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Desde hace algunos años, los ingenieros y arquitectos paisajistas han venido ocupándose del tema
de la estética vial.
• En el plano horizontal, el alineamiento está formado por rectas, arcos circulares y curvas de
transición.
• Durante mucho tiempo, el trazado recto fue el elemento más común, por consti¬tuir la
distancia más corta entre dos puntos y ser el elemento más fácil de llevar en el terre-no.
• El arco circular también es fácil de llevar, y pareciera ser el elemento lógico de cruce.
La curva circular permite observar los laterales de la carretera y proporciona al conductor una visión
directa y un panorama variado.
Sin embargo, las modernas carreteras rurales, cuando se trazan sobre la base de largas rectas y
curvas circulares de pequeño radio, si bien son seguras en sentido newto- niano, son aburridas,
invitan al manejo descui¬dado y causan de accidentes.
• Vistos en perspectiva, el alineamien¬to recto se ve como una recta, en tanto que el arco
circular parece una elipse.
El problema surge cuando el radio infinito de la recta cambia repentinamente por el radio finito y
pequeño de la curva circular.
En perspectiva, la clotoide aparece como una curva de curvatura cambiante que une suave y
gradualmente la recta con la aparente perspectiva elíptica del círculo.
A los ojos del conductor, la superficie de la calzada y de las banquinas forma una faja que se
desenvuelve en una serie de planos alabea¬dos, subiendo y bajando, avanzando y retro¬cediendo,
venciendo obstáculos o alejándose de ellos, asumiendo las cualidades de una composición espacial
abstracta, ondulante y sinuosa.
• Para evitar irregularidades visuales y falsas perspectivas que pueden ser causa de
accidentes, y lograr que la carretera ofrezca una apariencia de suave fluidez en su desarrollo y de
adaptación al paisaje que la circunda, surge la necesidad de coordinar los alineamientos.
Por ello, a la aplicación de los principios geométricos relacionados con la seguridad del conductor,
confort y conveniencia del manejo, hay que añadir otro ingrediente de diseño: el análisis de ios
valores estéticos de la vía, referidos a la armonía de los ali-neamientos en su conjunto, a la
apariencia agradable del trazado que irrumpe un paisaje, a la belleza de la estructuras y de las
cons¬trucciones vecinas, al conjunto de elementos de señalización, balizaje y alambrados,
etcéte¬ra.
La orientación visual puede ser buena de día y mala de noche; se refiere tanto a la carrete¬ra en
campo raso como a las arterias urbanas. Su importancia parece, pues, fundamental para la
seguridad del tránsito y la estética de la vía.
• Las deformaciones originadas por el mecanismo visual son de orden óptico- psicológico.
Ante todo, se derivan del hecho de que la visión no es instantánea: está formada por la transición
de imágenes sucesivas a medida que el ojo recorre el campo visual, y en esta percepción las
imágenes no se crean sobre un plano de percepción único, sino sobre una serie de planos
perpendiculares a los ejes momentáneos de la visión.
• Las sinuosidades dependen de la posición del observador, no siendo posjble trazar una
perspectiva que no presente si¬nuosidad alguna desde cualquier punto de observación.
• Para el proyectista de una carretera resulta casi imposible visualizar la tridimensio- nalidad
de un trazado analizando los alinea¬mientos por separado, tal como aparecen en los planos de
planta y perfil.
Por ello, se desarrollaron técnicas que permi¬ten -en la etapa de proyecto- anticipar el aspecto que
ofrecerá la carretera al conductor que se desplace sobre ella.
Las curvas horizontales y verticales deben coincidir y en ningún caso encontrarse a una distancia de
más del 10 por ciento de la longitud de la curva horizontal.
Las curvas horizontales y verticales que se corresponden deben tener casi la misma longitud.
En relación con la coordinación de los alineamientos, la AASHTO fijó una serie de requisitos:
Las condiciones generales de curvatura y pendiente deben corresponderse. Deben evitarse largos
alineamientos rectos con pendientes fuertes sostenidas, o alineamientos de mucha curvatura con
rasantes muy suaves.
Siempre que sea posible conviene disponer las curvas verticales en trayectos de curvatura
horizontal. Así disminuyen las restricciones a la visibilidad y resaltan menos los cambios del perfil.
Deben evitarse curvas horizontales fuertes coincidentes con trayectos altos de la rasante,
correspondientes a convexidades pronunciadas. La doble curvatura confunde al conductor y da
lugar a una conducción peligrosa, especialmente de noche. Esta situación puede evitarse haciendo
que la curva horizontal contenga a la vertical y la exceda a ambos lados en longitud suficiente para
asegurar que la curvatura horizontal sea la guía del conductor.
Deben evitarse curvas horizontales fuertes en puntos bajos de concavidad pronunciada, pues
entonces, por razón de la perspectiva, la vía luce distorsionada a los ojos del conductor y le incita a
aumentar aún más la mayor velocidad que adquieren los vehículos, especialmente los pesados,
cerca de los puntos bajos. La peligrosidad de esta combinación de curvatura aumenta
particularmente de noche.
Las curvas horizontales suaves con desviaciones muy pequeñas, correspondiendo con puntos altos
de la rasante de convexidad pronunciada, conviene que estén contenidas por la curva vertical, para
disimular el aparente quiebre del alineamiento horizontal.
Los perfiles muy ondulados en alineamientos muy rectos son desagradables en apariencia y
generalmente no ofrecen la debida seguridad. Debe evitarse la vista de puntos altos sucesivos de
convexidad pronunciada de la rasante, que oculten sucesivos puntos bajos. En curvas largas y
abiertas deben evitarse perfiles ondulados; las pendientes uniformes ofrecen mucho mejor
apariencia.
Los costados del camino son la zona de camino, excluida la plataforma, o ancho de coronamiento.
La conservación de los suelos, de la vegetación y de las vías naturales a lo largo de la zona de camino
son aspectos que deberían haberse tenido en cuenta desde las primeras etapas de la selección de
ruta, ubicación del trazado y proyecto de la carretera.
Cuando los costados del camino se proyectan con anchos adecuados, posibilitan la transición
agradable entre los lados de la carretera y las pendientes y vegetación natu¬rales de las tierras
adyacentes; permiten el encubrimiento de lo desagradable y proveen áreas de seguridad y
descanso, y miradores desde dónde contemplar el belleza natural.
Diseño paisajista
? promover la seguridad
• En adición a las características funcionales, el buen diseño geométrico vial debe responder
a los aspectos psicológicos y emocionales del ambiente total del camino. Se dispone de nuevos
conceptos y técnicas para ayudar al proyectista a preservar las características naturales, realzar los
valo¬res estéticos y minimizar los efectos de la intrusión del camino en los valores sociales de las
comunidades adyacentes.
• Se sugiere relacionar la reacción del conductor con los elementos geométricos como un
medio para establecer criterios geométricos objetivos para la estética vial. Se considera al proceso
de conducir como un sistema en el que el conductor recibe datos desde el ambiente del camino, los
evalúa y asigna un nivel de riesgo a los aspectos geométricos, y reacciona o produ¬ce salidas que
controlan la tarea de condu¬cir.
Cuando el nivel de riesgo percibido por el conductor es coincidente con el riesgo verda¬dero, el
conductor está libre de disfrutar el medio.
Hasta que esto no se logre, hay poca lógica en proveer, a costos adicionales, las llamadas cualidades
estéticas del proyecto.
El punto de vista externo al usuario del cami¬no es importante en zonas urbanas y otras zonas
edificadas.
En las áreas rurales, el punto de vista del conductor y pasajeros es más importante. Para el
conductor y pasajeros, la realidad física está siempre deformada por otros facto¬res ambientales
tales como el tiempo, la densidad del tránsito y la velocidad.
• El conductor puede ser confundido por pequeños errores de proyecto, irritarse por la
congestión del tránsito, estar afectado por una experiencia previa -antes o durante el viaje- o el
camino mismo puede destruir más que realzar el paisaje.
Generalmente se acepta que los caminos rurales modernos que incorporan largas rectas y curvas
suaves -seguros en el sentido newtoniano- aburren al conductor y, por lo tanto, causan condiciones
inseguras.
b) maximizar la seguridad,
c) maximizar la belleza y
Luego se aplican las normas geométricas para llevar con seguridad los volúmenes previstos.
A través de los años, los proyectistas y otra gente interesada consideraron la estéti¬ca o belleza de
los caminos.
Sobre la estética vial, generalmente la literatu¬ra consideró cómo parece el camino desde los puntos
de vista externo e interno.
Así se han deducido criterios o reglas subjeti¬vos para ayudar a! proyectista a formular juicios
estéticos.
• Estas reglas intentan incorporar el tercer objetivo -maximizar la belleza- sujeta al objetivo
de minimizar el costo tota!. Otras herramientas comprenden el uso de modelos para crear el
ambiente antes de los proyectos finales.
Las herramientas pueden ser el periscopio invertido, dibujos animados, fotografías, dibujos de
perspectivas, etc.
Aunque estas ayudas existen y son valiosas, el proyectista debe ser consciente de que él no está
conduciendo sobre el camino, y así no puede experimentar el impacto de toda la obra sobre el
conductor.
• Estas técnicas parecen ser la solución de problemas particulares; sin embargo, ellas no
establecen objetivamente ningún criterio mensurable que refleje la experiencia de conducir.
Sin embargo, objetivamente no se conoce qué rango de grado de curvatura sería el óptimo. Un
conductor puede encontrar un alineamien¬to curvilíneo más agradable que una sección recta
durante la noche, no porque él pueda ver la curva total fijada en el medio, sino porque se reduce el
resplandor de los faros. Este ejemplo se cita para mostrar la influencia de los factores ambientales,
distintos de los establecidos en las reglas generales sobre estética.
El problema de establecer criterios mensurables fue involuntariamente pasado por alto o eludido
en la búsqueda para desa-rrollar soluciones.
De ningún modo es un problema fácil de comprender y -por su complejidad- puede que nunca sea
definido cuantitativamente.
No sólo se refiere a cómo aparenta una obra o su ambiente, sino cómo el conductor y sus pasajeros
reaccionan a todos los datos de entrada que los proyectistas crean.
La mayoría de los conductores disfrutan un viaje si se sienten seguros y son capaces de desviar su
atención momentáneamente hacia otros elementos en el ambiente al lado del camino.
Ésta es la clase mayoritaria de usuarios del camino que disfrutan de la estética y que deberían
considerarse si está por incorporarse la belleza.
Si el conductor percibe un gran riesgo, su atención será ocupada por la tareas de condu¬cir, y
aunque ciertos elementos del ambiente pudieran considerarse estéticos, él no será capaz de
disfrutarlos.
La atención parcial a tales elementos puede ubicar al conductor en una situación insegura. Por otra
parte, si el conductor percibe un ambienta seguro y el proyecto y las condicio¬nes prevalecientes
son tales que él está real¬mente seguro, estará libre para disfrutar de las bellezas del viaje.
• Sobre ciertos caminos el conductor percibirá un riesgo mayor que el verdadero; así, el turista
que conduce por primera vez en un camino de montaña puede sentir un gran riesgo y
sobrecompensar por ello.
Por otra parte -algunos de los caminos llanos son ejemplos- en cierto camino el conductor puede
asociar menos riesgo del que existe. Puede entonces aburrirse o desinteresarse de su tarea,
resultando que el conductor se ubica en una verdadera situación de riesgo que él no percibe, y que
por lo tanto no compensa.
• Mediante la comprensión de las situa¬ciones en que el conductor puede disfrutar los valores
estéticos, cuándo y porqué se siente seguro sobre un camino, y relacionando esto con los elementos
geométricos, pueden desa¬rrollarse las bases del camino completo.
El nivel de riesgo percibido por el conductor debería estar reflejado por sus reacciones. Una vez
establecidos los límites del nivel de riesgo y relacionados con los elementos geométricos,
lógicamente uno puede proyec¬tar los elementos considerados estéticos. Uno no le pide al
conductor aislar componen¬tes del diseño vial en cuanto a su relativo mérito estético.
Sin embargo, uno debería ser capaz de determinar aquellos elementos que establecen los
aceptables límites de nivel de riesgo a través de la medición de las respuestas del conductor.
• El nivel de riesgo debería ser tal que el conductor perciba el verdadero riesgo y toda¬vía se
sienta libre de apreciar los elementos estéticos en el ambiente.
• Para que el camino esté en el campo visual del conductor en todo tiempo, pueden calcularse
los máximos grados de curvatura y los radios mínimos para varias velocidades de proyecto.
• Si el guiado visual se provee adecua¬damente, el conductor puede estar libre para disfrutar
la presente naturaleza del ambiente.
Hasta no haber un sentimiento de seguri¬dad por parte de! conductor, es inútil embellecer el
camino para su beneficio.
El creciente interés sobre la apariencia natural de nuestros caminos hace deseable, si no necesario,
adoptar un método de proyecto en el cual sean igualmente consideradas la función y la forma.
La solución óptima de los problemas de traza¬do y alineamiento en cuanto a los valores psicológicos
y emocionales puede obtenerse por medio de la técnica de proyecto de una perspectiva
tridimensional.
Los defectos comunes de tal alineamiento son bien conocidos y pueden sintetizarse en dos grupos
principales:
a) vista distorsionada, tal como la montaña rusa, espalda quebrada y quiebres en la silue¬ta
natural, y
Un camino bien proyectado no sólo debería contribuir a ¡a seguridad de los usuarios, sino que
también debería presentar vistas placente¬ras y estéticamente satisfactorias.
Ya sea que el camino se vea desde un punto de vista interno o externo, debería concordar
armoniosamente con el paisaje,
Así, necesitamos incorporar el factor humano en el trabajo de proyecto mediante la visuali- zación
del trazado del camino y del proyecto del alineamiento en las tres dimensiones.
• Debido a las muchas variables, no hay ninguna respuesta infalible al proble¬ma del trazado.
El alineamiento en sí mismo consiste en una serie de líneas rectas conectadas por medio de curvas
y espirales.
Comenzó con largas rectas y cortas curvas, alineamiento aplicado especialmente en los primeros
años de la construcción ferroviaria.
Desafortunadamente, este técnica todavía esté en uso.
El alineamiento se puede mejorar acortando las rectas y aumentando la longitud de las curvas.
Se halló que la longitud mínima de una curva no debería ser menor que 450 a 600 metros.
• La forma ideal del alineamiento debe¬ría tener aproximadamente la misma escala para las
curvas horizontales y verticales, y más o menos coincidir los principios y finales de ambas curvas.
Por lo tanto, es altamente deseable el desarrollo de algún medio por el cual el proyectista pueda
ver su proyecto antes de la construcción.
Ahora, el proyectista debe ser capaz de estudiar directamente la apariencia visual de su proyecto,
poniéndose él mismo en el asiento del conductor y simular las reac¬ciones de la conducción.
Debe estar alerta a todos los defectos de su proyecto y a los peligros que ellos acarrean, y conocer
qué mejoras pueden hacerse para asegurar una óptima seguridad.
Como resultado, una vez construido el camino es una decepción, aunque ambos alineamientos sean,
considerados separadamente, acordes con las normas de proyecto y correctamente integrados ai
relieve del terreno.
Esto se debe a que el alineamiento es, en realidad, una curva tridimensional cuya apa¬riencia en
perspectiva depende no sólo de las proyecciones horizontal y vertical, sino tam¬bién de la
combinación de ambas.
La apariencia en perspectiva del alineamiento, según se ve desde cada punto a lo largo del camino,
debe permitir al usuario:
1 Ver claramente el pavimento y todas las obstrucciones que pudiera haber sobre él, desde
una distancia suficientemente larga como para tomar la decisión de evitarla o detenerse
(condiciones clásicas de visibilidad);
4 Disfrutar del alineamiento como formando parte del campo lateral sin abusar de elementos
artificiales o contrariado por recodos, roturas, y discontinuidades que destrozan el confort
psicológico del conductor.
Una curva horizontal se deforma en perspectiva si un punto alto cae sobre ella. Una corta y baja
joroba puede transformar completamente la apariencia del alineamiento, y la curva horizontal
puede ser aun completamente ocultada si comienza cerca de la posición de la joroba.
Un alineamiento que no tiene ningún punto de inflexión en sus componentes horizontal y vertical,
puede tener un punto de inflexión en los dos considerados juntos. Esto ocurre cuando el plano
ocular en un punto del alineamiento pasa a través del ojo del observador. Estos puntos artificiales
de inflexión son extremadamente comunes, producidos ya sea por una combinación de curvas
horizontal y vertical con radios radicalmente diferentes, o, peor, poniendo las curvas vertical y
horizontal en secuencia o con un ligero solapo. Los puntos de inflexión artificial son desagradables
y confusos, en tanto hacen creer que hay un verdadero punto de inflexión en el alineamiento.
El camino puede también desaparecer detrás de una joroba vertical sólo pare reaparecer más allá
sobre una línea con la plataforma original. La diferencia en los anchos de plataforma y en las
direcciones del alineamiento hacen que tales pérdidas de visión del camino adelante sean
desagradables y a menudo peligrosas, porque modifican la apreciación de distancias del conductor
y puede darle la impresión de que los vehículos que vienen hacia él bastante separados lateralmente
están en el mismo carril que él.
En las autopistas urbanas o suburbanas o en ios distribuidores, los estudios en perspectiva son aún
más útiles, a pesar de la velocidad directriz más baja. No sólo puede estudiarse correctamente la
visibilidad de los errores ópticos, sino también pueden hacerse avanzados estudios de los postes de
señales convencionales o aéreas, carriles de aceleración y desaceleración, y zonas de cruce.
Un camino antiguos
Es la designa toda vía de comunicación entre dos puntos; en su sentido Los caminos
son bienes de domiio publico de aprovechamiento común. Naturaleza que, así como
la cualidad de ser impresquitibles, se les reconoce desde antiguo.1
Las funciones de la Administración pública con respecto a los caminos pueden
reducirse a tres:
construirlos y repararlos
conservar su propiedad
regular el aprovechamiento común
HISTORIA
Es de creer que desde el momento en que los pueblos se fueron relacionando entre
sí se fueron estableciendo rutas para facilitar la comunicación, y que se
establecerían reglas de policía para su conservación y aseo. Se dice que
los persas tuvieron tres caminos principales muy buenos. Según Diodoro de
Sicilia, Semíramis estableció por todos sus estados una especie de caminos o vías
militares para cuya construcción hizo rebajar colinas, rellenar valles y fosos y
formar diques y calzadas elevadas. Justino asegura asimismo que Jerjes empleó
sumas considerables para la construcción de caminos públicos.
Antigua grecia
Herodoto dice que el cuidado de los caminos entre los lacedemonios estaba a cargo
de los reyes. En Atenas cuidaba de ellos el senado, y en Tebas y otros pueblos de
Grecia confiaban este encargo a los hombres más eminentes. Sin embargo, no
parece que entre los griegos este ramo hubiese adelantado con proporción a los
otros en que tanto aventajaron a los demás países, como resulta claramente de un
pasaje de Estrabón. Este autor dice en el libro 5.° que los griegos miraron con
negligencia tres obras por los que los romanos no perdonaron tiempo ni fatiga, a
saber, la construcción de las cloacas, de los acueductos y de los caminos
o vías públicas. Se justifica además el atraso o indiferencia de los griegos por los
caminos al no hacer mención de ellos ninguno de sus autores y porque no llegaron
jamás a tener ninguno enlosado. Este adelanto estaba reservado, según dice Isidoro
a finales de su XV libro, a los cartagineses, pueblo comerciante que conocía el
interés de los viajes y la facilidad de los trasportes.
Antigua roma
Los romanos siguieron su ejemplo y los monumentos o vías que quedan todavía de
ellos después de tantos siglos son un testimonio incontestable de su poder y de su
gloria. El primer camino que construyeron es considerado el más hermoso de
cuantos fabricaron: este es la vía Apia, así llamada por Apio Claudio. En seguida,
hicieron construir la vía Aureliana, luego la Flaminia, a las que añadieron otras
muchas, de suerte que los caminos espaciosos, sólidos y adornados de milla en
milla de columnas de mármol se extendían en todas direcciones desde las
extremidades occidentales de Europa y África hasta Asia menor, en una distancia
de más de cuarenta mil leguas francesas.
Los romanos construían los caminos con cuatro hiladas o capas de materiales, de
las que resultaba una obra solidísima.