Lectura Don't Measure, Don't Manage: GDP and the Missing Economy of Nature
http://www.rff.org/research/publications/dont-measure-dont-manage-gdp-and-
missing-economy-nature
En el cálculo se toman en cuenta únicamente los bienes y servicios destinados para el consumo
y valorados a precios de mercado, dejando fuera aquellos que son tranzados fuera del mercado,
como es el caso del trabajo doméstico, el trabajo del voluntariado o de asociaciones sin ánimo
de lucro y de los sectores informales de la economía, subestimando así la verdadera actividad
económica y el nivel de producción de un país. Tampoco incluye los efectos externos del
crecimiento económico sobre el medio ambiente, que se traducen en destrucción de los
recursos naturales y en la degradación del medio.
Para suplir estas limitaciones se han creado nuevos indicadores, como el Índice de Desarrollo
Humano (IDH), que enfatiza las condiciones y capacidades sociales como criterios prevalentes
para evaluar el nivel de desarrollo de un país. Este índice combina el PIB con el nivel de educación
de los ciudadanos, basado en la alfabetización de la población adulta y en los datos de
escolarización, y el nivel de salud de la población, basado en las estadísticas de esperanza de
vida, asimismo permite, entre otras ventajas, fundamentar la elaboración de políticas a fin de
mejorar la calidad de vida, vincula las políticas con la vida de las personas y capacita a la
población al mejorar su conocimiento sobre tales políticas.
Si bien no es fácil, resulta fundamental avanzar hacia el análisis del bienestar en forma integral,
considerando el desarrollo de modo global, esto es, no sólo a nivel cuantitativo sino y
especialmente a nivel cualitativo, lo que supone evaluar el grado de sostenibilidad de un país.