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Y LA
FRANC-MASONERÍA
1870
EL PROTESTANTISMO
Y LA
OBBA ESCRITA
P o r u u o tfe lo s c o la b o r a d o r a s d e l a
B i b l i o t e c a R e ü g io s a ,
En la que en forma ds diálogo demuestra lo que es
* ®1 protestantismo, loq uees la Iglesia Católica,
Ir perfidia de Ja F ra o M a so n e ría y la
Divinidad de Jeeu criate.
M E X IC O ; 1870.
w. a u u a io ^ A , o a i x e ds s a jíta c la & a . k o m . 1 5 . *
W. TORNEK Y CÜjUP.
tTa colaborador de la Biblioteca Religiosa nos ha
remitido la adjunta obrita titulada:: E l Prote»-
tantiimo y la Frane-Masonería, en 3a que demues
tra, en forma de diálogo lo que es el Protestan tía*
mo, lo que es la Iglesia católica, la perversidad
díabol ica de la franc-masonería y la divinidad de
N . S. Jesucristo y para poderla dar 6 lúa «n la
referida Biblioteca, suplico á VY. SS, se sirvan
dar su superior aprobación,
i Dios N . S. guarde &TV. SS. muchos años. Se*
tí «ubre 21 de 1865.—SS. GG. de esta sagrada mi
tra Dr. D. Manuel Moreno y Jo ve y Dr. D. Eulo
gio M. Cárdenas.—For los editores, Miguel lor*
nrr.
E l x v t o &.
CAPITULO I.
Falsedad del protestantismo en si mismo
7 en sus obras.
3 *— I íN D U L G E N C I A S ,
3,---CARACTER DE LUTERO*
e
M in ♦ Pero al menos fueron los sacerdo
tes la c a iisa de la revocación del edicto de
N antes, y de todos las m ales q u ed e ahí se
siguieron contra los pobres protestantes.
Sac. L a Iglesia no filé la causa de la re
vocación del E dicto de N antes, sino que así
como E nrique IV en gratitud á ios hereges
que le habían ayudado en sus em presas mi
litares, y en consideración á las personas
cuya religión antes el mismo habia profesa--
do} determ ino otorgarles por modio de un
Edicto algunas concesiones civiles, ju n ta
mente con la de profesar p u b lic a d m e su
religión; así-como, apaciguadas ya las tu r
bulencias en los reinados siguientes, creyó
Luis X1Y que habia llegado el momento de
revocar aquel!ks concesiones: concesiones
que como dice Grocio y otros protestantes,
no fueron un tratad o de alianza, sino un
decreto dado por nn rey pura ei bien públi-
cof y q u e otro rey pudo quitar cuando el
bien público así lo exigía. Pues entonces,
¿quién cansó tantos trastornos? No el rey,
porque estaba en su derecho: y como dicen
[os h isto ria dore« era opinion general de que
habia llegado el momento de reunir á toda
la F ran c ia cm una sola religión: no «1 clero
ó la Iglesia, porque no tuvo m as parte que
suavizar la ejecución de aquellas medidas
por todos los medios posibles. E sta conduc
ta hacia decir á F enelon dirigiéndose a sus
curas: ¡O h pastores* • - * sed padres d élos
desgraciados • - . - ? / sed m adres de manera-
que sufriendo p o r ellos los dolores y angns-
tia s d A parto ¡fo rm éis d Jesucristo en sita
corazones. E sta conducta hizo, qne )o¿ m i
nistros enviados para in stru ir á los hereges,
no diesen principio á sus tareas, sino des
pués de hab erse retirado los soldados com
p l e t a m e n t e . * E s ta conducta hizo, que
B ossuet en su diosesis se opusiera enérgica
m ente á toda coaccion contra ios hereges.
E n una palab ra, la Iglesia, en este hecho
no tuvo m as parte que la de ejercer su in
fluencia en favor de ¡os hereges, moderan*
do con prudencia y benignidad la fogosidad
de aquellos católicos. Pues entonces quien
lo hizo? E l protestantismo, porque él armó
á !os hugonotes con sus maléficos principios,
y él fué la causa que el gobierno obrase se
gún su poder; y sin embargo ese mismo
protestantismo, con un descaro inmedible,
comete la vergonzosa felonia de acusar á
ia Iglesia católica de sur propios crímenes
V hacerla responsable fie todos ellos
8-—SOBRE GALILEO.
Cat. Pero al menos señor padre no podrá
Vd, negar que ía Iglesia condenó al famoso
astrónomo Galileo, y que el santo oficio en
vez de tener alguna consideración á un
hombre tan insigne, falló bu terrible senten
cia contra él: y m ucho menos podrá negar
que es un exeso enteramente inescusable
haberlo encerrado en las cálceles de la I 11-
quisision, haberlo tratado bárbaramente-.,,,
y haberle sacado los ojosj y nira multitud
de barbaridades que tuvo que sufrir.
Sac, Voy á responderá sus nuevos car
gos, y la iglesia aparecerá tan limpia de
ellos, como en los qne se le han dirijido por
la Inquisición, por las vísperas de San Bar
tolomé y por el Edicto de Nántes, Conve
nimos que la condenación de Galileo ha si-
de siempre una serie de acusaciones contra
la Iglesia; y no solo ae complacen ios in
crédulos en pintarnos áese hombre incom
parable, en me dio de los mayores sufrimien
tos padecidos por causa d é l a Iglesia, sí.
que también la lachan de retrepada y sin
amor á las ciencias; pero lo que hay de po
sitivo es io siguiente. Q,ue los sabios pen
saban de un modo contrario á Galileo; que
este se vio atacado por Carteaio^ Bacon y
otros sabios; que era considerada su doctri-
na como repugnante á la filosofía natural;
que las mismas razones de Gableo eran fal
sas é incompletas; que la santa sede recono
ció la probabilidad del sistema, y que se ha
bia concedido al cardenal de Cusa que de
fendiese elmovimieuto de ]a tierra y á Co-
pérnico que publicase Ja misma tcoria en
una obra dedicada al Papa. Luego no hay
cosa alguna en contra de la Iglesia, y no se
le puede tratar de amante de oscurantismo;
ya que por el contrario, permitido el Papa
que le fuesen dedicados semejantes descu
brimientos. Por tanto, ¿e** qué es cuipable
la iglesia?
M in. Pero Vd. no puede negar que Ga*
lilco fué acusado al tribunal d«l Santo OÜ-
ció y sumido en lo? subterráneos de una
cárcel tenebrosa con cadenas en lodo su
cuerpo y aguardando por lauto la fatal sea^
tenria.
Sac. Galileo fué acusado al Santo.Oficio
no como astrónomo, sino como teólogo, por-
que quiso haberse intérprete de ia sunut es-
critura, y sostener que de ningún modo po
día esplicarse diversamente de lo qae él la
esplícaba; porque aforrándose en sus opinio
nes despreciaba con grande exaltación las
de sus amigos, hasta ei punto de querer
probar que hasta entonces se habia espiga
do nial la Santa Escritura. El Santo Oficio
condenó el sistema de Galillo no como uu
hecho puramente astronómico, sino como
enlazado con la verdad de las Escrituras y
como fundado sobre ellas: y en este sentido
claró está que 110 podia admitirse; porque
en aquellos tiempos 110 podia sostenerse co
mo cosa probable, por no haberse descubier
to todavía los fenómenos que le dan ^11 nues
tros dias una irrecusable evidencia* F u é
condenado co alas consideraciones mayores
que pueden guardarse á un veo; fué condo
nado, pero con tauia con fiunz a,_i¡ué Urba
no VIH le comunicó confidencialmente las
B f 1 4 . — ¿Protest* 5
acusaciones de su 3 rivales, fué condenado,
pero antes se nombró una comision especial
para que examinara de nuevo sus doctrinas,
ílié condenado, pero en vez de la cárcel del
Santo Oficio, se le señaló por habitación eL
Palacio del ministro de Toscana y en los
dias que duró su examen se le cedió en
el Santo Oñcio una de las habitaciones de
sus principales empleados donde pudo vivir
con sü criado; fué condenado, pero porqué?
porque se defendió según su método y su
acostumbrada manía, no ya de demostrar á
sus jueces la realidad del movimiento de la
tierra, sino de que la Santa Escritura se
habia interpretado mal hasta entonces, de
todo ío cual da fé su apología manuscrita.
Y Galileo se qm jó de la conducta de la
Iglesia? En una de sns cartas en que re
fiere minuciosamente todo este negocio se
leo lo siguiente: “F u i sometido (en 10 de
Febrero de 1Ü22) á la suma clemencia del
tribunal del Santo Oficio y del Sumo Pon
tífice Urbano YIII el cual me creia digno
de su aprecio. *. .fui detenido en el delicio
so palacio que está contiguo al del embaja
dor de T o s c a n a ., *.fuí presentado en ple
na congregación para que alegase mis ra
tone s, y qne se tomarían en cuenta mis
disculpas en caso de que fuese hallado de
lincuente#.*.fut obligado á retractar mi
opinion, . . fué prohibido mi diálogo.. . des-
pedido de Roma cinco meses después, me
fué destinada por cárcel la habitación del
mejor amigo que yo tenia en Siria el arzo
bispo Piccolom ini.. .-.y despues su santidad
permutó la estrechez de aquella casa con la
libertad del campo que me ea tan sagrada-
ble,” Ahora pregunto ¿dónde etán los hor
ribles malos tratamientos que el Santo Oficio
dió á Gal íleo? en qué debe avergonzarse la
Iglesia en este negocio importante? Siendo
esto que hemos espuesto la verdad desnuda
¿por qué se clamará todavía sobre ía conduc
ta de ia Iglesia contra Galileo? Ah! no hay
otra razom que la ignorancia ó la malicia
de los protestantes, y de i03 escritores que
los han copiado.
Con lo dicho, sefior ministro, y señor ca
tólico á la moderna, queda plenamente de
mostrado que el -Protestantismo, obra do
Martin Lutero, es falso en sí mismo y en
sus obras, es un cisma fatal, condenado ya
desde antea por el Apóstol San Pablo, y es
una secta diabólica, qne pone en estado de
condenación a cuantos lo profesan; p o r f íe
el oidor de esta preten dida reform a no vino
de D io s , ni su emjiresa fué de D io s7 n i los
m edios de que se sirvió p a ra establecer*** ■
fu ero n de D ios. D« ahí se signe, que cuan
tos se han separado de ia Iglesia (.Vélica,
e^tán en un cisma condenable, qne no tie
nen íegU mu saG?rdi-cio, que no se confieran,
y que no alcanzan el perdón desús pecados.
Oí- allí se sigue, que se condenan irremisi
blemente lo?. que conociendo la verdad, no
la abra2an haciéndose católicos romanos; y
los que no lo hacen porque no se atreven,
pues Jesucristo ha dicho por San Lúeas:
Quien se avergon zare de M í y de m is p a
labra s, de ese tal se avergon zará el Hijo
del Hombre ante sil P a d re Celestial; de ahí
se sigue que se condenan, los que teniendo
" deseos de hacerse católicos, no lo hacen por
consideraciones de familia» porque Jesucris
to ha dicho por San Mateo, cap. 10. E l que
a m a d su P a d re y á su M adre m as que a
M í) no es digno de M í: y de ahí se sigue
que se condenan los que continúan en el
Protestantismo» por temor de perder los bie
nes temporales, ya que Jesucristo nos dijo:
lD e qué servirá á un hombre g a n a r todo
el m undo , si pierde su alm a? Deseamos
que consideren bien estas razones los seño*
7*9 ranistros protestantes y católicos á la
j deseamos que pesen un poco las
que hemos alegado, ya que justifi
can completamente á la Iglesia católica y al
clero romano; y la justifican "de un modo
especial no solo en lo que se Üama víctimas
de la inquisición, sino también en la m a
tanza de la víspe ra de San Bartolomé, de
la revocación del udiuto de Maúles, y de la
condenación de Galileo, y demás vulgarida
des por el estilo.
CAPITULO II.
La Iglesia de Jesucristo es la verdadera,,
1 . — E X IST E N C IA DE LA VERDADEKA
IG L E SIA ,
2 . — SOLO LA IG L E S rA ROMANA ES I A
verdadera .
4 .— EL PROTESTANTISM O ES
UNA TIL SECTA.
4 .— p r iv il e g io s y g l o r ia s del papado
\
E l p r o f c e s i .a i i o no puede o o n t im ia r e n bu. se c m .
PO R SI MISMOS*
3 .— D ie z Y S E IS R A ZO N ES
P A R A A D JU R A R E& PR O TE ST A N TISM O Y
H A C E R S E CATÓLICO,
1 .— r o s P R O T E S T A N T E S NO PU E D E N
R E C IB IR E L CANON D E LAS SA G RA D A S
E S C R IT U R A S .
i.I B R O S A P Ó C R I F O S .
<tWK L O C O M P O N E ,
6 « ¡ N O ES L ÍC IT O , P O f t a U E R E C L U T A s u s
adeptos en g a sá n d o lo s,
1 0 . — NO KS LICITO POR LA S SO C IE D A D E S
SECRETAS*
1 5 .,— NO ES L IC I T O PORQUfí T I E N E N
LA m a l d a d y LA MAC i C e a s n el m as
ALTO ORADO*
4 — SEGUNDA FALSEDAD UE
NUESTRO DOCTOR Ó LA COMPAÑIA DE JESUS,
7 * — QUINTA F A L S E D A D DE
S V K & T l l O DOCTOR, Ó LA F R A N C M A S O N E R IA
ES! ANTISOCIAL.
8 * — S E X T A FA L S E D A D , Ó H I3T 01U A B lí LA
F K A N O MASON KRIA.
, 9 .*™ $ b p t im a f a l s e d a d d e
1 0 . — OCTAVA FALSEDAD
DE NUESTRO DOCTOR Ó FE L IC ID A D
MASONICA.
3 — REFUUTACION DE LA SEGUNDA
CALUMNIA.
7 , — P A R A Q U E SERVEN LOS F R A IL E S
Y LAS MONJAS.
8 .— i n f l u e n c i a d el c e lib a to en lo s
F R A IL E S Y MONJAS.
3 . ----VOTO DE OBEDIENCIA.
3 . , — SIGLO v .
5 , — SIGLO V I I .
7 . — SIGLOS IX y x.
8 . — ¡s i g l o s xi y S IL
1 1 . , — SIG LO XVI
1 2 .— sro L O x v ii.
13.— SIGLOS X V I I I Y X IX ,
2 , — FORMALIDADES NECESARIAS.
3 — SI ES LICITO EM PLEAR EN LA
POLEMICA EL ESTILO IRONICO.
AL . c l e r o ,
6*— LOS L I B R E S P E N S A D O R E S C L A M A N D O
CO NTR A LA IG L E S IA .
1 . — CONDENACION DE tO S PROTESTANTES.
4.—C O N D E N A C IO N DE LA
TEBCERA E N T R E G A D E L L I B R E P E N SA D O R .
5 . — CONDENACION D E L A C U A R T A EN T R EG A
del l íb r e pen sa d o r ,
6 , ‘—CÜíTDENACION D E L A Q U IN T A
Y S E X T A ÍÍN T fíE G A D EL L IB R E PEH 3A D Ü R .
NG 3 H A B L A S A N JU A N .
H IZ O H IJO D E D io s .
6 , — E R N E S T O R E N A N CO NFIESA E H SU OBRA
FIN.
CONCLUSION.