La casa de las cosas es que si no capeamos nos volvemos monos.
No hay que hacerlo,
reclaman. No hay que postrarse ante las injusticias, reclaman otros. Y no los escucho, a uno u otros. De o�do sordos hago virtud y as� muero en la penumbra, sin saber nada y sin querer nada de ese mundo que se mueve del otro lado de mi ventana.