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ANTONIO JOSÉ PONTE (Matanzas, EN EL ANTIGUO BARRIO DE PUTAS

1964). Poeta y ensayista. Su cuaderno de


ensayos Un seguidor de Montaigne mira
La Habana obtuvo el Premio de la Crítica Deben estar secando sus cabellos al sol
en 1996.

antonio josé ponte


las putas de antes que continúen vivas.
Alrededor del cuello una toalla húmeda,
algunos pétalos en el cubo de agua,
sus cabezas de reina vencida mirando un gorrión.

El gorrión busca semillas de arroz regadas en el suelo.


Qué capricho de pájaro no tendrá la memoria
que salva un grano y una noche y un hombre
de tantos hombres y noches como fueron.

Con amarillas uñas de ave las mujeres


abren mechones para que el sol llegue hasta el cráneo.
Las putas de antes qué tristeza cómo preparan a esta hora
su arroz, su huevo frito, su plátano maduro en la manteca.

En el antiguo barrio de las putas sobrecoge el cansancio.


Lo que procuran despertar tantos libros, tantos retratos de
familia.
algo nombrable con espesor, hondura, y que la vida
/ humana tiene,
se encuentra aquí.
Cansancio de ver fotos con cabezas agrupadas:
celebraciones, ritos, condenas, multitudes, vagones atesta--
/ dos.
En el barrio de los gestos repetidos el aire lleva tantas
capas
como un pastel de hojaldre.
Las superposiciones, el hacinamiento
de una generación sobre las anteriores,
el humus de los hombres, se siente como un peso.
Puede hablarse como en ningún otro lugar de lo hondo del
pasado.

VIDAS PARALELAS (LA HABANA, 1993)


poemas de

Se apaga un municipio para que exista otro.


Ya mi vida está hecha de materia prestada.
Cumplo con luz la vida de algún desconocido.
Digo a oscuras: otro vive la que me falta.

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MATISSE INEXISTENTE

Los pájaros de la frazada picotean nuestras piernas.

antonio josé ponte Encima de las piernas es su prado.


Por sus gargantas trina la marmita.

Una hilacha de humo atraviesa el espejo


y la marca de agua que han dejado unos vasos
forma ya dos pupilas en la mesa.

El estampado llena las paredes,


el aire abre los libros por sus láminas
y bajo la frazada están los cuerpos
(son lo único en blanco).

CUATRO LIBRAS DE NIEVE 1

Antes de que comiencen a florecer las varas


y el deseo de preñar se transparente,
concedan cuatro libras de nieve a Maribárbola.

Que cada boca suya rumie del invierno.


Antes de que se junten el caballo y la yegua,
naufrague Maribárbola en un cajón de nieve.

Porque ella es la primera en sentir la estación


y se vuelve difícil ensillarla.

1. Maribárbola, enana de la Reina, retratada en Las meninas, aparece


también en el inventario de locos, enanos, negros y gente de placer de las
poemas de

cortes españoles de los Austrias que compilara José Moreno Villa. Según
éste, su verdadero nombre era María Bárbara Ausquen o Ausquin y tuvo
el privilegio, a partir de 1658, de recibir a diario cuatro libras de nieve
durante los veranos. De la conjunción de ese par de monstruos —enana y
nieve en el verano— sale este poemita dedicado a Gastón Baquero en
Madrid.

123
SIGFREDO ARIEL (1962, Santa Clara, Y AQUEL MIRAR DE NUESTRO AMOR AL FUEGO
Las Villas.) Poeta, guionista de radio, cine
y televisión, dibujante.
Guarda la almendra amarga y la fruta de la mora
Ha publicado: (poesía), La Imprenta
(1985) —plaquette—, Algunos pocos que nadie picotea por su agriura.
conocidos (1987, Ed. Unión), El enorme Ten en la boca la semilla seca, cuida
verano (1995, Ed. Abril), Los peces & la
vida tropical (1996, Ed. Sed de Belleza),
la hojalata que nunca vio la luz
El cielo imaginario (1996, Ed. Vigía) y espera también en Asmodeo, el demonio cauteloso
que sobre ti se adormece con sus pies de plata.
Poemas suyos han sido antologados en
numerosas muestras de poesía cubana Espera en la línea de la mano
contemporánea. Colabora periódica- y en las ciudades que no viste nunca.
mente con revistas especializadas en
asuntos culturales, en particular, con sigfrido ariel
artículos relacionados con la música Verás Atenas y Estambul
popular cubana. Recibió, entre otros, los y San Esteban de los abisinios
premios de poesía David (1986), Caimán
Barbudo (1986 y 1991), Dador (1995). allí va a rozarte la boca como hace tanto tiempo.
Recibió el Premio al mejor guión inédito Cruzarás entre violines raspados en Hungría
en el XVIII Festival de Nuevo Cine
Latinoamericano (1997). Ha impartido
verás su marca
conferencias acerca de la cultura popular en las balsas de corcho que bajan el Yang Tsé
cubana en varios paises. Ha ilustrado en el ojo del tifón verás su mano en tu frente
libros de varios autores y su primera
muestra personal tuvo lugar en 1994: y sentirás miedo, como si fueras tan joven.
Dibujos, Hotel Inglaterra, de la Habana.
Produce discos de música popular y
tradicional cubanas para varias firmas Traba la yema que no da simiente en la vena del árbol
fonográficas. dale de comer a los abandonados
y espera su regreso en la casa de trenes y en la música.
Espera en ti, oirás su voz de nuevo
en la noche portuguesa, en el día de Malasia
bajo el sueño del tigre
en los muelles de La Habana, en los viajes sin término
su voz que entonces parecía la esperanza vana.

(De Algunos pocos conocidos, 1987.)

VINO MI MADRE A CURAR

Vino mi madre a curar a los guerreros


que llegaron al Hotel Central para morir.
Cortó la manzanilla que asomaba en sus bocas/ cargó
las aguas vivas para enjuagar la sombra en la bajada.
Auxilió a los más cansados en el descendimiento
soplándoles la muerte como una patria
/ mientras
en la pared una espiral de arena iba segando en torno:
caballeros con bastos, centauros, colibríes.
poemas de

Iba mi madre debajo de los globos que la luz


balanceaba frente a un obeso arcángel.
Yeso de la pared, yeso de guirnaldas frías: en lugar
de caer tú, podrías levantarme —una dosis de ánimo
ocupa poco sitio— en lugar de llorar tú
podrías consolarme.
124
En ninguna otra casa donde fuimos a
parar/ tumbados sobre sábanas
de bien disimulada mugre
hubo tantos dispuestos a entregar
por el fin el alma claramente y tantos otros
empeñados en no entregar
el alma nunca
como fieras.

(De Hotel Central, inédito.)


sigfrido ariel

CARTA ATENAGÓRICA

Quisiera tener aquí a mis cuatro hijos esperando el


carro de la medianoche. Gracián que duerme, Pedro
que no habla italiano en mi presencia. Vicente y
Melchor han ido al cine y no han regresado todavía.
Qué nos resuelve este rigor de buenos padres, este
espantar el ocio y los mosquitos con una vieja
gabardina ardiendo.

Gracián que duerme, sóplame el frío de la fundación.


Demos tres vueltas a la ceiba litúrgica
pon una semilla, que no serán duraznos al amanecer
sino la tradición liviana
la tradición nuestra.

Pedro que no habla, mete el prodigio de la jerigonza


entre nosotros
que no tendremos lengua más fresca
ni quiero otra para el abatimiento.

Quisiera recordar aquella antigua música


que habla de quimeras y de la negra bruma/ luego
ir con mis hijos al trabajo:
Vicente, tú serás más cuidadoso
Melchor, tú nos abandonarás
irás por tres maneras al desierto
te verán entre carámbanos, en la Osa mayor
con los estrelladores.
poemas de

Cierto es que tendrán historia, cierto es que dormirán


desnudos sobre el azogue y el fuego
y nadie irá a cobrarles deudas mezquinas
porque no tendrán ninguna deuda.

(De Algunos pocos conocidos, 1987.)

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CARLOS A. ALFONSO (La Habana, HOMBRE MUERTO CAMINANDO
1963). En 1986 obtuvo el premio ‘David’
de la UNEAC por su cuaderno El Segun-
do XXX (poesía). En la ciudad de Denver Colorado, antes de la ejecución,
a la salida del reo, durante el trayecto por los doce
pasillos que lo separan de la cámara acústica que lo des-

carlos a. alfonso
truirá con oratorios, este va precedido de un alguacil
cultor, hombre de unos quince centímetros, que grita en
gigaherzio un pregón rutilante.
Hombre muerto caminando
Hombre muerto caminando.
En Ciudad de La Habana, en Santos Suárez, la tarde que me
echaste, en el tramo de Santa Emilia hasta mi casa, voy
precedido de Valiente, hombre jurisconsulto, muy entendido
en tangos que por ahora estira bastidores.
El calla su pregón y yo lo pienso.

LAS COSAS MARCHAN

En estos días albares,


donde los carros locos corren al derecho,
y el haz que lo maneja dice hasta aquí,
un dolor que me canta mana de mi pobreza,
donde la nueva cavidad del pecho,
tiene contados órganos dispares,
repartidos como nido de mirlos en barrancos.
Tú que lo has colocado
tan caprichosamente,
sabes que finalizo
donde comienzo a oir risas calladas.
No represento ni obstáculo ni prenda,
el peligro está justo en haberte conocido,
con treinta y tres años iguales a los tuyos,
levantar de tu iglesia
un cuerpo Este igual al de las espigas,
aflojarles el lazó a los que se dirigen
por el umbral diurno a no volver ya nunca.
Sólo ahora que marchan
me dejará tranquilo la insistente pregunta.
poemas de

Tú que la has colocado,


tú que sabes que hablo,
tu que has dejado de hacerla,
sabes como callarme.

126
LA PUESTA DE EFRÉN

Puede que una tarde, recién llegado a Babilonia, me sea


devuelta el habla. Debí perder en el milagro de pro-
nunciarme toda la fuerza. Unos latidos vuelven, devolviendo
carlos a. alfonso a la vida su otra mitad humana, porque es imposible
regresar, lo deseado la emprende contra lo deseado, en la
zozobra de mi amor haya sosiego, el objeto y todas sus
puestas (puestas que asienten) contraen la enfermedad.

Puede con sus lozanos comentarios (ángeles con arzones)


cabalgar a un incorregible. Pero lo que no puede Dios, ni
Dios mediante, ni Miguel El Paleólogo, ni Constantino el
Grande, es ver que al final de mi vida lo deseado (última
face de mi voz) pende de un hilo.

JAMÁS

Si nos educa tiene la basura en el ojo


un seis de la baraja nunca llores
perro goloso cerrándole el camino,
en mi párpado manda y para las orejas,
sabe decir “eso es lo malo”,
para dejar un grupo de tres a seis personas,
cazca la voz de todos sus caminos,
entra en su baronía pero tú no lo hagas,
o como si lo hicieras,
un sentimiento blando te recorra,
se fundamentalice,
venga certero o venga bajo,
tú como si nada, no lo desenmascares,
como si no es contigo (no es contigo)
En la Cumbre G-7 de los grandes
ve los estefanotes que un llorador entrega
luego de un desayuno con los jefes de océano.
Suponemos que tiene la basura en el ojo,
que en discursos que ha oído hay emociones,
que sus ramos estallan dentro de una hora.
poemas de

Si lo mudéjar coge a lo mudéjar


cuando un gentil coma lo que coma,
hazte un favor, respira el aire,
tú como si nada.

127
JESÚS DAVID CURBELO (Camagüey, CUARTA ELEGÍA DEL LOBO
Cuba, 1965): Poeta, narrador y crítico de
artes plásticas. Licenciado en Filología
por la Universidad Central de Las Villas A Rafael Almanza.
desde 1988. Actualmente labora como
Especialista de Literatura en el Centro del
Libro de su ciudad natal; dirige, además, Cuando yo digo agua creo que lo he dicho todo.

jesús david curbelo


la revista Antenas, auspiciada por dicha
institución. Ha obtenido numerosos pre-
Digo aire, fuego, piedra, polvo, sangre.
mios en su país, entre los que se des- Todo cabe en el agua,
tacan el DAVID de Poesía en 1991 y el nace de ella,
REVOLUCION Y CULTURA de Cuento
en 1996. Ha publicado los poemarios en ella se fecunda, o la fecunda.
Insomnios (Camagüey, 1994), Extrapla- La lengua saborea sus sílabas sedosas:
giario (Holguín, 1995), Salvado por la
danza (La Habana, 1995) y Libro de cruel
agua, digo,
fervor (Santa Clara, 1997), así como el y me recorre un río la garganta y las vísceras;
volumen de relatos Cuentos para adúl- pienso, agua,
teros (Buenos Aires, 1995; La Habana,
1997). La editorial Letras Cubanas tiene y me hundo, transparente,
en proceso editorial su novela Infierno y en su alivio tan húmedo;
la casa madrileña Olalla su cuaderno de
cuentos Diario de una poeta recién ca-
agua, suspiro,
zado. Sus críticas de arte aparecen en y reaparece el fuego, el derrotado;
varias publicaciones cubanas. la piedra, la pulida;
el aire, macho rápido del agua;
el polvo, novio ardiente que la espera.
¿Y la sangre?
¿Y la usura más cálida que nos lleva a morder,
como si el diente no naufragara en la virtud del agua?
Agua y sangre se beben.
Bajo a beber al cuello y la laguna.
En el cuello descubro el polvo antiguo
del orgullo y la estirpe,
la piedra de la gloria,
el aire que macera la ignorancia,
el fuego donde arden la pulcritud y el grito.
Me aguarda en la laguna el fango torvo
donde mis patas se hunden, fallan, tiemblan
con la fragilidad del cazador que yerra el blanco
y se queda a merced de mis colmillos.
Agua y sangre pernoctan en mi boca.
Cuando yo digo sangre el mundo me penetra y lo penetro.
Digo músculo, hembras, huesos de vendaval que me
/ calcina.
Todo canto es mi sangre y flota en ella
poema inédito de

porque la sangre acata los clarines, los címbalos, la euforia,


y también la miseria del mendigo,
el llanto de la puta que soñó con ser reina,
las llagas del enfermo, sus humores,
la carne palpitante que habrá de ser carroña sin remedio.
Agua y sangre confluyen.

128
Por mi sangre navegan las historias del hombre y la
/ manada,
del tigre y del rebaño,
de los bueyes que pastan su desidia y los premian con
/ hierro,

jesús david curbelo


de los caballos prestos a cocear en la frente al suplicio,
de los perros procaces que lamen siempre el sexo de sus
/ dueñas,
de las castas, los clanes,
la espuma en que se asfixian la angustia y el recuerdo.
Agua y sangre se mezclan.
Son como un gran torrente donde nacen la perfección y el
/ odio,
el perdón y los crímenes,
las guerras y las nupcias,
la paz y la leyenda de las patrias.
Agua y sangre en mi sueño.
Agua.
Sangre.
Cuando yo digo agua creo que lo he dicho todo.
Digo aire, fuego, piedra, polvo, sangre.
Las palabras que faltan son inútiles:
pues trocan agua en sangre y sangre en agua.
Yo sólo sé el secreto de mi idioma
y en él bebo el enigma de la muerte,
de la naturaleza y el vacío.
Mi sed es tan intensa como el fuego,
tan dúctil como el aire,
como la piedra altiva,
como el polvo recóndita,
infinita, inasible, tortuosa como el agua y la sangre.
Cuando yo digo agua firmo un pacto
y la sangre de un lobo nunca engaña
porque ¿qué he perder si ya no tengo
la pericia del aire,
la voluntad del fuego y de la piedra,
la sapiencia del polvo,
el candor y las náuseas de la sangre y del agua?
Cuando yo digo agua digo vida
poema inédito de

y cuando digo sangre


entro en la eternidad, me instauro, gozo.

(Del libro inédito El lobo y el centauro)

129
ALBERTO LAURO (Holguín, Cuba, DE LA MEMORIA
1959). Poeta y escritor. Licenciado
en Letras por la Universidad de La
Habana. Bibliotecólogo. Dirigió en Si de algo no debo fiarme es de la memoria.
Holguín el Taller Literario “Pablo de la
Torriente” (1981-1986). Trabajó Hace trampas. Pone luz donde todo es oscuridad, noche a
como guionista de radio y televisión, la hora del alba.
en el Archivo Nacional de Cuba y en
el Museo de la Ciudad de La
Confunde tinieblas con mañanas, llanuras con acantilados.
Habana. Siente abrazos si el vacío es el testamento que firman los
Ha obtenido Mención del Premio Da- / amantes
vid de la Unión de Escritores y Artis-
tas de Cuba (1981). Premio Mirta Y la ausencia es un cuerpo deseado.
Aguirre de Poesía. Revista Mucha- Reina vestida con harapos. Indigente con pulsos de oro.
cha (1983). Mención y Primera Men-
ción de Poesía del Premio El Caimán
Experta en mis prevaricaciones.
Barbudo (1885, 1986). Premio Litera- alberto lauro
tura-86 de Poesía. Premio de la Mi memoria conoce el espanto.
Ciudad de Literatura para niños y jó-
venes (1987 y 1989). Mención del Se obstina en espejismos.
Premio La Edad de Oro. Ministerio Oye canciones cuando la guerra estalla.
de Cultura (1989). Primera Mención
Premio Llama de Amor viva. Revista
Vivarium del Arzobispado de la Ha- Los dos vamos a ciegas.
bana (1991). A veces llamamos amor a un incidente, agua que se escurre
Con poemas y artículos ha colabora- / entre
do en Unión, Letras Cubanas, El Cai- los dedos.
mán Barbudo, Santiago, La Gaceta
de Cuba, Quimera (Barcelona), Diá-
logo (México), La Urpila (Montevi- Me persigue.
deo), Linden Lane Magazine (New
Jersey), Babel (Portugal), Cuadernos
Cautelosa llega primero a donde voy, siempre escondida en
de Poesía Nueva (Madrid), Revue / mi
Noire (París), entre otras publicacio- equipaje.
nes y periódicos cubanos y extranje-
ros. Arde como una quemadura.
Autor del poemario Con la misma
furia de la primavera (1987) y de los
Si quiero que se ausente, no me abandona.
libros para niños Los tesoros del Si la llamo, escapa.
duende (1987) y Acuarelas (1990),
todos premiados en Cuba. Además
de la plaquette Parábolas y otros De nada me sirve ampararla.
poemas (Barcelona, 1987). Aparece Descalza sobre carbones de fuego.
en las antologías de poesía, editadas
en Vuba: Como jamás tan vivo
(1987), Andará Nicaragua (1987), Mi
madre teje el humo de los días
(1990) y en Un grupo avanza silen-
cioso (UNAM, México, 1990). Su JEROGLÍFICO
ensayo “Eliseo Diego entre la penun-
bra y la luz” fue publicado en: A cer-
ca de Eliseio Diego (Letras Cubanas, Sobre la piedra, signos: un pájaro.
La Habana, 1990). Del canto en sus alas lleva la sed.

Siempre la fiebre, lluvia negra.


Sangran los ojos de la inocencia.

Lengua de áspid, animal y veneno somos: sacrificio del


/ templo,
poemas de

fuego, holocausto.

La mano dibuja la impalpable luz.

Delira la muerte: sierpe en su laberinto.

Oscuridad: espejo de la noche. Y en ella nos perdemos.


130
alberto lauro

CANCIÓN DEL FARISEO

Toda lo abyecto del mundo está en mi lengua.


Con ella delaté a los amigos que más amaba.

Toda la miseria en mis manos


Con ellas destruí los sueños.

Semejante a una alimaña.


Indigno me arrastré ante los poderosos como sierpe que
/ aguarda
con resentimiento la mordida
que la vengará de la humillación y el escarnio.

Los que me rodean me hacen creer que soy inocente.


poemas de

Voy al templo. Doy limosnas.


Ofrezco mis sacrificios ante el pueblo.
Pago mi diezmo.
Implacable exijo implacable la contribución y los tributos.

Sé que Dios impera en el cielo.


Pero mi obligación es hacer cumplir la ley sobre la tierra.

131
NORGE ESPINOSA (Santa Clara, 1971). DIÁLOGO DE LOS MUERTOS.
Graduado de la Escuela Nacional de
teatro. Poeta, dramaturgo y crítico teatral.
Obra: Las breves tribulaciones (Santa Contigo puedo hablar, sobrepasar la medianoche
Clara, 1993). Poesía. Los pequeños
prodigios (La Habana, 1996). Poesía para unidos en el lazo flébil de la confianza.
niños En esa levedad, para las madres erigida,
para el hogar, o la pacífica costumbre de olvidarnos.

norge espinosa
Por ti puedo tender mi oscura carpa de pobreza,
fingir que leo en tu mano mi propia buenaventura
mirando siempre al sur, señalando aquellos pájaros
que alzan una ala rubia, como todo lo perdido.
Salvado de la turba, tú me mostrarás los peces
que dispones en la mesa amargada del perdón.

Qué penuria de los muertos, qué gran penuria es este


/ diálogo
que a nadie importará, porque no quedarán cartas,
testimonios, pruebas, de nuestro largo desafío
contra el que quisimos ser, aparentando una ganancia.
No digas tu confesión: tienes historias tan terribles
por contar que ahora ya sé lo imposible de rescatarte,
lo imposible de abrazarnos, aliviarnos con el celo
que me ha concedido amantes, cuerpos, lechos, certidum-
/ bres
del perfil más animal, pero no fidelidades.
Jamás una defensa, un portón recio en las tardes
que escojo para llorar, derrochando éstas mis gemas.
No me pidas hablar: tengo heridas tan recientes
como rostros el Dolor.

En verdad, qué compartimos sino ausencias: una casa,


una aseveración, o la premura del desprecio.
Cierto es: nos coronamos, nos decimos meretrices;
trocaríamos un nombre por el de la Emperatriz
dispuesta a entregarse a los vengativos perros
que nos devorarán, sin piedad para el armiño
que es este melodrama que a duras penas nos levanta
sobre la perversidad; esta canción inconcebible
conque entramos al Teatro, temblorosos por si aplauden.
Cuando en las escaleras, en la prisa de las fugas,
oímos que nos llaman y nuestra espalda se hace etérea,
¿no podemos olvidar la Palabra que ahora somos,
poemas de

la promesa que insiste en enfrentarnos al papel?


No debemos, quedaría
cerrada la única puerta,
la salida majestuosa de nuestra inseguridad.
Siempre a la página, es lo exacto, la ocasión más preterida
donde aprendemos que vivir es algo más que esta nostalgia.

132
Diálogo de los Muertos, medianoche de los cuerpos
que comparten un aroma cuando afuera muere el mar;
estas horas que ganamos en los años de la ruina
serán la consagración, el premio que nos negaron.
El amante puro que no encontraremos nunca,
norge espinosa el halo de realeza que nos envidiarán.
Círculo tras círculo, los muertos se reúnen;
juegan sus barajas, olvidan el porvenir.
Dejan líneas en el aire, una carpa rota, oscura,
el poso de agua prohibida que es la bienaventuranza.
¿No oyes morir el mar, no sientes cómo agoniza
él, que guarda de estas horas un recuerdo ya imborrable?
Así vamos a morir, aprende bien, es de este modo:
estrellándonos contra un muro, queriendo entrar en la
/ Ciudad.

Llora tú también: no te niegues esa gracia


conque Dios suele decirnos que no todo ha terminado.
Abrázate a ti mismo y no a mí, que sólo puedo
nombrarte en alguna página donde anhelo definirme
menos sólo, menos gris.
Muertos bellos los que lloran a sus veinticuatro años,
muchachos que las madres lentamente olvidarán.
Yo hago esta noche para ti; el amanecer detengo
porque es aún dulce conversar, en silencio. Disfrutando
esta minúscula piedad en que logras develarme,
la ocasión irrepetible de enfrentarnos a un igual.

VERBA VOLANT

Sea breve tu palabra, que en el mundo


pocas cosas merecen ser cantadas. Cuerpos, nombres,
reliquias de las albas. Todo eso será leve
en tu memoria. Para que luego, en la vejez, medites

fatigado de estatuas y palomas,


sobre aquellos tesoros que lograste
devolver al papel; y son eternos.
poemas de

Irán contigo, no te abandonarán nunca:

vasallos fieles junto a un rey ya destronado.

133
RONEL GONZÁLEZ (Holguin, 1971) poe- DEMORADO TRENO DEL QUE VA A MORIR
ta y Licenciado en Filología, ha publicado
once cuadernos poéticos, varios de los
cuales son premios de ciudades cubanas, Voy entrando al Seol como quien entra
entre ellos: Dictado del corazón (1993) e
Incendio y otras historias (1994). a los Campos Elíseos. Oh, Barquero,
y ya no sé elegir las aguas donde

ronel gonzález
descansará mi cuerpo apenumbrado,
ciego de tanto odio y tanta música
que apenas escuché. Ciego distingo
lo que vuelve siniestro y anhelante
del Hades a mi espalda. Nadie llama
pero escucho unos pasos procelosos
brotar del Aqueronte. Atrás el viento
se aterciopela y gime. La cellisca
abre las puertas del estruendo, abre
la fosca medianoche. ¿Un cuervo silba
sobre las altas urnas? Voy entrando,
Francesca, en el olvido. Del Seol
espanto la tristeza y ciego envío
mi báculo hacia el viento agonizante
mientras sopla el azar su furia leve.

Ha llegado mi hora más no inclino


el rostro ni la luz del alma entrego
para que nada imperturbable acuda
al triple círculo cerrado en torno
como una reverencia del rocío
o una simple traición. ¿No palidezco
acaso y de la niebla me levanto
para entrar en el Reino? Vuela un pájaro
y canta su otredad. Los tamboriles
repiten la leyenda. ¿No es Caronte
quien nos conduce como forajidos
a través de la bruma? ¿No responden
los demonios que en el infierno pastan?
Voy entrando al Seol y cuánto ruido
acosa, me obnubila, me derrumba.
—Es el ruido de barcos que se hunden
y misteriosos, lánguidos esplenden—.
¿No palideceré si el viento sopla
el lóbrego vestuario que me ciñe
poema de

esta niebla atraviada de mí mismo?


¿No borrará el azar el enigmático
discurso que no digo, que no acuerdo
con el que va a venir antes, después
de Cristo acusador? ¿Quién seré cuando
las rodillas tan débiles inicien
su doblez, genuflexas de sadismo?

134
ronel gonzález

¿No volveré los ojos si la música


cesa y luego se pierden los dos rostros
que salvé del festín de la memoria
y el fuego, el mustio fuego del hogar
donde no exprimo las palabras? Salgo
y estoy de acusador congratulándome,
ofreciéndome vítores y orquestas
ideales como brutal espectro
de ayer irrespetuoso y maloliente.
Ya no atisba mi lumbre esos jardines
dispersos por no sé cuánta espesura
ni le asoman violines impolutos
poema de

al vuelo que inicié. Todo me ahoga


digo, no me detengo. El viento sopla
diferenciado y diferente. Asumo
que algo se va a morir detrás ¿ayer?
lejos, lejos, bien lejos donde nada
me duele. Donde soy el que camina
y sé que ningún cuerpo está esperándome.
135
II

Voy entrando al Seol, atemorizo


a los farsantes, álgidos idólatras
que no esperan de mí sino la vuelta
al Vacío, a su cárcel, al espléndido
tumulto donde en recias armaduras
va mi sombra dispersa de agonía,
sucesivo candor que nada teme.
ronel gonzález Va mi sombra, podando mis sermones
de la barbarie, mi apetencia inhóspita
sobre el mármol inquieto del recuerdo
oh, Francesca, y un vino se derrama
como un ungüento poderoso. Un río
alza sus ondas hacia el mar, me salva
y clamo por los muertos que dialogan
y por los que no dicen con qué púrpura
manto de la ignominia, despedazan
la soledad, el Caos —polvoáureo
donde se oculta el carro de los días,
la urdimbre tumefacta del castigo—
para seguir a la deriva, solos.
Voy entrando al Seol como quien pinta
un pájaro y espera por el signo,
por el buen signo que su canto encierra.
Despunta afuera el alba en su vorágine,
en su transmutación de bestia en árbol.
Soy no más el peligro de estar hondo
existiendo y no soy el que apuñalan.
Voy del no ser al Ser y me encadenan
no por el fuego que robé. Las cosas
tal vez son mi infortunio y las presiento
cuando ilesas descubren lo que ignoro
sobre el tranquilo techo de las aguas.
Voy a dejar que todo se desplome
porque no vuelve el prometido vuelo
de los ánades. Ciego voy a hundirme
en la temeridad, su espejo íntimo
y ajeno como un soplo celical.
Dejadme ser el que no vuelva nunca
a la costa donde la sangre tiñe
la lobreguez. Dejadme inadvertido
no resistir la endeble mansedumbre.
¿No palideceré cuando me cierren
esta ciudad que me desangra? ¿Nadie
poema de

vendrá a rezar por mí sobre los vanos


pasadizos del barro? Desde el polvo
regresaré poseso de la insania
y como buen heraldo que se yergue
levantaré mi oscura dinastía.

Stgo. de Cuba, Marzo-mayo del 1994

136

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