MICHEL PLON
Director de investigaciones en el Centro Nacio·
nal de Investigación Cientffica, psicoanalista.
Ha publicado La pulsión de muerte: entre
psicoanálisis y filosofía (2006) junto a Henri
Rey·Flaud; Autour du "Malaise dans la culture"
de Freud (1998), junto a J. Le Rider, G. Raulet y
H. Rey·Fiaud, y La Théorie des jeux: une politi·
que imaginaire (1976).
.-
Elisabeth Roudinesco
y Michel Plon
• • •
• / •
•
Paidós
• Barcelona • México
TftuIo original: Dictionnaire de la Psychanalyse
O Llbralrie Anh~me Fayard, 1997
FayllJ'd, Paris, 1997
Roudincsco, Élisubeth
Diccionario de psicoan:ílisis I Élisubelh Roudincsco
y Michcl Plan· 20 cd. - Buenos Aires: Paid6s. 2008.
1248 p. : 24x 17 cm. (Lexicón)
Reservados toúos los derechos. Queda rigurosamente prohibida. sin la autorización escrita de
los tilulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes. la reproducción parcial
o 10lal de esta obra por cualquier medio o procedimiento. incl uidos la reprografía y el
tratamiento informático.
•
Cronología .... .. ..... ..... ........... .·.. ·· ······ ····· ·.. ... ....... ........... ... ..... ................ .... ........... " 1157
fndice de entradas ... .........··· ·· ·· ··· ··· ··· ···· ·· ····· ··· ···· ... ...... ... ....... ........ ... ........ .... .... .. ... . 1235
ADVERTENCIA
una excepción al notable léxico biográfico realizudo por Elke MUhlleitner pam el perrado
pioneros de l. Sociedad Psicológica d~ los Miércoles y In Sociednd Psico,analítica Vie-
MUhUeimer. Bio,raphlsches u!XJkoll lla Psyclw<Jllalyse, Die MI/gltetla ller psy·
lUId d.r WI,ner pSYChOlUtalYliscltell VereiltigulIg \'011 1902·1 9.18. Tu •
. . cIt AlUd 1011 mencionadas por sus tltulos en In versión de lBS Obras
J;¡1I0001 Aires, (N, del T,)
11
Advertencia
,
Cada entrada lleva una bibliografía de los mejores títulos, documentos o archi vos
que permitieron redactar el artículo, o una o varias remis iones a otras entradas en las
que se indican dichas fuentes, o bien ambas cosas.
En lo que concierne a las veinticuatro obras de Freud, hemos indicado la fecha y el
lugar de la primera publicación en lengua alemana, así como las diversas traducciones
al inglés y al francés, precisando los nombres de los traductores. Al final del libro he-
mos afiadido una cronología. Allí se encontrarán los principales acontecimientos de la
historia del psicoanálisis en el mundo, desde sus orígenes.
E. R. YM. P.
,
ABREVIATURAS BIBLIOGRAFICAS
GW: Sigmund Freud, Gesall1melte Werke, 17 vols., Francfort, Fischer, 1960-1 988.
IZP: Intemationale iirztlische Zeitschrift für Psychoanalyse.
lJP: Intemational Joumal of Psycho-Analysis.
oc: Sigmund Freud, (Euvres completes, 21 vols., Presses uni versitaires de France.
edición en curso desde 1989. [La edición castellana citada corresponde a Obras
Completas, 24 vols., Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1978-1985.)
PUF: Presses universitaires de France.
SE: The Standard Edition of the Complete Psychological Wo rks of Sigll/lIT1 d Frelld,
editada por James Strachey, 24 vols., Londres, Hogarth Press, 1953-1 974.
•
AGRADECIMIENTOS
Este diccionario no habría podido reali zarse sin la colaboración de numerosos inves-
tigadores , franceses y extranjeros, que aceptaron ayudarnos o darnos acceso a sus traba-
jos, a me nudo inéditos .
Agradecemos a Yann Diener, quien examinó cuidadosamente revistas y obras en in-
glés, y pre paró fi chas que permitieron la redacc ión de una veintena de artículos consa-
grados a los psico anali stas norteamericanos.
Agradece mos igualmente a Per Magnus lohansson, quien nos di o acceso a sus tra-
baj os e n c urso sobre la histori a del psicoanáli sis en los países escandi navos, y redactó
especialme nte para este d iccionario textos, co mentarios e ind icaci ones e n los que nos
basamos, acerca de los psicoanali st as nórdicos (Di namarca, Fin land ia, Noruega, Sue-
cia). Aportó as imismo su con tribució n a la entrada Chiste y S il re/ación con /0 incons-
ciente (El ).
Agradecemos a Jul ia Borossa, quien nos ha aclarado constanteme nte la historia del
psicoanáli sis en Gran Bretaña, y los problemas del colon iali smo británi co. Ella redactó
cinco textos qu e nos resultaron mu y preciosos: Gi rlndrashekhar Bose, Masud Khan, In-
dia, Wulf Sach s, Donald Woods Winni cott.
Damos las grac ias a Franyoi se Verges, quien nos ha confiado sus artículos inéditos
sobre Frantz Fanon y la psiqui atría colon ial.
Agradecemos a todos los que han aportado su contribución a la hi storia del psicoanáli-
sis en Canadá: Élisabeth Brigras, He rvé Bouchereau, l ean-Baptiste Boulanger, Mona
Gauthier, Mireille Lafortune. Gracias también a Monique Landry y Doug Robinson, que le
pellllitieron a uno de nosotros consultar los impresos de la Biblioteca Nacional de Ottawa.
Agradecemos a Didier Cromphout, qlll en redac tó para este dlcclOnano textos sobre
el psicoanálisis en Bélgica y Holanda.
Gracias a Mireille Cifali, quien nos entregó numerosas notas inédi tas sobre el psi-
coanálisis en Suiza, y a Mario Cifali, que nos ha esclarec ido con sus archi vos, sus co -
y su documentación. .
También agradecemos mucho a Gheorghe Bratescu, qlllen tuvo la amabil idad de re-
este diccionario tres textos sobre el pSIcoan álIsIs en Ru mama, extraídos de
en rumano.
a 'Ibodoro Lecman, quien durante un año realizó numerosas investiga-
la historia del psicoanálisis en la Argenti na, y además avc:ri-
a QJdl Giordano, que nos confió su tesis sobre el mis-
13
Agradecimientos
•
Damos también las gracias a Hugo Vezzetti, cuyos trab¡tjos ya publicados o en Cur~
sobre el psicoanálisis en la Argentina nos resultaron indispensables, o
Agradecemos igualmente a todos los que nos han aportado informaciones o docu.
mentas para la redacción de los artículos sobre el psicoanálisis en Brasil : Durval Che.
cchinato, Claudia Fernandes, Ana María Gageiro, Catarina Koltai, Leopold Nosek, Ma.
noel Tosta Berlinck, Walter Evangelista y Lucía Valladares.
Agradecemos a Chaim Samuel Katz, que redactó para noso tros un texto sobre Ana
Kauin Kemper y otro sobre Hélio Pellegrino, así como a Alaberto Pinhe iro ele Freitas,
que nos ayudó a escribir la entrada sob re Iracy Doyle,
Agradecemos a Kao Jung-Hsi y Osear Zambrano, que buscaron para nosotros traba.
jos en inglés sobre el psicoanálisis en Japón.
Gracias a Tanja Sattler-Rommel por sus traducciones del alemán y su participación
en la redacción del artículo sobre Alexander Mitscherlich,
Gracias también a Vincent Kaufmann, quien le permitió a uno ele nosotros trabajar
en la biblioteca de la Universidad de Berkeley en California.
Agradecemos a Olivier Bétourné y Céline Geoffroy por su trabajo co n el manus·
crito.
Agradecemos fmalmente a todos los que, de cerca o ele lejos, nos ayudaron respon·
diendo a nuestros interrogantes o confiándonos generosa mente artículos, libros, fue ntes
inéditas y tesis difíciles de encontrar: Anna Maria Accerboni, Eleni Atzina. Franco Bal·
dini, Raphael Brossart, Michel Coddens, Marco Conci , Raffaello Cortina, Alai n Del·
rieu, Horacio Etchegoyen, Ernst Falzeder, Ignac io Garate Martínez, Toby Gelfand,
Nadine Gleyen, llse Grubrich-Simitis, Claude Hal mos, André Haynal, Albrecht Hirsch·
müller, Norton Godinho Leao, Jacq ues Le Rieler, Patrick Mahony, René Major, Michael
MoInar, Juan David Nasio, Angélique Pecheux, An tonello Picciau, Augus t Ruhsh, Ré·
gine Robin, Emilio Rodri gué, Peter Schottler, Harry Stroeken, Pablo Troianovsky, Fer·
nando O. Ulloa, Fernando Uribarri.
•
Pionera. del movimiento PSI'C O anal'H .ICO argentino,' . Armmda Aberas tury naclO en. ,
Buenos Aires , en el seno de una fanu'1 la ' de comerciantes
' .
por el lado paterno e intelec-
tuales por·el lado materno. Su tío, Max imi liano Aberastury, era un médico'famoso, y
su h:rr:an o Fedenco estudió psiquiatría teniendo como compañero a Enrique Pichon-
Rlvlere , cuyos padres se Instalaron en la Argentina* en 191 1, e iba a converti rse en su
más querido amigo. Federico padecía una psicosis* y varias veces sufrió accesos deli -
rantes. Melancólica de sde su j uventud, Arminda era una mujer de gran belleza. A tra-
vés de Federi co conoció a Pichon-Riviere, con qui en se casó en 1937. Lo mismo que
él, quería o,frecerl e al psicoanális is una nu eva tierra prometida, para salvarlo del fascis -
mo que se había desencadenado en Eu ropa.
, Se integró entonces al gru po formado en Buenos Aires por Arn aldo Rascovsky*,
Angel Garma", Marie La nger* y Celes Cárcamo*. Ci nco años más tarde recibió su for-
mación didáctica con Garma, y se co nvirt ió en un a de las pri ncipales figuras de la Aso-
ciación Psicoanalítica Argentina (APA ). En relaciÓn directa con la ense ñanza de Mela-
nie Klein * (a qu ien ella fu e la pri mera en traducir al castellano), e inspi rándose en los
métodos de Sophie Morgenstern*, desarro lló el psicoanálisis de ni ños*' Entre 1948 y
1952 dirigió, en el marco del Instituto de Psicoanálisis de la APA, un se minario sobre
este tema. FOllllÓ a una generación* de analistas de niños. En el Congreso de la Interna-
tiOllal Psychoanalytical Association* (lPA) de 1957, en París: presentó una notable co-
sobre la sucesión de los "estad ios" durante los pn meros años de vida, den-
una "fase genital primitiva" anterior a la fase anal en ~I desarrollo libidinal.
A la edad de 62 años, afectada por una enfermedad de la piel que la desfiguraba, Ar-
Aberastur decidió darse muerte. Su suicidio* , como algunos otros en la historia
y• su scitó relatos contradictori os, y fue conSiderado una "muerte trági-
IttJú.storiografía* oficial.
Abe/'8IIIU reorla y técnica del psicoanálisis de niños, Buenos Aires, Paidós,
ry, 110 Haydée Faimberg Y Leonardo Wender, "La psychanalyse en
eRolal1d
ucuru, . 1 hl
Jaccard (comp.), Hlslolfe de a psyc ana yse, vol. 2, Parls, Ha-
en......... Elfrlede S. L. de Ferrer, ' Profesora Arminda Aberastury", Revista
QII\l,IIIr8-dlclembre de 1972, 679-682. Jorge BaJán. Cuénta.
f,W1 argsntino. Buenos Aires. f''-nelll.
15
•
,t,braham. Karl
• Karl Abraham, CEuvres completes, 2 vol. (1965), París, Payol, 1989. Sigmund Freud y
Karl Abraham , Correspondance, 1907·1926 (Francfort, 1965), París, Gallimard, 1969
red. cast.: Correspondencia , Barcelona , Gedisa, 19791 Hilda Abraha~,. Kar: Abraham.
biographie inachevée, París, PU F, 1976. Guy Rosola,to y Damel Wldlocne~, Karl Abra·
. I t re de son ceuvre" , La Psychanalyse, 4, Pans, PUF, 1958, 153-1 / 8. Ernst Fal-
h amo ec u , d . I
zeder, "Whose Freud is it? Sorne reflections on editing Freud s correspon ance , nter·
national Forum 01 psychoanalysis, en prensa.
Nicolas (1919-1977)
francés
, ·
'd' húngaro N IC, olas Abraham nació en Kecske me¡ y emigTó a París en
. -
origen JU 10- .ó' arcado por la fenomenología de Husserl , hablaba varios
Filósofo de formacl n, m . . 1946 en el que rovo dos hiJ' os varones
és d n rimer matnmoll\o en ' . . . '
Despu e u PM ' .,., rok también de origen hungaro. Anahzado, Igual que
a ana la , .. .
1903-2005), en el redil d~ .la SoclI~[é psychanal~lIque de ~a-
Ot,wbcrger ~ lerizado como diSIdente, y su cura dldaclIca no fue
qued cara:u miembro pleno de la SPP, y sigUIÓ como afiliado.
el filósofo Jaeques Derrida (1930-2004), sobre la
JII1\nera de analizar los textos freudianos.
17
Abra.ccl6n
~~--------------------------
Se hizo célebre en 1976, con la publicación del Verbier de I'Homme al/X loups, re.
dactado conjuntamente con Maria Torok, y con prefacio de Derrida. Siguiendo a Muriel
Gardiner*, comentaba allí el caso del Hombre de los Lobos, señalando el poliglotisll1o
inherente a toda esa historia. A la lengua rusa (o lengua materna), la l.e ngua alemana (o
lengua de la cura) y la lengua inglesa (o lengua de la nodn za del paciente), los autores
añadieron una cuarta, la francesa, lo cual les permitió subray ar que el yo* clivado del
paciente llevaba consigo "una cripta", lugar de todos sus secretos inconscientes. Esta
teoría de la cripta ponía el acento en el delirio del Hombre de los Lobos y el carácter neo
cesariamente delirante y polisémico de la teoría clínica en sí.
• Nicolas Abraham y Maria Torok, Cryplonymie. Le verbier de /'Homme aux IDUPS, pre .
•
cedido por Fors de Jacques Derrida, Parfs, Aubier· Flammarion, 1976. René Major, L'A.
gonie du jour. París, Aubier·Montaigne, 1979. Elisabeth Roudinesco, Hisloire de la psy.
chanalyse en France, vol. 2 (1 986), París, Fayard, 1994 l ed. cast. : La batalla de cien
años, Madrid, Fundamenlos. 19881·
ABREACCIÓN
Alemán: Abreag ieren. Francés: Abréactioll. Inglés : Abreaclion.
Término introducido por Sigmund Freud* y J osef Breuer* en 1893 para definir
un proceso de descarga emocional que, al liberar el afecto ligado al recuerdo de un
trauma, anula sus efectos patógenos.
El término abreacción apareció por primera vez en la "Comunicac ión preli mi nar" de
Josef Breuer y Sigmund Freud dedicada al estu dio del mecani smo psíq uico que opera
en los fen ómenos histéricos.
En ese texto pionero, los autores anuncian desde el comienzo el sentido de su trayee·
to: partiendo de las formas que revestían los síntomas, se proponían llegar a identificar
el acontecimiento que, inicialmente y a menudo lejos en el pasado, había provocado el
fenómeno histérico. El establecimiento de esa génesis tropezaba co n di versos obslácu·
los provenientes del paciente, a los que más tarde Freud denominó resis tencias*, Yque
sólo se podfan superar recurriendo a la hipnosis*.
Lo más frecuente es que un sujeto afectado por un acontec imiento reaccione a él. en
Wminos voluntarios o no, de modo refl ejo: el afecto vincul ado al aconteci miento que-
entonces evacuado si dicha reacción es suficientemente intensa. En los casos en que
no se produce o no es lo bastante fu erte, el afec to sigue li gado al recuerdo
. • cos
traumático, y lo que actúa como aae nte de los trastornoS hlslen
..y no el acontecimiento en sí-o Breuer ~ Freud son muy precisOS al res-
. a preCI'
sufre sobre todo de reminiscencias". Se encuentra la mlsm '8
de la reacción del sujeto: sea ésta inmediata (Volunlarto-
do una psicoterapia bajo la forma de re.~e%n
l
on relación de intensidad o propore n
Abreacci 6n
Sigmund Freud* habló por primera vez de la regla de abstinencia en 19 15, al interro-
garse sobre cuál debía ser la actitud del psicoanalista ante las manifestaciones de la trans-
ferencia amorosa. Precisó entonces que no se refiere sólo a la abstinencia física del ana-
lista ante la demanda amorosa de la paciente, sino a la que debe ser la actitud del analista
para que en el analizan te subsistan las necesidades y los deseos insatisfechos que consti-
tuyen el motor del análisis _
A fin de ilustrar el carácter de engaño que tendría un análisis en el cual el anal ista
respondiera a las demandas de sus pacientes, Freud evoca la anécdota del sacerdo te lla-
mado a dar la extremaunción a un agente de seguros no creyente: al télmino de la entre-
vista en la habitación del moribundo, sucede que el ateo no se ha convenido, pero el sa-
cerdote ha suscrito una póliza de seguros.
Dice Freud que no sólo " ... le está prohibido al analista ceder", sino que debe llevar
al paciente a derrotar el principio de placer* y a renunciar a las satisfaccione inmedia-
Jas, en favor de otra, más lejana, de la cual sin embargo precisa que "puede ser también
menos segura",
Freud volvió sobre el tema en el marco del V Congreso de Psicoanális is (realizado
en 1918), a continuación de una intervención de Sandor Ferenczi* centra-
del analista y en los medios a los cuales debe recurrir para perseguir
ft!¡UUlf de satisfacción sustitutiva que el paciente puede buscar en el
fuera de ese encuadre_ En lo esencial, Freud señaló su
que 01 tratamiento psicoanalítico debe "efectuarse en
• t'nlItración* y abstinencia". Puntualiza sin elll-
y que la abstinencia debe articularse
ACTINGOUT
Alemán: Agieren. Francés: Passage a ['a Cle. Inglés: AClillg Ollt.
Noci6n elaborada por los psicoanalistas de lengua inglesa, y después retomada
CQIl el mismo nombre en francés, para traducir lo que Sigmllnd Freud* llama
en acto" con el verbo alemán agierell. La palabra remite a la técnica psi-
. "
. pasa al acto inconscientemente,
y designa el modo en que un sUjeto
o dentro del marco de la cura, para evitar la verbalización del recuerdo re-
para sustraerse a la transferencia".
21
Actlng out
-
paciente "traduce en actos" lo que ha olvidado: "Tenemos que contar -di ce Freud- con
que él ceda al automatismo de repetición que ha reemplazado el recuerdo por la Com-
pulsión, y esto no sólo en sus relaci ones personales con el médico, sino también en to-
das sus otras ocupaciones y relaciones actuales, y cuando, por ejemplo, le sucede que en
el curso del tratamiento se enamora".
Para responder a este mecanismo, Freud preconi za dos soluciones: 1) Hacer prometer
al paciente que, mientras se desarrolla el tratamiento, no lOmará ninguna decisión impor-
tante (matrimonio, elección de un amor definitivo, profes ión) an tes de estar curado. 2)
Reemplazar la neurosis" ordinaria por una neurosi s de transferencia", de la que lo cura-
rá el trabajo terapéutico. En 1938, en el Esquema del psicoanálisis, Freud subraya que es
deseable que el paci ente manifieste su s reacciones en el interior de la transferencia*.
Los psicoanalistas de lengua inglesa distinguen el aCling in del aCling Out propia-
mente dicho . El aCling in designa la sustitución de la verbalizac ión por un act uar en el
interior de la ses ión psicoanalítica (camb io de la posición del cuerpo o aparición de
emociones), mie ntras que el aCling OUI caracteriza el mi smo fenómeno fuera de la se-
sión. Los kleinianos in sisten en el aspecto transferenci al del aCling in y en la necesidad
de analizarlo, sobre todo en los estados lím ite*'
Por otra parte, en 1967, el psicoanalista francés Michel de M'Uzan ha propuesto dis-
tinguir el aCling oul directo (acto simp le sin relaci ón con la transferencia) y el aCling
OUI indirecto (ligado a una organización simbólica relacionada con una neurosis de
transferencia).
En el vocabulario psiquiátrico francés, la expresión "pasaj e al acto" apunta a la vio-
lencia de una conducta por la cual el sujeto se precipita a una acción que lo supera: sui-
cidio*, delito. agresión.
Partiendo de esta definición, Jacgues Lacan". en 1962-1 963, en su seminario sobre la
angustia, instaura una distinci ón entre acto, aCling 0111 y pasaj e al acto. En el marco de su
concepción del otro* y de la relación de obj eto*, y a partir de un come ntario sobre dos
observaciones clínicas de Freud (el caso "Dora" y "Sobre la psicogénesis de un caso de
homosexualidad femenina"), Lacan, en efecto, estableció una jerarqu ía en tres niveles.
Según él, el acto es siempre un acto significante que le permite al sujeto transformarse
retroactivamente (posterioridad*). El aCling oul, por el contrario, no es un acto, sino una
demanda de simbolización que se dirige a un otro. Es un acceso de locura, destinado 3
evitar la angustia. En la cura, el aCling oul es el signo de que el análisis se encuentra en
un atolladero, en el cual se revela la debilidad del psicoanalista. No puede ser interpreta-
do, pero se modifica si el analista lo entiende y cambia de posición transferencia!.
~ cuanto al pasaje al acto, en Lacan se trata de un "actuar inconsciente", un actO no
con el cual el sujeto cae en una situación de ruptura integral, de alienación
identifica entonces con el objeto (pequeño) a*, es decir. con un objeto ex-
de todo marco simbólico. Para Lacan, el suicidio es tá del lado del
lo atestigua el modo mismo de morir, abandonando la escena a tra-
salto en el vacío, defenestración, etcétera.
ACTO FALLIDO
Alemán: Fehlleislung. Francés: Acle mal/qué. Inglés: Parapraxis .
•
Acto media nte el cual un sujeto"', a pesar suyo, reemplaza por una acción o una
conducta im previstas el p royecto al que apuntaba deliberadamente,
(EL). •
Adiar, Alfred
-
ADLER Alfred (1870-1937)
médico austríaco, fundador de la escuela de psicología individual
El que fue el primer gran disidente de la histori a del movimiento psicoanalítico nació
en Rudolfsheim, en el suburbio cercano a Viena*, el 7 de febrero de 1870. De hecho
nunca adhirió a las tesis de Sigmund Freud*, de quien se separó en 19 I1 sin haber sido',
a diferencia de Carl Gustav Jung*, el discípulo predilecto. Catorce años menor que el
maestro, no buscó reconocerlo como una autorid ad paterna. Le atri buía más bien ellu-
gar de un hermano mayor, y no mantuvo con él ninguna relación epistolar ínti ma. Los
dos eran judíos y vieneses, y los dos provenían de fami lias de comerciantes que no ha-
bían conocido verdaderamente el éxito social. Alfred Adler concurrió al mismo Gymna-
sil/lIl que Freud, y reali zó estudios médicos casi idénticos a los de este último. No obs-
tante, como provenía de un a comunidad del Burgenland, era húngaro, lo que lo convenía
en súbdito de un país cuyo idioma no hablaba. Se hi zo austríaco en 191 1, Y nunca tuvo
la impresión de pertenecer a un a minoría ni de ser víctima del antisemi tismo.
Había sido el segundo de seis hermanos; era enferm izo, raquítico, y padecía crisis de
ahogo. Además, tenía celos del hermano mayor, que se llamaba S igmun d, y estaba con
él en rivalidad permanente, como más tarde con Freud. Protegido por el padre, rechaza-
do por la madre y sufriendo por su lugar de hermano menor, siempre atribuyó más im-
portancia a los vínculos de gru po y de fraternidad que a la relación entre padres e hijos.
A sus ojos, la famili a no era tanto el lugar de expresión de una situació n edípica como
un modelo de sociedad. De allí el interés que prestó al análisis marxista.
En 1897, se casó con Raisa Epstein, hija de un comerciante judío origi nario de Ru-
sia*_Ella pertenecía a los círculos de la intelligentsia y hacía alarde de opiniones de iz-
quierda que la alejaban del modo de vida de la burguesía vienesa, para la cual la mujer
tenía que ser en primer lugar madre y esposa. Por ella, Adler frecuentó a León Trotski
(1879-1940) y, más tarde, en 1908, fue el terapeuta de Adolf Abramov ich Joffe (1883-
1927), futuro colaborador de Trotski ~ n el períoeli co Pravda.
En 1898 publicó su primera obra, Manual de higiene para la corpo ración de los sas-
tres. Allí pintó un cuadro sombrío ele la situación social y económica de ese oficio a fi-
pes de ese siglo: condiciones de vida deplorables, que entrañaban escoliosis y enferm e-
diversas, ligadas al empleo de tinturas, los salarios de miseria, etcétera. • •
Como lo subraya el escritor Manes Sperber, su notable biógrafo y alguna vez diSCI-
nunca tuvo la misma concepción de su jueleidad* que Freud. Aunqu~ n~~?
como a Karl Kraus* y Otto Weininger*, un sentimiento de "autoodio JudlO,
a su condición. En 1904 se convirtió al protestantismo on sus dos ro-
al cristianismo no le impidió seguir siendo loda su vida un librepensador.
reformista. Observemos que no lo Iioaba ningún vínculo de
'" Aus-
Adler (1852-1918), fundador del Partido Socialdemócrata
.ones de
conocido a Freud. comenzó a frecuentar las reum l•
• donde trabó amistad con Wilhelm St~ke .
¡:freulo freudiano, en el cual dedicó Sil ~
t9OCí. 1l orgwcas de las neurosis .
Adler, Al/red
ADLER Ida
AFÁNISIS
Aphonisis. Inglés: Aphallisis.
ÁFRICA
• August Aichhorn, Jeunesse a I'aban don (Viena , 1925), Toulouse, Prival, 1973 red.
cast.: Ju ventud descarriada, Madrid, Martínez de MurguíaJ. Sigmund Freud, OC, vol.
XVII, 161-163, GW, XIV, 565-567, SE, XIX, 273-275. Kurt Eissler, "Augusl Aichhorn: a
biographical outline", en S,!archlights on Delinquency, New Psychoanalytic Studies,
Nueva York, Intemational Universities Press, IX-XIII. Geoffrey Cocks, La Psychothérapie
sous fe /11. Reich (1985), París, Les Belles Lettres, 1987. Élisabeth Young-Bruehl, Anna
Freud (1988), París, Payot, 1991. Jeanne MolI, La pédagogie psychanalytique. Origine et
histoire, París, Dunod, 1989.
,
"AIMEE" (CASO)
ALEMANIA
Si.lll Degada del nazismoOO, que la vació de casi la totalidad de sus intelectuales y
Alemania habrra segui~o siendo en Europa el pafs de la implantación más
del , Por SI fuera necesario, lo atestiguan los nombres de sus
convenidos en norteamericanos cuando no murieron antes de
oo, Max Eitingon*, Otto Fenichel*, Ernst Simmel*, DttO
Wilhelm Rcich·. Erich Fromm*, Karen Horney*.
dGI mundo, las tesis freudianas fueron consideradas 011
sexual", una "epidemia psíquica", 1\'IIt'
Alemania
29
Alemania
-
Después de Suiza*, Alemania se convirtió entonces e n la seg un ~a " ti erra prometida"
del psicoanálisis. El año siguiente le tocó el turno a los Estados Un ldos* .
Desde su llegada a Berlín, Abraham comenzó a orga ni zar el movimiento. El 27 de
agosto de 1908 fundó la Asociación Psicoanalítica de Berl ín con Qtto Juliusburger*,
Ivan Bloch, Magnus Hirschfeld* y Heinrich Korber. El grupo adquiri ó de in med iato una
importancia creciente. Tres congresos tuvieron lu gar en ciudades alemanas: en Nurem_
berg en 1910 (donde se creó la International Psychoanalytical Association*), en Weimar
en 1911 (donde afluyeron ciento dieci séis participantes) y en M un ich en 1913 (donde se
consumó la partida de Jung y su s seguidores). Un año más tarde, Freud le pidió a Abra-
ham que sucediera a J ung en la dirección de la IPA.
La derrota de los imperios centrales modificó el desti no del psicoanálisi s. Si bien la
Sociedad Psicoanalítica Vienesa (WPV) seguía sie ndo act iva, en virtud de la presencia
de Freud y del aflujo de norteameri canos, por otro lado perdió toda su influencia, en fa-
vor del grupo berlinés. Arruinados, los psicoanalistas austríacos emigraron a Alemania
para reparar sus finanzas, y los siguieron los hún garos, obligados , después del fracaso
de la Comuna de Budapest, a huir del régime n dictatoria l del almirante Horthy. Vencida
pero no destruida, Alemania pudo así recobrar un a fuerza intelectual que el antiguo rei-
no de los Habsburgo había perdido . Berlín se convirti ó entonces, como dijo Ernest Jo-
nes*, en "el corazón de todo el mov imi ento psicoanalítico internacional" , es decir, en un
polo de expansión de las tesis freudi anas tan importante como lo había sido Zurich a
principios del siglo.
En 1918 se unió Simmel a Abrah'a m y Eitingon, seguido dos años más tarde por
Hanns Sachs* La Asociación Berlinesa se incorporó ento nces a la IPA con el nombre
de Deutsche Psychoanalytische Gesellschaft (DPG). Estaba abierto el camino para la
creación de institutos que permitieran formar terapeutas ("reproducir la especie analíti-
ca", como decía Eitingon), y al mismo tiempo ancl ar los tratamie ntos psicoanalíticos en
un terreno social. Desde los comienzos de la Sociedad Ps icolóaicao de los Miércoles',
todos se habían sentido obsesionados por la idea de un psicoanálisis de masas, capaz de
curar a los pobres despertando las conciencias. Por otra parte, en el Congreso de Buda-
pest de 1918, Freud había impulsado el proyecto de cambiar simultáneamente el mundo
y las almas. Soñaba con crear clínicas dirigidas por médicos que hu bieran recibido una
fOlluación psicoanalítica, en las que pudieran tratarse gratuitamente los pacientes sin re-
cursos.
Puesto en obra por Simmel y Eitingon, bajo la dirección de Abraham, este programa
el apoyo de las autoridades gubernamentales y los ambie ntes académicos. Erns t
F¡eud. acondicionó dos locales en la Potsdame Strasse y el famoso Policlínica abrió sus
el 14 de febrero de 1920, al mismo tiempo que el Berliner psychoanalytiS ches
(BPI).
instituto no sólo permitió poner a punto los principios del análisis didáctico' y
de los grandes terapeutas del movimiento freudiano, sino que tam-
todos los institutos creados por la IPA en el mundo. En cuan-
laboratorio para la elaboración de nuevas técnicas ~~
inicial sobre los diez ailos de actividad del BP¡ ,
expresado en cifras: 94 terapeutaS e
nac-
AlemanIa
S1
Alemania
-
En 1930 la DPO tenía noventa miembros, en su mayoría judíos_ A partir de 1933,to_
maron el ca:runo del exilio. En 1935, la tercera parte de los miembros de la DPO todavía
vivían en Alemania; entre ellos había nueve judíos. Convertidos en dueños de ese grupo
al que se habían amputado sus mejores elementos, Boehm y Müller-Braunschweig fun-
daron su colaboracionismo en la tesis de que, para no dar a los nazis ningún pretexto que
les permitiera prohibir el psicoanálisis, bastaba con adelantarse a sus órdenes y excluir a
los judíos de la DPO, sin perjuicio de que esta exclusión se maq uillara como renuncia
voluntaria. A esta operación se le dio el nombre de "salvamento del psicoanálisis",
Emest Jones*, presidente de la IPA, aceptó esa política, y en 1935 presidió oficial-
mente la sesión de la DPO en la cual se obligó a renunciar a los nueve miembros ju-
díos, Un solo no-judío rechazó dicha estrategia: se llamaba Bernhard Kamm y abando-
nó la Sociedad por solidaridad con los excluidos. Oriundo de Praga, acababa de
afiliarse a la DPO. Pronto tomó el camino del exilio, y se instaló en Topeka, Kansas,
en la casa de Karl Menninger*.
Como lo ha subrayado muy bien Regine Lockot en un artículo de 1995, Freud cali-
ficó de "triste debate" a toda esta cuestión. Pero, en una carta a Eitingon del 21 de mar-
zo de 1933, se mostró particularmente preocupado por los "enemigos interiores" del
psicoanálisis, en especial los adlerianos y Wilhelm Reich. De hecho, concentró todos
sus alaques en Harald Schultz-Hencke, juzgado más peligroso por sus posiciones adle-
rianas que en razón de su compromiso pronazi. Este error de aprec iación se expresó con
toda libertad en el relato reali zado por Boehm, en agosto de 1934, de una visita a Freud:
"Antes de que nos separáramos, Freud formuló dos deseos concernientes a la dirección
de la Sociedad [DPO]: en primer lugar, que Schu ltz-Hencke nunca fuera elegido miem-
bro del comité de dirección. Le di mi palabra de no sentarme nunca junto a él. En se-
gundo lugar: «Libéreme de W. Rei ch»."
En 1936, Ooring realizó finalmente su sueño. Creó su Deutsche lnstitut für Psycho-
logische Forschung (Instituto Alemán de In vestigación Psicológica y Psicoterapia), que
pronto pasó a ser conocido como Ooring Institut, en el cual se reagmparon freudianos,
jungianos e independientes.
Lejos de contentarse con esta form a de colaborac ión, Felix Boehm se dirigió a Vie-
na en 1938 para convencer a Freud de la necesidad de ese "salva mento" de l psicoanáli-
'Bis en Alemania. Después de haber escuchado durante un lapso prolongado, el maestro,
4iv:ioso. se puso de pie y abandonó la habitación, Desaprobaba la tesis del pretendido
• y despreciaba la bajeza de sus partidarios. No obstan te, se negó a hacer
autoridad con Jones para evitar que la IPA se trabara en la colaboración. A su
tarde: Jones había puesto en marcha su política a partir de una pO-
compartida por Freud, que consistía en privilegiar la defensa de un
. . ) detrimentO
(contra las "desviaciones" adleriana o relchlana , en h y
toda colaboración en las condiciones ofrecidas por Boe m
. ., l' vidadeS leII"
de freudlanos prosiguieron sus ac I a doS"
Instituto G(lring. contribuyendo de tal m~lOS CO'
QOuvertido en maestros. Atendían a paelOO
de simplos uourosis· o de
Alemania
JUDEIDAJ).
HUNGRfA. ITALIA.
BSCANDINAVOS,
Alexander, Franz
De origen
. húnaaro
" ' , Franz Al exan d er elTIlgr. ó a Berlln' en 1920, cuando el ré<'lmen
.
del al~lrante Horthy obligó a la mayor parte de los psicoanalistas a abandonar el país.
Conocla bIen Alem~ma*-. donde se había iniciado en la filosofía siguiendo la enseñanza
de Husserl. EstudIo medlclOa en Budapest, y efectuó su análisis didáctico con Hann s
Sachs*',llegadode Viena*; fue el primer alumno del prestigioso Instituto Psicoanalíti co
de BerilO (BerllOer Psychoanalytisches Institut*). Converti do en docente, form ó des-
pués, como didacta o controlador, a numerosos representantes de la hi storia del freudis-
mo*, entre ellos Charles Od ier*, Raymond de Saussure*, Marianne Kri s* . A principi o
de la década del treinta fue también el anali sta de Oliver Freud*, el hij o de Si gmund
Freud *.
Aceptó de inmediato la segunda tópica*, así como la noción de pul sión de muerte*,
y siempre puso de manifiesto un gran interés por la criminología*. Tenía el arte de es-
cenificar los conceptos freudiano s, como lo atestigua su comunicaci ón de 1924 en el
Congreso de la Internati onal Psychoanalytical Association* (JPA) de Sa lzburgo, donde
expli có el problema de la neurosis* en términos de "frontera". Comparó la repres ión*
de la pulsión* proveniente del ello* con una mercadería prohibida que se rechaza e n la
frontera de un Estado: el país del yo* . El superyó* aparecía con los rasgos de un adua-
nero obtuso y corruptible, y el síntoma neuróti co era asimilado a un contrabandista que
le pagaba al aduanero para pasar de modo fraudulento .
Estas imáge nes no carecen de relación con el destino del propio Alex ander, hombre
en movimiento, afecto a los cambios y a atravesar territorios. Viajero in fatigabl e, mu y
pronto pensó en e migrar a los Estados Un idos*' Después de una primera estada y de pa-
sar por Boston, se instaló definitivamente en Chicago entre 1931 y 1932, mientras que
Freud, con quien mantuvo un a cOITespondenc ia aún no publi cada, trataba de retenerlo
en Europa, aunque desconfiaba de él: "Me gustaría tener una confianza inquebrant ab le
en Alexander -le escribió a Max Eitingon* en julio de 1932- , pero no lo logro. Su sim-
plicidad real o fingida lo aleja de mí, o bien yo mismo no he superado mi desco nfi anza
respecto de América."
En Chicago, Alexander creó un instituto (el Chicago !nstitute for Psychoanalysis)
tan dinámico como el de Berlín, y lo impulsó hasta el fin de sus días. El psicoan álisis*,
por e! cual tenía una verdadera pasión, fue la principal actividad de su vida. Todo atraía
la filosofía, la física, el teatro y la literatura; fue también el iniciador de
de las principales corrientes del freudi smo nortea mericano, conocida con el nombre
deChicago.
corriente. en la que se volvía a encontrar la inspiración ferencziana de la técni-
a transformar la cura clásica en una terapéutica de la personalidad
el problema de la úlcera gastroduodenal, lo impresionó la frecuencia
activas. A partir de allí, demostró que en el origen de la n-
de ternura originada en la infancia, necesidad que
de una agresividad intensa. En suma cu' _
A. r I " ' an
_iP lega e senllmlento infantil inconsciente.
35
Alfa (función)
~==~----------------------~,
Éste se traduce en una demanda de comida, que arrastra a un a exces iva secreción gást '.
,
ca. seguida de una úlcera. Frente a tales smtomas, Al exander preconI.zo' 1a asociación dti
dos terapéuticas: una se basaba en la exploración del inconscien te y pri vilegiaba la pal e
bra, y la otra, orgánica, curaba la úlcera. Esta posición lo Hev? a crear una medicina PS~.
cosomática* de msplraclón freudlana y a cuestIOnar la du racIón canÓnica de las CUras
las sesiones, lo cual le creó dificultades con la Ameri can Psychoanalytic AssoCiation;
(APsaA). En 1956 participó con Roy Grinker en la creación de la American AcademYOf
Psychoanalysis (AAP), más abierta que la APsaA a todas las novedades terapéuticas.
En 1950, en el primer congreso de la Asociación Mun dial de Psiquiatría, organizado
por Henri Ey* en París, decl aró: "El psicoanálisis pertenece a un pasado en el que tuvo
que luchar contra los prejuicios de un mundo poco preparado para encararlo [... J. Hoy
en día podemos permitirnos divergir entre nosotros, porque la investigación y el progre.
so sólo son posibles en un clima de li bertad ."
• Franz Alexander, The Seop e 01 Psy ehoana/ysis. Se/eeted Papers, 1921·196/, Nueva
York, Basic Books, 1961 ; La Médecine psyehosomatique, París, Payot, 1967; y Samue;
Eisenstein, Martin Grotjahn (comp.), Psyehoana/yties Pioneers, Nueva York, 8as~
Books, 1956. Léon J . Saul , "Franz Alexander, 1891·1964", Psyehoana/ytic Quarterly, vol.
XXX III , 1964,420· 423.
i> BETTELHEIM Bruno. CRIMI NO LOGÍA. KO HUT Heinz. LANGER Marie. MITS·
CHERLICH Alexander. PSICOSOMÁTICA (MEDICINA). TÉCNICA PSICOANALÍ·
TICA.
ALFA (FUNCIÓN)
La obra escrita de este médico, que fue en 1926 un o de los doce fundadores de la
- . lu o 01·
psychanalytique de Paris (SPP), es tan considerable co mo extrano e 111~ . ' .
es el personaje. Firmó cerca de doscientos artícul os y un a veintena de hbro> >~
. I fi oes la teo nJ
tan diversos como la influencia astral, los querubtnes y as e \11" , . r ' '.
la gran obra de los alquimistas, la moda1·Idned s atmo"
.· efll.
.
de Hermes Trimesgisto, el tratamiento de la tu berculosls pu
elsuefto", etcétera. se con
noviembre de 191 2. oc ho días antes de casar .
. u ~orrespOn
poeta Antonin Artaud mencIona en s durilllte
Víctima del gas de combate 'dió
. como tuberculoso, Allendy decl
América
•
curarse por sí mi smo . En 1920 se convirtió en miembro titu lar de la Société franc;a ise
d'homéopathie y, ~ res años más tarde, conoció aRené Laforgue*, con el cual realizó su
análi sIs d ldácttco . Laforgue lo Introdujo en el servic io del pro fesor Henri Claude* en
el Hospi tal Sainte-Anne.
Allend y prác ti came nte no formó analistas en el seno de la SPP, pero su diván y su
casa particular de l distrito XVI de París fueron frecu entados por escritores y artistas, en-
tre los que se destacan René Creve l (1900-1935) y Anafs Nin ( 1903 - 1977), de la que
fue amante. Esta últi ma, en su Diario sólo relató algunos fragm entos de la inc reíble cu-
ra psicoanalíti ca desarroll ada durante un año ( 1932-1933), en condiciones particular-
mente transgresoras. Y sólo e n 1995 se conoció la verd ad 'oarac ias a Deirdre Bair, su
bi ógrafa, qui en reconstruyó detalladamente esa relac ión.
Si bie n All endy había sido seducido por esa joven que ex hibía sus senos durante las
sesiones, la besó genti lmente en las mejillas cuando ell a decidió detener la cura, desen-
cadenando su furor. Con lo cual ell a volvi ó, y el análisis se transformó entonces en se-
siones de masturbación compartida antes de que, en un hotel, Allendy se entregara a
prácticas sadomasoquistas en su compañía.
Fue a cont in uación de este "análi sis" cuando An a't's Nin se acostó con el padre, Joa-
qu in Nin , qu ien, e n el momento del acto sexual, exclamó: "Trae aquí a Freud ya todos
los psicoanal istas. ¿Qué di rían de esto?" Cuando ell a le narró la escena a Allendy, éste
se horrori zó, y le contó todo tipo de hi stori as de incesto* que habían conducido al de -
sastre. Concluyó la sesión dici éndole a su "pac iente" que ell a era un "ser contra natura".
A lo cual Nin respondió orgu ll osamente que lo que experimentaba por el padre era un
amor "natural" . Después de esta farsa sinie stra, Nin co nsultó a Otto Rank*
Al fin al de su vida, All endy relató su propia ago nía, de manera conmovedora, en su
¡oumal d'un lIIédicin lIIa/ade, ou six /l/ ois de ¡ul/e concre la /1101'1. La obra apareció pós -
tumamente.
• René Allendy, Joumal d'un médecin malade, ou six mois de lutle contre la mor/, París ,
Denoel et Steele, 1944. Élisabeth Rou dinesco, His /oire de la psychana lyse en France,
vol. 1 (1982), París, Fayard, 1994 led. casI.: La ba /alla de cien años, Madrid, Fundamen-
tos, 19981. Deirdre Bair, Anais Nin. Biograp hie (Nueva York, 1995), París, Stock, 1996.
l> FRANCIA.
Eduard.
TllANSFERENCIA
Análisis didáctico
, ,
ANACLITICA (DEPRESION)
Alemán : Alllelllzullgsdepression. Francés : Dépressioll wwclitique. Inglés: Allaclitic de-
press/O n .
Término creado por René Spitz* en 1945 para designar un síndrome depresivo
que sobr~viene en el niño privado de su madre despu és de haber tenid o con ell a
una relación normal durante los primeros meses de vida.
La de presió n anac líti ca se di stin gue de l hospitalismo*, otro término fo rj ado por
Spitz para des ignar la separac ión duradera de la madre y el niño, pro vocada por un a es-
tada prolongada de este último en un med io hospi talari o, y que entraña trastorn os pro-
fundos, a veces irreversibles o de naturaleza psicóti ca. La depres ión anaclítica puede
desaparecer cuando el niño vuelve a encontrar a la madre .
En la literatura psicoanalíti ca in glesa y norteamerican a, "a naclisis", voz de la que
deriva el adjetivo "anaclítico", es e l equ ivalente de "apuntalamiento*".
1> APUNTALAMIENTO .
ANÁLISIS DIDÁCTICO
Alemán: Lehranalyse o didaktische Analyse. Francés: Analyse didactiq ue. Ing lés: Trai -
nillg analysis.
Carl Gustav Jung*, trabajando co n Eugen Bleuler* en la Clínica del Bu rghólzli, fue
quien tuvo primero la idea de "tratar a los estudi antes como pacientes" , y fu e también
él, como subrayó Sigmundo Freud * en un artículo de 19 12, qu ien "destacó la necesidad
de que toda persona que quiera practicar el análisis se someta antes ella mi sma a esa
prueba con un analista calificado".
A principios de siglo, Freud tomó la costumbre de tratar con psicoanális is algunos
de sus discípulos que presentaban trastornos psíqui cos: Wi Ihel m Stekel*, por ejemplo,
hizo lo mismo en la clínica de Zuri ch, donde ciertos internados adoptaban después
que los había "curado", con la inquietud de ayudar a sus semejantes. Por otra
de los pioneros del psicoanálisis, desde Poul Bjerre* hasta Viktor Tausk*,
Herllline van Hug-Hellmut* e incluso Melanie Klein*, padecían las mi s-
psíquicas que sus pacienles y, al igu al que Freud con su autoanáli-
con los principios de la investigac ión del inconsc iente*' En este
tiene razón al señalar que el análisis didáctico deri va a la
que le otorga al chamán su poder curativo, y de la
vivieron y describieron los grandes pioneros del descu-
39
Anéllsls didáctico
• -
El principio del análisis didáctico enraizó espontáneamente en el corazón de la
Sociedad Psicológica de los Miércoles' , y después fue elaborándose en vIrt ud de los re-
flexiones del movimiento sobre la contratran sferen cia*. Como no hab ía ninguna regla
establecida, Freud y sus discípulos no vacilaron en tomar en anális is a all egados (ami-
gos, amantes de uno u otro sexo) o a los miembros de sus propi as fa mil ias (esposos, hi-
jos, sobrinos), ni en mezcJor estrechamente las relaciones amorosas y profesionales. Fue
así como Jung se convirtió en amante de Sabina Spielrein *, Freud analizó a su propia
hija y se encontró implicado en un increíble embrollo con Ru th Mack-Brunswi ck*, San·
dar Ferenczi* fue el analista de su mujer y de la hija de ell a, de la que se enamoró, y
Erich Fromm ':' se convirtió en el terapeuta ele la hija de Karen Horney* , habiendo sido
compañero de esta última.
En 19 I 9, en el Congreso de la IPA en Budapest, Hermann Nunberg" propuso por
primera vez que una de las condiciones ex igidas para ser psicoan alista fu era haberse
analizado. Pero Qtto Rank *, apoyado por Ferenczi, se opuso al votarse la moción. No
obstante, la idea se abri ó camino, y la creación en 1920 de l famo so Berliner Psychoa-
nalytisches Institut* (Instituto Psicoanalítico de Berlín , o BPI), integ rado al Policlínico
del mismo nombre, desempeñó un papel dec isivo en el establec imiento de la cura didác-
tica en el seno de la IPA. En 1925, en el Congreso de Bad-Hombourg, por inic iativa de
Max Eitingon*, se hizo obligatorio el análisis didáctico para todas las soc iedades psi·
coanalíticas, junto con el análisis de control".
A partir de esa fe cha se comenzaron a considera r co mo transgresiones las cos tum-
bres anárquicas de la época anterior. A los ojos de los dirigentes de la IPA , el estableci-
miento de normas debía permitir la sociali zac ión de las relaciones en tre maes tro y dis-
cípulo, y alejar las prácticas idolátricas y de imitación a Freud. Ahora bi en, con el
transcurso de los años la ¡PA se transformó en un vasto aparato obses ionado por el culto
de la personalidad. En 1948, MichaeI Balint* co mparó el sistema de la formac ión analí-
tica con las ceremonias ini ciáticas: "Sabemos que el objetivo general de [Odos los ri lO'
de iniciación es forzar al candidato a identificarse con su ini ciador, introyec tar al inicia·
dor y sus ideales, y construir, a partir de sus identificacioncs*, un superyó* fuene que lo
dominará durante toda la vida".
De tal modo se volvía a encontrar en el análisis didáctico e a fuerza de la sugestión'
que Freud, sin embargo, había desterrado de la práctica del psicoanáli sis. En consecuen-
oia. sus herederos corrían el riesgo de transformarse en disc ípulos devotos de pequeñ~s
de tomarse por nuevos profetas, o incluso de acept ar en sil encio la esclerOSIS
!> ALEMAN IA, ÉCOLE FREUD JENN E DE PARIS, PASE. SACHS Hanns. TÉCN1CA
DEL PSICOAN ÁLISIS . T RANSFERENCIA,
ANÁLISIS DIRECTO
Alemán: Direkte Analyse , Francés: Altalyse directe. Inglés: Direct altalysis.
41
Análisis existencial
- - - -'- -...
• John Rosen, L'Analyse direcle (Nueva York, 1953) , Po r! , PUF, 1060,
c> BION Wilfred Ruprecht. ENVIDI A. ESQU IZOrR ENIA. ESTAD OS Li MITE. On.
JETO (BUENO Y MALO). POSICIÓN DEPRES IVA/POS ICIÓN ESQU IZO PIIRA.
NOIDE. SELF PSYCHOLOGY
Sartre, L'tlre el le Néant, París, Galllmard, 1943 led. casI. : El ser Y la ~~:
loIiada, 19811. Ludwig Binswanger, Le R"ve el /'Exislence (Zunch, 1 Ga'
1954; Discours, psrcours el Freud(Berna, 1947), Par/s, MO
¡ ReS",·,
La Psycholhéraple el son Imsge da /'homm9, Par s, 1976),
Hlslolra de la psychanalys9 apras Freud (ToUlouse,
An álisis p r ofano
Par~s, Odile Jacob, 1996. Michel Foucaull, "Inlroduclion" (1954). en Dirs el Écrils, vol. 1,
Pans, Gallimard, 1994. Henri F. ~lIenberger, "La Psychlatrie suisse", serie de ar1 iculos
publicados de 1951 a 1953 en L 'Evo/ulion psychialrique, Aurillac, s.d.; Médecines de l'a-
me. Essais d 'hisloire de /a folie el des guér/sons psychiques. Paris, Fayard, 1995.
ANÁLISIS MUTUO
ANÁLISIS ORIGINAL
[> AUTOANÁLISIS .
ANÁLISIS PROFANO
Alemán: Laiel1al1alyse. Francés: Al1alyse profal/e. In glés: Lay-analysis.
En este sentido, la única formación aceptable para un psicoanalista, sean cuales fue-
sus estudios universitarios Y su religión, consiste en someterse a un análisis didácti -
después a un análisis de control*, según las reglas promulgadas por la Internatio-
Association* (IPA) a partir de 1925. Por otra parte, estas normas
con variantes, por ~a totalidad de los psicoanalistas practicantes que
freudianos (véase freudlsmo*) en el mundo, sean o no miembros de la
O no a sus div~rsas. corrientes. (Iac~nismo* . Self Psychology*, etcétera).
está II1scn~o e.n la hl~tona. de la medicina, puesto que es uno
de la pSlqulutrfa dmámlca*, en la mayoría de los países
I "fE se
y a pSlqulutr a: n consecuencia, desde su origen ha
hombres y mUjeres c?n formación médica o psiquiá-
del saber propias de cada pafs, Por otra pan
ha BU laicismo, puesto que la medicina t:~
43
AMUsIs salvale
ma partido por la ciencia más bie n que por la religión. En los paí~5 dú~ · ~ 1;,. i":' •.'.
", ...•
no se ha desarrollado y la locura* es considerada un f en 6meno de (¡ ¡gen dí í;", y '>
maníaco, el psicoanálisis no se ha implantado. • . -
No obstante, exi ste una con tradi cción entre la autonom1a necesana del psiW;"á.
Y los criterios de su práctica profes ional cuando ~sta depende de la ~úfe;i6n ~ -;: ,_ .
Ira o médico. Ésa es la ten sión que está en el ongen del gran confl¡clli de;e(.caCe;, •.
en 1926 por el propio Sigmund Freud* con la publicación de ¿ Pueden los legoJ ejt:~:
el análisis?*.
Partidario acérrimo del análisis profano y de la práctica del p5ic(ydIJiíljsi~ p0:-lr.~ .
médicos, Freud fue combatido muy duramente por sus propios discípulos, SVúrt • ~
por Abraham Arden Brill* y los miembros de la muy poder~s~ America~ Psycr'fi<c.;",:
tic Association* (APsaA ), qui enes pretendían reservar la practica del pSlcoar¡álÍ5is - ••
los médicos.
Debido a la emigración mas iva de los psicoanalistas europeos a 105 EstaCo; (j !~;:.'
consecutiva al nazi smo*, Freud y sus partidarios perdieron la bataBa del análisis ¡;;~::.
no en el período de entreguerras. En Europa, en esa época, fue en Holanda éo~:'e .:'
conflictos entre los partidarios y los adversarios del análisis profano tomara;: .= ""
:z
dramático, teñido de antisemitismo y xenofobia.
A partir de 1945, con el desarrollo considerable de la psicología y de su e:lse~ "72
universitaria en los grandes países democráticos, la cuestió n del análisis oro:am .,
planteó en términos nuevos. En efecto, el psicoanáli sis era entonces oracticado
•
rr.:!SÍ\:.·
mente, no sólo por médicos o psiquiatras, sino también por psicOlerapeuras con fo ... ,.
ción.de psicólogos, recibida por lo general en la uni versidad . Después de haber sido ú
so~bldo ~or la psiquiatría, el psicoanáli sis corría el riesgo de que lo eng'Jllm _
pSlcol~gla y ~e que se lo confundiera con las diversas psicoterapias"'. En con~'"C 'c,:_
l.o~ pSicoanalistas reafirmaron con fuerza la existencia de sus propias insúru io~e~.-=
umcas capaces de defirur los cri terios de la formación psicoanalítica: el análisis di.rec:.
y el control (o supervisión) .
• Sigmund Freud, La Ouestión de I'a nalyse profane (1926) OC X' 111 1·"" G' ,
209·286 SE XX 183 258 • • . :J<." •
vol. 201.' , , • red. casI.: ¿Pueden los legos ej ercer el anál,s.s? A:x -::.
SALVAJE
:: Georg. INTERPRETACIÓN.
Eric Heme, que nació en Montreal y emigró a los Estados Unidos*, se distanció del
freudis~o* clásico al instalarse en San Francisco después de la Segunda Guerra Mun-
dIal. Alh puso a punto el método que lo hizo célebre. Cercano a la terapia familiar. con-
SIste en restablecer la comunicación o " transacción" entre los miembros de una familia o
de un grupo social dado, a partir de un análisis de las relaciones del yo con su entorno .
• Eric Berne , Des jeux el des hommes. Psychologie des relalions humajnes (1 964), Pa-
rís, Stock, 1966.
,
1> ANALISIS EXISTENCIAL. NEOFREUDISMO. TERAPIA GUESTÁLTICA_
SCHULTZ Johannes. TÉCNICA PSICOANA LÍTICA . TERAPIA FAMILIAR.
45
Andreas-5alomé, Lou
,
En diciembre de 1962 defendió su tesis sobre los orígenes del freudismo lo
. bl' 'd b . ' que
valió el prestigioso título de Dozent. HIzo pu Icar en segul a ese tra aJo magiStral le
cías al cual pudo establecer una relación con He nri F. Ellenberger*, quien, por su 'I~a.
comenzaba a "revisar" la historiografía* oficial del freudismo desde la perspectiva d ~'
constitución de una historia científica. Impulsado por su propio trabajo, Andersson: a
prendió entonces la primera gran revisión de un caso princeps de los Estudios SObre%
histeria*: el de "Emmy von N.". Descubn ~ su verdadero nombre, Fanny Moser*, expu.
so su historia en el Congreso de la Internatlonal Psychoanalytl cal AssocIatlOn* (lPA) de
Amsterdam en 1965, y aguardó catorce años antes de publicar un artícu lo al respeClo en
The Scandinaviall Psychoallalytic Review.
Por otro lado, Andersson renovó completamente el estudio de las relaciones de SiDo
o
mund Freud* con lean Martin Charcot*, Hi ppolyte Bernheim* y Josef Breuer*. Tam.
bién sacó a luz las fuentes del pensamiento freudiano, y en especial, las ideas tomadas
de los trabajos de lohann Friedrich Herbart*. Sin embargo, contrari amente a Ellenber.
ger, siguió adhiriendo, como miembro de la IPA, a la ortodoxia derivada de Ernest Jo.
nes*, cuyo trabajo biográfico admiraba, lo que le impidió ir más lejos en la historia
científica. Sufrió mucho su aislamie nto en el seno de la Sociedad Psicoanalítica Sueca,
al punto de pedirle a Ellenberger en 1976 que lo ayudara a emigrar a los Estados Unj·
dos*. Pero nunca llegó a realizar este deseo.
Andersson dejó instrucciones para que al morir su cuerpo fuera incinerado y las ce·
nizas dispersadas. Sus dos hij os varo nes cambiaron de ape ll ido, prefiriendo llevar el de
la madre, como lo autoriza la ley sueca. Y no sólo eso, sino qu e el nombre de este psi·
coanalista, a la vez integrado y marginal, fue totalmen te borrado de la historia intelec·
tual de su país, al punto de no fi gurar en la Enciclopedia Nacional Sueca , a pesar de ha·
ber escrito tantos artículos en di versas enciclopedi as de su patria.
,
ANDREAS-SALOME Lou, nacida Lelia (Louise) von Salomé (1861-1937)
escritora y psicoanalista alemana
Por su vida y sus obras, Lou Andreas-Salomé tuvo un destino excepcional en la Jús·
lOIia del siglo XX, Figura emblemática de la feminidad narcisista, concebía el amor s~
xual como una pasión física que se agotaba una vez saciado el deseo • . Sólo el a~or;
en una fidelidad absoluta, era capaz según decía de resistir al uetn n"
ntrOCuP
~
o "
sobre el erotismo, que apareció un año antes de su encue
e
\UlO de los grandes temas de la literatura (desde Madam uif"
SCI~1l el cuall~ división entre la locura. amorosa ~':
bnposible de superar, debla ser vivida plenamon1o.
Andreas-Salomé, Lou
bfa bien
.' -escribió H. G. Peters
.. ' su meJor' b'1ógra f'0- que sus argumentos en favor de un
matnmo~~od .que le pe~mltlera a cada cónyuge la libertad regeneradora de festines de
amor pen ICOS eran astante caprichososos, no só lo porque se oponían a los manda-
lmenlos morales de la' mayoría . de la s re l"IglOnes, S100
' tambi.én porque eran . '
lOcompatl-
bIes con el poderoso LnS~lOtO posesivo profund amente enraizado en el hombre."
. SlO embargo, ella misma no cesó de poner en práctica esa di visión durante toda su
vida, al precIO de hacer cree r (erróneamente) que era un monstruo de narcisismo* y
amoraltdad. Ella se rela de las invecti vas , de los rumores y los escándalos, habiendo op-
tado por no someterse a las coacciones sociales. Después de Nietzsche (1844-1900) y
Rilke (1875-1926), ~ s ta muj er des lumbró a Freud , que la amó tiern ame nte, y a quien le
trastornó la eXistencia. En efecto , e ll os se parecían: el mismo orgull o, la misma belleza,
la misma desmesura, la mi sma energía, el mismo coraje, la mis ma manera de amar y
poseer febrilmente los objetos de elecc ión. Uno habla optado por la abstinencia sexual
con la misma fuerza y la misma voluntad que impu lsaban a la otra a satisfacer sus de-
seos. Tenían en común la intransigencia, esa cert idumb re de que la amistad nunca debía
ocultar las divergencias ni impedir la libertad de cada uno.
Nacida en San Petersburgo en un a famili a de la aristocracia alemana, Lou era hija de
un general del ej ército de los Romanov. A los 17 años, negándose a ser confirmada por
el pastor de la Iglesia Evangélica Reform ada a la cual pertenecía su familia, se puso ba-
jo la dirección de otro pastor, Hendrik Guill ot, un dandi brillante y cul tivado que se ena-
morÓ de ella mientras la iniciaba en la lec tura de los grandes fil ósofos. Lou se negó a
casarse, enfermó y abandonó Ru sia*' Instal ada en Zurich con la madre, buscó en la teo-
logía, el arte y la religión un medio de acceder al mundo intelectual con el que soñaba.
Gracias a Malwida von Meysenbug ( 181 6-1 903), gra n dama del feminismo alemán,
conoció al escritor Paul Rée (1849-190 1), quien le presentó a Nietzsche. Convencido de
haber encontrado la única mujer capaz de comprenderlo, éste le pidió solemnemente la
mano. Lou se la negó. A esos dos hombres, Rée y Nietzsche, apasionadamente enamo-
rados de ella, les propuso entonces formar una especie de tri nidad intelectual y, en mayo
de 1882, para sellar el pacto, los tres se hicieron fo tografi ar juntos ante un decorado de
cartón piedra: Nietzsche y Rée uncidos a un carro cuyas riendas estaban en manos de
Lou. La imagen provocó un escándalo. Desesperado, Nietzsc he incluyó en Zaralllslra
una famosa frase: "¿Vas a ver mujeres? No olvides el láti go."
Lo que preparó el encuentro de Lou con el psicoan álisis* fue la adhesión al narcisis-
mo nietzscheano y, en términos más generales, al culto del ego, característico de la Le-
bensphilosophie (filosofía de la vida) de fin de siglo. En efecto, en todos sus textos, co-
mo lo subraya Jacques Le Rider, ella trata de encontrar un eros cosmogónico capaz de
colmar la pérdida irreparable del sentimiento de Dios.
En junio de 1887 Lou se casó con el orientalista alemán Friedrich-Carl Andreas,
quien enseñaba en la Universidad de Gotinga. El matrimonio no se consumó, y fue
GeOl'g 1 edcbourg, fundador del Partido Socialdemócrata Alemán, quien se convirtió en
.. amllIlte, un poco antes que Friedrich Pineles, un médico vienés. Esta segunda
con un aborto Y una renuncia trágica a la maternidad. Lou se instaló
donde conoció al joven poeta Rainer Maria Rilke: "Fui tu mujer
ella en Mi lIida- porque has sido la primera realidad en la cual el
47
AndreaS-Salomé, Lou
-
hombre y el cuerpo eran indiscernibles entre sí, hecho inco ntes tabl e de la vida misma
[ ... ]. Éramos hellnano y hermana, pero co~o en eS,e pas ~do lejano, antes de que el ma.
trimonio entre hermano y hermana se volviera sacnlego.
La ruptura con Rilke no puso fin al amor que I~s unía, pero, como lo subray6 Freud
en 1937, "ella fue a la vez la musa y la madre solicita del gran poeta [ ... ] que experi·
mentaba tanta angustia ante la vida". . .
En 1911 en Weimar, en el Congreso de la Intern atlOnal Psychoanalyt1ca l Associa·
tion. (lPA): conoci6 a Freud gracias a Poul Bjerre* De inm ediato le pid i6 que la "ini·
ciara" en el psicoanálisis. Éllanz6 un a carcaj ada: "¿Me toma po r Papá Noe l?", le dijo.
Aunque ella s610 tenía cinco años menos, se comport6 como un a ni ña: "El ti em po había
dulcificado sus rasgos -escribe H. G. Peters-, a lo cual ell a añadía un a cie rta feminidad,
\levando pieles suaves, boas, escl avinas sobre los ho mb ros [ ... l. Su be ll eza física era
igualada, si no superada , por la vivacidad de su espíritu , su alegría de vivir, su inteligen.
cia y su cálida humanidad."
Freud no se equivoc6. Comprendi6 de in mediato qu e Lou deseaba verdaderamente
consagrarse al psicoanáli sis, y que nada se lo impedi ría. Por ello la admi ti6 en la Wie·
ner PsychoanaJytische Vereinigung (WPV). Su presencia muda ates tiguaba a los ojos de
todos una continuidad entre Nietzsche y Freud, entre Viena* y la cul tu ra alemana, entre
la literatura y el psicoanáli sis. Evidentemente, Frc ud es taba enamorado de ell a, por lo
cual subray6 con fuerza, como para defen derse de lo que ex perimentaba, que ese apego
era extraño a cualquier atracci6n sex ual. En su artÍC ul o de 19 14 so bre el narcisismo*,
pensaba en ella al describir los rasgos tan particul ares de las Illuj eres que se ase mejan a
grandes animales solitarios, sumergidos en la co ntemplaci6n de sf mi smos.
Instalada en Viena en 1912, Lou asisti6 a las reuni ones del círculo freudiano, y tamo
bién a las de Alfred Adler* Sintiendo celos pero respetuoso, Freud la dejó hacer, aun-
que permitiéndose aJgunas fechorías. Una noche, sufri endo por su au sencia, le esc ribió
las siguientes palabras: "La he echado de menos en la ses ió n de ayer a la noche. y me
resulta grato enterarme de que su visita al campo de la protesta mascul ina no tiene nada
que ver con su ausencia. He adquirido la mala costumbre de di rigir siempre mi confe·
rencia a una de las personas de mi círcul o de oyentes, y ayer no cesé de mirar fijamente,
como fascinado, el lugar vacío que se le había reservado."
Muy pronto, ella abrazó exclusivamente la causa del freud ismo*' Fue entonces cuan-
do se enamoró de Viktor Tausk*, el hombre más hermoso y me lanc61ico del círculo
fieudiano. Se convirtió en su amante. Él tenía veinte años menos. Junto a ell os, Lou se
inició en la práctica anaJftica, visitó hospitales, observó casos que le interesaban, cono'
cM a intelectuaJes vieneses. Con Tausk y Freud constituyó un trfo semej ante al que ha'
con Nietzsche y Rée. Una vez más, la historia terminó en tragedia. .
en el círculo familiar de la Berggasse, se convirtió en una visitante habl'
. ' ón~
particularmente a Anna Freud*. Después de cada reuOl , de
la acompaflaba hasta el hotel, y después de cada cena la cubn a
Andreas-Sal omé , Lou
En ~(jnigsberg, d?nde permanec ió seis meses en 1923 , analizó a cin co médi cos y sus
pacientes. En Gotmga, en su casa, trabaj aba a veces durante di ez horas d iarias, al pun to
de que Freud le llamó la ate nc ión en una carta del mes de agosto de 1923: "Me entero
con es~~nto - y de la mej or fue nte- de qu e usted dedica hasta die z horas diari as al psi-
coanálISIS. Naturalme nte, cons idero que es to es una tentati va de suicidi o mal disimu la-
da, lo que me sorpre nde mucho, pues por 10 que sé usted tiene muy pocos senti mientos
de culp~ neurótica. Por lo tanto, le suplico que se detenga, y que aume nte más bien los
honorarIOs de sus consultas, en una cuarta parte o la mitad , seoún <> las cascadas de la caí-
da del marco. El arte de co ntar parece haber sido olvidado por la multi tud de hadas reu-
nidas alrededor de la c una en e l momento de su nacimiento. Se lo ru ego, no haga oídos
sordos a mi advertencia."
Empobrecida por la infl ación que hacía es tragos en Alemania*, y ob ligada a mante-
ner a los miembros de su fa milia arruin ados por la Revolución de Octubre, Lo u no lle-
gaba a subvenir a sus necesid ades. Aunque nunca pidió nada, Freud le envió sumas ge-
nerosas, y compartió co n e ll a, como él mismo dijo, su "fortuna rec ién adqui rida". La
invitó a su casa e n Vie na, donde pasaron juntos jornadas "llenas de riqueza". Muy pron-
to le dio en prend a de fide li dad uno de los ani llos reservados a los miembros del Comité
Secreto"', y des pués pasó a llam arl a su "muy querida Lou", y a hacerle co nocer sus pen-
samientos má s íntimos, sobre tod o los relaci onados co n su hija Ann a, cuyo aná lis is se
desarrollaba en condiciones difíciles. Lou se con virtió en la con fi dente de la hija de
Freud, e in cluso en su segunda analista, cuando hubo necesidad de que lo fuera . A lo
largo de la correspond encia entre Freud y ella se los ve evolu cionar hacia la vejez y
conservar ambos un coraje ejemp lar ante la enfermedad.
Cuando Lou cumplió 75 años dec idi ó consagrarle un libro para exp resar su gratitud,
y también algunos desacuerdos con él. Criticó sobre tod o los errores cometidos po r el
psicoanálisis acerca de la creación estética, mu y a menudo reducida -dice- a una cues-
tión de represión . Freud aceptó la argumentación sin reserva, pero trató de ob tener que
cambiara el título de la obra (Mi gratitud a Freucf) . Ell a no cedió: "Por primera vez --es-
cribió él- me ha impresionado lo que hay de exqu isitamente fe meni no en su trabajo in -
telectual. Allí donde, seducido por la eterna ambi valencia, yo prefería dej ar todo en de-
sorden, usted interviene, clasifica, pone orden y demues tra que de esta manera eso
puede ser también agradable."
A partir de 1933, Lou asistió con horror a la instauración del régimen naz i. Conocía
el odio que le tenía Elisabeth Forster (1846-1 935), la hermana de Nietzsche, convertida
en fexviente partidaria del hitlerismo. Conocía también las desviac iones que esa muj er
~ había hecho sufrir a la filosofía del hombre del que Lou había estado tan cerca y que
tanto. No ignoraba que los burgueses de Gotinga la llamaban "la Bruja" . Sin
decidió no huir de Alemania. Unos días después de su mu erte, un funcionario
se presentó en su domicilio para confiscar la biblioteca, que iba a el'
los sótanos del ayuntamiento: "Como razón de esta confiscacion - escribe Pe-
Lou había sido psicoanalista y practicado lo que lo~ nazis llamaban
había sido una colaboradora y amiga íntima de Sigmund Freud, y que
de autores judíos".
Androglnla
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ANDROGINIA
1> BrSEXUALlDA D.
ANGUSTIA
ANNAFREUDISMO
Alemán: Annafreudianismus. Francés: AI1T!afreudislll e. Inglés: Alllla -FrelldiallislIl.
•
Antlp slqulatria
--
tratamiento de la n e uros.is: introcluc icndo e n ~ I unu dimensión so ial y profil áctica au-
sente en .Ia doc trIna k lc lnl ann. la e uol só lo tOIl\ U ' 11 cue nta In realidad psrqu ica* o lo
imagtnano* del sUJ eto *.
Lo mis.mo que el kle ini smo y lu Ego Psyc/¡ o/ngy*, ¡¡ la qu e está próx im a, la co rri ente
annafreudlana se desarrolló en e l inte rior de la Intcrnat io na l Psychoan alyti ca l Assoc ia-
tion * (lPA), esencIalmente en Gran Bn:ta ií a* y los Es tados Unidos*, do ndc los vieneses
inmigrantes, mu y li gados a la fam ili a Freucl . Se es fo rzaro n en de fenderl a como un a es-
pecie de vínculo de identidad, más all Ct de las vicisitudes d<!1 ex ili o.
Como el lac ani smo* y numero as otras corrientes ex ternas a la IPA , el ann afreud is-
mo y el kleini sm o fo rman parte de l freudi smo*, en tanto todas es tas pos icio nes, más
allá de sus diverge nc ias, se reconocen en la doctrina fundada por Freud , y se dist inguen
claramente de las o tras escuelas de psicoterapia* por la adhes ión al ps icoanáli sis* -es
decir, a la cura medi ante la palabra co mo úni co lu gar de re ferencia del tratami ento psí-
quico- ya los conceptos freud ianos fu ndamental es: inconsc icnte*, sexuali dad*, transfe-
rencia*, repres ió n*, pul sió n* .
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M/chaud, Lou Andreas-Salomd. L 'al/ide de la VI8, . P aos,
. S S UI'1. 2000.
ANTROPOLOGÍA
53
Antropologla
• -
En Francia*, la palabra etn ología apareció en 183,~ p~ra ~esi~nar el e~tlldio _compa_
rado de las costumbres y las instituciones ll amadas prIlTIltlvas. DiecIsiete anos más
tarde fue reempl azada por "antropo logía", ~ la c ual ~: méd ico Paul Broca (\824-1881 )
vinculó su nombre, hac ie ndo de ell a un a dlscl plllla f¡~lca y anatómlc~ que a continua_
ción desembocó en el marco de la teoría de la herencia-degeneración , Y en el estudio
de las "razas" y las "etnias" concebidas como especies zool~~lc*as. ,
Por el contrario, en el mundo angloparlante (Gran Bretdna y despues los Estados
Unidos"'), la palabra ethn ology designaba el dominio (~e la antropología física (en el
sentido francés), mientras que en 1908 se creó la expreslon sactal anthropology para ca-
racterizar la cátedra de antropo logía de Fraze r en la Universidad de Li verpool. Fue en
este contex to puramente angloparlante -ya través de los debates de la antropología fun-
cionaJista de Broni slaw Malinowski *, el kleinismo universal ista de Geza Roheim* y la
ortodoxia de Ernest Jones*- donde se discutieron las tesis enunciadas por Freud en Tó'
tem y tabú . Observemos que Charles Sel igma n ( 1873-1940) Y Williams Rivers (1864-
1922), dos antropólogos de formación médica, fueron los primeros en dar a co nocer en
el ambiente académico de la antropología inglesa los trabajos freudianos sobre el sue-
ño*, la hipnos is* y la histeri a*. Después relevó a esos estudiosos la escuela culturalisla
norteamericana, desde Margaret Mead* has ta Ruth Benedict ( 1887-1948), pasando por
Abraham Kardiner* y el neofreudi smo"
Tanto en Gran Bretaña como en los Estados Unidos las tesis freudianas fueron en-
tonces asimiladas por la antropología al mi smo ti empo que impugnadas por su anclaje
en un moclelo biológico superado y ya abandonado. En efecto, en esos dos países el sa-
ber antropológico moderno se construía a principios del siglo XX en ruprura con el dar-
winismo y el evolucionismo: por un lado a través de la doctri na de Franz Boas (1858-
1942), verdadero padre fundador de la esc uela norteamericana, que crit.icaba todas las
tesis relativas a la oposición entre el primiti vo y el civil izado, el salvaje y el niño, el ani-
mal y el ser humano, etcétera, y, por otro lado, siguiendo la enseñanza de Malinowski,
Rivers, Seligman, quienes renunciaron a los marcos del evo lucionismo de Frazer. en fa-
vor del funcionalismo o el difusionismo.
, . De tal modo se constituyó pr,ogresivamente una corriente de antropología psicoana-
hllca, hmltada en el plano clenufico al mundo anglo-norteamericano, y desde el punto
de vista geográfico a experiencias de campo realizadas en la parte norte del continente
americano y en Melanesia.
. En Francia, so~amente Marie Bonaparte* se apasionó, a título personal, por las cues-
tIones antropológicas. Por otro lado. ella aportaba su apoyo a Malinowski y a RoheJ111.
En cuanto a los etnólogos, no mantuvieron ningún debate sobre las tesis freudianas du-
rante el período de entre guerras; esas tesis fueron ignoradas, sobre todo por Mare el
Mauss (I 872-1951), el fundador y más ilustre representante de la escuela francesa. Lo
mismo que numerosos eruditos de su generación, e incluso cuando abordaba los temas
del psicoanálisis (el mito, el sexo, cuerpo, la muerte, lo simbólico., etcéteru).
de Freud y de su sistema interpretativo. En ese ámbito prefería basarse en
1!- menudo antifreudianos de los psiquiatras y psicólogos académicos: Pierrc
Ribot (1839-1916) YOeorges Dumas (1866-1946). No obstante, en sU
• T6tfRJ Y taba se mostró prudente, subrayando que "estas ideas tienen una
Antropologla
hasta los culturalistas), él eludió esa bipolarización, para mostrar que la prohibición reu-
lizaba el pasaje de la naturaleza a la cultura.
Rqta nueva expresión de la dualidad naturaleza/cultura volvió a lanzar el debate 50 -
liflUll unwersalismo, pero sin dar origen a una corriente francesa de antropología pSI-
, Y fue lacques Lacan* quien se inspiró en los co nceptos de Lévi-Strauss pu-
todo su teoría del significante* y de lo simbólico.
. parj¡.
y Mlchal lzard. Dlcl/onnall8 de I'elhnologie el de l'anlhr0p0i09m.',¡¡1IUO'
M6.wJ MBusa, Parla. Fayard, 1994. Jean Jamln, 'L
Anzl e u, Didler
Nacido en MeJun , Didier Anzieu era hijo de Marguerite Anzieu*, el caso "Aimée" de
Jacques Lacan*- Al igual que Serge Leclai re*, Maud Ma nnoni* o Piera Aul agn ier*.
Anzieu pertenecía a la tercera generac ión" psicoanaIíti ca francesa. En un comienzo fue
analizado por Lacan en condiciones difíciles y luego rea lizó una segunda cura con Geor-
ges Favez (1902-1981). Alumno de Dani el Lagache* y fil óso fo de formaci ón, en 1959
publicó una tesis universitaria sobre L'ollto-allalyse de Frelld et la décollverle de la psy-
- chturalyse, primer gran estudio sobre el nacimiento del psicoan álisis* , a partir tle una
, .. de los sueños* de Sigmund Freud * y de un comentano de la correspon-
deacia con Wilhelm F1iess*, que en aquella época se conocfa de modo parcial. La obra,
veces reeditada y traducida a varias lenguas, se ~onvertirí: en un clásico . .
ortodoxo pero abierto a la práctica del pstcodrama y la pSlcoterapt a* de
a la v~z en el linaje de la Ego Ps)'cllOlogy* para sus hipótesis sobre la
del yo. y en el de la escuela poskleiniana inglesa para el estudio de las fun-
a estados límite" y el análisis de los contenidos y contenedores
de una teoría del "Yo-piel", así como también una edi-
57
Anzieu, Marguerite
----
ción crítica de los Pensamientos deBlaise Pascal (1623- 1662), basada en los manuScri.
tos originales y en numerosos estudi os sobre la lIteratu ra moderna.
• Bibliografía: Didier Anzieu, L 'Auto-analyse de Freud (1959), París, PUF, 1988 led.
El autoanálisis de Freud, México, Siglo XXI , 1978J; Une peau pour les pensé_s peaS!.
Clancier-Guénaud, 1986; Le Penser, DM ' M ' ,a",
u ol-peau au ol-pensant, París, DunOd, 1994
led, cas!.: Del y o-piel al yo · p ensante, Madrid, Biblioteca Nueva, 1995J.
La histori a del caso "Aimée", narrada por Jacques Lacan en su tesis de medicina de
1932, De la psicosis paranoica en sus relaciones con la persollalidad, ocupa en la gé-
nesis del Jacanismo* un lu gar cas i idé ntico al del ,caso "Anna O." (Bert ha Pappen·
heim*) en la construcción de la saga freudiana. Fue Elisabeth Roudinesco quien reveló
por primera vez en 19 86 la verdadera identidad de esta muj er y qui en más tarde, en
1993, reconstruyó la casi totalidad de su biografía, a parti r deJ testimonio de Didier An·
zieu y de los miembros de su famili a. En este sentido, la historia de este gran caso prin·
ceps ilustra de maravillas hasta qué punto Jos "enfermos" son, al mismo título que los
médicos que los curan, los ac tores de una aventura siempre dramática, en la que se en-
tretejen lazos genealógicos de naturaleza inco nsciente,
Marguerite Pantaine provenía de una fa mil ia ca tól ica y terrateniente del centro de
Francia*. Criada por una madre que sufría síntomas de persecución, so ñó muy pronw, a
la manera de Emma Bovary, con salir de su condi ción y convert irse en una inteleciUaL
En 1910 entró en la admini stración de correos, y siete años más tarde se casó con Rene
Anzieu, también funci onari o. En 1921, mientras estaba encin ta de su hijo Didier, co-
menzó a tener un comportamiento extraño: manía de persecución, estadoS depresi\'os.
De~pués del nacim~ento del niño se instaló en un a dob le vida: por ~ n lado, el unl~:~~
coudlano de las activIdades del correo y por el otro un a eX istenCIa Im agInana hec
delirios. En 1930 redactó sin intelTu~ciones dos n~velas que quería hacer pllblica~:.
pronto se convenció de que era víctima de una persecución por parte de Huguett~ .
. '1d i93 11nten
flos, actnz célebre de la escena parisiense de la década de 1930. En abn e. . d- n
. f nternUa,
t6 matarla con un cuchillo. pero la actriz esquivó el golpe, y Marguente lIe I rotO-
el Hospital Sainte-Anne, confiada a Jacques Lacan, quien vio en ella un casO de e
manía y paranoia* de autocastigo. la En
La continuación de la historia de Marguerite Anzieu es una verdade~a nov~e~irse
1949, SU hijo Didier, después de haber realizado estudios de filosofía, deCidIó c~~aba una
Recibió su formación didáctica en el diván de Lacan, mientras prep '0 sa\Jel
01autoanálisis* de Freud, bajo la dirección de Daniel La~ache·'/h~lrnbte al
sido el famoso caso" Aimée" , Lacan no reconocIÓ en es ~_ cuan·
boc a de la rnu"'y,
y Anzieu se enteró de la verda d por
Apuntalami ento
APUNTALAMIENTO O APOYO
Alemán: An/ehnung. Francés: Étayage. In glés. Allaclisis.
Término ad opta d o en francés (m ás bien qu e "anaclis is" y su adjeti vo " a nac lí-
tico") como tradu cció n d el co ncepto d e Anlellll l/ Ilg q ue utilizó Sigmund F r eud *
para designar la r ela ción orig in a l entre las pulsiones* sexua les y las pul siones de
aUloconservación j las primeras sólo se ind ependi za n después de ser apuntal ad as
por las segundas, És te es el mism o proceso d e a pu n talam iento que, en el curso del
desarrollo psicos exual, se prolonga en la fas e d e la elección del objeto de amor, a
lo que Freud se r efi e re cuando habla d el tipo d e elección de objeto por apuntala-
lDiento.
En la primera versión de los Tres ensayos de leoría sexl/a/*, Freud definió la función
de apuntalamiento (l iteralmente, "apoyarse sobre") para da r cuenta de l proceso de dife-
ltüciación que se opera e ntre las pulsiones sexuales y las pul siones de au[Oconserva-
- . ba·.adas en funcione s corporales.
El primer ejemplo escogido es el de la acti vid ad oral del lac tante. En el curso mi smo
satisfacción orgánica de la neces idad nutricional, una sati sfacc ión obtenida me-
la succión del seno materno, el pecho, primer obj eto, se convierte en fuente de
zona erógena. Tiene lugar una di soc iación. de la que surge un placer eró-
al obtenido por la so la sati sfacción de la necesidad. En ese momento
de repetir la actividad de succión cuando ya se ha alcanzado la sa-
una satisfacción que está convirtiéndose en pul sional autónoma.
con todas las funciones corporales a las cuales corresponden pul-
acompañado por la constitución de las zonas erógenas res-
En el curso de este proceso de diferenciación, la pulsión
para funcionar progresivamente de modo autoerótico,
59
Archivos Freud
-
En la última parte de los Tres ensayos de teoría sexual Freud va más all á de esta
conceptualización, y describe el emplazamiento del modelo origina l de la el ección de
objeto. En un primer momento, el objeto de la pulsión sexual es "exterior al propio
cuerpo". Más tarde, cuando "se vuelve posible para el niño formar la representac ión
global de la persona a la que pertenece el órgano que le procuraba la satisfacc ión", la
pulsión sexual pierde ese objeto para converti rse en autoeróti ca, "y la rel aci ón original
sólo se restablece una vez superado el momento de latencia [ .. . j . El descubrimiento del
objeto es en verdad un redescubri miento."
En 1914, en su articulo "Introducción del narci sismo", Freud modifi ca su •
concep .
ción del dualismo pulsionaJ, y distingue dos tipos de elección de objeto. La primera, que
había descrito en 1905, no cambia, pero en adelante es denominada elecci ó n de obj eto
por apuntalamiento. Sigue el modelo del apu ntalamiento de la pulsión sexu al: "Este
apuntalamiento -escribe Freud- conti nú a revelándose en el hecho de qu e las personas
que tienen que ver con la alimentación, el cuidado, la protección del niño, se convierten
en los primeros objetos sexuales". El segundo ti po de elecci ón de objeto, llamado elec·
ción de objeto narcisista, no sigue el modo de la búsqueda de un a relac ió n con un objeto
exterior, sino el de la relación del individuo co nsigo mismo.
lean-Bertrand Pontalis y l ean Laplanch e señalan qu e el co nce pto de apuntalamiento
no siempre ha recibido la atención que requi ere, a pesar de su importancia en la doctrina
freudiana. Al respecto, sub rayan que la ese ncia de l apuntalamiento es tá en la simulta-
neidad de dos operaciones, " ... una rel aci ón y una opos ici ón entre las pulsiones sexuales
y las pulsiones de autoconservación". Más tarde , lean Laplanche precisó de nuevo la
importancia y el sentido de este concepto: "Lo descrito por Freud es un fe nómeno de
apoyo de la pulsión*, el hecho de que la sex ualidad nac iente está apuntalada por otro
proceso similar y a la vez profundamente divergente: la pulsiÓn sexual es apuntalada
por una función no sexual, vital. .. "
• Sigmund Fr~ud , hois Essais sur la IMorie sexuel/e (1905), GW, V, 29-14 5, SE, VII,
123·243, Pans, Galhmard, 19871ed. casI.: Tres ensayos de leoría sexual, Amorrortu,
vol. 7]; "O'un type partlculier de cholx d'objet chez I'homme" (1910), OC, X, 187·200,
GW, VIII, 66-77, ~E, XI, 165·175 ledo casI.: "Sobre un lipa particular de elección de ob-
Jelo en el hombre, Amorrortu, vol. 111; "Pour introduire au narcissisme" (1914), GW, X,
138·170, SE, XIV, 67·102, en La Víe sexuel/e, Paris , PUF 1969 81.105 ledo casI.: ' In·
traducción del narcisismo", Amorrortu , vol. 14J. Jean LaPI~nche, 'Víe el mort en psychB'
na/yse, Parls, Flammanon, 1970 ledocast.: Vida y muerte en psicoanálisis, Buenos Al·
res, Amorrortu, 1973J; y,Jean-Bertrand Ponlalis, Vocabulaire de la psychana/yse, Paris,
PUF, 1967 ledocasI.. DlCc/onaflo de pSicoanálisis, Buenos Aires, Paldós, 1997J.
ARGENTINA
En 1914: ~n su artí~ulo sobre la histori a del movimie nto psicoanalíti co, Si gmun d
Freud'" escnbló lo siguIente: "Un médico , probab lemente alemán, ll egado de Chil e, se
declaró en favor de la ellistencia de la sexualidad infantil en el Con" reso Internacio nal
de Buenos Aires (l ~ 10) , Y elogió los éxi tos obten idos por la terapia ~sicoana líti ca en el
tratarruento de los SlJItomas obsesivos". Este médico chileno se ll am aba Germ án Greve.
Delegado por su gobiern o a ese congreso de medicina, se mostró entus ias mado por las
tesis fre udianas, y las e xpuso sin deformarlas demasiado. Pero, su confe rencia no en-
contró eco entre los especiali stas argen tinos en enfermedades nerviosas y mentales.
Como en todos los países del mundo, también en la Argen tin a el psicoa nálisis' sus-
• • •
Cito en esa epoca numerosas resistencias, síntoma de su progreso activo. Y fue a través
de polé micas y batallas como enc ontró la vía de una implantación exitosa.
Independiente desde 1816, después de haber sufrido el yugo colo nial español, la Ar-
gentina vivió baj o el do mini o de los "caudillos" durante todo el siglo X IX . A partir de
1860, la ciudad de Buenos Aires, bajo la influenci a de su clase domin an te, encabezó la
revolución industrial y la construcción de un Estado moderno. En 1880 se rea li zó la
unidad de las d iferentes provincias , y la ciudad portuari a se convirtió en la capital fede-
ral del país . En el término de unos cincuenta años (e ntre 1880 y 1930), la Argentina
acogió a seis millones de inmigrantes, en su mayo ría ital ianos y españoles: tres veces la
población inicial del país . Huyendo de los pogromos, los j ud íos de Europa central y
oriental se mezclaron con este movimi ento mi gratorio y se instalaron en Bue nos Aires,
haciendo de la capital el bastió n de un cosmopoliti smo ab ierto a todas las ide as nuevas.
Con la revolución industrial y la instauración de un Estado moderno se constituyó
entonces, contra la trad ición de los curanderos, una medicina basada en los principios
de la ciencia posit iva importada de Europa, y más particularmente de los países latin os:
Francia* e Italia*' Fundador del asilo argen tino, Lu cio Meléndez repiti ó para su país el
gesto de Philippe Pinel *, poniendo en pie una organizac ión de salud men tal dotada de
una red de hospitales psiqui átricos, y edifi ca ndo un a nosografía inspirada en Esquirol.
Domingo Cabred, su sucesor, continu ó la obra , adaptando la clínica de la locura * a los
principios de la herencia-degeneración*. En la mi sma época comenzaro n a afirmarse las
investigaciones en criminología * Y sexología*, mientras que la enseñanza de la psicolo-
gía. en todas sus tendencias, adquiría una amplitud considerable a través de la creac ión,
en 1896, de una primera cátedra universitaria en Buenos Ai res.
De modo que el terreno estaba preparado para recib ir al pensamie nto freudiano. y
a todas las escuelas de psicolerapla' basadas en la hIpnosIs'. la hlSteria*, la su-
. y había un interés indiscriminado por los trabajos de Freud. Pierre Janet' ,
- . Malljo Charcot. e Hippolyte Bernheim*.
José Ingenieros, psiquiatra y criminólogo, publicó el primer artículo que
a Pieud. Más tarde, en la década de 1920, otros autores presenturon al psi-
moda o una epidemia (Anfbal Ponce), o bien como una etapa de la
(2nrique Mouchet). En 1930, Jorge Thénon dijo que la doclri-
aunque no le negó interés.
Io4IIdri4IC cataba reali~ando una notable traducción espailola
&1
Argentina
de las obras de Freud, bajo la dirección ele José Ortega y Gassct*, los autores <l rgcOlino!
se remitían a versiones francesas. Simultáneamente Im~ortaban las polémi cas P<lri~ien.
las Cuales añadían -latinidad obliga- las crfllcas Itali anas. Por eje mplo, los argu.
ses a f' bl .
mentos de Enrico Morselli (1852-1929) recibieron un eco avo ra . e, mientras que el te.
'ble Charles Blondel obtuvo un franco éxito al declarar, en su g¡¡¡1ele co nferencias de
~~27, que Henri Bergson (1859-1941 ) era el verdaelero descubri dor del inconsciente_, y
Freud, una especie de Balzac fru strado en su vocac ión. . .
Reaccionando a esta confusión se perfil ó otra on entaclón, con las publicaciones y
las intervenciones menos críticas de Luis Merzbacher en 19 I 4, Honono Delgado en
1918, Gonzalo Rodríguez Lafora* en 1923 y de Ju an Beltrán entre 1923 y 1928.
Profesor de psicología y medicina legal, Beltrán publi có e10s obras, una sobre el
aporte del psicoanálisis a la criminología, y la otra sob re sus fun damentos; en ellas se
presentaba la doctrina freudiana de manera positi va, pero con el as pec to de una moral
naturalista de la que había que evacuar todo vestig io de pa nsex ualismo* En cuanto a
Honorio Delgado, psiquiatra y médico hig ienista peru ano, más adleri ano que freudiano,
a partir de 1915 desempeñó un papel import ante en la difusión del psicoanálisis en
América latina. Intercambió algunas cartas con Freud. redactó su primera biografía y se
convirtió en miembro de la Internati onal Psych oanaly tical Association* (lPA ) a través
de una afiliación a la British Psychoa nalytical Society (BPS) antes de alejarse del movi·
miento, y después de afirmar con fuerza que él había sido el "pri mer freudiano" del sub·
continente sudamericano.
A partir de 1930, la Argentin a sufri ó el rebote de los acontecimien tos europeos. La
clase política se dividió entre partidari os y adversarios del fa scismo, mientras que, en
los debates intelectuales, el freudi smo y el marxismo encarnaban el sueño de libertad.
En esta sociedad contruida como refl ejo especul ar de Europa, y en la que en adelante
accederían al poder los hijos de los inm igrantes. el psicoa nálisis parecía poder aportarle
a cada sujeto un conocimiento de sí mismo, de sus raíces. un origen, un a genealogía. En
este sentido, fu e menos una medicina de la normali zac ión, reservada a verdaderos enfer·
mos, que una terapia de masas al servi cio de una utopía co munitaria. De all í su éxilo.
único en el mundo, con todas las clases medias urbani zadas. De all í también su extraOr·
dinaria libertad, su riqueza, su generosidad, y su di stancia respecto de los dogmas. .
Enrique Pichon-Riviere* y Amoldo Rascovsky*, los dos psiquiatras e hij os de inlU i '
grantes, uno de cultura católica, el otro proveniente de un a familia judía, se entusiasma-
ron con el freudismo en el período de entreguerras. Como el escritor Xavier Bóveda, que
invitó a Freud a exiliarse en Buenos Aires, ellos soñaban con salvar al psicoan ál isis del
peligro fascista, ofreciéndole una nueva tierra prometida. En 1938 reunieron a su alrede-
dor a un círculo de elegidos que formó el núcleo fundador del freudismo argentino. LUIS
r
!lltlscovsky, hellllano de Amaldo, Matilde Wencelblat, su mujer, Simón Wencelblat. hc :
de esta última, Allllinda Aberastury* y finalmente Guillermo Ferrari Hardoy )
Álvarez de Toledo. Sólo había ' que aguardar la llegada de los )11m f
' iraP-
y Marie Langer*, y el retomo al país de Celes Ernesto Cárcamo . CO"
atpn las reglas clásicas del análisis didáctico*, estos últimos tuvieron dO
el IlfIlP del joven grupo argentino, la de didactas y controla~O~dad
muy particular, que detorminó sin dudo la vlvacl
•
Ar gentina
listos ,rCIIl'
. ' 11\11111'(11\ ,d di vérR . OS m od
' o~' ~ea uti lizando el marc o d e 1a cura para ayud ar a
.y.
los mlllllillt(S l..:stlll1o nl ar atroc " ó n pura y sl.mp 1e, sea
. idades. , sca mediante la euugracl
con c1l'xl\¡o
., ¡lIt orlor y '1 re pll eguc a una prác tica pn'vada cada vez mas - vergonzante y
~ulpuhllll.ml\ll l l .
MlIr~ts lll y V\;t(;J'ilna dé laR Brigadas Intern acionales, Marie Langer, desde su exilio
en M(Xll'O, st' 'IlC()lIlr(\ (; 11 la va nguardi a de los combates arrastrando tras de sí a lodos
los pS.kOIll\lIli~Ií~, politizados de l país. Fue en esa época c~ando los argentinos, como en
oliO IIt'mllO los .Ill(l(os e uropeos, emigraron en gran número a los cuatro puntos cardi na-
les dllll~lIll1do, Pll fl~ rOl·.mar allf nuevos gru pos freudianos o integrarse a los ya existen -
tes: lo 1I\(lt l'lIl1 e n S uec Ia .... e n AURtralia*, en España*. en los Estados Unidos*, en Fran-
e1u· .
La dir ' ~ ('i 6 11 de la II'A , po r s u parte, decidió seguir siendo "neutral", a fin de no dar-
le al r ~ gilll\; 1l 1111 pre texlo pa r(1 la destrucción de sus institociones. Y cuando se la presio-
nó para que illte rvini e ra e n los casos de analistas "desaparecidos", los representantes
oficiales de sus socied ades co mponentes le pidieron que no hiciera nada, para e vitar re-
presalias. [)¡;S pu Gs de tres añ os ele debates, y por iniciativa de la Sociedad Australiana,
In vinluc ión tic los c\ercehoR humanos en la Arge ntina fue no obstante condenada por un
volo ti n1l1l10 l/Izada e n e l ongreso de la IPA de Nueva York en 1979. a pesar del presi -
dente en cj¡;rc ic io , Ed ward Josc ph . quien no vaci ló en afi ll llar que las atrocidades come -
tidas por ¡;I r6g imcn de l genera l Vid ela era n sólo "rumores".
René Major, ele f'ran c ia, mi e mbro de la Société psychanalytique de Paris (SPP). de-
cidió reaccionar. En fe bre ro de 198 1 organizó un encuentro franco-latinoamericano, en
cuyo transcurso Jacqu es Derrida ( 1930-2004) tomó la palabra para denullciar la man era
en que In din;cc ión de la IPA había recortado el mundo, olvidando "el mapa que está ba-
jo el mapa", la "c uarta zona" , la de la tortura: "Lo que en adel ante se Uamará la Améri -
en latina del psicoanál isis, es la úni ca zona del mu ndo en la que coexisten, enfren tándo-
se o no, una ruerte sociedad psicoa nalíti ca y una sociedad (civil o estatal) que practica
en gran escala una tortura que ya no se limita a formas brutalmente cl ásicas y fácil men-
te identificables".
Once años más tarde. en un artfc ul o de 1992, León Gri nberg, exiliado en España,
describió las consecuencias atroces de ese período. documentándol as con testimonios
conmovedores.
A partir de 1964 comenzó a impl antarse el lacanismo, después de que Osear Maso-
Ila*.joven filósofo sartreano, fuera in vitado por Pichon-R iviere a dar una conferencia en
aulnatituto de Psicologfa Social. Mencionado por pri me ra vez en 1936, en un artículo
t!üpaiqulatra Emilio Pizarro Crespo, la obra de Jacques Lacan· era prácticamente des-
b'einla aftos más tarde en el medio psicoanalítico argentino. Pero la situación
para que, en ese pafs abierto a las vanguardias eur?peas, se acogiera una
renovación del pensamiento freudIano . En 1967, un pSicoanalIsta de la APA,
citó por primera vez los trabajos de J acan y sus discípulos en la Revisla
larde Willy Baranger* Y David Liberman siguieron el mismo ca-
la APA 'organizaron encuenlrOS con Octave Mannoni·, Maud Man-
¡ambi6n aportaron su apoyo a Masona
fundaron la Escuela Freudiana de Buenos Aires
(EFBA) siguiendo el modelo de la École freudienne de Par~s* . En tl~c e l~ o~ cstnban hi.
ro ".eg h y Gellu ' Pán Leopoldo García ' Esta Ifl¡ClUt¡
. Va, la pri mera
. dI,; e~1,; 111'0, marcó
_ el
do
.IDICIO
. . de una 'o l' 1111
,,' dable expansión dell acamsmo en la Argentin . .
a, aunqu e Milsott a "" '"
había exiliado en España. Cinco años más tarde estalló una esc ISión. Desde Barcelona,
Masotta lanzó un anatema contra sus ex amigos de la EFBA y anunció la creac ión de Un
nuevo grupo: la Escuela Freudiana Argentina (EFA). Después de . u mucn c, unos meses
más tarde la EFA tuvo una vida tanto más turbulenta cuanto que el es tall ido ele la ami·
gua EFP ilevó a una re"rganización mundial del campo lacaniano. En, e te COOlCXto. la
EFA dio origen, por escisiones sucesivas, a una proliferaC ión de grupusculos represen·
tati vos de las múltiples tendencias de l lacanismo y el pos lacanismo. Éstos se reorgani·
zaron, incluso antes de la caída de Videla.
. De modo que, durante el período del terror de Estado (1976-1983), el interés por el
pensamiento de Lacan progresó en la Argentina de un a mane ra curiosa. Recibido como
una eontracultura subversiva y de aspecto esotérico, la doctrina del maestro les pe rmi·
tía, a quienes la hacían fru ctificar, sumergirse en debates refinados sobre el pase', el
materna' y la lógica, y olvidar, o incluso ignorar, la sangrienta dic tadura instaurada por
el régimen. Como sus colegas politizados de la IPA, los lacan ianos marxis tas y mililan·
tes tomaron el camino del exili o o resistieron al terror. Los otros. fueron después objeto
de numerosas críticas. Se los acusó de no haber combatido la op resión y de haberse aco-
modado de la misma manera que la dirección de la IPA .
A partir de 1983, con el restablecimiento de la democraci a, lOdas las soc iedades psi·
coanalíticas argentinas experimentaron una ex pansión considerable: había tres socieda·
des componentes de la IPA y un grupo de estudio (APA, ABdeBA. Asociación pSlcoa·
nalítica de Mendoza, Círculo de Córdoba), que reunían a más de mil miembros. para
una población de treinta y cuatro millones y medio de habitantes. o sea co n una densi·
dad (SÓlo para la IPA) de veintinueve psicoanali stas por millón de habitante . uno de los
porcentajes más elevados del mundo.
En cuanto a la obra de Lacan, fue enseñada en todas las universidades a través de los
departamentos de psicología, y sirvió por lo tanto de doctrina de referencia a los p icó·
logos clínicos deseosos de acceder a la profesión de psicoanalista por la vía del análisis
profano*. El movimiento se dividió en unos sesenta grupos distribuidos en varias ciuda·
des, con un total de mil terapeutas como mínimo. A fi nes de la década de 1990, el nu·
me~ t~tal de psic~analistas de todas las tendenci as se elevaba a dos mi I quinientos, rs
decll' clDcuen~ ~ sl~te por millón de habitantes, un poco menos que en Francia.
A~te el esclslomsmo en cadena y la pérdida de la casa madre, que ya no asegura~J
la ullidad de la doctrina después de la muerte de Lacan los fundadores de la EFBA.
1'tIIIados c~!j .~uc.hos otros latinoamericanos de Uruguay. Venezuela. • etcétera. tO-
la II1lClllÜva de romper con el espejo parisiense. Se hicieron llamar "lacanClarne-
• Con esta designación se reunió en federación un movimiento que abarca al
cid oomlDente americano, desconfía de toda rigidez institucional. y pretendt
Da do "descolonización". de emancipación respecto de parís.
iíIIIIp6 la- aDeR. m. do LaclID en sus programas de formaciÓJI. y
de las reglas de duración de las SO'
Asia
Bajo la influencia de. Jacques-Alain Miller, comenzó a recorrerse otro camino, inver-
so al de los lacanoamencanos, con la creación en 1992 de la Escuela de la Orientación
Lacaniana (EOL),. que apunta a integrar ellacanismo argentino y latinoamericano a una
estructura neutrahza?a: la .Association mondiale de psychanalyse*. Pero a pesar de su
fuerza real, la EOL sigue siendo minoritaria, sin duda debido a su sectarismo.
En 19~ 1, por primera vez. desde su creación, la IPA realizó su congreso anual en
Buenos Aires. En esa oportumdad fue elegido presidente Horacio Etchegoyen. Técnico
de la cura de tendencia kleini ana, anali zado por Heinrich Racker* y miembro de la AP-
deBA, fue el primer presidente hispanohablante del movimiento freudiano. Sigui endo la
gran tradición del freudi smo argentino, durante su mandato condujo una política liberal
abierta a todas las corrientes .
• Analítica del Litoral, 5, dossier "La entrada del pensamiento de Jacques Lacan en len-
gua española (1 )", Santa Fe, 1995 . Asociación Psicoanalítica Argentina ( 1942-1982),
documentos pUblicados por el departamen to de historia del psicoanálisis de la APA,
Buenos Aires, 1982. Asociación Psicoanalítica Argentina ( 1942-1992), documentos pu-
blicados por el comité director de la APA, Buenos Aires, 1992. "LeUres de Sigmund
Freud á Ho no ri o Delgado (1919-1 934)", presentadas por Álvaro Rey de Castro, Revue
internationale d'histoira de la psychanalyse, 6, 1993, 401-427. Jorge Balán, Cuán/ame
tu vida. Una biografía colectiva del psicoanálisis argentino, Buenos Aires, Planeta, 1991 .
Mariano Ben Plotkin , "Freud, poli tics and the 'Porteños': The reception of psychoanaly-
sis in Buenos Aires (1 910-1 943)", inédito, 1996. Jacques Derrida, "Géopsychanalyse
and the rest of the world" (1981), en Psyché, Parfs, Galilée, 1987, 327-353. Raúl Giorda-
no Notice historique du mouvement psychanalytique en Argentine, memoria para el
CES de psiquiatrfa baj o la dirección de Georges Lantéri-Laura, Université ~arrS-XII (sin
fecha). León Grinberg, "La mémoire accuse: des psychanalystes sous les reglmes totah-
taires" Revue internationale d 'histoire de la psychanalyse, 5, 1992, 445-472. Nancy Ca-
ro HOllander, "Psychanalyse el terreur d'État en Argentine", ~,!vue inte~nationale ~:h is
toire de la psychanalyse, 5, 1992, 473-516. Alain RouqUle, L Etat m;'lta/(e en Amenque
¡a tme,
· P ar fS, Seul'l 1986 Enrique Torres "Pslcoanallsls de provincia , conlerencla
l ' , • 1 AInedi-
· d
ta rea lIza Buenos Aires en octubre de 1994. Hugo VezzeUI, La locura en a rgen-
a en h' t ' . B A' "
tina (1983), Buenos Aires, Paidós, 1985; "Psychanalyse et psyc la ne a uenos ""es ,
L'lnformation psychiatrique, 4, abril de 1989, 398-411; "Freud en langue espagnole , Re-
vue internationale d'histoire de la psychanalyse, 4, 1991 , 189-205; Aventuras de Freud
en el país de los argentinos, Buenos Aires, Paldós, 1996; (comp.), Freud en Buenos AI-
res (1910-1939), Buenos Aires, Punto Sur, 1989.
GALLO" (CASO)
Técnica experimental utilizada por Carl Gustav Jung* a partir de 1906 para
detectar los complejos* y aislar los síndromes específicos de cada enfermedad
mental. Consiste en pronunciar ante el sujeto* una serie de palabras cuidadosa·
mente elegidas, a las cuales este último debe responder con la primera palabra que
le por la mente, mientras se mide su tiempo de reacción,
lacionudus más bien COn la extraversiÓn (exterioriz.ación de uno mi~mo). Despu és de ha-
ber aplicado profu s~mcnlc el test, Jun g renunció a él, en parte por in fl uencia de Preud .
Pero nunca lo repudi Ó. l loy en dfa sigue siendo util izado por los representan[e~ de la es-
cuela de psicologfa ul1ulfti ca .
- ,
ASSOCIA<;AO URASILEIR A DE PS1CANALlSE (ABP)
(Asociación brasileña de psicoaná lisis)
Creada en mayo de 1967 por Mario Martins. y más tarde precidida por Durval Mar-
condes*. la Asociac iÓn Bras il eña de Psicoanál isis CABP) es una federación reconocida
por la InternationaJ PsychoanaJytical Associati on* (lPA). Treinta años después de su fun-
daciÓn, terminÓ por fede rar a seis sociedades de la IPA de Brasil·: dos en Río de Janeiro
(SPRJ y SBPRJ), una en San Pab lo (SBPSP). un a en Porto Alegre (SPPAJ. una en Pelo-
tas (SPP) y una en Recife (S PR). A ell as se suman tres gru pos de estudio: POrlO Alegre
(GEPdePA), Ribeirao Prcto (GEPRP) y Brasilia (GEPB ). Estos nuevos grupos llevan a
mil cuatrocientos cincuenta y se is el número de psicoanalistas brasileños miembros de la
IPA. La ABP. como tal, no es miembro de la Federación Psicoana!ítíca de América Lati-
na· (FEPAL). la cual agrupa a todas las sociedades de Latinoamérica. sin tener el estatu-
to de asociación regional , como la American Psychoanalytic Association (APSA)· .
ATENCIÓN FLOTANTE
Alemán: Gleichschwebende Aufmerksamk '/ F é 'A ' ,
pended altenrioll. el , ranc s. lIenllOl1 fl ottanle. Ingles: Sus-
Expresión
' creada. por Sigmund Freud* en 1912 para d '
eSlgnar Ia regla tecm
, .ca
segun. la cual el a nahsta debe escuchar al paciente s'ln prtvl
"1 . , eIemento
' nmgun
eglar
del discurso de es te último, y dejando obrar su propia actividad inconsciente.
de psychanalyse (SFP), y luego a la École freudienne d.e Pari~* (EFP). Después de 19i'
publicó sus trabajos con el apellido de su segund~ mando, Plerre -;.ubry: '
A partir de 1946 desarrolló una experi~ncia pJOne~a en. Franc l~. ' al Implantar en Dn
marco hospitalario no psiquiátrico la práctica y la teona pSlcoanalltlcas. En la FOndati
Parent-de-Rosan, vinc,ulada con el Hospital Ambroise-Paré, rodó una película sobre 1:
niños afectados de hospitalismo. Más tarde, en 1953,. publicó un li bro colectivo, varia¡
veces reeditado. En él relató la experiencia de su eqUIpo, ex ponJ endo los resultados el.
traordinarios obtenidos mediante el psicoanálisis en la preve nción y el tratamiento de
las psicosis* en un medio hospitalario.
En el policlínico del bulevar Ney, vincu lado con el Hospital Bichat, ella extendió su¡
actividades de prevención al dominio de las discapaci dades escolares, desarrollando un,
terapéutica de masas en las escuelas maternales. Finalmente, entre 1964 y 1968 creó un
consultorio de psicoanálisis (el primero en Francia) en el Hospital de Niños Enferrnru
A través de todas estas actividades, Jenny Aubry intentaba demostrar el origen psíquiCll
de las carencias afectivas de los niños abandonados o perturbados por su internación en
instituciones, y al mismo tiempo remediarlas con tratamientos psicoanalíticos.
Por su trabajo con los lactantes o niños pequeños, Je nn y Aubry, como Fra n~oisl
Dolto*, pero de manera diferente, formó a una generac ión de paidopsiquiatras hospita·
larios que siguieron el camino trazado por ella. A partir de 1969, insta lada en Aix·en·
Provence, volvió a formar a numerosos di scípul os, contribuyendo así a una fue rte e.l·
pansión del psicoanálisis en esa regi ón mediterránea, qu e durante tantos años habil
seguido siendo el feudo de Angelo Hesnard*.
• Jenny Aubry, Enfance abandonnée (1953), París. Scarabee·Metailié,01983; psycra·
nalyse des enfants séparés. Études cfiniques ( 1952·1 986), Paris, Denoel, 2003.
AUGUSTINE
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cia de la interpretación, Buenos Ai res, Amorrortu, 1977J. Élisabeth Roudinesco, Histoire
de la psychanalyse en France, vo l. 2 (1986), París, Fayard , 1994 ledocasI. : La batalla
de cien años, Madrid, Fundamentos, 1988].
AUSTRALIA
Tierra de emigración, e n que Jos aborígenes fueron exterminados por eJ fuego cruza-
do de colonos y pres idi ari os, a su vez vícti mas de la barbarie penite nciaria, Australia
fue la mal amada del Imperio Británico, y también uno de los continentes de elecc ión de
la antropologfa* moderna. La implantación del freudismo * se reali zó de dos maneras
distintas: por una parte, a través de las expediciones etnológ icas , en cuyo transcurso se
debatieron las tesis freudian as de T6tem y tabtí* (desde Bronislaw MalinolVski* hasta
Geza Roheim *); por otro lado , en virtu d de la instalación de un mov imiento psicoanalí-
tico sometido al espíritu colonial in glés, y qu e siempre quedó limitado a un pequeño
8l\lpo de hombres. Ni fundadores ni jefes de escuela, estos pioneros, autóctonos o inmi-
se mantuvieron depe ndientes de la Internat ional Psychoanalytical Association*
preocupados sobre todo por asemejarse a sus colegas europeos.
eJl 1909 cuando Donald Cameron, un ex pastor de la Iglesia Presbiteriana con-
médico, organizó en Sydney un grupo de lectu ra de los textos fre udianos.
que suscitaron reacc iones hos tiles: Dos años más tarde. An-
lUl médico, invitó a Sigmund Freud * a pronunciur una conferencia en el
de Sydney, en compañía de Carl Gustav Jung* y de Ha-
de estos tres hombres viajó, pero enviaron textos para su leetu -
73
"u.tralla
-
ra. La comunicación de Freud, redactada en inglés, tenía por tema el ps icoanálisis*, y le
dio la oportunidad de realizar un nuevo ataque a las tesis de Pierre Janet*. Co n un a Con.
cis'ión extrema, Freud recordó que el psicoanálisis había perm itido separa r la histeria>
de cualquier etiología hereditaria, y atribuirle como causa primera un conflicto pSíqU ico
ligado a una disociac ión (cliv aje*) ori ginada en la rep resión*.
A continuación de la Primera Guerra Mundial comen zÓ el proceso de emi gración e
intercambio entre Londres y Sydney. Roy Coupland Win n (1 890-1 963) volvió a Austra-
lia después de haberse formado en la Bri tish Psychoanalyt ic S oc ie ty (B PS). Fue el pri-
mer médico australi ano que practicó el psicoanáli sis y lo introduj o en el ambiente hos-
pitaliario. En el período de entreguerras, varios art ículos , publi cados en rev istas
especializadas, tomaron por tema la sex uali dad * infantil y la importancia del freudismo
para la psiquiatría y la medicin a.
A pes ar de las ex hortaciones de Em est Jones*, si empre preocupado por di fundi r un
freudi smo de in spirac ión médica y positi vista en el Imperio Británi co, los profesiona-
les de Europa perseguidos por el nazis mo* no escogieron Au stra li a co mo ti erra de al-
bergue . Sólo Clara Lazar-Ge roe (1900-1980), prove niente de Budapes t, aceptó insta-
larse en Melbourne en 1940, convirtiéndose de tal modo en la primera didacta del país
a la que la IPA reconocía aptitud para formar al umnos. Analizada por Michael Balint*,
creó en 1952, con Roy Winn y otros dos profesionales húnga ros prove ni entes de Lon-
dres, Vera Roboz y Andrew Peto, la Sociedad Au stral iana de Psicoanali stas, vinculada
a la BPS hasta 1967 . En esa fec ha, en el Congreso de la IPA de Copenh ag ue, dicha so-
ciedad fue admitida como grupo de estudi o. Finalmente, e n 1973, en el Co ngreso de
París, accedi ó al rango de soc iedad componente con el nombre de Australian Psychoa-
nalyti ca l Society (A PS), y mu y pronto dispuso de tres ramas (Syd ney, Melbourne,
Adelaida), para organizar un a cantid ad muy restringida de miemb ros: sólo sesenta y
dos a medi ados de la década de 1990 para un a pob lación de die cioc ho millones de ha-
bitantes.
Como en muchas otras regiones del mundo (países escandi navos*, Canadá*, etcé te-
ra), Australia, a partir de la década de 1960, conoció un desa rrollo de todas las teorías
derivadas de la escuela inglesa o de la escuela norteameri cana: klein ismo* (Ronald
Fairbairn*), poskleinismo (Wilfred Ruprecht Bion*), independientes * (Michael Balint*.
Donald Woods Winnicott*), Self Psychology* .
Quince años más tarde, la entrada en escena del lacani smo*, llevado desde la Argen-
tina'" por Oscar Zentner, modificó el paisaje psicoanalítico australiano. En 1977 Ze ntner
fundó la Freudian School of Melbourne, siguiendo el modelo de la Esc uela Freu~iana
de Buenos Aires (EFBP) creada en 1974 por Oscar Masotta* , a imitación de la Ecole
freudlcnne de Paris"'. Como en todos los países angloparlantes, la doctrina lacaniana pa-
SÓ ontonces a enseftarse en la universidad en los departamentos de literatura Y tiloso~a:
en grupos feministas. En el plano clínico, lo mismo que en la ArgentIna .)
a desarrollarse en el terreno de la psicoterapia'" y la psicologfa, es decl~,
clásicos de la medicina, en los cuales, bl\io la influencia de la po.h·
freudismo ampliamente instalado. En este sentido, en ~ustraha.
dcll\llálisis profano"'. contra una IPA medlcalizad . a
.. Autlsmo
AUSTRIA
[> VIENA .
AUTISMO
Alemán: Autismus. Francés: Autisme. Inglés: AlIfislll .
. Término crea~o en 1907 por Eugen Bleuler*, y derivado del griego autos (sí-
mismo), pa.ra deSignar el repliegue psicótico del sujeto* en su mundo interior, y
una ausencia de todo contacto con el exteriol-, que puede llegar hasta el mutismo.
Con el adjetivo "autista" se designa a una persona afectada de autismo, y con el
adjetivo "autístico", todo lo que caracteriza al autismo. Ej emplo: un delirio autís-
tico, un niño autista.
• Eugen Bleuler, Oemenlia praecox ou groupe des schizophrénies (Leipzig, 1911), París,
EPEL-GREC, 1993 red . casI.: Demencia precoz: el grupo de las esquizofrenias, Buenos
Aíres, Hormé, 1960]. Carl Gustav Jung, Correspondance (1906-1909), París, Gallimard,
1975 red . casI.: Correspondencia, Madrid, Taurus, 1978]. Leo Kanner, 'Autistíc distur·
bances 01 affective contact", Nervous Child, 2, 1943,2 17-250. Bruno Betlelheim, La For·
leresse vide (1967), París, Gallimard , 1969 red . casI.: La fortaleza vacía, Barcelona,
Laia, 1981]. Frances Tustin, Aulisme el psychose de renfanl (Londres, 1970), París,
Seuil, 1977 red. casI.: Aulismo y psicosis infanliles, Buenos Aires, Paidós, 1977J. M. Rut·
ler y E. Schopler (comp.), L'Aulisme. Une réévalualion des concepls el des lrailen¡enls
(Nueva York, 1978), París, PUF, 1991 . Phyllis Tyson y Robert L. Tyson, Les TheorteS
psychanalytiques du développemenl de r enfanl el de ra dolescenl (New Haven, Londres,
1990), París, PUF, 1996. Jacques Postel , "Autisme" , en Grand Oiclionnaire de la psy'
chologie, Parrs, Larousse, 1991,86-87. Pierre Morel (comp.), Oiclionnaire biograph1que
de la psychialrie, París, Synlhélabo, col. ' Les empécheurs de pensar en rond", 1996.
n
Autoanélisls
- Autoeroti smo
• Sigmund Fre ud, La Naissance de la psychanalyse (Londres, 1950), París, PUF, 1956
red . cast. : "Fragmenlos de la co rrespondencia con Fliess (1887-1902)" , Amorrorlu, vol.
1]; The Complete Letters 01 Sigmund Freud lO Wilhelm Fliess, 1887-1904, Cambridge.
The Belknap Press 01 Harvard Universily Press, 1985; Briele an Wi/helm Fliess. 1887.
a
1904, Franclort, Fischer, 1986; "Remarque propos d' 'Un souveni r d'enfance du sixi;,-
me mois de la vie ' de E. Pickworth Farrow" (1926). OC, XVIII, lOS, GW, XIV, 568, SE,
XX, 280 red. casI. : "Nola preliminar a un artículo de E. Pickworth Farrow" , Amorrortu,
vol. 20]; y Sandor Ferenczi, Correspondance, 1908-1914, Paris, Calmann-Lévy, 1992.
Emesl Jones , La Vie el I'ceuvre de Sigmund Freud, 1, 1856-1900 (Nueva York, 1953),
París , PUF, 1957 red. casI. : Vida y obra de Sigmund Freud, Buenos Aires , Nova, 1959-
62]. Jacques Lacan, Le Séminaire, livre " Les Écrits lechniques de Freud. 1953- f 95~,
París, Seuil , 1975 red. cast. : El Seminario. Libro 1, Los escrilos lécnicos de Freud, Bar-
celona, Paidós, 1981]. Didier Anzi eu, L'Aulo-analyse de Freud (1959 ), París, PUF, 1988
red . casI. : El auloanálisis de Freud, México, Siglo XXI, 1978]. Oclave Mannoni, "L·analy·
se originell e" (1967), en Clels pour /'imaginaire, París, Seuil , 1969, 115·131 red. casI. :
La olra escena: claves de lo imaginario, Buenos Aires , Amorrortu, 1979]. Michel Fou·
cault, "Qu'est·ce qu'un auteur?" (1969), en Di/s el Écrils, 1954· 1969, vol. 1, París , Galli·
mard, 1994 , 789·821 . Frank J . Sulloway, Freud biologisle de /'espril (Nueva York, 1979),
París, Fayard , 1981 . Palrick Mahony, "L'origina de la psychanalyse: la cure par écrir, en
André Haynal (comp,), La Psychanalyse: cenl ans déja (Londres, 1994), Ginebra,
Georg, 1996, 155·185.
AUTOEROTISMO
Alemán: Auloerotismus. Francés: Auto·érotisme- Inglés: Awo·erotism.
Túmino propuesto por Havelock Ellis*~ y r.etom~do por, Sigmund Freud*, ,pa-
radesignar un comportamiento sexual de tIP? infantIl.. en v.. rt~d del.cual el s~Jeto
placer sólo con su propio cuerpo, san recurrir a mngun objeto exterIor.
Sallnt, Mlchael
•
. .
especializarse. Amado por Ia mad re, una mUJ'er s'l mple e inte ligente
. . , el j ove
. n Michael
comenzó a oponerse a la autoridad paterna, pero no obstante decid ió estudiar medicina.
Como muchos judíos húnga ros cuyos antepasados habían ado ptado nombres alemanes,
al final de la guerra qui so " magiari zarse" para afirmar de ta l. modo s u pertenencia a la
nac ión hún gara . Tomó entonces el apelli do Ball nt. En la unl ve: s ldad conOC ió a Allce
Székely-Kovacs, estudi ante de etnología, quien despertó su tnteres por el pSlcoanáltsls·.
Será una de las pioneras del análi sis de control*' .
La madre de ell a, Wilma Prosnitz, se había casado mu y Joven con un hom bre al que
no amaba (Székely), y en segundas nupcias con Frederic Kovacs, u ~ arquitecto a quien
conoció en el sanatori o donde ella atendía su tuberculosIs. Este arquitec to es taba en tra-
tamiento con Georg G roddeck*, por trastornos so máticos dive;sos. Despu ésdel matri·
monio, él adoptó a los tres hijos de Wi lma, y és ta se co nvlrtt o en p S l co~ nall s ta con el
nombre de Wi Ima Kovacs ( 1882- 1940), despu és de haber reali zado un anallsls con San·
dor Ferenczi *, quien la curó de una grave agorafobia.
En 192 1, Michael se casó con Alice, y la parej a se in staló en Berlín. Analizado por
Hanns Sachs" y controlado por Max Eiti ngon*, en el marco del presti gioso Berliner
Psychoanal yti sches In stitut* (BPI ), Balint se orientó hac ia la med icina psicosomáti ca*,
atendiendo pacientes en el Hospi tal de la Carid ad. Despu és volvió a Bu dapest, donde
hizo un reanáli sis con Ferencz i. Cinco años después de la muerte de este últi mo to mó el
camino del exilio, y ll egó en 1939 a Manchester co n la mujer y e l hij o. Co mo todos los
inmigrantes, debió volver a cursar la carrera de médi co y, además de l ex ilio, enfrentó el
dolor de perder de pronto a casi todos los mi embros ele su Famil ia . Alice Balinr ( 1898 -
1939), su muj er, y Wilma Kovacs , la sue gra, a la cual él estaba muy apegado, murieron
en el lapso de un año. Después de la guerra supo que sus padres se habían suici dado pa·
ra escapar a la deportación.
Al cabo de algun os años de celi bato, Bali nt volvió a casa rse co n una ex paciente,
Edna Oakesholt, convertida en psicoanali sta. Sin el uda la situación no era muy cómoda,
y la pareja no tardó en experimentar difi cultades .
A partir de 1946, Balint cambi ó de vida. In stalado en Londres, comenzó a trabajar
en la Tavistock Clinic, donde conoció a las grandes "estre llas" de la escue la psicoanalí·
tica inglesa: John Rickman* y Wilfred Ruprec ht Bion*. Fue ta mb ién all í donde conoció
a Enid A.lbu-Eichholtz, su tercera mujer. Anali zada por Donald Woods Winnicott*, Enid
Balint (1904-1994) inició a Michael en una nu eva técni ca , e l case work. Se trataba de
comentar e intercambiar relatos de casos en el seno de grupos com puestos por médicos
y psicoanalistas. Esta .e xperiencia dio origen a los que hoy se de nominan grupos BaJint.
A pesar de la separación de la pareja en 1953, Mi chael y Enid continuaron trabajando
juntos.
Con la doble genealogía de Ferenczi y la escuela inglesa, Balint definió una noción
nueva, la ."falta ~ásica", ~on la cual designaba una "zona" preedípica caracterizada por
la ausencIa, en cIertos sUJetos, de un tercero estructuran te, y por lo tanto de toda reult ·
4/t4objeta! externa: El sujet~* está ento~ces solo, y su princ ipal preocupación consiste
algo a partir de sí mIsmo. La eXistencia de esta falta no permite establecer una
• El analista se ve obligado a proceder a un reordenamiento del en'
pcumita aceptar la regresión del paciente.
Balint, Michae l
-
Los ,grupos Balint, por otra parte, permitieron extender la técnica psicoanalítica* a
una mejor comprensión de las relaciones entre médico y pac iente, sobre todo en el te-
rreno hospitalarIo, e.n lo~ servICIOs de pediatría y de med icina general. También contri-
buyeron a la humaruzaclón de las dos disciplinas. Por ello tuvieron tanto éxito no sólo
en Gran Bretaña* sino también en otros países, y particttlarmente en Francia*, donde el
psicoanálIsIs estaba menos subordinado a la psiquiatría.
En 1954 fue el primer invitado extranj ero de la Société fran~ai se de psychanalyse
(SFP). En esa ~portuntdad conoci ó a Ginette Raimbault. Alum na de Jen ny Aubry* y
miembro de la Ecole freudienn e de Pari s* (EFP), Raimbaul t introdujo la práct ica de los
grupos Balint en el Hospital de los Niñ os Enfermos en 1965, en el marco del servicio
del profesor Pierre Royer. Enid y Michael Balint as istieron a varias reuniones. Y fue lu-
dith Dupont, miembro de la Assoc iation psychanalytique de France (APF), nieta de
Wilma Kovacs, hija de Oiga Dormandi (nacida Székely) y sobrina de Alice Balint,
quien tradujo su obra al francés, además de convertirse e n ejecutora testamentaria de la
de Ferenczi. Todo esto con tribuyó a la afirmac ión de la escuela hú ngara en Francia y a
la expansión de una corri ente particul ar de la hi storiografía* freudiana, cuya huella se
encuentra en la revi sta Le Coq H éroll, creada en 1971. En Suiza*, André Haynal, des-
pués de haber recibido de Enid Balint los manuscritos y correspondencias, abrió en Gi-
nebra los Archivos Balint.
Gran técnico de la cura, Balint supo aliar el espíritu innovador de su maestro, Fe-
renczi, con la tradición clíni ca de la escuela inglesa. En este sentido, fue por cierro el
"húngaro salvaje" de la British Psychoanalytical Society (BPS), cuyos rituales yescle-
rosis criticó con mucho humor, rindiendo homenaje, en cuanto pod ía, a las costumbres
más liberales de la antigua sociedad de Budapes!: "S u gentileza, su humanidad, su com-
prensión ~scribe André Hayn al-, la repugnancia que les suscitaban las reacciones au-
toritarias o de dependencia, sólo podían equipararse con su independencia de espíritu.
Su convicción de que el psicoanálisis tenía que evolucionar grac ias al aporre de pensa-
dores independientes, animados por un deseo exclusivo de verdad [ . .. ]10 persuadi~ de
que ésta es una de las disciplinas más importantes que ex isten, al servicio del hombre y
la humanidad. En consecuencia, lo afectó mucho la peq ueñez de algunas personas que
participaban en sus investigaciones."
• Michael Balin!, Le Médecin, son malade et la maladie (Londres, 1951), París, Payol,
1960; Amour primaire et technique psychanalytique (Londres, 1965), París, Payol , 1972;
Le Défaut fondamental. Aspects thárapeutiques de la régression (Londres, 1968), París,
Payot, 1971 red. casI. : La falla básica. A~pectos terapéuticos de la regresión, ~uenos
Aires, Paidós, 19821; Six Minutes par palient. Interactlons en consullatlOn de medecme
générale (Londres, 1973), París, 1976 [Seis minu~os para .et paciente, B~e nos Aire s,
Paldós, 1979]; y Enid Balint, Techniques psy~hotherapeutlques en medecl.ne (Londres,
1961), Par/s, Payot, 1966; Y E. Balint, E. Goshng, R. y P. Hlldebrand, Le Médecm en for-
matlon (Londres, 1966), París, Payot, 1979; 78 Psychothéraple focate. Un exempt~ de
paychanalysa appliquéa (Londres, 1972), Pans, Payot, 1975. Glnette Ralmbault, Meda-
clnll d'enfants Parls, Sauil, 1973. André Haynal, La Technrque en quasllon. Controver-
an paych~nalYSe, Parfs, Payo!, 1987; "Centenaire: Michael Balint 1896-1970", Psy-
vol. XVI, 4, 1996, 233-235, Michelle Moreau-Ricaud, "Wilma Kovaes
prem18ra Ihéorlcienne de la formation du psychanalyste y du controle analy·
71,2000, 57-66,
83
Baranger, Wllly
•
Nacido en la ciudad argelina de Bona, Willy Baranger realizó e.s tudios de filosofía
en Toulouse y emigró a la Argentina* en 1946. En Buenos AIres se mtegró a la ASOCia-
ción Psicoanalítica Argentina (APA), y posteriormente se mstaló en Uruguay, donde
creó la Asociación Psicoanalítica del Uruguay (A PU). Después de vo lver a Buenos Ai-
res en 1966, publicó varias obras de inspiración kleiniana, y se interesó muy particular-
mente por la obra de Jacques Lacan* .
• Willy Baranger. Position el objel dans I'oeuvre de Me/aníe K/eín. Ramonville Saint·Agne.
Érés, 1999.
• Franco Basaglia, L 'Inslilulion en négation (Turin 1968) Parl s Seull 1970 led ocasI. :
La InSllluclón en la p . l B ' " ' ,
" .. " ICO a, uenos Aires, Encuadre, 19741. Frank Chau mon y olros,
Psychlatne , Encyclopaedia universalis, 1981 327- 333 Y "Franco Basaglia (1924-
1980)", ¡bid., 527-528. "
1> CULTURALISMO.
'ó' I
sugesl1 n y e me o o't d de Émile Coué (1857-1926); este último
. preconizaba
d " una psico-
.
terapia' basada en el autodominio mediante la autosugestIón. Ball OUln slemp!e qUISO
·
estar a l mIsmo t'lempo cerca de las teorías freudlanas y de las de Plell e Janet o Carl
Gustav Jung*
Primera gran cura psicoanalítica realizada por Sigmund Fre ud*, anteri or a las del
Hombre de las Ratas (Ernst Lanzer*) y del Hombre de los Lobos (Serguei Constantino-
vich Pankejeff*), la histori a de " Dora", redactada en di ciembre de 1900 y enero de
1901, y publicada cuatro años más tarde, se desp legó entre la escritura de La illlerprera-
ción de los sueiios* y la de los Tres ensayos de teoría sexual" . Inicialmente, Frelld qui-
so darle a este "Fragmento de análi sis de un caso de hi steria" e l título de "S ueño ' e his-
teria"". A través de este caso trató de demostrar la validez de sus tesis sobre la
neurosis* histérica (etiología sexual, conflicto psíquico. herencia sifilít ica) y exponer la
naturaleza del tratamiento psicoanalítico, muy distinto de la catarsis" y la hipnosis', y
en adelante basado en la interpretación* de los sueños y la asociación libre*-
Con el transcurso de los años, el texto adquirió un estatuto especial: en efecto, se tra-
ta del documento clínico más comentado desde su aparición. Sobre Dora se han escrito
decenas de artículos, varios libros, una novela y una pieza de teatro; e l caso de esta jo-
ven se convirtió en objeto privilegiado de los estudi os feministas. A menudo se lo ha
comparado con el de Bertha Pappenheim*. La mayor parte de los comentadores obser-
varon que esta cura fue menos "exitosa" que las otras dos. Por c ierto, Freud tuvO mu-
chas dificultades con su paciente, y no las ocultó. Como lo señala Patrick Mahony a
propósito de Ernst Lanzer, "Cuando se comparan las contratransferencias* de Freud con
sus principales pacientes, se tiene la sensac iÓn de que sentía más simpatía por el Hom-
bre de las Ratas que por Dora o el Hombre de los Lobos. Si con Dora fue un fiscal, con
Lanzer fue un educador amistoso."
Para la publicación del historial de esta primera cura exclusivamente psicoanahtica,
realizada con una joven virgen de 18 años, Freud tomó precauciones excepcionales. En
efecto, en esa época la cruzada dirigida contra el freudi smo* consistía en hacer pasar el
por una doctrina pansexualista cuyo objetivo era hacer confesar a los pa-
todo a las mujeres), por medio de la sugestión*, "cochinadas" sexuales
108 propios psicoanalistas, En Gran Bretaña* y Canadá*, por ejemplO,
las consecuencias de tales acusaciones.
Freud decidió por lo tanto responder de antemano n este tipo de
Bauer, Ida
obj~ciones, demostra~~o que su teoría no era un malefi cio destin ado a pervertir a las
mUjeres Y las Jóvenes. Con las JÓvenes y las mujeres se puede hablar de tod as las cues-
tiones sexuales SIn cau sarles . perjuicios ni hacerse sospecho so, pero con I a co nd'ICI"ó n de
adoptar de entrada un a cierta manera de hacerlo, y después despertar en ell as la conv ic-
ción de que es Inevitable [ .. . j . La mejor manera de hablar de estas cosas es el esti lo
conciso y directo; esa manera es al mismo tiempo la más alejada de la lubri cidad con la
cual se tratan estos temas en la «sociedad», lubricidad a la cu al las muj eres y las jóve-
nes están muy acostumbradas . Yo les doy a los órganos y a los fenómenos sus nombres
técnicos, y comuni co esos nombres si no so n conocidos." Y añade en francés: "J'appe-
l/e /In chal un cha l " ("Al gato lo llamo gato").
La historia de Ida Bauer es un drama burgués tal como se lo encuentra en ¡as come-
dias de bulevar de fines de siglo XIX. Un marido débi l e hipócrita engaña a la esposa,
ama de casa estúpida, con la mujer de uno de sus am igos, durante unas vacac iones en
Merano. Primero ce loso y luego indiferente, el esposo engañado trata de seducir a la
institutri z de sus hijos. Después se enamora de la hija de su ri val, y la corteja cuando se
encuentran en su casa de campo, en las ori ll as del lago de Garda. Horrorizada, la joven
lo rechaza, le da una bofetada y le cuenta la escena a la madre, para que ell a se lo di ga
al padre. Este último interroga entonces al marido de la amante, el cual niega categó ri -
camente los hechos que se le reprochan. Preocupado por proteger su propia rel ac ión, el
padre culpable hace pasar a la hija por fabu ladora, y la manda a atenderse con un médi-
co (Freud) que le había prescrito, algu nos años antes, un excelente tratami ento contra la
sífilis.
La entrada en escena de Freud tran sforma esta histori a de famil ia en una ve rdadera
tragedia de sexo, amor y enfermedad. En tal sentido, su relato de l caso "Dora" se ase-
meja a una novela moderna: uno no sabe si pensar en Arthur Schnitzler*, Marcel Proust
(1871-1922) o Henrik Ibsen (1828- 1906). Todo el drama gira en torno a la int rospec-
ción a través de la cual la heroína (Ida) se sumerge progresivamente en las profu ndida-
des de una subjetividad oculta a su conciencia. Y la fuerza de la narrac ión se debe al he-
cho de que Freud hace surgir una patología fo rmidable detrás de las apariencias de una
gran normalidad. Así puede restituirle a Dora una verdad que su fam ili a le sustrae, al
tratarla de simuladora.
Nacida en Viena* en una famili a de la bu rguesía judía acomodada, Ida era el segun-
do vástago de Philipp Bauer (1853-1913 ) Y Katharina G~rbe r-Baller (1862-1. 9 12). Afec-
tado de sífilis antes de su matrimonio, Philipp era tambi én tuerto de nacimiento. Freud
lndescribe como un hombre activo y lleno de talento: "La personalidad dom inante era
tanto por su inteligencia y sus cualidades de carácter como p_o~ las circunstan -
vida, que habían condicionado la trama d: la hl s.ton a patologlca e Infantll de
· d t ' I disfrutaba de una envidi able Situ aCión
• Gran 111 us na , . fi nanCiera,
" y era ad-
la hr E 1888 contrajo tuberculosis, lo que lo obhgó a 1I1stalarse leJOS de
w: s: familia. Optó por vivir en Merano, en el Tirol, donde conoc ió a
(Al - K) un hombre de negocios menos afortunado que él, casado
\Po' senor " . f r h'
·
Olusepp ina o Peppina (la señora K.), qUIen su r a trastornos IS-
d Ph' l' I 'dó
sanatoriOS. Ella se convirtió en la a~ante e I Ipp Y o CUI
sufrió un desprendimiento <!e ret1l1a.
87
•
Bauer, Ida
~~-------------------------------
En esa época, de retomo en Viena, se instaló en la mi sma calle que Freud, y lo COn-
sultó como médico por un acceso de parálisis y confusión mental de ori gen sifilítico.
Satisfecho con el tratamiento, le envió a su hermana, Malvine Friedman (1855- 1899).
Afectada de una neurosis grave y hundida en la desdicha de una vida conyugal atormen_
tada, esta última murió pronto, por una caquexia de evolu ción rápida.
Katharina, la madre de Ida, provenía, como el esposo, de un a fa mi lia j udía origina_
ria de Bohemia. Poco instruida y bastante estúpida, padecía dolores abdominales perma-
nentes, que la hija heredó. Nunca se interesó por los hij os y, desde la enfermedad de su
marido y la desunión que la había seguido, presentaba todos los signos de una "psicosis
de ama de casa": "Sin comprender las aspiraciones de sus hij os, trataba de estar ocupa-
da todo el día -escribe Freud-, limpiando y manteniendo ordenado el departamento, los
muebles y los utensilios domésticos, a tal punto que usarlos y disfru tarlos se había vuel-
to casi imposible [ ... j. Las relaciones entre la madre y la hija eran poco afectuosas des-
de años antes. La hija no prestaba ninguna atención a la madre, la cri ticaba duramente y
se había sustraído por completo a su influencia." Quien sostenía a Ida era una institutriz.
Mujer moderna y "Iiperada", leía libros sobre la vida sexual e informaba a su alum na en
secreto. Ella le había abierto los ojos sobre la relación del pad re con Peppina. No obs-
tante, después de haberla amado y de haberle prestado oídos, Dora se había malquista-
do con su institutriz.
En cuanto al hermano, Otto Bauer (188 1-1 938), pensaba sobre todo en huir de las
querellas familiares. Puesto que tenía que tomar partido, se alineó con la madre: "Es así
cómo, por la atracción sexual habitual, el padre se había acercado a la hija, y la madre
al hijo". A los nueve años, Otto era ya un niño prodig io, al pun to de haber escrito un
drama en cinco actos sobre el fin de Napoleón. Más tarde se reveló contra las opiniones
políticas del padre, cuyo adulterio, por otra parte, aprobaba. Lo mi smo que el padre, tu-
vo una doble vida, marcada por el secreto y la ambivalencia. Se casó con una mujer
diez años mayor que él, madre de tres niños, aunque ya tenía una larga relac ión con Hil-
da Schiller-Marmorek, diez años menor que él, que siguió siendo su amante hasta su
muerte. Secretario del Partido Socialdemócrata entre 1907 y 19 14, Y adjunto de Vikror
Adler en el Ministerio de Asuntos Exteriores en 1918, fu e una de las grandes figurds de
la intelligentsia austríaca de entreguerras. No obstante, a pesar de su talento excepcio-
nal, nunca se repuso de la caída del Imperio Austro-Húngaro, y dedicó más energía a
atacar a Lenin que a luchar contra Hitler: "Esta ingenuidad -escribe William Johnsto n-
era aún una herencia del Imperio de preguerra, en el que la tradición protegía a los disi-
dentes. Incluso en 1934 Bauer persistió en dirigir cruzadas de preguerra contra la Igle-
sia y la aristocracia, en el momento en que precisamente habría tenido que asociarse con
cargadas de consecuencias.
..
sus enemigos de poco antes para rechazar al fascismo_ Pocas cegueras han estado tan
De modo que en octubre de 1900 Ida Bauer visitó a Freud para iniciar esa cura que
. ".. tamente once semanas. Afectada de diversos trastornos nerviosos (migrañas.
'
afonfa. depresión, tendencias suicidas), acababa de sufrir una a{ren1 8 te-
. o~ la
mucho tiempo antes de la "falta" paterna y de la menura s
las propuestas amorosas que le Hans Zo1\OII'
Bauer, Ida
ka (el señor K.) en las orillas del lago de Garda, y lo abofeteó. Entonces estall ó e l dra-
ma: fue ac~sada ~or Hans y el padre de haber inventado la escena de seducción. Lo que
era peo~ aun, su!n~ e l repudio de Peppina Zellenka (la señora K.l, quien dijo sospechar
que la Joven lela hbros porno?ráficos. en parti cul ar la Fisiología del amor de Paolo
Mantegazz a ( 1831-1901 ), pubhcado en 1872 y traducido aJ alemán cinco años más tar-
de .. El autor era ~n. sexólogo darwini ano abundantemente citado por Richard van Krafft-
Ebmg*, y especlah zado e n la descripció n "etnológica" de las grandes prácti cas sex uales
humanas: lesbla msmo, o nani smo, masturbación, inversión, felación , etcétera. Al enviar
su hija a ver a Fre ud, Philipp Bauer es peraba que le diera la razón a é l y se oc upara de
poner fin a los fan tasmas* sexuales de la joven.
Lejos de adherir a la voluntad del padre, Freud tomó una dirección totalmente disti n-
tao En once semanas, y a partir de dos sueños (uno con un incendio de la casa familia r y
el otro con la muerte del padre), reconstituyó la verdad inconsciente de este dram a. El
primer sueño revel aba que Dora se había entregado a la masturbación, y que en real idad
estaba en amorada de Hans Zellenka. Por ello le pedía al padre que la protegiera de la
tentación de ese amor. Pero esa tentac ión despertaba también un deseo incestuoso repri-
mido respecto del padre. En cuanto al segundo sueño , permitió ir aún más lejos en la in -
vestigación de la "geografía sexuaJ" de Dora, y sobre todo sacar a luz su perfec to cono-
cimiento de la vida sexual de los adu ltos .
Freud advirtió clara:nente que la paciente no soportó la revelaci ón de que deseaba al
hombre que había abofeteado. E n consec uencia, la dej ó irse cuando ella decidió inte-
rrumpir el tratamiento. ¿Qué otra cosa podía hacer? El padre, al principi o favorab le a la
cura, se dio cuenta e n seguida de que Freud no aceptaba la tesis de la fabul ación. Por lo
tanto, se desinteresó del tratamiento. La hija, por su lado, no encontró en Fre ud la se-
ducción que esperaba: él no había sido sensible ni había sabido poner en j uego con ella
una relación transferencial positiva. En efecto, en ese entonces Freud no sabía aún ma-
nejar la transferenc ia* e n la cura. Por otro lado, como él mismo lo subrayó en una nota
de 1923, fue incapaz de comprender la naturaleza del vínculo homosexual que unía a
Ida (Dora) con Peppina. Sin embargo, había sido la señora K. qu ie n le había dado a leer
el libro prohibido a la joven, para después acu sarla. Tamb ién había sido ella quien le ha-
blaba de cosas sexuales.
Este tema de la homosexualidad* inherente a la hi steria fe men ina fue extensamente
comentado por Jacques Lacan* en 1951, mientras que otros autores se dedicaron a de-
mostrar que Freud no comprendía en nada la sexualidad femenina*, o que Dora era ina-
nalizable.
Bauer nunca se curó de su horror a los hombres. Pero sus síntomas se apacigua-
de su breve análisis , pudo vengarse de la humill ac ión sufrida, haciéndole
la seftora K. su relación con el padre, y al señor K. la escena del lago. L uego
v~ al padre e interrumpió toda relación con la pareja. En 1903 se casó
un compositor empleado en la fábrica paterna. Dos años más tarde tu-
a hacer carrera de músico en los Estados Unidos·.
de nuevos trastornos· (vénigo, zumbido de oídos, imsomnio, mi-
a Pellx Deutsch· a la cabecera de su canna. Le narró entonces
do los hombres. de sus frustraciones, su frigidez. Es-
89
Bauar, Ida
cuchando sus quejas, Deutsch reconoció el famo so caso "Dora": "Desde ese lTlo --......
ella olvidó su enfermedad y puso de mam.f iun'Inmenso orgu II o por haber sid Illento. '
lesto
to de un escrito tan célebre en la literatura psiquiátrica" . La muj er discutió las in~ oh]e.
taciones realizadas por Freud de sus dos sueños. Cuand o Deutsc h volvió a verla I erp[t.
. ' os ata.
ques habían desaparecido.
En 1955, emigrado a los Estados Unidos, Deutsch se enteró de la muerte de DOr
que se había producido diez años antes. Por Emest Jones* supo que lda había fallecid~
o
en Nueva York y, por un colega, tu vo noticias de có mo .se había n desarrollado los últi
mas años de su vida. Dora había dirigido contra su propIO cuerpo la obsesión de la ma.
dre: "Su constipación, vivida como un a imposibilidad de <d imp iar los intestinos» le
creó problemas hasta el fin de su vida. No obstante, habitu ada a esos trastornos, los ~a.
taba como un síntoma famili ar, hasta el momento en que demostraron ser más graves
que una simple con versión. Su muerte -de un cánce r de colon diagnosticado demasiado
tarde para que pudiera operarse con éxi to- fue como una bendición para sus allegados.
Según mi informante, había sido un a de las «histéricas más repu lsivas» que hubieraco-
nocido."
• Sigmund Freud, "Fragment d'une analyse d'hystérie (Dora)" (t 905), en Cinq PsycJi¡¡·
nalyses, Parfs, PUF, 1954, 1-91; GW, V, 163-286, SE, VII, 1-122 (ed. casI.: "Fragmen~
de análisis de un caso de histeria", Am orrortu, vol. 7] . Felix Deutsch , "Apostille au 'Frag·
ment d'une analyse d'hystéri e (Dora)' " (1957), Revue Irant;aise de psychanalysc,
XXXVII, enero-abril de 1973, 407·414 (ed. casI.: "Una 'nota al pie de página' al traba~
de Freud 'An álisis Iragmentario de una histeria' ", Revista de psicoanálisis, t. 48, 41. Jac·
ques Lacan, "tn tervention sur le trans/ert" (195 1), en Écrits, París, Seuíl, 1966,215·229
led. casI.: Escritos 1 y 2, Méxíco, Siglo XX I, 1985J: Le Séminaire, livre 11, Le Moidans la
tMorie de Freud et dans la technique de la psychanalyse (1954·1955), París, Seui
19781ed. casI.: El Seminario. Libro 2, El yo en la teoria de Freud yen la técnica psictJa·
nalítica, Barcelona, Paidós, 1981 J: Le Séminaire, livre XVII, L'En vers de la psychanaJyse
(1969,1970) , París, Seuil, 1991 (ed. casI.: El Seminario. Libro 17, El reverso del psictJa·
nállsis: Barcelona, Paidós, 1992J. Henri F. Etlenberger, Histoire de la découverte derill'
consc/ent (Nueva York, Londres, 1970, Vitleurbanne, 1974) , París, Fayard, 1994. A~
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,
Bélgica
-
BEIRNAERT Louis (1906-1985)
sacerdote y psicoanalista francés
• Louis Beirnaert , Aux fronUeres de /'acle ana/yUque, La Bibte, sainl /gnace Freud el La -
can, Pans, SeUll, 1987, '
!> IGLESIA.
BÉLGICA
BélgIca
• -
En esa época surgió el conflicto en torno al análisis profan o* (entre médicos y no.
médicos), que marcó la posguerra en Bélgica, p.ero que ya atravesaba al ~ovl m le~,to in.
ternacional. Lechat y Dugautiez se vieron cuestiOnados como margmales, mcluso charo
latanes", por Jacques De Busscher, un médico miembro de la NYP muy favorab le a las
tesis freudianas. Él mismo no practicaba el psicoanállSls, pero luchaba por reservarlo a
los médicos.
Paralelamente también los medios in telectuales se interesaron por el pensamiento de
Freud. Hendrik (Henri) De Man (1885-1 953), futuro presidente del Par.tido ObreroBel·
ga.le escribió en 1925. Por otra parte, sociólogos, pedagogos.y unlvers ltanos, lo mismo
que los jesuitas próximos a la Uni versidad Católica de Lovruna, comenzaron a co men-
tar las obras psicoanalíticas y a inspirarse en ellas.
En 1924 apareció un número espec ial de la revista Le Disque verl, enteramente de-
dicado al psicoanálisis. El director, Franz Hellens, había logrado reunir acerca de este
tema a nombres prestigiosos de la literatura y el saber médico. Fue un verdadero acon·
tecimiento.
Abría el volumen una carta de Freud, seguida por artículos de psicoanalistas yescri-
tores fran ceses. En su conjunto, el nú mero expresaba bastante bien lo que estaba en jue-
go en la batalla de la década de 1920 en torno al fre udismo. Algunos condenaban una
moda efímera, otros insistían en la seriedad de lo que les parecía una verdadera doctrina.
Durante el período de la ocupación nazi, Lechat y Dugau tiez continuaron practican-
do el psicoanálisis. En 1947 , con el patrocinio de la SPP, fundaron la Association des
psychanalystes de Belgique (APB ), que iba a ser reconocida por la International Psy-
choanalytical Association* (IPA) en el Congreso de Zurich de 1949, con el firllle apoyo
de Marie Bonaparte*. Esta fundación le permitió al psicoanálisis desarrollarse en el sec-
tor de la lengua francesa del país.
La adhesión a la IPA tuvo por efecto obligar a la APB a normalizarse, es decir, en el
contexto belga. a adoptar el punto de vi sta de la med icalización. Fueron mujeres médi-
cas las que asumieron la dirección de la asociac ión y apartaron a los fundadores autodi-
dactos. La APB cambió entonces sus estatutos y, en 1960. tomó el nombre de Société
beIge de psychanalyse (SBP). Compuesta por una fu erte mayoría de médicos, se aban-
donó la preocupación por la investigación intelectu al. A fines de la década de 1990 tie-
ne sesenta miembros, para una poblac ión global de diez millones de habitantes. o sea
seis psicoanalistas (lPA) por millón de habitantes.
En este contexto, los jóvenes terapeutas más brillantes prefiri eron volverse hacia las
tesis de Jacques Lacan*, cuya doctrina era proscrita de la SB P en el momento mismo en
que comenzaba a florecer en Francia, en el seno de la Société fran~a ise de psychanaJyse
(SFP, 1953-1963). Marcados por la fenomenología, los representantes de la joven gene-
nei.6n psicoanalftica (la tercera para Bélgica) emprendieron curas didácticas fuera de su
en Francia, con Lacan: en Suiza· , con Gustav BaBy (1893 -1966) o Maeder Boss.
a plegarse a las exigencias ortodoxas de la SB P, tellllinaron por fundar su
la &:ole beIge de psychanaIyse (EBP), en 1969, copiada de la École
con un Id~ntico prognuna de enseñanza: retorno a Freud. ense-
la lIn¡Ufstlca. Pavorable al análisis profano·, eS-
que fuwon mayoritarios desdo el principio.
Benedikt, Moriz
No obstante , ante la SBP, preocupada por la respetabilidad, la EBP siguió busca ndo
una verdadera identi dad. Próx imos a la Universidad de Lovain a, sus fund adores favore-
cieron la implantación del lacanismo* en Bélgica, a través de una vía católi ca y uni ver-
sitaria. El fil ósofo Alphonse de Wahlens (1 9 11 -1981), lector de Husserl , traductor de
Heidegger Y ami go de Maurice Merleau-Ponty (1908-196 1), desempeñó un papel im-
portante en tal sentido. Miembro de la École freudienne de Paris* (EFP) entre 1964 y
197\, comenzó por seguir el seminario* de Lacan, y asisti ó a sus presentaciones de en-
fermos, antes de tomar di stancia y militar con más firmeza que nunca en favo r de un
psicoanálisis de inspiración fenomenológi ca.
En 1980, la di solución de la EFP provocó el estallido de la EBP y la creación de una
multitud, de grupúscu los dependi entes de las di versas escuelas neo lacanianas parisien-
ses: la Ecole de la Cause freudienne (ECF), la Association freudi enne (AP), etcétera. En
virtud de esta di seminación, la EBP siguió por su parte ligada a la Uni versidad de Lo-
vaina, en torno a Jacques Schotte y Antoine Vergote, con un enfoque plural ista, abierto
y democrátic o; la referencia a Lacan y su doctrina no es exc lusiva .
El escritor Hermann Bahr (1863-1934) subrayó que "el vienés es un hombre que de-
a los otros vieneses, pero no puede vivi r fuera de Viena". Si bien esta
aplica a Sigmund Freud*, sin duda conviene mucho más? Mori ~ (o Moritz) Be-
destino trágico conocemos gracias a la autoblOgrafIa publicada en 1906 y
del historiador Henri F. Ellenberger*.
proveniente de una familia ju~ía del Burgenl an.d pasó su vida haciendo
las enfermedades nervIOsas y su tratamiento, SIO llegar Jamás a
Fue de alguna manera un pionero en las sombras, que
y de conversión en repudio, como muchos judíos vie-
de identidad y atravesados por el "autoodio judío".
93
••
Vlttorlo
edik . t'ficos
.den f ficó con to dos Ios Cien I malditos olvidados por la ciencia ofi cial.
Ben I ~e I'ó . I Id édico oscuro a pesar de su talento, si no que además padeció
No sólo siguI sien o un m ., I N F ' P
.
la desdicha de tener e l mismo
' apellido que un penodlsta
. de a , eue d Jrele Mress.. Ch
..
Especialista ' * prac t'cante
en hi stena, I de la hipnosls* y amigo
.e . ean artIn ar-
col* en 1864 sostu va que Ia hIS · ten'a era una enfermedad Sin. causas utennas.
. Cuatro
años' más tarde se interesó por la elecu'oterapia, pero en 189 1 dIO un a medIa vuelta y co-
menzó a luchar contra el hipnotismo. Finalmente, fu e un o de los pnmeros ,en hablar de
h· · mascu l'm
Istena Erna
aLesky
. , hl'storiadora de la medlcma Vienesa,, explico en 1965 las
razones del fracaso reiterado de este terapeuta brillante, qu e no I ~gro afi rmarse co m ~ un
verdadero innovador: aunque había recibido una form ac l ó ~ sol.lda,. ~o se reso lvla a
aceptar los hechos y siempre se dejaba arras trar por su loca Im agmaclOn. Adem ás pre-
fería la polémica al tr~baj,o lento de la razón , y no cesó de*atacar a qUienes c~ n s ld era ba
adversarios o fal sos clentlficos: Richard van Krafft-Ebmg o WIl helm Fhess . Hay que
añadir que Benedikt siguió enfeudado a una concepción del psiqui smo fund ada en la
• •
conCienCia.
En la "Comunicación preliminar" de 1893, después incorporada a los Estudios sobre
La histeria*, Freud y Josef Breuer* lo citan como autor de observaciones sobre el tema
publicadas "ocasionalmente". En La interpretación de los sue/los* Freud se refi ere tam-
bién a su obra Hipnotismo y sugestiólZ, aparecida en 1894.
La contribución más interesante de Benedikt a la historia de la psiquiatría din ámica'
fue un artículo de 1914 cuyo tema era lo que él ll amaba, en inglés, the second lije, es
decir, la vida interior secreta de cada sujeto. Esta segun da vi da (que por otra parte era la
expresión misma de su propio itinerario de médico vienés ato rmentado por la inau te nti -
cidad de esa sociedad de fin de siglo) se construía, según él, como un sistema de repre-
sentaciones y rumiaciones que el individuo conserva en su fuero interno, si n querer te-
nerlas en cuenta. Más frecuente en la muj er, es dominante en los j ugadores, los
excéntricos, los criminales, los neurasténicos. La primera preocupación del terapeuta
debe consistir en explorarla, pues ella oculta secretos patógenos. Benedikt fue también
uno de los primeros científicos en descubrir las causas sexuales de la hi steri a. Antes de
morir, solitario y olvidado, se había vuelto hacia las ciencias ocultas, a pesar de haber-
las despreciado al principio de su carrera .
Vittorio (1878.1927)
italiano
rechazó un trabajo en Praga por razones políticas, y vo lvió a It ali a, donde obtuvo la cá-
tedra de psicología en la Universidad de Padua. Riguroso en ex tre mo, como lo ates ti -
guan sus trabajos experimentales, Benuss i fu e también un poeta y una especie de gurú ;
realizó estudIOs sobre la sugestión* hipnótica y la psico logía del testi moni o.
En 1926, en el clima antipsicoanalítico alimentado por la pu bli caci ón del libro del
célebre psiquiatra Enrico Morselli (1852-1929), dio un a seri e de cursos sobre los fund a-
mentos del psicoanálisis y form ó a una cierta cantidad de alu mnos, entre ellos Cesa re
Musatti* (quien iba a ser su asistente y lo sucedería des pu és de su mu erte) y Novello
Papafava, militante antifasci sta, ami go de esa gran fi gura de la lucha contra el régimen
mussoliniano que fue Piero Gobetti (1 90 1-1 926), Y autor de un ensayo de inspirac ión
freudiana sobre los fundamento s del fascismo italiano. Ese mismo año de 1926, Benussi
conoció en Groninga a Ludwig Binswanger* y a Karl Jaspers (188 3-1969). Por razo nes
desconocidas, se suicidó en 1927, poco antes del congreso de la psicología italiana que
iba a reunirse en Padua en honor suyo.
Sus trabajos de psicología experi mental fuero n esc ritos y publicados en lengua ale-
mana, pero redactó en italian o sus contri buciones cl ín icas, reu nidas y pu bl icadas en
1932 con el título de Suggestione e Psicoanalisi, por in ic iativa de Sil via Musatti de
Marchi, que fue su alumn a .
1> SUICIDIO.
Creado por Max Eitingon*, Karl Abraham * y Ernst Si~me l * en el marco del policlí-
nico del mismo nombre, el Instituto Psicoanalítico de Berlln fu e Inaugurado el 14 de fe-
brero de 1920 en locales de la Potsdamer Strasse acondicionados por Ernst Freud * Ver-
dadero laboratorio de formación de terapeutas, durante diez años dese mpe ñó un papel
considerable en la elaboración de los principios del análisis clínico*, y sirvió de modelo
. t'It u to s creados más tarde en el marco de
a todos los o t ros ms . . la Intern atlOnal
. . Psychoa-
. .
Association* (lPA). Hasta su partida a Palestina, Elttngon pr~s ldl ó la co ml s ~ ó n
yen 1923, por primera vez e.n el mundo, el curs~ls analltl co .fu e somettdo
- -
prescnpclOnes . temáticas'. anáhsls dld ácltco, ensenanza teóllca, análiSIS de
SIS
• On forme des psychanalys/es. Rapport original sur les dix ans de I'Ins/i/ul psychanalyti·
que de Berlin, presentación de Fanny Colonomos, París, Denoel, 1985.
Nacida en Freiberg, tercer vástago de Jacob y Amalia Freucl *, Anna era también la
primera de las cinco hermanas de Sigmund Freud *, y la única de ellas que escapó al ex -
terminio de los judíos por los nazis. En sus recuerdos pone de man ifi esto los mi smos
celos que el hermano había experimentado respecto de ell a c uando era niñ o. Cuenta
hasta qué punto Amalia privilegiaba a su hijo mayor: Si gmund tenía derecho a una ha-
bitación para él solo, mientras que sus hellllanas se amontonaban en el resto del depar-
tamento. Cuando Amalia quiso que Anna tomara lecciones ele pian o, Si gmund se opuso
y amenazó con irse de la casa. Cuando ella tenía 16 años , él le prohibió leer las obras de
Honorato de Balzac (1799-1850) y Alejandro Dumas (1 802-1 870) . Esta actitud tiránica
se relacionaba con el hecho de que Freud había estado ce loso de su hermano Ju lius
Freud*, nacido después de él, y a continuación se sintió culpable de su muerte. Enton-
ces derivó su rivalidad hacia la hermanita, vivida como un a "usurpadora" po rque se lle-
vaba una parte del amor de la madre. Pero esta hostilidad demu es tra también hasta qué
punto Freud obedecía en ciertos temas a la concepción vi ctorian a de la educación de las
mujeres, propia de la sociedad vienesa de fin de siglo. Sus relac io nes difíc iles con esta
heuuana estimularon sin duda alguna sus reflexiones sobre las rivalidades edípicas Y lo
vínculos familiares en general. Más tarde, Freud se mostró mucho más afectuoso con
sus otras cuatro hermanas, cuyo destino fue trágico.
En octubre de 1883, Anna Freud se casó con EIi Bemays, hermano cle ~I artha Ber-
futura esposa de Freud, con el cual este último no tardó en disputar por una histo-
de dinero_ De nuevo se revelaron sus celos, y quiso que Martha. su novia. se
de él, lo que ella no hizo. Pero él no asistió al casamiento de su herma-
fin a la desavenencia y ayudó a los Bernays a emigrar a los EstadoS
se convirtió ,en un hombre
,
de negocios muy rico. Anna tuvO cincO
casI centenana.
•
Bernays. Minna
Militante' sionista y marxi sta austríaco, amante de las muj eres, fumador inveterado
de cigarrillos norteamericanos, gran conocedor de los orígenes del freudismo· , pionero
del análisis profano* y de la psicología de la adolesce ncia, Sieg fri ed Bemfeld fue una
de las principales figura s del primer círculo psicoa nalítico vienés, antes de conveni rse,
en 1941, en fundador de la San Francisco Psychoanalytical Society (SFPS ).
Nacido en Lemberg (Galitzia) en un a famili a judía de comerciantes tex tiles, instala-
da en las afueras de Viena*, reali zó estudios de bo táni ca y zoología, con los que obtu vo
un sólido conocimiento de las ciencias de la naturaleza. Después se ori entó hac ia la psi-
cología y la pedagogía. En su juventud se interesó por el hipnoti smo*, que practicó con
sujoven hermano, y luego por el método de la asociación libre* Militante sionista y so-
cialista, comenzó a interesarse por el psicoanáli sis* a través de la pedagog ía, llevado
por las experiencias de Maria Montessori*. En 19 l 5 se casó con Anne Salomon, una es-
tudiante de medicina y militante marxista, con la que tuvo dos hijas: Rosemarie y Ruth .
En 1918, Bernfeld organizó en Viena una gigantesca reunión de la juve ntud sionista,
en la cual Martin Buber (1878-1965) pronunció un di scurso cé lebre. Un ruio más tarde
creó una institución, el Kinderheim Baumgarten, especi ali zada en recoger a niños judíos
huérfanos de guerra, a los cuales debía dar una formaci ón que les permitiera emigrar a
Palestina. En su apertura, el instituto se hizo cargo de ciento cuarenta pensionistas , en-
niños de menos de cinco años, hambrientos, discapacitados o traumatizados,
en miembro de la Wiener Psychoanalylische Vereinigung (WPV) ese mismo
'iOnoció a Sigmund Freud*, quien lo recomendó a Max Eilingon* y al Po-
Fmalmente, en 1922, se instaló como psicoanalista en Viena, se con-
. . Anna Freud*, y luego formó un grupo con quienes se interesaban
desamparada: Wilhelm (Willi) Hoffer (1897-1967), Anna
• Todos tenían el objetivo de extender la doctrina freudiana a
99
8emfekI. SI_gfrled
-
, . 1 . de S I'S'Il'~O', en esta última denunciaba los métodoS
ntrada en e1 nulO
cenCla, y a otra ce I gún él se corría el riesgo de favorecer la instauo
educativos alemanes, con los cua es, se ,
ración de una dictadura., 'er viaJ'ó a Berlín y su desti no se cruzó con el de
Ese año separado de su pnmera mu] , .. R'
d I , d
se habían agrupa o en tomo a Karl Abraham* y Eltlngon. ealizó un ana' -
t? .os os que H Sachs* y volvió a Viena en 1932, después de haberse casa-
liSIS de dos años con a n n s , .' (1893 1966)
do con la actriz Élisabeth Neumann, discípula de Erwln Plscator - , y futura
figura de Hollywood, de la que se separó en 1934 para casarse co n la que sena su terce_
ra esposa y su va l·losa c laboradora'
o · Suzanne Cassirer-Paret. Francesa . de ongen y ma·
'- Peter y Renate , ella se había formado en el diván de
dre de dos mnos, . Freud.
En términos generales, Bernfeld insistía en que el hombre es tá sl~mpre en un a "po·
sición social", y que esta dependencia respecto de lo SOCJ31 es deC ISIva en la construc-
ción del yo*. De allí la idea esencial de que la neurosIs y la delincuenCia resu ltan por
igual de la manera en que los individuos han sido educados en su infanCia: , ..
En 1934, después de que los nazis tomaran el poder, Bern fe ld se eXlho con su hiJa
Ruth, la madre de Suzanne, Peter y Renate. Instal ados en Menton, en el mediodía de
Francia*, los Bernfeld pasaron por París en 1935, oportunidad en que él se encontró con
René Spitz* y conoció aRené Laforgue*. Después de un largo periplo que los condujo
desde Amsterdam hasta Londres, abandon aron defi ni tivamente Europa por los Estados
Unidos*. En septiembre de 1937 se instalaron en San Francisco. Manfred Bernfeld, her-
mano de Siegfried, fue deportado y murió en el campo de concentración de The ren-
sienstadt, y una parte de la familia de este último fu e extermin ada en Auschwitz.
A diferencia de muchos otros inmigrantes vieneses que adoptaron fácil mente los
ideales pragmáticos del freudismo norteamericano, Bernfeld conservó durante toda su
vida un "espíritu vienés" contestatario y profundamente marcado por la teoría de las
pulsiones*. Por ello, desde su llegada a California, por un lado lo desl umbró la belleza
salvaje de los lugares de la Costa Oeste, mientras que por otro lo defraudaba la reduc-
ción del psicoanálisis a una psicología del yo, a su "masificación": " Los «psicoanalis-
tas» que he encontrado aquí -le escribió a Anna Freud en 1937- son ge nte pequeña
[... ]. La palabra psicoanálisis es tan conocida aquí como en el Oriente profu ndo. El
nombre de Freud es menos corriente, y preferentemente lo pronuncian «Frud» [oo. ]. Se-
gún la geografía del corazón de los caJifornianos, Viena se encuentra en la fro ntera en-
tre Norteamérica y Europa. Después de una buena cantidad de discos de música viene-
~ que nos hacen ofr para honrarnos, uno no siempre encuentra placer en sentirse
v1e~és, y después de algunas preguntas directas sobre la situación en Austri a, tampOCO
se mnte mucho honor por serlo."
apego a su pasado vienés 1.levó a Bernfeld a interesarse por la vida de Freud Yla
de los orígenes del freudismo*. Sus artículos sobre el tema fueron ampliamente
Emest Jones· cuando Anna Freud, con gran pesar de todos los judíos vie o
lo aceptó como historiador oficial del padre fundador. En virtud de esta
de ocuparse de la herencia freudiana fue confiada a la escuela inglesa.
como Bemfeld: a James Strachey* como traductor de IUS
'1 a Jonea como biÓgrafo.
• aer ... pulmón, Bemfeld pronunció en ellOS-
B ernhei m, Hippolyte
lituto de San Francisco un a conferencia sobre la historia del análisis did ác tico*' En ell a
criticÓ con ferocidad las normas de la fo rmación psicoanalítica en el interi or de la lnter-
nali onal Psychoanalytical Assoc iation* (lPA). Su disc urso provocó un escándalo y no
fue publicado hasta 1962, acompañado por una presentación "ofi cial" de Rudolf Eck-
stein , que intentaba restringir su alcance, subraya ndo que qui zá Bernfeld no tenía razón
al preferir el proceso de enseñanza al de la organización insti tucional.
• Siegfried Bern fe ld, "Bemerkungen über Subliemierung", /mago, 8,1 922, 333-344; The
Psych% gy 01 the /nla nt (Viena, 1925), Nueva Yo rk, Bre nlano, 1929; Sisyphos oder die
Grenzen der Erziehung (Viena , 1925), Francfo rt , SUhrkamp , 1992; "Oer soziale Ort und
sei ne Bedeutung für Neu rose, Verwah rlosung und Padagogik", /mago , 15, 1929, 299·
3 12; "An unknow n autobiographical fragment by Freud", American /ma go, 4 , 1, 1946; Y
Suzanne Cassirer·Be rnfeld, "Freud's early chi ldhood", Bull. Menninger Clinic, 194 4, 8,
107-11 5; "On psychoan alytic trai ning", The Psych oana/ytic Ouar/er/y, 3 1, 1962, 453-482 .
Jacques Lacan , Le Séminaire, /ivre VII, L'Éthique de la psychanalyse ( 1959- 1960), Pa·
rís, Se uil, 1986 [ed. casI. : El Seminario. Libro 7, La ética del psicoana lisis, Barcelon a,
Paidós , 1988 J. Fra nz Alexande r, Samuel Eisenstein y Martin Grotjahn , Psychoanalytic
Pioneers, Nueva Yo rk, Basic Books, 1966, 415-429 . Gregory Zilboorg , "S, Bernfeld, Obi·
tua ry", en Psy choanatytic Ouar/er/y, 1953, 22 , 571 -572. Hedwig Hoffer, "Obituary, Siego
fried Bernfeld , 1892 -1 953", IJP, 1955, 66-69 , Moustapha Sa fouan, Jacques Lacan et la
question de la formation des analystes, París, Seuil, 1983 [ed. casI. : Jacques Lacan y /a
cuestión de /a formación de los analistas , Buenos Aire s, Pai dós , 1985J. Karl Fallend y
Johannes Reichmayr, Siegfried Bemfe/d oder die Grenzen der Psychoanalyse, Franc·
fort, Stroemfeld· Nexus, 1992. Nathan G. Hale, Freud and the Americans, t 917- 1985.
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fr ied Bernfeld Anna Freud sur la pratique de la psychanalyse San Francisco, del 23
de noviem bre de 1937" , Revue intemationale d 'histoire de la psy chanalyse , 1990, 3,
33 1-341 , Ernst Federn, Témoin de la psychanalyse (Londres, 1990), París, PUF, 1994.
102
Be tt elh eim, Bru no
'" BENEDIKT Mori z. BREUER Josef. CHERTOK Léon. ESTUDIOS SOBR E LA HIS-
TERIA. MESMER Fran z Anto~ . MEYNER Theodor. MOSER Fanny. PAP PENI-J EIM
Bertha. PERSONALIDAD MULTIPLE. PSICOLOGíA DE LAS MA SAS Y ANÁLISIS
DEL YO. PRESENTACIÓN AUTOBIOGRÁ FICA. ES PIRITISMO.
• Elke Mühllei tner, Biographisches Lexikon der Psychoanalyse. Die Mitglieder der psy·
chologischen Miltwoch-Gesellschaft und der Wiener Psychoanalytischen Vereinigung
von 1902-1938. Tubinga, Diskord, 1992.
Es imposible invocar la vida y la obra de Bruno Bettelheim sin tener en cuenta el es-
cándalo que estalló en los Estados Unidos* una semana después de su muerte. Como
consecuencia de la publicación, en al gunos importantes peri ódicos, de las cartas de ex
alumnos de la Escuela Ortogénica de Chicago, qu e Bettelheim había dirigido du rante
cerca de treinta años y que recibía a niños clasifi cados como autistas, la imagen del
buen "Dr. B.", como se lo llamaba, quedó eclipsada por la de un ti rano brutal, que había
impuesto el terror en su escuela. Se recordó entonces que no aceptaba ningún visitante,
salvo, y en condiciones muy restringidas, las famili as de los niños albergados. Muy
pronto los ataques se extendieron a su vida y su obra, y los calificat ivos de impos tor,
falsificador y plagiario se sumaron al de charlatán. Este tumulto tu vo poco eco en Fran-
cia, donde Bettelheim disfrutaba de un inmenso prestl gto desde el éX ito ele su libro La
fonalew vacía, y de la emisión dedicada a la Escuela Ortogénica, reali zada por Daniel
Kariin y Tony Lainé para la televisión fran cesa, y di fundida en octubre de 1974 . Ese
sólo había sido mellado por la dec linac ión general de las Ideas fi losó fi cas y
en la década de 1970.
Sin dar crédito a la totalidad de las acusaciones lanzadas contra él, y refutando sobre
103
Bettelheim, Bruno _
" ' S
b'óarafa NlI1a utton, ha demos trado la autenti
'ó cidad de alguna s
todo la de plag lano, su ! " '. . I esidió en la interpretac! n a que habían da.
. e la cuesti ón centl a r "
de ellas, depndo ver qu lb ' t' l' dad de al gunos de sus ac tos, sus pequeñas
. b tos verbales, a !u a ! d' d .
do lugar
. "
sus an e a Il á
"f audes" y más a, e es ,
d to sus continuos aca mo ami entos e la hlstO.
mentIras, sus r . ' B B ttelheim lo fue a su manera, un a manera que en
I .de as freudlanas runo e h d '
ri a. Fiel a as ! .' hocar con los sostenedores y ere eros de la Ego
. I t 'a necesarI amente que c .
lo esenCIa , em . d~ t doxia encarnada por la InternatJOn al Psyc hoanalytical
Psychology*, custodIOS h una da r °t to la comodid ad del doa matismo teó rico como el
. . * (lPA) Rec azan o an , "
Assoclatlon '1 d que los ni ños a su cargo debían ser tratados co n un respeto y
Praa"matl
.
smo postu an o
. ' d 'l'
. 'b'ó
. au na distensión, Bruno Bettelhe!m conc! ! un UOI verso
.
una eX igencia que no a mi la 11In" b' . .
"tera éutico total" que hi zo de su trabajo un combate permanente, cuyo o jetlvo , la sal!.
da d~ encierro en el que esos niños hab ían encontrado refugiO, Ju stificaba I~s mediOS. ,
Nacido en Viena'" el 28 de agosto de 1903, en una fam il ia de la pequ ena burguesla
judía asimil ada, aquejado de una fealdad que la madre, que siempre le escatimó su afec·
to, reco nocía si n miramientos, muy pronto Bruno Bettelhelm puso de ma nIfi esto ten·
dencias depresivas. Dos acontecimientos trágicos impactaron sobre su joven eXistenCia.
La afección sifilít ica del padre, enfermedad "vergonzosa" manteni da en secreto, que duo
rante mucho tiempo él mi smo creyó padecer por trasmisión heredi tari a, y el estallido de
'la Primera Guerra Mundial, con su cortejo de recesión y mi seria, que en 19 18 desembo·
có en la caída del imperio de los Habsburgo y el fi n de lo que Stefa n Zweig* denominó
"el mundo de ayer". Estas pri meras frac turas materi ales y morales ori entaron su refle·
xión sobre las posibilidades de adaptación del hombre ante condiciones que ame nazan
destruirlo. Consagrado a estud ios li terarios y artísticos, Bru no Bettelheim frec uentó una
organizac ión ju venil denomin ada Jun g Wa ndervogel ("Jóvenes Pájaros Migratorios"),
marco de su primer encuentro con las ideas de Sigmund Freud*, a través de un oficial
des mov ili zado, a tto Fenichel*
La muerte del padre lo obligó a interrump ir sus estudios para diri gir la empresa fa-
miliar de venta de madera. Después de algun os años de una vida conyugal di fíci l, vol·
vi ó a la uni versidad, emprendi ó un análisis con Ric hard Sterba* e inició una relación
con un a joven institutri z que iba a ser más tarde su segunda esposa y que, como la pri·
mera, era una émula de Maria Montessori * En 1938 se recibió de doctor en estética
(más tarde se dirá doctor en fil osofía), un a se mana antes de la entrada de los nazis en
Viena. Por razones confusas que él no acl aró nunca, permaneció en Viena, mientras que
su mujer y la pequeña autista norteamericana que estaba a cargo de esta última partían a
los Estados Unidos (años después, Bettelheim trató de hacer creer que era él el respon-
sable de la niña).
Arrestado por la Gestapo, llegó a Dachau el 3 de junio de 1938, después de haber si·
do violentamente golpeado. Transferido a Buchenwa ld el 23 de eptiembre de 1938, se
encontró allí con Ernst Federn, el hijo de Paul Federn *, compañero ele Freud. En ese
universo de terror, angustia y humillación permanentes, inició un trabajo sobre sí mi s-
mo para resistir a la empresa mortífera de la SS . La experiencia del campo de caneen'
tración está en el origen del concepto de "situación ex trema", ex pres ión con la cual
Bettelheim designaba las condiciones de vida ante las cuales el hombre puede abdicar,
identificándose con la fuerza destructora constituida tanto por el ve rdugo o el entorno
104
Bettelheim, Bruno
Nacido en Stani slau (Oalitzia), Edward Bibring, proveni ente de un a fa mil ia judía,
tuvo un a vida signada por sucesivas emi grac iones. Después de la Revolución de Octu-
bre viajó a Viena", donde volvió a realizar sus estudios de medicin a mientras se anali-
zaba con Paul Federn *. En 1938 emi gró a Londres, al mi smo ti empo que la fam ilia de
Freud. Tres años más tarde, en febrero de 194 1, parti ó hacia los Estados Unidos*, y se
integró a la Bastan Psychoanalyti c Society (BoPS), que pres idió durante dos años. Bi-
bring fu e ante todo un clínico ortodoxo de la In ternat iona! Psychoanalytical Associa-
tion* (IPA), cercano a las tesis de Anna Freud*. En 1943, en el marco del desarrollo de
la teoría posfreudiana del yo*, elaboró la noc ión de mecanismos de desprendimiento
(working-off mechanisms) para designar un proceso de reso lución de los con fli ctos del
yo, distinto de las defen sas* y de la abreacción*. Muri ó por mal de Parkinson. Su mu-
jer, Orete Bibring-Lehner (1 899-1977), analizada por Hermann Nunberg*, fue también
médica y psicoanalista .
los de lengua francesa, y entre los partidarios de las diferentes corrientes de la Intern a-
tional Psyc hoanalytical Association* (lPA): el kleini smo*, la Ego PSycllOlogy*, la Sel!
Psychology* .
N.aci.do en Sai nt-Martin, Bigras provenía de una fami li a de granj eros pobres de la
Pr~vmcla ~e Quebec . .Entre los once hermanos, él fue el úni co que pudo estudi ar. Se
onentó ~acla la ~ed.lcma, y después a la psiqui atría; entre 1963 y 1983 trabaj ó en cua-
tro hospItales pSlqUl átncos: Hospital Sainte-Justi ne, Institut Albert-Prévost, Douglas
Hospital y Royal Victoria. Después de una primera psic oterapia con Yicto rien Yoyer,
viajó a París en 1960 con su primera esposa, Mi reile Lafortune. Permanec ió tres añ os en
la capital de Francia, y durante ellos reali zó su fo rmac ión didácti ca co n André Luquet,
en el marco de la Soci été psychanalytique de Paris (SPP), después de iniciar una só lida
amistad con Conrad Stein (quien iba a ser su control).
Convertido en miembro de la SPP, volv ió a Montreal , donde trató de desarroll ar la
Société psychanalytique canadienne, establ ecie ndo relaciones e in tercambi os con los
disidentes parisienses de la SPP, que también impugnaban la esclerosis de su institución
y se habían vincul ado con los anal istas de la nueva École freudienne de Paris* (EFP)
fundada por Jacques Lacan *' Después de un segundo control con Jean-Baptiste Bou-
langer, Bigras se integró, no sin dificul tad, a la SPC, en la cual fue siempre considera-
do un bad boy , marginal y excéntrico. Se lo solía ll amar "el indio", en razón de su inte-
rés por el etnopsicoanálisis* y por los indios americanos establecidos en las reservas de
Canadá*.
En este contexto creó en 1967 la revi sta InlerprélCllion, que durante catorce años de-
sempeñó un papel importante en Montreal y París, publi cando tex tos provenientes de
todos los horizontes del saber: psicoanáli sis, li teratura, ciencias humanas, antropología.
Entre los numerosos colaboradores de esa revista fran cocanadiense se destacan los
nombres de Piera Aulagnier*, Conrad Stein, René Major, Fralll;:ois Peraldi, el poeta Jac-
ques Brault, y también norteamericanos como He inz Kohut*, Kurt Eissler, Frieda
Fromm-Reichman*, y otros.
Este autor prolífico e inconformista, noveli sta por momentos, apasionado del estudio
del incesto. y la locura, murió prematuramente por una enfermedad cardiovascul ar,
después de haber puesto fin a la experiencia del grupo y la rev ista Inlerprélalioll, y de
haber visto nacer otra, Frayages, creada por Fran~ oi s Peraldi , su rivall acani ano .
• Julien Blgras, Les Images de la mere, París, Hachelte, 1971: L'Enfant dans le grenier
(Monlreal, 1976), París, Aubier-Monlaigne, 1987: Le Psychanalyste nu, París, Lallonl.
1979' "Hisloire de la revue el du groupe Interprétation au sein du mouvemenl psychialri·
que ~I psychanalytlque qué,bécois", Santé mentale au Ouébec, 7, junio de 1982,3-16.
a
':flsabelh Blgras, "O'une revue I'autre ou I'i mpossibl~ delte", ibíd" 16-20. Conversación
oon Mlrellle Lafortune el 21 de mayo de 1996 y con Elisabeth Bigras el 22 de mayo de
CLARKE Charles Kirk. GLASSCO Gemid Stin son. MEY ERS Donald
Miguel. David,
107
~B~in:s~w~a~n~ge~r~,~Lu~d~W~I~9_________________________________________________
188
Blnswan ger, Ludwi g
110
Bion, Wi lfred Ru precht
Clínico
. .* erudito y brill ante
' . ; reformad di ' . , .. .-
or e a pSlq ulatna mIlItar, gran clImco de las
pSICOS IS .y KI
los .estados
* lImIte ' Wil fred Ru precht B'Ion f ue e I d'ISClpU
' 1o m ás tur bu Iento
de Me Iame . em ' cuyo dogmatiSITIo rec h'az ó ,para constnm . un a teon
' ,a refinada del self
. .perso nalIdad:sobre
Y la . la base . de un modi ' . y atravesada por nOCIO
e o matematlco . nes
on gll1ales (peque no glUpO, funCIó n alfa, continente/contenido, obj etos bizarros, presu-
puestos bás Icos , gnlla , etcétera), las cuales, en cierto sentido, se asemeja n a las de Jac-
ques Lacan* , su contemporáneo. Como este últi mo, trató de dar un contenido formal a
la transmI sIó n del saber psicoanalítico, basándose en fórmulas y en el álgebra ; a seme-
Janza de Lacan, se ap as lOn~ por el leng uaje, la fi losofía y la lógica, pero desde una pers-
pectiva netamente cogmtJ vlsta.
Este g ran viaj ero no sólo hi zo escuela en Gran Bretaña*, sino tambi én en Brasil* ,
sobre todo e n San Pablo, do nde marcó en profundidad a sus discípul os. En su j uventud
tu vo el pri vilegio de ser e l terapeuta del escritor Samuel Beckett (1906- 1989), con el
cual se identificó fuerteme nte . En Francia* ganó algunos partidarios, entre ellos Didier
Anzieu y A ndré Green.
Nacido en Muttra, en e l Pendj ab, de madre india y padre inglés, ingeniero en irriga-
ción, fue c ri ado po r una nodriza y pasó su infancia en la Indi a*, a fi nes de la era victo-
riana y en e l apogeo del período coloni al. No sin humor, admitirá de buena gana que los
miembros de su familia estaban "completamente chi flad os" . En su autobiografía presen-
ta a la madre co mo un a mujer fría y terrorífica que le recordaba las gélidas corri entes de
aire de las capill as inglesas .
Igual que todo los niños de los ad mini stradores co lonial es de ni vel superi or, desde
los ocho años fue envi ado a Inglaterra como pensioni sta en un co legio. Abandonado por
los suyos y aislado en un c lima hos til , reali zó sus estudi os soñando con los suntuosos
paisajes del Pendj ab, y desan'ollando un fuerte di sgusto por las cosas de la sex ual idad *'
Sólo le gustaban las actividades deportivas, y llegó virgen al matrimonio, a los cuarenta
años. En enero de 1916 fue incorporado a un batallón de blindados, y pronto se encon-
tró en el campo de batalla de C ambrai, en medio de los obu ses y el fuego de la guerra.
En 19 18 sali ó de e lla con el grado de capi tán y una sólida experiencia de la fraternidad
humana y de las trapacerías de la j erarquía mil itar, de la cual se servi rá años más tarde.
En la prestigiosa Universidad de Oxford se fo rmó en fi loso fía y literatura, sin descuidar
el rugby, pero estudió humanidades en Poitiers, a fin de dominar la lengua fran cesa.
Más tarde fue profesor e n el Bishop 's Stortford, su anti guo coleg io, donde vivió una ex-
traña aventura. Después de haber simpatizado con la madre de un alumno, ésta lo acusó
de haber querido abusar del adolescente, Y tuvo que abando nar la enseñanza. Inició en-
tonces estudios de medicina, que tenninó satisfactoriamen te.
A continuación de un fracaso amoroso, dec id ió someterse a una psicoterapia' , lo
que lo llevó a la psiquiatría y después al psicoanálisis'. En 1932, contratado como mé-
dico asistente en la Tavistock Clinic de Lo ndres, trató a adolescentes delIncuentes o
por trastornos de la personalidad, y durante dos años, aproximadamente, se
del Uatamiento de Samuel Beckett.
111
Bion, Wilfred Ruprecht . _
funci6n alfa preserva al suj eto del estado psic6tico, mi entras qu e la fun ci6n beta lo po-
ne al desnudo.
La ex peri encia de los pequeños g rupos le permiti 6 a Bion abordar el domin io de la
psicosis, con la ayuda de diferentes conceptos kleini anos a los cual es é l añadi6 sobre
todo I~,s de "obj et~ bizarro" ( partícula desprendida del yo~ , que lleva una vid a aut6no-
mal e Ideograma (tnscnpcl6n preverbal de un pensamiento primitivo). Por otra parte,
tomando de Paul Sc.hllder* la noción de im agen del cuerpo ' , desarrolló la idea de que
los grupos y los tndlvlduos están compuestos de un conti nente y un contenido. Si bien,
para un sUjeto dado, el grupo funciona como un continente, cada sujeto tiene también en
sí un contentdo, o presupuesto básico , qu e determina sus emociones . En cuanto a la per-
sonalidad psic6tica, es una componente normal del yo. En algunos casos lo destru ye,
impidiendo toda forma de acceso a la simbolización, y en otros, por el contrario, coexi s-
te con otros aspectos del yó sin con vertirse en un agente destructi vo. Bi on co nstruyó
también un modelo de la cura al que dio el nombre de grill a. Compu esto por un eje ver-
tical de ocho letras (de la A a la H) que indica el grado de complejidad del enunciado, y
un eje horizontal de seis cifras (del 1 al 6) , qu e representa la re lac ión transferencial, la
finalidad de este mode lo es ayudar al profes ional en su escucha, y dar un fundamento
considerado "cie ntífico" a la práctica del psicoanálisis.
Después de la muerte de Melanie, negándose a transgred ir su doctrina del "grupo sin
líder" y a convertirse en e l maestro de pensamiento de la escuela kleini ana, Bi on prefi-
ri6 instalarse en California. A partir de 1968 vivi6 en Los Angeles, y desde allí realizó
numerosos viajes a Brasil y la Argentin a*, donde el impacto de su enseñanza, su doctri -
na y su técnica psicoanalíticas tuvo una gran importancia pa ra la difusión de lo que no
tard6 en considerarse un neokleini smo (o poskleini smo). La obra de Bi on fu e entonces
traducida a numerosos idiomas.
Al final de su vida, ya célebre, vol vió a Inglaterra, do nde murió, afectado de leuce-
•
mla.
• Wilfred Ruprechl Sion, Recherches sur les pelils groupes (Londres, 1961). París, PUF,
1987; Aux sources de I'expérience (Londres , 1962), Paris, PUF, 1979; Elements de la
psychanalyse (Londres, 1963), Paris, PUF, 1979 red. cas\. : E/~mentos de psicoanáliSIS,
Suenas Aires, Hormé, 1966]; Translormations. Passage de I apprentlssage a la crOIS -
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Centro Editor de América Latina, 1985]; L ,\IIentlon et /lnterpretatlon . Une approche
scientilique de ta compréhension intuitive en p~~chanalyse et dans les groupes ( LO~
dres, 1970), Parfs, Payot, 1974 led, cas\. : Atenc/on emterpretac/on,Buenos Aire s, Pal-
dós 1974]- Entretienspsychanalytiques (Rfo de Janelro, 1973), Pans, Galhmard, 1980;
A Memoir ~, the Futur_ The Pass Presented, Rlo de Janeiro, Imago Editora, 1977. Gé-
rerd Bléandonu, Les Communautés thárapeutiques, Parfs, Scarabee , 1970; Wllfred R.
B/on La V/e ell'ceuvre, Parts, Dunod, 1990; L 'Eco/e de Melame Klem. Pans, Le Centu-
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Assoclaon1I Books , 1991. Jacques Lacan, "La psychlalne
.
anglalse el la guerre , L Evolu-
"Sec kelt y S'Ion
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PSI~,.na e, I I . 9- 9
Dalrdra Balr, SemuBl Beckett (Nueva York, 1978), Pans . Fayard, 1 , .
Así co mo todos los trabajos modernos sobre transex ualismo* han tomado como mI- •
tos fu ndadores la leyenda del Hermafrodita y los amores de la diosa Cibeles, la fuente
de las reflex iones acerca de la bisexualidad ha sido siempre el célebre relato de las des-
dichas del Andróg in o realizado por Aristófanes en El banquete de Platón: "Antaño, I.a
naturaleza humana no era la mi sma que hoy, sino muy dist inta, Al principio la humaI1l-
dad se dividía en tres espec ies de seres hum anos, y no en dos, como ahora. Junto con
los sexos masculino y femenino, había un tercero, que tenía los dos, Esta especie se lla-
maba entonces Andrógino. El cuerpo de cada uno de estos Andróginos tenía una forma
,
redonda. El pecho y la espalda eran como un a esfera, y las cos ti llas circulares; telllan
cuatro manos, igual número de piern as, dos ros tros perfectame nte semejantes, dos órga-
nos generadores, etc, [.. . ) Zeus cortó a los Andróg inos en dos l .. .J. Una vez realizada
esta división , cada mitad deseaba unirse a su otra mitad, e nando se encontraban, se en-
lazaban con los brazos y se estrechaban tan fu ertemente que, en el cleseo de refundirse,
se dejaban morir de hambre e inercia, pues no qu erían emprencler nada la una sin la
otra. "
Los. sexólogos de fin es del siglo XIX, desde Richard va n Krafft-Ebi n~o * hasta Mag-
nus Hlrschfeld*, retomaron este tema, mezclando estrechamente la bisex ualidad, la ho-
mosexualidad, el hermafroditismo real y los fenómenos de transvestismo, todavía con-
fundidos con lo que iba a convertirse en el transex uali smo* en la década de 1950, Así s(
construy? el fa~oso milO del "tercer sexo" para designar a la vez al andrógi no (el bise-
xual), ellOverudo (el homosexual) y el hermafrodita psicosex ual (el transexual), Freud
114
Bisexualidad
recusó
, este término''en,1905
, ' en s LIS 7' , , '
1 re:> ensayos de leonCl sexIICI/*. defi n IÓ la homose-
xualidad
' I'dcomo
d "una elecclOn sexual
. que derivab a dI ' , en todo sUjeto
e a eXistencia ' de una
bIsexua
, "
I a ongmal
"
A sus oios
J"
era 'Inu' t'I' ,
I IIlventar un "tercer sexo", o un "sexo lIlter-
medIO ,para deSignar lo que provenía de un rasgo universal de la sexualidad humana,
El" pasaje desde el mito platón'ICO de Ia an d ' ,la a la nueva definición
rogm .. de la, blse-
xuahdad segu,n la perspectiva de la ciencia biológica comenzó en 1871, con la publica-
ción de El origen del hombre, de Charles Darwin (1809-1 882), Se trataba entonces de
dotar al estudio de la sexualidad hum ana con una terminoloaía adecuada: "raza" consti-
tución, especie, organicidad, etcétera, El aporte de la embriología fue decisiv'o, en la
me?lda en que ell~ pudo demostrar, gracias a la utilización del microscopio, que el em-
bnon humano tema dos potencialidades, una masculina y otra femenina, De allí la idea
de que la blsexuahdad no era sólo un mito, sino una realidad de la naturaleza, A través
de la enseñaza de Carl Claus*, y después a través del contacto con su amiao Wilhelm
Fliess*, Freud adoptó hacia 1890 la tesis de la bisexualidad, o
Al darwinismo y la embriología, Fliess añadía toda la tradición romántica de la me-
dicina alemana, la cual, por otra parte, se encontraba también en los esc ritores de fin de
siglo marcados por los trabajos de Johann Jakob Bachofen (1 815-1 887) sobre el ma-
triarcado y el patriarcado*' Desde August Strindberg (1849-1912) hasta Otto Weinin-
ger*, pasando por Karl Kraus* y Daniel Paul Schreber*, el doble tema de la nostalgia
de lo femenino y de la obsesión de la femin izació n de la soc iedad alimentaba los inte-
rrogantes del fin de siglo, en plena reflexión sobre las condiciones de una reestructura-
ción de la familia burguesa y de una redis tri bució n de las relaciones de identidad entre
los sexos,
En su obra de 1896 sobre las relaciones entre la nariz y los genitales, Fliess presentó
su doble concepción de la bisexualidad y la periodicidad, estableciendo un vínculo en-
tre los dolores menstruales y los del parto, referidos por igual a "localizaciones genita-
les" situadas en la nariz, De allí se desprendía la tesi s de la periodicidad, según la cual
las neurosis nasales, los accesos de mi grañas y otros síntomas del ciclo femenino, obe-
decían a un ritmo de veintiocho días, igual que la menstruación,
A ese primer ciclo Fliess sumaba un segundo, de veintitrés días, calificado de mas-
culino, y llegaba a la conclusión de que los dos ciclos se manifestaban en ambos sexos,
Según él, era posible prever mediante cálculos, cuál sería el sexo del futuro niño, duran-
te el embarazo de la madre. La madre le transmitía al feto los dos períodos (de veintio-
cho y veintitrés días) y la pertenencia sexual del futuro recién nacido se podía determi-
nar si se sabía cuál había sido el período tran smitido en primer término, En diciembre
de 1897, en el curso de un encuentro en Breslau, Fliess desarrolló una nueva idea, afir-
mando que la bisexualidad biológica se prolongaba en el hombre en una bisexualiLiad
psíquica que iba de la mano con la bilateralidad particul ar del organismo humano; la iz-
quierda y la derecha traducían de algún modo la organización corporal y espacial de la
diferencia de los sexos.
Como muchos científicos de su época, Fliess anhelaba transformar la biologlll en
una matemática universal. En un primer momento, Freud lo siguió en ese terreno, y no
~ entregó a cálculos insensatos, sino que también. hizo ate nder por su amigo a la
Bmma Eckstein*, y después se hizo operar él mismo los senos frontales, con la
115
Bisexualidad
dad" (carta a Fliess del 15 de octubre de 1897). Un mes más tarde renunció a esa idea y,
en el verano de 1899, afirmó que cada acto sexual es "un acontecimiento que in vol ucra
a cuatro personas". En los Tres ensayos ... hizo de la bisexualidad el fundam ento de la
inversión (homosexualidad) y recusó todas las tesis sexo lógicas sobre el tercer sexo, así
como las de Wemmger sobre la desigualdad de los dos polos. En 1905 reemplazó esa
desigualdad por la Idea de una libido única de esencia masc ulina , a fin de incluir la di-
ferencia de los sexos en el marco uni versa li sta del monismo sexual (o falo cen trismo*)
de tipo igualitarista. En 1919, en "Pegan a un niño", rechazó si n mencionarl as las tesis
de Fliess y de Alfred Adler* sobre la protesta viril, para demostrar que la represión de
los caracteres del otro sexo está tan presente en las niñas como en los varones. Extrajo
entonces la conclusión de que los motivos de la repres ión no debían ser sexuali zados.
Después de haber constituido a la bisexualidad como núcleo central de su doctrina
de la homosexualidad y de la sex ualidad femenina*, Freud pensó que esta noción segui -
ría siendo totalmente oscura mientras no se la pudiera articu lar con la de pulsión. Pero
en 1937 dio un giro y, en "Análisis terminable e interminable", mencionó a Fliess y vol-
vió a la idea de 1919, según la cual cada sexo reprime lo que concierne al sexo opuesto:
envidia del pene en la mujer, rebelión en el hombre contra su propia fe minidad y su ho-
mosexualidad latente : "Ya he mencionado en otra parte que este punto de vista me fue
expuesto en su momento por Wilhelm Fliess, quien se inclinaba a ver en la oposición de
los sexos la causa verdadera y el motivo orig inario de la represión. No hago más que
reiterar mi desacuerdo de antaño, negándome a sexua li zar de este modo la represión, y
por lo tanto a darle un fundam ento biológico, y no sólo psicológico."
Esta afirmación era consecuti va al gran debate que se había desanollado en el seno
del movimiento psicoan alíti co a propós ito del monismo sexual (la sexualidad femeni -
na), el cual había opuesto a los parti darios de la escuela inglesa (Melanie Klein*, Emest
Jones*) con los de la escuela vienesa (Helene Deutsch*, Jeanne Lampl-De Groot*, Ruth
Mack-Brunswick *). En la disputa, en efecto, había su rg ido hasta qué punto era difícil
conciliar la idea de la diferen cia de los sexos y de la bi sex ualidad (en el sentido psíqui-
co) con la de una libido única (de esencia masculina).
Fueron los sucesores de Freud, en espec ial la tercera generación psicoa nalítica mun-
dial, desde Donald Woods Winnicott* hasta Robert Stoller*, pasando por Jacques La-
can·, quienes aportaron un a solución nueva al enigma de la bisexualidad, sea profundi-
zando, a partir del falocentri smo, el estudio de la sexualidad femenina en todas sus
formas (Lacan), sea estudiando los tras tornos de la identidad sexua l a partir de una se-
paración mucho más radical que la reali zada por Freud entre la sexualidad en el sentido
biológico y anatómico, por una parte, y por la olra el género', en tanto que representa-
ción social y psíquica de la diferencia de los sexos .
• Sigmund Freud, Trols Essais sur la IMorie sexue/le (1905), Paris, Gallimard, 19"87,
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117
Bj erre , Poul
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c> FETICHE. GRODDECK Georg. KHAN Masud . PERVERSI ÓN. STEKEL Wilhelm.
STRACHEY James.
Este personaje extravagante, de orgullo desmesurado, a la vez esteta, mís tico, filóso-
fo, poeta y escultor, se asemejaba a muchos otros pi oneros del freudi smo* en Europa.
Se decía nie tzscheano y hombre de l Renacim iento, pero lo apasion aban sobre todo la
hipnosis' y el espiritismo". Finalmente, fue el introductor del psicoanálisis' en Suecia
y los países escandi navos *' Como los hombres de su generaci ón*, él mismo presentaba
los síntomas y los vagabundeos que trataba en sus pacientes. Dejó una obra considera-
ble (mi les de páginas) en la cual se entregaba "en cuerpo y alma", proclamando que "la
experiencia personal, vivida y elaborada, permite la comprensión intuitiva", la única
que vale.
Hijo de un comerciante de manteca, em igrado de Din amarca, nació en GOteborg. y
fue víctima desde su in fa ncia de migrañas reiteradas y trastornos del humor, en los que
~I ternaban la manía y la depresión. Admiraba al padre, homb re bondadoso y ahorrativo.
lI1capaz de adaptarse a las convenciones de la vida burguesa, y despreciaba a la madre.
mucho más mundana y dinámica, pero afec tada, como él. de una suerte de melancolía
crÓl1lca. A menudo en cama por enfermedades, el joven Poul experimentaba unoS celos
Intensos de su hermano menor Andreas, también depresivo y suicida. Para salir ue sus
tn Sles rumiaciones to ó l b "'0 '-
, m a costum re de dar prolongados paseos solitarios por los l' ,
ques y las montañas nevadas D é d . . , el d' 'ó a
Ias enfermedades nerv ' o . espu
. s e estudIar
. med ICina en Estocolmo se e le
En 1904 Andre B' l sas, recumendo a [a hIpnosis y [a sugestión'
. . . '
I , a s Jerre (1 869 .. 1925), que iba a convertirse en un bri llante Cflllllno'
ogo, se casó con la joven AmeHe Posse, cuya madre, Gunhild Wennerberg (1860- 1925).
118
Sjerre, Poul
Bj erre, Poul
por las tes is de Alfred Adle r* y Carl Gustav Jung*. sin adherir verdaderamente a ell as.
Así. en 1924 le pidió a Freud la autori zación para traducir al sueco el texto de L'/nlérel
de la psyclzal/ alyse ("El interés por el psicoanálisis"), escrito en francés. Después, sin
decírselo, lo publIcó en una co mpilac ión jun to a artículos de Oskar Pfister*, Alfons
Maeder*, Jung y Adler. Freud se disgustó; más tarde le recomendó que hiciera traducir
las cinco famosas conferen cias sobre psicoanálisis pronunciadas en los Estados Unidos*
en 1909.
En el último artículo de esa obra colecti va, titulado "El cami no que ll eva a Freud pa-
ra mejor alejarse de él", Bjerre trataba de mostrar los "límites" de todas las teorías de
los principales fundad ores de la psiquiatría din ámi ca* modern a (Freud, Jung, Adler).
Pero, sobre todo, se presentaba a sí mismo como creador de un a nueva doctrina terapéu-
tica, la psicos íntesis*, que en realidad había sido presentada en 1907 po r un psiquiatra
sui zo. Bjerre pretendía asociarle la ciencia de las religiones, la estética y las ciencias na-
turales, para demostrar hasta qué pun to esa nueva doctrina era superior a todas las otras.
De hecho, se postulaba como el fund ador de un bjerri smo qu e no iba a existir nunca.
A partir de 1925, después de la muerte de la esposa y el sui cid io de su hermano An-
dreas (que él ocul tó a la madre), vivió co n su ama de ll aves, Signhild Forsberg, hasta
el fin de sus días. En esa época comenzó a interesarse de manera más evidente aún por
el alma colecti va de los pue blos, y a adheri r a una especie de mística naturalista que
mezclaba el culto pangermáni co con la apología de la mentalidad nórdica. Pronto fas-
cinado por el nac ional socialismo, en di ciembre de 1933 pronunci ó una conferencia
ambigua, titulada "Hitler psicoterapeuta". Parti endo de la idea de que Hitler tenía un
verdadero genio para comprender y captar el alm a de las masas, dedu cía de ello que el
nazismo, en tanto doctrina anti semita, era tan fa nático y extremista como el freudismo,
al que calificaba de "ciencia semita". A estos dos fa nati smos oponía su propia teoría,
demostrando que él había sido un a de las pocas personas capaces de desprenderse a
tiempo del dogmati smo psicoanalítico, tan sectario como la ideología hitleriana. De
modo que su creencia en una psicolog ía diferencial de los pueblos y de las razas llevó
a Bjerre a "aceptar" la nazificación de Alemani a. Por ello, en el curso de la conferen-
cia, exhortó a sus colegas a escoger su campo, en otras palabras, a ava lar la "arianiza-
ción" por los nazis del psicoanáli sis y la psiquiatría. Hasta 1942 viajó varias veces a
Berlín, trató de hacer editar sus libros y manru vo correspondencia con t-.l atthias Hein-
rich G5ring*
Sin embargo, esta deriva no lo llevó a con vertirse en un antisemita militante ni en un
seguidor de l nazismo*. Preocupado ante todo por sí mi smo y por la divulgación de sus
obras, en 1941 fundó un instituto de psicología médi ca y psico terapia en el que él era el
único maestro. Seis años más tarde, a falta de di scípu los, el instituto cerró su pu rtas,
y Bjerre se retiró definitivamente a Varstavi, donde vivió en la magnífica casa que se
había hecho construir en 1913, después de la muerte de la madre, para consagrarse a sus
obras, no sin haber publicado en Psyc hé, la rev ista de Maryse Choisy (1 903- 1979), un
anfculo en el cual llamaba a una renovación espiritual del "alma nórdica", contra los
panidarios del psicoanálisis, a su juicio víctimas de su mentalidad jud ía. Hizo de su pro-
pia doctrina (la psicosíntesis) una nueva religión de los tiempos modernos, superior al
jUdeocristianismo, y la única capaz de curar a la humanidad sufri ente.
121
er
Bleg , José lf .
- f' .
dlano que lla bía ignorado tanto
'ó e 'reudls
. rno no
'. . mo de este extrano
El meSlanlS . enleuotras partes, y Poul Bjerre mun soiltano bajo la
, d t S en Suecia que
ganó mas a ep o I de llaves.
mirada benévola de su fie ama . ,
" (Le Reve de vie du IlIs de I homme), ESIOCoi
• Pou l Bjerre, Manniskosonens leln~~S;:~o: mémoire de Nielzsehe (Gotemburgo, 19031:
1900 ' La Folie gemale. Une é K 'n An experrmental sludy 01 Sponlane"",
mo
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ans, .
h' 1Se/enee, vol.11, 1905 ' 143-180;
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1> FROMM Erich. HORNEY Karen. IGLESIA . JUDElDAD. LAFORGUE René. PSI-
COTERAPIA. SCHJELDERUP Harald. SU LLlVAN Han'y Stack.
zar la síntesis de ambas doctrinas , a fin de definir un a psico logía de la persona lidad .
Durante un viaje a la Unión Soviética criticó al régimen comuni sta, especialmente en lo
referente a la cuestión del antisemitismo y, en 1961 , des pués de un a violenta requisito-
ria contra su freudismo, considerado un "irracionali smo", fue excl uido del Partido Co-
munista Argentino.
En el interior de la APA desempeñó un papel importante desde el punto de vista de
la formación didáctica . En el plano clínico, se orientó hacia las tesis de Melan ie Klein *
y Ronald Fairbairn*, interesándose particularmente por lo que é l llamaba "la indiferen-
ciación primitiva". Teorizó la cuestión de las personalidades llamadas "ambiguas", es
decir, afectadas de u'astomos de la personalidad.
En el momento de la crisis que sufrió la APA y que desembocó en la creación de los
dos movimientos de impugnación de la ortodoxia freudi ana (Pl ataform a y Documento),
José Bleger, ya enfermo, a pesar de su compromiso con la izquierda, se declaró favora-
ble a la continuidad institucional, provocando con ello la có lera de sus propios alumnos,
decepcionados por su actitud. Murió de una crisis cardíaca a los 49 años .
• José Bleger, Psicoanálisis y dialéctica materialista , Buenos Aires, Paidós, 1958; Psico -
logía de la conducta, Buenos Aires, Eudeba , 1964; Symbiose et Ambiguité. Étude psy-
chanalytique (Buenos Aires, 1967), Paris, PUF, 1981 led . casI.: Simbiosis y ambigüe-
dad, Buenos Aires, Paidós, 19671. David Liberm an, "Doctor José Bleger", Revista de
psicoanálisis, 1. XXIX, 3, julio-septiembre de 1972,421-424 . Fern ando Ulloa, "Recordan-
do a José Bleger", Diarios clínicos, 5, 1992, 103-107. Leopoldo 6leger, "Recorrido y
huellas de José Bleger", ibid ., 109-11 5. Hugo VelleHi, "La querella de José 6leger. Psi-
coanálisis y cultura comunista", La ciudad futura, 27 de febrero de 1991, 21-22. Georges
Politler, Critique des fondements de la psychologie (1928), Paris, PUF, 1968; Les Fon-
dements de la psychologie, Paris, Editions sociales, 1969.
Creador de los términos esquizofrenia* y autismo*, direc tor, después de August Fo-
rel*, de la prestigiosa Clínica del Burghol zli, por la que pasaron todos los pioneros del
freudismo ' , Eugen Bleuler fue el gran iniciador de la nueva psiquiatría de l siglo XX, y
un reformador del tratamiento de la locura' , comparable a lo que, un siglo antes, repre-
sentó Philippe Pinel (1745-1826)_ Contemporáneo ele Sigmund Freud *, de quien fue
amigo y defensor, más allá de los conflictos y los desacuerdos, fund ó una verdadera e -
cuela de pensamiento, el bleulerismo, que marcó al conjunto del saber psiquiátrico hasta
1970, fecha a partir de la cual se generalizó en toúos los países del mundo un nuevo or-
ganicismo surgido de la farmacología.
Nacido en ZOllikon, cerca de Zurich, en un ambiente protestante de ori gen campe-
sino, Bleuler era el hijo de un administrador de la escuela local: "Su padre, sn abu elo
y todos los miembros de la familia -escribe Henri F. Ellenberger*- conservaban aun
123
Bl euler, Eugen
' d la época en que Ia pob lación campesina del .cantón , estaba b.u'
un recuerdo
.. muy VIVO e l '
'dds deaclU a , d d de Zll rich las cuales limitaban estr'ICt a-
jo el dom iniO de las auton a e. 'tas profesiones o empleos [ .. ,l, La famili a
d i campes inos a cler
mente el acceso ' e oslas luchas pol'lucas
' q ue concl uyeron en 1831
',_ con el reconoc' l
Bleuler to mó pal te en I campes inos y la creación de la Universidad
' l ' Id d de derechos para os ,
Intento de a Igua a , I desarro ll o inte lectual de la Joven genera_
de Zurich, en 1833, destin ada a promover e
ción ca mpesi
' 'd na," d ali enados provemen . tes del campo , escuchando , su idioma y de-
Decldl o a aten el' b' d I boratori o Bleu ler emprendió es tudiOS de psiquiatría
jando de considerarl os o Jeétos ~ a, do nde' sigui ó la enseña nza de Jean Martin Char:
Primero en Bern a y despu s en an s, M' ' h A ' ,
cot", y Valentln' Magnan (1835-1916) , Y después en Londres . y unlC, h"l l' contInuación
I '
de ese pen,plo lI1
' 0 res ó como In'tern o de Forel en la ClínIca del Burg .. o zf 1, dY o sucedió
en 1898. Permanecl " 'ó en ese puesto durante treinta años, y su hIJO, Man re Bleuler, lo
sucedió a su vez en 1927, b d '
Cuando BI eu Iel' II eg Ó aI Bu rghtilzli , la psiqui atría de lengua alemana esta a omIna-
da por la nosogra fla ' de Etru'1 Kraepelin* . '.Ta mbién , contemporáneo
, . de Freud y Bleuler,
este u'1 timo
' hab'la aportado un a oroamzaclón
". , no" urosa a la" clt ntca de las enfermedades
°
mentales, Creador de un sistema de codificac ión, Kraepellll segUla no obstante ape:-ado
a un a concepción normati va y reflexiva de la locu ra,. que trataba de, clasificar los SInto-
mas sin mejorar la suerte de los alienados, cuyo des tino se confundl a con el del ul1lver-
so carcelari o.
Ahora bien, hacia el año 1900 este sistema estaba ya agri etándose por todas partes.
Reconociendo como antecedente directo una cierta trad ición francesa, la de Charcot por
un lado, y la de Hippolyte Bernheim* por otro, los princi pales especialistas en enferme-
dades mentales y nervi osas trataban de elaborar un a nueva clínica de la locura, no basa-
da en la abstracción clasi fi catoria, sin o en la escucha del pac iente: querían escuchar el
sufrimiento de los enfermos, descifrar su lenguaje, co mprender la significación de su
delirio y establecer con ellos una rel ac ión dinámi ca y transferencia!.
En 1911, Bleuler publicó su gran obra, Demenlia praecox: el gmpo de las esqlli:o-
frellias, en la que presentaba ese nuevo enfoque de la locura, Los síntomas, los delirios.
los trastornos diversos y las alucinaciones encontraban su signi ficación -decía Bleuler-
si uno se volvía hacia los mecanismos descritos por Freud en su teoría del psiquismo,
En primer lugar, proponía en el fondo integrar el pensami ento freud iano al saber p i.
qui átrico, De allí la siguiente analogía: así como Freud había transformado la histerin'
en un paradigma moderno de la enfermedad nerviosa, Bleuler creó la esqu izofrenia para
hacer de ella el modelo estructural de la locura en el siglo XX.
Sin renunciar a la etiología orgánica y hereditaria, él situaba la enfermedad en el
campo de las afecciones psicológicas: la nueva esqui zofrenia no era por 10 tanto una cle-
mencia, ni tampoco era precoz. Tenía un origen tóxico y se caracterizaba por trastornoS
plimarios, como la disociación de la personalidad o Spallllll g (schize), y trastornos se-
cundan os, el repliegue en sí mismo, o autismo.
Con este desplazamiento, Bleuler renovaba el gesto del alienismo de la IlustraciÓlI,
según el cual la locura era curable, puesto que todo sujeto afectado de sinrazón cons~r.
vaba en sí un resto de razón accesible a un tratamiento apropiado: el tratamiento mota!.
124
Bl eu ler, Eugen
Ahora bien, a fin es del siglo XIX las diversas teorías de la herencia-deoeneración* ha-
bían abolido esta idea de la c urabilidad , en favor de un co nstitucional i:mo de la enfer-
medad mental que tenía por corol ari o un encierro a perpetuid ad.
Bajo el impulso de las tesis fre udianas, qu e reacti varon e l debate sobre un pos ible
origen psí9ui co de la locura, de nuevo resultaban valederas todas las esperanzas de cu-
rabilidad . Esa fue entonces la verdadera ruptura de Bleuler con la psiqui atría de su tiem-
po: él restableció una concepción progresista del asilo, qu e incluía su abolición. y, para
realizar esa transformación , preconi zaba el empleo del psicoanálisis' , y pasaba horas
examinando a pac ientes escogidos a fin de demostrar la justeza de las ideas freudian as.
Con los tratamientos elaborados e n la Clínica del Burgholzli , entre 1900 y 1913 tu-
vo lugar la implantación de las tesis freudi anas en el corazón del saber psiquiátri co. En
ese proceso participaron tres hombres anim ados por una form idable pasión, a tra vés de
un prolongado di álogo conflictivo: Freud , Bleul er y el j oven Carl Gu stav Jung* , con-
vertido en di scípulo del primero, y alumno del segundo.
Hostil a la tesis de la primacía de la sex ualidad*, Bleu ler, para curar a sus enfermos.
trataba primero de entrar e n contacto co n ell os, de comprenderlos íntimamente. Introdu-
jo el concepto de auti smo , a partir de la noc ión de autoerotismo* creada por Havel oc k
Elli s* y adoptada por Freud. Este neologismo, contracc ión de dos palabras, le permitía
eludir el pansexuali smo * freudiano, que él consideraba peli groso. Más tarde, el ténllino
se impuso en la clínica de las psicosis in fa nti les.
Si Bleuler quería adaptar e l psicoanáli sis al asil o, Freud , desde Viena*, soñaba con
conqui star, vía Zurich , la tierra prometida de la psiquiatría de lengua alemana, la cual, en
esa época, dominaba el mundo. Y contaba con la fid eli dad de Jung, as istente de Bleuler
en el Burghol zli, como colaborador en esa empresa. Co ntra la propuesta de Bleuler, co n-
servó la noción de autoeroti smo, y prefiri ó pensar el dominio de la psicos is* en gene ral
bajo la categoría de la paranoi a* , y no de la esquizo freni a. Opu so por lo tanto el siste ma
de Kraepelin a la innovación bleulerian a, pero transformándolo totalmente para estable-
cer una distinción estructural entre neurosis*, psicosis y perversión*'
En cuanto a Jung, se separó primero de Bleuler, su maestro en ps iqui atría, y después
de Freud, que lo con sideraba su delfín . Jung optó por la expres ión '"demenc ia precoz",
y no esquizofrenia, y en 19 JO creó la pal abra introversi ón*, que prefirió a aut ismo para
designar el retraimiento de la libido* en el mundo interior del suj eto*'
La ruptura con los dos hombres llevó a Bleul er a un a inversión casi se mejante a la
de Pinel un siglo antes. Desprendiéndose del psicoal1lí lisis, se mostró cada vez más pe-
simista respecto de la curabilidad, y después volvi ó a la idea de una et iología puramente
orgánica. No obstante, el encuentro de principios de siglo fue una victoria para las tesi
freudianas, puesto que, primero en Francia*, y después en los Estados Unidos* y el res-
to del mundo, se desarrolló un vasto movimiento que desembocó en la impl antación del
psicoanálisis por la vía médica, a partir de un enfoque psicógeno de la locura.
Después de haber sido impugnada por la antipsiquiatría*, esta clínica fre udo-bleule-
riana fue marginada, a partir de 1970, por la puesta a punto de l Diagllostic al/(I Sratisti-
cal Manual of Mental Disorders (DSM 111, IV, etcétera) de inspiración conductista y far-
125
O ntia praecox ou g"'Dupe des schizophrénies (Leipzig,
. 191 1) Par Is
I
• Eugen Bleuler, eme . amencia precoz: el grupo de las esqUizofrenias. BUe '
EPEL-GAEC, 1993 red. casI.. O I orrespondance", Archives 01 General PSYChia~
Aires, Hormé, 1960l· "FreUd-B~u er, ~ Fre ud y Carl Gustav Jung, Correspondanc.'Y¡
enero de 1965, vol. XII , 3 -5. ,~m~:lIimard, 1975. Henri F. Ellenberger, HiSlolr. d"la
( 1906- 1909),11 ( 1910- 1914), Par s, y rk Londres 1970, Villeurbanne, 1974), París Fa
l ' e'ent (Nueva o I I , •
1> CLIVAJE (DEL YO). EY Henn.. MEYER Adolf. MINKOWSK1, Eugene,. PSIQUIA_
TRIA
' DINAM
, ICA. PSICOTERAPIA INSTITUC ION AL. SPIELREIN Sabin a.
culpable de sus actos de colaboración, Boehm era un hombre grosero, arrogante y misó-
gino. En 1946, cuando John Rick man* viajó a Berlín para interrogar a los freudi anos
que habían quedado en Aleman ia bajo el nazismo*, a fi n de eva lu ar su capacidad para
form ar a candidatos didac tas, juzgó que Boehm era inepto para ejercer esa función, no
por el hecho de su colaboración con Goring, sino por razones de deterioro psíqui co. De
tal modo, el representante de la International Psyc hoa nalyti cal Assoc iati on* (lPA), no-
table reformador de la psiqui atría inglesa durante la guerra, participó en una política de
reconstrucción del freudi smo en Alemani a que no consistía en juzgar a los psicoanali s-
tas en función de su compromi so con el nazi smo , sino en eva lu ar su supues ta norm ali-
dad psíquica. Co n esta perspectiva, Rickman se dejó engañar por Kemper, el cual, por
su parte, no present aba ningún trastorno de la personalid ad.
En el momento de la creación de la Deutsche Psychoanalyti sche Vereinigung (DPV)
por Müller-Braunschweig, Boehm siguió en la DPG, y por lo ta nto no fue reintegrado a
la IPA .
• Les Années brunes. La psychanalyse sous le 1119 Reich, textos traducidos y presenta-
dos por Jean·Luc Evard, París, Conlrontation, 1984 . Chaim S. Katz (comp.) , Nazismo e
Psicanálise, Rio de Janeiro, Editora Taurus, 1985. Geoffrey Cocks, La PsyCholhérapie
sous le 1119 Reich (Oxlord, 1985), Paris, Les Belles Letlres, 1987. Regine Locko t, Erin·
nern und Dureha rbeiten, Franclort, Fischer, 1985. lei la vie eontinue de maniére surpre·
nante, compilado de textos traducidos por Alain de Mijolla, Paris, Association internatio·
nale d'histoire de la psychanalyse (AI HP) , 1987. Ludg er M. Hermanns, "Conditions et
limites de la productivité scientilique des psychanalystes en Allemagne de 1933 á 1935",
Revue internationale d'histoire de la p syehanalyse, 1, 1988, 71·95. Karen Brech t, "La
a
psychanalyse sous l'Allemagne nazie: adapta lío n I'institution, relations entre psycha·
nalyste s juils et non juils" , ibid., 95· 109. "Compte rendu du séjour du docteur John Rick·
man á Berlín pour interroger les psychanalystes", 14 y 15 de octubre de 1946, ibid., 157·
163.
Hija de Roland Bonaparte (185 8-1 924), a su vez ni eto de Lucien, hermano del em-
perador, Marie Bonaparte (nacida en Saint-Cloud) era por lo tant o sobrina bisnieta de
Napoleón Bonaparte (1769-1821 ). La madre había muerto al nacer ell a, que tu vo una
infancia y una adolescencia trágicas. Cri ada por el pad re, qu e no se interesaba más que
por sus actividades de geógrafo y antropólogo, y por la abuela patern a, verdadera tirana
doméstica, ávida de éxito y notoriedad , Marie tiene touos los rasgos de un personaje no-
velesco.
Su matrimonio concertado con el príncipe Georges de Grec ia ( 1869-1 957), un ho-
mosexual al mismo tiempo libertino, alcohólico y conformi sta, hizo de ella una alteza
-.J colmada de honores y celebridad, pero siempre obsesionada por la búsqueda de una
causa noble, y en panicular por el problema de su fri gidez. Cuando visitó a Frclld en
127
n~a~pa~rt~e:,~M~ar~i~e___________________________________________________
EB~o~
- --....
.
Vlena*, en 1925 , por conseJ'o de René Laforoue*,
. ': estaba
, al borde del suicidio' ' Yacaba.
ba de publicar, bajo el seudónimo de Narpm , un arll culo en el cual pon~eraba los tnéri.
tos de una intervención quirúrgica, de moda en esa época: que conSlstl a en acercar el
clíto ri s a la vagina, a fin de transferir el orgasmo cl!tondl ano a la zona vaginal. Ella
creía que de tal modo se podía remedi ar la fn gldez, y no vac iló en ex pen mentar la opero
ación en su propio cuerpo, sin obtener el menor resultado.
Gracias al minucioso trabajo de Céli a Bertin , la úmca entre los autores que tuvo a .
ceso a los archi vos de la famili a, conocemos ahora la vida de esta pri ncesa, querida ~r
Sigmund Freud *, que reinó como ama en la Société psyc hoanalyuque de. Paris (SPP), de
la que fue, en 1926, mi embro fund ador, Junto con René Lafo rgue, Adnen Bore" , Ru.
dolph Loewenstein *, Édouard Pi chon*, Ray mond de Saussure*, René Allendy* , etcéte.
ra. Traductora in fatigable de la obra freudi ana, organ izadora de l movimiento francés.
que fi nanció en parte con su dinero, Marie Bonaparte co nsagró su vida al psicoanálisis'
con un entusiasmo y un coraje que le envidi aron todos sus contemporáneos. Luchó en
favor del análisis profano" y, frente al nazismo* adoptó un a acti tud ejemplar, rechazan.
do todo compromiso. Pagó un rescate considerable para arrancar a Freud de las garras de
la Gestapo; salvó sus manuscritos y se instaló en Londres con la fa milia de él. Su activi.
dad sin desfalleci mi ento al servicio de la causa le valió un lugar centraJ en Francia', y
llegar a ser una ele las personalidades más respetadas elel movimie nto freudiano.
Des pués de la Segu nda Guerra Mundi al se convirt ió en un a especie de monstruo sao
grado, incapaz de captar las ambiciones, los sueños y los talentos de dos nuevas genera·
ciones* francesas (la segunda y la tercera).
En el curso de la primera esc isión* ( 1953) Y en vísperas ele la segunda (1963). ella
se opuso fanáticamente a Jacques Lacan*, a quien detestaba, y quien la trataba habitual·
mente de "cadáver ionesquiano". En efecto, él la desposeyó de su papel de jefa de es,
cuela, arrastrando tras de sí a la juventud psicoanalítica francesa.
A pesar de su abundancia, la obra escrita de Marie Bonaparte es bastan te mediocre,
excepción hecha de algunos textos muy hermosos, entre ellos una obra monumental SI}-
bre Edgar All an Poe ( 1809-1849), ilustración de los principi os freudianos de la psico·
biografía, un artícu lo de 1927 sobre Mari e-Féli cité Lefebvre (un caso de locura crimi·
nal), y los famo sos "cuadernos": los Cin co cuadern os de una ni ña, en los cuales el\3
comenta su análisis y sus recuerdos de infancia, y los Cuadernos /legros, diario intimo
donde recoge todos los detalles de su vida, y las confidencias que le hizo Freud sobre
di versos temas.
A dif~rencia de las curas de otros discíp ulos, la de la princes a fu e intermi nable S~
desarrollo en alemán e Inglés, en etapas sucesivas, entre 1925 y 1938: de cincO a ,~I,
meses los prImeros años, de uno a dos meses los años sigui entes. Desde el iniclll. ~Ian~
tu~o derecho a una fuerte interpretación*. A continuación de un sue ño~ en el que s~
vela en la cuna ~resenciando escenas de coito, Freud le afirmó en tono perelltoril1 qu~
e~la ~o sólo habla oMo esos actos, como la mayoría de los niños que d\l~flnen en la ha'
bltaclón de los padres • sino que Ios hab'la VIsto
. a plello día . AturdIda
. y Siempre
. P,r'ocu'
pada por las prueb t ' I hu'
'. as ma ena es, la princesa rechazó esta afirmación y auuJ'o que no
bIa terudo 3d F d ' . 1 ti
. m re. reu se mantuvo firme y obietó que sí había tCllido noun ,.
Fmalmente en decidió' .' J • de lo.'
• a mterrogar al mediO hermano de su pudre. que se ocupaba
128
,
Bona par'te. Ma ri e
caballos en la casa de su infancia , A fuerza de hablarle del alto alcance científico del
psicoanálisis, le hizo confesar su antigua relación con la niñera, Un poco avergonzado,
el anciano le contó entonces que había hecho el amor a pleno día delante de la cu na de
Marie, De modo que ella había visto escenas de co ito, felación y cunnjlingus,
Con esa mUjer que lo colmaba de regalos, Freud dio prueba de su ex traordinario ge-
nio clínico, La quería tanto que, para recompensar su fidelidad , le ofreció, lo mismo que
a Lou Andreas-Salomé*, uno de los famosos anillos reservados a los miembros del Co-
mité Secreto*, Lou era la Mujer, la amiga, la igual, la encarn ación de la libertad, la be-
lleza, la inteligencia y la creatividad; Marie fu e la al umn a, la dj scípul a sumi sa, la admi-
radora, la analizante, la embajadora devota,
En el curso del análisis, él le evitó un a relación incestuosa con su hijo, e impuso cier-
tos límites a sus experiencias quirúrgicas, pero sin llegar a impedirle el pasaje al acto,
Hay que decir que su situación contratransferencial era difícil: durante todo este análi sis,
él mismo padeció temibles operaciones en el maxilar, destinadas a combatir el progreso
de su cáncer. En tales condiciones, ¿cómo podía interpretar el goce* ex perimentado por
Marie con el manipuleo del bisturí?
Desde la publicac ión en 1931 del articulo de Freud sobre la sex ualidad femen ina*, la
princesa tomó parte de l debate de una manera muy personal, transformando la doctrina
psicoanalítica en una tipología de los instintos biológicos, Extrajo de ella una psicología
de la mujer, en la que aparecía evacuado el inconsciente*' Di stanciándose a la vez de la
escuela vienesa y la escuela inglesa, di stinguía tres categorías de muj eres: las reivindj -
cadoras (que intentan apropiarse del pene del hombre), las aceptadoras (que se adaptan
a la realidad de sus funciones biológicas o de su rol social), y las renunciadoras (que se
desprenden de la sex ualidad), Estas tesis no tuvieron mucho eco en Francia, donde el
debate sobre el tema fue conducido primero por Simone de Beauvo ir ( 1908 -1 986), Y
después por los alumnos de Lacan (Fran90is Perrier* y Wladimir Granoff) y po r Fran-
~oise Dolto*, En la SPP, fu e Janine Chasseguet-Smirgel quien las cuesti onó, introdu-
ciendo las tesis de Melanie Klein *.
Afectada de una leucemia fulmin ante, Marie Bonaparte murió con toda lucidez, des-
pués de haber dado prueba de un coraje ejempl ar, demasiado pronto para asistir a la de-
rrota de Lacan, Durante diez años, ella había luchado con todas sus fuerzas para impe-
dir la integración de la Société fran9aise de psychanalyse (SFP, 1953-1 963) a la
lnternational Psychoanalytical Association* (lPA),
129
FB~o~re~I~,A
~d~r~ie~n~__________________________~--------~~~~~~______
~ ----.
. son ceuvre Étude psyehanaly tiqu¡f (1933), OC XIX
parte, Edgar Allan pO;ES~~~ 254 led o ~asl. : "Prólogo a Maria Bo naparle Edga,' Jos.
i
307, GW, XVI, 276, al ue.' Am orrortU , vol. 22). Janine Chassaguel-Smirgel (ca Al/a.
~;~e;~:'~:fS¡;,~~:e ~~JVeiles reeherehes, París, payot',1964B[ad. casI. : La s.xua~~l~
. I Laia 1977) Célia Bertln , La Dern ~re onaparte, París p
femenma Barce ona, , . h I F e I 1 ( ,errtr¡
1982 ÉIi~abel h Roudinesco, Histoire de la psye ana ys.e en _ rane ,VO. 1982), VOl i
. . F d 1994 red casi ' La batalla de cIen anos, Madrid , Fundame l '
(1986) , Pans , ayar, . .. . laR é nos
19881 Marie Bonaparte et la psyehanalyse, a travers ses ettre~ en Latorgu. ell '
imag~s de son temps, presenlado por Jean-Pierre Bourgeron , Ginebra, Slalki ne, 1993"
Formado en el marco de la tradición psiquiátrica fra ncesa, y analizado por René La.
forgue *, Adrien Borel fue uno de los dos fundadores de la Société psychanalytique de
Pari s (SPP). Lo mismo que René AIlendy*, pero de distinta manera, se especializó en el
análisis de escritores; entre otros, tu vo en su diván a George Bataille (1897-1 962) y Mi.
chel Leiris ( 190 1-1 990). En 1950 se puso una sotana para interpretar el papel del cura
de Torcy en la película de Robert Bresson titulada Diario de un cura de call/pana.
•
• Elisabelh Roud inesco, Histoire de la psyeha nalyse en France, vol. 1 (1982), París, Fa·
yard, 1994 ledocasI. : La batalla de cien años, Madrid, Fundamenlos, 1988J. Mlchel Sur·
a
ya, Georges Bataille. La mort I'ceuvre (1987), París, Gallimard, 1992.
. IOdla
. . en tex tos que al ud'Jan a la mitología de Shi va o Kali. Diez años más lard
-
psíquIca . .ó ' e
esta tradición se agotó, mientras iba desapareciendo la primera gen ~racJ a~ PSlcoanalíti_
ca ind ia para dejar lu gar al fl orecimi ento de las tesIs de la esc ue a 100 esa. Melanie
Klein* ~ ~il fred Ruprecht Bion*' En consecuencia, la enseñanza de Bose no contribu.
YÓ a fundar, en un a 1nd'la' todavl'a colonial , una escuela de pSlcoa náhsls semejante a la
de l Japón*.
• Girindrashekhar Bose, "A new technique 01 psychoan alysis", IJP, 1931, 387-388; ' A ne..
theory 01 mental lile", Samiska, 3, 1949, 108-205; "Th e ~en,:sls and ad¡ustmenl 01 the
'
CEd lpU , h" 'b 'd 3 1949222·240; "Nature 01 the wls h , Ibl d., 5 ,1 951 , 203-214. e, v,
S W1S ,1 I ." , I ' , I d' "
Ramana, "On the early history and development 01 psychoana ySl s In n ~a , Journalol
the American Psyehoanalytie Assoeiation, 12, 1964, 11 0-1 34. T. C, Slhna, Developmenl
01 psyeho-analysis in India", IJP, 47 , 1966, 427~4 39 ; "Spedal issue on Bose", Samiska, 9,
1955. Sudhir Kakar, "Considération s sur I'hl stolfe et le developpement de la psychanaly.
se en Inde", Revue intemationale d'histoire de la psychanalyse, 2, 1989, 499-503.
Como Daniel Lagache', Sacha Nacht*, Franyoise Dolto* y Jacques Lacan' , Mauri.
ce Bouve t pertenece a la segund a generación' psicoanalítica fran cesa, la tercera en la
historia mundial. Analizado por Georges Parcheminey (1 888 -1 953), controlado por
Nacht y Jol1l1 Leuba (I 884-1952), él fue uno de los titulares más respetados de la Sacié-
té psychanalytique de Paris (SPP), y formó a numerosos psicoanalistas. Sus trabajos,
esencialmente clínicos y de inspiración posfreudian a, abordan los temas de la cura tipo,
la relación de objeto' y la despersonali zación .
Analizado.por Joan Riviere*, controlado por Nina Searl y Ell a Sharpe*, se convirtió
en miembro tllular de la Bnllsh Psychoanalytical Society (BPS ) en vísperas de la Pri-
mera Guerra Mundial. Melanie Klein * controló su primer análisis de niños. En 1940 co-
menzó a publicar sus trabajos sobre niños, las madres y el ambiente, oponi éndose a la
perspectiva puramente psíquica de la escuela kleiniana. En efecto, Bowlby atribuía una
gran importancia a la realidad social, y tomaba en cuenta la manera en que el ni ño ha-
bía sido educado. Su enseñaza lleva el sello de tres nociones: el apego, la pérdida y la
separación. Después de 1950 le dio a su doctrina un contenido cada vez más biológ ico,
comparando el comportamiento humano con el de las especies ani males. En este sen ti-
do, en razón de su interés constante por la etología y la bi ología según Darwin , fu e acu-
sado de ignorar el inconsciente*-
A partir de 1948 dirigió una investigación acerca de los niños abandonados o priva-
dos de hogar, y los resultados tuvieron repercursiones mundiales sobre el tratamiento
psicoanalítico del hospitalismo*, la depresión anacl ítica* y las carencias maternas, así
como en la prevención de las psicosis*. En 1950 fue designado consultor de la ONU,
donde sus tesis desempeñaron un papel considerable para la adopción de una decl ara-
ción mundial de los derechos del niño. Un año más tarde publicó su informe, Maternal
eare and Memal Health, en el cual de mostró que la relación afectiva constante con la
madre es un dato fundamental de la salud psíquica del niño.
Al final de su vida, siempre apasionado por la biología y la etología, escribi ó una
biografía de Charles Darwin (1 809-1 882). Es tudi ó minuciosamente la pri mera infancia
del sabio, sus enfermedades psicosomáticas, sus dud as y sus depres iones, trazando al
mismo tiempo un cuadro vigoroso de la época victori ana y de las reacciones que suscitó
en Inglaterra la revolución darwini sta .
• John Bowlby. Maternal Care and Mental Heallh. Ginebra. OMS, 1951 led. casl.: Los
cuidados maternos y la salud mental, Buenos Aires, Humanitas, 1964]: L'A//achemenl,
La Sépara/ion, La Perte, 3 vol. (Londres, 1969, 1973, 1980), París, PUF, 1978, 1984:
Charles Oarwin. Une nouvelle biographie (Londres, 1990), París, PUF, 1995. Erie Ray·
ner, Le Groupe des "Indép endanls" ella psychanalyse brilannique (Londres, 1990), Pa-
rís, PUF, 1994. Pearl King y Erie Rayner, "Obituary 01 John Bowlby", IJP, 74 , 4, 1993,
823-828. Jeremy Holmes, John Bowlby and A/lachmenl Theory, Londres, Routledge ,
1993.
BRASIL
Primer país de implantación del freudi smo· e n Améri ca latina , Brasil tiene una his-
flIJia muy diferente de la de la Argentina· . Lejos de imitar a Europa, ele apropiarse de
llI4 modelos, transformándolos y desarrollándolos después de un a política de inmigra -
masiva, Brasil sólo se emancipó de la colonización portuguesa en 1822 para ubicar-
1918 bajo la dominación económica de Gran Bre taña*. Después el país volvió
de amo, y pasó a la órbita de la economía norteamericana. Este prolongado
133
Bras il .............
respecto del psicoanálisis que sus colegas de otros países, sobre todo a propósito de la
sexualidad, No obstante, adaptaron la doctrina vienesa a sus preocupaciones terapéuti-
cas, e hicieron de ella un componente esencial de una concepción culturalista y organi-
cista de la loc ura,
En reali dad, como lo ha demostrado Gilberto Frey re ( 1900-1987), bajo los ra gas de
una organ ización patri arcal rígida, heredada de la coloni a, Brasil presentaba dos rostroS
antagónicos, De un lado, fl orecía el ideal humanista de la Iglesia Positivista que, duran-
le todo el siglo XIX, inspiró a los grandes reform adores, y del otro lado perduraba la
cu ltura negra mezclada con la blanca, proveniente del mestizaje de los esclavos y us
amos, de l amo y su concubina, del hombre blanco y la mujer negra, pero tambi¿n del
doméstico ,negro y la joven blanca. De estas mezclas derivó el lugar particular acorJad~
a la sexuahdad* (y más tarde a la bisexualidad*) en la sociedad brasileña, en la cual l,¡
atracción que las mujeres de color ejercían sobre los hijos de fami lia provenía de las re-
laciones íntimas del niño blanco con su nodriza negra: una sexualidad carnal y sensual,
Así como bajo la práctica de la monogamia aparecía siempre apenas enmascanld a la
134
Brasil
de la poligamia, también bajo el monote ísmo se perfilaban todas las variantes de un po-
liteísmo salvaje. El c1ivaje se repitió cuando un hombre negro instauró un saber psiquiá-
trico que apuntaba a arrancar la locura a las prácticas mágicas. El nuevo orden no pudo
poner fin a las antiguas tradiciones terapéuticas del trance y las posesion es (religión
candomblé).
La psiquiatría era la disciplina de la cultura blanca, aunque atendiera a enfermos no
blancos. El psicoanálisis le siguió los pasos. Reservado primero (e n el período de entre-
guerras) a la gran burguesía pauli sta y a médicos que tenían el cuidado de seguir las re-
gIas ortodoxas de la International Psychoanalyti cal Assoc iation* (I PA), en la segunda
mitad del siglo, expandiéndose en Río y después en otras ciudades, se convirtió en la
nueva psicología de las clases medias blancas, formadas en la uni versidad. De tal modo
sucedía a la antigua sociología comteana.
Mientras que los pioneros del freudi smo seguían siendo profesionales hospital arios,
Durval Marcondes* pasó de la psiquiatría al psicoanális is, conviniéndose así en el pri-
mer freudiano de Brasil, incluso antes de haber sido analizado. Esteta francófilo y culti-
vado, se consagró en cuerpo y alma a la cau sa freudi ana, con e l deseo de convertir a
San Pablo en el centro neurálgico de la nueva doctrina.
El 24 de octubre de 1927 , junto con Da Roc ha, fundó en Sa n Pablo la Sociedade
Brasileira de Ps icanálise (SBP), primera sociedad psicoanalítica de Latinoamérica. Al
año siguiente creó la Revista brasileira de psicallálise, que fue acogida con entusiasmo
por Sigmund Freud*, y el 17 de junio More ira inauguró en Río de Janeiro, con Porto-
Carrero, y en presencia de Marcondes , una fi li al de la S BP. Pero mu y pronto la SBP,
después de haber sido reconocida por la IPA en el Congreso de Oxfo rd de 1929, encon-
tró muchas dificultades para desarrollarse : en esa época la cura didáctica era obligato-
ria, y Marcondes , que no se había anali zado , no podía fo rm ar alumnos. Por otra parte,
en 1931 tuvo que enfrentar a un charlatán llamado Max imilien Langsner que tenía mu-
cho éxito en San Pablo. Este hombre enarbolaba un nombre vienés y practicaba la te le-
patía*, proclamándose el mejor discípulo de Freud . Marco ndes te mió que ese espec-
táculo desacreditara al psicoanálisis en el ambiente médico, y le pid ió a Freud que
desenmascarara al impostor, lo que el maestro hi zo de inmedi ato.
La crisis de 1929 arrastró a la ruina a las plantaciones de café y provocó una dislo-
cación de la federación brasileña. La urbanizaci ón rápida fav orec ió un movim iento de
independencia de las ciudades, y la desconfianza de los notables terratenientes respec-
to del poder central. En 1930 fue elegido presidente GetlÍlio Vargas, apoyado por el
Ejército. Él emprendió el cam ino del fascismo y reprimió e l al zami ent o paulista de
1932, en el cual tomó parte Marcondes. Cinco años más tarde proc lamó el Estado 110-
va, una especie de Estado mussoliniano basado en una constituc ión que suprimía las
elecciones.
A pesar de la creación por Georges Dumas (1866- 19-16), en 193-1, de una universidad
en la que Claude Lévi-Strauss y Fernand Braude l (1902-1985) formaron a estudiantes en
las nuevas ciencias humanas, Marcondes, ligado esencialmente al ambiente médico, ex-
IMIrimentó grandes dificultades para poner en marcha un movimiento psicoanalítico bra
aUeiio. Huyendo del nazismo. , los freudianos de Europa se ex iliaban en los Estados
Unidos. , Gran Bretaña o la Argentina. y tenían pocas posibilidades de in stalarse en un
135
~B~ra~S~il~______________________________~--~~~~~:::-~~~____"
. René Spitz* iba a llegar en 1932, pero la reberó
país donde gobernaba el faSCIsmo. él cansado de aguardar noticias, se fue a e I n
paulista bloqueó las comumcacIOnes, y , I
oo.
rada. . del norte tampoco deseaban desplazarse al sur para fo
En cuanto a los amen canos , I Ó r·
O é de muchos esfuerzos, Marcondes ogr atraer a Adelheid
mar terapeutas. espu s . P h I t' h
Koch* AnalIzada . en eI marco del presliaioso
o
Berlmer. _syc oana y ISC "
es. InSlilUI'
, d I
(BP I), ella tellla to as as garan tías para inciar a
. los brasrlenos
. en el
, d'd análISIs dldáclico'
. .
En 1936 se instaló en San Pablo y fue así la pnmera pSlcoanallsta I acta de BraSIl. El
. M d no vaciló en tenderse en su diván . Otro emIgrado se sumó muy prono
propIO arcon es .' h' b' h h ' ..
10 al grupo: Frank Julien Philips. Australiano de naCImIento, a la ec ~ su análISIS con
Adelheid Koch antes de ir a formarse en Londres con Melame Kleln y Wrlfred Ru.
precht Bion*' . .
Alineados con los Aliados durante la Segunda Guerra MundIal, los contlJ1gentes del
ejército brasil eño encontraban ilógico batirse en Euro~a por la democracia mientras so.
portaban el fascismo en su propio país. En 1945 GetulI o Va~gas tu vo que a,leprse del
poder, y se restab leció la democracia. En adelante, el mOVIlTIlento pSlcoanalItlco brasi·
leño comenzó a integrarse en la IPA y a aceptar sus procedimientos de normalización.
construyéndose por otra parte según el modelo federalista que estaba en vigor en el país.
En la ocasión del primer congreso interamericano de med icina, reunido en Río de
Janeiro en 1946, se organizó en primer término como potencia lat inoamericana. En la
Iribuna, varios psicoanalistas argentinos presentaron trabajos sobre psicosomálica*. Los
brasileños fueron a su encuentro, y se acordó favorece r los intercambios entre los pau·
listas, los cariocas y los porteños. Así se puso en marcha la corriente de influencia clíni-
ca de la escuela argentina sobre las filiaciones' brasil eñas.
Disuelta en 1944, la SBP se reconstituyó como un grupo puramente paulista, la So·
ciedad Brasileira de Psicanálise de Sao Paulo (SBPSP), reconocida por la IPA en el
Congreso de Amsterdam de 1951. En adelante, los intercambios tuvi eron lugar entre
Londres y San Pablo. Apasionados por la teoría de Melani e Klein y sus discípulos, ana·
listas paulistas cruzaron el Atlántico para recibir una formación en la British psychoa·
nalytical Society (BPS). Éste fue el caso de Virginia Bicudo. Después de cinco años en
Londres, informó sobre sus experiencias clínicas en la Tavistock Clinic y las difundió a
su alrededor. A su lado, Frank Philips, a su regreso de Londres, condujo en el seno del
grupo paulIsta Se~lI1aflOS técnicos y teóricos de inspiración kleiniana. A la heterogénea
II1fluencIa ar~entln,a se sumó la del kleinismo*, claramente más implantada en San ,pa-
blo que en RIO. Mas tarde, Wrlfred Ruprecht Bion, invitado por Philips, se conviruO en
uno de los maestros de pensamiento del grupo paulista.
MIentras el psicoanálisis cobraba impulso de este modo otro ámbito comenzÓ n de'
sempeñar un papel importante. en San Pablo: el Instituto Sedes Sapielitiae. Creadoen
1933 por ~embros de la IgleSIa CatólIca, proporcionaba una formación teórica)' e1uu-
ca a los ~Slcólo.gos no médicos. A partir de 1970 se convirli6 en un centro de difu,ión.l e
~~8~r)áCItic~ pSlcoterapéuticas, y en 1976, por iniciativa de Regina Schnaidcnnan (19~3:
, . salas. Melsho? y Roberto Azevedo, Incorporó a sus actividades un instituto ti,
formacl~n pSlco~a,J(tlca en el que se encontraron disidentes de la SBPSP e indep~ndien
tes, hostiles a la ngldez de los criterios de la IPA y a su conservadurismo político.
136
Brasil
•
En. Río de Janeiro ' la instalación di ' .ento fu e gravemente perturbada por el
e mO Vimi
conflicto queopu so a Mark Burke* con Werner Kemper*, ex colaborador de Matlhi as
He 'lnnch Gormg* , y enviado por Erne S t J ones * para desarroll ar el pSicoanáliSIS
. . . en Bra-
sil. En 1953, Kemper fundó la Sociedade Psicanalíti ca do Ri o ele Janeiro (SPRJ ) reco-
noc ida, por. la IPA en 1955.. En cuanto a Ios partl'el al.'lOS de Burke, despues
,de. '
violentos
enfrentamientos, se asocIaron con su s colegas form ados en la Argentina, para crear otro
grupo en 1959: la Socledade Brasileira de Psicamílise do Ri o de Janeiro (SB PRJ ). Entre
~u s qUll1ce fundadores estaban Alcyon Baer Bahia, Danil o Perestrello. Marial zira Peres-
trello, Mario Pacheco de Almeida Prado.
En Porto Alegre, Mario Martins con stituyó en 1947 la Soc iedade Psicanal ítica do
~orto Alegre ~SPPA)' , reconocida por la [PA en 1963 . Formado en Buenos Aires por
Angel Garma , VOIVlO con su esposa Zalra Blttenco urt, an ali zada a su vez por Celes
Cárcamo*' Ella, formada en la prácti ca del psicoanáli sis de ni ños con Arminda Aberas-
tury *, introdujo en Brasil esa tradición clínica. La SPPA evo lucionó hacia el kl eini smo
y el neokleini smo, sobre todo después de la visita de Herbert Rosenfeld " en 1974. Con-
servó no obstante su vínculo privilegiado con los argentin os.
Esta expansión del psicoanáli sis en las dos grandes ciu dades riva les, San Pablo y
Río de Janeiro, así como en la parte sur del país, le permiti ó al freudi smo brasileñ o re-
cuperarse progresivamente de su atraso respecto del argentin o, pero sin que de sus fil as
surgieran jefes de escuela de estatura comparab le a la de sus vec inos. Hay que decir
que, desde el origen, la situación en Bras il había sido di stin ta . En efecto , la escue la bra-
sileña, en la ausencia de un sólido movimi ento inmi gratorio du ran te el período de entre-
guerras, no había tenido ningún "padre fundador", a la vez di dacta y teórico. Y, entre
una ciudad y otra, sólo encontraba su identid ad to mando como referentes la escuela in-
glesa o algunas corrientes norteamericanas, o bi en su fil iac ión arge ntina. No obstante,
desarrolló una gran actividad clíni ca en di versas instituciones (hospital es y centros de
atención). A partir de 1960, con la creación de la COPAL (futura FEPAL*), y después
de la Associac;:ao Brasileira de Psicanálise* (ABP, 1967) , se convirt ió, junto a la escuela
argentina, en la segunda gran pote ncia del freudi smo latinoameri cano.
EI31 de marzo de 1964, después de diez años de gobierno socialdemócrata, en el cur-
so de los cuales el presidente Kubitschek inau guró la ciudad de Bras ili a, el mariscal Cas-
tello Branco, con el apoyo de los Estados Unidos" y de las cl ases med ias, denocó al pre-
sidente Joao Ooulart e instauró una dictadura que iba a durar ve inte años. Durante seis
meses, el nuevo poder se entregó a una represión vi olenta. Dos cente nares de intelectua-
les, dirigentes políticos y sindicalistas fueron anestados, expulsados, privados de sus de-
rechos cívicos y a menudo torturados . Con la soberbia de que iban a construir un nuevo
Brasil, los tecnócratas, los conservadores y los anticomunistas afi rmaron su voluntad de
gobernar sin el sufragio de las masas. Los partidos fu eron disueltos, las fuerzas armadas
reorganizadas. Cuatro años más tarde, después de la sublevación de los estudiantes y de
los tumultos populares en Río, e l régimen empre ndió e l camino de la dic tadura.
La dirección de la IPA, como también iba a hacerlo después de la instuurac ión del te-
rror de Estado en la Argentina, decidió seguir "neutral ": ni condena, ni intervención en
III\Q u otro sentido. En línea con la tradición de la década de 1930, el obj eti vo era el mis-
DIo; DO dar ningún pretexto a ningún poder para prohibir la práctica de l psicoanálisis.
137
~B~ra~S~I~I _____________________________________________________________"
cucho indigno de respeto". Después, con Cabern ite y otros miembros de la SPRJ, envió
por carta circular un desmentido categórico: "La afi rmación anónima del periódico
clandestino es enteramente falsa y sin nin gún fund amento". Los autores no sólo nega-
ban toda participación de Amilcar Lobo en ese ti po de actividades, sino que acusaban al
denunciante de impulsar un compl ot para desestabili zar el psicoanálisis brasileño en el
momento mi smo en que iba a reunirse el Cuarto Congreso de la ABP.
Identificada gracias a una pericia grafo lógica, Helena Besserman Vianna pagó cara
su denuncia del torturador. Su sociedad se negó durante dos años a otorgarle el títu lo de
miembro titular, aunque ell a te nía teóri camente derec ho a él, en vista de sus estudios
cursados. Pero, lo que es aún peor, el consejo de ad ministración de la SBPRJ se trans-
formó en tribunal interno para acusarla de la delación de un inocente (Amilcar Lobo),
de plagio de textos de colegas y, fin almente, de falta de respeto a Bion: un a verdadera
degradación pública. Más tarde, Helena fue víctima de un atentado fru strado, por parte
de la policía brasileña, informada por Amil car Lobo. Helena Besserman Viann a sólo fue
rehabilitada definitivamente en 1980, cuando un ex preso reveló públicamente las atro-
cidades de Amilcar Lobo. No obstante, ni Cabernite, ni Zim mermann, ni Lebovici die-
ron cuenta de su error durante ese período, lo que provocó una verdadera tormenta en
las filas de las dos sociedades de Río.
Durante todos los años de la di ctadura, y más all á, el freudismo continuó florecien-
do en el suelo brasileño. En 1975 se creó en Recife la Sociedade Psican alítica do Recife
(SPR), reconocida por la IPA en 1988, mientras que en Bras ili a, ese mi smo año, Virgi-
nia Bicudo organizó el Grupo de Es tudos Psicanalíticos de Bras ili a (GEPB), reconocido
en 1995. Finalmente, en Pelotas, dos psicoanalistas, ll egados de la Argentina y Rio, fun -
daron en 1987 la Sociedade Psicanalítica de Pelotas (S PP), reconocida en 1995.
Pero el fenómeno más notable de esa época fue la fo rmi dable expansión, sobre todo
en Río de Janeiro, San Pablo y Porto Alegre, de todas las escuelas de psicoterapia*- Li-
gadas al florecimiento de la enseñan za uni versitaria de la psicología clínica* y del análi-
sis profano*, casi todas estas escuelas, contrariamente a sus homólogas de otros países,
se caracterizaban por su referencia a diversas corrientes del freudismo, fuera a través de
los círculos de la psicología de las profundidades, vincul ados a Igor Caruso*, fuera a
través del lacanismo, o incluso aduciendo una fili ac ión directa o lejana: por ejemplo
Sandor Ferenczi*, o Ana Katrin Ke mper* e Iracy Doy le*.
En ese contexto, ellacanismo se implantó de manera masiva en la universidad , es-
pecialmente en los departamentos de psicología, aportando así una cu ltura y una iden-
tidad a la profesión de psicoterapeuta, abandonada por la IPA, que a pesar de algunas
excepciones, como por ejemplo la de Ines Besouchet ( 1924- 199 1), tendía a favorecer a
los médicos. De allí la eclosión paralela de múltiples grupos de di versas orientaciones:
veintiséis en Río , veintisiete e n San Pablo, siete en Río Grande do Sul , nueve en Minas
Gerais; en total setenta asociaciones, que reunían a aprox imadame nte mi l quinientos
psicoterapeutas. Esto llevaba el total de los psicote rapeut as freudi anos a más de tres
mil.
Las cifras demuestran que la implantación del freudi smo en Bras il siguió sienuo un
1'ea6m eno urbano; el psicoanálisis experimentó una expansión considerable en las gran-
des yen las ciudades de la parte oriental del país, desde Rec ife has ta Pelotas
139
~B~ra~S~II~ _________________________________________________________"
(de norte a sur). En otras palabras, a pesar de un desarroll o masiv~, ligado a la expan.
sión de la psicología clínica, el psicoanálisIs, después de se t~nta anos de eXIstencia, si.
gue siendo un asunto de la burgues ía blanca. Además, a medId a que se desarroll aba, Se
fue femini zando fu ertemente: el 70 por ciento de los profes IOnales son mUJeres.
Formado en Estrasburgo, con Lucien Israel y Moustapha Sa.fouan, en el marco de la
École freudienne de Paris* (EFP), de la que se convIrtIó en mIe mbro en 1973, Durval
Checchinato retornó a Campinas, y comenzó a dar clases sobre la obra de Jacques La.
can* en el departamento de filosofía. En 1975, con Lui z Carlos N~g u e ira (de San Pa.
blo), Jacques Laberge e Ivan Correa (de Recife), fundó el pn~er clfcul o lacaniano de
Brasil , el Centro de Estudos Freudianos (CEF), completamente tndependlente de la EFP.
El CEF continuó sus acti vidades en Recife, mientras que en Campin as se creaban las
bases de una futura sociedad. Este grupo , descendiente de la tradici ón erudita de los je.
suitas , puso de mani fi esto independencia de espíritu respecto de los dogmas, evitó so-
meterse al centralismo parisiense, y se mantuvo a distancia de las extravagancias cha-
mánicas del célebre lacaniano brasileño de la década de 1970, Magno Machado Dias ,
más conocido como MDMagno.
Anali zado por Lacan durante algunos meses, este esteta carioca, cultivado y seductor,
que enseñaba semiología en la universidad, fundó en 1975 , con Betty Milan, otra analiza-
da por Lacan, el Colégio Freudiano do Ri o de Janeiro (CFRJ). Se convirtió en el terapeuta
de todos los miembros de su grupo, que se preci pitaban a tenderse en su di ván y a partici-
par en sus seminarios. MDMagno le dio allacanismo carioca una curiosa expansión, y su
Colegio fue el núcleo in icial de todos los otros grupos formado s más tarde en Río en viro
tud de escisiones* sucesivas. Evolucionando hacia un culturalismo radical , se postuló co-
mo padre fundador del psicoanálisis "brasileñizado". Según la nueva genealogía, Freud
era el bisabuelo, Lacan el abuelo y MDMagno el padre. En cuanto a la "doctrina" del nue·
va profeta, preconizaba la identidad de los sexos, e invitaba a todo an ali zante a pasar al
acto: con una mujer si era homosexual, con un homosexual si era heterosexual, etcétera.
A fines de la década de 1980, Jacques-Alain Miller movilizó a otros grupos, impo·
niéndoles una mayor disciplina y una visión mundialista de la prác tica psicoanulítica.
Obtuvo más éxito en San Pablo que en Río y, en 1995 , logró fundar la Escala Brasilei·
ra de Psicanálise (EBP), vinculada con la Association mondiale de psychanalyse
(AMP) y compuesta por ochenta y ocho miembros plenos y doscientos treinta miem-
bros de secciones, repartidos en cinco ciudades o regiones: es decir, un total de trescien·
tos dieciocho terapeutas. Frente a los mil cinco miembros de la Associa9lio Brasileira de
Psicanálise y a los otros mil doscientos psicoanalistas distribuidos en los diferentes gru-
pos, la EBP logró ocupar una posición cómoda en el campo del freudi smo brasileño.
aunque sin lograr integrar a los otros lacanianos (aproximadamente cuatrol'Í~lltoS). En
Porto Alegre, o~ro. ex miembro de la EFP, Contardo Calligaris, supo unificar bajo. la bao
tuta de la A~OClaC¡Ón Freud¡ana (AF), pero en una perspectiva de descentralizaClOll ra-
dIcal , al cO~Junto ~~ los g~púsculos lacanianos. La AF no profesa ningún dogma. ,
. E? ~a~¡a, Em¡)¡o RodrIgué, gran figura de la escuela argentina, realizó una exp'-
nenCla umcn. e? su género. I?isidente de la APA, cercano a Marie Langer y al grupa Pla~
taforma, reclbJÓ su formación didáctica en Londres con Paula Heimalln* Y Mela"1
Klein. Instalado en 1974 en el corazón mismo de la civilización brasileña. entre negrt •
140
•
Brentano, Franz
(Ud Y colonización, casado con una sacerdotiza de la ari stoc racia candomblé, apasiona-
do de la historiografía*, logró reunir a su alrededor un grupo compu esto po r todas las
tendencias del freudismo. Es uno de los pocos psicoanalistas, tal vez el único, que pudo
establecer un puente entre todas las culturas del continente americano, sin ce der al uni -
versalismo abstracto ni al culturalismo desenfrenado. De allí su lugar de mae stro soc rá-
tico, único en el psicoanálisis de este fin del siglo XX. En 1996 publi có la pri mera
biografía de Freud realizada por un autor latinoamericano.
En los últimos años de la década de 1990, el número total de psicoanal istas alcanza-
ba a aproximadamente cuatro mil para una población global de ciento cin cuencia y c in -
co millones de habitantes, o sea más o menos veinticinco psicoanalistas por mi ll ón de
habitantes (diez para la IPA) .
~I:~a~~ Brantano, La Psycha/ogi/l du point d/l VU/l /lrnpinqU/l (Viena. 1874). Parls. ~~.
, 44. R/lvu/l Int/lrnal/ana//l d/l phllasaphi/l, número especial sobre Brentano. .
142
Breuer, Josef
-
196~. ~~g8~u;~reud, a
Le Mot d'esprit et sa relarion /'inconscient (1905), París, Galli-
mar , , , VI, 1-185, SE, VIII ledo casI. : El chiste y su relación con lo inconscien-
te, Amo~rortu, v~1. 81; La Naissance de la psychanalyse (Londres, 1950), París, PUF ,
1956 [e . cas!.. Fragmentos de la correspondencia con Fliess (1887-1902)", Amorrortu ,
vol. 11· Henn F. Ellenberger, Histoire de la decouverte de /'inconscient (Nu eva Yo rk
1970, Vllleurbanne
. .. ' 1974) , Par'
I S , Fayar, d 1994. Wllllam
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Une hlstotre mt,~!lectuelle et sociale, 1848-1938 (Nueva York, 1972), París, PUF, 1985.
André. Haynal, A la recherche des sources intellectuelles de Freud -phil osophiques et
a
blologlques- travers ses correspondances", en íd. (comp.), La Psychanalyse, 100 ans
deja (Londres. 1994). Ginebra, Georg, 1996,229-255.
calTera. Además le prestó una fuerte suma de dinero,. que Freud necesitaba para instalar_
se como méd ICO ' de CIU. dad . Los dos tenían en su clientela a enferm
I osdmentales
' sobre
todo mujeres hi stéricas de la burguesía vienesa acomodada. De ta m? o, cada uno a su
manera, comenzaron a convertirse en especialistas en trastornos pSlqUl COS: lo que en
1895 los ll evó a firmar conjuntamente los famosos EstudIOs sable la hlSlena. No obs_
tante, ya en 189 1 habían comenzado a surgir ~umero,sos desa~uerdos entre ellos, a pro-
pósito de sus concepciones de la ciencia, la 11Istena' y la sexualidad. En efecto, Freud
se orientaba cada vez más hacia la elaborac Ión de una obra teónc~ absolutamente Inno-
vadora para su época, mientras que Breuer seguía siendo un clentlfico clásICO, apegado
a los principios de la fi siología de su tiempo. Sm Ignorar los avances. de Freud nI negar
sobre todo la importancia de la sexualidad en la génes Is de la neurOSIS, él no compartía
la posición de su ami go sobre la seducción*, ni separaba la psicología de la fisiología.
En este sentido, la evolución de las relaciones entre Freud y Fhess, perturbada por su
desacuerdo acerca de la cuestión de la bisexualidad*, desempeñó un papel importante
en la ruptura en tre los dos hombres.
Su amistad se quebró definitivamente en la primavera de 1896. Si n embargo, la rup-
tura no fue violenta ni definitiva, como con Fliess, y más tarde con Ca rl Gustav lung*.
Molesto por tener que pagarle el dinero que le debía, Freud se comportó con Breuer co-
mo un hij o intransigente y rebelde. Sospechó que quería mantenerlo bajo su tutela, y le
reprochó que fuera oportunista y no tuviera el coraje de defender las ideas nuevas. En
realidad, Breuer no tenía las mi smas ambiciones que su joven amigo. No pretendía ha-
cerse un nombre en la hi storia de las ciencias, ni convertirse en el profeta de una doctri·
na que conmovería al mundo, pero siempre se mostró favorable al psicoanálisis'. Y
aunque no compartiera las opiniones de Freud y sus discípulos, sigu ió apegado a su ex
amigo, cuyo genio había advertido.
En cuanto a Freud, puso término a la rebelión en el curso ele su autoanálisis*, al re-
construir el pasado-a la luz del presente. Entonces comenzó a explicar a su entorno que
la ruptura se había producido fundamentalmente por la incapacidad de Breuer para re-
conocer la existencia de la primacía de la sexualidad en la neurosis, y para comprender
la transferencia amorosa de Anna O. De allí la versión de un supu esto embarazo nervio-
so, retomada por lones a propósito de la terminación de la cura de la joven.
En 1925, a la muerte de Breuer, Freud le envió al hijo una carta de condolencia,. En
su res~uesta, publicada por Albrecht HirschmUller, Robert Breuer aseguró que el padre
se habla mteresado durante toda la vida por la obra de Freud. Apaciguado, Freuelle con-
fe só entonces que él se h~bía eq~ivocado durante años: "Lo qu e usted ha dicho de la re-
lacIón de su padre con miS trabajOS más tardíos fue nuevo para mí y obró como un bál-
samo sobre una herida dolorosa que nunca se cerró". '
• Er~est Jones, La Vie el I'csuvre de Sigmund Freud, 1, 1856-1900 (Nueva York, 1953),
PaTls, PUF, 1958 ledo casI.: VIda y obra de Sigmund Freud, Buenos Aires, Nova, 1959,
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Nacido en Berlín , este prusiano rígido y anticlerical, de sonrisa "mefi stoféli ca" y ca·
bellera roja, según Mori z Benedi kt *, fue alu mno de Johannes Peter Müll er (1801 ·
1858), antes de instalarse en Viena*, en 1849. En la cáted ra de fi siol ogía, yen el insti-
tuto fund ado por él, se convirtió en el más brill ante representante de la escuela
pos itiv ista, anti vitali sta, organicista y mecan icista, deri vada de la enseñ anza de Her-
mann van Helmholtz' y de Emil Du Bois-Reymond (18 18- 1896). Merece ser conside-
rado el fundador de la fi siología en Austria. A través de él y sus alumnos se realizó la
un ión de la medicina de laboratorio alemana con la med icina hospital aria vienesa. En
1879 fue el primer rector protestante de la Uni versidad de Viena*' Autor de varios es-
tudi os de anatomía, cuya enseñanza él des arroll ó gracias al microscopio, se hi zo céle-
bre por sus trabajos sobre la fi siología del ojo, la digesti ón y la voz. Au nque incómodo
en la sociedad de Viena, cantó loas a esa ciudad , qu e consideraba la metrópoli oriental
de la cultura germánica.
Después de haber sido iniciado en el darwinismo por los cursos de Carl Claus* , Sig-
mund Freud* pasó sei s años (entre 1876 y 1882) estudiando fis iolooía en el laboratorio
de Brücke. Consideraba a ese gran médico como su maestro venerado -una "fi gura pa-
terna", dirán los biógrafos-, al punto de haberle puesto a su cuarto hijo el nombre Emst ,
después de haber descrito en La illlerprelaci6n de los SI/ ellos* la impresión inohidabl~
que le había pr~vocado su "mirada": "Brücke se enteró de que yo había llegado larde al
laborato~o vanas veces, Un día vino a la hora en que yo debía llegar, y me esperó. [... 1
Lo esencial estaba en sus terribles ojos azules, cuya mirada me anonadó. Quienes re-
cuerden los ~jos maravillosos que el maestro había conse rvado en su vcjez, y lo ha) an
Visto encolenzado
. .' pueden l'm agmar ' 'l.áCI'1 mente lo que yo experimenté entonces."
Fue en ellDstituto de BrUcke donde Freud conoció a Ernst von Flieschl-Marxow')'
a,J?sef Breuer*, y fue al contacto con este médico positivista cómo se desprendiÓden-
mtivamente de la filosofía, I Obre todo de la enseñanza de Franz Brentano*, para orien-
146
Burk e, Mark
I> CHARCOT lean Martin. HAECKEL Ernst. HERB ART Johann Friedrich. JNCONS -
CIENTE, MOISÉS y LA RELIGIÓN MONOTEÍSTA. MEY NER Theodor. REPR ESIÓN.
TÓTEM Y TABÚ,
Judío nacido en PoJonia, Mark Burke emigró a Gran Bretaña* para hu ir de l nazis-
mo, y se integró a la British Psychoanalyti cal Soc iety (BPS) poco antes de la Segunda
Guerra Mundial. Allí recibió su formaci ón didáctica de James Strachey*, Después de
haber sido mayor en el Royal Army Medi cal Corps, Ernest Jones* lo envió a Brasil*,
con la misión de organizar en Río de Janeiro un a sociedad psicoanalítica conforme a
las normas de la International Psychoanalytical Associati on* (IPA). Llegó en abril de
1948, y fue por lo tanto el segundo freudiano europeo qu e dese mbarcaba en ese país,
doce años después de Adelheid Koch*, Desde el principio le resul tó insoportable el
modo de vida carioca, La ciudad de Río era demasiado ruidosa para él, y tem ía sus agi-
taciones, Para colmo de males, unos meses más tarde, en diciembre, llegó el psicoana-
I~sta alemán Werner Kemper*, cuyo itinerario era opuesto al suyo. Partidario de las te-
SIS nazis, en efecto, Kemper había colaborado durante toda la guerra con Matthias
Heinrich Gtiring*, en el Insútuto Alemán de Investi gación Ps icológica y Psicoterapia
OIa~ado Instituto Gtiring), que agrupaba a los psicoanalistas favorables al régimen hi -
Ilenano,
Por algún tiempo. estos dos hombres trabajaron juntos en Río de Janei ro, formando
eJumnos y tomando cada uno en control. a los analizan tes del Olro. Pero muy pronto
147
----------------,
Burlingham, Dorothy
terminar su 10rmaCI n, mi . . , . D
Buenos Aires. Argentina . *. Al volver a Brasil qUIsIeron lormar su propiO
. ál" d R'grupo,
d e allí
'ó
la creacl n, en ' 1959 , de la Sociedade Brasileira
. de PSlcan
f d d Ise o
Ke 10 e Janeiro
19
(SBPRJ) reconocl'd a por lIPA a , Yrival de la SOCiedad un a a .por ' en '" 53 y
d d Pmper
reconocida.' tambl'é n por lIPA a en 1955 , con el nombre de Socle a e slcanall tlca do
Rio de Janeiro (SPRJ). _ l.
Burke murió en los Estados Unidos* , donde desempenó un pape Importante en la
difusión de las ideas kleinianas. No obstante, dejó una hu.ella fu ~rte de su paso por Río,
donde más tarde fue reconocido como un maestro humalllsta y Itbera] que supo Oponer.
se al autoritarismo de un ex nazi cuyo pasado ignoraba .
• Helena Besserman Vianna , N'en parlez á personne ... P?/itiq,ue de ta psychanalyse la.
ce á la dictature et á la torture (Río de Janeira, 1994), Pan s, L Harma«an , 1997.
se ffsicamente. Esta amistad llegó a parecer sospechosa, y algun as ma las lenguas las
acusaron de ser lesbianas, lo que, para Anna, constituía la injuri a suprema. En efecto,
ella consideraba la homosexualidad * como una enfermedad, contrari amente al padre.
Cuando muri ó Dorothy, inmediatamente después de un col oquio, Ann a q uedó inconso-
lable y continuó ocupándose de los hij os de su amiga, como si pertenec ieran a su propia
familia. En todo caso, ésta fue una bella historia de amor y de fid eli dad .
• Elizabeth Yo ung-Bruehl, Anna Freud (Nueva York, 1988), París, Payot, 1991 (ed. casI. :
Anna Freud, Buenos Aires, Emecé , 1991 l. Michael Burlingham, The Last Tiffany, Nueva
York, Atheneum, 1989.
• Trigant Burrow, The Biology 01 Human Conflict, Nueva York, Macmillan, 1937: Pre-
conscious Foundalions 01 Human Experience, Nueva York, Baslc Books, 1964 E. Ja-
mes Lieberman , La Volonlé en acle. La vie el /'csuvre d'ONo Rank (Nueva York, 1985).
París, PUF, 1991. Malcolm Pines, "La dissen sion dans son contexte", en Topique, 57,
1995,191-207.
bu.rgo, si?uió un curso de filosofía en Heidelberg, :' a cont inuació~ s~ orientó hacia la
pSlqUlatna, trabajando con Eugen Bleuler ~ en la Chnlca del BurghOlzl1. En 1923 se i
taló en Viena* y publicó una obra de inspiración fenomenológica, Metafísica y eS{JI ns.
renia Hizo su análisis con Sieofried Bernfeld* y " ó en 1os tra b'
partlclp aJos de la W· liZO.
fi . '" lener
Psychoanalytische Vereinigung (WPV), de la que formó parte entre 1931 y 1938. Ce
Ludwig Jekels*, fue uno de los pioneros del psicoanálisis* en Polonia, antes de elTlig~~
a los Estados Unidos', donde se unió a la New York Psychoanalytlc Society (NYPS¡
Se interesó muy particularmente por la terapia de la psicosis*, más tarde por su Iral :
miento co n la ayuda de LSD, y escribió numerosos artículos y varios libros. a
•
CANADÁ
En este inmenso territorio, sucesivamente col oni zado por Francia*, Inglaterra y los
Estados Unidos", co nstituid o en federación a parti r de 1867, y profundamente marcado
por la religión católi ca y las diversas ramas de la Iglesia Reformada (presbiterianos, lu-
teranos, bapti stas, metodi stas), e l psicoanálisis* nunca se impl antó ta n bien como en
otros países del continente americano. Cuando Ernest Jones* dejó Gran Bretaña* a
principios de siglo, para in stalarse en Toronto , Prov inc ia de Ontario, con la esperanza
de desarrollar allí el freudi smo*, sólo recogió fracasos. En un a carta a Sigmund Freud *
del 10 de diciembre de 1908 le hi zo una descripción pavorosa de la atmósfera que rei-
naba en esa ciudad acosada por un conservadurismo estrecho.
Jones viajó a Canadá por in vitaci ón de Charles Kirk Clarke*, ex alu mno de Emil
Kraepelin *. Allí dirigió el primer consultorio ex terno de psiquiatría e n e l que se intro-
dujo la práctica del psicoanáli sis. Dos corri entes dividían entonces a los representantes
de la medicina psíquica: la primera, de inspiración neurológica, y la segunda, de orien-
tación psiquiátrica. Frente a Clarke, alieni sta, espec iali sta en tratamiento de la psico-
sis*, partidario de la nosografía alemana y favorabl e a la autonomía de la psiquiatría,
Donald Campbell Meyers*, ex alumno de l ean Martin Charcot* y clínico de las neuro-
sis*, propugnaba la integración de la medi cina mental en e l hospital general. Era critl-
cado por Edward Ryan, quien había creado una comi sión gubernamenta l para transfor-
mar los asilos en hospitales. Después de haber perdido la batalla, Meyers abrió una
clínica privada.
Durante toda su estada, lones permaneció activo . Viajó a los Estados Unidos, orga-
nizócongresos y encuentros, y en 1911 fund ó, con Geralel Stinson Glassco*, la Ameri-
Il8n PsychoanaJytic Association* (APsaA).
No obstante, pronto tuvo que enfrentar una temible ca mpaña orquestada por una tle
puritanas del Nuevo Mundo, que asimilaban el freudismo a un demoni o sex ual,
a una práctica de disolución y libertinaj e. En febrero ele 1911, en un a
l'reud y otra a James Jackson Putnam*, refirió los rumores extravagant.:s diflln-
151
~
c:a~n~a~dá~ ____________________________________________________________
di dos sobre él. Converti do en un verdadero chi vo emisari o, se lo ac usaba de tOdo tipo
de crímenes imaginarios: se decía que Incitaba a los Jóvenes a masturbarse, que tenía al-
rededor suyo tarjetas postales obscenas o que enviaba a los adol escentes de buena fami_
lia a los prostíbul os ...
Muy pronto, co n el apoyo de Sir Robert Alexander Falconer (1 867-1 943), ministro
de la Iglesia Presb iteri ana y pres idente de la Uni versidad de Toro nto, fue .acusado jUdi-
cia lmente por la célebre Emma Leila Gordo n ,C 1859- 1949), pn mera mUjer médica de
Canadá y miembro de la muy pun tana Women s Chn stla,n Temperan ce Ul11on. Gordon
le imputó haber abusado sex ual mente de una mUj er hlstenca, deli rante, homosexual y
morfinómana que estaba en tratamiento con él, y a la cu al, por otra parte , le había da-
do necia mente dinero, porq ue lo chantajeaba. El episod io se con virti ó en tragedia
cuando la paciente quiso matar a Iones con un revólver, y después trató de sui cidarse.
Despu és de haber sido manipu lada de este modo por un a liga de la virtud, fue expulsa-
da de Ontario.
Hay que dec ir que Iones estaba acostumbrado a este tipo de hi storias. Hablaba de se-
xo con una bru tali dad increíble, multiplicaba las relaciones carn ales co n las mujeres y le
interesaban las prostitutas. Ya en Londres había sido acu sado de pronun ciar pal abras
obscenas por dos niños que él atendía, y en Taranta se creó desde el princ ipio una repu-
tación muy ma la. En efecto , vivía, sin estar casado con ell a, co n un a joven morfi nóma-
na y excéntrica, Loe Kann , a la que por otra parte Freud iba a tomar en análisis. De mo-
do qu e Jones era un blanco ideal para los pu ritanos de todo tipo, hostil es al supuesto
pansex uali smo* freudi ano: "La acti tud respecto de las cuestiones sexuales en Canadá
-le escribió a Putnam- cas i no tiene equivalente en la hi storia del mundo; lodo, repug-
nancia, asco son los úni cos términos que pueden expresarla".
Puesto que le resultaba imposible continu ar su trabajo en ese clima de caza de bru-
jas, Iones pensó en in stalarse en Bastan. En 1910 Putnam proyectó conseguirle un pues-
to en Harvard, aunque dudand o en apoyarlo, en razó n de la fuerte tendencia de Iones a
hablar de sexualidad ante un público reticente. Finalmente el intento se fru stró, y jones
dejó Canadá durante el verano de 19 l 2 para instalarse en Londres. Durante muchos
años consi deró que su partida había puesto fin a toda fo rma de expenencia psicoanalíti-
ca en el territorio ca nadiense. No se equi vocaba por co mpleto, si bien, contrari al11~nte a
lo que él mi smo pensaba, nunca fu e verdaderamente un "padre fundador".
E~ efecto, hasta 1945, cuando se produjo un gran movimiento migratorio de lo;
freu?l anos de Europa hacia los Estados Unidos*, el psicoan,\li sis no se implantó en Ca-
nada. Y fueron pocos los médicos que, como Hugh Ca rmi chael, Grace Baker o Doug las
Noble, em!graron para formarse en el ex tranj ero. Lo hizo, por ejemplo, Chfford S,oll.
qUI,en vIaJo a Londr~s en 1927 y se uni ó a la British Psychoanay lical Socict)' CBPS) des-
pues de, haber SIdo formado por Melanie Klein* La mayo ría de esos métlicos vol\'ierc,n
a su prus ~ara desarrollar allí el psicoanálisis según los criterios de la lnternational rsy-
choanalyucal As . . * I . ' . ., ' n
. soclaUon (PA). Durante ese ti empo Dw itl Slight * hizo el \'lUj' ,
senudo inverso Ll d d E · . ' ' . 'n
M : ega o e urapa, sIguIó las huellas tic Iones, no en ToronlO, SII1<"
onneal.' para mstalarse después en Chicago.
La pnmera organización fre d· d M I art( .le
Iengua "-_
......cesa del IIÍS)
u lana e ontreal (o en otras palabras en a p
. . ' ' . 'Il
P se estableció gracias a la acti vidad de un inmigrante de ong'
162
Canadá
español, Mi guel Prados*' Prados comenzó reuniendo en su casa a los internos del All an
Memorial Institute of Psychi atry, que dependía de la fa mosa Universid ad McG ill , y de
tal modo form ó un pequeño cenáculo, sigui endo el modelo de la Soc iedad Psicolóaica
de los Mi ércoles *' En el otoño de 1946 creó el Círculo Psicoanalíti co de Montreal ; in-
vitó a conferenciantes prove nientes de los Estados Unidos, en particular Edi th l'acob-
son* y Sandor Lorand. Estas reuniones permit ían formar psicoana listas , pero tamb ién
hacer conocer el freudismo a los trabaj adores de la salud mental.
A partir de 1948, Prados recibió el apoyo del padre Noel Mai lloux. Dominicano eru-
dito y católico de izquierda, e l padre Maill oux abrió un gran camino al psicoanáli sis al
fundar en la UnIverSI~ad de Montreal un instituto de psicología. Allí imparti ó un a ense-
ñanza ngurosa, a partir de referencias tanto francesas como de lenaua in a lesa. Sobre to-
do hizo estudiar a sus alumnos, además de los tex tos de Freud, l a~ obra~ de Otto Feni-
chel*: "Por lo que yo sé -escribe André Lu ss ier-, no hay dudas de que Mai lloux fue el
primer hombre, un religioso, que implantó con efi cacia el psicoanáli sis freudiano en Ca-
nadá ( ... J. SU fe religiosa no lo ll evaba a renegar de nada de lo que fu era esencial en
Freud ( ... l· En los años 1945-1950 se necesitaba una audacia y un coraje fuera de lo co-
mún para enseñar abiertamente el psicoaná lisis en una uni versidad pont ificia que tenía
al frente a un rector ec lesiasticu y un canciller cardenal. "
La aud acia de Maillou x era proporcion al al hecho de que la experiencia de lones a
principios del siglo, eu un país marcado a la vez por el puritani smo protestante y un ca-
tolicismo fanático, corría el riesgo de reiterarse, co mo pudo constatarlo hac ia 1950 su
alumna Grabrielle Clerk cuando pidió las obras de Freud en la bibl ioteca del Parlame nto
en OUawa: "Me presenté con toda confi anza al bibli otecario en jefe, un hombre encan-
tador, erudito, cortés, quien, horrori zado, me res pondi ó qu e los texlOS de Freud no se
podían poner en las manos de una joven; estaban por otra parte en una sección reserva-
da, a la cual só lo tenían acceso determin ados lectores. Después me enteré de que esa
sección se destinaba a los libros de erotismo y pornografía."
Durante todo este período, el Círcul o Psicoanalítico de Montreal desplegó una ac ti-
vidad intensa y sufrió los efeclOs de una seri e de di versas migraciones. Hu bo nuevos
desplazamientos de numerosos conferenciantes americanos, entre ellos Richard Sterba*,
Edward Bibring*, René Spitz* y sobre todo Gregory Zil boorg*, mientras que había in-
migrantes que se instalaban en Canadá, y canadi enses fo rmados en el extranjero que
volvían al país.
Entre estos últimos se encontraban terapeutas qu e hab ían reali zado estudi os en la
Société psychanalytique de Paris (SPP). Frente al pensamiento norteamericano, ell os in-
trodujeron en Montreal una práctica clínica diferente, de inspi rac ión a la vez france sa.
europea y kleiniana. De alguna manera se con vinieron en los "padres fundadores" de la
Société psychanalytique canadienne. Éste fu e sobre todo el caso de Theodore Chen -
trier*. pero también el de Jean-Bupti ste Boulanger, brill ant e inrelecmal de cultura a la
vez francesa, inglesa y norteamericana, y notable clíni co kl eil1l ano, apasionado por la
hiatmia; también se puede mencionar en tal sentido a André Lu ssier, e incl uso a Roger
Iilufresne. quien redactó la primera gran bibliografía de las obras de Freud , conocida en
mundo entero, y finalmente a Camille Laurin, que iba a ser mini stro de Sa lud en Quc-
1951 se unió al Círculo Georges Zavitzianos, terapeuta de origen griego forma-
153
Canadá _
tieas parecen hoy e n día t.anto más absurdas cuanto que en 1954 la sociedad canadiense
sólo contaba con doce mIembros , distribuidos en Toronto y Montreal (en tre ell os, sólo
dos estaban habIlitados para realizar curas didácticas) .
En julio de 1957, en el Congreso de París, la SCP/CPS obtuvo el estatuto de socie-
dad componente de la IPA. En esa fecha, algun os psicoa nalistas se habían instalado en
VanCOuver. Tres años más tarde, en octubre de 1960, se creó el In stitut can adienne de
psychanalyse, en el cual la sociedad delegó sus fun ciones en el ámb ito de la fo rmac ión
de didactas. Siete años más tarde, en la SCP/C PS se expandió una fuerte reivindiación
de autonomía, que llegó a federar el movimi ento en diferentes "ramas" (prov incia les o
urbanas) y simultáneamente a organizar la Société psychanalytique de Montrea l (SPM),
de lengua exclu sivamente francesa, que proponía un plan de estudios diferen te del de la
rama de lengua inglesa. En realidad , al cabo de un os años la SPM se co nvirtió en la
punta de lanza de una renovación de la clínica y la teoría freudianas en Canadá, gracias
a la acción conjunta y contradictoria de dos hombres: el canad iense Julien Bigras*, fun-
dador de la revista In/erpré/afioll, y el fran cés Fra n~oi s Peraldi*, introductor de l pensa-
miento lacaniano en Quebec. Con el transcurso del tiempo, entre los mi embros de la
SCP/CPS hubo dos personalidades que adquiri eron renombre intern acional: Patrick Ma-
hony, por sus trabajos sobre la historia del freudismo, y René Major, fund ador de la re-
vista COII/ron/afion, por su papel protagónico en la SPP entre 1970 y 1980. Proven ien-
te de Nueva York, el primero se instaló en Montreal y realizó su anál isis con Wi ttkower,
mientras que el segundo abandonó Montreal para vivir en París, donde adoptó la nacio-
nalidad francesa despu és de haber sido formado por Bela Grunberger*
A partir de la década de 1970, la SCP/CPS enfrentó la proli feraci ón en territori o ca-
nadiense de múltiples escuelas de psicoterapi a". La cantidad de su s miembros no au -
mentó proporcionalmente a la fabulo sa expansión de las sociedades de América del
Norte y del Sur. En 1995, para una pobl ación de veintinueve millones y medi o de habi-
tantes, Canadá tenía trescientos sesenta y seis miembros (IPA), distribuidos en cuatro
grandes ramas para tres ciudades (Montreal ¡SPM y Quebec English Branch], Toronto y
Ottawa), y cuatro pequeñas ramas para las otras prov incias, todas de lengua inglesa: la
Western Canadá (doce miembros), la South Western Ontario Psychoanalytic Society
(doce miembros), la Psychoanalytic Society of Eastern Ont ario (seis miembros), y la
Société psychanalytique de Quebec- Ville (sei s miembros). Doce psicoanalistas por mi-
llón de habitantes.
Después de haber atravesado tantos problemas, la SPCICPS n'ató de superar sus di-
ficultades, sobre todo en las grandes ciudades, y más específica men te en Montreal , de-
clarándose abierta a todas las corrientes. De allí la impl antac ión en la SPM, en torno a
Jacques Mauger y Lise MoneUe, de un grupo de re fl exión sobre e l pe nsamiento de Jac-
ques Lacan"', independiente de París e in spirado al principio en la enseñanza de Peraldi.
En la universidad , fue el filósofo Claude Lé vesque, ce rcano a Jucques DerrIda (1930-
20(4), quien formó a los estudiantes en el mismo espíritu, introdu cié ndolos e pecial-
!DcrJte en la obra de Georges Bataille (1897- 1962). _ _ . . .
•C.cI
. . 1Il0 en los Estados Unidos, pero de una manera aun mas radIca l, el mOVImIento
canadiense tuvo que sufrir, a partir de 1985 , los asaltos conj untos dd
el cientificismo neurofarmacológico Y un puritanismo exacerbado. sc mé-
155
cc~a~n~ad~á~ ________________________________________________________
- -----
'ante al que había perseguido a l ones a principio de siglo. En el marco de una invesli
Jc¡ón rea l'Iza da en O n,tario en 1988 por Mar ie-Lou MacPhedran
. ~ se reacttvó el fam &a.
OSOar
, I 153 del Códioo Penal canadiense, que prohlbJa todo contacto sex ual entre e -
lICUO"
. . y un adolescente que depend
.
Iera de ell a.
c onvenc
'
lda de que una
Ual·
qUler pelso na . . gran
cantidad de abusos sexuales se cometían en el seno. mIsmo. de la profeSIón médica, la in.
vestigadora puso en marcha un proceso inqui siton al, haclen,~o campañ~, entre mUjeres
desamparadas, víctimas o no de verdaderos abusos, ~a:a que ,;onfesaran las relaciones
carna les que habían ten ido con sus terapeutas. Las vlctr mas (reales e Imagtnarias) se
quejaron en masa ante el Colegio de Médicos, el cual se VIO llevado a enviar a los tribu.
nales a los colegas culpabl es.
Bajo la presión de algunas li gas feministas (yen el marco de un doble movimiento
de "corrección política" y conservadurismo que hizo estragos en esa época en la pane
angloparlante del contin ente americano), el concepto de "abuso", limitado hasta entono
ces a la violac ión, la coacc ión comprobada (física o moral) y la corrupción de menores,
se extendió al sexo entre adultos vinculados por relaciones de poder. Si bien todas las
profes iones basadas en este tipo de relac ión (profeso res y estud iantes, médicos y pa.
cientes, patrones y empleados, etcétera) quedaron entonces sometidas a un a nueva tec·
nología de la confes ión, fundad a en las diversas teorías del género* (y casi siempre a
pesar de ellas), la corporación médica fue la más afectada por el dil uvio de acusaciones:
ciento veinte juicios por "abuso" en once años, entre los cuales trece apuntaban a psi-
quiatras practicantes del psicoanáli sis (o sea un 5 por ciento de la profesión, mientras
que los casos de transgresión de este tipo no superan el I por ciento). Sea como fuere,
en el seno de la comunidad freudiana, que afirma que la sexualidad*, la transferencia'
y el fantasma* están en el fundamento mismo de la conducc ión de la cura, la conse·
cuencia de la aplicación de esta ley fue transformar en culpables a numerosos profesio-
nales del inconsciente*, sin que nunca se pudiera saber de qué se los acusaba: abusos
reales, transgresi ón de una prohibición, hi storia de amor tri via l, etcétera.
Es sabido que, en todos los países donde se implantó el freudismo, la cuestión de las
relaciones sexuales entre psicoanalistas y pacientes se ha regul ado siempre en el interior
de la comunidad psicoanalítica. Simplemente porque la prohibición absoluta y necesa-
ria de la sexualidad en la cura no es determinada más que por la adhesión a la ética del
psicoanálisis, a su vez basada en la prohibición del incesto*, y no por los tribunales. Es
cierto que estas transgresiones han sido a menudo reprimidas u oc ultadas por la historia
oficial, pero no obstante no merecen ser asimiladas a delitos.
La confusión .entre I~ ética y el derecho, la ingerencia de la justicia en la gestión d~
las SOCIedades pSlcoanahucas, han puesto recientemente en peli oro, tanto en los EstadOS
Unidos como en Canadá, la existencia misma del freudi smo, un~ vez más violentumen ¡/
atac~do en un c~n.texto puritano por :u supuesto pansexuali smo*. De allí la extraña~::
presIón de repeuclón entre las campanas de calumnias realizadas contra Jones ~n To
to en 1912, y las locas imprecaciones de la década de 1990 .
• Cyrll Greenland, "Emes! Jonesln Toronto 1908-1913" Canadian PSYChialric~'
tionJoumaJ, vol. 6,1, junio de 1981,132:139. L'lnlroduCtlon de la psyc/JanaIYS9~~
(eo;.¿;.
ÉlII11HJnIs. Aulour de James Jac/raon Purnam (Londres, 1968), Nalhan G. Hale
pan., GaJII~ 1978, 17-86. Jaan·Baptls!a Boulangar, 'Dlssldancas, sécesslOllS
158
Cárca mo , Celes Erne sto
Nacido en La Plata, Celes Cárcamo pro venía de una fa mili a de la burguesía catól ica.
Después de estudiar medicina, comenzó a ori entarse hacia la ps icoterapia" en el servi-
cio de medicina general dirigido por Mari ano Cas tex , donde asistió a las confe rencias
de James Mapelli, un hipnotizador inteli ge nte y ll eno de recursos, que no vacil aba en
declarar: "Prefiero una sola sesión de hipnos is a una cura psicoanalítica de un año".
Cárcamo descubrió el psicoanálisis" en el contacto con este méd ico. Iba a convertirse
en un excelente clínico, abierto a todas las tendencias del freudismo*'
En 1936 viajó a Europa con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores argen-
tino. Visitó Hamburgo y después Viena*, donde conoció a Anna Freud* Reali zó sus es-
tudios de psiquiatría en París. Graci as a la reco mendación del psiquiatra José Belbey,
pudo hacer su análisis didáctico* con Paul Shi ff*, mientras trabajaba en el Hospi tal
Sainte-Anne, en el servicio de Henri Claude*. Más tarde, en 1943, recibió una carta de
Paul Schiff en la cual éste, con su nombre de res istente (Herbelot), le pedía ayud a para
emigrar a la Argentina. Después de haberle conseguido una in vitación de la Facultad de
Medicina, Cárcamo no tuvo más no vedades. Pos teri ormente se ente ró de que Schiff se
había unido a los Aliados para participar en la campaña de Itali a", a co ntinuación ele un
rodeo por Marruecos.
Cárcamo realizó dos análisis de control, uno con Rudolph Loewenstein* y el otro con
Cbarles Odier*, y fue elegido miembro de la Société psyc hallalytiq ue de Paris (SPP) des-
J)1IéII de haber presentado un estudio clínico y un trabajo de ]l5icoanálisis aplicado*, a
de la serpiente emplumada de la religión maya y azteca. Apa5ionado por la an-
• frecuentaba el Museo del Hombre, donde conoció ti Jac(jues Soustdle.
5\1 estada en París conoció también a Ángd Garma* . Muy pronto, los dos
fundar una sociedad psicoanalítica en la Argentina*.
157
~c:a~ru~s~O~,~lg~O~r~__________________________________~~~~_____________,
Nacido en Ru sia* en una fa mili a nob le de ascendencia ita li ana, Igor Caruso fue uno
de los representantes de la co rriente de la psicoterapia existenc ial y fundador de una in.
ternacional freudiana ori gi nal, la Internationale Foderat ion der Arbeitskreise für Tie.
fenpsyChologie* .
Formado en teología y en fil osofía en la Uni versidad de Lovaina, en Bélgica', y des-
pués analizado por Viktor Emil Freiherr von Gebsattel (1883- 1976), psicoanalista ale-
mán ami go de Rainer Mari a Rilke (1 875-1926) y de Lou Andreas-Salomé*, el cond~
Igor earu so participó en Viena *, después de la Segunda Guerra Mu ndial , en la recons-
trucción de la Wiener Psyc hoanalYli sche Vereinigung (WPV), j unto con el barón Al fred
von Win terstein* y el conde Wilhelm Solms-Rodelhei m, Esos tres aristócratas habían
cO,nservado e l espíritu freudiano bajo el nazismo*, si n aceplar la polít ica de colaboro;
ClOn precO IlI zada por Ernest Iones*' Pero en 1947 se separó sin violencia de la WP\'
cuya onent~,clón le parecía demasiado médica, demasiado materi alista y, en una palabrJ.
dema~Iado norleamer,lcana", para crear el primer círculo de trabajo vienés sobre la pSI-
colagla de las profundIdade s. Sin dejar de ser freudi ano, no aceptaba las normas de for-
mac ión de la Internatlonal Psychoan alytical Assoc iati on* (IPA ) y, lo mismo que Jae-
ques Lacan *, quería darle al psicoanáli sis* un a orient ac ión intelectual, espiritual y
filosófica, En consecuencia, lo consideraba, a la luz de la fenomenología, un método d~
~dlficacl~n ~e Ia personalidad humana (un personalismo), no des tinado a adaptar el su-
Jeto ~I pnncl~IO,de realidad· , sino a llevarlo a resolver las tensiones resultantes de su
relaCión confhcllva con el mundo,
Gran ,viajero, Caruso enseñó en la Universidad de Salzburgo y viajó a varios países
de Aménca latina, donde se desauollaron los círculos de trabajo' fundados por él,
158
Ca storiadi s, Corn elius
Nacido en Constantinopl a, en el seno de una familia ori eoa francófi la que se instal ó en
Atenas en 1923 , Cornelius Castoriadis es auto r de nume~os:s obras y artícu los en los que
se,aboca a repensar la naturaleza misma de la revolución soc ial y política a parti r de una
cnllca radical del marxlst1:o y el soc ialismo real. Desde esta misma perspecti va libertari a
adopta la ld:a ~ e s ubverslon freudtana al tlempo que rechaza la mayoría de los conceptos
d~1 pSlcoanali sls* y el conj unto de las formas institucionales de su movimiento.
Mi embro de l partid o comuni sta griego a fi nes de la Segunda Guerra Mundial, tem-
pranamente e ntra en co nfli cto con sus di rigentes y en 1946 emigra a Franc ia*, donde se
une a la sección fran cesa de la Cuarta Internacio nal, de raigambre trotskista. En ese
entonces entabl a amistad con el fil ósofo Claude Lefo rt, con quien fu nda, en 1949, el
grupo Soc iali smo y Barbarie - de dond e surgi rá la rev ista del mi smo nomb re- , que se
disolverá en la prima vera de 1967.
Al abandon ar,
la economía por el psicoanáli sis, en 1964 Castoriadis se convi erte en
miembro de la Ecole freudi e nne de Pari s* (EFP), fundada por Jacques Laca n*. COlllrae
matrimonio co n Piera Aulagni er* en 1968 y hace un pri mer análi sis con Irene Roublef
(191 1-1993), entonces casad a con Franºo is Perrier* Op uesto a Lacan ya desde 1967,
renuncia a la EFP en 1969, durante la tercera escis ión" del movimiento psicoanalítico
francés y participa en la c reaci ón del Quatrieme Groupe (Organi sation psychanaly tique
de langue fran cesa, OPLF). En es te co ntex to, Castoriadis efectúa su segunda cura con
Jean-Paul Valabrega y comienza a practicar el psicoanáli sis a panir de 1973. En 1980,
dos años despué s de su separación de Pi era Aul ag ni er*, es eleg ido director de estudi os
de la École pratique des hautes études en Sciences Soc iales (EHESS).
A fines de la década de 1970, respecto del libro de Fra nºo is Rou stang VII desti" si
jiUleste, publica en la revista Topiqlle un artículo ex trañamente violento en el que ataca a
todos los grandes pensadores de la corri ente llamada "posestructuralista", Michel Fou-
cault (1927-19 84) Roland Barthes ( 19 15- 1984), Loui s Althu sser ( 1918- 1990), Gilles
Deleuze (1925-1995) Y Fé lix Guattari *, a qui enes acusa en conjunto de se r có~nphces de
las monstruosidades del maoís mo y el estalini smo. Por sus excesos e lIlveros lI11lhtndes,
este artículo tuvo por efecto la desacreditación del propio autor.
• Comelius Casloriadis, L 'institutlon Imaginaire de la société, Paris, Seuil, 1975 led. casI.:
La institución imaginaria de la sociedad, en Obra completa, Barcelona,. Tusquels, 19831;
Les csrrefours du labyrinthe, Parfs, Seuil, 1986; Les csrrefours du labyrmthe 11. Domames
159
~c:a~s~tr~a~c~ió~n~(~c~o~m~p~le~j~o~d~e~)________________________________---------------"
P r s uil 1986 red casI. : Los dominios del hombre. Las encrucilad
de I'homme, ar s, "Ge'diSa 19861' Les carrefours du labyrinthe IIJ. Le monde m as del
labsnn to, Barce lan a, , , .. , . OrCe/é
. S '1 1990' La montée de I'insigmflcance. Les ca rre,ours du tabyrmthe IV p .'
Pans, eUl, , . .,. . Madrid Cáted 1 , ar"
S '1 1996 ledoca sI. : El ascenso de la inslgmllcancla, ,. ra , 9981; Les '
re~~~~s du labyrin lhe V. Fait el faire, París, Seuil, 1997 . Fran90ls Roustang , Un des/~:
a
funeste, París, Minuit, 1976.
El término castración deriva del latín castratio y apareci ó a fines del siglo XIV
para designar la operación mediante la cual se priva a un hombre o un animal de
sus glándulas genitales, condición de su reproducción. En tal sent ido, es sinónimo
de la palabra, más reciente, "emasculación", que el uso contemporáneo tiende a
privilegiar para designar la abl ación real de los tcstítu los. Pa r a la ab lación de los
ovarios se emplea "ovariectomía".
Sigmund Freud':' llama complejo de castraci ón al sentimiento inconsciente de
amenaza que experimentan los niños cuand o constata n la diferencia anatómica de
los sexos.
El primer ritual de castraci ón se consagraba a Cibe les, la gran diosa madre de Frigia.
Madre de todos los dioses, ella provocó la loc ura" de Atis, su amante e hijo. Cuando él
quiso casarse, ella se lo impidió, y Atis se castró a sí mi smo antes de sui cidarse. Con-
memorando el acto de Atis, los adeptos al culto de esta diosa madre tomaron la cosrum-
,
bre de mutilarse en la embriaguez y el éxtasis de las fi es tas culturales. Prac ticada mas
tarde en la Roma imperial, la castración, o autoemasculación, co nsistía en una ablación
de los testículos y el pene.
Con el progreso del cristianismo se superaron estos ritu ales y, en el año 395, el papa
León 1 prohibió todas las prácticas de emasculación voluntaria. El siglo XV[Jl hizo una
excepción con los castrados, y a lo largo de la Ilustración las voces agudas de estoS
hombres jóvenes fueron puestas al servicio de la liturgia, a pesar de la condena del pa-
pa Clemente XlV. En esa misma época, la castración era practicada en Ru sill* por la cu-
riosa secta mística de los Skoptzy (del ruso skopets: castrado). En la Indi a*, esta pr;ÍCtl-
ca continúa teniendo adeptos en el siglo XX, en la comunidad de los Hijras.
En una breve carta a Wilhelm Fliess* del 24 de septiembre de 1900, Freud recO-
mienda a su amigo la lectura de un libro de Conrad Rieger dedicado a la castración.
' . aparece más tarde en La Interpretación
El termmo . .
de los sllel1os* . Freud. c0n [un-
diendo a Zeus con Cranas, le atribuye al primero la emasculación del segundo, cuando,
en realidad, en el mito es Cranas quien castra a su padre Urano. Al año siguicnlC, en
PSicolog(a de la vida cotidiana·, analizó su error, y en 1911 añadió comentarios a la
reedición de La interpretaci6n de los sueños.
160
Castr ació n (complejo de)
• Sigmund Freud, Briele an Wilhelm Fliess, 1887- 1904, Francfort, Fischer, 1986 le<!·
cas1.: "Fragmentos de fa correspondencia con Flie ss (1887-1902), Amorrarlu , vot. :t.
Trols Essals sur la Ihéorie sexuelle (1905), GW, V, 29.145, SE, VII, 123.243, Paris: Ga;
mard, 1987 led. :as1.: Tres ens""os de leorla sexual, Amorrartu, vol. 7]; "Les théones S
~uelles ,nfantlles (1908), GW, VII , 171-188, SE, IX, 205.226, en La Vie sexuel/e,
UF
par::
"A , 1969: 14-27 led. cas1.: "Sobre las tearias sexuales infantiles. Amorrorlu , voI'vll'
nalyse d une phoble chez un petit gar.on de 5 ans (le petit Hans)" (1909), GW,. '
243·377 SE X 1 147 C· l' SO'
br '" - ,en rnq Psychanalyses, Parls, PUF, 1954, 93-198 led. cas " . ns
I~ las t~orras sexuales Infantiles, Amarrortu, vol. 9]; "Sur tes transpositions de pU ISlO"
p s particulterement dans I'érollsme anal' (1917) GW X 402-410 SE XVII 125. 193.
La Vre sexuelle P r P , " , ,' Inla"
tiles Am ,ar s, UF, 1969, 106-112 led. cas1.: "Sobre las teorías sexuate GI~.
s
XIII '293~:s~rtuS~O~I~; "L'organlsatlon génltale infantila" (1923), OC, XVI, 303-309'rortV,
vol '19]' "La di '~U' 141-145 [ed. cas1.: "La organización genitat infantil', AlTl~r 395'
402 sÉ XIX ~~~1;;ld~ complexa d'CEdlpe" (1924), OC, XVII, 25·33, GW, XII v. ;"'rt
, " 8 ,casI,: "El sepullamlenlo del complejo de Edlpo", AmO
162
Catar sis
CATARSIS
El concepto de catarsis ha sido objeto de una di scusión intermin able a lo largo de si·
glos, tanto en el dominio de la estética como en el de la fil osofía. En 1857, Jacob Ber·
nays (1824-1881), el tío de Martha Bemays, futura esposa de Sigmund Freud*, publicó
una obra médica sobre el tema. Oponiéndose a Less ing ( 1729-1 78 1), quien había dado
a esta palabra una interpretación moral, haciendo de la catarsis una "depuración" o un a
"Purificación", Bernays subrayaba que Aristóteles, hijo de un médico, se había inspira-
do en el corpus hipocrático, De allí la idea de que el tratami ento debía hacer surgir el
opresivo para provocar un alivio, más bien que hacerl o retroceder mediante
lransfonnación ética del sujeto*, Se trataba de hacer salir del sujeto, media nte la pa-
un secreto patógeno, consciente o inconsciente, que lo ponía en estado de aliena·
En Francia*, hacia la misma época, Pierre Janet* creó un método muy próx imo (re-
cuperación de un recuerdo y abreacción), al qu e di o el nombre de "disociación verbal"
o "desi nfección moral " . Janet reivindicab a la pri oridad de la in ve nción. Por ell o, para
evitar una disputa acerca de este tema entre París y Viena, Breuer, impulsado por Freud,
presentó el caso "A nna O." (Bertha Pappenheim*) como prototipo de una cura catárti -
ca. Los trabaj os de la historiografía" ex perta, in augurad os po r Henri F. ElIenberger*, y
conti nuados por Hirschmilller, han permi tido restablecer la verdad acerca de este caso
•
pn nceps.
Más all á de la di sputa acerca de la pri oridad, entre el proced imi ento de Janet y el de
Breuer ex iste una diferencia radica l. Aunque en ambos casos e l méd ico interroga al pa-
ciente bajo hipnosis* para acceder a las representaciones inco nscientes, Janet procede
por sugesti ón" , sin bu scar el acontec imiento inic ial responsable de l efecto patóge no,
mientras que Breuer, por el contrario, busca el elemento ori ginal, para li garlo a los afec-
tos y provocar la abreacci ón. De modo que, desde el punto de vista teórico, hay pocas
semej anzas entre los dos métodos.
En la historia del psicoanálisis·, el método catártico pertenece al campo del hipno-
tismo. Al desprenderse progresivamente de la práctica de la hipnosis· , entre 1880 y
1895, Freud pasó por la catarsis para crear el método ps icoanalítico propia mente dicho,
basado en la asociación libre· , es decir, en la palabra y el lenguaje .
• Aristóteles, Poétique, Parls, Les Belles Lettres, 1968 led. cas!. : Poética, ~ladrid, Gre-
dos, 19921. Pieree Janet, L'Automatlsme psychologique (1889), París, Alean, 1973 (r(18-
drtado). Henrl-Jean Bareaud, Freud et Janet. Étude comparee, Toulouse , Prival, 1971.
Jean Laptancha y Jean-Bartrand Pontalla, Vocabulaire de la psychanalysa, París. PUF,
1967 (ad. caat.: Diccionario de psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 19971. Pieree Somo
vllle, Essal sur la poélique d'Ar/sto/e el sur quelques aspects da sa posttirité, París, Vrin,
1975. Henrt F. ellenbarger, Hlslolre de la découverle de /'inconscíent (Nueva York. Lon·
dres, 1970, Vflleurbanna, 19741, Parla, Fayard, 1994. Albrecht Hirschmüller. Joset
Breuer(Bama, 19781, Parle. PUF, 1991 .
:> ACflNG
Hippolyre. OUT. .ASOCIACIÓN VIUiBAL.· BRNEDlKT Moriz. BERNHEIM
C harcot, Jea n M artin
CATEXIS, CATEXIA
•
t> Investidura.
CENSURA
Alemán: Zensur. Francés: Cen sure. Inglés : Cell sorship. •
El término censura fue empleado por primera vez por Sigmund Freud * en diciembre
de 1897, en una carta a Wilhelm Fliess*, donde compara el carácter absurdo de ciertos
delirios con el fenóme no clásico de la censura en políti ca: "¿ Has tenido la oponu nidad
de ver un diario extranj ero censurado por los rusos al pasar por la frontera? Aparece n
tachadas palabras, frases, párrafos enteros, de manera que el resto se vuelve ininteligi·
ble." Esta idea de tachadura e ilegi bilidad es retomada en 1900 en La illlerpre/aciólI de
los suelÍos' , para designar los di sfraces impuestos a la expresión del sueño (co ndensa·
ción* y desplazamiento*) por el proceso de la represión'.
En el marco de la primera concepción tópi ca" de l aparato psíqu ico (1900· 1920), la
censura se ejerce por una parte entre el inconsc iente' y el preconsciente*, y por la otra
entre el preconsciente y el consciente*: así, a cada progreso hacia un estadi o supe rior de
organización ps íquica le corresponde un a nueva censura.
En 1914, en "Introdu cci ón de l narcisismo", Freud co mi enza a identificar la censura
con una conciencia moral , lo que más larde, en el marco de su segunda concepción tÓ·
pica del aparato psíquico ( 1920-1939), lo ll eva rá a ident ifica r la censura con el super-
yó*, es decir, con una instancia que fun ciona como un "censor del yo' '' .
• Sigmund Freud, "Pour introduire le narcissisme" (19 14), en La Vie sexuel/e, París.
PUF, 1969,80·1 05, GW, X, 138·1 70, SE, XIV, 73·1 02 Ied. casI. : "Introducción del narci·
sismo", Amorrortu, vol. 14J; "L'incon scient" ( 1915), OC. XII I, 205·24 3, GW, X. 263·303,
SE, XIV, 159·204 led . casI. : "Lo inconsciente", Amorrortu, vol. 141; La Naissance de la
psychanalyse (Londres, 1950), París, PUF, 1956 led. casI. : "Fragmentos de la corres·
pondencia con Fliess (1887·1902)", Amorrorlu , vol. 11·
• Jean Martin Charco!, Le¡;ons sur les maladies du sys/éme nelVeux lai/es á /a Salpá·
/riere, París, Delahaye, 3 vol., 1872-1887; Le¡;ons du mardi á la Salpe /riere. Policlinique,
t. 1, 1887-1888, t. 11, 1888-1889, París, Lecrosnier e! Babé, 1892; "La 101 qui gu~",t"
(1892), en Les Démoniaques dans /'ar/, París, Macula, 198~ ; L'Hys/érie, textos e.legldos
y presentados por É!ienne Trilla!, Toulouse, Priva!, 1971; Y Paul Richer, Les Demom~
ques dans /'art (1887), París, Macula, 1984. Icon ographie ph olographique de la Salpe·
/riere, Désiré-Magloire Bourneville y Paul Regnard (comps.), Paris, Bureaux du Progres
médical, Delahaye y Lecrosnier, t. 1, 1876-1877, t. 11, 1878, t. 111 , 1879-1880. S~gmund
Freud, "Charcot" (1893), GW, 1, 21-35, SE, 111, 7-23, en Résulta/s, idees, problemesi~'
París PUF 1964 61-75 [ed cas!' "Charcot", Amorrortu, vol. 3]; "Traductlon avec pre -
, " ' . .. ,, ' . V' D r ke 1892-1894 SE,
ce et notes des Le¡:ons du mardl (1892-1894) ,Lelpzlg, lena, eu IC , '
167
Chentrier, Théodóre
I 129-143 ledo casI.: "Prólogo y nolas de la traducción de J.-M. Charcot, Le,ons dUmar.
-
di de la Salpétriere", Amorrortu, vol. 1J; Correspondance, 1873-1939 (Londres, 1960)
París Gallimard 1966. Georges Guillain, J. M. Charcot, sao v/e, son 09uvre, París, Mas:
; 935 Ola Andersson Freud avant Freud. La préhlslolfe de la psychanalyse (ESIO-
~~;;;,o 1962) Paris Synthélabo, col. "Les empacheurs de penser en rond", 1997. Henri
F EII~nberg~r Hist~ire de la découverte de /'inconsc/ent (Nueva York, Londres, t970
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Privat, 1977. Élisabeth Roudinesco, H/StOlf8 de la psyCh~nalyse en France, VOl. I
(1982), París, Fayard, 1994 ledo casI.: La batal~a de .c/en anos, Mad~,d, Fundamento,.
1988J Georges Didi-Huberman, L'inventlOn de 1hystene. Charcot et I /conograph/e poO-
togra~hique de la Salpétriere, París, Macula, 1982.,," 'Mon cher docteur Freud': Charco!"
unpublished correspondance to Freud, 1888-1893 , anotaciones, Iraducclón y comenta.
rios de Toby Gelfand, en Bulletin 01 the H/story 01 Medecme, 62. 1888, 563-588. Mich,l
Bonduelle, Toby Gelfand y Chrislopher G. Goelz, Charcot, un grand medecm dans Son
siecte, París, Michalon, 1996.
CHISTE
Obra de Sigmund Freud* publicada por primera vel en 1905 con cl título de
Der Wil~ 1111 seille Beziellllllg ZIIIII VllbewlI .u tell. Traducida por primcl"lI \'eL ni t'nlll-
169
I ' ' n con lo inconsciente (El)
Chiste y su re aCIO --.
. En Francia, Lacan, contra ~arie Bonaparte*, que había empleado "1/101 e/'esp"t,
qUIso tradUCir Waz por I~-aa d espnl, disociando así el rasgo, Imil, como signilicante,
del esprit. Después de el, los lacanianos, fascinados por los juegos de palabras d~1
maestm, prefieren hablar de Wilz, más bien que de ch'¡sle e - I leo del tér01I-
- .. .'. ' amo SI e emp .
no aleman pellTIltlera remitir el WIIZ freudiano a una función Simbólica dellengul\Jo, a
'72
Cinco conferencias sobre psicoan álisis
-
un raSao<>
signifi cante
I quedse pierde
-ó al cambiar de idiom a_En 1988 , en ocaSIón - de la apa-
rición de la exce .entef tra
b lUCCI n de . Denis Messier' le an- Benrand Ponta lt.s escnbló . . una
nota en la cua l le uta . a. a traduccIón de Witz por t ra¡'t d"esprit. Aunque tenIendo . en
cuenta el carácter. dpOSItIvO del, aporte
. teórico
. lacanjano ' sub ray Óa ·Justo tItulo
, que el
\Vit-, en el sentIdo e Freud tenta una SIgnIficación mucho más amp l'la y menos concep-
tual
, que la que surge de la lectura propuesta por Lacan . De a11 I' 1a deCI.Slon . , de tradUCIr
. el
título de la obra como Le Mot d'esprit et sa relatl'on a
' 1" lflconSCl.ent .
En . 1989, los traductores de las. CEuvres eomjJletes, baJ'o
a I d'Ireccl'ó n de 1ean Lap Ian-
che, Plerre Cotet y André Bourgulgnon (1920-1996), anunciaron, al contrari o, su inten -
ción de retomar el térmIno de Lacan con otro enfoque_Sosteni endo la existencia de una
supuesta "lengua freudlana" y de una disciplina llamada freudología, llegaron a la con-
clUSIón de ~ue el Wlt z no era un chIste (mot el 'esprit), sino un rasgo del espíri tu freudia-
no que habla que hacer pasar a la lengua france sa. Al término de esa elaboración un tan-
to bizantina, decidían que la obra de Freud se publicara en francés con el títul o de Le
tmit d'esprit en el tomo VII de las CEI/vres eOll/pletes .
Obra de Si und Freud* publicada por primera vez en 1910, en inglés, r n el.
American 101/;::;1 of Psychology, con el título de 'fhe ()rigi~1 ami De¡'e,lopmcllt oJ
Psychoa 1 ' d .' de H W Chase, y (\espuCS retraducIda por J a-
na ySIS, en una tra UccJOn ..'. 173
Cinco conferencias sobre psicoanálisis
-
mes Strachey*, en 1957, con el título defive Leclures on Psycho-AIIIIIY~is. En ale.
man se pu bl'IC ó en 1910 con el título de Uber psychoallalyse.
o
. . Fue traducida al rra n.
o
cés en 1920 por Yves Le Lay, con el título de Ongllle el develoPp'em:nl de la Psycha.
Ilalyse, precedida por una introducción de Édouard ~Iaparede ; Reeditada en
1921 en la misma traducción, y con la misma introducción, con el titulo de ú, Psy.
clwllalyse, y más tarde, en 1923, con el título de Cinq Lefons sur la psychanalyse.
Retraducida por Cornélius Heim en 1991 con el título de Sur.la psychaJl~lyse. Cinq
cOllférellces, y en 1993 por René Lainé y Johanna Stute-CadlOt, con el htulo De la
psychallalyse.
EI27 de agosto de 1909, Freud llegó a los Estados Unidos· acompañado por Sandor
Ferenczi* y Carl Gustav Jung*: éste sería su único viaje al continente americano. A pro-
pósito de él, Jacques Lacan* construyó su famoso mito de la peste*'
El 30 de diciembre de 1908, Freud le anunció a Jung que había recibido una invita-
ción de Stanley Granville Hall* para pronunciar una serie de conferencias en la Clark
University de Worcester, Massachusetts. Temía que ese viaje le hiciera perder dinero, y
precisó: "No soy lo bastante rico como para poder dar cinco veces esa cantidad por la
estimulación de América [oo .l. Janet*, cuyo ejemplo invocan, es probablemente más ri-
co, o más ambicioso, o no le falta nada en su práctica. No obstante, lamento que esto
fracase, porque habría sido muy agradable."
El 7 de enero de 1909, Jung le respondió: "Con respecto a América, también me
gustaría observar que lanet, por ejemplo, pudo amortizar después sus gastos de viaje
con la clientela norteamericana que consiguió. Hace poco tiempo, Kraepelin* atendió
una consulta en California por la modesta propina ele 50.000 marcos. Creo que este la-
do de la cuestión también debería ser tomado en cuenta." Freuel temía además al purita-
I1Ismo. E~ efecto, pensaba que el público norteamericano no aceptaría el "núcleo duro"
de su teona de la sexualidad*-
También
. le dijO o a Karl Abl'aJlam* 1 b . .
que amenta a que ese vtaJe no pudtera hacerse. .
FerenczI, por su parte, comentó como sigue la deci sión ne0ativa de Freud: "Me consue.
la el hecho de que usted sólo haya .' d . . lo •
. ' ca5l acepta o el vIaje a América aunque 1'0 sena
;~ll~eC~~~~ d~;;~~;~~ allí". F;eud le respondió en el mismo tono, pri~ero ellO de ene-
( . . yo sella mI/y capaz de Invitarlo a acompañarme") y después el
17 de enero SigUiente' "SI a pesar I t d i '
. . l' " e e o o o que uno puede humanamente imaginar. el
VIaje se lea Iza, usted me acompañará, por supuesto". ~
Una semana más tarde, después ele . . . .
cómodas y una remune a'ó á una nueva Invtlaclón que proponía fechas mas
r CI n m S SustancIal Fre d' . o • _ '1 .
"Le preounto si usted q ' . .. o ' U Invito a Ferenczl a acompan.u o.
lo utele unllse a mi en este v· · p. . o o " ."
Con la misma prontitud Ferencz' I l ' laJe. al a mi sena un gran plac<l.
con gratitud" su amable 'invitaciól~. ~e~li~od~a~er a Freud, el 2 de marzo, que "acc~ta¡':l
cambio deseos de viaJ'ar en compa - I J eva¡ a FelencZI con el. Freud. no tema en
o
amargura. , llla e e ung ' lo Cll ',1 I SUSCIto. - en este último una cler,
. 1'1
pero ~ntes, el 13 del mismo mes, le ha,bía escrito con tono sibilino al pastor Oskar Pfis-
ter": La gran nove~~d de que Jung Ira a Worcester co nmi go, sin duda también le habrá
hecho efecto a usted . El ffilsmo día le informó secamente a Ferenczi que Ju ng se suma-
ba al ViaJe, precls,ando, c~mo para eVItar posIbles confusiones: "El propio Jung le habrá
hecho saber que el tamblen recIbIó una invitación a nuestra ceremoni a, para pronunciar
tres conferencIas sobre un tema que le ha sido impuesto. Esto es lo que realza toda la
historia, Y para nosotros t?do estará por cierto agrandado y amplifi cado. No sé aún si él
llegará a tomar nuestro mismo barco, pero en todo caso estaremos juntos all á."
El viaje se desaITolló sin incidentes. En el paquebote George Washil1 gtoll, los tres
hombres analIzaron mutuamente sus sueños, pero a Freud le costó un tanto dar lib re
curso a sus asociaciones en presencia de Jung.
Durante cinco tardes, del martes al sábado, dio sus conferencias. Al fin al de la sema-
na recibió, en una brillante ceremonia, lo mismo que Jung, el título de doctor hOlloris
callsa.
Unánimemente apreciadas, las cinco conferencias de Worcester obtuvieron una aco-
gida triunfal en la prensa local y nacional. En un excelente artícul o, Stanley Hall, presi-
dente de la Universidad, calificó de "nuevas y revolucionarias" las concepciones freu-
dianas. Insistió en la importancia de la sexualidad, y comparó el aporte de Freud en
psicología con el de Richard Wagner (1813-1883) en mú sica.
Para Freud, ese momento marcó el fin de su aislamiento. Sin embargo, en 1914, en
su ensayo "Contribución a la historia del mov imiento psicoanalítico" , hab ló con cierta
ligereza de las cinco conferencias, afirmando haberlas improvi sado. En realidad, y su
correspondencia con Ferenczi lo atesti gua , las había redactado durante todo el verano de
1909.
Fue en 1925, en su autobiografía (Preselllación alltobiog r6fica*), cuando adoptó
otra actitud respecto de su trabajo. En efecto, en ese retorno al pasado, Freud no oculta
su emoción ni la importancia del hecho: "Yo tenía en esa época cincuenta y tres años,
me sentía joven y sano, y esa breve estada en el Nuevo Mundo fue en términos genera-
les benéfica para mi amor propio; en Europa, me sentía de algún modo proscrito; allí
me veía acogido por los mejores como uno de sus pares. Cuando sub í a la cátedra de
Worcester para pronunciar las Cil/co cOl/ferencias sobre psicoal/6/isis (19 10) fue como
la realización de un ensueño inverosímil. El psicoanálisis* no era ya una formac ión de-
lirante, se había convertido en una parte preciosa de la realidad."
Publicadas primero en inglés, sus cinco conferencias no aportan nada nuevo a quien
conoce lo esencial de la obra freudiana. Sin embargo, por su claridad eje mplar, tienen
una función didáctica, y constituyen una iniciación particularmente sencilla en los gran-
des principios del psicoanálisis.
La primera conferencia trala sobre la especi ficidad del enfoqu e psicoanalítico de la
neurosis*. En tal sentido, Freud evoca la historia de Anna O. (Berlha Pappenheim*) , y
recuerda a ]osef Breuer*. En la segunda conferencia explica de qué modo el abandono
de la hipnosis* le permitió captar la manifestación de las resistencias*, la represión* y
el síntoma, así como su funcionamiento en relación con la emergencia de "mociones"
deseos*, que él califica de "perturbadoras" para el yo*.
De hecho, esa conferencia ilustra, de manera quizás aún más evidente que las otras,