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Jearo y Dédalo Dédalo era el ingeniero o inventor mas habil de sus tiempos en la antigua Grecia. Construy6 magnificos palacios y jardines, creé maravillosas obras de arte en toda la regién. Sus estatuas eran tan convincentes que se les confundia con seres vivientes y se creia que podian ver y caminar. La gente decia que una persona ingeniosa como Dédalo debia haber aprendido los secretos de su arte de los dioses mismos. Sucedi6é que al otro lado del mar, en la isla de Creta, vivia un rey llamado Minos. El rey Minos tenia un terrible monstruo que era mitad toro y mitad hombre, llamado el Minotauro, y necesitaba un lugar dénde encerrarlo. Cuando tuvo noticias del ingenio de Dédalo, lo invité a visitar su isla y construir una prisién para encerrar a la bestia. Dédalo y su joven hijo {caro fueron a Creta, donde Dédalo construy6 el famoso laberinto, una marafia de sinuosos pasajes donde todos los que entraban se extraviaban y no podian hallar salida. Y allimetieronal Minotauro. Cuando el laberinto fue concluido, Dédalo quiso regresar a Grecia consu hijo, pero Minos habia decidido retenerlo en Creta. Queria que Dédalo se quedara para inventar mas maravillas, asi que los encerré a ambos en una torre junto al mar. El rey sabia que Dédalo tenia la astucia necesaria para escapar de la torre, asi que también ordené que cada nave que zarpara de Creta fuera registrada en busca de polizones. Otros hombres se habian desalentado, pero no Dédalo. Desde su alta torre observé las gaviotas que flotaban sobre la brisa marina. -Minos controla la tierra y el mar -dijo-, pero no gobierna el aire. Nos iremos poralli. Asi que recurri6 a todos los secretos de su arte, y se puso a trabajar. Poco a poco acumul6 una gran pila de plumas de todo tamajio. Las unié con hilo, las modelé con cera y al fin tuvo dos grandes alas como las de las gaviotas. Se las sujet6 alos hombros y después de un par de pruebas fallidas logré remontarse en el aire agitando los brazos. Se elev6 volteando hacia uno y otro lado con el viento, hasta que aprendié a remontar las corrientes con la gracia de una gaviota. Luego construy6 un par de alas para fcaro. Enseiié al joven a mover las alas y a elevarse, y le permitié revolotear por la habitacion. Luego le ensefié a remontar las corrientes de aire, a trepar en circulos y a flotar en el viento. Practicaron juntos hasta que {caro estuvo preparado. Al fin lleg6 el dia en que soplaron vientos propicios. Padre e hijo se calzaron susalas y se dispusieron a volar. -Recuerda todo lo que te he dicho -dijo Dédalo-. Ante todo recuerda que no debes volar demasiado bajo ni demasiado alto. Si vuelas demasiado bajo, la espuma del mar te mojaré las alas y las volvera demasiado pesadas. Si vuelas demasiado alto, el calor del sol derretird la cera y tus alas se despedazaran. Quédate cerca de mi y estaras bien. Ambos se elevaron, el joven detras del padre, y el odiado suelo de Creta quedé detras. Al principio el vuelo intimid6 a caro. El ancho cielo lo encandilaba y se mareaba al mirar hacia abajo. Pero poco a poco se habitu6 a surcar las nubes y perdi el temor. Sentia que el viento le llenaba las alas y lo elevaba cada vez mas, y comenzé a sentir una libertad que jamas habia experimentado. Miraba con gran entusiasmo las islas que dejaba atras, sus gentes y el ancho mar azul que se extendia debajo, salpicado con las blancas velas de los barcos. Se elevé cada vez mas olvidando la advertencia de su padre. Se olvid6 de todo, salvo de su euforia. -Regresa -exclamé frenéticamente Dédalo-. jEstés volando a demasiada altura! ; Acuérdate del sol! |Desciende! jDesciende! Pero {caro sélo pensaba en su exaltacién. Ansiaba remontarse al firmamento. Se acercé cada vez mas al sol y sus alas comenzaron a ablandarse. Una por una las plumas se desprendieron y se desparramaron en el aire: la cera se derritio. [caro noté que se cafa. Agité los brazos con todas sus fuerzas, pero no quedaban plumas para embolsar el aire. Llamé a su padre. Pero era demasiado tarde. Cayo de esas espléndidas alturas y se zambullé en el mar, desapareciendo bajo las olas. Dédalo sobrevolé las aguas una y otra vez, pero sdlo vio las plumas flotando sobre las olas, y supo que su hijo habia desaparecido. Haga analizar a los muchachos los diferentes aspectos de la lectura para llevarlos a reflexionar acerca de lo que significa ser auténomo y la responsabilidad que conllevan las decisiones que tomamos usando nuestra libertad.

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