Está en la página 1de 2

Es increíble como lo que nos preocupaba hace aproximadamente un

año, ya hoy no nos importa; y es que es así como funciona.

Estoy creciendo y apenas en estos 16 años me estoy dando cuenta


cómo la capa de la niñez queda tras de mi, adherida al suelo
mientras yo sigo mi camino.

Nos volvemos selectivos con el tiempo, tanto con personas como


con situaciones, y esto es beneficioso para nuestra salud porque
nos separa mucho de aquella dependencia emocional y nos permite
posteriormente seguir con nuestro crecimiento y sumamos nuestras
experiencias y enseñanzas vividas.

A medida que crecemos, entendemos que muchas veces que


llorábamos, es que la vida de alguna forma nos estaba tratando
de decir que no era lo mejor para nosotros, que no nos conviene,
o que no vale nuestro esfuerzo; sin embargo, no es hasta que
crecemos un poco más y entendemos. Entendemos que un día podemos
llamar "amigo" a alguien, pero no era más que un compañero de
vida; sólo aquel que se mantuvo contigo firme ante las
adversidades, es aquel que puedes considerarse tu amigo.

Aprenderemos que un amor verdadero a veces, no era más que aquel


que

veíamos frente al espejo, es el reflejo. Eramos nosotros


mismos.

Aprenderemos que la belleza de una persona se rige por lo que


vale cuando intenta. Las personas nos valemos por las veces que
hemos intentado ante una situación que nos amenace y nos
desequilibre, sólo aquel que haya implementado un conjunto de
herramientas o actitudes, y las veces que hemos salido ilesos o
no, son aquellos que valen la pena un mundo, y el sol radiante.

Personalmente, es necesario la tristeza, la decepción, la


angustia, y todo aquello que nos desmotiva, para verdaderamente
apreciar lo que nos da la razón de nuestra felicidad.

Una vez que crecemos, tenemos dos opciones de vida: Que sigamos
haciendo lo que nos gusta y con ello ganemos dinero, que sigamos
nuestros sueños y apartir de ello ser felices y crear un
EQUILIBRIO en nuestras vidas; la otra es que seamos máquinas,
sigamos patrones de sistemas educativos y sólo trabajemos para
tener dinero y luego pagar las deudas, y vivir eternamente en
este mismo ciclo, que aumenta las posibilidad de la infelicidad
y el aumento de los padecimientos psicológicos y nunca ser
verdaderamente felices, sino, simplemente simular serlo a base
de expectativas materialistas.

Aprendemos que llegamos al mundo a descubrir para qué nacimos,


y ojalá nunca se te haga tarde descubrirlo y desarrollarlo; ese
día sabrás para qué naciste y empezarás a vivir la vida con
pasión. Será una vida que no se marchitará nunca.

También podría gustarte