enfermedad y sus
tratamientos específicos. La información incluida en este sitio Web tiene como propósito ser útil e instructiva, y en
ningún caso debe considerarse un sustituto del asesoramiento médico.
El estrés psicológico describe lo que la persona siente cuando está bajo presión mental, física o emocional. Aunque es
normal presentar cierto estrés psicológico de vez en cuando, las personas que presentan altos grados de estrés
psicológico o que lo experimentan en forma repetida por largo tiempo pueden tener problemas de salud (mentales o
físicos).
El estrés puede ser causado tanto por las responsabilidades cotidianas y las actividades de rutina, como por
situaciones menos comunes, tales como un trauma o una enfermedad propia o de un familiar cercano. Cuando las
gente siente que no puede manejar o controlar los cambios causados por el cáncer o por las actividades de la vida
normal, siente angustia. Se ha reconocido cada vez más que la angustia es un factor que puede reducir la calidad de
vida de los pacientes con cáncer. Existe incluso cierta evidencia que indica que la angustia extrema está asociada con
peores resultados clínicos. Hay pautas clínicas disponibles para ayudar a los médicos y a los enfermeros a evaluar los
grados de angustia y a ayudar a los pacientes a manejarlos.
Esta hoja informativa proporciona una introducción general al estrés que la gente puede presentar al enfrentarse al
cáncer. Se puede encontrar información más detallada sobre situaciones psicológicas específicas relacionadas con el
estrés en las secciones de Recursos relacionados y de Bibliografía selecta al final de esta hoja informativa.
Si bien el estrés puede causar una serie de problemas físicos de salud, es débil la evidencia de que pueda
causar cáncer. Algunos estudios han indicado una relación entre varios factores psicológicos y un mayor riesgo de
cáncer; sin embargo, no es así con otros estudios.
Las relaciones aparentes entre el estrés psicológico y el cáncer podrían manifestarse de diversas maneras. Por
ejemplo, la gente con estrés puede adoptar ciertos hábitos, como fumar, comer en exceso o beber alcohol, lo cual
aumenta el riesgo de la persona de padecer cáncer. O bien, alguien con un familiar con cáncer puede tener un riego
mayor de padecer cáncer debido a un factor hereditario compartido de riesgo, no por el estrés resultante
del diagnóstico del familiar.
¿Cómo pueden las personas que tienen cáncer aprender a sobrellevar el estrés psicológico?
El apoyo social y emocional puede ayudar a los pacientes a aprender a sobrellevar elestrés psicológico. Dicho apoyo
puede reducir los grados de depresión, de ansiedad y lossíntomas relacionados con la enfermedad y el tratamiento en
los pacientes. Algunos métodos pueden incluir los siguientes:
Entrenamiento en relajación, meditación, o manejo del estrés
Orientación (consejería) o terapia de conversación
Sesiones de educación sobre el cáncer
Apoyo social en un entorno de grupo
Ejercicios
Se puede encontrar más información sobre cómo los pacientes con cáncer pueden superar el estrés en los resúmenes
de PDQ® en la lista de la sección de Recursos relacionados al final de esta hoja informativa.
Algunas organizaciones de expertos recomiendan que todos los pacientes con cáncer se hagan exámenes de
detección para ver si padecen angustia al comienzo del tratamiento. Otros también recomiendan volver a hacer
exámenes de detección en puntos críticos durante el curso del tratamiento. Los proveedores de atención médica
pueden usar una serie de herramientas de detección, tales como una escala o cuestionario de angustia, para
determinar si los pacientes con cáncer necesitan ayuda para manejar sus emociones y otras cuestiones prácticas. Los
pacientes que muestran angustia (o sufrimiento emocional) moderada o grave son generalmente derivados a los
recursos apropiados tales como a un psicólogo clínico, a un trabajador social, a un capellán o a un psiquiatra.
La rigidez de nuca generalmente se caracteriza por dolor y dificultad para mover el cuello –especialmente cuando intenta girar
la cabeza hacia un lado. La rigidez de nuca también puede estar acompañada de dolor de cabeza, de hombro o de brazo y
puede hacer que la persona gire todo el cuerpo, en vez de solo el cuello, al intentar mirar a un lado o hacia atrás.
Los síntomas generalmente duran un par de días o una semana y pueden provocar un dolor de cuello que va desde
levemente doloroso y molesto a extremadamente doloroso e incapacitante. Aunque hay unas pocas instancias en que la
rigidez de nuca es un signo de una afección médica grave, la mayoría de los casos agudos de rigidez de nuca o de dolor de
cuello se curan con rapidez, debido a la naturaleza duradera y recuperativa de la columna cervical.
Entre las causas de rigidez de nuca más frecuentes se encuentran las siguientes:
El músculo elevador de la escápula puede sufrir una distensión o un esguince durante la realización de diversas
actividades comunes y cotidianas, entre ellas:
Para informarse sobre el tratamiento y los cuidados personales para los síntomas de rigidez de nuca por distensión
muscular, véase Distensión del cuello: causas y remedios.
Meningitis / Infección
La rigidez de nuca, cuando es acompañada por una fiebre alta, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, somnolencia y
otros síntomas, puede indicar la presencia de la meningitis, una infección bacteriana que causa la inflamación de
las membranas protectoras del cerebro y de la médula espinal. Otras infecciones también pueden causar síntomas
de rigidez de nuca, tales como la meningococcemia, una infección de la columna cervical. Si la rigidez de nuca va
acompañada de fiebre, siempre es aconsejable buscar atención médica inmediata, para detectar la presencia de
alguna de estas posibilidades.
Hay muchos problemas en la columna cervical que pueden llevar a la rigidez de nuca. Esta rigidez puede surgir
como resultado de una reacción a la afección subyacente en la columna cervical. Por ejemplo, una hernia discal
cervical o una artrosis cervical pueden llevar a una rigidez de nuca, ya que las estructuras de la columna cervical y
las líneas trazadas en ella por los nervios son todas interconectadas y un problema que surge en cualquier área
puede llevar a un espasmo muscular o a la rigidez muscular.
Cuándo ir al médico
Como regla general, es aconsejable buscar atención médica si los síntomas de rigidez de nuca no disminuyen después de
una semana. Se recomienda buscar atención médica inmediata si la rigidez de nuca se empieza a notar después de sufrir un
traumatismo o si está acompañada por otros síntomas preocupantes, tal como una fiebre alta.
Para más información sobre la rigidez de nuca de larga duración visite Dolor de cuello crónico: ¿qué afección está
causando mi dolor de cuello?