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¡ABAJO LA UNIVERSIDAD!

EL CAPITALISMO DEBE TERMINAR

Desde hace mucho tiempo que se viene discutiendo sobre si la universidad debe acabar de
una vez o no. La respuesta es evidente si no queremos caer en galimatías y rodeos
intelectuales: sí. Sinceramente, no se debe hablar mas de la universidad en términos de
“reformas” u otra expresión trasnochada. Si no es por el estado de sus eslóganes ya pasados
por la tierra una y otra vez –signo de la derrota-, hay que ir al plano practico donde
confluyen los movimientos revolucionarios que no son escuhados, consisderados. En el
seno de la universidad se dan luchas que no responden a las demandas que “todo-el-
mundo” universitario conoce. Es más, teme conocerlo por que lo excede en un componente
revolucionario que lo llevará a su disolución como “universitario”, y con ello a su
seguridad, tanto ideologica entorno a lo que lucha y entorno a las “amistades” creadas en
ese entonces.

Para mí desde que pise las aulas universitarias supe que debía terminar semejante tortura.

El horario y todo lo que fundamente tal establecimiento de encierro no debe ser discutido
una y otra vez. Ahí que poner énfasis mas bien en la línea de continuidad existencial de
quien pasa “escuela-universidad”. Es como si en la escuela recayera todo lo malo, y que
dentro de la universidad todo se cayera a pedazos en fiesta y en las pobres horas de alcohol
de “libertad provisional nocturna” (Kafka). Basta de engaños, no engañan a nadie. Si la
revolución está “lejos” de nosotros es en parte por la idea pobre y miserable que tienen de
las misma, y del componente o sediemtno revolucionario q debe acompañarla, hacerla fluir
en sus márgenes y que ustedes impiden. Por ejemplo, tomemos el caso de una toma
universitaria. No logra nada más que mover el aire un poco para volver a la normalidad del
fatigoso e inútil estudio. Para luego, ¿Qué?, para en un futuro acabar engañándonos y
engañando.

Hay que desertar de la universidad porque es una miseria andante, un cadáver que se
revuelca, y que se niega morir.

Nosotros vamos a contribuir a ello, aunque de eso dependa nuestro “futuro”. Dejamos de
ser estudiantes para un devenir-revolucionario alegre, donde nos movemos con la alegría de
nuestras amistadas sentadas en la seriedad de la política, y en el juego de verlos a ustedes
lloriquear por-no saber realizarlas, amurrados en la impotencia.

1°, siempre se pide fundamentar el caos que nos apaña en nuestro actuar, dicho mas simple,
se pide “justificar”, arguemtnar lo que “queremos”: no haremos nada de eso: 1° porque no
hay dialogo entre ustedes y nosotros. 2° porque estamos en planos distintos: nosotros ya no
creemos en la democracia. 3° no somos “iguales” a vosotros: por lo demás la igualdad es
igualdad de estar explotados.
2°, no pertenecemos a sus lugares de encierro mas que para disimular y no trabajar cierto
tiempo- al menos algunos de nosotros.

3° porque somos una multiplicidad, muchos, los que compartimos, agenciamos este deseo
de destrucción, de disidencia, de “i would prefer not to”. Somos Bartlebyanos hasta la
medula.

4° no queremos precisar nada porque no pertenemos a sus letras o a sus documentaciones


universitarias. No queremos ser como ustedes.

5° somos “recorridos”, somos “puentes”, somos “torres”. Este deseo que confluye en las
venas universitas la llevara a la ruina, porque cada vez somos más los que haremos caer la
universidad, los que ya-la-hechamos-abajo.

6° no queremos rostro.

7° somos un rizoma

8° ya estas unido a nosotros

9° no venir más

10° jugar sucio: molestar a los profes con un revolver falso.

11° cortar la luz

12° huir de la policía

El capitalismo no debe continuar. Es hora ya de dar la pelea total. No sigas


justificando un sistema que se “alegra” de ver morir a medio mundo de hambre,
de contaminación, de tristeza, de pena. Ven, ¡únete a nosotros!, ¡este sistema
tiene los días contados! ¡No hay porvenir para la tortura, jamás! Las calles nos
pertenecen, todo en el fondo. Somos el agua donde nos movemos, donde
aquellos que apoyan el capitalismo se mueven. Niégate a venir a clases, no
formes parte de este sistema inhumano, de este sistema que mata impunemente,
que te acribilla, que te obliga al malestar. Lo sabes, otro mundo es posible. Solo
basta para empezar la revolución que estemos juntos, que seamos una masa
uniforme, sin nombre, sin rostro. Ser muchos desertores. Muchos. Negarse a
trabajar para el explotador, el humillador, hay que trabajar para nosotros,
organizarnos para nosotros. ¡Adelante mujer! ¡La revolución es tuya! ¡Hay un
mundo por construir!

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