algunos es la obra maestra de Fuentes: Cambio de mo de su producción, muy marcada por
sus orígenes y formación: hijo de un diplomático mejicano y de madre norteamericana, en sus
novelas confluyen las culturas hispana, indígena y anglosajona, y su arraigado y convencido culturalismo lo ha convertido en un autor relativamente minoritario.
de la existencia humanas. Obras posteriores tampoco consiguieron ni la altura literaria
ni el reconocimiento que Fuentes pretendía, al menos no hasta la publicación de Gringo viejo (1985), que puede ser tenida por otra de sus grandes creaciones. Frente a larga extensión de la mayoría de sus obras, Gringo viejo es una novela corta con la que Fuentes recupera su obsesión por las implicaciones de la Revolución Mexicana, esta vez recurriendo a la leyenda en torno a la muerte del escritor estadounidense Ambrose Bierce, según la cual éste se adentró en territorio mejicano en plena revolución buscando la muerte (véase en el Volumen 7 el Epígrafe 4.b.I. del Capítulo 10).gado. Sería La región más transparente (1958) la obra en que Fuentes daría por vez primera la medida de su talento: siguiendo la línea de la novela urbana de tema crítico, nos ofrece un retrato moral de la ciudad de México centrándose en las nuevas generaciones de intelectuales y en el capitalismo como contrapunto de los ideales revolucionarios que un día alentaran al pueblo mejicano. La región más transparente interesa, básicamente, por su carácter experimental, que rompe con el resto de la narrativa mejicana; así como por su particular conciliación de indigenismo y culturalismo, gracias a la cual se integran elementos de la tradición pre-hispánica y los de la actual civilización de la imagen. Una intención eminentemente crítica preside también La muerte de Artemio Cruz (1962), una de las novelas de Fuentes más justamente celebradas. Frente al fragmentarismo estructural y al barroquismo expresivo de su anterior novela, La muerte de Artemio Cruz apuesta por un estilo de clásica concisión y por una estructura simple —ambos de indudable modernidad— para ofrecernos un profundo análisis del fracaso de la revolución. La novela está dispuesta en doce capítulos que abarcan las doce horas de agonía del anciano oligarca Artemio Cruz, durante las que un narrador y él mismo —a través del monólogo interior y del diálogo con su conciencia— reconstruyen su vida de enriquecimiento, poder y traición a los ideales revolucionarios.
piel (1967), una novela asociada al movimiento «beat» norteamericano (véase el
Epígrafe 3.c.I. del Capítulo 6) y que hace suyo el moderno mito de la carretera como modo de vida marginal. Sirviéndose de los recursos de la nueva narrativa y de elementos de otras artes — pintura y cine, fundamentalmente—, Cam Los inicios de la obra de Fuentes están vinculados a los de la generación mejicana que, por los años cincuenta, comenzó a incorporarse a las nuevas formas narrativas en su intento de superar el «indigenismo» oficial y de distanciarse de la Revolución como referente obli aunque en ella pueda encontrarse al F Después de alguna obra de menor aliento y de unos años de silencio creativo, Fuentes publicó Terra nostra (1975), una novela ambiciosa pero fallida. Carente de agilidad uentes total, intérprete no sólo de la historia, la cultura y la vida mejicanas, sino también de la civilización y bio de piel resume los ideales y las inquietudes de finales de los sesenta: los comportamientos sexuales, la angustia existencial y la crisis de las relaciones personales e institucionales tienen su lugar en esta novela cuyo telón de fondo es, sin embargo, el México más profundo y ancestral, que se impone con la fuerza de su irracionalidad y de su misterio en esta época de radical inseguridad.
narrativa, excesivamente simbólica y repleta de alusiones culturalistas, Terra nostra
resulta en verdad complejísima y exige del lector una vasta cultura,