Está en la página 1de 18

Término

CRIMIPEDIA: Criminología crítica

2014
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

CRIMINOLOGÍA CRÍTICA
VERÓNICA CANO ALARCÓN

RESUMEN (ABSTRACT)

La criminología crítica surge como una nueva teoría de la


desviación que otorga a la criminalización connotaciones sociales y
comunitarias, más que patológicas: el delito no es fruto de la pertenencia a
los estratos sociales más bajos pues se contemplan los problemas
estructurales de la sociedad y se resaltan otros factores hasta ahora no
considerados. Es por ello por lo que partimos de sus principales precursores
para centrarnos en el movimiento mismo, recurriendo a diversos autores
para desarrollar sus propuestas y objetos de estudio. Seguidamente, nos
centraremos en Alessandro Baratta y sus postulados, uno de sus principales
precursores, para culminar con las críticas recibidas a lo largo de su proceso
de maduración y recopiladas por la catedrática Elena Larrauri. Concluimos
comentando las carencias de la criminología crítica a la hora de explicar las
causas del delito, pues numerosas pueden ser sus causas además de las
condiciones de la sociedad capitalista.

DESARROLLO

Introducción

Con las teorías de la criminalidad y de la reacción penal basadas en


el labelling approach y con las teorías del conflicto tiene lugar, en el ámbito
de la sociología criminal contemporánea, el paso de la criminología liberal
a la criminología crítica (Baratta, 1986). El presente término está inspirado
en la tarea desarrollada por la Escuela de Frankfurt, y comenzó a gestarse a
partir de los agitados años setenta, con las primeras críticas al sistema de
control establecido por un orden social cuestionado (Morales Peillard,
2002). En ese sentido, las concepciones criminológicas positivistas
empezaron a ser rechazadas por esta corriente, que percibía estas posturas
más bien como un instrumento de legitimación del orden legal y social
constituido, sumando entonces las críticas al etiquetamiento y
produciéndose un “cambio de paradigma” que criticaba, en general, el hecho
de presentar al infractor como un sujeto excesivamente pasivo.

2
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

De este modo, y con el objeto de esbozar concepciones de un orden


social más pluralista, sucedió que diversos actores comenzaron a revisar
aquellas doctrinas de corte marxista, surgiendo la llamada criminología
crítica, criminología radical o nueva criminología (Morales Peillard,
2002). De esta nueva corriente y de todo lo relacionado con ella nos
ocuparemos a lo largo de las siguientes líneas.

Principales precursores de la criminología crítica

Una vez revisada la bibliografía existente al respecto, dedicaremos


los siguientes párrafos a exponer los principales postulados y exponentes de
la criminología crítica que el profesor Bustos Ramírez (2007) realizó en su
obra. Tal y como Morales Peillard (2002) expone en su artículo, no se trata
de una tarea sencilla, pues todos los autores parecían centrarse más en
criticar aquello que ya existía que en proponer alternativas, lo que genera, a
su vez, un elevado número de críticas, autocríticas y reformulaciones, las
cuales veremos más adelante.

Haciendo un breve repaso de los principales precursores,


encontramos los postulados de Chambliss (1978) en Estados Unidos, quien
plantea que la criminalidad es el resultado de las imposiciones culturales
relacionadas con el consumo y de las necesidades materiales fomentadas en
el proceso de explotación de la plusvalía, siendo el crimen el principal
producto de la política económica. Por su parte, Quinney (1974) concluye
que el Estado burgués tiene la función de legitimar el modo de producción
capitalista atribuyendo sanciones legales generales a los intereses de una
minoría, protegiendo tales intereses con el uso de la fuerza y siendo el
derecho penal un instrumento coercitivo empleado para mantener el orden
socioeconómico existente (1974). También Platt (1969) fue un autor de gran
influencia pues, para él, el delito no depende exclusivamente de la pobreza,
sino que más bien es producto de ciertas condiciones ideológicas, de las
relaciones sociales y de la ética individualista.

Los mayores exponentes de la criminología crítica británica son, sin


duda, Ian Taylor, Paul Walton y Jock Young, constituyendo el más vigoroso
intento de suplantar los enfoques vigentes con una alternativa neo-marxista

3
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

(Downes y Rock, 1973) mediante una completa teoría social de la conducta


desviada. Se trata de un recorrido reflexivo crítico del pensamiento
criminológico que se plantea como una historia de ideas pasadas,
presentadas de forma más o menos cronológica (Cohen, 1991). Por su parte,
una correcta teoría social debe necesariamente estar libre de supuestos
biológicos y psicológicos, asumiendo la tarea de perfilar aquellos requisitos
formales y sustantivos de una teoría plenamente social de la desviación, que
pueda explicar las formas que asume el control social y la conducta
desviada en sociedades desarrolladas (Morales Peillard, 2002). A su vez,
estos autores se hacen cargo de una de las críticas que formularan: la teoría
que se forme a partir de estos postulados debe estar consagrada a lograr la
abolición de las desigualdades de riqueza y poder, de bienes y de
oportunidades.

Sin embargo, fue con su libro Criminología Crítica y Crítica del


Derecho Penal (1982) cuando Baratta se transformó en uno de los
exponentes más importantes de esta corriente. Por su parte, este autor
postula que la criminología crítica y la crítica del derecho penal deben
constituir las bases sobre las cuales es posible elaborar una sociología
jurídico-penal. Ya lo hemos dicho previamente: a su juicio, esta
construcción importa la generación de una nueva ciencia, cuyo objeto
debería ser el estudio de los comportamientos normativos, ocupándose de
elaborar una teoría económico-política de la desviación en lugar de dirigir
su atención al proceso individualizado de criminalización. Por ello, Baratta
sugiere la generación de un derecho penal mínimo y limitado por principios
legales y personales, defendiendo los derechos humanos. De todos estos
aspectos hablaremos con detalle más adelante.

El movimiento de la criminología crítica

Cuando hablamos de criminología crítica y, dentro de este


movimiento nada homogéneo del pensamiento criminológico
contemporáneo, situamos el trabajo que se está haciendo para la
construcción de una teoría materialista de la desviación de la
criminalización, somos conscientes de que semejante elaboración teórica
requiere de una observación empírica en la cual ya pueden considerarse
válidos datos bastante importantes que han sido recogidos en contextos
teóricos marxistas (Baratta, 1986).

4
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

Según Baratta (1986), la plataforma teórica obtenida por la


criminología crítica y preparada por las corrientes más avanzadas de la
sociología criminal liberal puede sintetizarse en una doble contraposición a
la vieja criminología positivista, que usaba el enfoque biopsicológico. Como
se recordará, ésta buscaba la explicación de los comportamientos
criminalizados partiendo de la criminalidad como dato ontológico
preconstituido a la reacción social y al derecho penal pretendiendo, además,
estudiar las “causas” de la criminalidad con total independencia.

Es decir, desde un enfoque macro-sociológico, se desplaza el objeto


de estudio hacia los mecanismos estructurales de control social, poniendo
atención en los procesos de criminalización, interpretando la realidad del
comportamiento desviado y evidenciando su relación funcional o
disfuncional con el desarrollo de las relaciones político-económicas. Se
resalta, por ende, la desigualdad existente entre criminalización primaria,
secundaria y la impunidad en que quedaba la mayoría de los delitos,
mostrando la debilidad del ciudadano frente al sistema de justicia penal,
fuente de abusos por parte del poder, hasta la promulgación de los llamados
derechos humanos como primordial objeto de la criminología y como límite
del derecho penal.

Por tanto, se puede decir que el principal objeto de estudio abordado


desde esta postura es el control social referido al “desarrollo de las
instituciones ideológicas y a la acción de prácticas de coerción que permiten
mantener la disciplina social, pero a la vez sirven para reproducir el
consenso, respecto a los principios axiológicos en que se basan las
sociedades” (Baratta, 1986). De este modo, el concepto de control social se
abre también a conocer las estrategias que se requieren para alcanzar el
consentimiento espontáneo de la sociedad civil hacia aquello que promulgan
los grupos dominantes, asumiéndose el término como una categoría que
guía la lectura de las relaciones sociales, tanto en aquellas conflictivas como
las positivas y las neutrales.

Dos han sido las etapas fundamentales del desarrollo de la


criminología crítica según este mismo autor: el desplazamiento del enfoque
teórico del autor a las condiciones objetivas, estructurales y funcionales que
se hallan en el origen de los fenómenos de la desviación, así como el

5
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

desplazamiento del interés cognoscitivo desde las causas de la desviación


criminal hasta los mecanismos sociales e institucionales mediante los cuales
se elabora la “realidad social” de la desviación. Oponiendo el enfoque
biopsicológico al enfoque macrosociológico, la criminología crítica resalta
la realidad del comportamiento desviado poniendo en evidencia su relación
funcional o disfuncional con las estructuras sociales, con el desarrollo de las
relaciones de producción y de distribución.

El salto cualitativo que separa la nueva de la vieja criminología


consiste, por tanto, en la superación del paradigma etiológico, fundamental
de una ciencia entendida naturalistamente como teoría de las “causas” de la
criminalidad. Esta superación comporta, también, la de sus implicaciones
ideológicas: la concepción de la desviación y de la criminalidad como
realidad ontológica preexistente a la reacción social e institucional, así como
la aceptación acrítica de las definiciones legales como principio de
individualización de aquella pretendida realidad ontológica, dos actitudes
contradictorias entre sí (Baratta, 1986).

Por tanto, y con la perspectiva de la criminología crítica, la


criminalidad no es ya una cualidad ontológica de determinados
comportamientos e individuos, sino que se revela más bien como un estatus
asignado a determinados individuos por medio de una doble selección: la de
los bienes protegidos penalmente y los comportamientos ofensivos a estos
bienes considerados en las figuras legales, y la selección de los individuos
estigmatizados que cometen infracciones a normas penalmente sancionadas
(Baratta, 1986). La criminalidad es, por ende, un “bien negativo distribuido”
desigualmente según la jerarquía de intereses fijada en el sistema
socioeconómico y según la desigualdad social entre los individuos.

Por tanto y en ese sentido, la criminología deberá tener entonces,


como objeto general de estudio, el orden penal y los otros tipos de órdenes
que tienen vinculación con él. Se trata de un objeto cambiante y dinámico
en el tiempo y el espacio que desarrolló diversas propuestas de nuevos
objetos de estudio, los cuales veremos a continuación.

6
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

El nuevo realismo de izquierda:

El nuevo realismo de izquierda reanimó como objeto de estudio al


delito, pero tomando partido por las clases tradicionalmente criminalizadas
así como los delitos no convencionales (como, por ejemplo, aquellos
perpetrados por las clases poderosas o de cuello blanco) (Baratta, 1986).
Para el realismo de izquierda, el delito es realmente un problema que recae,
principalmente, sobre la clase trabajadora y sobre otros grupos
desprotegidos por la ideología dominante siendo, de manera paradójica, los
sectores sociales más débiles frente al impacto de los delitos organizados

Esta ideología ha hecho ver que los más débiles son las víctimas
continuas de una violencia oficial que no aparece reflejada en las
estadísticas gubernamentales. Por tanto, el objetivo será construir una
criminología de la clase trabajadora en las que las políticas de control no
sean represivas, sino preventivas, mediante la participación ciudadana y la
común vigilancia de los lugares donde ocurren los delitos, efectuada por los
mismos interesados, con el propósito de vigilar la acción oficial, quitándole
al Estado el monopolio para otorgarle a las personas una voz política que
trascienda la naturaleza opresiva de los mecanismos estatales.

De aquí se han derivado varios movimientos más representativos de


reacción a la criminalidad y que han proporcionado interesantes objetos de
estudio a la disciplina (Baratta, 1986):

- El feminismo: este movimiento social busca su reconocimiento


en un mundo hecho por y para los hombres. Ha evolucionado
hasta conseguir tipificar y agravar penalmente las sanciones de
las conductas en las que las mujeres son las víctimas principales,
así como la liberación de la violencia institucionalizada por la
discriminación sufrida en la vida social y privada.
- Los movimientos ecologistas: responsabilizan a los gobiernos y a
los grandes empresarios por la depredación del agua, la tierra o el
espacio, considerados bienes jurídicos que deben protegerse
penalmente, pues su víctima es la población abierta.

- Los movimientos por el derecho a la paz y el respeto a los


derechos humanos: éstos denuncian la violencia política

7
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

estructural y la utilización de los aparatos del Estado para la


defensa del sistema de producción-dominación capitalista, que
funciona en contra de las personas dominadas.
- Los movimientos sociales que sacan a la luz los conflictos de
género y de libertad de ejercicio sexual: promueven el
reconocimiento de aquellas personas que no encuadran en las
normas ideológicas establecidas para considerar a alguien como
perteneciente a un sexo u otro, pudiendo existir otros sexos.

El abolicionismo penal:

En este caso, se denuncia la inflación excesiva de normas que padece


el sistema punitivo y su mínima eficacia, pues deja impune la mayoría de
los delitos cometidos. Se propugna, por tanto, tipificar sólo delitos que
tengan una trascendencia dañina para la sociedad, suprimiendo de los
códigos penales las conductas y los conflictos que puedan ser resueltos por
otras áreas del derecho, abriendo la vía a la conciliación para su solución
(Baratta, 1986).

El derecho penal mínimo:

Aquí encontramos una opción que surge entre el abolicionismo y el


maximalismo penal, tomando en consideración los efectos nocivos del
derecho penal. Ante la imposibilidad real de eliminarlo, se considera su
intervención como último recurso, respetando los principios generales del
derecho moderno, tano de carácter sustantivo, procesal y de ejecución de
penas, como despenalizando un gran número de conductas que pueden
resolverse por otras vías, como las multas o las compensaciones (Baratta,
1986).

Esta corriente surgió en Italia como respuesta a las leyes contra el


terrorismo promulgadas durante la década de los ochenta, cuya característica
esencial fue la restricción de las garantías y de los derechos de las personas
(Sánchez y González, 2002).

8
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

La Criminología crítica latinoamericana:

Con cada uno de esos instrumentos teóricos y la necesidad dialéctica


de tener un lugar propio se originó una corriente alternativa, la criminología
crítica latinoamericana, independizada del derecho penal y necesitada de
encontrar objetos de estudio y métodos propios (Sánchez y González, 2002).

Rosa del Olmo, Roberto Bergalli, Lola Aniyar de Castro, Emiro


Sandoval y otros presentan líneas iniciales de investigación caracterizadas
por la construcción de afirmaciones teóricas que constituían la antítesis del
positivismo, rechazando el empleo del método de las ciencias naturales y
mostrando que la norma y la selectividad del control formal generaban la
delincuencia. De hecho, todo ello fundamentó la teoría crítica del control
social en América Latina (De Castro, 1999).

Por aquellos entonces, Latinoamérica estaba sumida en dictaduras


militares y en guerras que los gobiernos desataban contra las poblaciones
civiles de sus propios países para defender el capitalismo, generando
violencia institucionalizada y procesos ideológicos que justificaban una
situación muy criticada por los criminólogos críticos, comprometidos con
los cambios estructurales y la liberación de los oprimidos. Por todo ello, en
el último cuarto de siglo pasado se reivindicaron, por ejemplo, el derecho a
la resistencia contra la tiranía y los derechos humanos (Zaffaroni, 1986).

Criminología crítica y crítica del derecho penal

Alessandro Baratta fue un hombre universal: nació en Italia (1933-


2002), pero su presencia y enseñanzas recorrieron numerosos lugares hasta
convertirle en una figura en la materia. Es uno de los maestros de la
sociología del derecho en ese país, en particular, por sus contribuciones al
derecho penal y al concepto de desviación. Uno de los temas de mayor
interés lo constituyó el análisis de la estructura y la actuación del sistema de
justicia criminal como un sistema que reproduce las relaciones de poder
existentes en la sociedad capitalista, con el fin de plantear alternativas reales
a ese sistema (Sánchez y Armenta, 1998).

9
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

Para abordar este estudio, Baratta analizó la política, la democracia,


el derecho penal y la criminología clínica, para dar entrada mediante el
método sociológico jurídico a los planteamientos de la criminología crítica
en el derecho penal, demostrando la superación de la doctrina positivista de
la defensa social y promoviendo una política criminal alternativa (Sánchez
y Armenta, 1998).

Por su parte, conceptualizó la política de una forma diferente, de


manera que los ciudadanos también eran considerados sujetos políticos. De
hecho, la sociedad estaría formada por el conjunto de personas portadoras
de necesidades reales y serían el principio constituyente de una organización
de relaciones sociales adecuadas al proyecto político de una manera humana
de satisfacción de necesidades. Esa manera permite la preservación del
medio ambiente y de los recursos naturales, favoreciendo el máximo
desarrollo de la capacidad de cualquier persona.

Como consecuencia de la explicación anterior, la democracia se


define como la autoorganización pública para dar respuesta a las
necesidades reales de los ciudadanos, es decir, la expresión de las políticas
públicas que cumpliera efectivamente las obligaciones del Estado como
productor y proporcionador de satisfactores para los ciudadanos.

Respecto al derecho penal y su relación con la criminología clínica,


Baratta manifestó que, para aquellos que asumen esa corriente de
pensamiento, el delito consiste en toda acción u omisión dolosa o culposa
penada por la ley, es decir, todo comportamiento definido como tal por el
legislador y por el derecho penal. Por tanto, los criminales serían aquellas
personas sobre cuyo estatus social ha incidido el estigma de la pena o de la
medida de seguridad, que están o han estado detenidas en la prisión o en un
manicomio criminal. Esta corriente (la criminología clínica), al adoptar
definiciones jurídicas y estudiar cada hecho como natural, utilizando el
método propio de las ciencias naturales, fracasa al mezclar premisas
incompatibles.

10
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

La crítica del derecho penal como derecho igual por excelencia:

Ya hemos hablado de ello anteriormente: Baratta sugiere la


generación de un derecho penal mínimo y limitado por principios legales y
personales, defendiendo los derechos humano. De hecho, en su obra
Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal (1986), postula que el
momento crítico en la maduración de la criminología llega cuando el
enfoque macrosociológico se desplaza del comportamiento desviado a los
mecanismos de control social del mismo y, en particular, al proceso de
criminalización. Se trata cada vez más de una crítica al derecho penal: éste
no es considerado como un sistema estático de normas, sino como un
sistema dinámico de funciones entre los que puede distinguirse el
mecanismo de la producción de la norma (criminalización primaria), el
mecanismo de aplicación de la norma (criminalización secundaria) y el
mecanismo de la ejecución de la pena o medida de seguridad.

Para cada uno de estos mecanismos y para el proceso de


criminalización, el análisis teórico y una serie de investigaciones empíricas
han llevado la crítica del derecho penal a resultados que pueden condensarse
en tres proposiciones, las cuales constituyen la negación radical del mito del
derecho penal como derecho igual y de defensa social. Este mito puede
resumirse en tres proposiciones (Baratta, 1986): (a) el derecho penal protege
igualmente a todos los ciudadanos contra las ofensas a los bienes esenciales,
y (b) la ley penal es igual para todos y con las mismas consecuencias.

Exactamente opuestas son las proposiciones en que se resumen los


resultados de la mencionada crítica (Baratta, 1986): (a) el derecho penal no
defiende todos y, cuando castiga las ofensas, lo hace con intensidad desigual
y de un modo parcial; (b) la ley penal no es igual para todos y los estatus de
criminal se distribuyen de modo desigual entre los individuos; (c) y el grado
efectivo de tutela y la distribución del estatus de criminal es independiente
del daño social de las acciones y de la gravedad de las infracciones. La
crítica muestra, por tanto, que el derecho penal no es menos desigual que
otras ramas del derecho burgués y que, contrariamente a toda apariencia, es
el derecho desigual por excelencia.

11
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

La crítica de la ideología del derecho privado consiste, entonces, en


reconstruir la unidad de los dos momentos, desenmascarando la relación
desigual que subyace ala forma jurídica del contrato entre iguales,
mostrando cómo el derecho igual se transforma en derecho desigual. Por
tanto, la superación de este derecho desigual burgués puede suceder sólo en
una fase muy avanzada de la sociedad socialista, en la que el sistema de
distribución no será ya regulado por la ley del valor o por la cantidad del
trabajo prestado, sino por la necesidad individual.

Igualdad formal y desigualdad sustancial en el derecho penal:

Por su parte, el sistema penal del control de la desviación revela,


como todo el derecho burgués, la contradicción fundamental entre igualdad
formal de los sujetos de derecho y desigualdad sustancial de los individuos.
Si nos centramos en la lógica de la desigualdad podemos evidenciar, según
Baratta (1986), que existen mecanismos selectivos del proceso de
criminalización y de la ley de desarrollo de la formación económica en la
que vivimos.

Por lo referente a la selección de los bienes protegidos y de los


comportamientos lesivos, el carácter fragmentario del derecho penal tiende
a privilegiar los intereses de las clases dominantes y a inmunizar del proceso
de criminalización aquellos comportamientos dañinos que cometan aquellos
individuos pertenecientes a ellas. Los mecanismos de criminalización
secundaria acentúan todavía más ese carácter selectivo, evidenciándose que
el dato objetivo más importante a la hora de criminalizar a un individuo es
la posición que ocupa en la escala social: la posición precaria en el mercado
y los defectos de la socialización familiar y escolar son indicadas con las
causas de la criminalidad, revelándose como una connotación más sobre la
base de que el estatus social hace al criminal (Baratta, 1986).

Funciones desarrolladas por el sistema penal en la conservación y


reproducción de la realidad social:

No sólo las normas del derecho penal se forman y aplican


selectivamente, reflejando cada una de las relaciones de desigualdad
existentes en una sociedad: el derecho penal ejerce, también, una función
activa en la reproducción y producción de esas relaciones de desigualdad

12
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

(Baratta, 1986). Por una parte, se trata de la aplicación selectiva de las


sanciones penales estigmatizantes, como por ejemplo, la cárcel, cuya
aplicación selectiva a los estratos sociales más bajos y marginales acentúa
los obstáculos de ascenso social. Por otro lado, el hecho de castigar ciertos
comportamientos ilegales sirve para cubrir un número más amplio de
comportamientos ilegales que se muestran inmunes al proceso de
criminalización, dando como resultado colateral la cobertura ideológica de
la misma selectividad.

Todavía más esencial aparece la función realizada por la cárcel: ésta


no produce sólo la relación de desigualdad, sino los propios sujetos pasivos
de esta relación (Baratta, 1986). Esta sanción produce, sobre todo en las
zonas más desfavorecidas, un sector social particularmente cualificado por
la intervención estigmatizante del sistema punitivo del Estado, así como por
la realización de aquellos procesos que son activados por la pena a realizar
un efecto marginalizaodr y atomizador.

La cárcel representa, en suma, la punta del iceberg del sistema penal


burgués: representa el momento culminante de un proceso de selección, la
consolidación definitiva de la carrera criminal (Baratta, 1986).

La ideología del tratamiento carcelario y su recepción en recientes leyes


de reforma penitenciaria alemana e italiana:

La cárcel, contra todo pronóstico, es el instrumento esencial para la


creación de una población criminal reclutada casi exclusivamente entre las
filas del proletariado, separada de la sociedad y de su clase. De hecho,
queda demostrado tanto con la observación histórica como con la literatura
sociológica la imposibilidad estructural de la institución carcelaria para
cumplir con la reeducación y reinserción social que la ideología les asigna
(Baratta, 1986).

Sin embargo, el derecho penal contemporáneo continúa


autodefiniéndose como el derecho penal del tratamiento, y así lo reflejan las
leyes penitenciarias de la época, atribuyendo al tratamiento la finalidad de
reeducar y reintegrar al delincuente. Sin embargo, todas esas innovaciones
no pueden hacer desaparecer de repente los efectos negativos de la cárcel en
la vida futura del condenado y que verdaderamente se oponen a su

13
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

reinserción (elemento escéptico). Por su parte, el elemento realista está dado


por la conciencia de que, en la mayor parte de los casos, el problema que se
plantea con respecto del detenido se encuentra en la representación de que la
población carcelaria proviene en su mayor parte de zonas marginadas,
caracterizadas por defectos que influyen ya en la socialización primaria de
la edad. La cárcel, por tanto, viene a formar parte de un continuo que
comprende familia, escuela, asistencia social, tiempo libre, preparación
profesional, universidad e instrucción para adultos, permitiendo la
reintegración de los sujetos desviados.

El sistema penal como elemento del sistema de socialización:

Todo sistema penal tiende a entrar como subsistema específico en el


universo de los procesos de socialización y educación, función que tiende a
atribuir a cada individuo los modelos de comportamiento y los
conocimientos correspondientes a los diversos estatus sociales y, con ello, a
distribuir los estatus mismos. El derecho penal tiende, de este modo, a ser
reabsorbido en el proceso de control social, esquivando el cuerpo para
actuar directamente sobre el alma (Baratta, 1986).

El presente esquema representa, entonces, el modo en el cual el


sistema punitivo tiende a ser concebido por los individuos a quienes les
incumbe la tarea de prepararlo, administrarlo, controlarlo y transmitirlo. Sin
embargo, es sólo un esquema privado del contacto con la realidad, dándose
aquella función de autolegitimación del sistema por medio de todos los
organismos oficiales. De hecho, la continuidad funcional de los sistemas
escolar y penal puede observarse en el proceso de selección y marginación
que se da en el seno de las sociedades capitalistas avanzadas.

Críticas y autocríticas

La catedrática Larrauri es quien mejor ha logrado fusionar los


principales cuestionamientos formulados a la criminología crítica y,
especialmente, a los autores de la obra La Nueva Criminología (Taylor,
Walton y Young, 1973), siendo una de las principales que esta corriente no
era precisamente nueva, pues se limitaba a exponer teorías anteriores sin
elaborar una propia. Además, se ha cuestionado a los autores de la obra por
haber adoptado una concepción instrumental y funcionalista del derecho,

14
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

dándose a entender que tanto la ley como el control respondían a los


designios de la clase capitalista, correspondiéndole al Estado reprimir
cualquier intento de oposición (Larrauri, 1991).

Por otro lado y en relación a sus postulados de corte marxista, se


acusa a esta corriente de contener insuficiente análisis del marxismo. De
hecho, algunos autores postulan que la construcción de una teoría del delito
con la concepción de los delincuentes como luchadores políticos y en que la
meta de una sociedad sin el poder de criminalizar aparece más cercana a
posturas anarquistas. Otros, por el contrario, la critican por el hecho de
exacerbar los postulados marxistas, objetando la dificultad de integrar
teóricamente las corrientes marxistas con las sociológicas (Morales Peillard,
2002).

En particular, Downes y Rock plantean que los criminólogos críticos


apostarían por una total interconexión entre el delito y el capitalismo, siendo
el conflicto de clases la forma de conflicto de las sociedades industriales
(Larrauri, 1991). También estos autores, en una crítica formulada
especialmente por los postulados de los norteamericanos Chambliss y Platt,
que objetan la falta de permeabilidad de la teoría a otras manifestaciones
político-económicas. De hecho, otra esfera de críticas de orden práctico
radió en que muchas de sus reflexiones son concebidas como derechamente
improductivas, pues se le reprocha el no hacerse cargo, en definitiva, del
problema real (Morales Peillard, 2002).

Por último, y con el resurgimiento de los políticos neoconservadores,


comenzaron las críticas desde la perspectiva de derecha, es decir, aquellas
que buscaban terminar con el idealismo radical reenfocando la criminología
a una de corte actuarialista, calculadora y evaluadora de los riesgos,
orientada a la víctima, a la prevención situacional/ambiental y a la propia
comunidad (Morales Peillard, 2002). De ahí que los precursores de la
criminología crítica iniciaran un período de contrarreforma, destacando ya
no sólo la reevaluación de las posiciones frente al delito común, sino la
negación del poder político de la delincuencia y la matización de las críticas
formuladas al positivismo. Se postula, por tanto, que el delito es un
problema real, que va en aumento y que es grave, que sí tiene víctimas y que
éstas pertenecen a la clase trabajadora, clase a su vez en la que más delitos
se cometen. En ese sentido, se admite la aplicación del derecho penal para

15
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

castigar las vulneraciones de los derechos fundamentales, debiendo asumir


que la criminología tiene la tarea de luchar contra el delito (Young, 2001).

Así entonces, llegando el momento de preguntarnos acerca de la


esencia de la criminología crítica, nos resulta posible rastrear el estado de
discusión de la materia: muchos han sido los cambios que han acontecido en
su seno, y poco de marxista queda en ella. De hecho, estos cambios pueden
ser fruto de muchas razones: maduración de sus ideas primarias, cambios
acontecidos en la sociedad, etc. Sin embargo, una de las críticas que se
agudiza con estas reformulaciones es aquella que observa que la aceptación
de determinadas categorías importa que se asuman y absorban ciertas
formas de pensar acerca del delito, las que se asemejan bastante a las
posturas positivistas férreamente resistidas por los criminólogos críticos
(Morales Peillard, 2002). En ese sentido, la cuestión del crimen y otras
categorías deberían ser el punto de partida de cualquier análisis en la
materia.

CONCLUSIONES

Evidentemente, el impacto de la criminología crítica es beneficioso


para la sociedad en general. De hecho, los conocimientos que brinda son
muy positivos para ser aplicados en un mundo más justo, donde el respeto a
la dignidad humana quede por encima de cualquier otra consideración
utilitarista. Por su parte, tiene en cuenta la dificultad de la resocialización
del criminal, por lo que se buscan los medios para prevenir el
comportamiento antisocial implicando a toda la comunidad, pues sólo podrá
conseguirse este objetivo cuando toda la sociedad tome conciencia del
problema.

Para esta moderna criminología, el crimen pierde sus connotaciones


patológicas para ser contemplado como un problema social y comunitario, a
la vez que la víctima cobra un merecido protagonismo: en este momento, se
convierte en un elemento dinámico del delito, dando un giro al objeto de
estudio de la disciplina. La teoría del control social se convierte en todo un
éxito, desarrollando el llamado control social informal, capaz de resolver los
conflictos sin elevar los costes sociales ni estigmatizar. Por su parte, el
control del crimen le corresponde al derecho penal, pero desde un papel

16
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

secundario y subsidiario, conforme al principio de intervención mínima y


reflejando la selectividad del fenómeno criminal.

A pesar de sus beneficios, esta corriente no ha estado exenta de


críticas. De hecho, y desde un punto de vista personal, la criminología
crítica debe regresar sobre sus ideas primarias para analizar e investigar
completamente las causas y circunstancias del delito, siempre con la
intención de denunciar los modelos de injusticia estructural que explican
que la pobreza y las condiciones de la sociedad capitalista son los mayores
indicadores de criminalidad. Evidentemente, esta no es la única causa de la
delincuencia, y numerosos pueden ser los factores que pueden provocarla
dentro de la sociedad misma, como el individualismo, la competitividad, la
codicia, etc. Es por ello por lo que la criminología crítica debe continuar
construyéndose a sí misma, evolucionando y madurando con los cambios
propios de una sociedad dinámica y cambiante.

CONCEPTOS RELACIONADOS

Alessandro Baratta, Criminología Crítica, Derecho Penal,


Desigualdad, Desviación, Prevención, Socialización, Sociología Jurídica.

BIBLIOGRAFÍA

Aebi, M. F. (2004): Crítica de la Criminología Crítica, una Lectura


Escéptica de Baratta, en Pérez-Álvarez (Ed.), Serta in Memoriam
Alexandri Baratta: 17-56. España: Ediciones Universidad de
Salamanca. Disponible en:
http://www.estudiocriminal.eu/media/Critica%20de%20la%20Crimi
nologia%20Critica%20Una%20lectura%20esceptica%20de%20Bara
tta.pdf (10 de febrero de 2014).

Armenta, A. y Sánchez, V. (1998): Política Criminal y Sociología Jurídica.


México: UNAM, Escuela Nacional de Estudios Profesionales
Acatlán.

Baratta, A. (1986): Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal,


traducción de Álvaro Búnster. México: Siglo XXI Editores
Argentina.

17
CRIMIPEDIA: Criminología crítica

Berballi, Bustos y Miralles (1983): El Pensamiento Criminológico, Tomo I.


Bogotá: Editorial Termis.

Larrauri, E. (1997): Criminología Crítica, Abolicionismo y Garantismo, en


Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, Vol. L: 1-37. España:
Instituto de Derecho Penal Europeo e Internacional (Universidad de
Castilla-La Mancha). Disponible en:
http://www.cienciaspenales.net/descargas/idp_docs/doctrinas/elenala
rrauri.pdf (12 de febrero de 2014).

Morales Peillard, A. M. (2010): Las Huellas de la Criminología Crítica en la


Obra del Profesor Bustos, en Revista de Estudios de la Justicia, nº
12, año 2010: 283-313. Chile: Facultad de Derecho de la
Universidad de Chile. Disponible en:
http://www.derecho.uchile.cl/cej/rej12/MORALES%20_11_.pdf (12
de febrero de 2014).

González, A. y Sánchez, A. (1998): De la Criminología Crítica a la


Sociología en el Pensamiento de Alessandro Baratta In Memoriam.
Disponible en: http://www.bibliojuridica.org/libros/4/1723/21.pdf
(10 de febrero de 2014).

NOTAS

- Desigualdad: cualidad de ser diverso y variable (RAE, 2014).  

- Desviación: acción y efecto de disuadir o apartar a alguien de la


intención, determinación, propósito o dictamen en el que estaba
(RAE, 2014).  

- Prevención: acción y efecto de preparar y disponer aquello que


se hace anticipadamente para evitar un riesgo o ejecutar algo
(RAE, 2014). 

- Socialización: acción y efecto de promover las condiciones


sociales que, independientemente de las relaciones con el Estado,
favorezcan en los seres humanos el desarrollo integral de su
persona (RAE, 2014).  

18

También podría gustarte