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CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS DANIEL Cosf{o VILLEGAS Llamadas Estudios introductorios Javier Garciadiego Charles A. Hale EL COLEGIO DE MEXICO 972.08 C834 oslo Villegas, Daniel, 1898-1976, ‘Llamadas | Daniel Cosfo Villegas; estudios introductorios Javier Garciadiego, Charles A. Hale. -- 2a ed. -- México : El Colegio de México, 2001 242 p. 5 23 em. INDICE ISBN 968-12-1026-3 Presentacién, por Andrés Lira : Daniel Cosfo Villegas y la modernizacién de la |. Mésico -- Historia -- Replica, 1867-1910. hiscoriografia mexicana, por Javier Garciadiego u 2.México -- Historia -- Revolucién, 1910-1. Garciadiego Danean, Javier IT. Hale, Charles A. Daniel Costo Villegas: historiador y liberal, por Charles A. Hale 35 Publicacién conmemorativa de dos veintcinco aos del fllecimiento de Primera Llamada General 45 don Daniel Coslo Villegas Primera Llamada Particular 6 Segunda Llamada Particular m1 “Tercera Llamada Particular 31 Cuarta Llamada Particular 107 1 Colegio de México agradece ala Editorial Hermes Quinta Llamada Particular 123, y # los herederos de don Daniel Cosio Villegas Sexta Llamada Particular 143 ss aucorizacién para esta publicacin Séptima Llamada Particular 163 Octava Llamada Particular 179 ‘Novena Llamada Particular 193 Segunda Llamada General 197 Primera edicién, 1980 ‘Segunda edicién, 2001 Apéndices Llamads [al libro Porfirio Diaz en la revuelta D.R. © El Colegio de México de La Noria) 2u Camino al Ajusco 20 El Seminario de Historia Moderna de México, segiin Pedtegal de Santa Teresa Daniel Cosio Villegas 215 10740 México, D.E. El Seminario de Historia Moderna de México, segiin swoww.colmex mx Francisco R, Calderon 29 El Seminario de Historia Moderna de México, segin ISBN 968-12-1026-3, Luis Gonnilez y Gonzilez 239 Impreso en México z ister PRESENTACION Este pequefio libro se integeé en 1980, en ocasién de los 40 athos de El Colegio de México. Al reunirse en un volumen las “llamadas’ que Da- nicl Cosfo Villegas antepuso a los tomos de la Historia Moderna de Mé- -xico, aparecidos entre 1955 y 1972, se hicieron visibles, en animada perspectiva, la labor del historiador, el curso de los acontecimientos y el alcance de conformaciones hist6ricas que el autor fue elucidando a lo largo de muchos afios, casi un cuarto de siglo, de 1948 (cuando se ini- ciaron las careas del seminario que se dio al estudio del periodo bauci- zado como “Historia Moderna de México”) a 1972, en que se publicé el dltimo tomo, con el que el director del seminario dio por concluida la vida politica de la Repiblica Restaurada (1 tomo) y al Porfiriato (2 tomos integrados por 4 vollimenes, 2 sobre la vida politica exterior y 2 sobre la vida politica interior). Cinco grandes libros, sin contar anti- cipos, como el Porfirio Diaz y la revuelta de la Noria, aparecido en 1953, bibliografias, ensayos, articulos y monograflas que se fueron en- tregando como rendicién de cuentas, para despejar incégnitas 0 satisfa- cet compromisos y, sobre todo, para deslindar y desbrozar el terreno; obras de ocasién, si se quiere, pero indispensables en aquella tarea his- toriogrifica, en la que concurrieron como ayudantes y algunos como responsables de otros tantos voliimenes, j6venes investigadores, quienes a su tiempo fueron entregando también adelantos y derivados que sir- vieron como traza y consolidacién del camino que Hevarfa a los voli- imenes relatives a la vida econémica y social de aquel tramo del pasado, subdividido en periodos y temas explicados y problematizados por el propio autor de las Llamadas. Las paginas que Charles Hale escribié en 1980 para la primera edicién, y las que entrega ahora Javier Garciadiego recordando el XXV aniversario del fallecimiento de don Daniel, son més que suficientes para dar cuenta del libro, de su importancia en la obra del autor y de lo aque ésta significa en la historiografla mexicana, Para documentar y en- 9 10 PRESENTACION riquecer el volumen se incluyen también varios apéndices. El primero es la “Llamada” que don Daniel puso a su libro Porfirio Diaz en la re- ‘melta de la Noria, publicado en 1953 como adelanto y primer pro- ducto del proyecto de la Historia Moderna. Después se publicaron las paginas que dedica en sus Memorias al recuerdo de los orfgenes y moto- res de aquel proyecto. Finalmente, se reproducen también dos textos, tuno de Francisco R. Calderén y otro de Luis Gonzdlez, protagonistas de la historia de la Historia Moderna de México. ‘A esas piginas y a las de Cosio Villegas remitimos al lector, aho- rrindole distracciones. Sin embargo, creo que no esté por demés sefia- far la utilidad de las Llamadas, asi, reunidas en un libro: son la mejor guia para adentrarse cn la laboriosa y necesariamente larga lectura que imponen los diez ibrazos de la Historia Moderna de México, calidad di- ficilmente perceptible al lees por separado cada una. Ademis, al suce- derse aqui como capfculos de un libro, nos llevan por la aventura del conocimiento que convencié y formé al historiador que fue Daniel Cosfo Villegas. ANDRES LIRA Jalio de 2001 DANIEL COSIO VILLEGAS Y LA MODERNIZACION DE LA HISTORIOGRAFIA MEXICANA Los Morivos Daniel Cosfo Villegas fue un hombre polifacético: de joven, eflmero funcionario, posteriormente fue constructor de instituciones culturales, ‘académico y critico politico. Como intelectual sus intereses fueron igualmente variados: forzado abogado por las condiciones educativas del pafs, sus primeras aficiones apuntaron hacia la literatura,” Iuego se dedicé a la economia, pasé después a la historia y ocupé sus tiktimos afios en el anilisis y la critica politicas.* A diferencia de lo amplio y ccambiante de sus intereses, como intelectual sus caracteristicas y rasgos la par de riguroso, Daniel Cosio Ville- gas fue siempre agudo ¢ intenso: su prosa era incisiva, gustaba de uti- lizar la ironia y propiciaba la polémica. Sobre todo, fue un intelectual visionario, innovador e instrumentalista. Esto es, fue de los primeros distintivos fueron constantes: * Daniel Cosio Villegas, Memorias, México, Editorial Joaquin Mori, 1976; E (que Krauze, Daniel Csi Villegas: una bigrafia intelectual, México, Editorial Joaquin Mortiz, 1980; James Wilkie, Frente a la Revolucién Mexicana, 17 prvagonisias de la tape constuctva:entrevitas de bivoria oral, vol 1, Mésico, Universidad Aucénoma ‘Mecropoltana, 1995. 2 Daniel Cosio Villegas, Obrs Litera, editor Luis Mario Schneider, México, (Clio-El Colegio Nacional, 1998. Daniel Cosio Villegas, Critics del poder Peviodiome real imaginario desde 1968, ‘México, Clio-El Colegio Nacional, 1997, Véase adems a serie de custo tomitos que publicé Joaquin Mortiz entre 1972 y 1976, cuyos tiulos son El sistema politico mexi- ano, H extlo posonal de goberar, La suesién presidencialy La sucsin: dsenlace yper- estva. Respeco a sus exudios, ideas y lbores como economist, véae el erabajo ain indo de Graciela Méequez, stulado Daniel Cosa Villegas, sus wos como economia 2 JAVIER GARCIADIEGO DANTAN cen detectar varios problemas nacionales, y de los primeros en enfren- tarlos mediante disciplinas poco desarrolladas en México; por otro lado, nunca fue un erudito ni tampoco un intelectual especulativo © diletance: siempre creyé que el conocimiento era un medio —nunca ‘un fin— para resolver problemas especificos. ‘Como historiador, Cosfo Villegas destaca como coautor y coordi- nador de la Historia Moderna de México, como el animador inicial de la Historia de la Revolucién Mexicana, como el fundador de la revista His- oria Mexicana, préxima a alcanzar su niimeto 200 en medio siglo de vida, y como el disefador de dos obras ya ‘clisicas’ de sintesis y divul- gacidn de a historia nacional Hoy, los multivoluminosos estudios so- bre la Repiiblica Restaurada, el Porfiriato y la primera mitad del siglo XX, la cincuentenaria revista y las obras de sintesis histérica avaladas por El Colegio de México, son elementos reconocidos como definito- rios de la reciente historiografla mexicana, Sin embargo, no siempre fue asf: al principio también provocaron tajantes rechazos. Como era previsible, don Daniel defendié con pasién sus esfuersns y proyectos mediante polémicas que son ya parte de la historia cultural contempo- rinea del pais? En 1947, luego de haber dedicado casi diez afi a inventar, crear y consolidar La Casa de Espafia y su sucediineo El Colegio de México,° Cosio Villegas publicé un agudo y premonitorio articulo titulado, a contrapelo del optimismo imperante en el pais, “La Crisis de Méxi- co" el que provocd un gran revuclo: decenas de notas y resefias elogia- ton o rechazaron el breve escrito; unos se solidarizaron con él y otros lo descalificaron, peto nadie lo ignor6. Cosio Villegas luego admitirfa que ere las numerosas réplicas —cerea de stent una desacé por be certera y profunda y por el impacto concreto que tuvo en su biografia: la hecha +a José Revueltas. Este argumenté que la crisis de México no ‘era moral ni politica sino “histérica". Exento de cualquier tono irénico, 4 Me refer ala Historia Minima de México, publicada orginalmente en 1973,¥ a la Historia Genel de Meco, pblicada por primera ver en 1976, ‘Taviee Garciadiego, "Criticas, polemicasy dintribas’, en varios autores, Cien ator de Daniel Cosio Villeges, México, Cio-El Colegio Nacional, 1999, pp. 69-107. ‘Clara E. Lida eal, Le Casa de Espaa y El Colegio de Mexico: memoria 1938- 2000, México, El Colegio de México, 2000. > Daniel Casio Villeas, La criss de Mésiv, Clio-El Colegio Nacional, 1997. Flcakcar—incitan, ech (COS{0 VILLEGAS YLA MODERNIZACION DELAHISTORIOGRAHA 13. Revueltas aseguré que resultaba “lamentable” que Costo Villegas per- diera “en forma tan insensata el punto de vista hist6rico”, lo que lo ha- bia Ilevado a criticas “peregrinas” y a ejemplificaciones “superficales y casi (...] anecdéricas". Revueltas no tenfa dudas: “algo mucho mis pro- fando, con més lejanas raices, mucho més grave y mucho més compli- cado [...] produce la crisis nacional” * La observacién fue atinada y profunda. En realidad, Costo Villegas no sélo recibié una tcl leccién sino que el articulo de Revueltas fue un acicate que cambié el rumbo de su vida: a partir de entonces comenzé a trabajar “en las cosas histéricas”. Aunque Cosio Villegas gustaba de leer historia desde su época estudiantl y luego impartié cursos de historia co- némica a nivel universitario,’ fue el sabio consejo de Revueltas lo que “contribuyé a precipitar la atencién de Cosfo en la historia de México”. A partir de ese catértico momento abandoné cualquier otro proyecto que no fuera estudiar la historia reciente del pais. Es més, llegé a rechazar una oferta de trabajo de la UNESCO con un salario varias veces mayor al in- _greso que obtendefa por dedicarse a la investigacién histérica.1° Acicateado por el sefilamiento de Revueltas, respaldado por El Colegio de México y apoyado en el financiamiento de la Fundacién Rockefeller, don Daniel —con varios coautores y ayudantes— se su- -mergié en el estudio de determinados periodos de la historia del pals. Su objetivo no era el de un historiador tradicional, al rescate del pasado en cuanto tal: buscaba conocer la historia como instrumento para en- tender el presente. Al frente de un pequefio grupo de cientificos socia- les, de los que s6lo algunos eran historiadores, don Daniel procedié a estudiar “a fondo” el Porfiriato y la Revolucién pata explicarse sus “se- mejanzas y diferencias’, y asi poder sostener 0 negar que el gobierno posrevolucionatio habia devenido neoporfirista, como lo habia soste- nido en 1947 en “La Crisis de México”. En caso de encontrar suficien- tes semejanzas, don Daniel las seflaria, dado que desde un principio ororgé a su labor de historiador una clara “utilidad aleccionadora”."! * José Rewseltas,“Crsiy esting de Méxicn. En toro a las opiniones de Cosio Villegas Bhon 18 y 19 de abritde 1947 Cosio Villegas, Memoras p. 199; Wilke, pp. 129-130. © Krause, pp. 153-154, 157, ” Cosio Villegas, Memoras, pp. 199-200. Don Daniel lo dijo muy claramente ‘era necesaio[..]averiguar qué habia sido realmente el porfsismo, y despues, seguir el 4 JAVIER GARCIADIEGO DANTAN. LOS CAMBIOS Los afanes de don Daniel y de su equipo de colaboradores implicaron una aucéntica transformacién en la historiografia mexicana, disciplina que se debatia en una severa crisis. En efecto, habia pasado ya su “siglo de oro", Te los testimonios y reflexiones histricas de muchos de los principales crores politicos de la primera micad del siglo XIX —como Mier, Busta- mmante, Zavala, Mora, Alamn, Cuevas y Otero, entre ottos—s el de los alegaos partiistas y nacionalistas de los personajes que les sucedieron w*fomo Payno, Altamirano, Ramirez, Prieto, Zarco, Arrangoiz y Roa Barcena— y el delos intentos documentalistas 0 comprehensivos y apo- logéticos, propios de la estabilidad y el progreso porfirianos —hechos por Joeé Fernando Ramirez, Orozco y Berra, Garcia Icarbalceta, Hermndex ¥ Davalos, Nicolis Leén y Genaro Gatea, o por Zamacois, Riva Palacio + Justo Sierra? La Revolucién Mexicana habia golpeado duramente el Yesarrollo dela disciplina: entre 1920 y 1940, cuando el pais renfa menos recursos que problemas urgentes y cuando se carecta del estabilidad im prescindible para poder investigar y reflexionar sobre la historia no pu- Efieron surgir ni las personas ni ls instituciones que debian promover los ‘studios histbricos, La historiografia de esos decenios fue dominada por Jas constantes polémicas descalficadoras entre ls facciones revoluciona- riasy por la labor individual de algunos estudiosos, predominantemente conservadores como Alberto Maria Carrefio, Rafael Garcla Granados, Pablo Martinez del Rio, Carlos Pereyra, Victoriano Salado Alvarez y Ar- temio del Valle Arizpe—-, que buscaban un nostilgico pasado que pudic~ ra serviles de refugio contra las convulsiones de los tiempos que les haba tocado vivir? Form de le Revolucion par i loaiando las semejanas yl diferencias del mew con No todas las resefias fueron asi de vitrilicas. Las hubo muy positi- ‘vas; incluso un par de colegas percibié atinadamente la. gran transfor- mavidu historiografica que implicaba la aparicién de la Historia Mo- derma. El primero fue un joven historiador norteamericano, Frank Knapp. Ajeno a los celos, pleitos y rencillas del medio intelectual m ano, Knapp salud6 la historia politica de la Republica Restaurada —periodo al que él dedicaba sus investigaciones— con abiertos clo- gios: le parecia que el libro alcanzaba una “insélita grandeza’ en tanto Contaba con “muchas excelencias,” como su “herciilea” investigacién, que remueve “grucsas eapas de distorsién’, y su capacidad para “revivir al espirita de una época”. Proveniente de un medio profesional mo- derno, en el que los apoyos financieros privados y el uso de colabora- dores era més [a norma que la excepcién, el que se eratara de un pro- yyecto colectivo le parecié “grandioso” + 3 Luis Chives Orozco, "Cosio Villegas Historiador", Exctin, 10 y 22 de abril y 4 de mayo de 1955, ™ Guillermo Salazar Viniegra, “Porfirio Diaz y gente menuda’, Exedior, 23 de agosto de 1955 2 Como siempre sucee, ot comentarst enconté vides en ests supuestos vicios: le parecia que Cosio Villegas legaba a la historia “en la mejor edad, cuando st jnicio es maduro". Cp: Ieursaga, “Nace un (..). 2 Frank Knapp era autor del libro The lif of Sebastian Lerdo de Tejada, 1823 1889, Austin, The Univenity of Texas Press, 1951. Para su opinién sobre la obra de Aeacamento lohyslooa. cero petlen COSfO VILLEGAS ¥ LA MODERNIZACION DELA HISTORIOGRAFIA 19 ‘A su ver, José-Fuentes. Mares llegé a afirmar que la Historia Mo- derma de México era el esfuerzo mas ambicioso desde la aparicién, en los 1880s, del México « ravés de los siglos. Fuentes Mares encontré que en el primer volumen publicado se habia logrado, a partir de un mate- rial “cuantioso en grado superlative” pero manejado con muy buen “cino”, hacer una “sintesis metédica’ de “estilo sugerente y a veces en- cantador”. Comprensiblemente, a Fuentes Mares le sedujo que la obra precendiera reconstruir “la historia viva” del periodo estudiado. Para él no habia dudas: su autor no podia ser un simple “principiante” tardfo. Perspicaz y perceptivo, Fuentes Mares descubrié en Cosfo Villegas un cientifico social y un hombre de accién: no le interesaban las “minucio- sidades de archivero” ni la historia “como relato”; se acercaba ala histo- ria “como problema’, con la pretensién de “normar” desde la historia “su juicio del presente y su conducta en el futuro”. Para Fuentes Mares cera obvio que en Cosfo Villegas habja un moralista politico, y por ello “la leccién oculta” de su libro era “la ejemplariedad” de aquellos afios dle lucha pertinaz por la libertad. Por ello el libro querla sei, scp Fuentes Mares, la “expresién de los suefios” del pais que entonces fue México.” A su vez, el historiador catélico José Bravo Ugarte, libre de cualquier sospecha de simpatizar con el liberalismo, reconocié en Co- sfo Villegas a un historiador original y “escrupulosamente objetivo”, y vaticiné que su obra seria “modelo de investigacién y de (...] exposi- cién’”, Tan solo se permitié reclamarle, comprensible y previsiblemente, que su “criterio” liberal —muy en el alma de don Daniel”— le llevara ‘en ocasiones a identificar al pais con el partido liberal y, consecuente- mente, a considerar al grupo conservador como enemigo de México.” Cosio Villegas, véase Frank Knapp, “Nueva Historia de México", Exelon 23 y 25 de abril de 1955-Fsea tesa fe publcada también con ltculo de “Rescate de die afios perdido’ en-Hivoria Meccana ol, V.nim_2, octubre-iciembre, 1955, pp- 244-252. % José Fuentes Mares, “Sobre a Historia Moderna de México”, Exedion, 6 de ju lio de 1955, 2 Véase José Bravo sare, “La Historia Moderna de México de Coso Ville’, en Historia Mecicane vol. V, nim. 2, ocuubrediciembre, 1955, pp. 240-243, Bravo Ugarcereclamé a Cosio Villegas la oscuridad de los ticlos de sus capitulosy subcapitu- los, sobre codo porque Cosio Villegas habia hecho el mismo reclamo a £! Porfirio de José C. Valadés,cuyo indice le habia pareido “una colecidn de charada’. 20 JAVIER GARCIADIEGO DANTAN Una opinién que seguramente respetaba Cosfo Villegas era la de José Miranda, destacado historiador legado a México con el exilio te- publicano espafol.2” Venturosamente para don Daniel, la opinién de ‘Miranda fue positiva: encontré en su obra varias “excelencias”, entre las aque destacaban su “sélida construccién’, su “asiento amplisimo y com- pacto de datos", su firme “discurso armador”, bien cimentado y enla- zado, su “interpretacién comprensiva’. Metaféricamente, Miranda re- conocié en Cosio Villegas una vista doblemente privilegiada: cuando se remonta con fines interpretativos tiene “visién de Aguila’; cuando pe- necra en lo recéndito, y aun en las conductas individuales, tiene “visién de zahori". Segiin Miranda, los mayores logros eran la “labor remove dora’, pues gracias a su critica “despiadada” Cosio Villegas logra trasto- car [a visién precedente, y la “emocién’” que le impregna a la recons- truccién del periodo estudiado. Igual que a Fuentes Mares, a Miranda le result6 obvio que Cosio Villegas pretendia realizar una historia mo- ral con aspiraciones de “aleccionar a las generaciones venideras”, lo que la hace una historia “fucrtemente oricntada hacia el presente y el ft turo”, rebosante “de mensajes politicos’. Ast, a pesar de “uno que otro demérito”, como su “hiperjuicismo” y su irrealizable deseo de escribir simultdneamente para dos tipos de lectores, el erudito y el general, Mi- randa colocé la obra de Cosio Villegas “entre la flor y nata de la histo- riografia contemporined’.2* Otra opinién que seguramente complacié a don Daniel fue la de Silvio Zavala, uno de los mejores historiadores, cientificos de aquellos afios, quien vio en Cosfo Villegas un historiador de estilo sobrio y fluido, honesto, que habia realizado una investigacién meticulosa. Si bien le criticé cierta “prolijidad’, le reconocié el “gusto para caprar el sabor histérico"?” © Para calibrar Ia imporeancia dela obra y del magisterio de Miranda véase Ber rnardo Garcia Mariner, editor, Hioria y oiedad en el mando de habla xpi: home- je a José Miranda, México, E1 Colegio de México, 1970. 2 José Miranda, “La Replica Restaurada, fruto lograde?", en Historis Mesi- ana, vol V, nim. 2, octubre-dciembre, 1955, pp. 253-257. 2 Silvio Zavala, “Cosa Viegas, hscoriador", en Hitria Mexicana, vo. 1, nim. 4, abeil-junio de 1954. Esta tesa esaba dedicada al libro Porfirio Dias en la reouela de 1a Noria, que era un adelanto de la Vide Polivica de La Republica Retaurada. De hecho, don Daniel publi exe libro como una estategia precautoia “para semblantear a mis posiblescritcos". Gf: oslo Villegas, Memerias,p. 203, (COSIO VILLEGAS YA MODERNIZACION DELA HISTORIOGRAHA 21 a polémica fue de tal magnitud que suscité la atencién de perio- © disase inelectuales no dedicados profesionalmente a la histori. Un © ejemplo es el de ‘Pedro Gringoire’ —alias de Gonzalo Baez Camargo—, quien sefialé que el amplio interés por la obra se debia a su “tentativa encomiable” de haberse escrito canto para los especialistas como “para nosotros, ‘los de abajo". Ademés, aseguré que Costo Villegas habia lo- grado caprar el interés general en tanto que el libro en cuestién no era B tuna resefia de hechos sino una obra de “interpretacién honrada, hecha © com esfuerzo-de imparcialidad y con hambre de verdad”, sin incurtir en | “el arrebato cegador de la pasién politica’. “Gringoire’ se permicid DS opinar también sobre a convenienci y ls desventajas del abajo co- © |ectivo, tan abiertamente criticado por varios colegas. Para él no habia © dudas: el trabajo en equipo habia hecho posible “abarcar dimensiones 3 de terreno” que Cosio Villegas no hubieta podido escudrifar “ni en toda una vida’. Su conclusién era clara: a pesar del excesivo “deta- ge llismo” y de la existencia de “numerosos saltos retrospectivos” que ge- SS neraban cierta “confisién’, la exitasa “camhinacién de obra ecudita y 2 5 de divulgacién, la honradez, la labor de equipo y el empleo casi exclu- © sivo de fuentes primarias” hacian de la obra un libro muy meritorio. § De hecho, ‘Gringoire’ llegé a decir que s6lo hasta con Cosio Villegas y su grupo habia empezado a escribirse en el pais historia “en gran forma’, puesto que antes sélo se habia hecho “tepertorio de datos y simple erénica de sucesos”, cuando no mera “diatriba ponzofiosa pa- 3 & negirico exaltado”. Para él, Cosio Villegas habia inaugurado “una nueva © exapa de los estudios historicos en nuestro pais? *! © Las clogiosas apreciaciones de Knapp, Fuentes Mares, Bravo Ugarte, 5+ Miranda, Zavala y ‘Gringoite’ seguramente irritaron a Chaver. Orozco, a {quien renové sus afanes polémicos a finales de 1955. Con pretensiones 2: irénicas aseguré que Cosio Villegas habia conseguido “conquistar la -& © credulidad de muchos de sus lectores” por lo documentado y lo prolijo de sus escritos, aunque esto lo lograra por estar auxiliado “de una le- oie eloga la honradez de Coso Villegas, pues no pretend “destona _nitos6lo para suplantarl con el opuesto, y porque siendo liberal no wails en seialar “los errores de los liberals y ain del iberalsmo”. 5 Pedso Gringoire, “La Hineoria Moderna de Cosio Villegas”, Fxediay, 8 y 9 de julio de 1955. sora dagen lec! op 2 JAVIER GARCIADIEGO DANTAN gién de ayudantes”. Asi, volvié a reclamarle que utilizara colaboradores, “destajistas’, lo que inevitablemente generaba “incongruencias"s peor atin, sentencié que partir de notas tomadas de “lecturas ajenas” y “clasi- ficadas autométicamente con criterio también ajeno”, impedia “llegar a tuna sfntesisinteligente”. El supuesto método de trabajo resultaba en- tonces la causa principal de tantos “juicios incongruentes” y tantas “contradicciones”, terminando la obra por resultar “un mosaico en que se intercala, sin orden ni concierto, la verdad con el error”. Segtin Ché- vex. Orozco, tambign incidieron en ello su novatez, su “escaser de t2- lento”, su “pluma arrogantisima’, siempre con afin de decirlo todo “en términos categéricos y roundos” >” y el apresuramiento con que se la- boraba por el “apremio angustioso” de cumplir un compromiso consig- nado en un contrato que hay que cumplir “a plazo Ajo”, compromiso supuestamente firmado, segiin Chéver. Orozco, con la Fundacién Roc keller. Hoy resulta obvio que no hubo tal “apresuramiento”, y que los compromisos editoriales no puédieron haber sido “a plazo fijo”. El proyecto se prolongé casi 25 afios, en lugar de los ocho planeados ori- ginalmente; ademés, la Fundacién Rockefeller renové sélo por cinco aos su oferta de financiar parte del proyecto durante los primeros dos afios; asimismo, la Editorial Hermes accedié gustosa a publicar diez to- ‘mos en lugar de los seis originalmente convenidos, a pesar de que se violaron los términos iniciales de entregas,> pues entre la aparicién del primer tomo y la de iltimo pasaron 17 afos. Era previsible que el epiteto de ‘destaista irritara a algunos de los aludidos. Bl primero en reclamar fue Xavier Tavera Alfaro, quien ase- 3 Véanse los articulos de Chivez Orozco, "Critica ala critica de Caso Villegas”, y "Fe de erratas dela obra de Cosio Villegas’, Excthior 17 y 29 de noviembre de 1955, 39 El financiamienco del proyecto ha provocado varios malentendidos. Lo cisco es que aunca goas de un apoyo excesivo,y la Fundacién Rockefeller ni siquiers dio as ma vores aportaciones. Fueton varios los apoyos pequefios y medianos ororgados por insti- tuciones nacionales, como el Banco de México y El Colegio de México, y hasta hubo aporiciones individuales, coma una de don Victor L. Urquii. De otra pare, la Secre- tarla de Hacienda facile ol expacio de trabajo: un sldn en un edificio“vijoy destarta- lado", con un grave problema de roedores,cuya tinia ventaja era que los colaboradores renlan ficil acceso a la rca biblioteca de la Secretaria de Hacienda. Gf. Cosi Ville, “Menovas, pp. 205-206; Cosio Villegas, Primera Llamada General; Wilkie, p. 173. % Cosio Villegas, Memoria, pp. 200, 207. CCOSfO VILLEGAS LA MODERNIZACION DELAHISTORIOGRAHA 23 ord que la critica de Chaver. Orozco carecia “de veracidad”, pues el procedimiento de trabajo del ‘Seminario’ no era ‘destajista’ sino simple- mente de colaboracién, con una divisién del trabajo clara y precisa, con varios lectores y algunos autores, entre los que sobresalfa Costo Vi- Ilegas por ser el autor del mayor ntimero de voltimenes y quien ademés cra el director del proyecto en su conjunto.®5 Tavera precisé que a pesar de, efectivamente, contarse con varios lectores que funcionaban como recolectores de datos, de ninguna manera se hacian “clasificaciones au- tométicas” del material. La réplica de Tavera se caracteri26 por su sen- satez: mo aceptaba que el trabajo colectivo fuera superficial, ni que el trabajo individual resultara anacrénico, pues “uno y otro tienen venta~ jas y desventajas": mientras en el trabajo colectivo “lo que se gana en profundidad se pierde en unidad”, el individual esta destinado a incluir menos informacién, pues es “humanamente imposible que una sola persona [...] logre cavar lo que diez 0 quince”. Tavera no se limité a mostrar las argucias y falacias de Chavez Orozco; también hizo ver lo injusto que era llamar ‘destajstas’ a los colaboradores. puesto que para esas fechas ya habia aparecido el segundo tomo de la obra, el de los as- pectos econdmicos de la Reptiblica Restaurada, cuya aucoria individual se acreditaba a Francisco Calderén, autor, por lo tanto, y no mero co- Iaborador ‘destajist’. En forma por demés atinada, Tavera sugirié a Chavez Orozco que evaluara “los resultados” en lugar de limitarse a ju2- gar el método y las téenicas de trabajo.» Aunque todavia tardaron unos afios en aparecer los vohimenes escritos por Luis Gonzilez, Moi Gonzélez Navarro y Fernando Rosenzweig, entre otros, cabrfa pregun- tarse si Chavez. Orozco persistié en considerarlos ‘destajistas. Es obvio que el tiempo terminé por colocar a cada uno en el sitio que le co- respondia. 3 Con iron, Tavera pregunté a Chiver Orozco sillamaria producciones histo- riogeficas'a desta! ln Hivoria de Espana dirigida por Ramén Menénder Dida, la His- toria Univeral de Walter Goet, la Historia de América de Ricardo Levene 0 cualquiera de as mulkivaluminosas historias publicadas por la Universidad de Cambridge. % Xavier Tavera Alfaro, "Del método historogriico", Exelon 6 de diciembre de 1955. 4 JAVIER GARCIADIEGO DANTAN DE APRENDIZ A MAESTRO Conforme fue madurando Cosfo Villegas como historiador, y con- forme los vohimenes de la Historia Moderna de México se fueron haciendo més familiares al interior del gremio, las apreciaciones criticas se hicieron homogéneamente positivas. As, cuando aparecié la primera parte de la Vida Politica Exterior, en 1960, José Bravo Ugarte ratifi- €6 los elogios exernados cinco afios antes: si bien lamenté que Cosfo Villegas concentrara su anilisis en las relaciones con Centroamérica y —en la segunda parte— con Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Es- afta, quedando “totalmente preteridas” las relaciones con muchas coras naciones, y si bien criticé “la oscuridad” de los subtitulos, Bravo Ugarte reconocié la “ejemplar tenacidad” de Cosio y su habilidad para manejar “con soleura, gallarda[...] y profundidad” el riquisimo mate- rial investigado.”” Asimismo, Carlos Bosch Garcia, experto en el tema, aseguré que la obra de Cosio Villegas era una *aportacién de gran im- portancia” por su rigor, su “serenidad acuciosa” y su “finura para captar la realidad’ ef libro le parecié, a la ver, narrativo, detallado ¢ interpre tativo, “valiente de confeccién”, metédico e inteligente; en una palabra, “definitivo” 2" Asimismo, Antonio Gémez Robledo, famosos por ser parco en los elogios, considers que el libro de Cosfo Villegas habia sido hecho con “maestria”, con muchas péginas “laboriosas y prolijas” pero natradas con “vivacidad y colorido”. En cuanto al tema, le parecié “ju cioso” dedicar todo un volumen a las relaciones con Centroamérica. ‘Cuando en 1963 aparecié la segunda parte de la Vida Politica Ex- terior, Cosfo Villegas volvié a recibir encendidos elogios. Para Carlos Bosch el libro era, simulténeamente, “répido, gil, sintético, fluido, profuso y erudito", producto de la “mente certera” y la “ligera pluma” de Cosfo Villegas. Para Antonio Gémer. Robledo el libro resulté de “cautivante interés” y de “relevantes méritos’. Metodolégicamente, la 2 José Bravo Uparte, "Nueva enrega de la Historia Moderna de México", en Hix ria Mesiana, vo. X, nim. julo-septiembre de 1960, pp. 160-161 Cf Revna de Ciencias Politica y Sociales vol. VI, ném. 20, abikjunio de 1960, pp. 363-371 » Antonio Gémez Robledo, “Una historia diplomaica mexicana’, en Foro ner: ecional, vo. I, nim. 3, enero-marzo de 1961, pp. 468-474 ckoDanieb destoratacler dle rates, (COS{O VILLEGAS YLA MODERNIZACION DELA HISTORIOGRAFIA 25 idca de revisar por separado las relaciones diplométicas con Estados Uni- dos y con Europa le parecié “muy acertada’; asimismo, analizar los asun- tos primordiales “con la méxima extensién posible”, sacrificando los de menor interés, le parecié “cientificamente irreprochable”.*° La apari- cién de los dos iiltimos tomos, dedicados a la vida politica interior, sir- vib para que se ratificaran todos los elogios: se aplaudié su combina cidn de “notable erudicién” con “rapidez periodistica” y se dijo que don Daniel “desbarataba mitos” y escribia con “claridad”, “rigor” y “erudici6n’, al grado de ser “el mejor historiador de los hechos poli cos del México Moderno”.*! La mejor prueba de los aportes de Cosfo Villegas al gremio y a la disciplina esté en la critica que, al concluirse el proyecto, se hizo a la obra en su conjunto. Pasaron a segundo plano, o incluso desaparecieron, los reparos a las notas, al detalismo, al cologuialismo de los subtitulos y al tamatio de los libros:#? Los nombres de los resefistas ya correspondfan a historiadores profesionales, y sus evaluaciones se publicaron en revis- «as cientificase institucionales. Orra prucha del acierto, de Casio Ville- ‘gs fue el proceso de maduracién académica de muchos de sus colabo- adores, los antes llamados ‘destajstas’. Considérese, por ejemplo, que al condluirse el proyecto, en 1972, Luis Gonzilez y Gonadlez ya habla publicado su seminal Pueblo en vilo, arranque de la microhistoria mexi- cana, y Moisés Gonzilez Navarro habfa ya publicado su Raza y Tierra libro clésico sobre la guerra de castas en Yacatin.? Comprensiblemen- te, al final ya no se cuestionaba que se hubiera trabajado en equipo. Al contratio, se aseguré que era una “fortuna” haber contado con un gru- po de colaboradores “bien preparados"; es més, ahora se dijo que la © Ambas reac, agrupadas con cto de “El nuevo libro de Daniel Coo Vi leas’, en Foro Inrerncinal vol II 4, abri-juio de 1963, pp. 609-615, Gf Hinoria Mexicana, vol. XX, nim. 3, encro-marao de 1971, pp. 470-473, * Areuo Armas yFreg habla relamado que exo voimenes no pian “lee en Jn cama’salo que Caso Villegas respondi indignado, que sus wabsjos no eran pata le crse ene ls sibanas. La objeci al ama dels libros fue compara, entre otton, por dl hisoriador Waler V. Scholes Cf: Hipanie American Hira Review, vo. XXXVI, sm. 3, agosto de 1956, p. 40 Para ver su gran influncia, vase Puro en vila La fuera de acre [Alvaio Ochoa, Moris, El Colegio de Michoacin, 1994. El ibeo de Resa y Tere ob- tavo el premio Fray Bernardino de Sahagin en 1972 26 JAVIER GARCIADIEGO DANTAN “admirable hazafia intelectual” era obra de Cosfo Villegas y de su equipo “de jévenes investigadores”.* Al concluirse la publicacién de todos los voluimenes aparecieron balances de conjunto y criticas més profundas.“ Por ejemplo, se teco- nocié que el proyecto significaba “un antes y un después en la historio- grafla del México moderno” y se aseguré que era “el mayor esfuerzo his- toriogréfico personal y colectivo [...] hecho en México desde 1910”. El gran consenso parecfa unanimidad: para un resefista la obra era un auténtico “parteaguas” en la historiografla nacional; otto incluso ase- guid que la obra era uno de los retos més significatives y ambiciosos en Ia historiograffa latinoamericana, en la que llegarfa a ser un auténtico landmark; es més, alguien Hlegé a decir que la obra competiria “con las mejores producidas en cualquier pais”.4” Esto no implica que no hu- a criticas de importancia, Para muchos la informacién siempre fue cexcesiva y la perspectiva bisicamente capitalina; para otros, la obra era muy descriptiva y muy poco interpretativa. Asimismo, hubo quien propuso que, siendo tan atinada la division tematica. lo ldgico hubiera sido prescindir del corte cronolégico entre Reptiblica Restaurada y Por- firiato, para dividir el estudio en cuatro temas: vida politica interior (originalmente en los volimenes I, VIII y IX), vida politica exterior (an- tes volimenes V y VI) vida econémica (voltimenes II y VII, éste en dos tomos) y vida social (voliimenes III y IV), buscando “anudar la se- “ Emesto Lemoine, “La monumental historia de Daniel Cosio Villegas’, Siempre, 10 de marzo de 1971, pp. VIIE-XL © Anes, al aparccer los eres vohimenes dedicados a la Replica Restaurada, se publicé una elogisa reseia que ls aburaba, hecha por José lutiags, "La magna obra ‘de Cosio Villegas’, Novedades, 2 de noviembre de 1956. 4 Florescano, op. ct * Vease Moisés Gonzilez Navaro, resefia citada en la nota 41. Véanse también Robert A, Potash, “Historiography of Mexico since 1821", en Hianie American Hiso- vical Review, vol. XL, nim. 3, agosto de 1960, pp. 420-422: Stanley R, Ross, “Cosio Villegas Historia Moderna de México, x Hispanic American Historical Review, vol. XLVI, mim. 3, agosto de 1966, pp. 274-282, Para una evaluacisn general y compren= siva, véase sobre rodo la laudatori pero rigurosa resefia de Charles Hale, “El impuleo liberal. Daniel Cosio Villegas y la Hitoria Modema de México", en Hioria Mexicana, vol. XXV, nim. 4, abriljunio de 1976, pp. 663-688, reproducida en exaedicién conme- moraiva, Enrique Krauzerealizé una correta antologis de la obra, con el reulo de Di rel Coso Villegas, el hisoriador ibn, México, Fondo de Cultura Econdmica, 1984. (COSIO VILLEGAS VLA MODERNIZACION DE LA HISTORIOGRAHA 27 ccuencia tematica’, En cambio, oto colega creyé que lo mejor hubiera sido estudiar simultanea y conjuntamente, en forma unitaria, los aspec- tos politico, econémico y social, en lugar de haberlos separado.4® Una cxtica similar a éstaiikima le habjan externado en una ‘mesa redonda’ varios profesores de la Facultad de Filosofia y Letras de la UNAM, como Edmundo O'Gorman, Leopoldo Zea, Justino Fernénde2, Luis Villoro, Agustin Y&tiez, Arcuro Arnaiz y reg, entre otros. Don D: arredré con lo que consideré un “interminable (...] ui torial” en defensa de la indivisbilidad de cualquier hecho histérico; al contratio, le parecieron “objeciones muy divertidas, de fildsofos y no de historiadores’.? LAS SECUELAS Por todo lo anterior, puede confiadamente concluirse que a pesar de la dliatriba de Chéver Oravea® y de atzos “incidences” menores, la obra tuvo una magnifica acogida. Incluso terminé por resultar més volumi- rosa que lo acordado al principio, con diec tomos en lugar de seis, lo «que justfica que se rebasara el tiempo fijado para su elaboracién. Com- prensiblemente, Cosio Villegas qued6 muy satisfecho de su etapa como historiador, Hegando a asegurar que “de todas las casacas intclectuales” ‘que us6 en su vida, lade historiador, ademés de haber sido la més pro- ongada, “fue la que me cuadré mas’.5! Haber sido historiador durante nds de veinte afios lo marcé para el resto de su vida: al proceder luego a analizar el sistema politico mexicano, lo hizo con una metodologia histérica. * Moisés Gomer Navarro era el paridario de combinat ls perspectvastemét- ‘as en volimenes cronolégicos, y Emesto Lemoine quien preferia acentuary unifcat ka proximacién temética, Lemoine también le reclamé su injusta descalficaciin de Al- bereo M. Carrio y, sobre todo, de José C. Vala, Cosfo Villegas, Memarian pp. 203-204, 59 “Tae y cengo la impresién de que en los tes o cuatro ariculos que nos cruza- ‘mos en los diaros capitalines, Chiver Orozco salié mal parado, pues resultaba visible ‘que su mévil no eraesablecer ninguna ‘verdad istic sino el de empequefecr la ‘obra aena". Gf ibid, p. 203, > Caso Villegas, Memorias p. 208, 4 : : i é 8 $ § 3 : 5 § 2 é z é 28 JAVIER GARCIADIEGO DANTAN ~ Aunque en historia no existen los juicios definitivos, zquién se atreve hoy a negar la enorme mejoria que implicé para la disciplina his- ~ térica la profesionalizacién y modernizacién traidas por Cosio Villegas? © © ¢Quién puede cuestionar la gran importancia historiogréfica de la His- 578 toria Moderna de México, con su. rescate de la Repiiblica Restaurada y su revisién imparcial del Porfiriato2®? ;Quién lamaria ‘destajistas’ y ‘matacuaces' a historiadores de la talla de Moisés Gonzalez Navarro y Luis Gonaalez y Gonzilez? No comen2é con el primero la historia social mexicana? ;No abrevé el segundo en don Daniel su estilo litera- > tio, agradable al lego y preciso para el profesional exigente? :Quién po- dela. negar que con Daniel Cosio Villegas nacié el estilo moderno y © profesional de historiar? °_Incuestionablemente, la-Historia Moderna de México fue el factor decisivo.en_la_profesionalizacién-y-modernizacién-de la historiografia mexicana y el punto-de-arranque de los estudios sobre las historias de la segunda mitad-del-x1x-y-de-le primera del siglo xx.53 Para comenzan, significé un claro progreso en términos tedricos y metodolégicos. Don Daniel entendié que la historia politica s6lo rescataba una parte del pa- sado, y que para lograr una visién cabal de éste era preciso rescatar € integrar los aspectos econémicos y sociales de aquel pasado. Se dio cuenta“que los procesos econémicos y sociales evolucionaban a un ritmo distinto de los politicos, y que se desarrollaban en espacios més amplios y mediante actores distintos. Don Daniel utilizé una mecéfora ‘marina pata aclarar el problema: mientras lo cconémico y lo social constituian el fondo espeso, a veces hasta inmévil, la politica era “la ‘marejada superficial”. Consciente de las limitaciones de la historia politica tradicional, don Daniel procedié a hacer una historia politica moderna, con-“nuevos enfoques', conio-analizar-a-los grupos de pre Sign, la_prensa-y-le-opinién publica; los caciques y las relaciones encre los poderes ejecutivo y legislative, temas de interés hoy vigentes.°> Enrique Florescano también destaa esa aportacién. Véase su ensayo citado en a nota 14, % Cosio Villegas confiaba en que sus historias cuvieran una vigencia de encre crvina y cineuentaafios. Gf: Wilke, p. 168. +4 Cosio Villegas, Segunda Llamada Particulas, Vease a resetia de Gonziler Navara citada en la nota 4, imgentc~mey grarch, (COSIO VILLEGASY LA MODERNIZACION DELAISTORIOGRAA 29 Sobra decir que mientras la historia econémica tenfa en el pals apenas un par de predecesores, la historia social result6 una aucéntica novedad. Por lo mismo, los obstéculos documentales para ambas fe- ron ingentes, Las informaciones estadisticas eran escasas, fragmentarias, hheterogéneas y poco rigurosas. El primer censo de poblacién se hizo hasta 1895, pero la informacién estaba insuficientemente desagregadas Por lo mismo, don Daniel y su equipo tuvieron que reconstruir sus propias series estadtstias.%® Considerando estas dificultades, los resul- ‘ados obtenidos aumentan de valor. Por si esto fuera poco, su idea de la historia social era completa, pues ademés de incluir el Ambito cultural Ale lo que luego se lamentaria don Daniel, reconaciendo-que-le cul- tura debid haber merecido un tratamiento auténomo—™ abarcaba la demografia, el andlisis de la estratificacién social y de los conflictos re- sultantes, asf como el estudio de la vida cotidiana, Respecto a la histo- ria econémica, si bien don Daniel vaticiné su creciente complejidad, para el proyecto prefirié una historia econémica sin jergas ni “termino- logfa téeniea’.5 Incluso puede decirse que don Daniel estuvo présimo 4 introduc otras innovaciones en la historiografia mexicana, como ha- cer una historia “verdaderamente nacional y no s6lo ‘capi se lo impidié la falta de informacién “sobre las provi Por lo que se refiere a los periodos analizados, don Daniel tuvo el valor de estudiar etapas ignoradas y anatemizadas de nuestra historia, La Repiiblica Restaurada habfa sido ninguneada por el Porfirato, y éste habia sido satanizado por los politicos y los intelectuales postevolucio- narios. Don Daniel no sélo estudié el Porfiriato, sino que lo hizo en forma imparcial, en contra del maniqueismo prevaleciente. Consecuen- temente, sus conclusiones fueron balanceadas: reconocié que el Porfi- 2”, pero % Esta labor paralela se plasmé en las siguientes publcaciones independienes: Moisés Gonzilez Navarro, Esadiricas Sociales del Pofriato, 1877-1911, México, El Colegio de Mésico, 1956; Seminario de Historia Moderna de México, Eitadisicaseco- nimieas del Porfias: Comercio exseriar de Mésico, 1877-191 1, México, El Colegio de ‘México, 1960; Seminario de Historia Moderna de México, Exaditicas ecomdmices del Porfiriato: Fuerea de abajo actividad econdmica por sectoes, México, El Colegio de ME ico, 1964. > Cos Villegas, Segunds Llamada General. > Cos Villegas, Segunda y Séprima Llamada Particular. Coso Villegas, Tercera Llamada Particular 30 JAVIER GARCIADIEGO DANTAN riato se distinguié por sus grandes logros econémicos, aunque estos nunca fueron totales, como lo prueba la crisis de la agriculcura trai ional y la vulnerabilidad respecto al exterior; por otto lado, le criticé su carécter autoritario, su insensibilidad social y su sordera ante las cri- ticas y los reclamos de los descontentos.®° Por lo que se refiere a los cortes cronelégicos entre los diferentes petiodos histéricos, Cosfo Villegas argumentaba que la Repiiblica Res- taurada y el Porfiriato tenfan suficientes caracteristicas comunes como para conformar, juntos, una misma etapa: la de la historia moderna de ‘México; sin embargo, alegaba también que eran tantas sus particulari- dades, que mereclan ser considerados como momentos histéricos dis- tintos. Ademés, don Daniel fie uno de los primeros en sefalar que el periodo presidencial de Manuel Gonzélez (1880-1884) también tenia similitudes y diferencias respecto a los gobiernos iniciales de Dizz, lo que obligaba a darle un tratamiento relativamente independicnte.*! ‘Teéricamente, el argumento de la convivencia de continuidades y cam- bios era irteharible. Sin embargo, abligaba a reconocer lo mismo para los tiempos posteriores. Consecuentemente, don Daniel encontré en los gobiernos posrevolucionarios, en contra de la ideologia oficial que descansaba en el principio ruprurista y Fundacional de la Revolucién Me- xicana, numerosos elementos de continuidad y semejanza con el antiguo régimen.® Las consecuencias ideol6gicas y politicas de este hallazgo se- ran enotmes, Su visién de la historia cuestionaba la incerpretacién ‘ofi- cial’, basada en la identificacién de la Revolucién y sus gobiernos con Jos movimientos nacionalistas y progresistas del siglo XIX, y en su dis- continuidad y ruptura coral con el Porfiriato, sin reparar que con ello se distorsionaba el auténtico proceso hist6rico nacional y se lastimaba a &lahistoria —como proceso y como disciplina explicativa—, que no sabe ©S de saltos ni de evasiones. En cierto sentido puede afirmarse que don Daniel dedicé casi un cuarto de siglo a estudiar el Porfiriato para poder © Cosio Villegas, Cuara, Séprima, Octava y Novena Llamada Particle Cosio Villegas, Octava y Novena Llamada Particular. © La versin mas sida y refinada de esta vsin de la historia esl sostenida por Jess Reyes Heroes. Se recomienda la lectura del volumen IV de sus Obras Completa ddedicado a la historia, obras publcadas entre 1995 y 1999 por el Fondo de Cultura Econdmica bajo la direcidn editorial de Eugenia Meyer (COSIO VILLEGAS YLA MODERNIZACION DELA HISTORIOGRAHA = 31 probar o desmentir cientificamente su intuicién de 1947, cuando en “La crisis de México” aseguré que la Revolucién Mexicana se habfa por- firizado.® Hay autores que creen que por las criticas hechas por Cosio Villegas al sistema politico mexicano se puede deducir que éste crefa que, en efecto, los gobiernos revolucionarios se habjan porfirizado. Sin embargo, don Daniel sostenfa que entre el régimen de Diaz y los go- biernos revolucionatios siempre hubo una diferencia sustantiva: la sen- sibilidad social. No acababa de concluitse la Historia Moderna cuando ya don Da- aiel inicié su continuacién, la Historia Contempordnea de México, luego llamada la Historia de la Revolucién Mexicana. En realidad, en 1948 se inicié el estudio doble, en forma paralela, del Porfiriato y de la Revolu- cién Mexicana, incluyendo en ésta a los gobiernos posrevolucionarios. Sin embargo, dado que los avances para la época revolucionatia fueron “pobres”, pronto se decidié aplazar su estudio “para un futuro indeter- minado”. En 1957 hubo un reestablecimiento parcial del ‘Seminario de Historia Contemporinea’,® en tanto se abocs a las labores prepa sivas para la investigacién auténtica, realizando primero un exhaustive inventario de fuentes en archivos —nacionales y extranjeros—, biblio- ‘ecas y hemerotecas. Al concluirse el proyecto de la Historia Moderna de México, y con el apoyo del gobierno federal y de El Colegio de Mé- © Recuérdese que el plan original era estudiar desde la legada de Diaz la prcsc sdencia hasta mediados del siglo Xx, para comprobar si los gobiemos de Avila Camacho y Aleman eran un retoceso hacia el neoporfiismo, cuestién que se habia convertido para don Daniel en una “duda angustiads". Cif: Cosio Villegas, Momorian p. 199. © Lorenzo Meyer, "Daniel Cosi Villegas: el etudio del poder y el poder del estuc Ao", en Lett Libres, mayo 2001, pp. 83-88; Cosio Villegas, Cuarta lamada General Cf Cosio Villegas, Memoras, p. 200; Wilkie, p. 163. Como producto de ls pesqusesy los invenarios documentales,legaron a pu- biicarse: Bera Ulloa, La Revolucién Mexicana, México, Secretaria de Relaciones Extctio- ‘ex; Stanley Ros et al, Fuente dela historia contempordnen de Mesico peridicsy revs- 15 3 vols, México, El Colegio de México, 1965-1967; Luis Gonzales y Gonziler et sl Fuentes del historia contemporinea de México; ire flletos, 3 vols, El Colegio de ‘México, 1961-1962. Muchos afios después se publicaron: Berta Ulloa, Le revolucén mds del al del Braw: gua de documentos reltivos a México en archivos de EULA, 1900- 1948, México, El Colegio de México, 1991; Luis Muro y Berta Ulloa, Guée del Ramo Revolacién Mesicana, 1910-1920, del Archivo Hiro de la Defensa Nacional, Mésico, El Colegia de Mexico, 1997 32 JAVIER GARCIADIEGO DANTAN xico,® finalmente pudo hacer don Daniel la segunda parte de su pro- yecto original. Mayor ya de 70 afos, endosé su coordinacién a uno de sus antiguos colaboradores ‘destajistas’, Luis Gonzélez y Gonzalez. Vol- vid a trabajatse en equipo, pero ahora las eriticas de Chavez. Orozco, Alberto Marfa Carrefio, Rafael Garcla Granados y Pablo Martinez del Rio eran irrepetibles por injustas y anacrénicas. El viejo ‘seminario’ —o taller— ahora se conoceria como ‘la fibrica.® Los nuevos ‘desta- jistas! y sus ‘matacuaces’ son hoy nuestros principales historiadores: Berta Ulloa, Alvaro Matute, Jean Meyer, Enrique Krauze, Lorenzo Me- yen Alicia Hernindez y Victoria Lerner, asi como Romana Falcén, Martha Loyo, Josefina Mac Gregor y Beatriz. Rojas. Don Daniel no sélo hizo historia; hizo historiadores, y los hizo en su taller, en su fi brrica: siempre fae un constructor, un hombre “de pluma y pala”.”” Como buen constructor, fue un hombre que crecié con sus obras. La Historia Moderna pasé de seis a diez volimenes, porque don Da- niel, auténticamente fascinado, escribié lo doble de lo planeado en his- toria politica e historia diplomética. Es muy probable que en ese descu- brimiento histérico de las relaciones exteriores haya nacido su interés por su siguiente creacién institucional, el Centro de Estudios Interna~ cionales, fundado en 1960, en plena elaboracién de la Historia Mo- derma, Este es otto de los mejores legados intelectuales de don Daniel: la necesidad de dar explicaciones profundas —econémicas, sociales y de politica interna— a las relaciones entre los distintos paises; de he- cho, mas que historia diplomética, don Daniel proponia hacer historia internacional.”! En efecto, puede decirse que otra de las aportaciones de Cosio Villegas a la historiografia mexicana tuvo que ver con la hi toria de la politica exterior. En lugar de hacer una historia diplomética convencional, propuso una reconstruccién compleja, nunca bilateral y © Cosio Viegas, Memoria pp. 276-279. © Desde la Primera Lamada General promesié ques ‘seminara seria “un alin «go de nsevosinvestigadores © Bl producto del wabajo de ete equipo es la Hira de la Revolucion Meson en 23 volmenes, de los cules han aparecio 19, esando los cuatro restantes en po «0 decaboracién. 7 Esa es una metfora uizada en vats ocasiones por Enrique Kraze, quien ex cl mayory mejor conocedr de ava y obra de Daniel Cost Villegas. 71 Cosio Vilgas, Sexta Usmads Particle. (COS{0 VILLEGAS Y LAMODERNIZACION DELA HISTORIOGRAHA 33, siempre bilateral, a partir de documentacién de todos los paises invo- Iucrados.” Todo estudio sobre la faceta de historiador de don Daniel Cosio Villegas debe considerar los cambios que tuvo su propia concepcién de Ia historia durante los més de veinte afios dedicados al oficio. Primero se le criticé que hubiera cambiado su postura ante Diaz, al principio cxitica y severa y luego complaciente y hasta admirativa, a lo que con- testé don Daniel que no era él quien habia cambiado sino don Porfirio, pasando de militarote a estadista. También se le sefialé que comenzé siendo un-historiador_ muy positivista, aferrado-al documento,23 y que terminé siendo un historiador de-convicciones y pretens'ones interpreta- tivas, firme creyente de que la historia sirve para ver y analizar el proceso de desarrollo de una sociedad_o de un organismo; incluso le adjudics ilidades comparativas.” En efecto, un par de colegas percibieron y alabaron el cambio del historiador pasivo —documentalista— al activo © creativo, haciendo posible que la “alquimia historiogrsfica’ dominara a “la mera labor acumulativa de ingredientes’.”® Hoy. a veinticinco afios de su muerte es justo reconocer la importancia de su riquisimo legado, y serfa aconsejable que todos siguiéramos su ejemplo: trabajo, indepen- dencia y responsabilidad ciudadana.”6 JAVIER GARCIADIEGO DANTAN. Julio de 2001 7 Wilkie, pp. 174-175. 8 Aungue admirador de Fustl de Coulanges, a don Daniel se le negé el acceso a archivo de Porfirio Dizz, por lo que su trabajo descanséexcesvamenteen a prenst. Cf Cosi Villegas, Memorias, pp. 200-204; Octava Lamada Particular, Garciadiego, op. ce 7 Los seialanicntos de Moisés Gonailee Navarro y la respuesta de Cost Villegas en Historia Mescana, vol. XX, nim. 3, ener-maran de 1971, pp. 4706475. 7 Gf: Cosi Villegas, Quinta y Séprima Llamada Particular. Me refero a Moisés Gonales Navatr ya Emesto Lemoine. © Seain don Daniel, no era viable “auna el goce del poder politico y dela posi- cién socal eon el trabajo oscuro e ingrato de la investignién". Cf: Segunda Liamada Paricula. DANIEL COSIO VILLEGAS: HISTORIADOR Y LIBERAL [Bl aho de 1972 vio la culminacién de una de las empresas historiogréficas ‘nis sobresalientes de nuestro tiempo.' Fue sobresaliente, entre otras razo- tes, por la increfble dedicacién, la voluntad y la maestria de Daniel Costo Villegas, su director y autor principal. La Historia Moderna de México es tuna obra monumental. Nueve gruesos voltimenes, y sus 9017 piginas nos ‘muestran, con la fidelidad de un documento, un periodo extenso e impor- tante de la historia de México, comprendido entre los afios 1867 y 1910! Como suele ocurrir en tales empresas, el trabajo result6 ser mucho més ambicioso y prolongado de lo que se esperaba. Los que habrian de ser seis “> vvolimenes semestrales durante tres afios, se convirtieron en diez tomos ‘que aparecieron alo largo de 17 anos. Por lo general, los auores se cineron al plan general de organizacién que partia de un corte en el afio de 1876 y tun tratamiento por separado de la historia politica, econdmica y social, an- tes y después de esa fecha. A los seis volimenes originales se aiadieron dos consagrados a las relaciones exteriores de México, otro mas dedicado a la economia del periodo 1876-1910 y un cuarto consagrado a la politica de «ese mismo periodo, " Daniel Costo Villegas, decor, Hitoria Moderna de Mésio, México, 1955-1972, ‘ueve volimenes en diez tomo: 1. Daniel Cosio Villegas, Lt Replica Reveuneda. La vide _pollics, México, 1955: I. Francisco R. Calderén, Le Replice rtaurada, La vida ecndmics, México, 1955; Il Luis Gonzile y Gonziler, Emma Casio Villegas y Guadalupe Monroy, La Repibliarescurada. La vida sca México, 1957; IV. Mois Gonziler Navarro, El Pof- viet La vida soi, México, 1998; V. El Porfirio. La vida poltion exterior, primera parce, México, 1960; VI. Daniel Cosio Viegas, H! Poyfiviata, La vida polticn exterior, segunda part, Métco, 1963; VIL. Luis Nicola D'Olver, Fancsco R. Caldera, Guadalupe Nava (ue, Fernando Rosenzweig, Luis Casio Siva, Gloria Peralta Zamora y Emilio Coello Sala- ‘ar, El Porfiriats, La vida econdmice, primers y segunda pare, México, 1965; VII. Daniel (Cosi Villegas, Hl Porat. La vida politic inseror, primera pare, México, 1970; IX. Da- el Coso Villegas, £1 Prfiiaza. La vide poten imeror, segunda pare, México, 1972. La mayor parte de las obseracions que siguen forman parte de "El impulso liberal Daniel Cosio Villegas y la Hioria Moderna de Mexia, Hiaoria Mexicana, XXV (abiiju- io, 1976), pp. 653-688. a5 36 (CHARLES A. HALE La Historia Moderna fue producto de un seminario ditigido por Costo Villegas en el que colaboraron buen niimero de investigadores y lectores, trece de los cuales, a través de un proceso competitivo, se convirtieron en autores de voliimenes o secciones de los mismos. El Seminario de Historia Moderna inicié sus labores en 1950, cinco afios antes de que aparecieran los primetos frutos desu trabajo. El famoso nuevo seminario funcioné como un aparato de investiga cin, taller de entrenamiento historiogrifico y foro para la revisin eritica de la historia que estaba en claboracién. A pesar de que la Historia Mo- derna fue wn esfuerzo de colaboracién, la batuta del Director se hizo evi- dente desde el principio. A través de sus Llamadas partculares, verdaderas introducciones interpretativas a cada volumen, Daniel Cosio Villegas le dio coherencia a ls partes del trabajo que a veces eran de naturaleza enci- clopédica. Una lectura de estas Uamadas que se retinen en este volumen, roporciona al lector la interpretacién de lo esencial de la Historia Mo- derna de México. *Por qué, ewindo y en qué circunstancias emprendié Daniel Costo Villegas la redaccién de una historia en varios volimenes de los 43 affos que precedieron a la revolucién de 191022 La génesis de la Hitoria Mo- derna data de la década de 1940, petiodo que presencié no sélo la famosa transicién de la politica piiblica desde el agrarismo hasta la industraliza- ci6n urbana, sino también una “toma de conciencia” intelectual de quienes se interesaban en Ia historia, la identidad culeural y cl destino de México como nacién. La emigracién espafiola habia comenzado a ejercer su in- luencia en los circulos intelectuales y académicos. Se estableci6 El Colegio de México, tuvo lugar un rejuvenecimiento de los estudios histéricos y fi- loséficos en la Universidad, Leopoldo Zea publicé sus obras sobre el posi- tivismo, Edmundo O'Gorman se puso a indagar el significado de América y la “crisis de la ciencia histrica”. Estos acontecimientos fueron parte de un brillante despertar de la conciencia nacional en el México contempord- neo. Fue en este con texto intelectual donde Daniel Cosio Villegas, en 1947, publics “La crisis de México”, con lo que inicié su carrera de ensa- yista politico. Al afo siguiente, el 1o. de julio segiin se nos dice, inicié las * Mi respuesta a ete problema debe consderane sélo como hipétesis, Tal verb rx esta complet est en el libro de Enrique Krasze, Daniel Cao Vile: une big inte “ecuak que aparecert en unas semanas (México, Joaquin Mor, 1980], (COMO VILLEGAS: HISTORIADOR V LIBERAL 37 investigaciones acerca de la historia “moderna” de México. En efecto, la obra fue el esfuerzo realizado por una figura pablica e intelectual recién Iegada al campo de la historia en busca de orientacién en el pasado para tuna nacién en crisis. Nacido en 1898, Daniel Cosfo Villegas tenia 22 afios cuando la Revo- Iucién ingresé en lo que el llama fase segunda o “reformist. Brillante es- tudioso de filosofia, ociologla, derecho y economfa, Cosio desempenis di- vetsos cargos docentes en los primeros afios de la década de 1920, y ancuvo estrechas relaciones y colabors con los principales inteleccuales de México, con hombres tan diversos como Manuel Gémez Morin, Vi- cente Lombardo Toledano, Alfonso. Caso, José Vasconcelos y Alfonso Re- yes. Se ha expresado con orgullo de “mi generacién’, de aquellos incelec- tuales cuya juventud coincidié con la “primavera” o los “buenos afios” de la revolucién mexicanas y nos cuenta que él y sus amigos estaban deseosos de “hacer algo” por el México nuevo.% Fue este entusiasmo colectivo por el mejoramiento social lo que tanto atrajo hacia México, en la década de 1920. a extranjeros tan sensibles como Ernest Gruening, Frank Tannen- baum, Robert Redfield y John Dewey. Al regresar en 1928, después de tres afios de estudios en los Estados Unidos, Inglaterra y Francia, y con una maestria en economia de la Uni- versidad de Cornell, Cosio Villegas se lanz6 a una multifacttica cartera.de académico, diplomético, economista y editor. En 1934 fund6 la revista ti- tulada El Trimestre Eeondmico y una gran casa editorial, el Fondo de Cul- ‘ura Econémica. Como encargado de negocios de la legacin mexicana en Portugal, inicié en 1937 el proyecto de invitar a México a un grupo esco- gido de intelectuales espafioles. Al afo siguiente fue co-fundador de La Casa de Espatia en México. Cosio Villegas se vio absorbido por el vacio in- tclectual, académico ¢ institucional creado por la revolucién, ¢ hizo una carrera extraordinaria en las décadas de 1920 y 1930, en el corazén mismo de la renovacién no politica de la vida mexicana. ‘Al parecer, Cosio Villegas sintié una aguda decepcién por los nuevos rumbos que tomé el pats después de 1940, a los que llama fase “desarro- Ilista’ de la revolucién. Esta decepcién fue la base de su ensayo de 1947. 3 Vesela intraduccii autobiogriica por Coso asus dos tomo de enayos (Euages ‘Nota, México, 1966 1, pp. 17-22). También “The mexican revolution» Then and now", en (Change in Latin America The Mevcan and Cuban revolusions Linco, 1961, pp 29, 33-34 38 CHARLES A. HALE “Las metas de la revolucién se han agotado —escribié— hasta tal punto que el propio término de revolucién ha perdido su significado”. En pocas palabras, para Cosfo Villegas estas metas eran la democracia politica, la justicia econémica y social y la defensa de los intereses nacionales contra los extranjeros, metas que habian quedado deformadas, confundidas 0 he- chas a un lado en la fiebre del desarrollo econémico. Advirtié.que México tena ave woe estos objetivos, porque si no la regeneracién vendrfa del ‘exterior, desde los Estados Unidos, "y el pais perderd gran parte de su iden- tidad nacional”. aa Cosfo Villegas introdujo en este ensayo un tema que ha ocupado un Jugar medular en su pensamiento desde entonces y es ahora un lugar co- ‘miin para quienes estudian a México, a saber, que después de 1940 el pais se ha revertido hacia las prioridades y a muchas de las caractersticas del ré- gimen de Porfirio Diaz. Lo que més le dolié (ha seguido afligiéndolo) del neoPorftiato fue la incapacidad en el liderato, el marchitamiento de las insticuciones democriticas la dfundidisima corrupeién y el servlismo en cl gobierno. Hizo referencia especial a la “tesis inocente” de Francisco 1. Madero, en 1910, la “creencia en que la vida politica, la libertad y la de- ‘mocracia tenfan un valor més grande aiin que el progreso material’. Es pa- tente que existié una vinculacién intima entre la preocupacién de Cosio Villegas por el presente y su decisién de estudiar la época de Porfirio Diaz. Pero como ni Diaz ni su régimen surgieron de la noche a la mafiana, ple- ‘namente maduros, en 1876, como parece indicar gran parte de la biblio- grafla apologética, Cosio amplié su indagacién de manera que incluyese toda la era, desde la restauracién de la Repiblica en 1867, hasta la ruina del régimen de Diaz en 1910. El objetivo de Cosfo no coincide con el de los estudios histéricos mas estrechamente definidos y analiticos de nuestro tiempo, En los afios de su plena madurez decidié lanzarse decididamente al estudio de la historia, a ‘manera de expediente para hacer comprender al piblico lo que era para él tuna crisis nacional, al mismo tiempo que traté de descubris, por primera vez, la documentacién de un gran espacio de afios. Su empresa nos re- cuerda la gran tradicién de la historiografia del siglo x1X, de los Macaulay, * Cosio Villegas “Lacs de Méxio",en Extremes de Amérce, México, 1949, p. 17. Publicado por primera ver en Cuadernos Amerianas (32 /19471, pp. 29-51), el ensayo ‘imprimié también en Bucy provocé muchas polémicas en l pens. Villegas de la era de 1867-2 1910, el ingrediente fundamental de est © terpretacién-es-un-apego-alliberalismo.constitucional, El constituciona- ” lismo-de Cosio Villegas se-revela-no sélo-en-los-volimenes-t, VIII, IX (La CCOSf0 VILLEGAS: HISTORIADOR ¥ LIBERAL 39 Guizot, Fustel de Coulanges de su compatriota Lucas Alamén. El com- promiso personal y la mira de servicio piiblico que se descubren tras stu cobra constituyen uno de sus rasgos notables. Por més compleja que pueda ser la interpretacién que nos da Cosfo vida politica interior), sino-también-en-sus.numerasos ensayos politicos e histéricos, publicados desde 1947-La Historia y los ensayos se refuerzan mu- ‘uamente y deberfan examinarse juntos. El meollo del argumento de Costo es que la Repiiblica Restaurada, la era de los presidentes Benito Jusrez (1867-1872), Sebastién Lerdo de Tejada (1872-1876), y el interino José ‘Maria Iglesias (1876), fue un punto culminante de la historia politica me- xicana, Considera a esa década como modelo politico 2 causa de la calidad intelectual y moral de sus dirigentes, la independencia de sus insticuciones representativas (el congreso y los tribunales) y el vigor de su prensa libre, La RepriblicaRestanrada-es. para Cosio Villegas. el comienzo de la historia *moderna’ de México, pues consticuy6 el primer intento-de-gober- nar constitucionalmente el pais. La Constitucién de 1857 se convirtié en tuna suerte de estandarte sagrado para los victoriosos jefes liberales de 1867. En un ensayo suyo consagrado a la Constitucién, clave para enten- der su liberalismo, Cosio Villegas se convirtié en el campeén de la Carta Constitucional y de los hombres que la compusieron, en contra de sus de- tractores porfirianos, como Justo Sierra y Emilio Rabasa. El Congreso Constituyente de 1856, escribi6, es la tinica pagina de nuestra historia en la cual “México da la impresin de un pais maduro, plenamente enclavado cn la democracia y en el liberalismo de la Europa occidental moderna.* La Constitucién de 1857 le dio a México su primera traza de ‘modernidad”. ‘No obstante la admiracién que siente por Sierra y por Rabasa, como intelectuales y como escritores, eree que su influencia ha sido nociva. Son “Los dos grandes pilares en que se sustenta la justificacién histérica del Por- firiato”, Para las intenciones de Cosfo, tiene importancia capital el evar a cabo una revisién de la opinién de Rabasa de que Benito Judrez, como Porftio Diaz, se vio obligado a convertrse en dictador extralegal a causa de las limitaciones fijadas al ejecutivo en la Constitucién de 1857. El 5 Conia Villegas, Le comsiucon de 1857 y su etic, México, 1957, p. 162, 40 (CHARLES A. HALE punto de partida de Cosfo Villegas en la Historia Moderna es la distincién “entre Ja Repiiblica Restaurada como democracia politica y el Porfiriato como tirania politica, Esta distincién ha ejercido gran influencia en el con- junto de la obra, y ha afectado su orientacién fundamental, su organiza- cién y su divisién en periodos. [No cobstante, hay ambivalencia en su interpretaci6n, pues también ha recaleado que la Repiiblica Restaurada fue el antecedente del Porfiriato. El tema central del volumen I es el de la “telajacién constitucional”, el pro- eso por el cual la autoridad del Bjecutivo se recuperé de su extrema debi- | Tidad bajo la Constitucibn. Judrez y Lerdo, al restablecer el Senado y asu- mir poderes extraordinarios para sofocar las rebeliones regionales € intervenir en los estados, contribuyeron a la relajacién constitucional. Esto lleva a Costo a sacar en conclusién, muy a su pesar, que la Reptiblica Res- taurada “empalma perfectamente con el Porfiriato: entre la una y el otto no hay solucién de continuidad, y menos, muchisimo menos, una ‘lla’ histérica’® En los volimenes VIII y IX traza el crecimiento continuo de la ‘autoridad central a través de la débil primera presidencia de Diaz (1877- 1880), el régimen mas fuerte de Manuel Gonzélez (1880-1884), y, por tl- timo, la segunda presidencia de Diaz, después de la cual se mantuvo la au- toridad absoluta desde 1888 hasta 1910, / Laincerpretacién de Cosio Villegas, que revelan las Llamadas particula- 7s, cuvo una enorme influencia en la empresa como en todo, En efecto, po- ddefa decirse que la Historia Moderna de México no es una obra, sino dos, y tal vea incluso tres. Aun cuando todos los voltimenes se basan en una formida- ble documentacidn, en su organizacién, sustancia y estilo de presentacién cist una clara diferencia entre los tomos consagrados ala politica interna (I, VIL, IX), escrtos por el propio Cosio Villegas los que compusieron sus co- laboradores en materia de historia social y econémica (II, Ill, IV y VII). Los volimenes politicos son interpretativos y de forma narrativa, atin cuando no se ajusten a una exposicin estrictamente cronolégica. Por otra parte, los vo- lhimenes sociales y econdmicos por lo general estin desprovistos de toda in- terpretacion patente y su exp. icin es invariablemente "temstica’. Por con- siguiente, su producto es enciclopédico en sus alcances y en su presencacién, 3 con algunas excepeiones notables, flojo en concepcos, interpretaciones 0 conclusions, Sefiaa la diferencia entre los volimenes politicos y los socioe- Hon Ep 346 (COSf0 VILLEGAS: HISTORIADOR Y LIBERAL 41 ‘condmicos el hecho de que las Llamadas particulares de todos los volimenes ‘estin escritas por el director de la obra En cicrto sentido, los dos gruesos voltimenes (V, VI) consagrados a las relaciones exteriores de México con Guatemala, América Central, Estados Unidos y Europa, escritos por el propio Cosio Villegas, constiuyen una tercera obra dentro de la roralidad. Aunque hayan surgido naturalmente dentro de su experiencia diplomética, aparentemente son producto de una idea posterior, al menos, un tratamiento por separado de las relaciones ex- teriores no figuré en el plan original. Por supuesto, estos volimenes ent- Gquieccn enormemente el conjunto; forman parte importante de la revisi6n que la Historia nos oftece de nuestra comprensién del régimen de Diaz (del que hablaré més adelante). Lo sustancial de estos volimenes tiene que ver, en muchos puntos, con cuestiones importantes de los volimenes polt ticos y econdmicos. Sin embargo, a pesar de todo su valor, son esencial- mente “algo” que se halla separado del resto, tanto en su organizacién como en su interpretacién. La consecuencia principal de las suposiciones interpretativas de Cosfo cn la elaboracién de la Historia tiene que ver con la distribucién en perio- dos, es decit, con la separacién fundamental que hay en la obra entre la Repiblica Restaurada y el Porfiriato. Hemos visto que, para Cosio Ville-| 2s, el problema principal del México contemporsinco es de naturaleza po- Iitica. De igual manera, el hilo central de la historia moderna de México es la politica; y de su distincién original entre la Repiiblica Restaurada mocritica’ y el “trdnico” Porfiriato, provienen la divisién del trabajo y muchas de las virtudes y las deficiencias de la Historia considerada en su conjunto. Las discusiones en torno a la periodizacién de Cosio Villegas tienden a concentrar su atencién en la justificacién de 1867 0 1910, en contraposicién a 1857 0 1908 0 1920, Sin embargo, el problema no se presenta en zelacién con las fechas terminales de la historia moderna de ‘Méaico sino més bien en relacién con la fecha de 1876, punto de inflexién politico que fue impuesto rigidamente tambign al tratamiento de los temas cecondmicos y sociales. Es importante sefalar que la exposicién de las relaciones exteriores no toma en cuenta el rompimiento de la continuidad de 1876. De hecho, Cosio Villegas reconoce explicitamente la continuidad de la politica exte- rior mexicana segtin la formulé Judrez.en 1867 y sblo gradualmente la mo- dificaron sus sucesores, antes de que Diaz, en 1888, la abandonase. La his- a (CHARLES A. HALE, toria magistral que nos traza Cosfo Villegas de las relaciones exteriores se ve forzada por el hecho de que la era se considera como un conjunto, al tiempo que las historias de la sociedad y de la economia tienen la falla de no hacerlo. Hemos sefialado la complejidad de la interpretacién que hace Cosio Villegas de la historia moderna de México basada en una ambivalencia res- peeto de la relacién entre Ia Repiblica Restaurada y el Porfiriato. Esta ‘complejidad queda demostrada con mayor claridad aun en la obra maestra de a Historia Moderna, a saber, la historia politica de los afios 1876 a 1910, redactada por Cosfo Villegas. Aun cuando no haya renunciado al li- beralismo constitucional, que lo llevé a una censura inicial del régimen, Cosio Villegas nos ofrece, por vez primera, una comprensién pormen 2ada y una valoracién juiciosa de la politica porfiriana. Su mayor logro es haber roto la barrera ideoldgica de 1910, haber renunciado a la perspectiva revolucionaria vulgar, que considera al Porfiriato «inicamente como un “antiguo régimen” opresor. Adems, se ha producido un cambio sutil en la acticud de Cosfo Villegas con respecto a Diaz y su régimen en ls tltimas dos décadas, un cambio que dice mucho a su favor como historiador. El csplritu extico que lo ha llevado a poner en tela de juicio las ortodoxias re- ‘6ricas e idcolégicas de las revoluciones permanentes le ha petmitido tam- bign abritse paso a través de estas mismas ortodoxias en su aplicacién a la interpretacién de la historia anterior a 1910. La opinién corregida que de Diaz. se forma Cosio Villegas aparece no sélo en los voliimenes VIII y IX, sino también en el V y el VI. De hecho, si acepta uno la premisa implicita de Coso Villegas, de que Ia politica tiene importancia primordial en la historia moderna de México, los volimenes sociales y econémicos contri- buyen también a esta revisién del Porfiriaco, y as debilidadeso fallas de es- tos voltimenes se convierten realmente en virtudes. Cosio Villegas se lanza en contra de la imagen de cajén, pettficada e intemporal, que muestra siempre al octogenario Porftio Diaz en las esti- vvidades del Centenario de 1910, y ha subrayado el cambio que, a lo largo del tiempo, suftiera tanto el hombre como el régimen. Para calificar el ré- sgimen de Diaz, Cosfo se deshace de su anterior etiqueta de “tirénico”, lo mismo que de la de “dictatorial” y prefcre el cérmino mas neutral de “au- toritario”. No obstante, como considera que la ampliacién de la aucoridad presidencial fue un proceso constante desde 1867 hasta 1888, un tema central del relato es cémo se las arreglé Diaz para conservar el poder abso- (COS(O VILLEGAS: HISTORIADOR ¥ LIBERAL 2 Juco desde 1888 hasta 1910. Presenta como desarrollo una era que ante- riormente habia sido interpretada tan sélo como una totalidad monolitica. Por ejemplo, vemos ahora los afios que van desde 1876 hasta 1910 como ocho periodos electorales, cada uno de ellos leno de luchas de facciones, de debates en torno a la Consticucién y a los cambios de la misma, de di- versos grados de oposicién a la perpetuacién de Diaz, De los estudios realizados por Cosio en torno a la p surge también una opiniOn corregida acerca del régimen de Diaz. Alega convincentemente que Diaz fue un nacionalista auténtico y no un mero lacayo de los intereses extranjeros. El gobierno republicano, después de 1867, se enfrenté a un dilema. Mantenia relaciones con una sola nacién importante, los Estados Unidos, antiguo aliado en contra de la interven- ci6n europea; y sin embargo, sus dirigentes comenzaron a darse cuenta de itica exterior due esta situacién podria conducir 2 una indispuesta hegemonfa nortea- ‘mericana en los asuntos mexicanos. Diaz y Gonzélez actuaron para contra rrestar [a influencia norteamericana al renovar las relaciones con Francia (1880) y con Inglaterra (1884) y. finalmente. al alentar las inversiones eu- ropeas. Los estudios sobre economia ayudan a completar el cuadro corre- gido del Porfiriato. Cosfo Villegas afirma que el régimen de Diaz puso las bases de una moderna economia nacional, generalizacién corroborada por los diversos capitulos. Fl volumen VII nos proporciona un punto de par- tida equilibrado y pormenorizado para la realizacién de faturas y mis suti- les investigaciones. Orro tanto podria decirse del volumen IV, el cual, por la organizacién de sus temas, su vasta documentacin y su carencia de hin- capié en el cambio, pone las bases para el estudio de la sociedad porfiriana cen sus propios términos. Como el volumen no trata directamente los 01 genes sociales de la Revolucién, nos proporciona un correctivo para Iasi terpretaciones deformadas que subrayan tinicamente la explotacién social Es patente que después de veinte afios de permanecer inmerso en la documentacién del periodo 1876-1910, Daniel Cosfo Villegas, como co- rresponde a un buen historiador, adquirié una sdlida apreciacién de inclusi- ‘ye una ocasional simpatfa por elrégimen de Porfirio Diaz. Al mismo tiempo, rng ha vacilado en sus convieciones liberales iniciales, Una de las razones que ‘ofrece Cosio Villegas para ampliar la exposicién de la politica interior hasta 1933 paginas, es la de demostrar, con todo pormenor, que las libertades ppblicasy la cxtica del régimen —en pocas palabras, la “vida politica— se ‘mancuvo viva.a pesar de los extremos del gobierno autoritario”. 44 (CHARLES A. HALE En la columna semanaria que estaba escribiendo al mismo tiempo que su volumen de la Historia, Cosio Villegas, medio en broma, pidié que se convocase tna nueva convencién constitucional para el aio de 1972, seta lando que “el México de hoy recuerda cada vex. més los iltimos afios del Porfiriato y los albores del maderismo”, Afiadié que uno de los consejeros de la convencidn deberia ser un historiador del siglo XIX, que pudiese con- a los delegados de que “el verdadero problema de un gobierno, de cualquier gobierno, ¢s limitar el poder del gobernante”,’ Al terminar la Historia Moderna de México nos queda el sentimiento de que existe una tensién no resuelta entre Cosio Villegas e-historiador y Costo Villegas, l abogado y critico de la-causa-liberal. Si la Historia Moderna surgié de la preocupacién de Cosio Villegas por la crisis del México de los afios cua- renta y sui deseo de empujar una nueva serie de prioridades para su pais,

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