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"Os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros,
los hijos, al resucitar a Jesús (Hecho 13, 32-33). La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de
nuestra fe en Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, transmitida
como fundamental por la Tradición, establecida en los documentos del Nuevo Testamento, predicada co
mo parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo que la Cruz:
María Magdalena y las santas mujeres, que iban a embalsamar el cuerpo de Jesús (cf. Mc 16,1; Lc 24, 1)
enterrado a prisa en la tarde del Viernes Santo por la llegada del Sábado (cf. Jn 19, 31. 42) fueron las
primeras en encontrar al Resucitado (cf. Mt 28, 9-10; Jn 20, 11-18). Así las mujeres fueron las primeras
mensajeras de la Resurrección de Cristo para los propios Apóstoles (cf. Lc 24, 9-10). Jesús se apareció en
seguida a ellos, primero a Pedro, después a los Doce (cf. 1 Co 15, 5). Pedro, llamado a confirmar en la fe
a sus hermanos (cf. Lc 22, 31-32), ve por tanto al Resucitado antes que los demás y sobre su testimonio
es sobre el que la comunidad exclama: "¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!"
(Lc 24, 34).
Todo lo que sucedió en estas jornadas pascuales compromete a cada uno de los Apóstoles —y a Pedro
en particular— en la construcción de la era nueva que comenzó en la mañana de Pascua. Como testigos
del Resucitado, los Apóstoles son las piedras de fundación de su Iglesia. La fe de la primera comunidad
de creyentes se funda en el testimonio de hombres concretos, conocidos de los cristianos y de los que la
mayor parte aún vivían entre ellos. Estos "testigos de la Resurrección de Cristo" (cf. Hch 1, 22) son ante
todo Pedro y los Doce, pero no solamente ellos: Pablo habla claramente de más de quinientas personas
a las que se apareció Jesús en una sola vez, además de Santiago y de todos los Apóstoles (cf. 1 Co 15, 4-
8). Jesús resucitado establece con sus discípulos relaciones directas mediante el tacto (cf. Lc 24, 39; Jn
20, 27) y el compartir la comida (cf. Lc 24, 30. 41-43; Jn 21, 9. 13-15). Les invita así a reconocer que él no
es un espíritu (cf. Lc 24, 39), pero sobre todo a que comprueben que el cuerpo resucitado con el que se
presenta ante ellos es el mismo que ha sido martirizado y crucificado, ya que sigue llevando las huellas
de su pasión (cf Lc 24, 40; Jn 20, 20. 27). Este cuerpo auténtico y real posee sin embargo al mismo
tiempo, las propiedades nuevas de un cuerpo glorioso: no está situado en el espacio ni en el tiempo,
pero puede hacerse presente a su voluntad donde quiere y cuando quiere (cf. Mt 28, 9. 16-17; Lc 24, 15.
36; Jn 20, 14. 19. 26; 21, 4) porque su humanidad ya no puede ser retenida en la tierra y no pertenece ya
más que al dominio divino del Padre (cf. Jn 20, 17). Por esta razón también Jesús resucitado es
soberanamente libre de aparecer como quiere: bajo la apariencia de un jardinero (cf. Jn 20, 14-15) o
"bajo otra figura" (Mc 16, 12) distinta de la que les era familiar a los discípulos, y eso para suscitar su fe
(cf. Jn 20, 14. 16; 21, 4. 7).
"¡Qué noche tan dichosa —canta el Exultet de Pascua—, sólo ella conoció el momento en que Cristo
resucitó de entre los muertos!". En efecto, nadie fue testigo ocular del acontecimiento mismo de la
Resurrección y ningún evangelista lo describe. Nadie puede decir cómo sucedió físicamente. Menos aún,
su esencia más íntima, el paso a otra vida, fue perceptible a los sentidos. Acontecimiento histórico
demostrable por la señal del sepulcro vacío y por la realidad de los encuentros de los Apóstoles con
Cristo resucitado, no por ello la Resurrección pertenece menos al centro del Misterio de la fe en aquello
que transciende y sobrepasa a la historia. Por eso, Cristo resucitado no se manifiesta al mundo (cf. Jn 14,
22) sino a sus discípulos, "a los que habían subido con él desde Galilea a Jerusalén y que ahora son
testigos suyos ante el pueblo" (Hch 13, 31).
Oración Principal
Credo
Santo, Señor y Dador de vida que procede del Padre y del Hijo recibe
Dinámica
Hacer grupo de chicos cada grupo tiene sus propios globos y tienen que protegerlos que los demás
grupos no se los exploten, si al terminar la dinámica quien tiene más globos tiene premio.
Para ver sus destreza una dinámica cada joven si podría el nombre de una fruta, luego empezamos
diciendo yo voy al súper y compro una sandilla, y cada uno me sigue, pero de repente yo digo ya regrese
de las compras si no llegan a su lugar : penitencia.
Citas bíblicas:
.
Preguntas
Conclusión
Yo estoy dispuesto hacer uno de tus hijos y seguirte en aquella travesía de fe, yo te perseguiré
porque has dejado en mi , la fuerza para ser firme y llevar de tu mano la fuerza de tu amor.
Bibliografía:
im LA Sim
En la mañana de Resurrección
LA Sim
RE LA RE LA
Sim RE SOL LA
En la mañana de Resurrección