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LOS 3 CEREBROS, SEGÚN MACLEAN

El ser humano desde siempre se ha caracterizado por buscar la razón de las cosas. Con el pasar
del tiempo, aparecieron avances tecnológicos que permitieron el mejor desarrollo de vida de
estos. Nunca hemos parado ello. Somos seres inteligentes por excelencia, y nuestro cerebro
está inevitablemente relacionada con ello, pues es un órgano que ha permitido que el hombre
esté donde esté hoy en día. El cerebro es una parte importante en nuestro organismo, por lo
que muchos científicos se han dedicado a estudiar tanto su estructura como las funciones de
cada parte.

En la década de 1950, el neurocientífico norteamericano Paul MacLean desarrolló la teoría del


cerebro truino. Las investigaciones de MacLean sugieren que nuestro cerebro se desarrolló
incorporando cada vez funciones más complejas, sin embargo en lugar de integrar las
funciones más primitivas en el resto del cerebro, estas funciones continuaron siendo
gestionadas por la estructura más antigua ya que era la que estaba altamente especializada en
gestionar dichas funciones. Según MacLean cada parte del cerebro es una forma de
estructurar este para poder entender su funcionamiento, basada en su desarrollo evolutivo y
en la complejidad de sus funciones y que para nada excluye que el cerebro funcione en red
mediante la interacción de todas y cada una de sus estructuras.

La teoría de MacLean dice que el cerebro se puede dividir en tres estructuras principales,
según la complejidad de sus funciones:

El cerebro instintivo o reptiliano, el cerebro límbico o mamífero, y el cerebro cognitivo-


ejecutivo o cerebro humano.

Los tres cerebros se desarrollaron en forma de capa uno por encima del otro.

El cerebro instintivo o reptiliano está compuesto por el tallo cerebral, los ganglios basales y el
sistema reticular y ocupa el 5% de la masa cerebral. Su función principal, al igual que en el
resto de las especies, es asegurar nuestra supervivencia y la de la especie. Esta área cerebral
no entiende de pasado o futuro, sólo vive el presente y así reacciona. Actúa como primer filtro
de la información que percibimos del medio ambiente. Su función es actuar y ante posibles
amenazas sólo tiene dos tipos de respuesta: ataque o huida. Es el responsable de nuestra
resistencia al cambio ya que evalúa a lo conocido como seguro y a lo desconocido como
peligroso para la supervivencia.

El cerebro límbico o mamífero: Está constituido por 6 estructuras y ocupa el 10% de la masa
cerebral: El tálamo, La amígdala (emociones), El hipotálamo, Los bulbos olfatorios, La región
septal, Hipocampo (memoria).Con la aparición de este cerebro, aparece la capacidad de
aprender y modelar las respuestas automáticas pro-supervivencia y por lo tanto memorizar
nuevas respuestas para poder utilizarlas en situaciones futuras semejantes. Es decir procesa
experiencias presentes y pasadas. Funciona como segundo filtro de la información que ingresa
a nuestro cerebro evaluando los estímulos en dos grupos: Dolor o placer, el dolor lo considera
malo para la supervivencia y el placer como bueno para la misma. A diferencia del cerebro
instintivo, el cerebro emocional es adaptable y por lo tanto acepta situaciones o estímulos
nuevos, a los que evalúa como placer o dolor.

El cerebro cognitivo-ejecutivo o cerebro humano: Es la parte más desarrollada del cerebro y en


los seres humanos es la que nos diferencia del resto de los animales. Su función cognitiva-
ejecutiva hace referencia a la capacidad de procesar la información de forma consciente.
Ocupa el 85% de la masa cerebral, no obstante el cerebro instintivo y el cerebro límbico, a
pesar de ocupar sólo un 15% de nuestro cerebro tienen una influencia enorme en nuestra
actividad cerebral debido a que son los primeros en evaluar los estímulos percibidos –
¿recuerdas los 125 milisegundos?-. El cerebro cognitivo, se enciende siempre después de los
cerebros anteriores, la información tarda 375 milisegundos más en llegar a esta estructura
cerebral, y es de acción lenta ya que consume mucha energía. Es donde se llevan a cabo los
procesos intelectuales superiores, el desarrollo social, el proceso racional de entendimiento y
análisis, la planificación y la habilidad de procesar experiencias futuras y la creatividad
mediante la imaginación. En él se encuentra la parte que nos hace realmente humanos y ésta
son los lóbulos pre-frontales y está estructurado en dos hemisferios, el hemisferio izquierdo
está asociado con el razonamiento lógico, el análisis, la descomposición de un todo en partes y
el lenguaje y el hemisferio derecho está asociado a la creatividad, la imaginación, los procesos
asociativos globales, las relaciones espaciales y al proceso de las emociones.

El tambaleante proceso de la evolución ha conformado un cerebro que está fragmentado y es


inarmónico, y en cierto modo está compuesto de jugadores cuyos intereses compiten. Los
críticos del modelo trino de MacLean han menospreciado su separación deliberada de
intelecto y emoción como un romanticismo pasado de moda.

No obstante, si bien los tres cerebros se diferencian en linaje y función, nadie ha discutido la
autonomía neurológica. Cada cerebro ha evolucionado para interactuar con sus cohabitantes
craneales, y las líneas entre ellos; pero si hay una cosa de la que si podemos estar seguros es
que los seres humanos somos una raza única, en donde la capacidad racional ha ido
evolucionando, de tener un cerebro de un animal hasta alcanzar un cerebro que ha permitido
tantos avances en todos los ámbitos. Por ende, somos animales racionales, pues aún tenemos
características en nuestro cerebro que le pertenecen a los animales, que si bien, suena algo
raro, es algo que ya muchos sabemos.

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