452. ¿Qué nos exige el octavo mandamiento? El octavo mandamiento nos enseña a no mentir. Mentir significa hablar consciente y voluntariamente y contra la verdad. Quien miente se engaña a sí mismo y conduce a error a otros que tienen derecho a no ser engañados. Toda mentira atenta contra la justicia y la caridad. La mentira es una forma de violencia; introduce el germen de la división en una comunidad y socava la confianza sobre la que se funda toda comunidad humana. 453¿Qué tiene que ver con Dios nuestra relación con la verdad? Vivir en el respeto a la verdad no significa únicamente ser fiel a uno mismo. Mirado de cerca, sr veraz significa ser fiel ante Dios, pues él es la fuente de toda verdad. La verdad sobre. DIOS y toda la realidad la encontramos directamente en Jesús, que es “el camino y la verdad y la vida” (Jn 14,6). Quien sigue realmente a Jesús es cada vez más veraz en su vida. Suprime toda mentira, falsedad, fingimiento y ambigüedad de sus actos y se hace transparente para la verdad. Creer quiere decir convertirse en testigos de la verdad. “SI DECIMOS QUE ESTAMOS EN COMUNION CON Él. Y caminamos en las tinieblas, mentimos y no procedemos conforme a la verdad (1 Jn 1,6) 454. ¿Hasta qué punto nos obliga la verdad de la fe? Todo cristiano debe dar testimonio de la verdad y con ello conseguir a Jesús, que dijo ante Pilato: “Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad” (Jn 18,37). Esto puede suponer incluso que un cristiano entregue su vida por la verdad y por amor a Dios y a los hombres. Esta forma suprema de defender la verdad se llama martirio. 455. ¿Qué es ser veraz? Ser veraz significa que uno actúa con sinceridad y habla con franqueza. La persona veraz evita la duplicidad, la simulación, el dolo y la hipocresía. La forma más grave de faltar a la veracidad es el PERJURIO. Un mal grave en toda comunidad es hablar mal de otras personas y la transmisión de lo oído: A dice a B “en confianza” aquellas cosas desfavorables que C ha dicho sobre B. PERJURIO Un perjurio es la información de una declaración falsa en la que conscientemente se pone a Dios por testigo de una mentira. Es un pecado grave. 456. ¿Qué hay que hacer cuando se ha mentido, engañado o estafado? Toda falta contra la vedad y la justicia exige, aun cuando haya sido perdonada, una reparación. Cuando no es posible repara en público una mentira o un falso testimonio, hay que hacer todo lo que se pueda, al menos en secreto. Si no se puede indemnizar directamente al afectado por el daño causado, se está obligado en conciencia a ofrecerle una reparación moral, es decir, hay que hacer todo lo imposible para alcanzar al menos una compensación simbólica. 457. ¿Por qué la verdad exige discreción? La comunicación de la verdad debe hacerse con inteligencia y enmarada en la caridad. Con frecuencia se emplea con arma arrojadiza, que tiene entonces un efecto destructivo en lugar de constructivo. Al comunicar informaciones hay que pensar en los” tres filtros “de Sócrates: ¿Es verdad? ¿Es bueno? ¿Es Útil? Se exige también discreción en los secretos profesionales. Siempre deben ser guardados, excepto en casos excepcionales, que hay que juzgar rigurosamente. Es igualmente culpable quien hace públicos informes confidenciales que se revelaron bajo reserva, pero no hay que decir todo aquello que es verdad.