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REPORTE DE ACTIVIDADES (TAREAS) – DERECHO - UNADM

MÓDULO 2 – Estado, Constitución y Gobierno

UNIDAD 1 - RELACIÓN ENTRE LA CONSTITUCIÓN, EL ESTADO Y EL GOBIERNO

SESIÓN 1: ANTECEDENTES, CONCEPTOS Y RELACIÓN CONSTITUCIÓN-ESTADO-


GOBIERNO

IDENTIFICACIÓN

NOMBRE: RAÚL OCTAVIO LASES ZAYAS

MATRÍCULA UNADM: ES172006692

FECHA: 07 / marzo / 2018


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CONTENIDO

ACTIVIDAD 1: CONSTITUCIÓN Y ESTADO .............................................................................. 3


ACTIVIDAD 2: TIPOS DE ESTADO Y FORMAS DE GOBIERNO ........................................... 5
ACTIVIDAD INTEGRADORA: RELACIÓN ENTRE ESTADO, CONSTITUCIÓN Y
GOBIERNO ....................................................................................................................................... 7
ENSAYO ........................................................................................................................................ 8
• ¿Cuál es la relevancia respectiva del análisis jurídico y político de la Constitución? . 8
• ¿Cuál es la relación entre la Constitución, el Estado y el orden jurídico? .................. 10
• Crítica ..................................................................................................................................... 14
• Bibliografía ............................................................................................................................ 16
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ACTIVIDAD 1: CONSTITUCIÓN Y ESTADO

- EN UN CUADRO COMPARATIVO IDENTIFICA LAS BASES SEÑALADAS POR


BURGOA SOBRE LA CORRIENTE QUE INDICA QUE LA CONSTITUCIÓN CREA AL
ESTADO Y LAS DE CARRÉ DE MALBERG QUE DISTINGUE LA CONSTITUCIÓN DEL
ORDEN JURÍDICO:

CUADRO COMPARATIVO BURGOA – MALBERG

IGNACIO BURGOA CARRÉ DE MALBERG


CONSTITUCIÓN – Una comunidad nacional al Siendo el Derecho el
ESTADO – ORDEN organizarse se “constituye” conjunto de reglas que se
JURÍDICO primero generando la norma aplican a los hombres en un
fundamental, es decir la territorio determinado por
Constitución, y luego, a una autoridad con
través de ésta, formando el capacidad imperativa y de
Estado, el cual es creado coacción, estas
como un centro de características solo pueden
imputación normativa, estar presentes en el
sujeto de derechos y Estado mismo, por lo que el
obligaciones. Para que el Derecho “solo puede existir
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Estado cumpla sus en el Estado una vez


funciones, el Derecho le formado éste, y por
otorga el Poder Público consiguiente, es inútil
(funciones legislativas, buscar el fundamento o la
ejecutivas y génesis jurídicos del
jurisdiccionales). Respecto Estado. Por ser la fuente del
a la posición contraria que Derecho, el Estado, a su
expone Malberg de que vez, no puede hallar en el
primero fue el Estado y Derecho su propia fuente”
luego el Derecho, Burgoa
expresa que dicha tesis
“deriva de una confusión
entre el Derecho primario o
fundamental que crea al
Estado … y el Derecho
secundario u ordinario que
… emana de la función
legislativa (prevista) … en el
Derecho fundamental o
Constitución … sin el
Derecho fundamental no
puede haber Estado.”

- SEÑALA EN OTRO CUADRO LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS SIGUIENTES


ELEMENTOS FÁCTICOS DEL ESTADO:

CARACTERÍSTICAS DE ELEMENTOS FÁCTICOS DEL ESTADO


CARACTERÍSTICAS
PUEBLO Elemento humano, indispensable en la concepción del
Estado moderno. En el pueblo reside la soberanía, de la
cual emana, a través de sus representantes, el Derecho y
las instituciones del orden jurídico
PODER POLÍTICO La evolución de las sociedades puede seguirse en buena
medida conforme a la evolución de los entes o sujetos que
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detenten el poder político según la época o circunstancias


de la historia. Este poder es la autoridad a la que están
sometidos los ciudadanos. El poder político es un poder que
gobierna porque así lo aceptan los gobernados. En el
principio de la historia era detentado por el jefe patriarcal,
luego en las sociedades absolutistas por el rey a quien se le
confería un derecho divino, y en los Estados modernos el
poder político queda establecido desde la norma
fundamental y constitucional, con total separación de
cualquier connotación divina, y que finalmente se
personifica en individuos u órganos pero que actúan como
meros representantes del pueblo en quien reside la
soberanía.
TERRITORIO El territorio es otro elemento esencial del concepto de
Estado y condición de su existencia. Es el espacio o ámbito
físico de organización de la comunidad constituida en
Estado, y sobre la cual éste ejerce su dominio y su
capacidad de regulación sobre los diversos aspectos de la
vida social, económica y política de una nación

ACTIVIDAD 2: TIPOS DE ESTADO Y FORMAS DE GOBIERNO

- EN UN CUADRO A DOBLE ENTRADA, SEÑALA LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS


TIPOS DE ESTADO Y OTRO SOBRE LAS FORMAS DE GOBIERNO.

CARACTERÍSTICAS DE TIPOS DE ESTADO


TIPOS DE ESTADO CARACTERÍSTICAS
AUTOCRÁTICOS La autoridad y la función regulatoria en la
sociedad se encuentran controladas por un
dictador, tirano o por un reducido grupo de
personas que detentan el control político e
incluso militar
DEMOCRÁTICOS La soberanía reside en el pueblo quien
participa en la elección de sus
gobernantes, contempla también la división
de poderes (legislativo, ejecutivo y
jurisdiccional), garantías jurídicas para los
gobernados.
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CARECTERÍSTICAS DE FORMAS DE GOBIERNO

TIPOS DE GOBIERNO CARACTERÍSTICAS


DEMOCRACIA Participación activa del pueblo para elegir a
sus autoridades, contempla la distribución
del poder y sus controles tanto legales
como ciudadanos
AUTOCRACIA El gobernante ejerce el poder sin limitación
jurídica
MONARQUÍA Es encabezado por un monarca o rey,
aunque en las modernas monarquías
constitucionales o parlamentarias el
monarca es jefe de estado pero no de
gobierno para el cual se contemplan
procesos de elección democrática
REPÚBLICA El poder, emanado del pueblo soberano, se
divide para su ejercicio en 3: Legislativo,
ejecutivo y jurisdiccional
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ACTIVIDAD INTEGRADORA: RELACIÓN ENTRE ESTADO, CONSTITUCIÓN Y


GOBIERNO

1. Redacta un ensayo cubriendo los siguientes puntos:

¿Cuál es la relevancia respectiva del análisis jurídico y político de la Constitución?

¿Cuál es la relación entre la Constitución, el Estado y del orden jurídico?


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ENSAYO

• ¿Cuál es la relevancia respectiva del análisis jurídico y político de la Constitución?

En la medida que profundizamos en el conocimiento del Derecho y su desarrollo histórico,


mayor es el entendimiento de que la evolución de nuestra sociedad está íntimamente
ligada a la capacidad humana de darnos reglas e instituciones. Los grandes saltos de la
humanidad están siempre asociados a las capacidades técnicas pero también a las
capacidades de autorregularnos en nuestro comportamiento para asimilar, procesar y
potenciar los avances tecnológicos. El marco normativo e institucional es factor esencial
en el desarrollo de las sociedades, siempre que sea, por un lado, propiciatorio y
desencadenante de la inventiva humana, pero por otro lado, que otorgue garantías y
medios para la protección de los derechos sociales e individuales, de tal forma que
prevalezca una armonía social que posibilite el continuado esfuerzo por el desarrollo en
todos los ámbitos.

Este papel efectivo del Derecho en la sociedad no es algo ya establecido con carácter de
permanente, sino que al contrario, su rol debe ejercerse diariamente y estar generando
nuevos avances que permitan cumplir con las responsabilidades de su posición central
antes esbozada. En este objetivo es que es imprescindible que mantengamos un perenne
análisis de nuestra norma fundamental: la Constitución, así como de todo el ordenamiento
jurídico emanado de ella. El conocimiento a profundidad de nuestra máxima norma, tanto
en su vertiente jurídica como política, es premisa para cualquier intento de actualización
que busque mantener la vigencia de nuestro marco normativo y regulatorio, y así
conservar y reforzar el impacto del Derecho en nuestras sociedades.

Traemos aquí, en relación con lo antes expuesto, dos pasajes del gran jurista mexicano
Ignacio Burgoa (BURGOA O, 2009): “Es evidente que no puede haber ningún Derecho
positivo específico sin materia, pero también es ineluctable que ésta, amorfa, es
inconcebible, y sin forma jurídica, estéril infructuosa e inoperante”. Entendemos este
pasaje como una forma contundente de dejar claro que el Derecho da sentido y viabilidad
a las distintas áreas del actuar social, económico y político, que pueden existir sin el
Derecho pero al final, sin él, no cumplirían su teleología.
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¿Y por qué el análisis específico precisamente sobre la Constitución?, por esto: “la
ingente importancia del Derecho… adquiere mayor significación tratándose del Derecho
supremo y fundamental que se expresa en la Constitución. En efecto, es ella el
ordenamiento jurídico que proclama los principios políticos, sociales, económicos,
culturales y humanos que se derivan del ser, del modo de ser y del querer ser de un
pueblo en su devenir histórico mismo, o sea, que emanan de lo que Lasalle denomina su
“constitución real”. Por eso, la Constitución es la manifestación jurídica de su historia”.
Que forma bella y clara de expresar la relevancia y el porqué del análisis jurídico y político
de la Constitución.

Otro gran constitucionalista nos da mayores razones para el análisis de la Constitución,


haciéndonos notar también que su concepto abarca muchos más tópicos no solo los de
orden jurídico, nos dice al respecto Giuseppe de Vergottini (De Vergottini, 2004): “A título
indicativo recordemos que se ha desarrollado una noción deontológica de la Constitución
(en cuanto modelo ideal de organización estatal), una noción sociológica-fenomenológica
(en cuanto modo de ser del Estado), una noción política (en cuanto organización basada
sobre determinados principios de orientación política) y, en fin, particularmente, una
noción jurídica. Esta última se identifica con el ordenamiento estatal o, de modo más
estricto, con la norma primaria sobre la que se funda tal ordenamiento”.

Estamos hablando pues de que por medio del análisis jurídico y político de la
Constitución, en realidad estamos abordando el estudio de la historia de nuestras
sociedades desde diferentes enfoques pero siempre desde la perspectiva jurídica. Y al
hacerlo, no solo entendemos mejor los procesos históricos, sino que nos prepara para
estar en capacidad de aportar, con el respaldo de la enseñanza de los grandes juristas,
sobre los temas actuales de nuestra convivencia social, poseyendo incluso los
fundamentos y antecedentes para proponer cambios legislativos o reglamentarios que
requieran nuestras sociedades para continuar su desarrollo e impregnándolo del
contenido humanista que los estudiosos del Derecho asimilamos de nuestras fuentes.
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• ¿Cuál es la relación entre la Constitución, el Estado y el orden jurídico?

Por supuesto estos tres conceptos se encuentran ampliamente interrelacionados, pero


ciertamente dicha relación ha sido sujeta de intensos debates, cuyo centro de discusión
expondremos y comentaremos aquí.

La discusión sobre la relación entre tales conceptos va desde si el Estado crea o produce
la Constitución, o a la inversa, o bien si el Estado y el orden jurídico son conceptos
equivalentes o si sus distinciones ameritan una denominación y tratamiento por separado.
Aspectos dignos de valorarse

Dos de los conspicuos juristas que han expuesto con vehemencia sus visiones,
contrapuestas, sobre la relación de génesis y producto entre Constitución y Estado, son el
mexicano Ignacio Burgoa y el francés Carré de Malberg.

Burgoa, establece con toda claridad su posición en el sentido de que la Constitución es


necesariamente precursora del Estado y uno de sus elementos formativos, lo dice de la
siguiente forma:

“Hemos aseverado reiteradamente que el derecho es otro de los elementos formativos


del Estado en cuanto que lo crea como suprema institución pública y lo dota de
personalidad. Pero al hablar en este caso del derecho, lo circunscribimos al primario o
fundamental, es decir, a la Constitución que se establece por el poder constituyente.

“… el Estado no produce el Derecho, sino que el Derecho crea al Estado como su jeto del
mismo, dotándolo de personalidad, y que a su vez el Derecho se establece por un poder
generado por la comunidad nacional en prosecución del fin que estriba en organizarse o
en ser organizada políticamente. De estas consideraciones se desprende la trascendental
significación que tiene el orden jurídico fundamental -Constitución- en la formación del
Estado, ya que éste es creado por él como persona moral, es decir, como centro de
imputación normativa, como sujeto de derechos y obligaciones, y al través del cual la
nación realiza sus fines sociales, culturales, económicos o políticos, satisface sus
necesidades, resuelve sus problemas, en una palabra, cumple su destino histórico.”
(BURGOA O, 2009)

En contraposición a esta tesis, tenemos la que sostiene Carré de Malberg, en su Teoría


General del Estado, quien igualmente con énfasis manifiesta que necesariamente existe
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primero el Estado y éste es el que genera el Derecho, y sobre quienes manifiestan la


doctrina contraria dice que están equivocados y lo explica así:

“El error es, en efecto, creer que sea posible dar una construcción jurídica a los
acontecimientos o a los actos que pudieron determinar la fundación del Estado y de su
primera organización…Para que semejante construcción fuera posible, sería preciso que
el derecho fuese anterior al Estado; y en este caso, el procedimiento creador de la
organización originaria del Estado podría considerarse como regido por el orden- jurídico
preexistente a él. Esta creencia en un derecho anterior al Estado constituye el fondo
mismo de los conceptos emitidos en materia de organización estatal, desde el siglo XVI al
XVIII, por los juristas y los filósofos de la escuela del derecho natural; inspiró igualmente a
los hombres de la Revolución,…Pero, si bien no es posible discutir la existencia de
preceptos de moral o de justicia superiores a las leyes positivas, también es cierto que
estos preceptos, por su sola virtud o superioridad —aunque ésta sea trascendente— no
podían constituir reglas de derecho, pues el derecho, en el sentido propio de la palabra,
no es sino el conjunto de las reglas impuestas a los hombres en un territorio determinado,
por una autoridad superior, capaz de mandar con potestad efectiva de dominación y de
coacción irresistible. Ahora bien, precisamente esta autoridad dominadora sólo existe en
el Estado; esta potestad positiva de mando y de coacción es propiamente la potestad
estatal. Por lo tanto, se ve que el derecho propiamente dicho sólo puede concebirse en el
Estado una vez formado éste, y por consiguiente, es inútil buscar el fundamento o la
génesis jurídicos del Estado. Por ser la fuente del derecho, el Estado, a su vez, no puede
hallar en el derecho su propia fuente. Resulta de esto que la formación inicial del Estado,
así como su primera organización, no pueden considerarse sino como un puro hecho, no
susceptible de clasificarse en ninguna categoría jurídica, pues ese hecho no está
gobernado por principios de derecho.” (CARRÉ DE MALBERG, 1998)

Al respecto, Burgoa replica que la posición de Carré de Malberg se deriva de una


confusión pues es el Derecho primario o Fundamental es el que crea al Estado, a través
del poder constituyente, y no se crea por el Derecho secundario u ordinario, el que
procede de la función legislativa prevista en la Constitución. “Sin el derecho fundamental
no puede haber Estado, cuyo ser no pertenece al ámbito ontológico o real, sino al
normativo. El Estado es, según lo hemos expuesto, un producto cultural, no una realidad
social, como la nación o pueblo. No es un hecho sino una institución con personalidad
moral y todo ente institucional se crea por el orden jurídico, que es, consiguientemente, su
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causa eficiente o determinante. Carré de Malberg invierte esta relación de causalidad y si


se aceptase su opinión, se tendría que concluir que el Estado, al preexistir al Derecho, no
es una institución, sino una unidad real, confundiéndose con la nación. Es verdad que el
Estado, una vez producido crea el derecho, pero este derecho es el ordinario o
secundario y su génesis deriva directamente del poder público estatal, que es distinto del
poder constituyente.”

Pasemos ahora a analizar lo relativo al orden jurídico en su relación con el Estado y la


Constitución. Para una mejor apreciación del tema estimamos conveniente que iniciemos
con una de las definiciones de este concepto: “conjunto de reglas imperativo atributivas
que en una época y lugar determinados el poder público considera obligatorias” (García
Maynes, 2002)

A partir de esta breve pero atinada descripción, podemos ahora plantear que existen
teóricos del Derecho que equiparan el concepto de Estado con el de orden jurídico, de
manera sobresaliente lo encontramos en Kelsen en su Teoría Pura del Derecho: “…orden
jurídico total, que comprende el conjunto de los órdenes jurídicos parciales y es
denominado habitualmente con el nombre de Estado.” y “la persona jurídica del Estado,
que es la personificación de un orden jurídico nacional…” (Kelsen, 2009).

No obstante, existen también criterios distintos, como aquellos que conceptualizan al


Estado más allá de un orden jurídico, pues al considerarlo como un ente con personalidad
jurídica, es decir con capacidad jurídica, imputable de derechos y obligaciones, tiene
necesariamente que consistir en una estructura que comprende al orden jurídico pero que
no se asimila a él. Esta concepción la vemos en Burgoa: “Las teorías que aseveran que el
Estado es … un orden jurídico, cometen el error de identificarlo con uno de los elementos
que componen su ser esencial, sin advertir que … tras del poder y del Derecho está un
elemento que los genera y produce, cual es el pueblo o la nación, o al menos, un grupo o
una persona dominante, que al desplegar el uno crea al otro y lo impone. Además,
ninguna de tales teorías puede explicar por qué el Estado es sujeto de derecho y
obligaciones interior y exteriormente, pues es evidente que el solo poder como actividad,
fuerza o dinámica, y el Derecho, como conjunto de normas, no tienen esa capacidad. Un
poder no puede contratar, ni obligarse, ni adquirir derechos y muchos menos puede
realizar estos actos el orden jurídico, que sólo son susceptibles de efectuarse por las
personas físicas o morales. Por ende, sostener que el Estado es un poder o un orden
jurídico, significa postular un "estado sin personalidad", o sea sin la capacidad
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mencionada y concluir que lo tratados y convenio internacionales, por ejemplo, son


inexistentes por falta de sujeto contratante, lo que sería verdaderamente paradójico”. En
esta visión, el Estado contiene no solo al orden jurídico como uno de sus elementos, sino
también al poder del que emana: “En el Estado convergen elementos formativos, o sea,
anteriores a su creación como persona moral o jurídica, y elementos posteriores a su
formación, pero que son indispensables para que cumpla sus finalidades esenciales.
Dentro los primero se encuentra la población, el territorio, el poder soberano y el orden
jurídico fundamental, manifestándose los segundos en el poder público y el gobierno.”
(BURGOA O, 2009)
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• Crítica

Respecto a la primera pregunta que hemos tratado de responder con este ensayo: ¿Cuál
es la relevancia respectiva del análisis jurídico y político de la Constitución?, nuestra
crítica y posición al respecto ya la hemos dejado asentada en el cuerpo de la respuesta
que aquí hemos ofrecido. Por ello, y para no ser repetitivos, en este apartado nos
abocaremos a exponer nuestra opinión sobre lo correspondiente a la segunda pregunta
que nos plantea la relación entre Constitución, Estado y Orden Jurídico.

Ante el debate aquí analizado, sobre cuál es el orden en la génesis - producto del binomio
Constitución – Estado nos inclinamos definitivamente por la doctrina expuesta por el
maestro Burgoa. Es decir, que es la Constitución, como norma fundamental, la que crea al
Estado. Pero aquí haremos una acotación que consideramos necesaria para aclarar
nuestro punto de vista.

Lo anterior lo validamos siempre que consideremos al Estado en su concepción jurídica,


pues si nos circunscribimos a considerar al Estado solo en su aspecto político o
sociológico, estaríamos más cerca de Carré de Malberg que plantea que primero es el
Estado y después la generación del orden jurídico.

Nos identificamos con la primera posición, pues si bien concordamos con Carré de
Malberg, que interpretamos en el sentido de que puede haber o existen Estados antes
que cualquier Derecho positivo, tales Estados podemos entenderlos que existen en un
nivel básico o en formación, que serían sociedades organizadas pero en un orden político
y social que podemos denominar como fáctico, en tanto no cuentan con un soporte
institucional basado en un Derecho positivo. En cambio, si como Estado entendemos la
concepción jurídica que aquí hemos revisado (con personalidad jurídica sujeto de
derechos y obligaciones), entonces no cabe duda de que su generación tiene que
proceder necesariamente de una norma fundacional o Constitucional, tal como Burgoa lo
expone.

Asimismo, el concepto de orden jurídico no lo podemos concebir en los términos


establecidos por Kelsen en cuanto a que lo equipara con el Estado, conforme a las citas
que aquí hemos traído y tomadas de su obra fundamental Teoría Pura del Derecho. El
concepto de Estado debe comprender una amplitud mayor de manera que subsuma al
orden jurídico como uno de sus elementos pero no como un sinónimo, pues de otro modo
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estaríamos acotando demasiado al Estado, que no puede dejar de considerar como


elementos formativos al poder soberano y a la norma fundamental, siendo las normas
secundarias una consecuencia o producto en este esquema. Entendiendo así al Estado
entonces su personalidad jurídica queda a salvo en este análisis teórico, que de otra
manera quedaría comprometido en un sentido lógico jurídico.
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• Bibliografía

ARMENTA LÓPEZ, L. (2005). La forma federal de Estado. México: UNAM.

BURGOA O, I. (2009). DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO. (EDITORIAL PORRÚA, 20a Edición ,


Ed.) Retrieved from
https://docs.google.com/file/d/0B96ivXcibpN2eUk2ZWQxQ1N0MFU/edit

CARRÉ DE MALBERG, R. (1998). TEORÍA GENERAL DEL ESTADO (2a Edición). MÉXICO: FCE.

De Vergottini, G. (2004). DERECHO CONSTITUCIONAL COMPARADO. MÉXICO: UNAM.

García Maynes, E. (2002). Introducción al estudio del Derecho (53 ed.). México: Porrua.

Kelsen, H. (2009). Teoría Pura del Derecho (4 ed.). Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos
Aires.
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