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Moloch o Moloch Baal fue un dios de origen canaanita que fue adorado por
los fenicios, cartagineses y sirios. Era considerado el símbolo del fuego purificante.
Griegos y romanos lo identificaban con Cronos y Saturno, respectivamente.
Índice
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1Semiología y pronunciación
2Representación y sacrificios
3Caída del culto
4Apariciones
o 4.1Biblia
o 4.2Literatura
o 4.3Filmografía
5Véase también
6Referencias
7Bibliografía
8Enlaces externos
Semiología y pronunciación[editar]
Moloch (en hebreo מלך, mlk) se trata de una divinidad adorada por los pueblos
del Levante, mencionada varias veces en la Biblia. La palabra Molech no representa la
pronunciación original del nombre en hebreo, y no es más que la vocalización
del griego Molochencontrada en la traducción griega del Antiguo Testamento, conocida
como la Septuaginta.
Tradicionalmente se ha interpretado Moloch como el nombre de un dios, probablemente
denominado «el rey», pero pronunciado a propósito como Molek en vez de Melek,
utilizando las vocales de la palabra hebrea bosheth ("ignominia).
Sin embargo, en otros pasajes el dios de los amonitas es llamado Milcom,
no Moloch (Libro de los Reyes 1 - 11.33, y Sofonías 1,5). La Septuaginta lo
llama Milcom en Reyes 1 - 11.7 en vez de Moloch, aunque esto sugiere un posible error en
la transcripción del hebreo. Como consecuencia, muchas traducciones inglesas lo
denominan Milcom.
Por otra parte, se le suele confundir con Baal, en semítico cananeo 𐤋𐤋𐤋 [baʕal], «amo» o
«señor»; en hebreo, [ בָּ עַ לBáʿal]; en árabe, [ بعلBa,al]) que es una antigua divinidad de
varios pueblos situados en Asia Menor y su área
influencia: babilonios, caldeos, cartagineses, fenicios (asociado
a Melkart), filisteos, israelitas y sidonios. Era el dios de la lluvia, el trueno y la fertilidad.
Representación y sacrificios[editar]
Generalmente Moloch es representado como una figura humana con cabeza de carnero o
becerro, sentado en un trono y con una corona u otro distintivo de realeza, como un
báculo.
Los sacrificios preferidos por Moloch eran los niños (véase rito molk), especialmente los
bebés, por ser los seres más impregnados de materia.
En los templos en los que se rendía culto a Moloch se encontraba una enorme estatua de
bronce del dios. Dicha estatua estaba hueca, y la figura de Moloch tenía la boca abierta y
los brazos extendidos, con las manos juntas y las palmas hacia arriba, dispuesto a recibir
el holocausto. Dentro de la estatua se encendía un fuego que se alimentaba
continuamente durante el holocausto. En ocasiones los brazos estaban articulados, de
manera que los niños que servían de sacrificio se depositaban en las manos de la estatua,
que por medio de unas cadenas se levantaban hasta la boca, introduciendo a la víctima
dentro del vientre incandescente del dios.
Plutarco relata (De Superstitiones, 171):
Antes de que la estatua fuese llenada se inundaba la zona con un fuerte ruido de flautas y
tambores, de modo que los gritos y lamentos no alcanzaban los oídos de la multitud.
Diodoro Sículo (Diodorus Siculus) (20.14) escribió:
Había en la ciudad una imagen de bronce de Cronos con las manos extendidas, las
palmas hacia arriba y cada niño que era colocado en ellas era subido y caía por la boca
abierta dentro del fuego.
Teodoro también relata que los familiares tenían prohibido llorar, y que
cuando Agatocles derrotó a Cartago, los nobles cartagineses creyeron que habían
disgustado a Moloch, así que sustituyeron a los niños recién nacidos por sus propios hijos
para el sacrificio. Intentaron compensar al dios realizando el holocausto con 200 niños de
las mejores familias ininterrumpidamente, llegando a sacrificar 300 en total. La gigantesca
estatua de bronce estaba al rojo, y las tropas que sitiaban la ciudad asistían al espectáculo
desde las murallas exteriores que ya habían conquistado.
También lo relata Clitarco en un comentario sobre la República de Platón:
Al ver venir al Sumo Sacerdote de Moloch vestido de túnica púrpura, color de pureza, le
pregunté cuál es el origen del culto. Me contestó que en los tiempos primordiales hubo una
gran catástrofe y hoy en día, si no fuera por los sacrificios para fertilizar la tierra, serían
piedras lo que se encontrase en ella. Entonces, en medio de una plataforma había una
estatua de Cronos, con las manos extendidas sobre un brasero de bronce, las llamas que
engullen a los niños. Cuando las llamas alcanzan el cuerpo, sus miembros se contraen y la
boca abierta casi parece reír, hasta que el cuerpo contraído se desliza resbalando al fondo
del brasero. Así es que esta mueca se conoce como risa sardónica, puesto que ríen al
morir.
Moloch aparece en el Primer Libro de los Reyes 11.7:
Entonces Salomón hizo construir un gran edificio para Quemos, la abominación de Moab,
en la montaña que hay frente a Jerusalén, y Milkom, la abominación de los hijos de
Ammon.
Y en Levítico 18.21:
Y no entregarás a nadie de tu descendencia a Molech, ni profanarás el nombre de tu Dios:
yo soy Yahvé.
Apariciones[editar]
Biblia[editar]
Apariciones en la Biblia, según transcribe la Biblia Reina Valera: