El trabajo de equipo puede estar orientado de diversas maneras, en función
al esquema de funcionalidad de los integrantes. Robert Lussien y Cristopher clasifican los equipos de trabajo en equipos funcionales, inter funcionales y auto administrados.37
Los equipos funcionales se caracterizan porque un coordinador dirige al
grupo de manera vertical, en relación a la tarea que realiza. Esto implica que para el logro de los objetivos se asignan tareas específicas; un miembro del equipo es responsable de distribuirlas y, de manera directa, vigilar que las mismas se realicen. Los integrantes del equipo no son consultados, más bien reciben una instrucción de lo que deben hacer y se comprometen a realizarla. Ejemplo: El director de un departamento recibe la instrucción del superior inmediato para que logre una meta con el equipo que coordina, éste a su vez, explica al equipo la meta que han de alcanzar, asigna a cada miembro una tarea y luego supervisará que se ejecuten.
Los equipos inter funcionales están integrados por individuos que
pertenecen a otros equipos de trabajo; al equipo se le asigna la responsabilidad de planear y realizar proyectos que demandan aportes de coordinación y cooperación de diversas áreas. Por ejemplo, el facilitador de una asignatura propone desarrollar una estrategia de proyecto para el logro de los objetivos de la unidad de aprendizaje, para lo cual todos los integrantes del grupo habrán de formar equipos de trabajo con funciones específicas y de manera simultánea sirvan de soporte a los diferentes equipos. En este sentido pueden estar dispuestos a proporcionar ideas, recursos, apoyo técnico, fuentes y otras ayudas. Los equipos auto administrados son definidos por Cynthia D. Scott y Dennis T. Jaffe, como los equipos empowerment, es decir, equipos que se ven a sí mismos como una unidad, que sabe claramente lo que quieren, a donde se dirigen. Sus miembros comparten cualidades centrales del trabajo, como son: poder, habilidades, control, autoridad y recompensa.