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UNIDAD II – Relación de la pedagogía con otras ciencias.

 Biología y Pedagogía, psicología y pedagogía, Sociología y Pedagogía, Filosofía y


Pedagogía, Culturologia y Pedagogía.
 Biologismo, psicologismo, sociologismo y filosofismo.

Relación de la pedagogía con otras ciencias.

El estrecho contacto de la educación con los más diversos aspectos, factores e intereses de
la vida humana, coloca a la pedagogía en relación con las más distintas disciplinas que, de
una o de otra manera, aportan materiales para la comprensión y explicación de esa vida. De
ahí que la autonomía de la pedagogía deba definirse a partir del tipo de relación que
mantiene con las que, en este caso, constituyen sus ciencias auxiliares.

La pedagogía tiene la necesidad de apoyarse en otras ciencias para poder investigar y analizar a
fondo el fenómeno educativo. Aquí enlistaremos las otras ciencias con las que trabaja, que son
conocidas como ciencias de la educación, ya que aportan conocimientos, habilidades y
prácticas a la pedagogía.

Biología y pedagogía

Indudablemente la biología es la primera de las ciencias con las cuales se relaciona la


pedagogía. No es posible pensar en la formación del hombre por más elevado que sea su
objetivo si previamente no se conoce su estructura morfológica, su capacidad de adaptación
biológica, los momentos de su desarrollo orgánico, su diversidad tipológica. Como sostiene
Hubert, la pedagogía supone el conocimiento de las leyes generales de la vida (biología
general); el conocimiento de las leyes particulares de la morfología, la anatomía y la
fisiología humanas (biología humana); el conocimiento de las condiciones específicas del
desarrollo humano (ontogenética humana); y, el conocimiento de las formas que bajo la
influencia de los factores biológicos puede tomar su estructura mental (biotipología).

Desde el punto de vista biológico la acción educativa debe tender a que los seres jóvenes
alcancen una madurez normal. De ahí que sea tan necesario al educador el conocimiento,
por lo menos en sus grandes líneas, de las ramas de la biología arriba indicadas. Por otro
lado no hay que olvidar que el ser con el cual trabaja es, en primera instancia, un ser dotado
de un cuerpo regido por determinadas leyes. Leyes de desarrollo que no sólo llegan a lo
físico y fisiológico, sino también a lo psicológico, en tanto ambos tipos de fenómenos se
condicionan mutuamente.
Además, el ser humano ocupa un Cierto lugar en la escala zoológica que la educación debe
afirmar. No como su fin último, pero sí como medio para que esté en condiciones de cumplir
dentro de la comunidad la labor activa que de él se espera.

Psicología y pedagogía

Así como es imposible intentar la formación del hombre sin antes conocer su organización
biológica, tampoco puede pensarse en ella si previamente no se ha penetrado en su
estructura anímica y espiritual. La psicología es pues la segunda disciplina que se relaciona
con la pedagogía. La expresión según la cual el maestro es un "formador de almas" no es
una frase carente de significación. Tiene un sentido y más profundo del que aparenta. El
verdadero maestro está dotado de una capacidad de intuición y de penetración psicológicas
que le es connatural. Pero la sola intuición no le permitirá ir muy lejos por el camino de la
comprensión y el conocimiento de sus alumnos, si no se perfecciona en el dominio de las
disciplinas psicológicas. Por otra parte el educador mismo es una estructura anímica y
espiritual, sin contar con la presencia de elementos psicológicos en todos los aspectos del
trabajo educacional. El pedagogo debe estar alerta frente a esos factores para cuyo
conocimiento necesita el apoyo insustituible de la psicología.

En consecuencia, toda pedagogía supone: el conocimiento de la psicología general; el


conocimiento de la psicología evolutiva; el conocimiento de la psicología diferencial (tipología
y caracterología); el conocimiento de la interpsicología y de la psicología social.

Sociología y pedagogía

El sujeto de la educación, además de ser un individuo biológico y psíquico, es un ser social,


pertenece a una comunidad amplia (por ejemplo, la sociedad nacional) y a varias
comunidades restringidas (la familia, la iglesia, el club deportivo, la asociación cultural, etc.).
La sociología, que se encarga del estudio de la realidad social, es así la tercera de las
ciencias que se conecta con la pedagogía.

Filosofía y pedagogía

El hombre es el único ser educable. Este ser es simultáneamente biológico, psíquico y social.
Pero no lo es en forma pasiva sino activa., Está frente al mundo provisto de una actitud
espiritual, de una concepción de la vida. A través de esta idea básica encuentra la explicación
de muchos "por qué", aparte de la posibilidad de enfocar a la realidad como un todo. En
primera instancia la filosofía es, pues, una concepción del mundo y de la vida que repercute
sobre la conducta. Esto sucede no sólo con la filosofía de los "filósofos profesionales", sino
también con la "filosofía" del hombre común.

Toda teoría filosófica conduce a una actitud e intenta explicar unitariamente la realidad. Por
eso se dice que la filosofía es una reflexión totalizadora en cuyo campo entran tanto lo
natural como lo humano.

De lo dicho se deriva la importancia de la filosofía para la educación. Si ésta pretende formar


al hombre en su integridad, ¿quién más que la filosofía puede darle una idea de esa
integridad? El educador no puede emprender su misión, si antes no se ha trazado por lo
menos un esbozo del punto a que debe llegar, es decir una "imagen" del hombre a formar.
Por eso, esencialmente, la filosofía que fundamente la acción educativa debe ser una
"'filosofía de lo humano".

Las razones dadas bastan para demostrar el estrecho contacto que hay entre filosofía y
pedagogía. Ésta apelará a aquélla para resolver los problemas esenciales, para evitar que los
aportes parciales de las ciencias biológica, psicológica y sociológica permanezcan
desintegrados e ineficaces.

El reconocimiento de esas relaciones es muy antiguo. Platón y Aristóteles incluyeron las


reflexiones pedagógicas en la filosofía. La edad media la hizo parte de la teología, hasta que
el siglo XVII pretendió liberarla del seno materno. Herbart mismo subordinó la pedagogía a
la ética y a pesar de que hoy la pedagogía ha desarrollado su independencia frente a ella, la
filosofía mantiene vigorosamente sus derechos a reflexionar sobre lo educativo y a ayudar al
pedagogo en su comprensión o interpretación.

Actualmente las relaciones de la pedagogía con la filosofía se establecen desde múltiples


puntos de vista. Pueden considerar- se fundamentales siguientes:

1) La pedagogía es filosofía (postura del idealismo actualista, sobre todo de los italianos
Giovanni Gentile y Giuseppe Lombardo-Radice);
2) La pedagogía depende de la filosofía (postura del idealismo neokantiano de la "escuela de
Marburgo" representada por los alemanes Paul Natorp y Jonas Cohn).

3) La pedagogía es floración o culminación de la filosofía (postura de la corriente científico-


espiritual del alemán Guillermo Dilthey).

4) La filosofía es fuente de la ciencia de la educación (postura del instrumentalismo del


norteamericano John Dewey)

5) La filosofía es teoría general de la educación (otra de las soluciones del instrumentalismo


norteamericano) .

6) La pedagogía nada tiene que ver con la filosofía (postura del experimentalismo y del
cientificismo pedagógico extremos).

7) La pedagogía es autónoma, pero se sirve de la filosofía como de las otras ciencias (una de
las posiciones más generalizadas en nuestros días y, sin duda alguna, la más correcta).
Biologismo, psicologismo, sociologismo y filosofísmo

La concepción errónea de los límites de la relación de la pedagogía con las otras ciencias,
puede ser la causa de la pérdida de la independencia le nuestra disciplina según la Ciencia de
que se trate, aparecen las exageraciones del biologismo, del psicologismo, del socioloqismo,
o del filosofismo. En cada una de esas posiciones hay una invasión injustificada de las
ciencias correspondientes sobre el dominio pedagógico.

El biologismo pedagógico reduce la educación a proceso de configuración biológica y, por


consiguiente, hace de la pedagogía una rama de la biología. Es la posición de Demoor y de
Jonckheere que definen a la pedagogía como "el estudio del niño, su génesis, su desarrollo y
su capacidad de adaptación".

El psicologismo pedagógico hace lo mismo, desde el punto de vista de la psicología. Así


Meumann dice que la pedagogía es "la investigación inductiva y experimental del alma
juvenil y de los efectos de las influencias educativas". En el caso particular de Meumann, y
como ha expresado Roura-Parella, "el psicólogo domina al pedagogo" lo que sucede con
todos los partidarios del psicologismo pedagógico.

El sociologismo pedagógico como tal llega a concebir a toda la educación como un hecho
social, y a reducir su disciplina a una parte de la sociología. Durkheim, por ejemplo, escribe
que la ciencia de la educación es "el estudio de ¡as prácticas educativas consideradas como
hechos sociales, como realidades que tienen una naturaleza adquirida y definida". Como
puede observarse esto es sociología de la educación y no ciencia de la educación.

El filosofismo pedagógico, como los anteriores "ismos", significa la ruptura del equilibrio de
las relaciones de la pedagogía con otras ciencias, en este caso con la filosofía. Este
filosofismo se da no sólo en la teoría, sino en la actitud concreta de algunos filósofos que
consideran a la pedagogía como una disciplina sino ninguna trascendencia. Esta actitud ha
sido, en gran parte la culpable del retraso en la constitución autónoma de la pedagogía. Para
quienes sostienen esa posición escribió John Dewey estas palabras, refiriéndose a su libro
Democracia y educación: "A pesar de que por muchos años fue el libro en que expuse con
mayor amplitud mi filosofía, no creo que mis críticos tan distintos a los simples maestros
hayan recurrido alguna vez a él. Me pregunto si esto significa que los filósofos a pesar de
que suelen estar dedicados a la enseñanza, no han considerado que la educación puede
encararse con tal seriedad como para concentrar en ella la visión filosófica y considerarla
como el punto en que coinciden todos los problemas de interés humano". El desequilibrio
teórico y epistemológico que el filosofismo representa no puede subsistir porque en materia
de educación la realidad concreta es inflexible. El filósofo que pretenda hacer caso omiso de
ella, "tarde o temprano" ha dicho, Saúl Taborda "necesita reconocer derecho a los elementos
empíricos y admitir, de hecho, la insuficiencia de la especulación; o permanece fiel al
fundamento especulativo en obstinada actitud unilateral y se priva, entonces, del comercio
con la realidad y se hace inocuo para sus fines".

Casi no es necesario aclarar que el biologismo, el psicologismo, el sociologismo y el


filosofismo pedagógicos, no son peligrosos por lo que destacan, sino por lo que exageran.
Nadie puede discutir y esto ha sido demostrado en los puntos precedentes- La importancia
de los enfoques biológico, psicológico, sociológico y filosófico, para la comprensión del hecho
y del proceso educativos. Lo que aquí se discute es el injustificado afán de algunos biólogos,
psicólogos, sociólogos y filósofos, de hacer de su enfoque el único capaz de dar cuenta de la
totalidad de la educación.

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