Está en la página 1de 1

GRACIAS A ELLOS ESTOY YO AQUÍ

A mi me fascina pensar en las generaciones de hombres y mujeres que me han precedido y han hecho
posible que yo esté aquí. Siento un profundo agradecimiento por mis ancestros y no excluyo a ninguno
aunque no tengo memoria de ellos. No sé nada de sus vidas, apenas me ha llegado algo de información de
mis bisabuelos, aunque muy difusa y seguro sesgada…

Mis abuelos vivieron una guerra, no quiero ni imaginar lo que tuvieron que encarar los de más atrás. En todas
las familias ha habido de todo y cada uno ha cumplido su papel, de bueno o malo, para que los demás
pudiéramos tomar conciencia y evolucionar. Por eso, porqué sé que con su vida cada uno hace lo que puede,
en mis momentos claros, doy un espacio amoroso en mi corazón a los excluidos, a los que, en un arrebato,
cruzaron el océano, para huir de sus miedos, dejando a los de aquí huérfanos; a los que bebían de más para
intentar apagar el fuego de sus entrañas; a los que se jugaron a las cartas más de lo que tenían, a los que
quedaron en vida ausentes de tanto dolor como sentían, a los que murieron fuera de tiempo dejando un
inmenso vacío, una gran sensación de desamparo, algunos fueron ricos y otros pobres, hubo canallas y
vividores…

A todos les doy un lugar de honor en mi corazón, ¿quién soy yo para juzgar lo que hicieron o dejaron de
hacer? Sólo sé que su historia, sea la que sea, mereció la pena, que cada uno, como pudo, pasó un valioso
testigo y gracias a la suma de sus esfuerzos, de sus tristezas y anhelos, he podido ser madre y abuela y
emocionarme contemplando las estrellas en las noches cálidas de varano y pasear sin prisas por la orilla del
mar infinito que tanto quiero. He conocido el dolor y la alegría inmensa del amor. Sé lo que es la tristeza y el
placer de ser amada. Gracias a ellos puedo sentir. No traiciono a ninguno, estoy convencida, queriéndolos a
todos. No hubo una sola vida que no mereciera la pena. El amor une, nos da fortaleza. Por eso, en mis
noches oscuras, sé que su cariño, con dulzura, me sostiene y me ayuda a afrontar la muerte. Qué más da que
haga siglos que estén muertos. Son parte de mi y con respeto y ternura los reconozco.
MERCÈ CASTRO PUIG
LIBROS: "VOLVER A VIVIR" Y "PALABRAS QUE CONSUELAN"
COMOAFRONTARLAMUERTEDEUNHIJO.COM

También podría gustarte