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La ex hacienda de San Cayetano.

La ex hacienda de San Cayetano en Real del Monte, que hoy es parte del Instituto de Artes
de la UAEH fue en sus inicios un inmueble minero propiedad del Conde de Regla, Pedro
Romero de Terreros alrededor del siglo XVIII, quien fuera un noble y hombre de negocios
español. Y posiblemente uno de los hombres más ricos de su tiempo.
Pedro llego a la nueva España a la edad de 22 años por encargo de su tío Juan Vázquez de
Terrenos a quien sucedió en su cargo tras su muerte. Estos cargos lo ayudaron a conocer y
enterase de que exista en Real del Monte grandes vetas de plata y oro y otros minerales.

Ahí se asoció en 1743 con José Alejandro Bustamante y Bustillo quien manejaba la
extracción de minerales en la beta, Terreros era el socio que aportaba el capital, lo que, con
el tiempo y a la muerte de Bustamante en 1750, le permitió reclamar y tomar posesión
permanente como propietario único de la veta y así poder acumular una enorme fortuna.

La Veta Vizcaína

En el año 1552 (S. XVl), Alonso Pérez de Zamora registro unas minas en Real; a partir de
entonces se convierte en una de las principales minas de la región.
La actividad minera incrementada por el perfeccionamiento del sistema de beneficio de
patio, útil para procesar beneficiar plata y oro con un sistema distinto y más barato al que
se tenía, realizado en Pachuca por Bartolomé de Medina en 1555, esto atrajo un gran
número de mineros, comerciantes y artesanos españoles, criollos y extranjeros.

A principios del siglo XVlll la mayoría de las minas en Real y Pachuca estaban inundadas,
para llegar a la Veta Vizcaína era necesario desaguar el sistema minero, pero la tecnología
de la época (un malacate tirado por mulas) no lo permitía. Pedro Romero de Terreros tenía
la idea de desaguar mediante un socavón horizontal hacia los llanos de Azoyatla, ahí se
asoció en 1743 con José Alejandro Bustamante y Bustillo quien manejaba la extracción de
minerales en la veta quien aportaría dinero para financiar la construcción del socavón, pero
al morir Bustamante de manera inesperada, le permitió reclamar y tomar posesión
permanente como propietario único de la veta y así poder acumular una enorme fortuna.
San Cayetano era uno de los siete tiros de mina de la Vizcaína, entre los que también se
encontraban San Juan, San Francisco, Guadalupe, Santa Teresa, Dolores y El Zapatero.

Con el paso del tiempo Pedro Romero de Terreros se hacía más poderoso, pero también
surgían problemas entre los mineros que trabajaban en sus minas. Romero de Terreros
decidió quitarles el “Partido”, parte del mineral que extraían y que tradicionalmente se les
permitía conservar. Por lo que en 1766 estalló una revuelta de mineros, la cual fue
considerada como la más importante en el México colonial.
La primera huelga minera en América

Durante el dominio de Pedro Romero de Terreros, en Real del Monte un acontecimiento


que marcó la vida laboral de la Nueva España, el día 15 de agosto de 1766 estalló la primera
huelga que se tenga noticia en América, en la que los mineros reclamaban el partido. Éste
era el excedente del mineral que un minero podía recolectar una vez cubierta su cuota
diaria y que debía partir a la mitad, una parte para el dueño de la mina y la otra para el
mismo. Romero de Terreros, presionado por la política de austeridad de la Corona, prohibió
el partido, lo que provocó la revuelta en la que se vieron involucrados numerosos mineros,
quienes posteriormente fueron reprendidos duramente. Uno de los puntos donde este
acontecimiento se intensifico fue en San Cayetano y casi le costó la vida al futuro Conde,
quien se escondió en un tapanco mientras los trabajadores mineros lincharon a Miguel
Ramón de Coca, alcalde mayor de Pachuca. Después, con ayuda del cura José Rodríguez
Díaz, Terreros se refugió en la parroquia hasta que los mineros enfurecidos se
tranquilizaron. Tuvieron que pasar cinco años para que se reanudara el trabajo en las minas.

Esta huelga causó grandes problemas para Romero de Terreros, ya que afectó su gran
reputación ganada durante años, además de pérdidas ocasionadas por la suspensión en la
explotación de los minerales. Con este panorama ante sí, Romero de Terreros optó por dejar
las minas sin producir antes que ceder.

Los ingleses llegaron en 1825, ellos fueron los responsables de introducir la máquina de
vapor para desaguar las minas. Fue precisamente en el tiro de San Cayetano donde se
realizó uno de los primeros trabajos para desaguar las minas con una pequeña máquina de
vapor de treinta pulgadas. A fines de 1829 los ingleses lograron desaguar las minas de la
Vizcaína a un costo relativamente bajo, fue un gran suceso en el avance de la tecnología
aplicada a la minería para Real del Monte.
Los ingleses no alcanzaron el éxito deseado, por lo que en 1848 vendieron sus propiedades
a la Compañía Aviadora de las Minas de Real del Monte y Pachuca, que pertenecía a
mexicanos. El primer accionista de esta compañía fue Nicanor Béistegui.
El periodo de gobernación en la Veta Vizcaína fue de mejoras.

Eugenio Landesio y la Vista de Real del Monte


El italiano Eugenio Landesio llegó a Real del Monte en 1857. Como casi todos los pintores
viajeros del siglo XIX se vio atraído por la belleza natural de la región y la fama de la riqueza
minera. En ese año Nicanor Béistegui lo animo a pintar la Vista de Real del Monte y de otras
propiedades de la compañía “para satisfacer el orgullo de la emergente burguesía nacional,
deseosa de que sus propiedades, como elementos de desarrollo y progreso, fueran
pintadas”.
A mediados del siglo XIX las instalaciones de San Cayetano se transformaron en almacén de
materiales de la Compañía de velas, de la que tiempo después se acabaría por un grave
incendio. A partir de entonces se construyeron casas para que vivieran los empleados de la
empresa.

En el año de 1906 la propiedad paso a manos de la compañía United States Smelting,


Refining and Mining Co. Durante el periodo norteamericano, continuó en San Cayetano la
ocupación de los funcionarios de la Compañía, quienes disfrutaban de un alto nivel de vida
(sistema de calefacción, hermosos jardines y dos canchas de tenis ubicadas en la parte
posterior), en comparación con las humildes condiciones de vida de los mineros locales.
Las oficinas de la Compañía estaban en lo que ahora forma parte de la UAEH Casa Grande.
En 1947 los estadounidenses se fueron y se estableció la primera paraestatal minera. Fue
en los ochentas del siglo XX cuando, bajo la euforia privatizadora de salinas y las
propiedades mineras pasaron a manos privadas.
Debido a que San Cayetano fuera un tiro de mina, en abril de 1964 sucedió un grave
hundimiento en el que desaparecieron algunas casas.

Después de dos siglos de prosperidad de la Veta Vizcaína, San Cayetano fue abandonado,
hasta que el gobierno estatal decidió donar el predio a la UAEH.

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