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Averías en los rodamientos y en las transmisiones

Los rodamientos son elementos del automóvil relativamente robustos y de larga duración,
especialmente si están montados correctamente. El manejo conveniente en el montaje y
desmontaje no implica nada extraordinario: es verdad que exigen limpieza, exactitud y útiles
adecuados, pero esto es totalmente normal tratándose de piezas de precisión. En general, los
rodamientos llegan a las manos de los expertos en mecánica en condiciones de ser montados
de inmediato. Por tanto, conviene dejarlos en su envase original hasta ese momento.
Antes de empaquetarse, los rodamientos reciben un tratamiento antioxidante. En el envase
original resisten el almacenamiento durante muchos años. La tecnología aplicada a los
rodamientos del automóvil, con excepción de los de rodillos cónicos, es la de engrase de por
vida y para obturaciones fijas. Algunos fabricantes incorporan las últimas tecnologías de triple
sellado. Está, pues, contraindicado manipular estas protecciones, que suponen larga vida útil
para el rodamiento.

Las averías más frecuentes de los rodamientos se deben a defectos de montaje, agua en el
rodamiento, impurezas en el rodamiento, defecto de forma en el soporte (alojamiento) o eje y
fatiga del material.
El montaje adecuado tiene que ver con todas y cada una de estas causas de avería, incluso
con la última. Un montaje inadecuado puede afectar sensiblemente a la vida del rodamiento y
contribuir a la fatiga de los aceros de alta calidad especiales para rodamientos.

Como evitar las averías: montaje adecuado


Antes de colocar el rodamiento, hay que verificar que la referencia es la que corresponde al
modelo y el año del vehículo que reparamos. Hay que asegurarse de que se dispone de todas
las herramientas necesarias y útiles (casquillos. prensa, llave dinamométrica. etc.) y verificar
las especificaciones de holguras, precargas. pares de apriete, etc.

La limpieza en la manipulación debe ser una preocupación permanente para el mecánico.


Cualquier cuerpo extraño que pueda penetrar en el rodamiento conlleva un deterioro rápido del
rodamiento. Antes del montaje, hay que asegurarse de la limpieza de todo el material: piezas y
herramientas.
Verificar ejes y rodamientos es primordial. Una deformación de la mangueta, la ovalización del
alojamiento del rodamiento o el alojamiento acampanado son las principales causas de
averías. Los aros de rodamientos son relativamente finos con relación con los ejes y el
alojamiento, y ello se traduce en una contracción o copia de la deformación que altera sus
condiciones de trabajo. En el caso de detectar anomalías en el alojamiento o eje. deben ser
rectificadas o sustituidas por piezas nuevas antes de continuar el montaje.

Siempre se ha de utilizar un tubo o casquillo (fig. 1) unas décimas menor en diámetro al del aro
del rodamiento que deba ser montado con ajuste apretado, bien sea sobre el aro inferior,
montaje sobre un eje o en el aro exterior si se monta en su alojamiento (fig. 2). Si el ajuste
apretado es sobre eje y rodamiento a la vez, el casquillo debe apoyarse sobre ambos anillos
(fig. 3).

Si por error aplicáramos la fuerza en el aro interior para el clavado del aro exterior en un
alojamiento, dañaríamos de inmediato el rodamiento, pues al transmitir la presión ejercida a
través de los elementos rodantes (bolas) produciríamos unas pequeñas huellas en la pista del
aro contrario, al girar el rodamiento y con el paso continuo de las bolas por la pista marcada
tendríamos una vibración y pérdida de pequeñas partículas de acero que dañarían en pocos
kilómetros el rodamiento produciendo una avería prematura. Como medio de calado de un
rodamiento, la prensa hidráulica es el idóneo para la presión progresiva.
El montaje con martillo se desaconseja del todo. Incluso si se golpea el aro adecuado al rebote
de las bolas (fig. 4) en el interior de sus jaulas y pista dañaría ambas y la avería se produciría
en pocos kilómetros.
Este sistema de montaje tiene un riesgo adicional, el de golpear las obturaciones. Una
protección dañada, desplazada o hundida perderá su estanqueidad permitiendo la entrada de
agua y suciedad. Así no obtendremos el kilometraje esperado de un rodamiento. Para este
montaje es preciso utilizar una prensa hidráulica u otro medio de presión progresiva como
podría ser un útil con tornillo.
Por último hay que insistir en un punto fundamental. En los rodamientos la tolerancia radial
interna (el juego) viene dado de fábrica y responde a unas exigencias de diseño. En los
rodamientos rígidos de bolas y en los de doble contacto angular el apriete de las tuercas de
fijación debe ser el recomendado por el constructor del vehículo. Estos valores de apriete
deben ser especialmente precisos en los rodamientos de rodillos cónicos. Superar los valores
especificados puede producir un aumento de la temperatura en el rodamiento y una avería en
pocas horas de marcha.

Averías en las transmisiones


Las transmisiones, como todos los componentes fundamentales del automóvil, están sujetos a
averías. Estas son las más frecuentes y las medidas a adoptar.
 Pérdida de grasa
Se detecta, si es en la junta lado rueda, manchas de grasa en interior guardabarros y
rueda; si es en la junta interior, sólo se observa al elevar el coche. Se produce por
rotura del fuelle causada por su desgaste, golpes, gravilla, camino en mal estado, etc. y
por la utilización de fuelles de baja calidad. Las consecuencias, si no se repara, son la
degradación de la junta por deterioro de los elementos mecánicos al trabajar sin
lubricación. La solución es cambiar el fuelle o manguito sustituyendo también la grasa y
las abrazaderas.

 Ruidos o vibraciones
Se detectan ruidos intermitentes localizados en la rueda al girar pronunciadamente a
poca velocidad o cuando circulando en 4ª se desacelera y se vuelve a acelerar
bruscamente. Se producen en las juntas de trípode debido a que la presión del rodete
produce un surco o huella en la tulipa lado rueda. En las juntas de bolas el ruido se
produce debido a una huella en la mangueta lado rueda. También una excesiva
holgura entre las pistas produce ruidos.
Se detectan vibraciones a través de la palanca de cambio al acelerar intensamente en
la marcha más corta y se intensifican si la dirección está girada. Se producen en las
juntas de trípode, debido a que una huella en la tulipa de la junta lado cambio produce
unas vibraciones que se derivan a la caja de cambios y de allí a la palanca
También en las juntas de bola pueden producirse vibraciones en la palanca de cambio
debidas a una huella en la tulipa lado cambio. Las consecuencias en ambos casos son
que si no se reparan, se produce un
funcionamiento incorrecto de la transmisión y se inicia un proceso acelerado de
destrucción de la junta. La solución es sustituir la junta homocinética o incluso la
transmisión completa.

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