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Liberaciones y curaciones
por el Ayuno
Sor Emmanuel
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¿Se tirarían al agua?
Comencemos por una pregunta para ver si ustedes son del todo
normales. Supongamos que están caminando a orillas de un río un
día de invierno, y hace un frío de locos. De repente oyen los gritos de
un niño a punto de ahogarse. Si ustedes no se tiran al agua, el
pequeño que sólo tiene dos o tres años morirá. ¿Qué hacen?, ¿Se
zambullen a pesar del agua helada ..?, "¿Sí?". Por supuesto, porque
quieren salvar esa vida. ¡No pueden dejar que un niño muera cuando
tienen la posibilidad de salvarlo, y es tan simple como zambullirse!.
Sucede algo similar con el ayuno; nos da la posibilidad de salvar
almas, de impedir la muerte de jóvenes y de niños, de evitar que
familias enteras se desintegren. Sin embargo, hace casi medio siglo
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pero también para poder vencer a Satanás: la Misa, la lectura de la
Biblia, el ayuno, el sacramento de la Reconciliación y el Rosario.
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Dos de siete días
La virgen nos pide que ayunemos dos días por semana a pan y agua,
los miércoles y los viernes. ¿Por qué esos dos días?. María, al igual
que San José, Jesús y todos los judíos piadosos de su tiempo,
practicaban el ayuno dos días por semana. En un documento muy
antiguo de la iglesia que data del año 90, la "Didache", donde los
primeros cristianos relatan la vida del primer siglo, leemos: "Los
hipócritas (los fariseos) ayunan los martes y los jueves, mientras que
nosotros ayunamos los miércoles y los viernes". ¿No es conmovedor
pensar que la Santísima Virgen nos vuelve a introducir en esa
tradición de la Iglesia de los primeros tiempos que Ella misma
practicó?.
El ayuno forma parte de la tradición judía, de la religión cristiana, así
como de otras religiones. Es también aconsejado por la medicina y
por ciertas terapias. Todo médico sabe que el ayuno es bueno para
la salud.
Aunque la Gospa no haya explicado en algún mensaje el porqué de
la elección de esos días, lo pude descubrir gracias a los miembros de
los grupos de oración que Ella misma estableció en Medjugorje, y por
medio de los cuales fue formando a esos jóvenes durante muchos
años a través de los videntes.
Es emocionante ver cómo todo lo que hace María tiene un solo fin:
manifestar a Jesús. Ella viene por Jesús, para hacer amar a Jesús, para
acercarnos al Corazón de Jesús.
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En qué el ayuno nos acerca a Jesús
La Santísima Virgen pidió que los jueves de todas las semanas del
año se recuerde especialmente el don de la Eucaristía y del
ministerio sacerdotal. Viviremos esta conmemoración con mucho
amor. Recordaremos con alegría, con fe y en acción de gracias, que
Jesús nos ha dado su Cuerpo y su Sangre como bebida y alimento.
María está tan perdidamente enamorada de la Eucaristía, del Pan de
Vida, que nos da todo el miércoles para que nos preparemos para
esa conmemoración, (¡y no por cierto para que vayamos a Misa sólo
los jueves!). Nuestra Madre quiere que los miércoles nos liberemos
de las distracciones de los otros alimentos, de tener que hacer
mandados y de todas las preocupaciones culinarias, para que nos
focalicemos en el sabor del pan, en el gusto de ese elemento que va
a transformarse en el cuerpo mismo de Jesús; puesto que Jesús ha
elegido el pan para transformarlo en su Cuerpo.
El miércoles no pensaremos: "¡felizmente mañana vamos a poder
comer!", si no que ayunaremos con alegría y de corazón para
adentrarnos en esta realidad del pan. Nos dispondremos a la manera
de los hebreos en el desierto en el tiempo del éxodo. Dios les dio el
pan que bajaba del Cielo, el maná, preparándolos así a ser el primer
pueblo en vivir el misterio de la Eucaristía. La Virgen emplea con
nosotros la misma pedagogía.
El jueves viviremos esta conmemoración festiva de la institución del
Pan de Vida. ¡Pero María no quiere que recaigamos bruscamente en
las "pizzas con papas fritas" y en nuestros platillos elaborados!.
Desea que el viernes conservemos el gusto del pan para permanecer
el mayor tiempo posible en contacto con este misterio. Les sucede
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algo semejante a los judíos con relación al Shabbat. Para ellos es la
fiesta más santa, y al atardecer del sábado, cuando el Shabbat llega
a su fin, los vemos continuar con salmos e himnos, como si lo
quisieran retener, ¡El Shabbat es para ellos como si fuera su novia!.
De la misma forma, ayunamos el viernes para conservar el mayor
tiempo posible el gusto del pan que nos habla del Pan de Vida.
Siempre me imagino a la Santísima Virgen luego de la Ascensión,
cuando se quedó en la tierra en medio de los apóstoles. Al entrar en
las cocinas de aquella época, ¿podría mirar el pan como lo miraba
antes de la Ultima Cena?. Ante un trozo de pan, algo debía vibrar en
su Corazón de Aladre y seguramente pensaba: "Mi hijo se hizo Pan,
¡éste es el elemento que se convirtió en mi Hijo!".
Sin querer ponernos en el lugar de María, podemos afirmar que no
podía por cierto mirar el pan de la misma manera que miraba las
zanahorias o las papas.
Vemos en el Evangelio cómo Jesús nos habla del sembrador, del
grano de trigo que debe morir, y por esa muerte resurgir y producir
fruto en abundancia, treinta por uno, sesenta por uno, ciento por
uno. Para que el grano de. trigo se vuelva pan, tenemos que molerlo
hasta convertirlo en harina, trabajar luego la masa, hornearla. En la
figura del pan, está condensada toda la historia de la Muerte y
Resurrección de Cristo y de los frutos de la Redención. Por amor a
nosotros, Jesús se dejó triturar en su Cuerpo, en su Corazón, en toda
su Persona.
Quiso hacerse Pan para ser nuestro alimento, para transformarnos
en Él. Cuando Jesús habló del Pan de Vida, dijo: "Quien come de este
Pan tiene la Vida Eterna". ¿Qué pan? "El Pan que el Hijo del Hombre
les da no es como el pan que comieron vuestros padres; ellos
murieron..." (Jn 6,58). Por eso, los miércoles y los viernes,
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amanezcamos en la contemplación de la historia de nuestra
Salvación, con gran amor y veneración hacia el pan. María quiere
sumergirnos en ello no solamente en espíritu, sino también en forma
material. Ella es una Mujer judía muy concreta. Nos propone el pan
para que nos veamos "obligados" a estar con Jesús; por el ayuno nos
concentra en la Presencia y el Amor de Jesús, y nos permite
maravillarnos con Ella por el hecho de que Jesús, en su gran
humildad, se haya convertido en Pan.
¡Este es el verdadero sentido del ayuno!.
La Santísima Virgen nos ha permitido vivir algunos ejemplos en
Medjugorje a fin de ilustrar los mensajes que nos da sobre los
beneficios de este ayuno a pan y agua.
La tradición judía, como luego lo hizo la tradición cristiana, nos
enseña que el ayuno es muy poderoso contra Satanás. Es muy
importante practicarlo sobre todo en estos tiempos, porque estamos
a la merced de las fuerzas del mal. La Gospa dijo en Medjugorje: "Hoy
Satanás es más fuerte que nunca". ¡Conocemos bien los estragos que
hace en las familias, entre los jóvenes, entre los niños!.
Desgraciadamente, la cultura de la muerte está muy arraigada en
Occidente.
Muchos peregrinos llegan desechos a Medjugorje porque sus hijos
se drogan, se prostituyen o eligen caminos de muerte. Estos padres
vienen a verme para que les pida a los videntes que recen para que
su hijo abandone el mal camino— Después de asegurarles el apoyo
de mi oración, les pregunto: "¿Ayunó usted por su hijo?". Y ellos me
responden: "Rezo mucho, hago novenas, aun a la Preciosísima
Sangre de Cristo, rezo Rosarios...". - Pero no ha contestado a mi
pregunta, ¿También ayunó? "Pero rezo, hermana, rezo".
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Les recuerdo que María habló de las "guerras" que causan grandes
estragos en las familias y devastan el corazón de sus hijos (lo que
posiblemente está ocurriendo en la vida de su propio hijo), y dió el
siguiente mensaje: “Queridos hijos sólo por medio del ayuno y la
oración podrán detener las guerras”. No hablaba en primer lugar de
las guerras militares, sino de las guerras que se producen en el seno
de las familias. ¡Ella nos dice que la guerra comienza en nuestro
corazón!. Si tengo odio contra mi hermano, si le he cerrado la puerta,
si lo he juzgado mal y lo he condenado, si le guardo resentimiento,
entonces tengo una guerra en mi corazón que no hace más que
exteriorizarse.
¡Estas son las guerras que la Virgen quiere erradicar!, ¡Y los únicos
medios para ello son el ayuno y la oración!. Si ustedes encuentran
otro recurso, seguramente no será de gran utilidad y es preferible
abandonarlo. Jesús también habló sobre el tema. Un día, los
apóstoles regresaron cabizbajos porque el mal se les había resistido;
sin embargo ya tenían el poder de Cristo: hacían milagros,
curaciones, sanaciones... Pero ese día no habían podido vencer el
mal, y Jesús les explicó la razón: "Esta clase de demonios sólo se
expulsan por la oración y por el ayuno..." (Me 9,29).
No olvidemos estos dos medios. Por el ayuno no salvamos a un solo
niño como cuando nos zambullimos en el agua helada del río para
rescatarlo, no nos arriesgamos a contraer una pulmonía. ¡Ayunando
a pan y agua salvamos muchas vidas!. Y no nos enfermamos, sino
todo lo contrario, muchas veces el ayuno nos devuelve la salud.
Numerosas investigaciones indican que en Occidente se come un
tercio más de lo necesario. Muchas enfermedades y aún muertes
prematuras se deben a este exceso de comida. El ayuno, lejos de
perjudicarnos, nos beneficiará.
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Padres que imploran la curación de sus hijos, hijos que ruegan por la
reconciliación de sus padres, ¡sepan que cuentan con este valioso
instrumento!. Todos los Santos ayunaron. Pero no oren sin ayunar,
ni ayunen sin orar. La Biblia nos muestra cómo procedían los amigos
del Señor ante una adversidad: "David recurrió a Dios a favor del
niño: ayunó rigurosamente y cuando se retiraba de noche, se
acostaba en el suelo" (2Sm 12,16). "Yo volví mi rostro hacia el Señor
Dios para obtener una respuesta, con oraciones y suplicas, mediante
el ayuno, el cilicio y las cenizas. Oré al Señor, mi Dios..." (Dn 9,3-4).
Al inicio de las apariciones, todo el pueblo escuchaba con mucha
atención la menor indicación de la Santísima Virgen. Luego de unos
dos meses, la Virgen les dijo: "Satanás tiene un plan de destrucción
para esta parroquia. Queridos hijos, les pido a todos que ayunen a
pan y agua durante tres días y que recen el Rosario a fin de vencer a
Satanás". Y todos, como un solo hombre, hicieron lo que la Santísima
Virgen les había pedido. Durante tres días, ayunaron y oraron con el
corazón, para que María aplastara la cabeza de la serpiente.
Al cuarto día la Virgen anunció: "Queridos hijos les agradezco por sus
rezos y ayunos, pues el plan de Satanás ha sido desbaratado.
¡Obtuvimos la victoria!". Ella no dijo: "Obtuve la victoria", sino:
"Obtuvimos la victoria".
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El cuerpo
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Los apóstoles no se sentían molestos cuando no tenían tiempo para
comer. Poco les importaba tener que pasar por alto una comida,
pues la obra de Dios era tan intensa que estaban plenamente
entregados a ella.
Cuando damos de nuestro cuerpo es señal que nos hemos
verdaderamente entregado a Dios. De alguna manera, el ayuno crea
un vacío en nosotros, un espacio en nuestra alma, en nuestro
corazón. Cuando no estamos ocupados en comer, hay un lugar que
se libera y que Dios vienen a ocupar como nunca lo había hecho aún;
un territorio nuevo en nuestra vida, del cual Dios puede tomar
posesión.
Y por eso quienes ayunan tienen una sensibilidad y una delicadeza
espiritual especiales. Están mucho más inspirados que quienes no lo
hacen. Veamos cómo procedían los primeros cristianos: "Un día,
mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo
les dijo: Resérvenme a Saulo y a Bernabé. Ellos después de haber
ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Saulo
y Bernabé, enviados por el Espíritu Santo, fueron a Seleucia..." (Hch
13,2-4).
Una madre de familia mexicana que ayunaba dejó de hacerlo por un
año, retomándolo luego. Ella me contó que durante el tiempo en que
había dejado de ayunar, sintió que de alguna manera había perdido
la intuición especial que tenía con sus hijos, que eran muy pequeños,
para hablarles, para explicarles la vida e introducirlos en las
realidades del mundo.
Pero desde que reanudó sus ayunos, comprobó que estaba
nuevamente inspirada. Las ideas le venían espontáneamente sentía
que el Espíritu Santo la iluminaba y que sus hijos la escuchaban con
mucha atención; ella encontraba la palabra justa para ayudarlos.
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Hermoso ejemplo de este nuevo espacio que el Espíritu Santo toma
en nosotros a través del ayuno; de esa habitación suplementaria de
la Trinidad que permitimos que Dios ocupe en nosotros.
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Preparar las grandes obras de Dios
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Otro hecho relacionado con este franciscano: le llevaron a una mujer
que todos los días se emborrachaba con aguardiente. Todo era inútil
contra su alcoholismo. El Padre Zdenko la recibió y le dijo: "¡No debes
beber más! ¿Prometes no beber más?". La mujer lo prometió, el
Padre la bendijo: "En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo", y ella se fue. Al día siguiente, no bebió, tampoco al otro día.
Pero al tercer día, hacía mucho calor, y la tentación de beber se hacía
más y más fuerte.
Entonces, ella toma un gran vaso, lo llena de vino y lo acerca a sus
labios. De repente ve un dedo encima del vaso 3? oye la voz del
Padre Zdenko: "¡Te dije que no bebieras más!", y del susto, deja caer
el vaso, y el vino se derrama por el suelo. ¡Esta mujer se curó de su
adicción por el resto de sus días! Esta no es más que una anécdota
entre tantas otras. El franciscano simplemente ayunaba y oraba.
¿Cuantas vidias habrá salvado asi? Cómo él, ¡podemos hacer tanto
bien por medio del ayuno y de la oración!.
Nuestra Madre nos previene: "Queridos hijos, en estos tiempos la
paz está particularmente amenazada. Les pido que renueven el
ayuno y la oración en sus familias. Queridos hijos, deseo que
comprendan la gravedad de la situación y que gran parte de lo que
ocurra depende de su oración".
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La protección
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Si como madre de familia tengo diez hijos en casa, y sabiendo que
ha\r un sádico afuera que merodea y trata de torturar, violar y matar,
no los pongo sobre aviso, y por el contrario les digo: "Pueden ir a
pasearse tranquilamente por los bosques, vayan a distraerse...", ¡me
convierto en cómplice del asesino de mis hijos!. No tenemos derecho
a ocultar a los niños que el combate espiritual existe, que no sólo
actúa Dios, sino que también hay un enemigo, que el Infierno existe,
tenemos un enemigo, hay un asesino que anda suelto.
María nos dice: "Queridos hijos, Satanás está al acecho de cada uno
de ustedes. Quiere arrastrarlos por el camino del pecado y de la
muerte". ¡Y se aflige con razón!. Actualmente la cantidad de suicidios
en el mundo es mayor que nunca. Incluso las guerras, el cáncer y los
accidentes automovilísticos producen menos muertes que los
suicidios.
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Purificación del mal
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Las sugerencias de Satanás
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manos de Satanás, es precisamente haciendo como todo el mundo.
¡Y ya sabemos lo que hace todo el mundo!.
¡NO, no cometamos la tontería de responder a Satanás cuando nos
tienta!. Si nos dice: "¡Deberías comer, mira lo paliducho que estás,
todo el mundo come", no hay que responderle: "tengo ganas de
ayunar, déjame en paz, fuera de aquí". No hagan nunca esto, jamás
dialoguen con Satanás. Cuando Satanás nos tiente, dirijámonos a
Dios y digámosle: "Señor, ese me esta molestando, ¡haz algo!".
Satanás es más astuto que nosotros, intenta darnos conversación
para luego ensartarnos. Así fue como Eva se dejó enredar. Si en lugar
de entrar en diálogo con Satanás, ella se hubiera dirigido al Señor
diciéndole: "Señor, la serpiente me dice lo contrario de lo que Tú nos
has dicho, ¿qué debo hacer?". ¡Nunca hubiera comido la manzana!.
¿Qué hacer para que nuestro ayuno dé frutos?. Tenemos que ayunar
con el corazón. Quizás el miércoles y el viernes por la mañana la sola
idea de ayunar nos ponga de mal humor, pero cuando entramos en-
el espíritu del ayuno: el amor por el Pan de Vida, este amor centrado
en Jesús, nos lleva a ayunar con el corazón porque amamos a Jesús.
En 1984 la Santísima Virgen nos decía: "Queridos hijos, los invito a
ayunar con el corazón, con amor. Ruego a la parroquia que ayune en
agradecimiento a Dios por haberme permitido permanecer tanto
tiempo entre ustedes. Queridos hijos, oren y ayunen con el corazón".
Que el ayuno sea un agradecimiento por la presencia de Alaria y
también por el don de la Eucaristía.
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Hasta el cumplimiento cabal del plan
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El purgatorio
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Curaciones por alcanzar
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¿Y los niños ?
Suelo explicar a los niños lo que es un sacrificio, y les hago cerrar los
ojos para que busquen qué sacrificios van a ofrecer cuando la
Santísima Virgen pase de noche, de casa en casa, con su gran canasta
para recoger sus sacrificios.
Entonces cierran muy fuerte sus ojitos, se concentran en la oración...
y luego de unos instantes dicen el sacrificio que encontraron. ¡Es
increíble cómo los niños captan enseguida, y lo nobles que son¡. No
se trata de hacer ayunar a los niños a pan y agua dos días por
semana, pero cuando vean que sus padres ayunan, les dirán: -"¿y
yo?, ¡papá, yo también quiero hacer un sacrificio!". Y renunciarán a
una golosina, a un helado, se privarán de su postre preferido, o se
despegarán de la televisión. Hay que darles pautas a los niños,
porque ellos son muy generosos; comprenden muy bien en qué
deben esforzarse.
Sin embargo, a veces hay que desconfiar de- los niños pues pueden
actuar con picardía. Mi sobrinito de seis años, François-Joseph, le
había encontrado la medida: Una noche en la mesa, después de la
bendición, le dijo a su padre: -"Papá, ¡hoy voy a ayunar! "-. Y su padre
le respondió: "Cómo ayuno, ¡vas a ofrecer el sacrificio de comer esta
comida que no te gusta tanto!".
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Suspensión de las leyes naturales
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luchar contra el mal que se desarrolla en nosotros, en nuestra
familia, en nuestra sociedad, en la Iglesia.
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Los curanderos
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Es por eso que quienes frecuentan a curanderos no terminan de
recaer en otras enfermedades; éstas pasan del cuerpo al corazón, y
del corazón al alma. A partir de una dolencia puramente física
desarrollan de repente tentaciones suicidas, odios increíbles,
depresiones profundas. Un buen día, no soportan más a su cónyuge,
su manera de hablar, de caminar... De repente no pueden rezar más,
pierden la alegría de vivir, se sienten bloqueados y no consiguen
levantarse por la mañana; no pueden realizar su trabajo, no pueden
moverse, o tienen terribles dolores de cabeza.
En la comunidad de las Bienaventuranzas nos ocupamos con
frecuencia del "Servicio de post-venta" de este tipo de "curaciones".
¡Les suplico, no vayan a ver a curanderos, hechiceros, adivinos o
brujos, para terminar yendo de mal en peor!, ¡No rematen su vida
por una curación a cualquier precio!.
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por lo general son de profunda oración, ascesis e intensa vida
sacramental.
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Jesús corta el mal
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Preguntas prácticas
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A ciertas personas el pan tostado les sienta mejor. ¿Por qué no?
Cuando habla del agua, no precisa si ésta debe ser Iría o caliente. Allí
también decidimos según el corazón (o de acuerdo a la temperatura
de la estación).
Recuerdo este diálogo entre Mirjana y una americana: Después de
haber oído que la Santísima Virgen pedía que ayunáramos dos días
por semana a pan y agua, la señora abrió bien grandes los ojos y
preguntó: "¿Crees que la Gospa me permitiría tomar un poquito de
café con algo de azúcar cuando me levanto a la mañana, sólo para
poder despertarme?. Y Mirjana le respondió: "Sí, pero hazlo rápido
antes de que Ella se levante".
Les cuento esto para mostrarles la atmósfera de amor que se vive
con María. Su trato no es rígido, sino confiado y tierno como el de
una madre con sus hijos. Esta Madre nos brinda los medios para
tener más amor en nuestro corazón y poder dar fruto, para crecer en
la alegría, en la paz, en la libertad. Hay que recibir el ayuno como un
regalo que viene del cielo.
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Una confidencia
Es muy importante también pedir la gracia del ayuno la víspera. Les
voy a contar algo muy personal: durante siete años, viviendo ya en
Medjugorje, no podía ayunar a causa de ciertas enfermedades que
padecí siendo joven. Por lo tanto, formaba parte del "club de los
débiles". Eramos dos de quince en ésta situación, y los días en que
los demás ayunaban, comíamos.
Esto no me hacía muy feliz pero por más que le suplicara a María:
"Por favor, haz algo", no pasaba nada. Un día, la tomé por el lado de
los sentimientos y le dije: "Querida Gospa, me invitas a viajar por
todo el mundo para anunciar tus mensajes, pero ves bien que el
tema del ayuno lo trato muy por encima con respecto a los demás.
No puedo adoptar una actitud hipócrita: como no ayuno, no puedo
hablar de lo que no conozco y hacer grandes discursos sobre ese
tema. Por consiguiente, si quieres que me explaye sobre el ayuno
¡vas a tener que concederme la gracia de poder ayunar!, ¡Te pido esa
gracia!
Envidiaba a los demás, y como la Virgen hablaba constantemente de
los buenos frutos del ayuno le dije: "¿No quieres que tenga esos
buenos frutos yo también?". Poco después me encontré con un
amigo mexicano que había tenido una conversión magistral en
Medjugorje, y que creó luego un gran apostolado para la difusión de
los mensajes por televisión en su país. Intercambiábamos opiniones
sobre la manera de vivir el apostolado, y le pregunte: "Cuando te
hace falta esto o aquello, ¿qué haces?". Él me respondió: "¡Todo lo
que te haga falta, todo lo que le pidas a la Santísima Virgen para tu
apostolado, ya sea dinero, salud, cosas materiales o espirituales,
para ti o para otros, te lo dará SI tú haces todo lo que Ella dice!". ¡Ese
fue el "SI" que cambió mi vida!
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De inmediato tomé la determinación de ayunar, y encarando a la
Virgen le dije": Mañana voy a ayunar a pan y agua, ¡por favor
concédeme la gracia de poder hacerlo! Como bien sabes no soy tan
valiente, por eso te pido este signo: que durante todo el día de
mañana (un viernes), no sienta para nada hambre, ni siquiera tenga
ganas de comer". ¡Y Ella me lo concedió! Ayuné durante todo el día,
y por la noche estaba en plena forma. Así fue como recibí la gracia
del ayuno. ¡Pídanla ustedes con fervor!.
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¿Y los enfermos ?
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afección estomacal. Un día, en oración, sintió que debía comenzar a
ayunar ¡y el ayuno lo curó de su dolencia!. Pero cada caso es especial,
y hay que ser muy prudentes cuando se está bajo grandes dosis de
medicamentos.
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¿Por qué el pan y el agua?
Con frecuencia nos preguntan: ¿por qué pan y agua?, ¿por qué no
papas, lentejas o arroz? Es simple. Como ya lo dije, todo está ligado
a la Eucaristía, al Pan de Vida. Jesús no dijo: "Yo soy la papa de la
vida", o "Yo soy el arroz de la vida", o " Yo soy la banana de la vida",
sino: ‘Yo soy el Pan de vida".
Es por eso que comemos pan los días de ayuno. No olvidemos jamás
que Jesús está en el centro de lo que pide la Santísima Virgen.
Ayunando a pan y agua acrecentamos nuestro amor hacia el Pan de
Vida, nos abrimos a la Vida Eterna que trae consigo. Esta vida va a
inundarnos hasta transformarse en un río que riegue la faz de la
tierra. La Virgen ha dicho: "Un río va a surgir de sus corazones,
queridos hijos, que alcanzará al mundo entero".
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Tesoros descubiertos en el cielo
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Pues bien ese día, sin que tú lo supieras, me paseaba por las calles
de San Francisco cuando de repente me invadió el Espíritu Santo. Vi
un icono de Cristo en un negocio, comprendí que Él era mi Salvador,
y encontré la fe. Esto me salvó la vida, y ahora estoy aquí en el Cielo".
Y otro nos dirá algo similar, y un tercero, y un cuarto.
Quizás se haya convertido algún médico que terminaba sus estudios
con la firme intención de ganar mucho dinero practicando abortos,
y nuestro ayuno hizo que recibiera la revelación del Espíritu Santo
sobre el valor de la vida humana, ¡sobre el esplendor de una sola vida
humana!. Y María le dio sensibilidad para aceptar, acoger, bendecir
la vida humana, y para decidirse a rechazar todo aborto. Y gracias a
esto. Miles de niños no fueron muertos en el seno de su madre.
Porque, a pesar del olor a bisteck, perseveré en mi ayuno y recé por
los no creyentes.
Sí, el ayuno a pan y agua es un acto de misericordia. Y cuando es
secreto, se vuelve aún más meritorio. María nos dice: "Por todos los
medios, trate de que su ayuno sea secreto, de que no sea conocido
por los hombres". Cuando ayunamos en comunidad, en familia, no
es posible mantenerlo secreto.
Pero si trabajamos en una oficina, nadie tiene porqué saber que en
lugar de ir al restaurante de la esquina a la hora del almuerzo, hemos
comido un pedazo de pan en algún lugar. Jesús nos aconseja:
"Cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro para que tu
ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está
en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará" (Mt
6, 17-18).
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El plato del vecino
42
El ayuno, un acto de misericordia que ensancha
el corazón
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¿Cómo hacer el pan de ayuno?
UNA DE LAS RECETAS UTILIZADAS EN MEDJUGORJE
Para 1 kg. de harina blanca, agregar en el siguiente orden:
3/4 de litro de agua tibia (alrededor de 37° C)
1 cucharadita caletera de azúcar.
1 cucharadita cafetera de levadura liofilizada (o levadura de
panadero).
-Mezclar bien y agregar:
2 cucharadas soperas de aceite 1 cucharada sopera de sal
250 gramos de hojuelas de avena u otros cereales.
-Mezclar bien. Se puede agregar un poco más de harina en caso de
que la masa esté demasiado líquida.
-Dejar descansar la masa durante dos horas como mínimo (o durante
toda la noche) en un lugar cálido, con temperatura constante (no
menos de 25" C). Se puede cubrir la masa con un trapo húmedo.
-Colocar la masa (4 cm de altura como máximo) en moldes bien
aceitados. Dejar descansar nuevamente durante treinta minutos.
Poner en horno caliente (160°C) de cincuenta a sesenta minutos.
La calidad del pan depende en gran parte del tipo de harina utilizada.
Se puede mezclar harina integral con harina blanca.
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índice
¿Se tirarían al agua?
Dos de siete días
¿En qué el ayuno nos acerca a Jesús?
El cuerpo
Preparar las grandes obras de Dios
La protección
Purificación del mal
Las sugerencias de Satanás
Hasta el cumplimiento cabal del plan
El Purgatorio
Curaciones por alcanzar
¿Y los niños?
Suspensión de las leyes naturales
Los curanderos
Jesús corta el mal
Preguntas prácticas
Una confidencia
¿Y los enfermos?
¿Por qué el pan y el agua?
Tesoros descubiertos en el Cielo
45
El plato del vecino
El ayuno, un acto de misericordia
que ensancha el corazón
¿Cómo hacer el pan de ayuno?
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