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5 La salida de la crisi Colombia E17 de agosto de 1998 dio comienzo un nuevo periodo presidencial en Colombia con Andrés Pastrana, del Partido Conservador, quien tenfa la responsabilidad de sa- car al pais de su peor momento econémico, EI Gobierno de Pastrana hered6 una economfa en estado calamitoso. Casi al tiempo de su Tlegada al poder, el pafs avanzé hacia una etapa critica en el deterioro de las empresas, del sector financiero y del mercado de trabajo. Tantos problemas al mismo tiempo hacfan particularmente diffcil cumplir con la tarea indispensable para enderezar la economfa: corregir el déficit de las finanzas piiblicas. Tras un crecimiento econémico de 5,81 por 100. en 1994, los especialistas es- timaban que el crecimiento para 1998 seria de un 3 por 100 como maximo, con perspectivas pesimistas por parte de los empresarios sobre el cumplimiento de este objetivo. En su discurso de posesién, el presidente Pastrana hablé de forma clara: «Al presidente lo nombran para tomar decisiones», y efectivamente estas decisiones de- berfan tomarse de forma acelerada, pues su objetivo era reajustar la economia que presentaba claros sintomas de deterioro. 5.1. ANTECEDENTES En 1994, Colombia se mostraba como una de las econom{as ms estables de Lati- noamérica, con una alta calificacién de su deuda, y una tasa de crecimiento positi- va que habia mantenido por mas de cincuenta afios, incluyendo la Hamada «década perdida» de Latinoamérica, de los ochenta. Su posicin geografica, con 2900 km. de costa en los dos océanos (Atléntico y Pacifico) y 1.150.000 km? de extensi6n territorial Ilena de riquezas naturales, tierras fértiles y diversidad de climas, le favorecia para ejercer un liderazgo econémico en la zona. El pais estaba formado por una poblacién de 39 millones de habitantes, en 33 34 Aniilisis econdmico de paises el centro estratégico de un mercado subregional que inclufa todas las naciones an- dinas, México, Centroamérica y los paises del Caribe. Habia sido una de las economias destacadas de la regién en los primeros aiios de los noventa, pero al terminar el periodo de gobierno 1990-1994, se estaba que- dando atras frente a los progresos de otros paises en la gestién de la politica eco- nomica, y como reflejo de una crisis politica interna, disminuy6 su tasa de creci- miento a partir de entonces. Parad6jicamente, cl apoyo de Colombia a las economfas del érea habia sido im- portante en la recuperaci6n de pafses como Panama, Venezuela, Peni, Ecuador, Bo- livia y otros de Centro y Sudamérica con los que habfa soportado grandes déficit comerciales, ademés de la inversién directa realizada en dichas economfas. Colombia habia sido el tinico pafs de Latinoamérica que no renegoci6 su deu- da ni habfa dejado de cumplir con ninguna de sus obligaciones de pago. Su buena imagen crediticia y su credibilidad le permitid colocar la primera «Emisién Sobe- rana» a veinte afios por parte de un pafs latinoamericano, lo que contribuyé a au- mentar su deuda, mientras los demas pafses latinoamericanos estaban tratando de redueirla. Colombia contaba con empresarios de gran capacidad para sobrevivir en medio de la inestubilidad, comprometidos con el desarrollo y la productividad a pesar de las ineficiencias y hasta desaciertos del Estado en materia econémica, Los empre- sarios atribuyeron el retraso iniciado en 1994 a la mala cal de las politicas eco- némicas, donde ellos tenian pocas posibilidades de actuaci6n, y a la ausencia de Gobierno. Uno de los cuatro paises latinoamericanos que durante la década de los ochenta mantuvo la inflacién por debajo del 30 por 100 fue Colombia. Sin embar- go, la inflacién promedio de América Latina, que habia descendido rapidamente de niveles superiores al 100 por 100 en 1994, al 27,7 por 100 en 1995, 18,5 por 100.en 1996 y cerca del 12 por 100 en 1997, en Colombia se ubicé en 17,7 por 100 en el afio 1997, El Gobierno vigilaba de cerca los objetivos econdmicos coneretos en materia de estabilidad de precios, equilibrio en la balanza de pagos, crecimiento del PIB y ni- vel de empleo, tipos de interés y presupuesto del Estado, pero daba poce impor- tancia a las politicas estructurales. Obviamente, un manejo de politicas econémicas prudente y estable era esencial para un buen desempefio de la economia, pero no era suficiente, Por ejemplo, la apertura para el libre intercambio de bienes y servi- cios en el Gobierno de 1990-1994 iba por buen camino, pero el nuevo Gobierno, iniciado en 1994, financié el déficit puiblico con eréditos del exterior, con la con- siguiente entrada de divisas que provocé una fuerte apreciacién de la moneda, perjudicando a Ja agricultura y a numerosas empresas que no podfan competir con los costes de los productos importados. Su situacién externa contaba con un déficit comercial de 1,5 por 100 como por- centaje del PIB en 1997, inversién extranjera directa por 2450 millones de d6lares ¢ inversi6n de cartera por 1350 millones de délares, Mantenfa un importante volu- men de reservas acumuladas de 11.900 millones de d6lares, y una estrecha relacién comercial con sus socios del mereado subregional. Las inversiones relacionadas con el desarrollo petrolero indicaban que se convertiria, a partir de 1998, en su prinei- pal sector exportador, La salida de la crisis: Colombia 35 Respetando el pasado, Colombia no podia permitirse distracciones y, m4s alla de los buenos resultados macroeconémicos, exigia un trabajo permanente de esta- bilizacién en politicas estructurales para que se tradujeran en resultados satisfac- torios para la poblacion, ya que, al subestimar su importancia, el Estado estaba de- jando de lado Ja esencia del crecimiento econdmico, clara sefial del atraso relativo que el pais empezé a mostrar a part de 1994. Para 1998, Colombia se posiciond nuevamente como un pais de oportunidades, con um atractivo mercado para la inversién directa, que habia Hegado al 4 por 100 del PIB en 1997. Tanto el gobierno como las empresas gozaban de un acceso pri- vilegiado a los mercados interacionales de acciones y de deuda, donde habfan he- cho importantes colocaciones. El total de las exportaciones proyectadas para 1998 se situaban en 12.600 mi- Tlones de délares, con un déficit comercial inferior al 1 por 100 del PIB, dado el ajuste en el tipo de cambio y la recuperacién econémica de Venezuela, Pert y Ecuador, integrantes de su llamado mercado natural que, junto con Bolivia, forma- ban el Grupo Andino. Reactivacion de sectores como la construccion, Ja mineria y el sector cafetero fueron también grandes motores de la economia colombiana. 52. POL{TICAS ECONOMICAS La bondad de las politicas econémicas depende, entre otras cosas, de que se pueda operar en el mercado con libertad, y con reglas establecidas y transparentes. En ma- teria de comercio internacional existe un intercambio sano de bienes y servicios cuando las importaciones son libres, los aranceles bajos y relativamente uniformes. En materia tributaria son preferibles las tasas de impuestos reducidas, cobradas por igual a todos los sectores, que las tasas diferenciadas, con exenciones en unos Casos y tecargos elevados cn otros. La politica monetaria funciona mejor cuando los tipos de interés se ajustan en el mercado, los encajes bancarios son reducidos y la’ supervisin financiera es efectiva y clara, ‘También es mejor cuando las actividades productivas son operadas por el sector privado con criterios de eficiencia y competencia, en lugar de ser ma- nejadas por empresas ptiblicas con interferencias politicas, o por las privadas con intervencionismo del Estado. Y son mejores las polfticas laborales cuando hay fle- xibilidad en las condiciones de contratacién y despido, y los recargos sociales en las néminas son modcrados. Sin embargo, pareeia que, en Colombia, yobernar se reducia a administrar los intereses, las presiones, las tensiones y los conilictos politicos, econémicos, sociales ¢ institucionales internos y externos. En general, parec! fa que el pais tenia un desfase entre Jo que se proponia y lo que efectivamente se hacia explicito en las normas; entre lo que efectivamente se estructuraba en la ley y lo que se ponia en marcha; y otro desfase mas entre lo que constitufa la normalidad y lo que era la excepciona- lidad. Durante los primeros afios de fa década de los noventa, Colombia habia progre- sado en la mayoria de sus objetivos de politic: econémicas, pero no con la intensi- dad y la determinacién que se ‘observaba en casi todos los paises de América Latina. 36 Andlisis ecandmico de paises En politica exterior mantenia un coeficiente de apertura superior a la media de Ja regi6n latina, gracias a la eliminacién de los controles a las importaciones ya la fuerte reduccién de aranceles de principios de los noventa. Sin embargo, el ajuste de aranceles, en 1997, fue una decisién desafortunada en opinin de los empresa- rios, por haber creado incertidumbre en un marco que estaba ya bastante despejado gracias a la apertura comercial de 1991. En materia monetaria, la Constitucién de 1991 establecié la independencia de las funciones del Banco Central —Banco de la Repiblica—, que levé a cabo el control de la base monetaria y prohibié el crédito del Banco Central al Gobierno y prdcticamente al sector bancario, salvo con operaciones de REPOS. Tenia una in- tervencién del mercado a través de las Operaciones de Mercado Abierto (OMAS) y mantenia un rigide control central sobre los medios de pago. A principio de los noventa, Colombia habfa modificado todas las normas cruciales para facilitar funcionamicnto del sector financiero (al igual que 20 pafses de América Latina): li berd los tipos de interés de todos los depésitos y préstamus, redujo los encajes (seis paises), desmonté los sistemas de crédito dirigido (16 pafses), fortalecié la super- vision bancaria (ocho paises), modernizé la legislacién bancaria y la del mercado de capitales. Ademés, abrié el sector financicro a la inversidn extranjera y privati- z6 una parte muy importante de las entidades financieras que posefa el sector pi- blico, Sin embargo, el Gobierno Samper luché, a partir de 1994, por conseguir nue- vamente ¢] control de las operaciones del Banco Central, como una alternativa que Je facilitara la financiacién de su déficit presupuestario, para lo cual encontré una clara resistencia de los diferentes sectores econémicos del pafs, del propio Banco Central y de la misma Constitucién de 1991 que lo impedia. Desde la firma de la Carta Constitucional y la expedicién de la Ley 31 de 1992, que desarrollaba los principios constitucionales, las relaciones entre el Ban- co y el Gobierno habfan estado regidas mas por la confrontacin que por la coo- peraci6n. Por una parte, los problemas que se producfan de la relaci6n directa en- tre Jas crisis cambiaria y bancaria (que surgian de la doble funcién del Banco de la Repiblica de garantizar el tipo de cambio y ser prestamista en Gltima instancia del sistema financiero) intensificé las tensiones y conflictos entre el Banco y el Go- bierno. Y por otro, la resistencia del Gobierno de reducir sus gastos termind por desatar una tensicn de grandes proporciones con el Banco. La financiacién de un déficit creciente limité la capacidad del Banco de la Republica para reducir la in- flacién. La politica fiscal terminé por subordinar a todas las demas politicas eco- némicas. La gran fragmentacién del sistema financiero fue el resultado de una legisla- cién anticuada e ineficiente de especializacién financiera, por lo que muchos pensaban que debia reemplazarse por un sistema de banca universal. Sus practicas restrictivas, para impedir el blanqueo de dinero, constituyeron una pesada carga e incomodidad para los ciudadanos comunes y para las necesidades operativas de los empresarios. En politica fiscal, durante el Gobierno Samper (1994-1998) se deteriord la re- caudacién. Ademéas, la lucha armada contra la guerrilla y el narcotréfico consumi- an cl 30 por 100 del presupuesto nacional. A ello habfa que sumarle la corrupcién, cl despilfarro y las prebendas parlamentarias. La salida de la crisis: Colombia 37 Colombia era el pats de América Latina que, para intentar resolver un conflic- interno, destinaba el mayor monto de recursos al gasto militar. Los costos eco- icos que el conflicto armado representaban se calculaban en 3200 millones de s, el 4 por 100 del PIB. Durante el periodo 1990-1996, las estadfsticas fiscales mostraban un notable as- en el gasto militar; pero es en el periodo 1993-1996 cuando se alcanzaron las , més altas de la historia reciente: 3,4 por 100 del PIB en 1995 (2,5 millardos ares) y 3,5 por 100 en 1996, alrededor de 3,1 millardos. Uno de los factores mayor preocupacién era la velocidad con que se hab{an incrementado las ero- ciones destinadas a la Fuerza Piiblica. De registrar un crecimiento promedio ial de 4,5 por 100 en términos reales, en el periodo de 1985-1990, pasd a 14,7 100.en 1993-1996, _ Por esto existfa un aumento indiscriminado del gasto puiblico, sin lograr pro- sos tangibles en la calidad y cobertura de los servicios. El alto nivel de pobreza aba la necesidad del desarrollo, dado que las condiciones de vida de la po- on estaban muy lejos de ser satisfactorias 0 comparables con las de un pais de- lado. El aumento del gasto publico durante el petiodo 1994-1997, tuvo una gran inci- ncia en cl incremento de los precios y fue el principal responsable de la apre- i6n real de la moneda. Como consecuencia de lo anterior, se Hegé a una situa- de pérdida de competitividad del sector exportador y de la produccion interna, ‘una creciente necesidad de recaudacién tributaria, que provoc6 un ineremento del o en el sector privado, debido al escaso margen de beneficios de las empresas impedia la generacién bruta de capital. Las cargas impositivas a las empresas eran altas. El 1VA colombiano generaba ajos ingresos, para el nivel de su tarifa del 16 por 100, debido a cxenciones va- ilas y a Ia evasién fiscal que era de un 35 por 100 en promedio. Esto signifies Ja tributacidn no operara con un adecuado equilibrio, lo cual afectaba negati- yamente a la inversién piblica y al paro, generando con ello una disminucién de la “demanda agregada, la produccién, la inversin y, como consecuencia, el empleo ue podrfa generar el sector privado. Todo Io anterior provocé una reforma tribu- tara acomienzos de 1998, que marcaba un paso en la direccién correcta. Una de las causas importantes del retraso econdémico tuvo que ver con la ina- ada distribucion de la riqueza y el interés del gobierno por conseguir el respal- de los mayores grupos econémicos, Se decidié privatizar importantes empresas; oftecis una prérroga de diez afios en los contratos de telefonfa celular por 100 mi- nes de délares; dos canales privados de televisién por menos de la suma anterior, lefonia de larga distancia y otras, favoreciendo con ello tnicamente a una minorfa. Las infraestructuras, como es sabido, tienen efectos econémicos tanto a corto ‘gomo a largo plazo. A corto, los que resultan de su construccién, y a largo, los de “mayor productividad para las empresas y ciudadanos derivados de su utilizacién. A " orto plazo, ademds, funciona el multiplicador de la inversién y las demandas in- ‘tersectoriales. A largo plazo definen la competitividad relativa, la renta, el empleo yila calidad de vida, ademas de integracién, desarrollo regional y ampliacién de fronteras agricolas y productivas. Colombia, a pesar de su riqueza hfdrica (segundo pais de] mundo) se encontraba amenazada por la posibilidad de un racionamiento 38 Andlisis econdmica de paises eléctrico, disminuian sus recursos naturales (deforestacién incontrolada) y sus fuentes de agua (contaminacién de rios), y habia dejado en serio deterioro sus ca- mreteras, la red férrea y la navegaci6n fluvial. El terrorismo contra la infraestruc- tura, que constantemente atacaba torres eléctricas, estaciones de comunicaciones, oleoductos, estaciones de bombeo, torres de perforacién, puentes, carreteras y hasta centrales eléctricas, obligaban al Estado a realizar reposiciones permanentes de la misma infraestructura, con la consecuencia de la desviacién que esto causaba €n su presupuesto. Pérdidas por 3400 millones de délares por atentados contra oleoductos en cuatro afios son un ejemplo de estos daiios. 5.3. MODERNIZACION DEL ESTADO La modernizacién para un mejor funcionamiento del Estado era inaplazable. Su eficiencia era inversamente proporcional a su crecimiento, que era alto. Los procesos burocrdticos y los tramites excesivos hacian cada dia menos eficiente al sistema productivo, y provocaban un aumento de Ja corrupeién, Los esfuerzos pasados por stematizar los procesos, automatizar oficinas ptiblicas y simplificar tramites, que- daron todavia en claro rezago con la administracién del Gobierno de 1994-1998. En materia de privatizaciones, Colombia era, a finales de 1997, uno de los paises menos activos de América Latina. Es cierto que nunca tuvo tanto para pri- vatizar como México, Venezuela o Chile. Pero hasta 1996, practicamente no habia privatizado mas que unas cuantas entidades financicras, algunas industriales y una parte importante del sector eléctrico, En compensacién, a partir de 1996, zaron a privatizar servicios y empresas del sector puiblico: carreteras, ferrc puertos, aeropuertos, telecomunicaciones, telefonia fija y mévil, canales privados de TV y otras. EI sector priyado se vio en la posicién de asumir parte de la inversion publica en infraestructura, que para cl Estado representaba una manera de aumen- tar los impuestos indirectos con cl fin de incrementar su recaudacién. Existfan elevados recargos a la némina, debido a los aumentos de cotizaciones de salud y pensiones como fruto de la reforma de la seguridad social de 1993: el mercado de trabajo era inflexible y con altos costes de despido, aunque mas pre- decibles de lo que eran con anterioridad a la rcforma laboral de 1990. La tasa de paro, en 1997, se ubicaba en el 12,7 por 100, contra el 7,8 por 100 de 1993. 5.4. EL COSTE DE LA INERCIA Seguin la opinion de Ernesto Samper, presidente del Gobierno para el periodo que darfa inicio en 1994, la apertura colombiana de 1990 haba Ilevado al debi- litamiento de sectores que antes estaban protegidos, reduciendo el empleo y deteriorando la distribucién del ingreso. Pero contrariamente a lo que é] sostenia, Ja inversién privada habia aumentado significativamente después de la apertura, orientando Jos nueyos recursos en planta y equipo. Entre 1993 y 1995 se habia superado el crecimiento de la inversién privada en comparacién con el periodo 1986-1988, y habia sido superior en 1993 al de los catorce anos anteriores. Por otra parte, la industria habfa aumentado también su productividad, afio tras afio, La salida de la crisis: Colombia 39 entre 1991 y 1995, y modernizado considerablemente su administracién, es- tructuras y procesos. En el pasado, el tamafio de las empresas estaba limitado por cl mercado interno, Jo que no fomentaba que adquirieran talla para competir internacionalmente. Las con- diciones del mercado colombiano se fueron haciendo mucho mis propicias, a partir de 1991, para llevar a cabo cambios tecnolégicos y otras innovaciones. Hl periodo de gobierno iniciado en 1994 monté su plataforma politica sobre una critica severa a la apertura, que no modific6é y tampoco le permitié evolucionar. La pausa del nuevo pre- sidente en el proceso de reformas habia creado la falsa sensacién de poder esperar para llevar a cabo una mejor adecuacién financiera y administrativa de las empresas sin tener repercusiones. La incertidumbre politica podria haber sido una buena razon para esperar, pero el riesgo de los cambios acelerados en el nivel de competencia in- ternacional era una razén mucho més poderosa para actuar con rapidez. El estancamiento de la inversi6n privada durante los tiltimos afios del gobierno del periodo 1994-1998 origin6 un descenso del crecimiento econémico y un ma- yor desempleo. La apertura no era la causante de los males que el nuevo gobierno le atribuy6, sino la revaluacién del tipo de cambio y un contrabando permisivo, que afect6 seriamente al aparato productivo. El propésito de la apertura y de otras reformas estructurales era mejorar la productividad para recuperar el creci- miento econémico, requisite para generar empleo y resolver los problemas de po- breza y desigualdad so Por lo tanto, el éxito de las reformas sélo deberfa medirse por sus resultados, y de no conseguirse un incremento en el ingreso per edpita y reduccién en la tasa de paro, serfa prueba de que harfan falta otras adecuaciones a las politicas econémicas. La evidencia podfa ser concluyente, ya que los pafses latinoamericanos en los cua- les habian sido mas ambiciosas las reformas estructurales eran los que hab{an teni- do los mayores aumentos en sus tasas de crecimiento. Peni, Argentina y Nicaragua se manifestaban como tres buenos ejemplos. En Colombia, donde el alcance de las politicas estructurales habia sido modesto, y las tasas de crecimiento del PIB eran re- ducidas, se habfa pagado un alto coste de oportunidad por ello. ~ 5.5. EL POTENCIAL INEXPLOTADO Con las polfticas econémicas colombianas a principios de 1998, seguin la opinién de los empresarios, el crecimiento que podia mantener la economia no superarfa al 5 por 100. De manera temporal podrfa lograrse un crecimiento mayor gracias a desarrollos petroleros pasajeros 0 a expansiones del gasto piblico en inversién hacia una nueva infraestructura, pero no lenfa bases para crecer mucho més rapido y de manera sos- tenible, ya que el ingreso fiscal del gobierno no aguantarfa su nivel de gasto. Aun con la implementaci6n de diversas reformas, la maxima expectativa de cre- cimiento situada en el 5 por 100 pareefa no ser tan relevante, ya que en los afios se- senta y setenta el pafs crecfa por encima de esa cifra con politicas que no favorecfan claramente la economia de mercado, El mundo habfa cambiado mucho desde en- tonces y el contexto de intensa competencia internacional estaba orientado a favor de economias de mercado, ya que la transformacién de los paises estaba sustenta- 40 Andlisis econémico de paises da mayormente por reformas econdémicas con incentivos claros hacia la competiti- vidad en un mercado cada yez mas globalizado. Un problema importante para Colombia era su retraso significativo en materia de educacién. Entre mediados de los sesenta y 1998 (veintiocho afios mds o menos) no hubo un aumento en el porcentaje del PIB destinado a educacién (promedio 2,9 por 100), mientras que en otros paises de la regién este porcentaje aumentd apro- ximadamente a un 4 por 100, de tal manera que se produjo un atraso significativo en la expansion de la educacién basica, y sobre todo de la educacién media. Diez ufios antes, en este nivel de educacion media s6lo estaba escolarizado uno de cada cinco nifios (jévenes) en esa edad escolar. En 1998 era del 46 por 100, mientras en otros paises de Ja regién la tasa de escolaridad en educacidn media (o secundaria superior) ya habia aumentado al 80 0 90 por 100 durante los afios setenta y ochen- ta (Argentina, Uruguay, México y Chile, entre otros), Este atraso en la escolaridad media tena una profunda influencia sobre el nivel de escolaridad promedio de la fuerza laboral. En 1998 estaba muy bajo frente a otros pafses de la regiOn, asi como frente a Corea, Singapur y Taiwan. En Colom- bia habia muy pocos y preparados ingenicros y tecnélogos en relacién con la po- blacién, y muy pocos téenicos de alta calificacién. Por otra parte, el aumento en La inversién educativa, desde 1988 hasta 1998, no habfa producido buenos resultados en calidad debido principalmente a la ausencia de una politica educativa (visién estratégica) que orientase el desarrollo cualitativo de la educacidn en el pais. El Gobierno de Pastrana redujo a cifras minimas el presupnesto de Colciencias, lo que dejé un poco relegada la importancia de la ciencia y la tecnologia en la pro- duccién moderna y, por tanto, el desarrollo y modernizacién productiva del pats. Sin embargo, destac6 su proyecto de racionalizacién administrativa, por el cual se cerraron algunas dependencias oficiales como el Instituto Colombiano para el Fo- mento de la Educacién Superior (ICFES) y se fusionan y complementan otras. La escolaridad de la fucrza de trabajo crecfa relativamente rapido en los sesenta y setenta, gracias a la revolucién educativa que habia tenido el pais. Pero el fomento a la educacion se estanca y, en los noventa, el nivel medio de educacién de la fuer- za de trabajo apenas habia aumentado. Esto estaba abriendo una brecha con Amé- rica Latina y con paises de répido desarrollo, en especial del este de Asia con quie- hes competia por inversi6n extranjera y mercado. En 1998, la educacién promedio de la fuerza de trabajo era un afio inferior a la de los pafses lideres en América La- tina y cerca de cuatro afios menor que en las paises del este de Asia. El gasto en educacién se incrementé durante varios afios sin obtener resultado por la falta de politicas estructurales coherentes, mecanismos eficientes y de autonomtfa en las es- cuelas para manejar los recursos y los programas de ensefianza, 5.6, CONTRABANDO Y NARCOTRAFICO. Por su misma naturaleza, los datos sobre contrabando ¢ informalidad econémica siempre serdin dificiles de cuantiticar. En la mayoria de los sectores industriales, la proporcién de firmas colombianas que consideraba el contrabando como un pro- La salida de la crisis: Colombia 41 blema importante, o el més importante, no era menor que antes de la apertura. La raz6n era evidente: el contrabando no pagaba aranceles ni impuestos y operaba como un negocio al margen de la ley. Adicionalmente, destrufa todas las posibili- dades de generacién de empleo, de crecimiento econémico y de libre competencia. El problema fue mayor en el periodo de 1994-1998, porque no hubo la voluntad politica para con ello, El contrabando golpeaba fuertemente a los sectores exportadores como el tex- til, el de la confeccién, calzado, repuestos de automévil y otros sectores de alta ge- neracién de empleo en Colombia. Cualquier politica orientada a combatir el crimen organizado tenia que reconocer la necesidad de fortalecer el aparato judicial del Es- tado, y aplicar medidas que redujeran su rentabilidad y operatividad. El contrabando no desapareci6 y ni siquiera se redujo tras la liberacion de im- portaciones y la reduccién de aranceles, por la evidente relaci6n entre el contra- bando y el narcotrafico. En Colombia, el contrabando era una buena opcidn para convertir en pesos colombianos sus ingresos en divisas; es decir,

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