Estas dimensiones desde la perspectiva del MGC, fungirán como características y
como propósitos del proceso de gestión de los aprendizajes en el aula y de los
procesos del centro educativo en general. El MGC se sustenta en seis principios que han de orientar el quehacer de los centros educativos. a. Particularidad. Cada Centro Educativo es único, pues son únicas y particulares las dinámicas de las relaciones que en su interior se estructuran, aunque organicen dicho actuar a partir de unos lineamientos curriculares generales. b. Necesidad Básica. La definición de las metas y propósitos de cada centro, deben ser realizadas en función de su proceso de mejora y de las necesidades de desarrollo de los miembros de la comunidad educativa; y en correspondencia con los fines y propósitos generales establecidos por los dispositivos legales del Sistema Educativo. c. Transformación. La transformación de las prácticas y la conciencia de los sujetos, es posible si se transforma la manera cómo estos sujetos organizan sus relaciones. d. Alineación. Los procesos de transformación son posibles si se estructura la planificación, la implementación, la evaluación y el acompañamiento en el marco de una visión-misión y unos valores explícitamente formulados, comprendidos y asumidos por todos. e. Participación. La participación de todos los miembros de la comunidad educativa es la mejor garantía para el desarrollo de los compromisos y asegurar la continuidad de los procesos de transformación. f. Mejoramiento o Cambio. Los procesos de transformación y cambio son continuos y no necesariamente lineales, pues dichos procesos pueden implicar mejoramiento o rupturas. Dado que no todos los centros han logrado la calidad en igual nivel, mejorar para cada uno de estos implicará diferentes grados o niveles en las acciones a tomar. Algunos centros para continuar mejorado solo tendrán que hacer cosas pequeñas puntuales y específicas, otros tendrán que cambiar radicalmente su rumbo.