Está en la página 1de 2

Mi media naranja

Seguramente la mayoría de las personas han escuchado y se han esperanzado al escuchar que para todos y cada uno de nosotros existe una "media
naranja", refiriéndose a aquél ser que provocará en nosotros una sensación de estar "completos", ya que nosotros al ser una "media naranja"
necesitamos encontrar aquella mitad que nos falta para ser juntos una sola naranja entera y perfecta.

¿Combinan perfecto no?

Pero, ¿Por qué no ser cada uno de nosotros naranjas completas? ¿Por qué condicionar nuestra felicidad a la búsqueda de aquello que creemos
nos completará como personas? La respuesta es difícil de encontrar y depende de cada uno de nosotros encontrarla, simplemente mi respuesta
es lo que tengo y tiene que ver con una palabra que nos gusta olvidar pero que siempre está presente en nuestras relaciones y es "expectativas",
sí, aquellos deseos de que las personas sean como queremos y no precisamente aceptando cómo son.

Hablando de pareja, son tantas las expectativas de que el ser "amado" cubra aquello de lo que carecimos en algún momento de nuestras vidas
que obviamente al no poder éste con la exigencia nos decepcionamos, nos alejamos, nos sabe a fracaso, "Un intento más y he vuelto a fallar",
pero perdemos de vista que la otra persona si nos quería pero su papel no era el se solventar carencias, ni renunciar a sus creencias por no coincidir
con las nuestras, su papel era solamente el de un acompañante en nuestro camino, y juntos poder superar adversidades pero cada quién poniendo
lo que son, como naranjas completas e individuales, pero que en conjunto el jugo que le sacaran a la vida llenara a cada uno de gozo, de sonrisas.

La espera de una media naranja sólo nos autoconfirma como mitades, como incompletos. Una relación entre mitades es una relación a medias,
soy de la idea de que logrando ser naranjas completas seremos capaces de gozar con plenitud y convicción cada una de nuestras relaciones, pero
desde esa sensación que el simple hecho de SER nos puede dar.

También podría gustarte