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Muchas Demostraciones PDF
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1. Preliminares
Primero estableceremos una serie de notaciones referidas a la teoría general de conjuntos y
de funciones, y de supremos e ínfimos, que serán muy útiles en el desarrollo del curso.
1.1. Conjuntos
Suponemos ya conocido el concepto de conjunto, y las notaciones y definiciones básicas de
este campo (pertenencia, inclusión, igualdad, unión, intersección, complemento, etc.).
1
Sean U un conjunto (universal) e I un conjunto (de índices) cualesquiera. Supongamos que
para cada i ∈ I se tiene definido un subconjunto Ai ⊂ U. Denotamos por {Ai }i∈I a la colección
de todos estos conjuntos. La unión de todos los Ai es el conjunto
[
Ai = {x ∈ U : ∃i ∈ I : x ∈ Ai }
i∈I
Se cumplen las leyes distributivas y las leyes de De Morgan para uniones e intersecciones:
1. B ∪ i∈I Ai = i∈I (B ∪ Ai )
T T S S
B ∩ i∈I Ai = i∈I (B ∩ Ai )
c T c
c S
2. = i∈I Aci
S T
i∈I Ai = A
i∈I i i∈I Ai
1.2. Funciones
Suponemos ya conocido el concepto de función, y las notaciones y definiciones básicas de
este campo (inyectividad, sobreyectividad, composición, inversa, etc.).
Si f es una función de X en Y , A ⊂ X y B ⊂ Y , denotamos por f (A) al conjunto de todos
los elementos de Y que son imagen por f de algún elemento de A, y por f −1 (B) al conjunto de
todos los elementos de X cuya imagen por f pertenece a B. Formalmente:
1. A ⊂ E ⇒ f (A) ⊂ f (E)
2. B ⊂ F ⇒ f −1 (B) ⊂ f −1 (F )
4. f −1 (B)c = f −1 (B c )
7. f
S S
i∈I Ai = i∈I f (Ai )
2
1.3. Supremos e ínfimos
Sea A ⊂ R. Se dice que t ∈ R es una cota superior de A si ∀x ∈ A, x ≤ t. Si A tiene
una cota superior, se dice que A es acotado superiormente, y se define el supremo de A,
denotado sup A, como la menor de las cotas superiores de A (se puede demostrar, aunque no
fácilmente, que tal definición es buena). Si A no tiene cota superior, decimos que el supremo
de A es ∞. Se verifica que para cualquier A ⊂ R:
1. El supremo de A es único.
2. sup A ≤ k ⇐⇒ ∀x ∈ A, x ≤ k.
De manera similar, se definen las cotas inferiores, y el ínfimo de A (ı́nf A) como la mayor de
las cotas inferiores (si el conjunto es acotado inferiormente, o −∞ si no). Siempre ocurre que
ı́nf A ≤ sup A. Para el ínfimo, se tienen propiedades análogas a las enunciadas para el supremo.
1. d(a, b) ≥ 0
2. d(a, b) = 0 ⇐⇒ a = b
Ejemplo 1. Se denota con C[0,1] al conjunto de todas las funciones cuyo dominio es el intervalo
[0, 1], cuyo codominio es R, y que además son continuas en todo el dominio. Para f, g ∈ C[0,1] ,
definamos
d(f, g) = sup {|f (x) − g(x)| : x ∈ [0, 1]}
Por ejemplo, sean f , g y h las funciones definidas por
x 1
f (x) = x g(x) = + h(x) = x2
4 4
3
Queda de ejercicio verificar que d(f, g) = 1/2, d(g, h) = 1/2 y d(f, h) = 1/4.
Mostraremos que d definida anteriormente es una métrica para C[0,1] . Lo primero a hacer
es ver que es una función bien definida. Sean f y g dos elementos de C[0,1] , y hagamos A =
{|f (x) − g(x)| : x ∈ [0, 1]}. A es un conjunto acotado superiormente, porque f y g son continuas
en [0, 1], y por tanto acotadas. Luego, sup A es un número real, por lo que d es una función
bien definida de C[0,1] × C[0,1] en R.
Ahora debemos ver el cumplimiento de los cuatro axiomas. Sean f, g, h ∈ C[0,1] .
Ya que |f (x) − g(x)| ≥ 0 cualquiera sea x ∈ [0, 1], tenemos que, por propiedad de supre-
mos, sup {|f (x) − g(x)| : x ∈ [0, 1]} ≥ 0, es decir, d(f, g) ≥ 0.
Supongamos que d(f, g) = 0. Tomemos cualquier t ∈ [0, 1]. Tenemos que
0 ≤ |f (t) − g(t)| ≤ sup {|f (x) − g(x)| : x ∈ [0, 1]} = d(f, g) = 0,
y entonces |f (t) − g(t)| = 0. Luego, f (t) = g(t) para todo t ∈ [0, 1], por lo que f = g.
Recíprocamente, si f = g, tenemos que ∀x ∈ [0, 1], f (x) = g(x), y, en consecuencia,
{|f (x) − g(x)| : x ∈ [0, 1]} = {0}, por lo que d(f, g) = sup{0} = 0. Se cumple entonces el
segundo axioma.
d(f, g) = sup {|f (x) − g(x)| : x ∈ [0, 1]} = sup {|g(x) − f (x)| : x ∈ [0, 1]} = d(g, f ). En
consecuencia, se cumple el axioma de simetría.
Dado que para cualquier x ∈ [0, 1] se cumple que
|f (x) − g(x)| = |f (x) − h(x) + h(x) − g(x)| ≤ |f (x) − h(x)| + |h(x) − g(x)| ,
tenemos que
d(f, g) = sup {|f (x) − g(x)| : x ∈ [0, 1]} ≤ sup {|f (x) − h(x)| + |h(x) − g(x)| : x ∈ [0, 1]}
Hagamos entonces
C ′ = {|f (x) − h(x)| + |h(x) − g(x)| : x ∈ [0, 1]}
A = {|f (x) − h(x)| : x ∈ [0, 1]}
B = {|h(x) − g(x)| : x ∈ [0, 1]}
C = {a + b : a ∈ A, b ∈ B}.
Tenemos que C ′ ⊂ C, y entonces sup C ′ ≤ sup C ≤ sup A + sup B. Concluimos que
d(f, g) ≤ d(f, h) + d(h, g), y, en consecuencia, se cumple la propiedad triangular.
Como hemos verificado que d es una función bien definida de C[0,1] × C[0,1] en R que satisface
los axiomas correspondientes, podemos afirmar que d es una métrica para C[0,1] .
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1. x es punto de acumulación de E si todo entorno reducido de x contiene al menos un
punto de E, es decir, si ∀r > 0, Br∗ (x) ∩ E 6= ∅ (lo que equivale a decir que cualquier
entorno de x contiene un punto de E − {x}). Designamos por E ′ al conjunto de todos los
puntos de acumulación de E. Observar que un punto de acumulación de E puede o no
pertenecer a E.
9. E es denso en X si E = X.
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Demostración. Supongamos que E es un subconjunto abierto de (X, d). Sea x ∈ E. Existe r > 0
tal que Br (x) ⊂ E, luego Br (x) ∩ E c = ∅, por lo que x no es punto de acumulación de E c .
Tenemos entonces que si x ∈ E, x no es punto de acumulación de E c , que equivale a decir que
si x es punto de acumulación de E c , x pertenece a E c , mostrando que E c es cerrado.
Recíprocamente, supongamos que E c es cerrado. Sea x ∈ E, es decir, x ∈ / E c . x no es punto
de acumulación de E c , por lo que existe un entorno Br (x) que no contiene puntos de E c − {x}.
Pero ya que x ∈ E, resulta E c − {x} = E c , por lo que Br (x) ∩ E c = ∅, es decir, Br (x) ⊂ E.
Luego x es punto interior a E, y E es abierto.
Corolario 8. Un subconjunto de un espacio métrico es cerrado si, y sólo si, su complemento
es abierto.
Demostración. E es cerrado ⇐⇒ (E c )c es cerrado ⇐⇒ E c es abierto.
Teorema 9. Para cualquier espacio métrico, las siguientes afirmaciones son válidas:
1. La unión arbitraria de conjuntos abiertos es un conjunto abierto.
2. La intersección finita de conjuntos abiertos es un conjunto abierto.
3. La intersección arbitraria de conjuntos cerrados es un conjunto cerrado.
4. La unión finita de conjuntos cerrados es un conjunto cerrado.
Demostración. Sea {Ai }i∈I una familia cualquiera de subconjuntos abiertos deS(X, d). Si x ∈
i∈I Ai , existeS k ∈ I tal que x ∈ Ak , luego hay un entorno Br (x) ⊂ Ak ⊂ i∈I Ai , lo que
S
muestra que i∈I Ai es abierto. Esto prueba la primera afirmación. T
Sea {Ai }ni=1 una familia finita de subconjuntos abiertos, y x ∈ ni=1 Ai . Para cada i ∈
{1, . . . , n}, existe un ri > 0Ttal que Bri (x) ⊂ Ai . Sea r = mı́n{ri : i = 1, . . . , n}. Será r > 0.
Verifiquemos que Br (x) ⊂ ni=1 Ai : si d(x, z) < r será d(x, z) < ri para todo i T ∈ {1, . . . , n}
por la elección
Tn de r, por lo que z ∈ Ai para todo i ∈ {1, . . . , n}, de donde z ∈ ni=1 Ai . Por
lo tanto i=1 Ai es abierto. Esto muestra la segunda afirmación. Un ejemplo que muestra que
1 1
la afirmación no es válida para intersecciones arbitrarias es Ai = T∞(− i+1 , i+1 ) para i ∈ N, en
el espacio de los reales con la métrica usual. Aquí se tiene que i=0 Ai = {0}, que no es un
subconjunto abierto de R.
Sea {Ci }i∈I una familiaT cualquiera
c S de subconjuntos cerrados de (X, d). Por las leyes de De
c
Morgan, se tiene que i∈I Ci = i∈I Ci , siendo este último un conjunto abierto según se
demostró en el primer ítem, ya que cada Cic es un conjunto abierto. Luego es un
T
C
i∈I i
conjunto cerrado, pues su complemento es abierto. Esto demuestra la tercera afirmación.
n
Sn c
Tn Finalmente, sea {C i }i=1 una familia finita de subconjuntos cerrados. Será ( i=1 Ci ) =
i=1S Cic , siendo este último un conjunto abierto según el inciso segundo de este teorema, por lo
que ni=1 Ci es cerrado.
Teorema 10. Un subconjunto de un espacio métrico es abierto si, y sólo si, es una unión de
entornos.
Demostración. Supongamos que E es un subconjunto abierto de un espacio métrico (X, d).
Entonces podemosS asociar a cada punto z de E un número positivo rz tal queS Brz (z) ⊂ E.
Veamos Sque E = z∈E Brz (z): si x ∈ E, x ∈ Brx (x) ⊂ z∈E Brz (z), luego E ⊂ z∈E Brz (z). Y
S
si x ∈ z∈E Brz (z),
S hay un z de E tal que x ∈ Brz (z); pero por hipótesis Brz (z) ⊂ E, de donde
x ∈ E; con esto, z∈E Brz (z) ⊂ E.
La vuelta se deduce de la Proposición 3 y del Teorema 9.
El siguiente teorema nos dice que la clausura de un conjunto E es “el más pequeño” de los
conjuntos cerrados que contienen a E.
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Teorema 11. Sea E un subconjunto de un espacio métrico (X, d).
1. E es un subconjunto cerrado.
3. Si E ⊂ F y F es cerrado, entonces E ⊂ F .
4. diam(E) = diam(E).
Demostración.
c
1. Mostraremos que el complemento de E es abierto. Sea x ∈ E , luego x ∈ / E, por lo que
existe r > 0 : Br (x) ∩ E = ∅. (prop. 4). Como Br (x) es abierto (prop. 3), para cada
z ∈ Br (x) existe r′ > 0 tal que Br′ (z) ⊂ Br (x), y entonces Br′ (z) ∩ E = ∅, por lo que
c c
/ E. Entonces Br (x) ⊂ E . Ya que x era arbitrario, se sigue que E es un conjunto
z ∈
abierto.
2. La ida es inmediata por el inciso anterior. Para la vuelta, siendo E cerrado, se tiene que
E ′ ⊂ E, por lo que E = E ∪ E ′ = E.
Proposición 12. Sea E un subconjunto del espacio de los reales con la métrica euclídea, y
supongamos que E posee cota superior. Entonces el supremo de E pertenece a la clausura de
E. Luego, si E es cerrado, el supremo de E pertenece a E.
Proposición 13. Sea X Tn un espacio métrico, y {V1 , . . . , Vn } una familia finita de abiertos
densos en X. Entonces k=1 Vk es un subconjunto abierto denso en X.
Demostración. En virtud del Teorema 9, sólo resta probar que nk=1 Vk es densa. Lo probaremos
T
para el caso n = 2, y luego una simple inducción permitirá verificar el resultado general. Para
probar que V1 ∩ V2 es denso, sea x ∈ X y ε > 0 arbitrario. Por ser V1 denso, existe y ∈ V1 :
d(x, y) < ε/2. Como V1 es abierto, existe r′ > 0 tal que Br′ (y) ⊂ V1 . Sea r = mı́n{r′ , ε/2}.
Observar que Br (y) ⊂ Br′ (y) ⊂ V1 . Como V2 es denso, existe z ∈ V2 tal que d(z, y) < r.
Entonces z ∈ V1 ∩ V2 , y d(z, x) ≤ d(x, y) + d(y, z) < ε. Luego, x pertenece a V1 ∩ V2 (prop. 4).
Por ello, V1 ∩ V2 es denso en X.
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2.1. Subespacios
Sea (X, d) un espacio métrico y S un subconjunto de X. Designemos por dS a la restricción
de d al subconjunto S × S; es decir, para x, y ∈ S, dS (x, y) = d(x, y). El par (S, dS ) es también
un espacio métrico, y se llama subespacio de (X, d).
Observemos que el entorno de radio r alrededor de un x ∈ S en el espacio métrico S
es {y ∈ S : dS (x, y) < r}, mientras que el entorno de radio r alrededor de x en el espacio
métrico X es {y ∈ X : d(x, y) < r}. El entorno del punto x depende, entonces, del espacio
métrico que estemos considerando. Así, cuando hablemos de entorno alrededor de x y haya
posibilidad de confusión, emplearemos un supraíndice para indicar a qué espacio nos referimos:
BrS (x) indicará entorno alrededor de x, de radio r, en el espacio métrico S, mientras que BrX (x)
S X
denotará entorno de radio r alrededor de x en el espacio X. Observar que Br (x) = S ∩ Br (x).
1
Supongamos X = R con la métrica usual, S = [0, 1] y E = 2 , 1 . En el espacio métrico
(X, d), E no es abierto, ya que 1 ∈ E no es punto interior de E. Pero visto como subconjunto
de (S, dS ), E resulta un conjunto abierto, pues B S1 (1) es el conjunto de todos los reales x con
4
3
4
< x ≤ 1, que es un subconjunto de E. En otras palabras, E no es abierto en el espacio X, pero
sí en el subespacio S. Por esto, al hablar de conjuntos abiertos o cerrados (cuando se trabaja
con espacios y subespacios) hace falta especificar con respecto a cuál de los espacios métricos
estamos haciendo referencia. Usaremos frases del estilo “E es abierto relativo en S” o “E es
abierto relativo en X” para indicar si nos estamos refiriendo a E como subconjunto abierto del
espacio métrico (S, dS ) o del espacio métrico (X, d), respectivamente. Afortunadamente, hay
una sencilla caracterización de los subconjuntos abiertos de un subespacio.
Teorema 14. Sea S subespacio de un espacio métrico (X, d), y E ⊂ S. E es abierto relativo
en S si, y sólo si, E = S ∩ G para algún G abierto en X.
Demostración. Para la ida: Sabemos que E = x∈E BrSx (x) (teor. 10). Sea GS= x∈E BrXx (x), el
S S
X
cual
S es unX subconjunto
SabiertoS de X (prop. 3 y teor. 9). Además, G ∩ S = x∈E Brx (x) ∩ S =
x∈E Brx (x) ∩ S = x∈E Brx (x) = E.
Para la vuelta, supongamos que E = S ∩ G con G abierto en X. Sea x ∈ E. Existe
r > 0 : BrX (x) ⊂ G. Entonces BrX (x) ∩ S ⊂ G ∩ S, es decir, BrS (x) ⊂ E, luego E es abierto en
S.
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Demostración. Sea K un subconjunto compacto de un espacio métrico X. Mostraremos que K c
es un subconjunto abierto de X. SeaSp ∈ K c . Para cada q ∈ K, sea rq = d(p, q)/2, y tomemos
Wq = Brq (q). Observar que K ⊂S q∈K Wq , por lo que {Wq : q ∈ K} es un cubrimiento
por abiertos para K. Luego K ⊂ nj=1 Wqj para alguna subfamilia finita {Wq1 , . . . , Wqn }. Sea
r = mı́n{rq1 , . . . , rqn } > 0. Para cada j ∈ {1, . . . , n}, Br (p) ∩ Wqj = ∅ (en caso contrario,
habría un x tal que d(p, x) < r y d(x, qj ) < rqj , deSdonde 2rqj = d(p, qj ) ≤ d(p, x) + d(x, qj ) <
r + rqj ≤ 2rqj , contradicción). De allí que Br (p) ∩ nj=1 Wqj = ∅, y entonces Br (p) ∩ K = ∅, de
donde Br (p) ⊂ K c . Luego p es un punto interior de K c , el cual resulta, en consecuencia, ser un
conjunto abierto. Por eso, K es cerrado.
Para ver que K es acotado, notemos que la familia de todos los entornos de radio 1 alrededor
de los puntos de K es un cubrimiento S por abiertos para el compacto K, así que hay una
subfamilia finita {B1 (xj )}nj=1 tal que nj=1 B1 (xj ) ⊃ K. Definamos r = máx{d(xi , xj ) : 1 ≤ i ≤
n, 1 ≤ j ≤ n}. Sea x ∈ K. x pertenece a B1 (xm ) para algún m ∈ {1, . . . , n}, de modo que
d(x1 , x) ≤ d(x1 , xm ) + d(xm , x) < r + 1, y entonces x ∈ Br+1 (x1 ). Como x era cualquier punto
de K, vemos que K ⊂ Br+1 (x1 ), por lo que K es acotado.
Teorema 17. Un subconjunto cerrado de un conjunto compacto es un conjunto compacto.
Demostración. Sea K un subconjunto compacto de X, y F un subconjunto deSK que es cerrado
relativo en X. Sea Ω = {Ai }i∈I una familia de abiertos en X tal que F ⊂ i∈I Ai . Hagamos
c
Ω2 = Ω ∪
c
S{F }; Ωc2 resulta ser una familia de abiertos (pues F es cerrado) que cubre a todo
X: F ∪ Ai ⊃ F ∪ F = X. En particular, esta nueva familia es un cubrimiento por abiertos
para el compacto K, luego hay una subfamilia finita Ω3 de Ω2 que cubre a K, y por lo tanto a
F . Tomemos Ω4 = Ω3 − {F c }. Puede verse que Ω4 es una subfamilia finita de Ω que cubre a F
(pues Ω3 lo hacía, y ningún punto de F está en F c ). Luego F es compacto.
Corolario 18. Si F es cerrado y K compacto, F ∩ K es compacto.
Demostración. Siendo K compacto, es cerrado, por lo que F ∩ K es también cerrado, y, siendo
subconjunto del compacto K, es compacto.
Corolario 19. Sea X un espacio métrico compacto, y E un subconjunto de X. E es compacto
si, y sólo si, es cerrado.
Teorema 20. Si {Ki }i∈I es una colección de subconjuntos compactos T con la propiedad de que
la intersección de cualquier subfamilia finita es no vacía, entonces i∈I Ki es no vacía.
Demostración. Supongamos que i∈I Ki = ∅. Sea m cualquier elemento c S de I. Sería entonces
T
9
Teorema 22. Si E es un subconjunto infinito de un conjunto compacto K, entonces E tiene
un punto de acumulación en K.
Demostración. Supongamos que ningún punto de K fuese punto de acumulación de E. Entonces,
para cada q ∈ K habría rq > 0 tal que Brq (q) ∩ E contiene a lo sumo un punto de E (q, en el
caso en que q ∈ E). La familia {Brq : q ∈ K} es cubrimiento por abiertos para K, pero ninguna
subfamilia finita puede cubrir a E (pues E es infinito y cada miembro de la familia tiene a lo
sumo un punto de E), por lo que ninguna subfamilia finita puede cubrir a K. Contradicción
con la compacidad de K.
Teorema 23. Sea K ⊂ S ⊂ X. K es compacto relativo en X si, y sólo si, K es compacto
relativo en S.
Demostración. Supongamos K compacto relativo en X. Sea {Ai }i∈I un cubrimiento para K
donde todos los Ai son abiertosSen el espacio
S métrico S. Para cada S i ∈ I, Ai = S ∩ Vi para S algún
Vi abierto en X. Luego K ⊂ i∈I Ai = i∈I (Vi ∩ S) = S ∩ i∈I Vi . Entonces K ⊂S i∈I Vi ,
y, siendo K compacto en X, existe una subfamilia finita {Vi1 , . . . , Vin } tal que K ⊂ nj=1 Vij .
Luego K ⊂ S ∩ nj=1 Vij = nj=1 Vij ∩ S = nj=1 Aij . Entonces K es compacto relativo en S.
S S S
2. A1 ∩ A2 = ∅
3. A ⊂ A1 ∪ A2
4. A ∩ A1 6= ∅ 6= A ∩ A2
Es decir, A es disconexo cuando tiene partes contenidas en dos abiertos disjuntos que cubren a
A.
Si A no es disconexo, se dice que es conexo. Un conjunto se dice totalmente disconexo
si los únicos subconjuntos no vacíos de él que son conexos constan de un único punto.
Ejemplo 24. En el espacio de los reales con la métrica euclidea, todo intervalo es conexo.
Veámoslo para el caso de un intervalo [a, b] con a, b ∈ R y a < b (para los otros tipos de
intervalos, la demostración es análoga). En efecto, sea I = {x ∈ R : a ≤ x ≤ b}.
Sean A1 y A2 dos abiertos disjuntos tales que que I ∩ A1 6= ∅ 6= I ∩ A2 . Sin pérdida de
generalidad, podemos suponer que a ∈ A1 . Como A1 es abierto, existe ε > 0 tal que Bε (a) ⊂ A1 ,
por lo que A1 contiene no sólo a a, sino a todo un subsegmento de I empezando en a. Hagamos
S = I ∩ A2 y tomemos m = ı́nf S. Por lo antedicho y por ser A1 y A2 disjuntos, debe ser m > a
10
(con lo que m − a > 0), y también m ≤ b (ya que estamos suponiendo que existe x ∈ I ∩ A2 , y
entonces m ≤ x ≤ b). Es decir, m ∈ I.
Si fuese m ∈ A1 , existiría R > 0 tal que BR (m) ⊂ A1 , y, por propiedad del ínfimo, existe
t ∈ S tal que m ≤ t < m + R. Como m no podría estar en S, sería m < t < m + R. Pero
entonces sería t ∈ A1 (pues |t − m| < R, es decir, t ∈ BR (m) ⊂ A1 ) y t ∈ A2 (pues t ∈ S),
contradiciendo que A1 y A2 son disjuntos. Entonces no puede ser m ∈ A1 .
Si fuese m ∈ A2 , por ser éste abierto, existiría r > 0 tal que Br (m) ⊂ A2 , de donde, por
ser m − a > 0, habría un x ∈ A2 tal que x ∈ I y x < m. Sería entonces x ∈ A2 ∩ I = S pero
x < ı́nf S, contradiciendo la definición de ínfimo. Entonces no puede ser m ∈ A2 .
Luego, m ∈ I − (A1 ∪ A2 ), es decir, I 6⊂ A1 ∪ A2 . Esto prueba que no pueden existir A1 y
A2 que muestren que I es disconexo.
Veremos seguidamente otras caracterizaciones de los conjuntos conexos.
Lema 25. Sean A y C subconjuntos disjuntos, con A abierto. Entonces A ∩ C = ∅.
Demostración. Sea x ∈ A. Existe r > 0 tal que Br (x) ⊂ A. Como A∩C = ∅, será Br (x)∩C = ∅,
/ C (prop. 4). Luego, A ∩ C = ∅.
de modo que x ∈
Teorema 26. Un conjunto A es disconexo si, y sólo si, existen conjuntos no vacíos C y D
tales que A = C ∪ D y C ∩ D = ∅ = C ∩ D.
Demostración. Para la ida, sean A1 y A2 abiertos disjuntos tales que A ⊂ A1 ∪ A2 y A ∩ A1 6=
∅ 6= A ∩ A2 . Hagamos C = A ∩ A1 y D = A ∩ A2 (notar que A1 ∩ D = ∅). Tenemos que
A = C ∪ D, pues, siendo A ⊂ A1 ∪ A2 , es A = A ∩ (A1 ∪ A2 ) = (A ∩ A1 ) ∪ (A ∩ A2 ). Además,
C ∩ D ⊂ A1 ∩ D = ∅ (lema 25), y análogamente C ∩ D = ∅.
Veamos la vuelta. Como C ∩D = ∅, para Scada x ∈ C existe Rx > 0 tal que B2Rx (x)∩D = ∅,
c
es decir, B2Rx (x) ⊂ D (prop 4). Sea A1 S = x∈C BRx (x). Similarmente, para cada z ∈ D, existe
rz > 0 tal que Brz (z) ⊂ C c ; sea A2 = z∈D Brz (z). Observar que para cada x ∈ C y z ∈ D,
BRx (x) ∩ Brz (z) = ∅ (de lo contrario, habría w tal que d(x, w) + d(w, z) < Rx + rz , así que
d(x, z) < 2 máx(Rx , rz ), con lo que o bien x ∈ B2rz (z) ⊂ C c o bien z ∈ B2Rx (x) ⊂ Dc , imposibles
ambas pues x ∈ C y z ∈ D). Como consecuencia, A1 ∩ A2 debe ser vacío.
Se tiene entonces que:
1. A1 y A2 son abiertos (teor. 10).
2. A ⊂ A1 ∪ A2 , pues A1 ⊃ C y A2 ⊃ D, teniéndose que A1 ∪ A2 ⊃ C ∪ D = A.
3. A ∩ A1 6= ∅, pues como C es no vacío, existe z ∈ C ⊂ A, de donde z ∈ A1 y z ∈ A.
Análogamente, A ∩ A2 6= ∅.
4. A1 ∩ A2 = ∅
Luego, A es disconexo.
Teorema 27. Un espacio métrico X es conexo si, y sólo si, los únicos subconjuntos de X que
son simultáneamente abiertos y cerrados son el propio X y el conjunto vacío.
Demostración. Supongamos que X es conexo. Sea E un subconjunto propio no vacío de X. Si
E fuese abierto y cerrado simultáneamente, tomemos A = E, B = E c . Será A 6= ∅ 6= B, A = E
y B = E c ya que tanto E como E c son cerrados. A ∩ B = ∅ = A ∩ B, por lo que A y B son
separados, contradiciendo la conexidad de X.
Supongamos ahora que X no es conexo. Entonces X = A ∪ B con A, B no vacíos separados.
c
Tenemos entonces que A = B c . Notar también que, siendo A ∩ B = ∅, será A = B , de donde
resulta que A es abierto. Análogamente, B es abierto, y siendo A = B c , resulta A cerrado.
Entonces, A es un subconjunto propio no vacío que es simultáneamente abierto y cerrado.
11
3. Sucesiones en espacios métricos
Una sucesión en un conjunto X es una función de los naturales en X. Designamos por xn al
n–ésimo término de la sucesión (es decir, a la imagen de n a través de la función) y por {xn }n∈N
(o, más brevemente, {xn }) a la sucesión completa. El campo de variabilidad de la sucesión
{xn } es {y ∈ X : ∃n ∈ N : xn = y}, es decir, el conjunto de valores que toma la sucesión. Una
sucesión se dice acotada si su campo de variabilidad es un conjunto acotado.
Decimos que una sucesión {xn } en un espacio métrico (X, d) es convergente en X si
existe un punto p ∈ X con la propiedad de que ∀ε > 0, ∃N ∈ N : ∀n ≥ N, d(p, xn ) < ε. En
ese caso, decimos que la sucesión converge hacia p, o que p es el límite de {xn }, y escribimos
lı́mn→∞ xn = p.
Observemos que decir que lı́mn→∞ xn = p es equivalente a decir que lı́mn→∞ d(xn , p) = 0.
Teorema 28. Sea {xn } una sucesión en un espacio métrico (X, d), y p ∈ X.
1. {xn } converge hacia p si, y sólo si, cualquier entorno de p contiene a todos los términos
de la sucesión, salvo una cantidad finita de ellos.
Demostración.
1. Supongamos que lı́mn→∞ xn = p. Sea r > 0. Existe N tal que para todo n ≥ N, d(xn , p) <
r, por lo que para todo n ≥ N, xn ∈ Br (p), es decir, Br (p) contiene todos los términos de
la sucesión salvo, posiblemente, x0 , . . . , xN −1 .
Recíprocamente, supongamos que cada entorno de p contiene todos los términos de la
sucesión, salvo un número finito. Sea ε > 0, y sea N tal que ∀n ≥ N, xn ∈ Bε (p).
Entonces, para todo n ≥ N, d(p, xn ) < ε, por lo que lı́mn→∞ xn = p.
3. Sea {xn } convergente hacia p. Existe N ∈ N tal que para todo n ≥ N, d(xn , p) < 1. Sea
M = máx {d(x0 , p), . . . , d(xN −1 , p), 1}. Entonces, para todo n ∈ N, d(xn , p) ≤ M , por lo
que la sucesión {xn } es acotada.
12
Conocido es que, en el espacio métrico de los reales con la métrica euclídea, decir “sucesión
convergente” equivale a decir “sucesión de Cauchy”. Esta equivalencia no es válida para espacios
métricos en general. Por ejemplo, en el espacio métrico (0, 1) con la métrica euclídea, la sucesión
{1/(n + 1)} no es convergente, y sin embargo es de Cauchy. Esto motiva la siguiente definición:
Un espacio métrico en el que toda sucesión de Cauchy converge se llama espacio métrico
completo.
Los reales con la métrica euclídea forman un espacio completo, cosa que no ocurre con los
racionales.
3.1. Subsucesiones
Sea {xn }n∈N una sucesión en el espacio métrico X. Consideremos una sucesión {nk }k∈N
estrictamente creciente de números naturales, es decir, nk < nk+1 para todo k. Con estas dos
sucesiones, podemos definir una nueva sucesión {yk }k∈N en X haciendo yk = xnk . La sucesión
{yk }k∈N se llama subsucesión de {xn }n∈N y se denota mediante {xnk }k∈N . Si {xnk } converge
a p ∈ X, es decir, si lı́mk→∞ xnk = p, entonces p se llama punto de acumulación de {xn }.
Observar que para todo k ∈ N, nk ≥ k.
Observación 31. Un hecho que usaremos frecuentemente en las demostraciones que siguen es
que un subconjunto de números naturales es infinito si, y sólo si, es no acotado.
Teorema 32. Una sucesión {xn } converge hacia p si, y sólo si, cualquiera de sus subsucesiones
converge hacia p.
Demostración. Supongamos que {xn } converge a p, y sea {xnk } una subsucesión. Hay un N tal
que ∀n ≥ N, d(xn , p) < ε. Luego, si k ≥ N , será nk ≥ nN ≥ N , por lo que d(xnk , p) < ε.
La vuelta es trivial, ya que {xn } es subsucesión de sí misma.
Proposición 33. Sea {xn } una sucesión en el espacio métrico (X, d), y sea p un punto de X.
p es punto de acumulación de {xn } si, y sólo si, cualquier entorno de p posee infinitos términos
de {xn }.
13
Teorema 34. El conjunto de puntos de acumulación de una sucesión es un conjunto cerrado.
Demostración. Sea {xn } una sucesión en el espacio X. Denotemos por E al campo de varia-
bilidad de {xn } y por E ∗ al conjunto de puntos de acumulación de {xn }. Sea q un punto de
acumulación de E ∗ . Veamos que q ∈ E ∗ . Sea z0 ∈ E ∗ − {q} tal que d(z0 , q) < 1/2. Sea xn0 ∈ E
tal que d(z0 , xn0 ) < 1/2. Tenemos entonces que d(q, xn0 ) ≤ d(q, z0 ) + d(z0 , xn0 ) < 1. Elijamos
ahora z1 ∈ E ∗ − {q} tal que d(z1 , q) < 1/4, y n1 tal que n1 > n0 y d(z1 , xn1 ) < 1/4. Tal
elección es posible, pues, siendo z1 un punto de acumulación de {xn }, hay una subsucesión
infinita de {xn } que converge a z1 . Se tiene que d(q, xn1 ) ≤ d(q, z1 ) + d(z1 , xn1 ) < 1/2. Con-
tinuando de esta manera, para cada k ∈ N, sea zk ∈ E − {q} tal que d(q, zk ) < 1/(2k + 2) y
sea nk > nk−1 tal que d(zk , xnk ) < 1/(2k + 2). Se tendrá entonces que {xnk } converge a q, pues
d(q, xnk ) ≤ d(q, zk ) + d(zk , xnk ) < 1/(k + 1), por lo que q ∈ E ∗ .
Teorema 35. Si {xn } es una sucesión en el espacio métrico compacto X, entonces {xn } tiene
un punto de acumulación en X.
Demostración. Sea (X, d) un espacio métrico compacto, y {xn } una sucesión de Cauchy en
X. {xn } tiene un punto de acumulación p en X (teor. 35). Sea {xnk } una sucesión tal que
lı́mk→∞ xnk = p. Veamos que lı́mn→∞ xn = p: para ε > 0, sea N1 ∈ N tal que ∀m, n ≥
N1 , d(xm , xn ) < ε/2, y N2 ∈ N tal que ∀k ≥ N2 , d(p, xnk ) < ε/2. Sea N = máx{N1 , N2 }. Notar
que, siendo nN ≥ N , será nN ≥ N1 ; además, N ≥ N2 . Para m ≥ N (y por tanto m ≥ N1 ), se
tiene d(p, xm ) ≤ d(p, xnN ) + d(xnN , xm ) < ε.
Teorema 37. Sea X un espacioT métrico compacto, y {Vn }n∈N una familia de subconjuntos
abiertos densos en X. Luego, n∈N Vn es densa en X.
Demostración. Sean x ∈ X y ε > 0 arbitrarios. Debemos mostrar que hay un y ∈ n∈N Vn tal
T
que d(x, y) < ε (prop. 4).
Hagamos x0 = x y δ0 = ε/2. Por la Proposición 13, para cada n ≥ 1, existe xn ∈ X y δn > 0
tal que
n−1
!
\
Bδn (xn ) ⊂ Vk ∩ Bδn−1 (xn−1 )
k=0
Por ser X compacto, la sucesión {xn } tiene un punto de acumulación y ∈ X (teor. 35). Se
cumple
Bδ0 (x0 ) ⊃ Bδ1 (x1 ) ⊃ Bδ2 (x2 ) ⊃ · · ·
por lo que y ∈ Bδn (xn ) ⊂ Vn para todo n. Luego, y ∈ n∈N Vn . Ya que y ∈ Bδ0 (x0 ) ⊂ Bε (x), se
T
sigue que d(x, y) < ε.
14
3.2. Límites superior e inferior
Un caso particular es el del espacio métrico de los reales con la métrica usual. Decimos que
una sucesión de números reales {xn } converge a ∞ si ∀M ∈ R, ∃N ∈ N : ∀n ≥ N, xn ≥ M .
Análogamente, lı́mn→∞ xn = −∞ si ∀M ∈ R, ∃N ∈ N : ∀n ≥ N, xn ≤ M .
Sea {xn } una sucesión de números reales, y E el conjunto de sus puntos de acumulación. Se
define el límite superior de {xn } como lı́m sup xn = sup E, y el límite inferior de {xn } como
lı́m inf xn = ı́nf E. A la luz de la Proposición 12 y del Teorema 34, se verifica que lı́m sup xn
pertenece a E, así como lı́m inf xn .
Proposición 38. lı́m sup xn = ∞ si, y sólo si, {xn } no está acotada superiormente.
Demostración. Si lı́m sup xn = ∞, hay una subsucesión {xnk } que converge a ∞. Sea M ∈ R.
Existe un k ∈ N tal que xnk > M . Como xnk es un término de {xn }, ésta es no acotada.
Recíprocamente, sea {xn } no acotada superiormente. Luego hay un n0 tal que xn0 > 0.
Notar que la sucesión {xn0 +1 , xn0 +2 , . . .} es no acotada. Por ello, existe n1 > n0 tal que xn1 >
1. Similarmente, para cada k > 1, hay un nk > nk−1 tal que xnk > k (pues la sucesión
{xnk−1 +1 , xnk−1 +2 , . . .} es no acotada. Entonces la subsucesión {xnk } así formada converge a ∞,
por lo que lı́m sup xn = ∞.
Proposición 39. Si t > lı́m sup xn , existe N ∈ N tal que para todo n ≥ N , xn < t.
Demostración. Sea s = lı́m sup xn . Si s = ∞, no hay nada que probar. Si s ∈ R, {xn } es
acotada superiormente. Sea M ∈ R tal que ∀n ∈ N, xn < M . Supongamos que el enunciado
fuese falso, es decir, supongamos que ∀N ∈ N, ∃n ≥ N : xn ≥ t. Sea n0 tal que xn0 ≥ t. Sea
n1 ≥ n0 + 1 tal que xn1 ≥ t. Continuando de este modo, encontramos una subsucesión {xnk }
íntegramente contenida en el compacto [x, M ]. Esa subsucesión tiene un punto de acumulación
en [x, M ] (teor. 35) que también es punto de acumulación de {xn }, pero mayor que lı́m sup xn .
Contradicción.
Consideraciones análogas valen para lı́m inf xn .
15
Corolario 41. Si una función tiene límite cuando x tiende a p, el límite es único.
Demostración. La conclusión se sigue de los Teoremas 28 (inciso 2) y 40.
Supongamos que (X1 , d1 ), (X2 , d2 ) y (X3 , d3 ) son tres espacios métricos, que f es una función
de D1 ⊂ X1 en X2 y que g es una función de D2 ⊂ X2 en X3 , con f (D1 ) ⊂ D2 . La función
compuesta g ◦ f : D1 → X3 está bien definida. Supongamos que p es punto de acumulación
de D1 y que lı́mx→p f (x) = L1 . Supongamos también que L1 es punto de acumulación de D2 ,
y que lı́mx→L1 g(x) = L2 . Resulta entonces natural preguntarse por la existencia del límite
de la composición cuando x tiende a p. Lo primero que la intuición nos hace pensar es que
lı́mx→p g(f (x)) existe y vale también L2 . Sin embargo...
Ejemplo 42. Sea X1 = X2 = X3 = R con la métrica euclídea. Sean f y g las funciones de R
en R dadas por
1 si x = 0
f (x) = 0 g(x) =
0 si x 6= 0
Observemos que lı́mx→0 f (x) = 0 = lı́mx→0 g(x), pero g ◦ f es la función constante igual a 1,
por lo que lı́mx→1 g(f (x)) = 1.
Reconociendo la equivocación en nuestra intuición, podríamos pensar entonces que el límite
de la composición debe existir cuando x tiende a p, aún sin ser igual a L2 . Sin embargo...
Ejemplo 43. Sea X1 = X2 = X3 = R con la métrica euclídea. Sean f y g las funciones de R
en R dadas por
0 si x ∈ Q 1 si x = 0
f (x) = g(x) =
x si x ∈
/Q 0 si x 6= 0
Observemos que f (x) = 0 si, y sólo si, x ∈ Q. Tenemos que lı́mx→0 f (x) = 0 = lı́mx→0 g(x),
pero
1 si f (x) = 0 1 si x ∈ Q
g(f (x)) = =
0 si f (x) 6= 0 0 si x ∈
/Q
de modo que no existe límite de la composición cuando x tiende a 0.
Veremos luego que, bajo ciertas condiciones sobre la función g, el límite efectivamente existe.
4.2. Continuidad
Sean (X, dX ), (Y, dY ) dos espacios métricos, E ⊂ X, f una función de E a Y y p ∈ E.
Decimos que la función f es continua en p si ∀ε > 0, ∃δ > 0 : ∀x ∈ E, dX (x, p) < δ ⇒
dY (f (x), f (p)) < ε. Si f es continua en todo punto de E, decimos que f es continua en E.
Nótese que, para p ∈Y E, f es continua en p si, y sólo si, para todo ε > 0, existe δ > 0 tal
X
que f E ∩ Bδ (p) ⊂ Bε (f (p)).
Observar que, para que f sea continua en p, f debe estar definida en p.
Si p es un punto aislado de E, f es continua en p. Si p es un punto de acumulación de E, se
tiene que f es continua en p si, y sólo si, lı́mx→p f (x) = f (p). En consecuencia, si f es continua
en p y {xn } es una sucesión que converge a p, se tiene que lı́mn→∞ f (xn ) = f (p) (teor. 40),
lo cual suele recordarse diciendo que los procesos de tomar límite de sucesión y evaluar f son
intercambiables: lı́mn→∞ f (xn ) = f (lı́mn→∞ xn ).
Proposición 44. Sean (X1 , d1 ), (X2 , d2 ) y (X3 , d3 ) tres espacios métricos. Supongamos que f
es una función de D1 ⊂ X1 en X2 y que g es una función de D2 ⊂ X2 en X3 , con f (D1 ) ⊂ D2 .
Supongamos también que p es punto de acumulación de D1 , que lı́mx→p f (x) existe, y que g es
continua en él. Entonces, lı́mx→p g(f (x)) = g( lı́mx→p f (x)).
16
Demostración. Llamemos L1 = lı́mx→p f (x). Por la continuidad de g en L1 , tenemos que
lı́mη→L1 g(η) = g(L1 ). Sea ε > 0. Existe r > 0 tal que si d2 (η, L1 ) < r, entonces d3 (g(η), g(L1 )) <
ε. Correspondiente a ese r > 0, existe δ > 0 tal que si 0 < d1 (x, p) < δ y x ∈ D1 , entonces
(f (x), L1 ) < r. En consecuencia, para todo x ∈ D1 tal que 0 < d1 (x, p) < δ, se tiene que
d2
d3 g(f (x)), g(L1 ) < ε. Esto muestra que lı́mx→p g(f (x)) = g(L1 ), según queríamos probar.
Demostración. Sea ε > 0. Hay un δ > 0 tal que si x ∈ BδX (p), f (x) ∈ BεY (f (p)). Veamos
que para todo x ∈ BδS (p), f |S (x) ∈ BεY ( f |S (p)): si x ∈ BδS (p), x ∈ BδX (p) y x ∈ S; luego
f (x) ∈ BεY (f (p)); ya que p y x están en S, es f |S (x) = f (x) y f |S (p) = f (p); entonces
f |S (x) ∈ BεY ( f |S (p)). Por lo tanto, f |S es continua en p.
Teorema 47. Sea f una función del espacio métrico X al espacio métrico Y , y x0 un punto
en X. f es continua en x0 si, y sólo si, para todo subconjunto V de Y que sea abierto en Y y
que contenga a f (x0 ), x0 es un punto interior de f −1 (V ).
un punto interior de f −1 (V ).
Supongamos ahora que x0 es un punto interior de f −1 (V ) siempre que V es un subconjunto
abierto de Y que contenga a f (x0 ). Sea ε > 0. Tomando V = BεY (f (x0 )), que es abierto y
contiene a f (x0 ), por nuestra hipótesis tenemos que x0 es punto interior de f −1 (V ), es decir,
existe δ > 0 tal que BδX (x0 ) ⊂ f −1 (V ). Por lo tanto, f BδX (x0 ) ⊂ f f −1 BεY (f (x0 )) ⊂
Corolario 48. Sea f una función del espacio métrico X al espacio métrico Y . f es continua en
X si, y sólo si, para todo subconjunto V de Y que sea abierto en Y , f −1 (V ) es un subconjunto
abierto de X.
Corolario 49. Sea f una función del espacio métrico X al espacio métrico Y . f es continua en
X si, y sólo si, para todo subconjunto V de Y que sea cerrado en Y , f −1 (V ) es un subconjunto
cerrado de X.
17
Para la vuelta, sea U abierto en Y . Entonces, U c es cerrado en Y , por lo que, de acuerdo a
c
la hipótesis, es f −1 (U c ) cerrado en X, es decir, [f −1 (U )] es cerrado en X, de donde f −1 (U ) es
abierto en X. Habiendo demostrado que la preimagen de cualquier abierto de Y es un abierto
en X, tenemos que f es continua (teor. 48).
Demostración. Sea {Vi }i∈I unScubrimiento por abiertos paraSf (K). La familia {fS−1 (Vi )} i∈I
es cubrimiento para K, pues i∈I Vi ⊃ f (K) y por lo tanto i∈I f −1 (Vi ) = f −1 i∈I V i ⊃
f −1 (f (K)) ⊃ K. Además, cada f −1 (Vi ) es abierto en X (teor. 48). Luego, {f −1 (V )}
Si i∈I posee un
subcubrimiento finito para K, digamos {f −1 (Vi1 ), . . . , f −1 (Vin )}. Es decir, K ⊂ nj=1 f −1 (Vij ) =
S
f −1 nj=1 Vij . De allí, f (K) ⊂ f f −1 n
⊂ nj=1 Vij , por lo que {Vi1 , . . . , Vin } es
S S
j=1 V i j
Corolario 51. Sea f una función continua del espacio métrico (X, d) en (R, euclídea), y K un
subconjunto compacto de X. Entonces, existen xm , xM ∈ K tales que para todo x ∈ K, f (xm ) ≤
f (x) ≤ f (xM ).
Demostración. Sea S = sup f (K). Se tiene que para todo x ∈ K, f (x) ≤ S. f (K) es compacto
(teor. 50), y entonces cerrado, en R. De allí que S ∈ f (K) (prop. 12), es decir, existe xM ∈ K
tal que f (xM ) = S. Luego, para todo x ∈ K, es f (x) ≤ f (xM ). Lo referente a xm es análogo.
Teorema 52. Sea f una función continua biyectiva del espacio métrico compacto X al espacio
métrico Y . Entonces, la función inversa de f es una función continua de Y en X.
Teorema 53. Sea f una función continua del espacio métrico X en el espacio métrico Y , y E
un subconjunto conexo de X. f (E) es un subconjunto conexo de Y .
18
4.3. Equivalencia métrica y homeomorfismo
Sobre un conjunto X cualquiera puede haber definidas varias métricas. Por ejemplo, en
el caso de R2 , una métrica puede ser la euclídea de y otra la de Manhattan dM , definidas
respectivamente así, para x = (x1 , x2 ), y = (y1 , y2 ):
p
de (x, y) = (x1 − y1 )2 + (x2 − y2 )2 dM (x, y) = |x1 − y1 | + |x2 − y2 |
En este ejemplo, ambas métricas dan aproximadamente la misma idea de distancia: dos puntos
“cercanos” (o “lejanos”) según una de ellas también estarán “cerca” (o “lejos”) según la otra. Pero
no siempre ocurrirá así. Esto lleva a la siguiente definición:
Dos métricas d1 y d2 para un espacio métrico X se dicen equivalentes si existen dos
constantes reales c1 y c2 con 0 < c1 < c2 tales que, para todos x, y ∈ X con x 6= y se tiene que
d1 (x, y)
c1 ≤ ≤ c2
d2 (x, y)
En el caso de R2 con las métricas euclídea y de Manhattan, podemos tomar c1 = 1/2 y
c2 = 1 para verificar que ambas son equivalentes. Un ejemplo de métricas no equivalentes es
X = R2 − {(0, 0)}, d1 la métrica euclídea, y d2 (x, y) = | |x| − |y| | + |θ|, siendo θ el menor de
los ángulos determinados por los vectores x e y.
Dos espacios métricos (X1 , d1 ) y (X2 , d2 ) se dicen equivalentes si existe una función h :
X1 → X2 biyectiva tal que la métrica dˆ1 para X1 definida por dˆ1 (x, y) = d2 (h(x), h(y)) es
equivalente a la métrica d1 .
Dos espacios métricos (X1 , d1 ) y (X2 , d2 ) se dicen homeomorfos si existe una función
h : X1 → X2 continua y biyectiva cuya inversa es también una función continua.
El concepto de espacios métricos homeomorfos es más débil que el de equivalentes: dos
espacios
1 equivalentes son homeomorfos. La recíproca no es cierta: tomando X1 = N y X2 =
: n ∈ N , ambos con la métrica euclídea, vemos que ambos son homeomorfos (h(x) = 1/x)
n
pero no equivalentes.
Hay muchas propiedades que se conservan por equivalencia métrica. Por ejemplo, si dos
espacios son equivalentes y uno de ellos es completo, el otro también lo es.
19
Resulta que conforme k se hace cada vez más grande, Bk se hace tanto más parecido a un
determinado conjunto que tiene, en general, la característica fractal de la autosimilaridad. Ese
conjunto límite se denomina atractor del sistema de funciones iteradas, y tiene la sorprendente
característica de que no depende del conjunto inicial del cual arranca el proceso iterativo.
Por ejemplo, para un SFI de tres transformaciones dadas por
z z+1 z+i
w1 (z) = 2
w2 (z) = 2
w3 (z) = 2
y conjunto inicial B0 = {i}, algunos elementos de la sucesión {Bk }k∈N se muestran en la figura
siguiente.
B0 B4 B6 B8
20
Teorema 56. Sea f : X → X una contracción del espacio métrico completo (X, d). Entonces,
f posee un único punto fijo xf ∈ X, que además satisface que
para todo x ∈ X, lı́m f [k] (x) = xf
k→∞
21
Lema 61. Sea B un subconjunto compacto no vacío de C. Definamos la función f : C → C
mediante f (z) = dp (z, B). Entonces, f es continua en C.
Demostración. Debemos ver que
H = {B ⊂ C : B es compacto y B 6= ∅}
22
Antes de definir una distancia para H, deduciremos propiedades adicionales de dc .
∀a ∈ A, b ∈ B, c ∈ C, |a − b| ≤ |a − c| + |c − b|
Luego,
∀a ∈ A, c ∈ C,ı́nf {|a − b| : b ∈ B} ≤ |a − c| + ı́nf {|c − b| : b ∈ B}
de donde
∀a ∈ A, c ∈ C, dp (a, B) ≤ |a − c| + dp (c, B)
Ahora sea a ∈ A. Elijamos c∗ ∈ C tal que dp (a, C) = |a − c∗ | (proposición 58). Tenemos
que
así que
Demostración.
23
1. Dados A, B ∈ H, dc (A, B) y dc (B, A) son números reales no negativos (proposición 65),
luego h (A, B) también lo es.
Con no poco trabajo y consideraciones más específicas de los espacios métricos, es factible
mostrar el siguiente resultado, que nosotros admitiremos sin demostración.
5.2. Atractores
Más arriba hemos visto que el proceso iterativo de un SFI consiste en generar una sucesión
de conjuntos aplicando reiteradamente la unión de transformados w1 (Bk−1 ) ∪ · · · ∪ wn (Bk−1 ).
Formalmente, estamos considerando la transformación
W : H→H
W (B) = w1 (B) ∪ · · · ∪ wn (B)
Para ver que efectivamente W (B) ∈ H toda vez que B ∈ H, empecemos recordando que
cada wj es una transformación contractiva en C.
24
Demostración. Puesto que B es compacto no vacío y que para cada j ∈ {1, . . . , n}, wj es
continua (lema 72), cada wj (B) es compacto no vacío (teorema 50), de donde w1 (B) ∪ · · · ∪
wn (B) es no vacío, y compacto pues es unión finita de conjuntos cerrados y acotados (teorema
9).
La transformación W definida más arriba no sólo está bien definida en H, sino que, más
aún, es contractiva.
W : H→H
W (B) = w1 (B) ∪ · · · ∪ wn (B)
25
2. Paso inductivo: supongamos que hay n + 1 transformaciones contractivas w1 , . . . , wn+1 .
Designemos por T a la transformación de H en H dada por T (B) = w1 (B) ∪ · · · ∪ wn (B).
Por hipótesis de inducción, T es contractiva con factor s = máx {s1 , . . . , sn }. Sean B, C ∈
H. Entonces, teniendo presente el lema 74,
A = w1 (A) ∪ · · · ∪ wn (A)
de donde se ve que si las wj son similitudes, entonces el atractor puede verse compuesto de n
copias más pequeñas de sí mismo, es decir, goza de la propiedad de autosemejanza.
EJERCICIOS
26
4. Sean X = {1, 2, 3, 4, 5}, Y = {a, b, c} y f : X → Y dada por f (1) = f (4) = b, f (2) =
f (3) = f (5) = c. Considerar A = {1}, B = {2, 3, 5}, C = {a, b}, D = {b}. Obtener
f (A), f (A ∪ B), f (A) ∪ f (B), f (A ∩ B), f (A) ∩ f (B), f (X), f −1 (C), f −1 (D), f −1 (Y ),
f −1 (f (A)), f (f −1 (Y )).
5. Demuestre todas las propiedades referidas a conjuntos, funciones, supremos e ínfimos
enumeradas en la sección de Preliminares.
6. Para cada una de las siguientes funciones de R2 en R, decidir si es o no una métrica para
el conjunto de los números reales:
a) d(x, y) = (x − y)2
√
b) d(x, y) = x − y
c) d(x, y) = |x2 − y 2 |
|x−y|
d ) d(x, y) = 1+|x−y|
si x = y
0
d(x, y) = − mı́n{i:xi 6=yi }
2 si x =
6 y
e) X el conjunto de todas las funciones de [−2π, 2π] en R que son continuas en todo su
dominio (excepto en a lo sumo una cantidad finita de puntos, en los que hay saltos
finitos), d(f, g) = sup{|f (x) − g(x)| : x ∈ [−2π, 2π]}
f ) X el conjunto de todas las funciones de [−2π, 2π] en R que son continuas en todo su
dominio (excepto Zen a lo sumo una cantidad finita de puntos, en los que hay saltos
2π
finitos), d(f, g) = |f (x) − g(x)|dx
−2π
g) X = X1 ×X2 (donde (X1 , d1 ) y (X2 , d2 ) son espacios métricos), d ((x1 , x2 ), (y1 , y2 )) =
máx{d1 (x1 , y1 ), d2 (x2 , y2 )}
8. Para los incisos 7a a 7e del ejercicio anterior, trate de visualizar la forma que tienen los
entornos. Por ejemplo, para 7a, puede decir que el entorno de radio r alrededor de x es
el intervalo (x − r, x + r).
9. Para los incisos 7e y 7f del ejercicio 7, encontrar las respectivas distancias entre las
funciones dadas por
−1 si x 6= π6
f (x) = −1 g (x) = cos x h (x) =
6 si x = π6
Para cada pareja de esas funciones, ¿en cuál de los dos espacios métricos están más
“cercanas”?
27
10. Mostrar que, en el espacio R2 con la métrica euclídea, la clausura de un entorno Br (x)
es el conjunto {y ∈ R2 : |x − y| ≤ r}. ¿Es cierto que, en cualquier espacio métrico X, la
clausura de Br (x) es {y ∈ X : d(x, y) ≤ r}? Justifique.
11. Muestre ejemplos de puntos de acumulación de conjuntos en los espacios métricos del
ejercicio 7.
15. Sea (X, d) un espacio métrico y S ⊂ X. Mostrar que S es denso en X si, y sólo si, para
cada x ∈ X y cada r > 0, Br (x) contiene al menos un punto de S.
16. Sea K = {0} ∪ {(n + 1)−1 : n ∈ N}. Mostrar que K es un subconjunto compacto de R
con la métrica euclídea, utilizando la definición de compacidad.
17. En el espacio de los reales con la métrica euclídea, mostrar que el intervalo (0, 1) no es
compacto, dando un ejemplo de cubrimiento por abiertos que no posea subcubrimiento
finito.
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a) ¿Es E compacto en el espacio de los reales con la métrica euclídea?
b) ¿Es E compacto en el espacio de los reales con la métrica discreta?
21. En el espacio métrico de los racionales con la métrica euclídea, considerar E = {x ∈ Q :
2 < x2 < 3}. Mostrar que E es cerrado y acotado, pero no compacto. ¿Es E abierto en
Q?
22. Sea X = {x ∈ R : 0 ≤ x ≤ 1}, con la métrica euclídea, y E el subconjunto de todos los
números de X cuya parte decimal tiene infinitos dígitos que son sólo 2 o 3. ¿Es E denso?
¿Es E compacto?
23. Encontrar el conjunto de puntos de acumulación de la sucesión {xn } ⊂ R2 definida como
sigue: −1
(n , (−1)n + n−1 ) si ∃k ∈ N : n = 3k
xn = (3(−1)n , 2) si ∃k ∈ N : n = 3k + 1
((−5)(−1)n , 3 + 2−n ) si ∃k ∈ N : n = 3k + 2
24. En el espacio métrico del ejercicio 7d , se definen las sucesiones {x(n) }n∈N , {y (n) }n∈N me-
diante:
1 si n es factor de i 0 si n e i son ambos pares
(n) (n)
xi = yi =
0 en otro caso 1 en otro caso
Calcular lı́mn→∞ x(n) , verificándolo por definición, y demostrar que {y (n) }n∈N no es con-
vergente. Especificar los puntos de acumulación de ambas sucesiones.
25. Demostrar que cualquier sucesión {xn } de números reales satisface lı́m inf xn ≤ lı́m sup xn
y que la igualdad vale si, y sólo si, la sucesión converge.
26. Sean {xn } e {yn } dos sucesiones de números reales. Mostrar que lı́m sup(xn + yn ) ≤
lı́m sup xn + lı́m sup yn (siempre que el lado derecho no sea de la forma ∞ − ∞). A través
de un ejemplo, mostrar que la desigualdad puede ser estricta.
27. Mostrar que si f es una función continua del espacio métrico compacto X en el espacio
métrico Y , y K es un subconjunto compacto de Y , entonces f −1 (K) es un subconjunto
compacto de X.
28. Sea (X, d) un espacio métrico, y a un punto de X. Se define la función f del espacio
métrico (X, d) en el espacio métrico (R, euclidea) mediante f (x) = d(x, a). Mostrar que
f es continua.
29. En el espacio métrico del ejercicio 7d , se define la función σ : X → X de la siguiente
forma: σ ({xn }n∈N ) = {xn+1 }n∈N . Por ejemplo, σ(011101110111 . . .) = 11101110111 . . .
Mostrar que σ es continua y sobreyectiva, pero no inyectiva.
30. Sean (X, dX ) y (Y, dY ) espacios métricos, f : X → Y , y S ⊂ X. Se dice que f es
uniformemente continua en S si
∀ε > 0, ∃δ > 0 : ∀x ∈ S, ∀w ∈ X, dX (x, w) < δ ⇒ dY (f (z), f (w)) < ε
Es decir, en la continuidad uniforme, fijado ε, se obtiene δ que sirve para todo x ∈ S.
Obviamente, toda función uniformemente continua en S es continua en S, pero la recíproca
no es cierta en general.
Probar que si S es compacto y f es una función continua en S, entonces f es uniforme-
mente continua en S.
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31. Sea X = {x ∈ R : 0 ≤ x ≤ 31 } con la métrica euclídea. Probar que la función dada por
f (x) = x2 + 15 es una contracción en X. ¿Es f una contracción en R?
A mano o con ayuda de calculadora
q científica, obtener los diez primeros términos de la
1 1 1
órbita de 0, de 5 , de 3 y de 1 − 5 /2.
32. Sea (X, d) un espacio métrico completo, x un punto cualquiera de X, y f una contracción
en X, con factor de contracción s.
(Sugerencia: hacer triangulación con f (x), f [2] (x), . . . , f [n−1] (x) y aplicar el inciso
anterior)
Demostrar que f [n] (x) n∈N es una sucesión de Cauchy, y por lo tanto tiene límite
que llamaremos xF .
Mostrar que xF es un punto fijo de f .
Probar que si y ∈ X satisface que f (y) = y, entonces y = xF .
Observar que queda demostrado el Teorema del Punto Fijo de las transfor-
maciones contractivas.
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