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Redacción CuidatePlus
Miercoles, 25 de Abril de 2007 - 15:30
Las visitas nocturnas al baño pueden resultar una molestia si son frecuentes.
Sentir necesidad de orinar durante la noche no es extraño. Sin embargo, cuando ocurre
con frecuencia y es preciso levantarse más de dos veces para ir al baño, se convierte en
un problema denominado nocturia. Como explica Carlos Hernández, jefe del Servicio
de Urología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid: "Levantarse entre tres y seis
veces cada noche para orinar ocasiona muchos problemas". Los más comunes
son pérdida de la calidad del sueño, sensación de cansancio al despertar e,
incluso, debilitamiento del sistema inmunitario.
“La nocturia es un síntoma que provoca un considerable descenso de la calidad del
sueño de las personas que lo padecen. Una de las causas de la nocturia es la hiperplasia
de próstata. Esta afección, que habitualmente es benigna, consiste en un aumento del
tamaño de la próstata que obstruye parcialmente la uretra, lo que impide el vaciado de
la vejiga”, afirma el experto.
Cuando alguien con este problema orina, sólo micciona una proporción del líquido
acumulado -una tercera parte o dos terceras partes, dependiendo de cada paciente. Este
vaciado insuficiente provoca que después de poco tiempo la vejiga esté llena de nuevo,
lo que obliga al enfermo a evacuar otra vez.
Cualquier persona puede padecer nocturia, pero es más común entre las mayores de
50 años. Esta hiperplasia benigna de próstata que provoca la nocturia afecta en mayor o
menor grado a la mayoría de los hombres a lo largo de su vida. Entre el 80 y el 95 por
ciento de los hombres mayores de 80 años la padecen.
Se considera que el estímulo de los andrógenos es el que hace que el tejido prostático
prolifere y, por lo tanto, crezca el tamaño de la próstata. La próstata empieza a aumentar
de tamaño hacia la cuarta década de la vida y con el paso del tiempo este aumento de
tamaño y la proliferación del tejido se aceleran. El equilibrio entre los niveles de
estrógenos y testosterona también parecen influir en el desarrollo de la hiperplasia
benigna de próstata. “Los pacientes con nocturia acuden antes al urólogo que los
enfermos con hiperplasia benigna de próstata que no padecen la disfunción. Este hecho
muestra lo molesto que puede ser el síntoma para los enfermos", explica el especialista.
De hecho, también se midió cómo afectaba la nocturia a la calidad de vida,
comprobándose un descenso notable.
Posibles consecuencias de esta nocturia pueden ser las repercusiones en el sueño o
la depresión.
Repercusiones en el sueño
Hernández ha demostrado que los enfermos con hiperplasia de próstata con nocturia
demandan más tratamiento que los que no padecen este síntoma. "La terapia que ha
demostrado más eficacia son los alfabloqueantes que relajan la musculatura prostática,
permitiendo el vaciamiento más sencillo de la vejiga y disminuyendo los síntomas
nocturnos".
Si los pacientes no mejoran con alfabloqueantes sólo les queda la opción de la cirugía:
"La solución quirúrgica intenta reducir la hiperplasia mediante la reducción del tamaño
prostático para facilitar el vaciado".
La hiperplasia es una enfermedad evolutiva. Algunos pacientes se estabilizan; sin
embargo, más del 50 por ciento empeora en sus síntomas, incrementando la
incomodidad, la sensación de urgencia y la frecuencia miccional durante el día, lo que
ocasiona incontinencia urinaria.
Depresión
"Un paciente con nocturia tiene seis veces más posibilidades de desarrollar
depresión en comparación con personas que no padecen este síntoma. De hecho, el
tratamiento con antidepresivos es cinco veces más común en ancianos con nocturia".
Conocer el número de despertares es importante para estimar cómo afecta la nocturia:
"Cuanto más hay, mayor es el impacto en la calidad de vida del afectado", ha explicado
Emmanuel Chartier-Kastler, profesor de Urología en la Escuela Pierre y Marie Curie, de
la Universidad de París, que aboga por la necesidad de evaluaciones precisas a los
pacientes, que incluyan el número de micciones nocturnas, su cantidad y los periodos
de insomnio tras los despertares nocturnos.
Según la Organización Mundial de la Salud, las recomendaciones para prevenir o
controlar estos síntomas pueden ser los siguientes:
Seguir una dieta rica en vegetales (brócoli, coliflor, repollo, col, berros, tomates,
rábano), frutas, legumbres, soja y derivados, y un bajo contenido en carnes rojas, grasas
saturadas, sal azúcar y calcio.
Tomar cereales integrales y grasa de origen vegetal.
Evitar el sobrepeso y la obesidad haciendo deporte.
Acostarse en posición horizontal.
Evitar los viajes largos que nos insten a aguantar mucho tiempo sin orinar.
Redacción CuidatePlus
Miercoles, 25 de Abril de 2007 - 15:30
Las visitas nocturnas al baño pueden resultar una molestia si son frecuentes.
Sentir necesidad de orinar durante la noche no es extraño. Sin embargo, cuando ocurre
con frecuencia y es preciso levantarse más de dos veces para ir al baño, se convierte en
un problema denominado nocturia. Como explica Carlos Hernández, jefe del Servicio
de Urología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid: "Levantarse entre tres y seis
veces cada noche para orinar ocasiona muchos problemas". Los más comunes
son pérdida de la calidad del sueño, sensación de cansancio al despertar e,
incluso, debilitamiento del sistema inmunitario.
“La nocturia es un síntoma que provoca un considerable descenso de la calidad del
sueño de las personas que lo padecen. Una de las causas de la nocturia es la hiperplasia
de próstata. Esta afección, que habitualmente es benigna, consiste en un aumento del
tamaño de la próstata que obstruye parcialmente la uretra, lo que impide el vaciado de
la vejiga”, afirma el experto.
Cuando alguien con este problema orina, sólo micciona una proporción del líquido
acumulado -una tercera parte o dos terceras partes, dependiendo de cada paciente. Este
vaciado insuficiente provoca que después de poco tiempo la vejiga esté llena de nuevo,
lo que obliga al enfermo a evacuar otra vez.
Cualquier persona puede padecer nocturia, pero es más común entre las mayores de
50 años. Esta hiperplasia benigna de próstata que provoca la nocturia afecta en mayor o
menor grado a la mayoría de los hombres a lo largo de su vida. Entre el 80 y el 95 por
ciento de los hombres mayores de 80 años la padecen.
Se considera que el estímulo de los andrógenos es el que hace que el tejido prostático
prolifere y, por lo tanto, crezca el tamaño de la próstata. La próstata empieza a aumentar
de tamaño hacia la cuarta década de la vida y con el paso del tiempo este aumento de
tamaño y la proliferación del tejido se aceleran. El equilibrio entre los niveles de
estrógenos y testosterona también parecen influir en el desarrollo de la hiperplasia
benigna de próstata. “Los pacientes con nocturia acuden antes al urólogo que los
enfermos con hiperplasia benigna de próstata que no padecen la disfunción. Este hecho
muestra lo molesto que puede ser el síntoma para los enfermos", explica el especialista.
De hecho, también se midió cómo afectaba la nocturia a la calidad de vida,
comprobándose un descenso notable.
Posibles consecuencias de esta nocturia pueden ser las repercusiones en el sueño o
la depresión.
Repercusiones en el sueño
Hernández ha demostrado que los enfermos con hiperplasia de próstata con nocturia
demandan más tratamiento que los que no padecen este síntoma. "La terapia que ha
demostrado más eficacia son los alfabloqueantes que relajan la musculatura prostática,
permitiendo el vaciamiento más sencillo de la vejiga y disminuyendo los síntomas
nocturnos".
Si los pacientes no mejoran con alfabloqueantes sólo les queda la opción de la cirugía:
"La solución quirúrgica intenta reducir la hiperplasia mediante la reducción del tamaño
prostático para facilitar el vaciado".
La hiperplasia es una enfermedad evolutiva. Algunos pacientes se estabilizan; sin
embargo, más del 50 por ciento empeora en sus síntomas, incrementando la
incomodidad, la sensación de urgencia y la frecuencia miccional durante el día, lo que
ocasiona incontinencia urinaria.
Depresión
"Un paciente con nocturia tiene seis veces más posibilidades de desarrollar
depresión en comparación con personas que no padecen este síntoma. De hecho, el
tratamiento con antidepresivos es cinco veces más común en ancianos con nocturia".
Conocer el número de despertares es importante para estimar cómo afecta la nocturia:
"Cuanto más hay, mayor es el impacto en la calidad de vida del afectado", ha explicado
Emmanuel Chartier-Kastler, profesor de Urología en la Escuela Pierre y Marie Curie, de
la Universidad de París, que aboga por la necesidad de evaluaciones precisas a los
pacientes, que incluyan el número de micciones nocturnas, su cantidad y los periodos
de insomnio tras los despertares nocturnos.
Según la Organización Mundial de la Salud, las recomendaciones para prevenir o
controlar estos síntomas pueden ser los siguientes:
Seguir una dieta rica en vegetales (brócoli, coliflor, repollo, col, berros, tomates,
rábano), frutas, legumbres, soja y derivados, y un bajo contenido en carnes rojas, grasas
saturadas, sal azúcar y calcio.
Tomar cereales integrales y grasa de origen vegetal.
Evitar el sobrepeso y la obesidad haciendo deporte.
Acostarse en posición horizontal.
Evitar los viajes largos que nos insten a aguantar mucho tiempo sin orinar.
La necesidad de orinar mucho en la noche es denominada nicturia. Es distinta a la enuresis, en la que
la persona no despierta pero la vejiga se vacía de cualquier manera (mojar la cama). Orinar mucho
en la noche (nicturia) es una causa común para perder el sueño, especialmente en los adultos.
La mayoría de las personas sin nicturia pueden dormir de 6 a 8 horas sin tener que orinar. Algunos
investigadores creen que un evento de orina en la noche se mantiene dentro de los límites; dos o más
eventos por noche están asociados con fatiga. Pacientes con severa necesidad de orinar mucho en la
noche (nicturia) pueden levantarse cinco o seis veces durante la noche para ir al baño.
Orinar mucho en la noche es regularmente un síntoma de otras condiciones médicas las cuales
incluyen infección urológica, un tumor en la vejiga /próstata ó desórdenes afectando el control del
esfínter. También es común en personas con problemas del corazón o del riñón, diabetes mellitus
mal controlados o diabetes insípida. Diabetes, embarazos o medicaciones diuréticas también están
asociados con orinar mucho en la noche (nicturia).
La nicturia se vuelve común con la edad. Conforme crecemos, nuestro cuerpo produce en menor
cantidad cierta hormona anti-diurética que ayuda a retener fluidos. Con la disminución en la
concentración de esta hormona, producimos más orina en la noche. Otra razón de la nicturia en la
gente mayor es que la vejiga tiende a perder su capacidad de retención con la edad. Finalmente, la
gente grande es más propensa a sufrir problemas médicos que derivan en problemas con la vejiga.
Tratamiento
Si usted tiende a orinar mucho en la noche, consulte a un médico urólogo tan pronto sea posible y
siga sus recomendaciones. Puede ser útil llevar un diario de las veces que orina y la cantidad de
orina que expulsa para llevarlo con el médico. También lleve un control de sus hábitos de sueño así
como de fatiga que pueda estar experimentando en el día.
Después de una evaluación inicial, su doctor podría recetarle medicamentos y solicitar algunas de las
siguientes pruebas:
Exámenes de orina.
Cistometría.
Tests neurológicos.
Ultrasonido.
Incluso podrían referirlo a una clínica del sueño.
Consuma las cantidades de líquidos que ingiere regularmente pero hágalo en horas tempranas
en el día. Corte TODOS los líquidos en las últimas dos horas antes de dormir, especialmente
alcohol, café o té, ya que estos pueden estimular la producción de orina.
Lleve un diario de cuánto toma, qué toma y cuándo. Esto puede ser muy útil para identificar
situaciones que puedan empeorar sus ganas de orinar por la noche (nicturia).
Aunque no hay pruebas científicas sobre su efectividad, algunas personas creen que las
medicinas homeopáticas, la hipnosis o la acupuntura pueden beneficiar. Asegúrese de buscar
ayuda de un profesional.
Este problema se llama nicturia y, a pesar de ser más frecuente en los hombres de cierta
edad, puede producirse a cualquier edad y también en mujeres, como consecuencia de
diversos problemas de salud. Pasemos a revisar las potenciales causas de este problema.
El insomnio
Es frecuente que las personas que sufren insomnio vayan con más frecuencia al
cuarto de baño durante la noche. No es por lo tanto un indicador de la presencia de
una enfermedad. Así pues te conviene relajarte, ir al cuarto de baño para aliviar esas
ganas incontenibles, y volver a dormir.
Comúnmente este problema surge a una edad avanzada, y no es más que el síntoma de
otra enfermedad.
Ver más: Alimentos que debes evitar si tienes una vejiga hiperactiva
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La cistitis
La cistitis aparece sobre todo en las mujeres jóvenes, que sienten unas ganas
irresistibles de ir a orinar de forma frecuente. Unos dolores o una sensación de
pesadez en la vejiga puede ser resentida.
Para declarar una cistitis, es necesario conocer las razones de su aparición. Esta puede
ser provocada por una bacteria, o por un problema renal. El médico es la única persona
que puede ofrecer un diagnóstico completo y serio.
El consumo de medicamentos
Se trata de un factor muy importante a tener en consideración. Muchos medicamentos
que estimulan la producción de orina pueden inflamar la vejiga, e incluso los riñones.
Si sigues un tratamiento farmacológico, no conviene desestimar los efectos secundarios
que pueden conllevar.
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La diabetes
La presencia de glucosa en la sangre conlleva un aumento en la producción de orina,
una deshidratación importante, un aumento de la sudoración, y de la nicturia.
Si tienes síntomas como estos descritos, y te levantas entre 3 y 6 veces por noche para ir
al baño, te conviene consultar inmediatamente con el médico.
El consumo de líquidos
Se trata de un problema a priori sin importancia y muy puntual. Algunos días, bebes
más líquidos, y a veces, haces igualmente algún exceso con el alcohol. Esto te obliga
a levantarte por la noche para eliminar todo el líquido acumulado en el organismo.
Se trata de un fenómeno bastante excepcional, de los que se puede sufrir una noche de
vez en cuando.
No queremos asustarte, pero si crees tener los síntomas de alguno de estos problemas
y acostumbras a levantarte varias veces por la noche para ir al baño, consulta con tu
médico. Podrás mejorar la calidad de tu sueño y atacar una posible enfermedad. De
corazón, esperamos que solo sea que has bebido mucho líquido durante el día.
Introducción
Se dice que una vejiga es hiperactiva cuando expulsa orina en el momento equivocado. Si una
persona experimenta dos o más de estos síntomas, puede ser que tenga una vejiga hiperactiva:
529
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La vejiga hiperactiva es un problema poco conocido, pero es muy común. Se
estima que cerca de un 15 a 20% de la población sufre de este trastorno, que
es causado por una reducción en la capacidad de la vejiga para almacenar
orina.
En este artículo vamos a explicar qué es vejiga hiperactiva, cuáles son los
síntomas principales, cómo hacer el diagnóstico y cuáles son las opciones de
tratamiento más utilizadas en el momento.
1- Terapia de comportamiento
Los urólogos normalmente indican ejercicios para la vejiga, que, si bien hechos,
suelen ser efectivos en un 75% de casos. Uno de los métodos utilizados es
pedir al paciente que orine con intervalos fijos, como por ejemplo, a cada 30 o
60 minutos. Como el paciente va sintiéndose cómodo con el intervalo, poco a
poco se debe aumentar el intervalo en 30 minutos, hasta que sea capaz de
orinar solamente a cada 3-4 horas, lo que puede llevar meses para ocurrir.
Otro tratamiento muy utilizado son los ejercicios para fortalecer los músculos
del suelo pélvico, llamados ejercicios de Kegel. Estos ejercicios ayudan al
paciente a sostener su orina por más tiempo. Se debe realizar 30 a 80 veces al
día durante al menos 8 semanas. Su tasa de éxito es de un 55 a 75%.
2- Medicamentos
Oxibutinina (Retemic®).
Tolterodina (Detrusitol®).
Solifenacina (Vesicare®).
Darifenacina (Enablex®).
3- Cirugía
Revisado por Dr. José Antonio Nuevo González, Especialista en Medicina Interna.
Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Diagnóstico de la cistitis
Qué es la cistitis
Causas de la cistitis
Patogenia y clasificación de la cistitis
Síntomas de la cistitis
Diagnóstico de la cistitis
Tratamiento de la cistitis
Prevención de la cistitis
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A partir de una muestra de orina, obtenida del chorro medio de la micción,
se realiza un sedimento de orina. La presencia de bacteriuria (presencia
de bacterias en la orina) y piuria (más de diez leucocitos por campo)
asociados a los síntomas ya descritos son suficientes para establecer
el diagnóstico de cistitis. En la actualidad existen algunos kits en centros
médicos donde se determina por reacción química con una tira
colorimétrica que, en contacto con la orina, cambia su tonalidad y
determina la presencia de infección. Es un test más rápido, aunque con
una sensibilidad menor que el sedimento urinario.
Se demuestra piuria en casi todas las infecciones bacterianas agudas, y
su ausencia pone el diagnóstico en duda. La piuria en ausencia de
bacteriuria indica infección por una bacteria poco común, como C.
trachomatis, U. urealyticum y Mycobacterium tuberculosis, o por hongos.
Otras veces puede deberse a enfermedades urológicas no infecciosas,
como litiasis, anomalías anatómicas, nefrocalcinosis, reflujo
vesicoureteral, nefritis intersticial o enfermedad poliquística.
La prueba estándar para cualquier forma de infección del tracto urinario es
el urocultivo. Se considera que es positivo cuando el recuento bacteriano
es igual o superior a 105 (10 elevado a 5) UFC/mL. Sin embargo, varios
estudios han establecido que un tercio o más de los pacientes,
mayoritariamente mujeres sintomáticas, tiene conteos de UFC por debajo
de este nivel y presentan infección. En los hombres se considera como
sugerente de infección una cifra de 103 UFC/mL.
A partir del microorganismo aislado se realiza un antibiograma que permite
conocer su sensibilidad a los antibióticos.
Información
Especialistas
Asociaciones
Preguntas y Respuestas
Qué es
Causas
Síntomas
Prevención
Tipos
Diagnóstico
Tratamientos
Otros datos
Qué es
La infección de orina está provocada por la invasión de microorganismos en el tracto
urinario. Puede producirse por dos vías diferentes: por el extremo inferior de las vías
urinarias (abertura en la punta del pene o de la uretra, según se trate de un hombre o de
una mujer), que es el caso más frecuente; o bien a través del flujo sanguíneo, en cuyo
caso la infección afecta directamente a los riñones.
Las infecciones de las vías urinarias más habituales son las producidas por bacterias,
aunque también pueden presentarse a causa de virus, hongos o parásitos. De muchas de
ellas es responsable la bacteria llamada Escherichia coli, que normalmente vive en el
intestino. Infección de orina o del tracto urinario son expresiones que engloban
diferentes enfermedades infecciosas (producidas por un microorganismo o germen) y
que afectan a cualquier parte del sistema urinario (riñón, uréteres, vejiga urinaria o
uretra).
Las personas sometidas a exámenes mediante tubos o catéteres o que necesitan sondas
pueden desarrollar más fácilmente infecciones procedentes de dichos instrumentos.
Los mayores se ven afectados por este tipo de infecciones con mayor frecuencia, así como las
que sufren una disminución del sistema nervioso, que les impide controlar la vejiga a
voluntad.
Por otra parte, cualquier desorden que produzca una supresión en el sistema inmune
incrementa el riesgo de sufrir una infección urinaria, ya que este sistema es el encargado de
mantener a raya los microorganismos patógenos responsables de las infecciones.
También se dan en bebés nacidos con alguna deformación del tracto urinario, que a menudo
han de ser corregidos mediante cirugía.
Causas
La causa más frecuente en los varones, de infecciones a repetición, es una infección
bacteriana persistente en la próstata. Las mujeres contraen con frecuencia
infecciones de la vejiga después de una relación sexual, probablemente porque la uretra
ha sufrido contusiones durante la misma. En casos muy particulares, las infecciones
repetidas de la vejiga en las mujeres son originadas por una conexión anómala entre ésta
y la vagina.
En verano suelen aumentar los casos de cistitis debido a la sudoración y los baños en
piscinas y playas porque favorecen la humedad de la zona genital lo que facilita la
proliferación de microorganismos.
Síntomas
El cuadro clínico de la cistitis puede variar en función de la zona en la que se presente
la infección. Estos son los síntomas más comunes de la infección de orina:
Necesidad urgente y frecuente de orinar.
Picazón o quemazón en la uretra al orinar.
Fiebre y escalofríos (la fiebre puede significar que la infección ha alcanzado los riñones).
Vómitos y náuseas.
A menudo, las mujeres sienten una ligera presión por encima del hueso púbico y muchos
hombres sienten una dilatación del recto.
Prevención
Seguir una dieta equilibrada y llevar un estilo de vida saludable pueden ayudar
a prevenir una infección urinaria; también es recomendable no retener la
orina y beber agua de forma habitual, al menos dos litros diarios, ya que esto
favorecerá la diuresis.
En el caso de las mujeres con menopausia, utilizar una crema de estrógenos es eficaz
a la hora de reducir las posibilidades de contraer una cistitis.
Otros consejos específicos para reducir el riesgo de cistitis en mujeres son:
Orinar después de cada coito para eliminar posibles agentes infecciosos.
Utilizar cremas lubricantes durante las relaciones sexuales: La irritación vaginal postcoital es
una causa muy frecuente de infección en la vejiga; el uso de lubricantes es una forma eficaz de
evitar el roce y, por lo tanto, posibles infecciones.
Llevar ropa con tejidos naturales. Las prendas ajustadas y fabricadas con fibras sintéticas
contribuyen al desarrollo de cistitis de repetición. Por tanto, es mejor optar por materiales que
permitan la transpiración como el algodón.
Tipos
Bacteriuria: Es la presencia de bacterias que aparecen en un análisis de orina.
Infecciones de tracto urinario inferior: Son de varios tipos. La cistitis se produce en la vejiga,
mientras que la uretritis se localiza en la uretra. En el caso de los hombres, la infección urinaria
puede producirse en la próstata (prostatitis) o en los conductos encargados de la producción y
excreción del semen (orquiepididimitis).
Infecciones de tracto urinario superior: Se denomina así a otro tipo de infecciones más graves,
como la pielonefritis aguda, que afecta a los riñones.
Infecciones urinarias recurrentes: Son infecciones que vuelven a aparecer causadas por el
mismo microorganismo o por otro.
Otros datos
Las infecciones urinarias son comunes entre las mujeres. Alrededor de un 40 por
ciento sufrirá algún tipo de infección urinaria en el tracto urinario durante su vida, un
porcentaje que se eleva al 60 por ciento en el caso de las mujeres embarazadas. En los
hombres, por el contrario, es muy poco frecuente, aunque las posibilidades van
aumentando conforme se tiene más edad y surgen problemas relacionados con la
próstata.
Pronóstico
En la mayoría de los casos, una infección urinaria se puede superar con el
tratamiento recomendado al cabo de 24 o 48 horas. Si la infección es renal puede ser
necesaria en torno a una semana para su curación.