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Cómo se rezagó

la América Latina
Eiisayos sobre las historias
económicas de Brasil y Méxic.0,
I8GO-l?l4

STEPHEN HAEER
(COMPII~ADOF.)

F O N D O D E CULTL'RA E C O N ~ ~ V I I C . I
~II;:S!CO
Pi imera edición en inglés, 1997
Primera edición en español, 1999

I:ste volumen de enszyos surgió de una coiifcreiicia realizada en


la Universidad de Stanford en enero de 1992. Ahí se reunió a his-
toriadores económicos d e la América Latina, ccr\iiomistas del des-
arrollo, histcriadores d e la tecnolo[;ía, politó!ogos e I-iistoriadores
- - .. c c o ~ ~ ó m i c de
o s Europa y los Estados Unidos. I,a reunión tenía dos
propssitos: comprender las causas del mal dcsernpeño económico
ADQ.. 184736 : de la América Latina durante el siglo X I X y encontrar un marco
inetodológico común entre historiadores latiiioan~ericanose his-
toriadores económicos de los Estados Unidos y la Europa Occi-
dental. Los capítuios que constit~iyeneste libro no son los ensayos
ECONOMIA presentados en la conferencia, pero represeiiLan los resultados d e
ires días d e discusión y debate. En erecto, al::uiios participantes
decidieron revisar su trabajo por completo, inientrns que otros
erisayos s e escribieron posteriornienie.
Los autores d e este volumen estamos cn lcutlri con todos los
participantes d e la conferencia por s ~ i idcii.
s . s ~ i ~ r ~ ~ : i ~ cy npre-
cias
gilntas. Tales participantes fueron Fretiericl< Rowser, Enrique
Cárdei~as,Margaret Chowning, John t i . Coniswoi.th, Janles Con-
klin, Paul David, Lance E. Davis, Strinlcv 1 . Eiigerinan, Albert
Traducción de Fishlow, Avner Greif, Stephen Hzber, ,\ni1 _i G .Hanley, Terry
Eduardo L. Suárez Lynn Knrl, Nathaniel Leff, 3ouglas Cole T,il.')y, Cai.:os Marichal,
Título origina!: :íath!cen M o r r i s ~ nRobrrt
, A. Prizkcnharii, 1 ,iinclr!) PJ-adosde la
How Latin Ai?iericaFe11 2ehiizd. Essays ofi t h s Econo~lzir,H;stoi-ies Zscgsurn, Nathan Eiosr~berg,je,in-La~,i.ci:t .:c;::cntiial, Richard
of Brazil and Mexico, 1600-1914 Saivllcci, Julie Schaffner, Kenccth L. Sol< ~loff,'dilliam Sum-
1997 by Board of Trustees of the 1,eland Stanford Junior University.
D . 13. O merhill, John D. Wirth, Gavin Wright y h'íai-:. A. Yeager.
Reservados todos los derechos. Traducido y publicado por acuerdo con Sraliford El Ceritro d e Estudios Latinoamericano de la Tlniversidad
University Press. de Stanford propoicionO un donativo par2 i ; act!ial:~aci61l
~ d r la
ISRN 0-8647-2738-4 investigaci0n que constituy6 un gia;i apoyo fi..;incierc, par2 la con-
fcrericia y la elaboración @ eesti' volunic~~i':'eneníos una grar?
D. R O 1999, FONDO DE C U L T U R A ECONÓMICA deuda con Terry Lynn Kar!, director dcl ce! '1.0, y Icathlee~.Mo-
Carretera Picacho-Ajusco 227. 14200 México, D.F i-rison, directora esociada, por si; geiicras ! ayuda. Se recibió
Prohibida la reproduccióti total 3 parcial de esta obra intelect~ial,por cua!quier apoyo adicional d e los departamentos de e c arioniía e 11isic;ria de
8 medio, incluyendo el diseno tipográfico y de cubierta, sin el conseiitimiento
del editor otorgado por escrito.
la Universidad de Sianford, el Foiido Hev.le. dcl Instituto de Es-
tudios Intertiaciona!es de Stanfai-d, y e ! 2,g r a n l a de Ciencia,
ISBN 968-16-5751-9 Tecrioiogía y Sociedad de Stanford. Agrade emos n los directo-
res de estos departamentos e institutos en 997: Gavin Wrigth
Impreso en México (economía), David Kennedy ( h i ~ t o r i a )if'a:
, > r t'alcon (estudios
CÓMO SE REZAGÓ LA AMÉRICALATINA

internacionales) y Timothy Lenoir (ciencia, tecnología y socie-


dad).
Estamos e n deuda tambiXn con el personal editorial de la Stan-
ford Un~versityPress y su director, Norris Pope. En particular,
queremos expreser nuestro agradecimiento a Charles Allen y Stephen Haber
John Feneron por su orientación editorial, su eficiencia y su pro-
Fesionalismo smable en la producción de este volumen. Moramay
López Alonso y Armando Razo ayudaron hábilmente a la prepa-
ración del manuscrito. Agradecemos igualmente la cooperación
de John Coatsworth, quien leyó y comentó este volumen en su to-
talidad. LA BRECHA enorme que separa los ingresos p e r capita de las
ecoriomías principales de la América Latina y las econoniíris del
Atlántico Norte no es iin producto del siglo XX. La proporción ingre-
sosper cayira latinoamericanos/ingresosper capita de la 01-gani-
zación p2ra la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OcnE) ha
sido notoriameiite estable durante los pasados noventa anos.[ Más
bien, la brecha del ingreso es un producto de los siglos XViIr y XIX.
Durante ese periodo. las econorriías del Atlántico Norte experi-
mentaron un proceso de :ransforrnación estructural qiie generó
un crecimiento económico sosteniciu. Las ccüi:amías d e la A ! ~ é r i
ca Latina no siguieron esta vía de crecimieiito, estancandose dlLi-
rante la mayor parte del periodo. De acuerdo con una estiniacióri,
entre 1800 y 1913 el producto interno bruto (PIB) p e r capita cre-
ció una vez y media e n México y nada en absoluto eri Brasil. El 1)IB
per capita de los Estados Unidos s e sextuplicó durante e! niismo
:~criodo.En lb00 el icgreso per cupita de los Estados Uiiidos erc:
ligerameiite inenor que el aobie del d e México y aproximadameri-
te cl mismo q u e el de Brasil. Para 1913 el PIB de los Estados Uni-
dos era cuatro veces mayor cliie el d e México :J siete veces mayor
qge el de Brasil ?
Lds con~ecuenciasde este retraso de! desarrollo e c ~ n ó x i c ode
la Aniéricz Latina han dominado la investigación histórica latino-
americana desde su comienzo como una disciplina académica en
los ~ ñ o cuarenta.
s En gran medida, la historia latinoa~nericana
' El autor desea agradecer a Jeremy Adelman, Edward Bzatty, Jcffrey L 30:-tz,
XIarsy A. H a b e r , A n n e G . Hanley, Kebecca Horn, l i e r b e r t S. KLein, LIarh Kleinrn:\n.
X!ine Krueger, Dutiglas Cole Lihby, :iuel Llaurer, Robert Packenham. 5lario Pasto-
re, Jean-Laurent Rosenthal, Richard Sal?riicci, Kennetli Id S7j<.'~!3fi. \Yi!liani Sunl-
merhiil, Mauricio 'í'ciiorio, Eric van Yoi~ngy al dictaminador de Stanford Press por
sus corneniarius d e una versión anrerior de esre articuio. Todos ICJS e r r u r e s d e intzr-
131-etaciórisan de l a responsabilidad exclusiva del autor.
' Müddison (19S3), p 1s.
' Calcul;ic:o con base e n ei cuadrci 5 del capítulo 9, p. 318, (1,. t:brC ..-oiunien.
s e ocilpa fundamentalmente de 10s movimientos socia- El método de investigación de la economía del crecimiento :;c
los ccnflictos políticos engendrados por la pobreza y la des- convirticí en iiioiielo de 1;) iilvesiignci6n en la historia econóiiii-
t b 1

genera!izadas. ES posible que en ningún ctro campo de ca de los Estados Uiiidos. Cuatro nocioncs f~icronfundamentales
la historia 10s investigadores !;e hayan dedicado a l estudio de las para esta eiifoque. IJrimero, las cuestioncs exaitiinadas debían
iarnificaciones sociales, políticas y culturales del cambio económi- enunciarse en 111: Ieiig~iajepreciso. Segundo, 12s hipótesis coiisi-
co como 10 han hecho 19s latinoamericanistas. En efecto, el enfo- deradas debi::n ser cspccificadas dc modo explícito, lógicamente
q u ede la historiogrdfía latinoamericana en el mundo material ha congruentes y rcfutablcs. Tercero, las variables pertinentes (!e-
sido uno dc sus puntos más fuertes. bian especificarse de manera explícita, y los datos debían i-cunirsc
Este volumen busca iluminar las causas del retraso del des- y analizarse de niaiicra sistemática. Ciiarto, las hipótesis debían
arrollo económico latinoamericano durante el siglo xrx. Los ensa- evaluarse a la luz de 13s pruebas cuantitativas y cualitativas, te-
yos están enlazados por tres características comunes. La primera niendo cuidado de sesgar las verificaciones en contra de las hipó-
e s su enfoque para entender los obstáculos del crecimiento a prin- tesis consideradas, a fin de asegurarse de que los resultados no se
cipios del siglo XIX y el proceso por el que s e superaron estos obs- obtienen por i i i i artificio estadí~tico:~ Lri consecuencia, la Iiistorin
t ~ c i i i o sa fiiies del siglo, cuando las econoniías latinoamericanas ecoiiómic3 de los Estados Unidos ha logrado importantes avances
enipezaron a crecer rápidamente. La segunda e s su enfoque en durante los pasados tres decznios y s e ha convertido en una disci-
!as dos economías más grandes de la América Latina, que uenen las plina coherente caracterizada por su dcbate metodológico, sris
tradiciones más antiguas de investigacióii empírica en el siglo programas de iiive~tigacióncompartida y su continuo aiitoexarnen
SIS: Brasil y México. La tercera y quizá iiiás imnortante de estas disciplinario.
características e s que tvdos los ensayos estün i ~ f l u i d o por
s la tra- Esto no tia ocurrido en el campo de la historia econórtiica de 1:i
dición de la economía ael crecimiento. Por tanto. constituyen un América Latina. Por lo ~ o n t r a r i olos
, latinocimericanistas siguic-
alejamiento de la antigua tradición de la d e p e n d e ~ c i aen la histo- ron un progrania de investigaciór, muy diferente, que no sólo se
riografía social y zconómica latinoamericans. a!ejó de los supLiestos teóricos básicos de la economía de! creci-
La tradición de la ecgnomía de! crecimiento tiene su origen en miento sii!c que también evito el USO sistemática de datos ciian:i-
un grupo extriorciinario de invzstigadores que durante los años tativos pera verificar nipótesis explícitamente elaboradas. Ccii
cincuenta introdu~eronla utilización de tecriicas cuantitativas en ~ b , i e t ode conipi-rncirr cómo y por quk ucurri6 esto, yc!ltender las
el sstudio del proceso del ci,ecimienio económico. Los econor;iistas cons~cueiici,isi;iie!ec.tiia!es de esa divergencia a largo p:azo, cste
del crecimiento, de cntre quienes destacan Aloses ?ibramowltz y erisayc; examina el dcsenvo!.~imiento de los campcJs de !a h i s ~ o -
Sirnon Xuznets, desarrollarcn y refinaron un gran al-seiia! d e ins- ria económica latinaamericana y estaduniderise dzsde los años
trurrientos analíticos y técnicas cuantitativas, qiie incluía la con- sesenta.
tabilidad del ingreso nacional y la medicibn ae la protluctividad, y Los pi.imeros rconomistas del crecimiento dedicaion la mayor
se pusieron a medir sisteináticain?nte los fuc:ores del crecimien- parte de su i~vestigación,aunque nc tcui, a las econon:ías indus-
to económico a largo plazo por todc e! mundo. El resultado fue una triales a v s n ~ u d a sEn
. particular, cerrtraron su atenciGn eri ;OS Esta-
demostración convincente del poder de la aplicación de estas dos ünidoc, btilizando su historia econimica ccmo un laboratorio
nuevas t6cnicas cuantitatiT:as a grandes corijuntos d e datos empí- para el estudio del proceso de creciniiento eri general, obteniendo
ricos a fin d e verificar hipótesis acerca de las fuentes y !as pautas así ciertas lecciones que podría11aprovechar otros paises. Sti apli-
del cambio e c ~ n ó m i c o : ~ ración de nuevos i~iétodoscuantitativas al estudio del crecirnieil-
El interes d e los economistas yor las causas del crecimiento económico fue en tados Unidos inmeiliatarnentt. después de la gucrra desempeñarar. tani?ién uri ~ a p c i
si mismo un producrc d e la segunda G u e r r a Miiridial. Esta fue la piiniera g u e r r a ga- para que los ecoiioinistas se sonccntraranen el crecimiento. es ir^:: en L e u d a c o n Mo-
nada fundamencalmcnte por el raso: sencillaniente, lo3 F:stados Cnidos producían scs Abramo\vitz por habcrr.:r: aclarado este puntri. Véase u n a ir'r~duc;iÓn a la c r e -
niás quc las potencias del Eje, lo q u e le permitió poner eii el can?po d e batalla m á s ciente bibli«,:rafia ccon6m:;a en Kuzneis (1953. 1966).
1rc~p:isy a r m a s que s u s encniigos !Idemás, l«s p r ~ b l c r t i ~de
t i la r ~ c o n s i r u c c i ó ndc Véase :J!I an:ilizis t'xcr: *iliiede lo que hahía :!E nue\.o ciila r--i-:.~::;:s : :storia ccci
1,:iiropa y las considerables diferencias dcl ingr ..s'J pi8r ,. :::ci en::-? Europa y los E?-
L
.ii;rnica en i ) : i ; i i . ! ' 161
~ Ó h i 1 0S E REZAGÓ 1,A A M I ? I < I C AL A T I N A INTR~DUCCI~PJ ..c. :
' .
1 13
1 - 1

tu ecol~óriiicod e los Estados Uiiidos tlcsató una i'evolucióri cri la i inoestigación tenía un2 fuerte orientación hacia las cpentas na-
liictoi-ia econóriiica estadunidense, ,)riginando un enfoqge que 1-2- I cionales, debido a su origen intelectuai en la ob;a de'gimon Kuz-
cibia tlixrersos nonibres: ciiomctría, llistoria econométrica o nLic.- nets, pero pronto s e amplió para abarcar un conjunto más vasto
va historia económica. En efecto, m~icliosde los precursores de la de cuestiones que afectaban el crecimiento de la productividad
nueva historia cconórnica, con;o Richard Easterlin, Stanley En- estadunidense durante los ]>asadosdos siglos, incluyendo los cam-
gei.niari, Robtr-! E'ogel y Robert Gallinan, habían sido discípulos bios e n el acervo de capital, la fuerzü de trabaja, los salarios, la
de Kuznets."
1 nutrición, la escolaridad y las tasas de mortalidad y fecundidad
A principios del dccenio de los setenta la nueva historia ecorió- de los Estados Unidos. Esta obra trataba también de i r más allá dc
mica había desplazado a los otros enfoques del estiidio de la histo- i
la medición del crecimiento nacional mediante el examcn sistemá-
ria económica estadunidense, orientados hacia la historia de las ! tico del crecimiento de la productividad en sectores económicos in-
eiilpresas. Asi rescribió gran parte de !a historiografía económica dividuales, como el transporte, la agricultura o la m a n ~ f a c t u r a . ~
[le los Estados Unidos, destruyendo las interpretaciones tradicio- El segundo programa de investigación fue el estudio sistemático
nales del sistenia colonial de aprendizaje, la esclavitud, el c u s o de las fuentes tecnológicas e institucionales del crecimiento eco-
del desarrollo industrial, el efecto de los ferrocarriles, los cani- nómico. Los investigadores habían reconocido desde hace mucho
Dios de la disti-iburión del ingreso y la riqueza, y mucha otras tiempo que detrás del czmbio en las tasas de ahorro, la asignación
cuestione^.^ de la fuerza de trabajo y la formacihn de capitzl s r encontraban
Estos logros 5 0 debieron a tres progranias de investigación iii- ,liiportantes irinovaciories organizacionales y técnicas. E n conse-
terrelacionadcs. El primero de cllos fue la medición de los facto- cuencia, los hjstoriadores eccnómicos estádunidenses aplicaron
LA ~ l t ; ~ ~ i i i i e ieconórnic:,
itu estaduiiideiise r-1 iii1.g~plazo. E s ~ a sus poderosos iiistrunientos anaiiticos al estudio del efecto de
esos cambios e n el desarrollo de la economía d e los Estados Uni-
" IJor supuesto, cssto no ~ u g i e r eque fuesen sólo Kuznzts y s u s discípulos los ci-e;i-
dos. En sus primeros años esta obra fue dominzda por dos cuestio-
dorcs d e la nuevz hjsiciria económica. La nueva historia económica s c erigió e n un;i
airiplia has: ac¿ici&tiica.E n algunos sentidos, Alcxander Gcrschenkrbn (zuyos discí- nes fundamentales: el efecto de la institución d e la esclavitud e n
pulos incluían personalidadzs tan pronlineiites d e la clionietría c o m o Paul David. el desarrollo económico del s u r de los Estados Unidos, y la reper-
tlibcrt rishlow. ?crcr Teniin y D i t d r c McCloskey), IVilliafii P a r k e i ( e n t r e cuyos dis-
cipulo, s c irlc!u:,c G-ivin 'vVrigti:), Douglass S o r t h y Lance Davis fueruii igualmcrite
c:usiÓii del carácter peculiar del sistcrna financiero estadunidense
L lilliy~rriies.L ' ~ 1 . 0 si .\LC¿41'e tcdos est3s iri~.cst;gaduresdestacarori la especificación er. la estructura y e! crecimiento de la economía de los Estados
~ l c i , .da e las i;;pttes;i: y I 3 vcriiiracicn a !a ,uzrlc conjun:os de dztor sisteniaticarne;i U ~ i d o s Esta
. atencijn en las fuenTes dei crecimiento s e aniplió
!? rriinidris, y ~ , J P t r a d i c i o n ~ sde i n nrgunieiit-lzió;i surgierori del p r o g r a m a d c
i,.it¿~t> pronto para abarcar iir, vasto cccjunta de asuntos que iacluía las
i n v x t i n a c i ó n rle la ci:ogioria del cr?cimien:o del q u e Kuznets fue uno d e los princi-
pdies prcgenitoi-es. E; posible qiie en ningún ámbito s e demosirara ni42 c l a r a n ~ e n t c causas y las c o n s e c u ~ n c i a sde la actividad inveniiva, la difl~si0n
eFta pre3cupaciur ;>or el nlétodo y las pruebas qlie e n lc: debate; del pripel dcsein- de las innovaciories t é c ~ i c a sla, proiiferación del ci-edite; al cofisu-
p e l a d o poi' los ferrocsrrilcs e n el desarro!lo econóriiicci de los Estüdos IJiiidos, er. los mo, la ecozomía de la discriminación rociel y sexual, la dinámica
qiie !os di-cip8ilr>sI r I\uí.ncts y de Gerachzrikrori f u e r ~ nlos p r i n c i p ~ ; e sparticipan-
tes. K,)f u e Iin acci:ci!t? histori3grifico qLe ei primer asunto i m p o r t a ~ t eebordado
de la migración y la estructura de la tenencia d e la tierra."
por los nuevos historiadores económicos fucse ei efec:a d c los ferrocarriles en 12 El tercer programa de investigación implicaba la aplicaciiin
cconomia e s t a d u n i d e ~ i s eantes d e la Guerra Civil. Simon Kuziiets y 'N. II-. R o s t o u f o r ~ a de
l la teoría económica a la comprensión dei cambio ins1.i-
debatierori d u r a n t e rnuctio tiempo la importancia de los "sectores Iídcrcs" 2n el pro- tucionai Si el carácter de las instituciones económicas y políticas
ceso d e crecimiento. De acuerdo con la concepción rosrowiana, no hubo quiz4 niri-
gún sector m i s importante q u e e1 d e los ferrocarriles. E1 exame,? del c i e r t a d c los estadunidenses desempeñaba iin papel en el desarrollc econónii-
ferrocarriles eii la e c o n o r i a d e lo: Estados Vnidqs f u i asi uno verificación hisrtjrica co de los Estados Unidos, los investigadores empelaron a pregun-
dcl crifoquc ros;on.iari(~1%.rcsolvió el debate d e los sectores líderes e n favor d e K u z - tarse cómo progresaban y chnibiaban a lo largo del tiempo estas
nets. quien a i g u i a q u e el proceso d e crecimierilo s e caracterizó por un cambio en un
f r e n t e amplio de sectorcs intcrconectados, no por el crecimiento r j p i d o e n algui:
instituciones. También tenían curiosidad de que algunas socieda-
"scztoi- líder". l't!aae Fogel (19641, Fishloiv 11966). David (1969) La mejor introducción a la bibliogafia e s E n g e r m a n y Snllman ,1986). Véase
(' Véase e n A t a ~ k y I'assell (1994) un excelente resumen d e los logros empiricos también Goldin y Rockoff 11992).
~ic.la nueva histo!.! 4 .c.: !61rii:a "a mejor introducción a la bibliografía d r i rema e s Fogel E x g e r ~ a n(1971
des desarrollaban ambientes institiicionales propicios para el I,;i rcvolucióri de 19s cfifoqiies y los mCtodos'en la histo:-ia eco-
crecimiento econbmico mientras que otras no ;O hacían. A partir iióiiiic,~cstadunidci-ise no ocurrió e n el conto;to latinoamericano.
del trabajo de Larce Davis v Douglass North, los historiadores I,:sto no quiere decir que no hubiese investigadores que siguieran
económicos empezaron a teorizar sistemáticame~tcacesca de cómo las ti.adiciones iniciadas por Abramovitz y Kiiziiets, pero si que
el cambio institucional posibilita la actividad económica reducien- los ciifoques y los métodos de la nueva historia económica s e vie-
do los costos de las transacciones e incrementnndo la certidum- i.on ccli[>sqdospor u11 pr:)granla de invcstigacióri rival que no ha-
bre. Fundamental para este enfoque e r a el estudio de la manera cia hincapié e n la especificación y verificación sisteináticas d e las
cómo la especificación de los derechos de propiedad creaba in- hipótesis. El resultado fue que la historia econonlica latinoameri-
centivos (o desincentivos) para las inversiones multiplicadorús caiiti desarrolló un ciierpo fáctico y nietodológico niucho más débil.
de la productividad en nuevas tecnologías y tkrnicas.' Esta reori- 111. los tres programas de investigación que han dominado el
zación formal acerca de las instituciones y el desarrollo econcnii- campo de la historia ecoi-iómica de los Estados Unidos, e s proba-
co s e ligo pronto a la tradición empírica de la cliometría. Este blc qiie cl de mayor resonancia entre los historiadores económicos
enfoque se ha centrado en particular en la historia financiera de 1:iti~io:in~cricanos haya sido el estudio de los factores del creci-
los Estados Unidos, analizando la relacijn entre la regulación, el niicnti) cconórnico a largo plazo. Pero aun aquí, In cantidad de tra-
desai.rollo de las instituciones y los mercados financieros, y el des- b a , ; que~ se ha hecho es sólo una pequeña parte del realizado e n el
empefio económico.1° coritcsto cstadunidense. Esta obra ha ccnsistido primordialmente
Estos avances no s e han lcgrad3 sin grandes controversias y en 1:i estiniación de los Ingresos ~iacionaieslatinoamericanos des-
Qebates." Conio ocurre con todos los programas de investigación ilc f'iiics del siglo xrx. Una parte de esta investigació~ifue patroci-
,.ielitíf'ica, las fror,:,i;, i;i;,:evtUú;;s A:,. 1- .:-1: -:----.- 1
I d U 1 3 L l p 1 1 1 ~ U31Clllpl L l l u l l .;...A;:,; .;.!;;S p ~ b i c r : de
~ ~la) A
~ n l é r i c ~I,:i;u a :i:,cSs de :-; b~ncos
sido muy debatidas, en realidad, a veces con considerabie acri- cenii ale:; n 312s organisn~osestadígrafos, pero gran parte ha sido
monia y enemistad personal. Pero al contrario de lo que ocurre en liecha también por estudiantes latinoamericanos graduados e n
algunos campos d e la investigación académica, las controversias uni~.i:!,cidades estadunidenses, sobre todo en la Universidad de
de la historia econóniica estadunidense s e han centrad3 e n !a cali- C h i ~ 3 g o .Algunos
'~ historiadores econClmicos de la América Lati-
dad de las pruebas, la aplicación correcta de los métodos y la con- rlú --t:~itrclos que destac¿lri Carlos Díaz-Alejandr~,David Denslow,
grcenc,ia lógica de IGS modelos. Pgr tanto, aunque continGan los .'-l,ii.L X c y ~ o l d s ,R4arkos PvIanialnkis, Nathaniel Leff 5. \Vllliam

debutes acerca de varias csestiones decisivas (como los debates '.í:$ edviy- :a:nbiGn co~ifigurai.onSLI trabajo cn la trh-iaicióri de
actuales respecto a 13 historia cie la discriminación sexual y racial !a r : l ~ l i c i ó ~de
i las facto1.e~dcl c~eciinientoa Iergc~plazo.:' P e r el ~
ei-i los mercados laborales de los Estados Unidos), hay reglas bien ri~:mode este trabajo se frenó en !os afios setenta. En el campo la-
áefiriidas sobre las pruebas y la argumentación quz rstrucrurun tirioüri;ericanc, no sul-gió la clase de investigación cor.';inuá del
esos debates. Zn suma, los historiadores econóinicos estaduiii- ian:!;io estructursl. las fuentes dc: c r e c i m i e ~ t ola , aciirr,ciaciói~de
derises han acordado sobre cómo deberán discrepar, y esto ha sido c,i;:~:,:!. inu tendencias de la distribución del irigreso y de ;a fuerza
esencial para el desarrollo del c2.mpo ccnio disciplina coiiesiv: y (13 trLlb;ijoa largo plaza qu,: ocurriera en los Estados U ~ i d o s .
..
coherente. ,..! .itr.o programa de investigücicn principal de la nue;.a histo-
r-in ,..-onómica,el zs:ii,lio de las í i i e ~ t e s Lecnológicss e institucio-
' I
Davis Nortn (1971). Véose tambion North (1990).
!J
.iel crec,imientci, ~ r , c o n t r óininos seguidores aún zntre los
lo En el centro de este campo se encontraba Lance E. Davis, q ~ i e ya
n había enca-
bezado el estudio moderno de los mercados de capital cuando pasó a ocuparse de la - ir~iericanistas.Desde fices de! decenio de los zixcuenta
teoría del cambio inslitucional. Véase algunos ejemplos de la evolución de este cani- , . , . . , fines del siguiente, varios in~restigadorestrabajzrqn e n la
po durante los dcs pasados decenios en Davis (19631, Davis (1965), Lamoreaux
(1086, 1994). e!rinplo más ~ ~ i i o i : dctc i i este trabajo q u i z á sea el dc Contador :. a d d a d so-
l 1 Es posible que el más acalorado de estos debates ocurriera acerca de la econo- - . .. :l. L'éase Coniado:.:. Ii:..!dad (1975). IIa~ldad11978)
mía dc la esclavitud. Véase una introducción al debate en Fogel y Engerma:~(19/4), ,lr)\i. !137-lj, Ili.:.-.:l':,rindi-o i 1970;, I.eTT t 19823. 1982b I.:.:malakis
b Dacid ct al (19761, Fogel (1989). 4 :,..?yy,
i:,-: . !,!? ( [ C I - r ) , .

i
I 17
I N T R O D U C C I ~ N , w. . .
-
'

tradición kuznetsiana de estudio del proceso del crecimiento eco- lindadoras de tierras y las empresas mercantiles, respectivamen-
nómico moderno mediante el análisis detallado de sectores econó- te. Además, iiri libro reciente de Jeremy Adelman utiliza la teoría
iiiicos individuales. Este enfoque fue iniciado por Stanley Stein, de los derechos de propiedad a fin de entender los caminos divei-
quien a fines d e los anos cincuenta escribió la que e s todavía la gentes seguidos por la agricultura argentina y la ~asiaditinse.'~
obra clásica de la industrialización brasileña. En efecto, uno de En suma, no ocurrió entre los 1aUnoamericanistas el avance
los primeros ensayos de Stein, de la historia de la industria textil aiitorreforzado de la investigación como sucedió e n el contexto
brasileña, s e publicó e n un volumen compilado nada menos que estadunidense, caracterizado por el autoexamen disciplinario, el
por el mismo Kuznets.14 A lo largo de ios anos sesenta y durante , debate del método y los programas de investigación compartidns.
los primeros de los setenta el trabajo en este sentido continuó e n En efecto, algunos de los investigadores mas prominentes del cam-
gran parte financiado por el Centro de Crecimiento Económico ? po latinoamericano, cuyo trabajo inicial estaba muy influido por
de Yale.15Pero a mediados de este último decenio este programa de
investigación empezó a s e r descartado por los investigadores más
7 la tradición de la econori~íadel crecimiento, ebandonaron abier-
tamente este enfoque para el decenio de los setenta.
jóvenes. Esto no quiere decir que desapareciera por completo Hay tres razones de esta divergencia entre la historiografía la-
esta tradición de investigaciór.,16 pero si quiere decir que se con- tinoamericana y la estadunidense. Primero, aunque muchas tesis
virtió e n una corriente menor dentro de un campo que sigiie un doctorales de primera clase, en el campo de la historia económica,
programa de investigación muy diferente. fiieron elaboradas por zstudiantes latinoamericanos graduados
El uso de la teoría formal para entender cómo las instituciones en universidades biitánicas y estadunidenses, éstos no continua-
estructurar1 el crecimiento e c o n ó m i c ~ericontró menor resorian- ron e n general dentro de ese campo al retornar a sus paíse.4 T .os
cia aún entre lns 1atinoamel.icnnictas. P¿r süpuestci, liay una ariri- bajos sueldos acad6micos e n la América Latina, aunadcs a las
gua tradicijn institucionalista entre los historiadores económicos atractivas ofertas de altos cargos gubernamentales, eran iiicenti-
latinoamericanos que procede de la obra de William Clade, Latin vos poderosos para abandonar la universidad. Esto frenó e l creci-
American Ecor,ornic~.~~ Pero el enfoque de los derechos de pro- miento de la nueva historia conom mica en la mayoría de los países
piedad y los costos de transacción para el estudio de la actividad de !a América Latina, porque los académicos que podríar, adies-
económica, asociado a Douglass North, encontró pocos seguido- trar a la siguiente generación de historiadores ecoiióniicos s e eri-
res entre los historiadores latinoamericanos. Hasta f.ines del de- contraban en los ministerios económicos, no en los salones dz
cenic de los ochenta, el Único iritento de introducir el enfoque clase.
northiano de los derechos de propiedad, par2 ectender como el Segundo, la difusiór de !a nueva historia econcrnica a ios países
ambiente institilcional de América Latina im9idió el creciniiento, latinoanizricanos s e frenó también por el alto c ~ s t cdel procesa-
fue el artículo ahora clásico de John Coatsworth acerca del Méxi- inierito d e grandes conjuntos de datos cuarititativos. En virtud de
c a del siglo MX. Dos de los discípulos de Coatsworth, Xobert Ho1.- que los Estados Unidos estaban a la cabeza del mundo er, tecno-
den y Da;rid Walker, adoptarcc luego algunos de los conceptos de logia de las sompiitadoias y tenían universidades relativamente
los derechos de propisdad a s c trabajo sobre las conipañías des- opulentas, nc resultaba sorprendente que fuese ahí donde s e pre-
l4 Steiri (1955, 1957). seiitara la aplicación generalizada de técriicas cuactitativas a las
lS\'érce, por ejemplc, Faer (1965, 19691, Leff llSh8a, 1968b). Mamalakis y cuestiones históricas. Z n los países iatinoamericanos, el elto tos-
Reynolds (1965). to de las conputadoras constituía Un gran obstáculo hasta hace
l v ~ a r i o sinvestigadores, entre los que dcstocan Nathaniel Leff y John Coats-
worth, continuaron e! trabajo en esta direrción. Véase I e f f (1982a, 1982b),Coatsworth pocos años, cuando la revolución de la computadora persona! re-
(1981). Además, durante los decenios de los setenta y ochenta continuó la investiga- dujo drásticamente el costo del procesamiento de datos.
ción de las fuentes del crecimiento econónucc y ei estancamiento a manos de un gmpo El tercer factor que impidió la difusión de la nueva historia eco-
de jóvenes investigadores latinoamericanos, sobre todo en Brasil. Véase ejeinplos
de este trabajo en Suzigan (19861, Peláez y Suzigan (19761, Villanova y Suzigan l a Debe senalarse también que Coats\vorth fue asimismo el único historiador
(19751, Versiani y Mendonca de Barros 11973, Cárdena: c1988). económico de un departamento de historia que adoptó los métodcs de la cliometria.
'' Glade (1969). ',.>a;? Cu;itswoi-th (1978, 19Vli, Holden (1994),Walker (1986i, Adelman (19941.
L

18 CÓMO SE REZAGÓ LA A M ~ ~ R I CLATINA


A INTRODUCCI~N 19
-w. ' b
nomica en ei contexto latinoamericano fue el que ésta s e vio eclip- n é f i ~ ~~ ) a, c Singer
s y Raúl Prebisch habían d h o s t r a d o de modo
sada por la competencia de otro programa de investigación. Eii independiente que, por lo menos de acuerdoc,on las prubbas limi-
lugar de investigar cuestiones referentes al ritmo y la estructura Iadas que ellos reunieron, los términos de intércambio de'los pai-
del crecimiento económico latiiloamericano mediante la a p l i c ~ c i ó n ses laticoamericanos s e habían deteriorado de manera secular
de los métodos y los enfoques de la cliometría, el campo latino- desde fines del siglo XIX hasta el decenio de los cuarenta. Por tan-
americano en los Estados Unidos adoptó un modelo de investigación to, el comercio internacional no era necesariamente un motor del
que rechazaba fundamentalmente la lógica económica neorldsi- creci~iento.~~
ca, el análisis desapasionado de los datos cuantitativos sistemáti- A corto plazo, esta crítica de la economía del crecimiento gene-
camente reunidos y la especificación de hipótesis verificables. ró el surgimiento d e varias historias económicas de la América
En parte, el rechazo de la tradición de la economía del creci- Latina escritas desde un punto de vista estructuralista (como s e
miento surgió de una crítica sobria de la economía neoclásica. llamaba a la escuela de Prebisch). Estas obras, como ei estudio de
Desde fines del decenio de los cuarenta y con mayor fuerza du- Brasil realizado por Celso Furtado y el estudio de Argentina ela-
rante los iiríos sesenta, los economistas latinoamericanos empeza- borado por Aldo Ferrer, intentaban explicar los diferentes cami-
ron a evaluar críticamente las creencias básicas del pensamiento nos del crecimiento d e la América Latina y los Estados Unidos. Su
neoclásico tal como s e aplicaba en la América Latina. E n particu- origen intelectual e n la crítica de la economía neoclásica condujo,
lar, cuestionzban dos de las nociones centrales d e la economía del i ~ ~ f o r t u n a d a m e n tae ,su rechazu de los poderosos métodos analí-
crecimiento: que las leyes económicas que gobiernan a las econo- :icos y cuantitativos de la llamada economía del crecimiento. E n
mízs desarrolladas s e aplican igualmente bien a las economías efecto, Ferrer pudo escribir un análisis económico de s u pais,
subdesarrolladas, y que las relaciones económicas entre las eco- Argeniina, sin incluir un solo cuadro e s t a d í ~ t i c oComo . ~ ~ expli-
iioinías desarrolladas y las subdesarrolladas generan siempre ga- caba Ferrer:
nancias económicas para am5rs.14 Por lo que s e refiere al primer
punto, economistas del desarrollo conlo Ragnar Nurkse y W. Ar- El método seguido en este libro consiste eri sistematizar el análisis del
thur Lewis argüían que las economía2 en desarrcllo diferían de proceso formativo de la economía argentina mediante la diferencia-
ción de etapas históricas, dentro de las cuales el sistema económico se
las economías desarrolladas porque las primeras poseían "ofer-
desecvuelve y orienta conforme a pautas determinables ... Los traba-
tas ilimitadas de manc cie obra", lo que signjficzba que !as leyes jos de Celso Furiado sobre la economía brasiiefia [destacan] la utili-
de! movimiento d r las economías subdesarrollzidas e r a n funda- dad de este tipo de enfoque del proceso formativo de una ecoriomía. Es
mentaimente diferentes de las que gobiernan al rnzndo desarrc- posible definir, superarido el complejo de datos que generalmente
!lade.2V.demás, los economistas del desarro!lo argüían tambi51-i agobian á las historias econóinicas traáicionsies, el comportamiento
que ei proceso de "indiistrializ,ación tardía" e r a niuy diferente de del sisterna económico eri sus distintas circuiistancias histórica^.'^
la industrialización de las economías avanzadas y requería con-
2; La p r i n c r a ~rticulaciónde esta concepcinn puede enc9n;rarse en Naciones
jcntos de políticas que tonara11 en cuenta estas diferencias. Esta Lnidas (1950).Véase Lin resumen de la pcrspectivú y un análisis de sus consecuencias
concepción no s e apoyaba sólc er. el éxitu aparerite de !cs rncae- ea Hirschman (1981), cap. l. Véase una crítica de esta concepción en La1 (1985).
los del desarroilo con sustitución a€ importaciones en los decenios 23 Me refiero aqaí a la primera edición er? español de 1963. La traducción inglesa
incluia un apéndice estadístico ds siete cuadros, perc los cuadros se referían a va-
de los cuarenta y cincuenta, sin3 tzmbién e n el influyente Lraba- riables que no se discutían en la crítica estructuraiista de la economía neoclásica.
jo de Alexander Gerschenkron sobre la historia industrial de los como el tamaño de la población, la extensión de la red f e r x v i a r i a y la proporción ex-
países europeos seguido re^".^^ Por lo que concierne a la segunda portaciones agricolas/producción agrícola. La misma crítica podría enderezzrse en
afirmación de la economía del crecimiento (que e! comercio entre gran parte contra la interpretación estructuralista de Celso Furiado de la trayecto-
ria económica de Brasil. Aunque Furtado presentó datos cuantitativos en forma taba-
economías desarrolladas y subdesarrolladas era mutuamente be- lar, lo hizo para los fines d e la descripción, no para verificar hipótesis de la manera
en que xnpezaban a hacerlo los nuevos historiadores económicos. VCase Furtado
Iy Hirschman (1981),cap. 1.
(1968, 1970), Ferrer (1963,1967).
2u Véase una discusión excelente de esta cuestión en Hirschrnan (19811, pp. 7-10
24 Había algo misterioso en la manera como se dzterminaba la "pauta" de las eta-
2 1 Gerschenkron (1962).
p a s históricas en esta y otras obras esiructuralistas de la historia económica. en vis-
En defensz de los h i s t ~ r i a d o r c cstructiii.nlist;:s
s 1, oti.:)s ci.iticos S
ii.)ii dc. cliic los tCi-ii)irios tic iiitci-c;:iiil,io de los p;iíscis 1;iliiio
de la economía del ci.e~:imic:iito, ~)odriariios;ii.k:iiii. c l i l i b sus idciis .. ,..~.i~.;iiios se iict~:i.ioi.;ib;iii.i lo Iti;.go L!C;ticiiillu. el i)i.ccic)d c Iiis
acerca d e la naturaleza s u i gc:tlc.ris de las ccoiioiiii:is 1;i~iiio;rnicri ;~~~:.t:icioiics de pi.od;ictos ~)riiii;ii-¡ostlc la rcgi<':i ilccliiinl)n se-
canas se postulaban como hipótesis qiic debiiir, s e r vcrific:idas ,: Il~lllclltce11 i~c1:lcl~lil COI1 el [li.ccio de siis iill~loi~t¿lcioilcs illclIls-
Por desgracia, fueron tomadas como vcrd:idcs iic:.cs;irias por ! i t _ s pi~oveiiiciiics de 1;is (,co11oii:i;~sdel f\tliiiitiro Noi.t~1.Ida
gran parte d e los estiidiosos de la América I,;itin;i, iiicluidos los lotiicitiii ccoritiiiiii,;~0~lii.i.i;iiisi 110r iiicdio tlcl "iiitcrc;iiiil~io
historiadores. Como dijera tan accrtada~ricritcAl!)ci.I 1 lirscliniari: ; . . ;ii;iIM. 13n si niisiiio, este iio ei.;i i i i i iirgiinicnto iiiic\.o: la iioción
' i!i ticterioi-o SFCIII;IÍ. dc los téi.11111ios (ic iiitei-ca~nl~io de l:i AiiiC-
Ocurrió algo cui.ioso en cuanlo se seiialó que la ir?i:.i.;:cii(')ii
cii1i.c p r r í ~
ses ricos y pobres podría tener cii ciertas circunstanci;is I;I ii:iiui.alezri . ! . , t 1,titiiia había sido el~ibor;idnpor I->i.cbiscliy ~>oi'Siiigcr a í'incs
de un juego antagónico de suni:i ceso: muy proiito resul:ti iiitelc~~iial y ! ~ % ! clcccnio dc los cu:ii.cnta. I'cro los "depcndentistas" (como s e
políticamente atractiva la afirniación de que tal era la csihiicia clc la re- .:i;i;)a a los p r a c t i c n n t ~ .d~c la tcorí;i de la depeiitleiiciai ilizin
lación, y que persistía como una Icy dc hici-1.o cn todas I;is I'iiscs cle los , , . , al15 en sil critica, sostci\iciido qiic la protección y el siibsidio
contactos del Ceritro capiteljsta con la Perifei-i~.~" ; i iiitlusti-ia nnciori;il siigci.idos p o r los csti-uctui-alistas iio era

En suma, muchos latinoamci-icanistas llegar011 71 cicci. - C I I N , -ol~iciórisuficiciiic :\lii-ni;ib:in qiie la dependencia d e las r;li-

giaii medida coino un articu!g de fe - qiie el sLi'udes:ii*i-ollodc 1:) ~ ~ i c i o n a ldc e s la 1\1112ric;i1,;iti;in frente al cripital y el apoyo po-
América Latina era un pioducto del capitalismo triisiiic\. Por t:.n- cstranjeros, aiin;iil¿i ;: liis coiisicicrablcs g:inniici:is privadas
to, rechazaron la tradición iicoclAsica del anA!isis ~:co:loriiico.I,n I:is < ' l i ~ c : srincion;ili~sohicnian Ji.1 intei.1-ainbin tli~sigii;il.t i i i -
itiayoría de los investig;idores ac,?démicos qiie scgiiiii~iesta co- ,~;~ic. la bii~.giiesíacoiiipi.~i~!or;~ cit- 1;: rc;:iÓn 110 ~)!idiera ni ~:]ilii-
rriente combinaron infortunadainente los poderosos iii.itrliinen- :.:i pi.o(i:over iin proj'ccto cconó~iiicodcsar-rollista. .-1firm:iban

tos analíticos y cuaníitativos del análisis del creciiniciito con un , ::i<is qiie este modelo de creciriiicrito eilgendraba eccnoniias
conjunto particillar de prescripciones dc políticas y nharidonason ~ . ;~~istvrizadas
. poi- distribuciones del .ingreso altanienie sesga-
el análisis sistemático, t e ó r i c a i n e ~ t einformado, de los tlr:tos per- ; '- .\ su vez, la natcralez3 fiiiidamentalmcnte niitidemoc.rAticr~
tinentes como uii niodelo para ;a investigación del p:i.;ac?o cconti- 1 reciiniento r:conori:;';o de !zi :liiiéricti Lntina gciiL%rahs siste-
mico d e la América Latine. El resultadc fue el r2piiio rc:.-.enso y !r: ~ ~ i ~ l í t i aiitoi-itnrios
cos poi.qiie l:i biirgiicsía eriti~ii?iioiinIi~ta
preeminencia de un cuerpo de perisamicnto que I l e , ' a; conocc~rsc: (30 i i i i c r i ~ aLatina no pc'di:i, I I ~ Li!i'fir,ici:iri,
' o:-,itiicr la licgerrio-
como !a teoría d é la depeiidencia. !'or tanto, !o que si' i.t\qceii,i --dc acüerdo coi1 la teoria d t la
La teoría de la dependencia niezclaba nociones i;i;:rxistas del I_:3,-ridencia--era iin? r ~ ~ , o l i i c ipopiilar ~j~i que eliminara a esta
análisis clasista con una crítica estructualir;ta de !a teoría drl co- 1. ;l.iesía débii )! d e ; ~ e ~ d i e r i coiiio te t'iierza político, iriip!antar-:i el
n i e r ~ i oiiiternacional, aunqiie !a dependencia nc era r l i i:sii.i~ct~- :.;:lismo. libei-ar<l3 12 región dc; :-.coc»!cnialisr:~o5. d c . s [ r i ~ ~ ~ c i . a
ralismo ni r n a r x i s i ~ o . Xri
: ~ el ceniro de !a teoría se cnconti.ai~ala f . i:izc.a:!isriios coinercirilcs que :iin~iti>níaii a la Arilkrira Latina
I !)o!~rzza.?
13 d e que r'errei-rechamba e::pli~itoini:ntc 11 prcsentaciori y el a r i ; ~ i i ai71ei1i:.iii:oa :~ . .
".:i tcoria ae la del;t:ride:;~i¿~ i1.z;:ó proilto a ber el marco doini-
de los datos cuanLitalivo>.Fcrrer ;1967).p. 1 [página 24 de IZI versiori e n i nstclldno di:l
Fondo de Cultura E c o n i n i i i i ~ j .e cicntro de la ci'Ur,i liisttii.ica, [!rll;tica y s3cioló;ica reft:reiitt:
25 FIirsctirnan (19811 p 17 [$ig!na 31 la Iraducción al casie!lano dcl i:t,i:l. !,l~iérica1,;i;ina. Sta1i1t.y Steiri. t ! i iin caiiibic: ric,:orio cic su
El t6rniino d e teoría resultaba yrl :o ;lpropiado porque los dcyciidcniistas n(;
~ . s n e c i f i c a b a ni n verificaban hipótesis. Coi;io ha sciialado Kobcrt I'rickenhani, I;i ieo-
, :~!ci~ior, iiifluiG;, ->c.,: 1;. i,c(~i~,-::;>;i del ~ r e c i ~ i , i e articiiió
~lt~~,
ría n o se expresaba dc m a n e r a que pevrnitiera la ver:f~cacióndc s u s coiiseciienciiis :,:,CL;YO de la teúi.,,~.
a lz luz de las pruebas ciripiricas En t!lei.to, el holisrno epistcnioliigicci de la Icoriü
tornaba dificii. si no es q u c iniposiblc, !a evaluaciún de la v a l i d c i del niotlclo sobrc , , , L , r : ~ : l ~ S C L I ~ c] i: ~~l! I . t 8 , 8 1;. l ! , ~ y L:
h ~:i~icos
[ret'ir; :v:L: ;I 1,)s (de-
L3ascs ernpiricas Véase FJackeiiharn (1992; Véase en l<laréii 11Yd6) un:i cscelenic ,c:iitista.;l iiose l . , ,!:' :: ,,,
, .
< T ~ I , I : LI~:!~¡II~~~IL!~
!e ',., C < O I I ( ~ ' ~ : ~ : I
i:!.roria iii:e!ectual del iiiisarrollo de In t , r r , : d c la drpendii.nci:i y i:!1. .~.i,n<.i;!cihii
.;c. las n n t t ~ i ~ i o r cttXc!ri;i, s de! dcs:ir:r~!lr~ ~ n i i : i n!:irxisr,i d . , . ' - ; : , I I !>r,,ili,!
I C I I L ~ I O ;L ~! ~ , t - ! I ~ L O , !LI<:!
:,.:-l l,?>ar,~o!:~~
~ , , , . ; , . ..
i;;!, !,:~i,l;siiio que, al co:itra:.io de sus predecesores, las Ii;i inlputacio a In dependencia se coiivirtik. y aúii persiste, en el t c i ~ ~ ; i ' dot.::;iiii-
c
. .. :iites rcstriccioiics estruclui~¿iles cicl sistenia c;iliil:ilista iii[ci.- zacioii dominante de los libros de texto d c liso iiii:; gciicr;iliziido
Lluc,según se dice, limitan iiiherenter-iiente el dearrrollo de
~ l ; l ~ ~ ~ ~ ~ ~ . , l
en el campo de la historia latinoamericana:"
1215L ~ , : ; : o r i i i a sde
la América Latina y los beneficios ciiic ~iucdeiiobtr-
E11 vista del ambiente político de fines dei dcceiiio tic los scscii-
iii3i-ics.l.. i n l sistema. Eii algunos crisos, e! argumento dc este grupo h a
.iii:,i,:. rruiilo por la revisión crítica subsecuente de sil iesis y su ma- ta y principios del siguiente, qiiizá resulte eiiteridil)lc el i.iíl)ido as-
tiipii' : . . i n estadística; pero n medida que el tiempo pi.oliorciona un:r censo a la hegcmoiiía del concepto de la depcndci-ici;~.I,a tcoi-ía clc
pei.\[~~?-:iva, nos queda la inipi.esión de que el problema crítico ha sido la dependencia e r a sólo u n reflejo de un cuestioc~iiliiciitopolítico
lO~'lI!/<i y filosófico más amplio del poder económico y político (!elos 13;st;i-
La t e r ~ i i ade la dependencia destrono rápidaniente, sin aniqui-
larlos. ;i los enfoques institucionales y anales tradicionales que
1 dos Unidos por todo el mundo. En el contexto latirioaiiicricaiio, I;I
exterisión de este poder asumió la forma de un epoyo del goljici.rio
habían i.l-..:valecido en la historiografía económica latirioamerica-
[ dc los Estados Unidos a los dictadores militares qiic ti;rhíaii !IegaJo
al poder en gran parte de la región. Realiiientc h ',1 t1lCl Llll¿I c011- '
iia desde LOS anos cuarenta. E n los pocos ámbitos en los que habla :
fliicncia de intereses entre las burguesías latinoa~iici~ica~-i:~s, el
ya pi.ogr;i:iias de investigación establecidos con reglas de prueba ! capitzil extranjero, el gobierno de !os Estados Unidos y los iiii1itui.c.s
51 nrguii- .::tación bien definidas -por ejemplo en ia historia colo- !atinoan:cricanos. Por tanto, sc enticnde faciliiieiitc C I ; I ~ niiic1io:j
i i i n l ii;c.::-.ana-, la teoría de la depeíldencia tuvo i!ii efecto míni- iiivestigadores vieran esta alianza en la e x p c r i e ~ i c i ;históric;~
~ y
1110.'~t ' ~ : ~ .estas
l' eran las excepciones. En efecto, la accp:ación del
. ., postularan que ella era I L l.esp017,sable
~ de 1.1 persistcrli'i;~c!ei . ~ t i I i -
1 programa 6
,:i d r p e ~ r l ~ n ~ c l 2 . y : :;.!~s::~:;::o;: fue ;;;u-
desarrollo de la América Latina.
clii, rii::. .*iláde los límitzs de la historia económica. Coii tina rapi- Por desgracia, el modelo de la dependencia enficritaba ti-2s
dez soi-prendeiite, el marco de la dependencia Hegó a verse como problenias. El primero era SLIutilizacióri de un i-azon:iiiiientu eco-
el niodelc inás apropiado p a x el estl~diode la politica, la sociedad iióiiiico ad hoc. Su concepto de que la inversióii estranjera dircct:i
y la ecoiiurnía latinoamericanas. Ningún otro puntc de vista in-i- !Il71>) causa el subdesarrollo es propio de la clase de gcrisaniieiit!)
pi'egiio ci campo de la h i s t x i a latinoamericana, ni los estudios his- ecciiómico uti:izado pur Ics dependentistas. Posti!laban los tie»cii-
tcíi.icos ( 4 ia regijn, c o n o la teuría de la depziic!eiicia."%n efecto, clzntistzis qiie ia ii.:i, "descapitaliza" a 13 Arnbrica I>;itirin ~,or~ltii.
-',< <,
. ~ l c ~ i Cortés
7 Crinde (1971), p. S. Jubi'ayado ?n el origina!
las gandncias repatriadas por las compafiías c:xt~.an,;e~-~s siilicr;i!i
-
1
;,:li b,'~ii:parte puede expiicarse el prtdominio d e los enfoqu-S d c 1;i escuela d e
i
el valor d e su invcrsióii original.32Este punts de v i s t ~contiene ui:
10:; aii:~lcs í t r i !a historia colonial m e s i c a n a por 1s inflaencia ejercida a largo plazo coiij~~rito de supuestos ecóriómicos m i s bien extr'icii-dinarlo, sc-
por ti;tiiz? i)mn Woodrorv Borah y Charlcs Gibsqn, quienes est,;blcci(:~.onlas ~ u c s - gúr, el ciial ios rendiinieiitos privadns de los inuri.sioiiistas e:;-
tiunc.; y los c iCoques d e la investigación dci cainpo a n k s del adrciiimi-nto d e ia tco +. -. ..
i i ,,,,jeros superan siempre a los r e n d i i n i e ~ t o s
socidles d e ia 1i:ij
i-ia d e la ~ l i p c n d e n c i a .Véase algui?os ejemplos del e r i f o q u ~ J c los anales e n
k'!riresca>io :1>?1:, Gibscn (1964), Tayloi 114721, Vaii Yo;iiig (l'iS1 I d? lir; país receptor. Primero, supone que la [El1 rin genera Ln;i (fe-
3:' Eslo rio q u i e r c decir que iodos lo: investigadores qiic utiliza:-iin la teoría de le
dcpc1itlcii:~: lo h i c i c r o r ~unifcrmern?cte E n erecio, la teoría e r a t:i;i cniorfa q u c n-iii~ J: SIzllo ( 1 9 8 2 ~Chilcotc
. ;, Edeislvin 19741, Cockcroft ( l Y h 3 . Cc,r:$:, Conde y I l i l , ~ i
clios de s u s r,)nsuiiiidores invocaban la teriría de rnaiiera .,np;icir:i sin m a r siquiera 11'81i. 6:ihiii (1989). L\.arii 1 1 9 7 9 . i'rank (1967). Friedriiaii ' 1 4 , < - ; ,(;c!?ilc:~.~~il
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, noción de Cei-q~.li.iikron de 1;)
i',jcriir:,i, i:?. :binab:i elementos d c la d e p e n d e n ~ i n1;i '.,ir:Jc?.ori c 1 9 b l j , Wi'lls i i98.5 \i'liitt. 1 U 7 X i . Zeillan i I q g l 1
:.

riiiiiisiri,:i, . 611tardía y el niarxismo ortodoxo Véase una o i s ~ i : s : ~ icscclente n del '1 Véase una discusitin excclcntc dc. los libros de lexto soiiri. '.i :c(>!.i:a d c 1;) ,',. -
~ i i s i i Lo ,S ide¿is d e la dependencia e n la América Lniiria I. I i: Est;iilos Uiiidos o ~ r i d e r ~ c eri i a Eokiii (1988).
:II 1 ' 119921, caps. 8 y 10. Una hihliografia ~.unipleiaii:iii:::.;i c.r,riienares dc ' ' F1l origen d e c s i e piiriiu .Ic !'isr;i c.de de c3nrontrarsee n el ii;!;:. .:~,icc;i['i'.i"
::i:!los A l , : . )a ejemplos d e obres históricanieri!e c:!ic'cadas eii 1; .rndiciíiii de In de- ::u n!o!iopólicn d e 13nran j'S\reczy i IYh61, Véase ;ilgun»s c~t.rii;il,~. .:. apiic;i~' m , -
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iiianda de insunios de produccitjii iincioiinl. lo qiic sigiiil'ica qiie iio
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cr;i cliic i:sto Iiiibici.:~sido tcói.icainciite iiiiposil)l'c, coiiio lo d e -
1 oi.iginará nuevas ind~istri¿isii;icioiinlcs, Scgiindo, siij,oiie cliicl I:i
1121) iio increnieiita los ingresos J c lus tr¿ibí\jadoi-es dc 1;is ciiil)i.c-
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tr;itaiiiiento dci caso peruano n iiiaiios dc liosciiiar)'
i i i c i ~ : ( i , t j el
'I'liorli y Geoffrcy Ucrtrarn. Más bicn, el probleiiia e r a que los d e -
sas de propiedad extranjera, lo quc sigiiií'ica que no ticiie iiiiigiiii I)i2iidciitistas, por razoiies políticas e ideológicas, iiitctitaban dcina-
efects e n la profundidad dcl iiiercnclo ¡:)terno. Tercero, siil)oric ,,i.iclo :i ~iienlidoprobar sobre todo que la teoría era correcta. Por
cliie la It?D no genera ninguna transScrciicia tccnológica, c s tJccii. ,:iiito, 1:) tradición dcpeiidciitistn origirió reglas lnsas dc 1,i.l:eba
1
rio desempeña niiigún papel eii la difiisióii de niievos tipos d e 111- ;ii-gliiiieiitación que permitían la especificación inipliciia c in-
dustrias que iitilicen procesos iiuevos. Cuarto, supone qiic iio Iiay ,,~)iiiplcta cic liipótesis, el razoiia~iiientotautológico y la prcseiita-
"enlaces hacia adelante" provcnieiitcs de la 1 ~ 1 ) Eii . esta c»iiccl)- Lioii selectiva de datos." El resultado fue que. no podía haber
ción, un ferrocarril ue propiedad extranjera, por ejciiiplo, no co- ~ l i ~ b a tsigi;ificativos
cs respecto al método, lo que limitaba la capa-
necta ni integra los mercados regionales, de modo quc no periiiitc ~ i i l a dclcl campo para avanzar en lo que s e refiere a la técnica y el
que las empresas riacionales encuentren economías de esc:il:i cliic ,.iil'ocliie l 5 A su vez, la ausencia de iina tradición de análisis y pre-
las lleven a adoptar tecnologías más eficientes cn las indiisti.i;is i.iitació~icuidadosos de los datos significaba que iio había ningún
establecidas o a crear industrins que antes no existían. I'oi i i ! i~- .!!~\i.po de coriocimiento generalmente aceptado qiic pudiera ser-
mo, supone que las emgresas extranjeras no contribuyeii :i la i,iisc lucgo conio base para verificar las hipótesis nuevas, lo que li-
iinpositivü mediante el pago de inipucstos 3 la esportacióii, c1 i i i - . i , t a ~ ia~ i á aún
s el avance de 13 disciplina.
greso y las actividades específicas. Estos son supuestos vcrd;id(i- 1<1tercer problema del r-iiodelo de la dependencia era que sus
rdmciite fuertes. Según este rri70narniciito l í n j r . 2 ~~!!T.~:.:;:v::c\s I ! ii-iii:icioiies centrales eraii incongruentes en gran medida con
extranjeras que generan ganancias positiva: para el Ccs;~;-r:)lI~ 11.; ilcchos einpíricos. Cuando los investigadores consideraban las
son las que pierderi el dinero de sus a c c i ~ n e sEn
. efecto. la lOgica :,~lc:isde la dependencia, las expresaban coniu hipótesis i.efuta-
cconórnica de este eiifoque sostendría que los inversioriistas bi-i-
tánicos de los ferrocarriles estadunidenses subdesarrollaroii a lo:, ) 'l,:sl¿rcre-las laxas de la prueba y la argumentación fueron s e n a l a d a s iriclusc)
Estados Unidos. , ;ilgiiiios Iiis1ori;itlorcs influidos por la depcndcncia como una c a u s a d c pi-cOcLi-
. i<i;'~ ) o : ~ q iperniiiían
ic la claboraciciii dc uria especie de Iiistciria ii.11igposi:i\'ista a l
El segundo problema del mcdclo de la dependencia era qce re- ,.; dijera I-aul Gottenbcrg: "Los \.iej<is villaiios d(' ia hrstorla -!os
('(1111,~ conser-
ch:~zaliala noción de qiie :as ideas debían someterse a !a 1:valti:i . ii.cs y 'oarbaros' que nbst~uíar?cl progreso liberal, incluido 1.1 1ibi.c conicr¿io-
ción ciefitífica. En Izgai- de e!?bora;. hiuótesis c~iid~ciosaiL!cnt~ .::i ~ . ( ~ n vtidcc i de ~ i ' O n t 0cn nuevos iréi-ocs La rehabilitaciun de persaii;iics !r,n
.i: ai:rr:aiiies como cl doctor Francia, de Paragcay -que según s e a f i r n i ~ahora
esp<cificades y vzrit'icarlas luego con las p r d e ~ u ssis~emriticn-
N:, cciei.oil a l ú Aciéi-ica Latina del siglo yli: su camino m á s ~ ~ i o r a r i yt eprcigresistri
mente reunidas, con dernasjada frecuericia los depeiidc!itistss h:i- .. cI des:~rroIl~-, a manos a e la teorla de !a depeiideficia, deb:era advertirnos
cían grandes generalizzíciones que no estaban apnyzdas por- las . I e: rc\risioni;irio se Iia txtrriviado." Gooterberg (1939).p. 10
pruabas existeiites. En este sentido la teoría de !a dependeiici:i tli- '' (',)ti cls:o rio se sugrerz qui: no niibiesc d c b a ~ e sdentro de la tradición (le la de-
;.ic,ici;~,pcro sí se sugiere que tales debaics tendían a c r n t r a r s e en los cnroqucs
vo s~ efecta más rieggtivr) - - j . 1~12s
pei.iurabie- eii el campo dc la . , ~ ~ ~ ~ i i i no a l ccns ,cuestiones de p r u e t ~ a siécnicas
. o métgd(,s IJor eiemplo. Iíis 3 r -
historia económica iatir,oamericana. :,a tradición dc invcstigii- it5i:!istas d c b ~ t i a i si i el enfoque debía s c r !»tali~adoro part:lal. diel6ciico » n o
ción que s e desarrolló no se centraba en la criiciadosa recoleccitii , . ~ ~ . i i ck.i.;torico
o. o ahistórico. Pcro no tendírin a debatir c u ~ : s : i r > nmi:; ~ s cleincn-
- . ).,. n último térmiiio inás imrjortatiter.. accrca de lo que c o n s t i t ~ i , euria p r u e b a
de datos y en la clara esp~:ciiicación cie iilpótesis verificab!cs.:' i~!irip!ci, Ics tiependentistas casi r.0 dcbatlan cómo c'.eterm;~isrS ! los moviinicn-
:)a I ~ r r i i i n i ~ des intercan;bio i n d i c a b ~ nLna tendencia scLiii:ir o una v,?i-i~icicin
3"ri falla de uiia esiiecificación c1r:ra fii- :cfidiad;! incliiso por. i r i v ~ s i i g n ~ J ~ ~ i ~
. ..:i o incluso. a un nivel más basico, cómo 2stimar corrcci;mczt? los tci'rninos
que sentian cierta simpatía por la a t r a ~ c i ó nintuitivd de la teoría rle la dcpcnticii ...;
::r,!rcaml?io (la cuestiii? comprende problemas d e núnierc,-; i r d i c e s q u e no son
p-rci les preocupaba la m a n e r a vzga como s e eapccificaba la teoría y s u s conccpri~:>
:..:ilesi. Ije igiial ,nodo. los deperidentistas no debatían I r i s n1c':od~s cori1:ibles
s e tornaban o p e r a t i ~ ~ oComo
s. dice Thorp v Bertram. "Con toda la ati-acci6n i n t ~ i i t i
7i;idos para probar que la i s "descapita!izaba" ~ a un paii , u t ~ d ~ ~ o r r o l l : i dEn o.
va Jcl aiinlisis de la dependencia, tiene varios canri)o.s de diriculrad c iriiprcci>iiiir
: , i h del7eiidentiitas no discutían chino sst:niar coi-1-ezt¿r;.en:e :o nagnitt!J d e
Esta iriipi~ecisiónpruvierie de otra ileb:!idad furitla.~i~*ii!:~l la !';i;trt dc un rii:>il:.ir> :., i , -
i;, r?ciodos apropiados para deierminúr ;as ganari:';!. 24.: c q z i ir?v-:.sioiics
nCiiiii-o ,lcsarrollado qüe :ostenga !a I r ::h., I t i , ' . . . ) :. . I : . .íV;\:.:n. v.: ,
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T.;. .' ,:!:i\bti,inc.s ..o181 " i e c n i ~ o s "1,O- . ~ ~ l r ' 11lt~li)'~:il
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bles, y verificaban tales hipótesis a la luz de la experiencia histú- ii;ilci; iciiian cii c I xi!:Io \ i S c o ~ i s i O c i ~ ; i l ~ l c ~ ~[~olitico
~ o c I c ~y- voliii~t:icl
rica de las economías más grandes de la región, s e encontraban (le des;irrollo. 1Cii ~ ~ l ' c ~c.st;i:; ~ t o ,c;lilcs iiidii~tri~ilc's
ii:icioii;ilcs pii-
con que la teoría tenía escaso poder explicativo. La mayor parte tlicrori ~)ci.sii;idir;i silc;;;r~l)ici.iiostic cliic ci~igicriirielcv:itl:is b¿ii.i.c-
de estas críticas pruvenían de los no dependentistas de orienta- r;is ar:iiicclnriiis c.oiiii.;i I;is iii;iil~if;ictiirascstr¿iii,jc.r;isy ci'~:¿ir:iii
ciones neoclásicas y rriarxistas ortodoxo^:'^ En parte provenían pi.ogi.,ini;is de siil~sitlic~ ( > i i :il)oyo clc las indiisl~'i;isii:ici~:iiicstlc la
inadvertidamente del interior de la propia escuela de la dependen- A i ~ l ~ r i cl J¿~il t i i l ¿ l ('I.
cia: los investigadores que trabajaban con el enfoque de !a de- 1,a iiii:,geii cle dclx:iiJciici;i tic i i i i ~ iburgiicsia di:l)il y dcpcii-
pendencia s e sorprendía a menudo al descubrir que sus resultados tiieritc iio coi-rcs~)oiitli;it;iiiipoco a la invcstigacitiii d c 1;i i-cgiil;i-
no correspondíari a los pronósticos d e la teoría.": Exnniinemos bre cióil de la cinprcs;; csli.;injcra. Los 1SsLados latiiioaiiicriciiiios no
vemente la correspondencia de la teoría con la experiencia empí- estaba11 post:-acios ;i:itc cl capital extranjero. Inclliso diir;iiite el
rica efectiva. periodo clcl libcralisiii~) csporiador, los gobiernos liitiiioiiiiicric¿i-
En la base de la teoría de la dependencia se encoiitraba la no- iios cslnbaii dispiicsios :i rcgu!er las actividades de los c:il)it:ilis-
ción de que los términos de intercambio de la Arnérica Latina s e [lis cxtraiijcros c:i iii.iis (IcI cic~arrollo.~" A posterior-i ol)scrvaiiio.;
deterioraban de un modo secular. Por tanto, el comei cio exterior
subdesarrollaba a la América Latina. La base de ests aseveración "1 & l ~ . y , , . , cliilpL,!~~
l ~1 L : ~.,,. ~,.., ;11..111~cles e11 el ~ C C ~ I I LIC I I I lAV0, ! \ c ;151llo I I I Z I I e11
e r a n las estiinaciones de los términos de iiltercainbio que habían 1 ~ ~ ,0~ ~l . )K,e l , ~ l l i lLol o , ~ , : I O , C!LIL ; I I ~ I C I I ~ O ~ ~ ~ Y XI+:I~,!I I ~ I I ~ II , . I ~, II:,~, III , . I , ICL I L I,{~
,

realizado de manera independiente Pi-ebisch y Singer. Pero cuan- ,e cllcoilii.;l\~;,;lc1il1.011,. ::i 1 . : # ) S clc-l iil~iiicloi l d v m i s ilv lo> ;II-;IIIL.L>:C>\ , l , , \ ,~clos, 1115
!?Oi,lL~r:ll,~ ] ; l [ l v l ~ j ; i ~ l<:111i,
~ c ~ r !,I;I-icI1;11i1.1 cl~rcclanientcsoy I I ~ L I L , . ~ I~~:e(~iollti!~'h !~I.I~,
do otros investigadores examinrtron d m cerca e! argu:l;:n:o de i u s 1.11sc j ~ i i i l ~ l u s cc5,ii.i lc I I I ~ I : I '11 LIL a t ~ ' h ~ ~ Ic:ii i o 1Llexl~o
h cl;ll:111d ~ , . ¿i,:~io(le 18.30
términos de intercambio, llevando las estimaciones a l sig!o XIX y ,rijii el csl;tblcc~iiiiciit~~ ~ 1 I:.I: ~ 1. (le VIO, y .Y? extcndic%1111> h I , > ~ , I L,!: > I ,; I I , ~ ilc
1 . I 111-
sometiendo los datos a un análisis m5s cuidadoso, descubrieron dlis[rl;ls ~ l i c ~ : del l s goiil: i.i',, , ! L I'orfiric! Iliaz l j c igual iiioii(i el roi7i~>riici l h i tisili.iiii
sllb~ldi;\!~il d i y c ~ \ a l l \ ~ ' l;lI :511 ~ !li<!t'lltc l~ldublt'lilicxtil U?] ai~OL1i1ll iih:r;ii'.ii' ~ \ ~ ~ L ' i l i l ~
que los términos de intercambio mejoraron efectivamente duran- 1890, :l tr:lvc~de 50s L~,I.,o,I : ~ ,. I ~ L I ~ I LI ; I 121 i ~ i d u s t r i aquC I ~ I . ~ L L!>i.c>I, ¡ : I 11 1, ~:lr¿ltlti-
te largos periodos, incluso en la llamada época del liberalismo ex- [ados
..,,",se
;,
,. j]al;cr 1 193c)), 11
[ ; l ! l ~ l ~ a [ l [b1 ~ ~1h5 1 1 ( , 1 i> 1'0r io (i:lc he refiere a !<J.; I ~ A : ~ < l L: l~~ L~ ~~l ?C ~ l l l O ~ .
portador. El peso de las pruebas apunta hacia la conclusión de l , : ~ lL~c,l;ic~(j:! con l5r¿isil, v6:i~eIXI: lY\?;il ] l l > ?oc)-2l 1.
,(ni,lk (198;)~p ~ l l + i - ! A r , < : k , , . i , IQ571, cap 7,Villan(~\,:~ \'::,?:I;I ; \II,¡::II~ílll?.j
qiie no ha habido n i n g h d e t e r i o r ~secular de los íériliiiios de i n - 1 4 b 6 , ,1;:.38-4.5,~iriaiIiszus:r. ~,,iI't,:..J.).li It'.. e1'c.c-
,.? 109-1,:L V?aae cri:,:i..l
tercambio de :a América Latina, sirlo ri;o\~irnieiltcis cíclicos sin , , l n , , , l ~ l l , Js ; 1 1 , ; : ~ ,1 i o i ! e : 1 , 1 I':IL'i . ic,.ies L I ~
ninguna tendencia discei.nible a largo p i e ~ o . . ' ~ t;isL,-; ~ r : ~ t l t ~ c ; a r;,, ~ ; 1i,: : ' e11 I J I ;'si! E n r~-Iac1611
~~ ~ con . I - , ~ I .:. , - I \ c , . ~, I > 111,i
La otra aseveracibn principal ae la teoría de la dependencia .:!c~:!i:drcl i i 9 7 0 \ ,-;ip ,\ I < ~ . , ~ ~al, ~H::nco c . I ~ dc I Avío, v i a . 5 ~IJriail; I+.'i I'or lo i i ~ c
reiieri al l3ro;rama de Iri.lii~iriesNiic\.aa en 52é?uco, ié;i.i. l I ; i l ~ ~! .lc),31)i. , pp 38,
e r a la existencia de una hurguesíü compi-adora que controlaba a ~:1.9,3.L I ~ , ;i :c ~ ~~ l( sI ~ I O I . ,: ~~I O; Y I I T ~ : IpLtblicacifii~
L: , e x r i t '~1 -,
J . ,- l ',
: . L L . t . : ~ " ~ . , s . ~ '1 I ,\ , c,i;l- ;

un Estado débil que no podía ni queria actuar en aras del intcrés !,,:,lLi~1 ply)grdrtxji " JL,r;c;ic: ; ' ~ ~ i . I, c11 SaX<,rd l1988), pp 51 7 2 -::N:!L ~ I ! , L ~ I I S I ~ ) I dc, ~

nacional. Esta aseveración s e tierrumbó vor varias razones. En . ~ ~ ~ c l ~ ua ~l l; ~l ll m ~ ~~ il l~::: ,,~ .~, , i , . 1 \ f c ~ i h ~. reo~p,~ k(lY8;,, p; ! ;:-l . > ,,Ic>1:11 Lc)5- ,
..u ,., 7 ; s,1<i;an , lqsfil, -11, ( ! \ ) I ' > ~ ?.n,ú I $32 i \ y ~ l d aa I Í ~Ind ! 121 ' >l\
primer lugar, los investigadores q h e trabajaban cri la historia ir?-
A -

1 ' L',,ill~) ~ : ~ ] . , [ I . ;,,.


~ ~ I c.~ ~ , I L , I O S UL, I ' , r i ~ l ~ S ~ un mc ~ i ~ ? r ; l i :; i :.o*,';>:;III;L,I. lo> E l ) -
dustrial inicial de la región descubi-ierori qiic las burgiiesias nacio- ;i.rii,.: [',ru, 11 :. L\c :, . . L L i : * , ~nba13,
l ~ ~\ t <~ ! ~ t ;~ l13 ?egdl? .. ,:. ... , - ',¡\'.[l. V S ~ ~LSI ~

:.r,,,!iii];iL:cyt;;~l;,cr:3,. > ,:.I;~. 1 11.cr~loliilino rendían n s u - .-:,,:i.~' ,. i k i ;:iii.iifC:i.i'~


3"~;ntre las mejores evalulrcion?, d e la teoría d e la c!elpendericia ,i1:1 luz dr: la e x - , , o; ; 1 1 t ; , , ! .o!>ii , , c r en a?! nic;c¿iclo rlc -í.>:'d :.~~in.li-i~s llor
p i r i e ~ i c i zempírica,cscrit;is dcsde !a perspectiv;' ncoclasica, cstlin 1:) tlc 1 cl'T(1982u, Lcl 1 'iIl\p,,!.; I(1s gooie:-i1i . 1 , . -.I \ ~ 1 % .Llcxic.'
, l ! ~ I l ( , , t,ll t , l 111;p~lrtL:. - . A.

1982b1, PeIAez (1975).Entre las inejures eveluaci:~rics dc I¿i tcoi-ía dcsc!c una pcrs- , j , 2 ~ > : c l . ,;,l il';!,, clc .;(l.: , ~ : , '.:ari-:~c! JL [~:!,pic.d:id extr:,.- .;. , ' I 'lr.;~~'
\ 8 1

pectiva niarxisla ortodoxa se encuentra 12 de \Vecks 1 lYh7)


, ,S,,,, ; 0 ( > l ~ r ~< 1 0r e , )::.-, * , - ; ; 1 8 , t . ~ ~una , r e 5 l r 1 1 ~ i ~tar1r:lr;k
tr2 . , : :, *., 1.1 1 - *'l
"; Véasc por ejemplo Eakir. (19391, c a p 8
.L, ~ ~ ~ ;>! ~ ~ n~e r c~; ~ . ~,:.-tL,i7 ~ , ; ~I;Ical ~ :;!; dc~5tiii;id;:
l ;I ry -:,L. .!I~'I~Y<,~.
""or lo q u e s e refiere a 13rasil. vCasc I.cr!. (19821'). p 74, y 1'cl;ie~ (1976), ~pági- .L>Y-. I > ; I ~lo\ ;I
Ll~jc ~ ~ p i l i ~L~j s ~l e ; ;l :~, .;, ,l, i1 , : , i ~dL, , la> gan;~lici;~s d e 111s .o.. t.?..:

nas 284-286 Respacto a hlésico, \.é-;e Xcynolds (19701. pp. 4311-4411,S;ilvucci (199~3), , y [ i c i i ! ~ : ' y i c j , 'nL!ii ".
.:Y l .L j ~ l c ; l i pl : '. . . ,' l.ll~!, ; , S
Ecatty (1994). P a r a Ai-gentiiia, v~!r:cc. D í a z - j \ l c ~ a i ~ i i r1 ol9;Ot, p p .?n, 85-89 El cstu- '!. ':.:l:ll-"l~
>:a;;l i r i , : 1 , ~ , ~ ~ 1 ~ 1 ~. ~, , : : 1 ~. 10. Cfi,rrr~:si.i.ilcso p;!r-:l :;. ,. .
<
L 2 . . m
dio cllisico de los térininos de intercambio coi1 datos c i i i ~ ~ ~ ~ei s~ 'dcei sKii~tllcbci-ger , . ) / , < j,. :'. i ' lla!l!-,..'. . . . , ! .1'.:
(19.56) r'Cnsc también Spr;ros (19:; . S c h i i ~ , i ; ! ~i lr L > S l '.~ i . i k i ~ . .\; , ., y , ~ i i ~ l i / / , i ., .11lar ~L ;:
..
i W i .\i:illnli (1YSYj. Uiaz (1.);
1
q u e la i d e a d e la cicpcii:lciicia eri i.claciOii coi1 e1 c;iL)i1;i1cxti-anjc1.o ele 10s nic:rcados I-3sibilitada por la constr-lic'ción d c f c r r o c a r r i -
y la s o b e r a n : a niicioii,~!1)ocii.i;ii.esiilt:ii~tiiiiy ac:?i.;nd;i p a r a los pai- d c propiedad e x t r a n j e r a y la p r o ~ e r c i ó nd e Estados :ictivis~ns,
s e s niás pecl~ieiiosd c l;i !\iiici-icii IJntiii;i, coriio Iloiiduras, C u a t e - originó iin periodo sostenido d e crccimicnto i n d ~ i s t r i n lISn . efecto,
iiiala o C u b a , p e r o t e i i d r i : ~iiri poder cxplic.ntivo liiiiitado para los 10s niisnios á m b i t o s q u e s e vieron m á s arecrados por c l a u g e d e la
paises m á s gr;iiiilcs d c I;I r.cgióii, como hlcsico, i3r;rsil o Argentina. iiivcrsión e x t r a n j e r a 2 1 fines del siglo X I X experimentaron e l d e s -
I,a ultinia ascvi,rncioii irii[~:)rtantctle la teoría d e la dependcii- :irro!lo industrial mi:, rápido. A d e m á s , e s t a s i n d u s t r i ; ~e ~r a n d e
cia e r a q u e los lazos (le 1;i clcl~ciidciicias e aflojaban e n l a s c p o c a s Ili.opiedad y financianiiento nacionales.
d c c r i s i s iiitern;icioriai, ciiaiitio los 1):iiscs industriales avanzados I,os investigadores q u e t r a b a j a n d e n t r o del inarco d c la d e i x n -
e s t a b a n d e i n a s i a d o ociip:iclos libraiitlo giici.ras, o deiiiasiado h u n - dencia e s t a b a n conscientes d e l a s incongruencias c a d a vez m á s
didos e n la d e p i e s i h n p a r a e j e r c e r su co!itrol. l1ura:ite e s o s perio- obvias e n t r e la teoría y la realidad empírica: Sil r e s p u e s t a f u e do-
dos, d c a c u e r d o con cl cniocl~icd e la d e p e n d e n c i a , los países d e la blc. P r i m e r o , c r e a r o n una variedad m á s complicada d e la t..~ o r í a
A m é r i c a L a t i i i ~ podinri
i desai-rollarse d e m a n e r a aiitónoiiia y r á p i - I¿i q u e s c Ilarnó el desarrollo d e p e n d i e n t e a ~ o c i a d o E . ~s t~a teoría
d a . E s a ase\,ei-acióri d c la tcoi-ia s e b a s a b a e n la e s p e r i e n c i a d e las :iSirinaba sencillaniente q u e el "desarrollo" podín ociirrir e n el
ccononiías 1atir;oaiiiericanas duraiitc la scglinda G u e r r a Mundial, contexto d e la "dependencia", concediendo implícitaniente q u e la
un periodo q ~ i cpresenció iin ailnicnto g r a n d c d e Iri prodiicción in- teoría d e la dependencia no podía explicar el sutdesai-i-0110 lati-
d u s t r i a l eii la i-iiayoria .le los paíscs. r:oanicricano. P e r o s u s proponentes aí'irmabnn asiniisiiio q u e el
E s t a úfiiniación c s cri-óriea por t i e s razones. Pi-iniero, la mayor subdesari.ollo e r a tin producto d e la dependencia. A fin d e conciliar
p n r t e d e la e'c~~¿insifir? iiid~istii:il de la región durante la s e g u n d a r'stas aseveraciones mutuainentt: cxcluyentes, el desarrollo d e p e n -
G u e r r a hl~iridi;ils e d:OiÓ a la e:;piotacióii irici.eriic.ritnda d e la plan- diente asociado utilizo u n a e s p e c i e ue i.azonainiento cii.cuidr quc:
'La y ctl e q u i p o y;i t'sisteiitcs. I,a mayor p a r t e d e 1s c a p a c i d a d insta- podría d e s c r i b i r s e mejor como u n inodelo d e a r g u m e n t a c i ó n d e
lada c n I,ís rnaii~!fact~ii.as latinoamei-icanas existía a n t e s d e la "rigcila yo g a n o , sol tu pierdes". Como a f i r m ó Robert P a c k e n h a n i ,
gcierrri, lo q u c indicaba u u c rl desarrollo industri:.l habia ocurrido
a n t e s d e la p e r t ~ i r h a c i ó ndel c o m e r c i o interna~:ional.~lE n s e g u n - si 13s extranjeros invierten en la agricultura, esto promueve la depen-
dencia de los productos primarios rnediante 1;i cieclin:icitJn de los tér-
d o l ~ i g a run e x ~ ~ r r i crniii¿!¿ioco
n deni»s:ró q u e la G r a n D e p r e s i h n
:riinos de i:i!ercl;rilhio. Si invier:eri en la indiistria, r s t a cs "la nueva
iio r c s u l ~ ószi-»at-d 1;; ~ I ~ J ~ I S ~ ~ ~l aLt i, n~~ In Z i i ~ ~C~ ~ rla
Ói cbendi-
Ia~n a esti.uctui.a de l a dependeirzia" Si la hgrguesía nacional es pequeRii,
ción q u e asrgui-uSxii Ivs ti:ci.i,os d e 1:: dcpende::cia. I<n tanto q u c (%¡¡oocui re pcirclue los exti.eiije1.o~la "dcbi;it;inn; si la h ~ i r g ~ e s~iac-io-
ía
ia ú!tirria p a r t e del d e c e n i o d e !os t r e i ~ t ap r e s e r ~ c i ói n c r e m e n t o s nai es grande, respoiidei-á de todos i ~ o d o sa intereses csterrios come
imp:-esiorinntes d e la irivei,sión y la prodcicción industria! e n m u - agerites internos del neorolonialisrno. Si la economía de un país latino-
c h o s l ~ n í s e se! , filial del decenio d e Ics veir?tz y ei principio iiel si- ainericana es intensiva en niiino de : ~ b r aesto
, es e x p l q t a ~ i ~yi nmaniie-
g l i i e n t r f l ~ c r o n»el indai; d z ¿:)i~ti*a¿ciór,indust1!31.~?T e r c e r o , el ne la dependencia; si es intei:siva en c'ipital, est;i e s 12 forma lnas
iiiicio d e la moderrir: ii~dirsti~iiiizacióii l a t i n o a m e ~ i c a n ano coixci- nueva de la dependencia que pi.ornu2ve el desempleo, la i~idrginazirjn
y el increme:ito de la desigualdad. 1. así s u c e s i v a n i ~ n t ~ . ~ ~
di6 cnn u11 2 e r i o d 3 dihc:i.iis iiiteriiacic.ria1 sino con !a época del 1i-
bera!isnio e s p o r t ~ d ~ i C. .o n t r a lo q u e s u g e r i r í a la teoría d e la E n siinia , !as hipótesis no podían verificarse porque t o d o carri-
depcndericia, la cxprinsióri d e los i~:g!-?sos c r e a d > [ ) 3 el ~ "auge d e '>i.,d e las variciblrs i n d ~ p c r i d i e n t e sinc!uida
, la exitosa industi'isli-
las exportaciones" d e i'iiies de: siglo xiS. 2iunad:i :I la intcgrnción :ación iriternn, s c tomaba conio ltna p r u e b a e v i d e n t e d e :a e x i s -
7:ricia d e la d e p e n ~ l r n c i a . ' ~
.ll VCnse i,:, -st i J i o cxct,!z,ite iici : ~ ; r > ni:siL,~:n(t e:: Xeyr:. :i IuíOi, p. 167. I<e-
fcrentc a Brasil, case Fistilo¿ir t 19;L. . :iii i i'i- : Sc.t>t-st.n.s.~:i:~ pauta inuy sirriilzir 1.3 E n t r e las ob1.a~clásicas s e enciienlriin las de E:.ans (19-4,. Cardoso 5 Fnleilo
e111:: experienc~:i~:!-:ii:,!:-l::l..~,! iii :\17:~1 ,:: Y.., . .~i;',r:e i d :: -iera Guerra k1~1n- 1969).
dial. V e a s e !)can ,!" ),ii. r,ip :
'12 F;o ~ . c l . i i ~ . ~.:i
,l~ . :c.,., .)S+, y vsn ni-as:i,
.
;-1- Packenhain (1992). p. 43
, , , , 5 l.:\ ejeniplo clái;ico Jc cslc rilw de lraba~jo c:, Eva:is (1979 i.;I 12:-lipioEvniis sc,-
:lb.. -.:.&',,y
:;, l;)!la ' ' d ; \ [ o ~s i s t ~ n i i i t ~ c~I'L>;.ISOS,
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