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Para los libros de Aristóteles y Spinoza, véanse Ética (Aristóteles) y Ética (Spinoza).

La ética (del lat. ethĭcus, y este del gr. ἠθικός ēthikós; la forma f., del lat. tardío ethĭca, y este del
gr. ἠθική ēthikḗ1 ) es la rama de la filosofía que estudia lo correcto o equivocado del
comportamiento humano.2 Además, tiene como centro de atención las acciones humanas y
aquellos aspectos de las mismas que se relacionan con el bien, la virtud, el deber, la felicidad y la
vida realizada. El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua
Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado.

La ética estudia qué es un acto moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo
se ha de aplicar posteriormente a nivel individual y a nivel social. En la vida cotidiana constituye
una reflexión sobre el hecho moral,es decir busca las razones que justifican la adopción de un
sistema moral u otro.

Una doctrina ética elabora y verifica afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia ética,
juicio moral o declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como
“bueno”, “malo”, “correcto”, “incorrecto”, “obligatorio”, “permitido”, etc., referidos a una acción,
a una decisión o incluso contendrá a las intenciones de quien actúa o decide algo. Cuando se
emplean sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, o acciones. Se
establecen juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: “Ese hombre es malo”, “no se debe
matar”, etc. En estas declaraciones aparecen los términos “malo”, “no se debe”, etc., que implican
valoraciones de tipo moral.

Índice [ocultar]

1 Introducción

1.1 Significado y objeto

1.2 Límites con disciplinas adyacentes

2 Ramas de la ética

2.1 Meta-ética

2.1.1 El problema del ser y el deber ser

2.1.2 La falacia naturalista

2.2 Ética normativa


2.2.1 Consecuencialismo

2.2.2 Deontología

2.2.3 Ética de la virtud

2.3 Ética aplicada

3 Historia de la ética

3.1 Antigua Grecia

3.2 Edad Media

3.3 Edad Moderna

3.4 Edad Contemporánea

4 Véase también

5 Notas y referencias

6 Bibliografía

7 Enlaces externos

Introducción[editar]

Significado y objeto[editar]

La palabra ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego antiguo ἠθικός transliterado como
ēthikós. Según algunos autores, es correcto diferenciar êthos, que significa ‘carácter’, de ethos,
que significa ‘costumbre’, pues “ética” se sigue de aquel sentido y no es éste.3

Según una corriente «clásica», la ética tiene como objeto los actos que el ser humano realiza de
modo consciente y libre (es decir, aquellos actos sobre los que ejerce de algún modo un control
racional). No se limita sólo a ver cómo se realizan esos actos, sino que busca emitir un juicio sobre
estos, que permite determinar si un acto ha sido éticamente bueno o éticamente malo.

Fernando Savater, en el primer capítulo de su libro Ética para Amador («De qué va la ética»),
define la ética como «el arte de vivir, el saber vivir, por lo tanto el arte de discernir lo que nos
conviene (lo bueno) y lo que no nos conviene (lo malo)».
Ello implica establecer una distinción entre lo que sea bueno y lo que sea malo desde el punto de
vista ético, y si el bien y el mal éticos coinciden o no con lo que serían el bien y el mal en sí.

Límites con disciplinas adyacentes[editar]

La ética se relaciona con la antropología, el derecho, con la Ley, y con ciencias empíricas que
estudian el comportamiento humano, como la sociología y la psicología.

Un autor define ética del siguiente modo: “Ética (del griego ethika, de ethos, ‘comportamiento’,
‘costumbre’), principios o pautas de la conducta humana, a menudo y de forma impropia llamada
moral (del latín mores, ‘costumbre’)”.4

La palabra ética proviene del griego êthikos (“carácter”). Se trata del estudio de la moral y del
accionar humano para promover los comportamientos deseables. Una sentencia ética supone la
elaboración de un juicio moral y una norma que señala cómo deberían actuar los integrantes de
una sociedad. Por profesión se entiende una ocupación que se desarrolla con el fin de colaborar
con el bienestar de una sociedad. Para realizar dicha labor es necesario que el profesional
(persona que ejerce la misma) actúe con responsabilidad, siguiendo los requisitos que la ley
vigente plantee para el desarrollo de esa actividad.

La ética profesional pretende regular las actividades que se realizan en el marco de una profesión.
En este sentido, se trata de una disciplina que está incluida dentro de la ética aplicada ya que hace
referencia a una parte específica de la realidad.

Cabe destacar que la ética, a nivel general, no es coactiva (no impone sanciones legales o
normativas). Sin embargo, la ética profesional puede estar, en cierta forma, en los códigos
deontológicos que regulan una actividad profesional. La deontología forma parte de lo que se
conoce como ética normativa y presenta una serie de principios y reglas de cumplimiento
obligatorio.

Ramas de la ética[editar]

Meta-ética[editar]

Artículo principal: Metaética


La meta-ética es una rama de la ética cuyo centro de interés es el análisis del lenguaje moral.

El problema del ser y el deber ser[editar]

Artículo principal: Problema del ser y el deber ser

La ética teleológica es generalmente una ética orientada hacia fines, hacia un télos (en griego, ‘fin
u objetivo que perfecciona a quien lo alcanza’).

Hume ha planteado la objeción de que la transición de “lo que es” a “lo que debe ser” es
problemática, y en general ilegítima. La falacia naturalista de George Edward Moore plantea
cuestiones estrechamente relacionadas, pero no es estrictamente lo mismo.

Como se destaca más adelante, los positivistas, deben estar epistemológicamente entre las tasas y
tarifas de destino, y se diferencian por su relación diferente a los sentidos. La distinción
epistemológica entre es y debe se basa en la ciencia empírica moderna. Quien no acepta esta
distinción, o bien debe postular a un ser que no es directamente o indirectamente detectable, o se
debe considerar lo que debe ser perceptible.

Las normas éticas se derivan de supuestas declaraciones sobre los seres, con frecuencia pasan
inadvertidos por el uso de la ambigüedad normativa y empírica de términos como “esencia”,
“naturaleza”, “determinación”, “función”, “final”, “sentido” u “objetivo alcanzado”. Así, la palabra
“objetivo” es incluso lo que en realidad busca una persona (Su meta es graduarse). La palabra
objetivo puede referirse también a lo que debe perseguir un hombre (por ejemplo, cuando se dice
de alguien que perdió el objetivo o la meta de su existencia humana).

La ambigüedad inadvertida empírico-normativa de ciertos términos conduce a falacias lógicas


tales como: “La esencia de la sexualidad es la procreación. Por lo tanto, la anticoncepción no está
permitida, porque no refleja la naturaleza de la sexualidad”.

Tomando nota de que esto supone que se ha deducido lógicamente que el ser es una justificación
de las normas aún no declaradas (Promulgadas). Porque, además de las declaraciones normativas
y de los registros, hay voluntades. La expresión de la voluntad de una persona: “No quiero ser
molestado en la siguiente hora por cualquier persona” incluye el deseo de que la norma “Nadie
me debe molestar en la hora siguiente” sea capaz de ser acogida y respetada por otros. El punto
central será saber si la expresión de la voluntad de esa persona sea o no sea éticamente correcta,
o sea simplemente un acto arbitrario que no exige un respeto absoluto por parte de otros.

La falacia naturalista[editar]

Artículo principal: Falacia naturalista

George Edward Moore, en su obra Principia Ethica, acusa al naturalismo de cometer un error
cuando infiere que algo tiene una propiedad moral a partir de que ese algo tiene tal o cual
propiedad natural.5 Por ejemplo, asumiendo que el placer es una propiedad natural, un
naturalista podría sostener que las relaciones sexuales son buenas porque son placenteras.5 Sin
embargo, Moore señala que para afirmar esto, primero se necesita mostrar que todo lo placentero
es bueno,5 y esto requiere de un argumento que parece difícil de proveer. Pese al nombre de la
falacia, la misma parece poder extenderse más allá del naturalismo.5 Así, el desafío propuesto por
Moore parece mostrar cómo es posible concluir legítimamente que una propiedad no moral
puede identificarse o tener la misma extensión que una propiedad moral.

Ética normativa[editar]

Artículo principal: Ética normativa

El dilema del tranvía es un experimento mental que puede servir para ilustrar y poner a prueba
distintas teorías éticas.

Las teorías de la filosofía ética o moral se pueden distinguir de acuerdo a los criterios de sus bases
para la determinación del bien moral. El bien moral puede ser determinado por:

Las consecuencias (ética teleológica) consecuencialismo;

Disposiciones de comportamiento, rasgos de carácter y virtudes (ética de la virtud);

La intención del actor (ética disposición);

Objetivos hacia hechos morales, como objetivo de las evaluaciones morales sobre la propiedad o
la acción (ética deontológica);

Optimización de los intereses o de las partes interesadas (de preferencia), la ética utilitarista, de la
felicidad (eudaimonía), o del bienestar.

Consecuencialismo[editar]
Artículo principal: Consecuencialismo

Jeremy Bentham, uno de los padres del utilitarismo.

Las éticas teleológicas (Del gr. τέλος, fin) es un grupo de teorías éticas que emana deberes u
obligaciones morales que buscan lograr un fin último, que presume bueno o deseable. También se
le conoce como ética consecutiva, ya que se basa el juicio de los actos en sus consecuencias, y se
opone a la éticas deontológicas (del griego δέον, deber), que sostienen que la moralidad de una
acción es independiente del bien o mal generado a partir de ella.6

El consecuencialismo sostiene que la moralidad de una acción depende sólo de sus consecuencias
(el fin justifica los medios).7 8 El consecuencialismo no se aplica sólo a las acciones, pero éstas son
el ejemplo más prominente.7 Creer que la moralidad se trata sólo de generar la mayor cantidad de
felicidad posible, o de aumentar la libertad lo más posible, o de promover la supervivencia de
nuestra especie, es sostener una postura consecuencialista, porque aunque todas estas creencias
difieren en cuanto a las consecuencias que importan, están de acuerdo en que lo que importa son
las consecuencias.8

Una manera de clasificar a los distintos tipos de consecuencialismos es a partir de los agentes que
se deben tener en cuenta cuando se consideran las consecuencias de las acciones. Esto da lugar a
tres tipos de consecuencialismo:9

Egoísmo moral

Una acción es moralmente correcta si produce consecuencias positivas para el agente.10

Altruismo moral

Una buena acción es aquella que produce el bien de los demás, sin considerar al agente.

Utilitarismo

Una acción es moralmente correcta si predominan los resultados favorables sobre los indeseables
para todos. Por tanto, la mejor acción posible es aquella que produce el mayor bien para el mayor
número de personas.11

Deontología[editar]
Immanuel Kant, uno de los principales pensadores de la deontología, desarrolló la ética kantiana.

Artículo principal: Deontología

La deontología es la teoría normativa según la cual existen ciertas acciones que deben ser
realizadas, y otras que no deben ser realizadas, más allá de las consecuencias positivas o negativas
que puedan traer.12 Es decir, hay ciertos deberes, u obligaciones, que deben ser cumplidos más
allá de sus consecuencias.12

Ética de la virtud[editar]

La ética de virtud es una teoría que se remonta a Platón y, de modo más articulado, a Aristóteles,
según la cual una acción es éticamente correcta si hacerla fuera propio de una persona virtuosa.13
14 Por ejemplo, si para el utilitarismo hay que ayudar a los necesitados porque eso aumenta el
bienestar general, y para la deontología hay que hacerlo porque es nuestro deber, para la ética de
virtudes, hay que ayudar a los necesitados porque hacerlo sería caritativo y benevolente.13

Ética aplicada[editar]

Artículo principal: Ética aplicada

La ética aplicada es la parte de la ética que se ocupa de estudiar cuestiones morales concretas y
controversiales.9 Por ejemplo, algunos objetos de estudio de la ética aplicada son el aborto
inducido, la eutanasia y los derechos de los animales.9 Algunas de estas cuestiones se agrupan por
similitudes y son estudiadas por subdisciplinas:9

La bioética estudia las controversias morales que son producto de los avances en la biología y la
medicina.15

La deontología profesional se ocupa tanto de buscar justificación para valores morales que
deberían guiar a los profesionales, como de estudiar los valores que de hecho guían a los
profesionales.16

En el primer sentido la deontología profesional es una disciplina normativa y filosófica. En el


segundo sentido, se trata más bien de una disciplina descriptiva y por lo tanto científica.16 La
deontología profesional también cuenta con subdisciplinas como la ética médica, la ética de
negocios y la ética de la ingeniería.17

La ética ambiental se ocupa de la relación ética entre los seres humanos y el medio ambiente.18
Quizás las dos preguntas fundamentales de esta disciplina sean: ¿qué deberes tienen los seres
humanos hacia el medio ambiente, y por qué?18 En general, la respuesta a la primera pregunta es
una consecuencia de la respuesta a la segunda.18 Distintas respuestas o aproximaciones a
respuestas han dado lugar a distintas éticas ambientales.18

Ética militar es un conjunto de prácticas y discursos que sirven para orientar a las fuerzas armadas
y a sus integrantes para que actúen conforme a unos valores y unas normas determinadas, y para
mostrar al conjunto de la ciudadanía esos valores de referencia.

La ética económica se ocupa de las relaciones éticas que deberían guiar las relaciones económicas
entre los seres humanos y el efecto que tales normas tendrían sobre la economía de nuestras
sociedades. De hecho gran parte de los economistas que desarrollaron la teoría moderna de la
economía partieron de bases éticas. El ejemplo más cercano es el utilitarismo desarrollado
primero como doctrina moral y luego usado para la teoría del valor neoclásica.19 20

Historia de la ética[editar]

Antigua Grecia[editar]

Desde el inicio de la reflexión filosófica ha estado presente la consideración sobre la ética. Platón
afronta la temática ética en diversos lugares y desde contextos diferentes. Así, por ejemplo, en el
Gorgias busca superar el hedonismo y la ley del más fuerte. En el Fedón evidencia la importancia
de lo que exista tras la muerte para regular el propio comportamiento. En La República aborda
juntamente la ética individual (desde la perspectiva de una justicia dentro del alma) y la ética
pública, con una compleja teoría del Estado, que encuentra complementos y puntos de vista
diferentes en otras dos obras, el Político y las Leyes.

La Ética nicomáquea, seguramente el más importante tratado de ética de Aristóteles, se basa en la


premisa de que todo ser humano busca la felicidad (ética eudemónica). Para Aristóteles todos los
seres naturales tienden a cumplir la función que les es propia y están orientados a realizar
completamente sus potencialidades. El bien, que es lo mismo que la perfección de un ser o la
realización de las capacidades es cumplir su función propia, aquello a que solo él puede realizar.
También los seres humanos están orientados a la realización plena de la función que les es propia.
El problema que se suscita, entonces, es cuál es la función propia del hombre. Y si acaso hay más
de un bien propio del hombre, ¿cuál es el bien más alto y más perfecto de los que puede alcanzar
el ser humano?

Como en otras de sus obras, Aristóteles releva las opiniones de sus contemporáneos al respecto y
comprueba que todas parecen estar de acuerdo en que el objetivo supremo del hombre es vivir
bien y ser feliz, aunque hay muchos desacuerdos respecto de en qué consiste la felicidad y el buen
vivir. Para Aristóteles la vida feliz (plena) es la que permite realizar la actividad superior
(contemplación), con una suficiente autonomía (bienes materiales, salud), y en compañía de un
número suficiente de amigos (cf. Ética nicomáquea I).

Sólo son morales las acciones en las que se puede elegir y decidir qué hacer. En cambio, no son
morales ni inmorales las acciones padecidas, compulsivas o forzosas. Lo que es moral es la acción
que depende de la voluntad, si se actúa de modo correcto. ¿Cuándo se actúa correctamente? La
forma correcta de actuar depende del ámbito de acción (dianoético o intelectual, ético o moral) y
en parte está pautada por las costumbres de la comunidad a la que se pertenece (si la comunidad
es éticamente sana, algo que supone Aristóteles para el mundo griego quizá de modo acrítico) y se
aprende con la educación. Cuando se actúa de acuerdo con estas pautas, se vive bien y se es
virtuoso.

Por otra parte, los filósofos estoicos y epicúreos propusieron teorías morales basadas en principios
opuestos: la virtud y la vida con moderación (estoicismo), y la búsqueda del placer (epicureísmo).

Edad Media[editar]

Es un momento en el que la ética asume elementos de las doctrinas clásicas de la felicidad (el fin
del actuar humano consiste en obtener el bien que nos hace felices) y los une a la doctrina
cristiana (vista como Revelación divina), especialmente según la normativa que recogen los
mandamientos. El fin último del actuar humano es la caridad, que se consigue al vivir desde el
Evangelio, y que permite al hombre acceder a la visión de Dios (en el cielo), donde el ser humano
alcanza su máxima plenitud y el bien supremo.

Diversos autores hablan de ética y según perspectivas diferentes. Es oportuno recordar dos
grandes nombres, san Agustín de Hipona y santo Tomás de Aquino (especialmente en la segunda
parte de la Suma de teología, en la que se recogen numerosos elementos de la ética de
Aristóteles).21

Posteriormente, y tras las huellas de las ideas de Tomás de Aquino, se desarrolla en el ámbito
católico lo que luego será conocido como principio de doble efecto.
Edad Moderna[editar]

Los filósofos éticos modernos trabajan con la mirada puesta, sobre todo, en el mundo antiguo
(estoicos, epicúreos, Platón, Aristóteles), si bien con algunos elementos heredados de la
Escolástica medieval. Descartes tiene algunos elementos de ética en su famoso Discurso del
método. Dentro del racionalismo, es Baruch Spinoza quien elaboró de modo más amplio y
sistemático una propuesta ética. En el ámbito del empirismo, David Hume trabajó en diversos
momentos para comprender los motivos profundos de las acciones humanas.

La gran revolución ética moderna se realiza a través de Immanuel Kant, que rechaza una
fundamentación de la ética en otra cosa que no sea imperativo moral mismo (deontologismo
formal), pues si la moral se orienta a buscar la felicidad no podría dar ninguna norma categórica ni
universal. Los filósofos idealistas desarrollaron esta moral del imperativo categórico. Hacen frente
así al utilitarismo, al afirmar que el principio de utilidad no es el único criterio de corrección de las
acciones.

Edad Contemporánea[editar]

La ética del siglo XX ha conocido aportes muy importantes por parte de numerosos autores: los
vitalistas y existencialistas desarrollan el sentido de la opción y de la responsabilidad, Max Scheler
elabora una fenomenología de los valores. Autores como Alain Badiou han intentado demostrar
que esta principal tendencia (en las opiniones y en las instituciones), la cuestión de “la ética” en el
siglo XX, es en realidad un “verdadero nihilismo” y “una amenazante denegación de todo
pensamiento”.22

Recientemente, y desarrollando un análisis en profundidad de los orígenes y fundamentos de la


ética, han aparecido diversos estudios sobre el papel de las emociones en el desarrollo de un
pensamiento ético antifundacionalista, como ha indicado Richard Rorty. En las últimas dos
décadas, el filósofo escocés MacIntyre establece nuevas herramientas de análisis histórico-
filosófico de distintas versiones rivales de la ética.

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