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Reseña Ensayos sobre metodología sociológica. Cap 1.

La “objetividad” cognoscitiva de la ciencia


social y de la política social. -1904- Max Weber.

El capítulo refiere a un artículo que data de 1904, precisamente en referencia al momento y la


situación del traspaso de la publicación “Archiv für Sozialwissenschaft und Socialpolitik”, a los
nuevos editores, entre ellos Max Weber.

En el texto destaca algunos ejes de la problemática sobre el punto de contacto entre las ciencias
sociales y la política social; uno de ellos es acerca, de los muy difusos límites que en ciencias sociales
hay, entre el “deber ser” de la política y lo “que es” de la ciencia. Límite difuso porque para observar
“lo que es”, se está siempre condicionado, “contaminado” o atravesado por un contexto que, de
una manera u otra, siempre posee una noción acerca del “deber ser” dominante.

Remarca que jamás puede ser tarea de una ciencia empírica, proporcionar normas, leyes generales
que determinen obligatoriedad, de las cuales puedan desprenderse principios para la praxis; no
obstante que los juicios de valor provengan de la discusión científica, implica que, en determinado
momento serán principios ideales, y por ellos tienen origen subjetivo.

Otros de los ejes a través en los cuales el autor propone la diferenciación entre política y ciencia, en
cuestiones concretas de la práctica; es en la relación fines/medios. Esta relación puesta en juego es
una de las herramientas para poder cumplir una de las funciones esenciales de la crítica técnica.

Nos dice que de una apropiada evaluación de fines y medios; así como a partir de establecer un
determinado fin, podemos evaluar racionalmente cuales son los medios necesarios para alcanzarlo;
podría desde la misma racionalidad, analizarse si los medios que se tienen al alcance podrían ser
suficientes en la concreción de fin, de manera de poder evaluar los efectos no deseados, o hasta
determinar que probabilidades hay de conseguirlo. En este caso la ciencia deberá proveer el
conocimiento producto del análisis de los hechos; pero jamás podrá determinar el fin; ese siempre
será un resorte de la política.

Vinculado a esta recomendación, da también una firme diferenciación entre la conciliación de la


práctica política, respecto del sincretismo en ciencias, apelando a distinguir con claridad esa
diferenciación de responsabilidades, en las que el deber científico es la búsqueda de la aproximación
a la verdad en la observación de los hechos; y el deber político de adherir a ideales; y a que habría
una relación – a mi juicio dialéctica – entre; ciencia social, en tanto ordenamiento conceptual de los
hechos y, política social, como exposición de ideales; ya que la crítica hay que hacerla en forma de
confrontar ideas.

El autor, en el contexto de Alemania y la concepción de estudio de los hechos de la cultura; no


presenta la realidad social como algo dado, medio en el cual el investigador descubre; sino como
una realidad que es interpretada por el investigador, que es comprendida de una determinada
forma. Lo social deber ser analizado a partir del sentido que los actores le dan a la práctica, de su
significado.

Se presenta otra idea de objetividad, respecto de la escuela francesa, es una idea que propone
analizar la acción social, y que debe hacerlo sin la posibilidad de descartar las prenociones, ya que
esos valores están en el sujeto, aún en el investigador; y no ver eso, implicaría no ser objetivo. Weber
objetiviza en análisis de la realidad, incorporando al sujeto a esa realidad.

No obstante, queda una clara posición respecto de que la Sociología debe actuar en tanto Ciencia,
como disciplina específica y autónoma, confrontando en este punto al pensamiento de Marx, donde
el límite del científico, del cientista social específicamente iba más allá; entendiendo que el límite
entre ciencia y política, no era una separación de campos, sino el punto de encuentro.

En ese campo de tensiones entre coincidencia y desacuerdos, lo que está claro es que hay una clara
mirada en el sentido de que, la Ciencia Social, debe ocuparse de la realidad política, realidad en la
que la preocupación era el desarrollo del capitalismo y específicamente la situación de vida de la
clase obrera que el sistema había creado. Piensa la reforma como forma de confrontar a la
revolución.

En la obra, el autor deja planteadas definiciones conceptuales respecto de la objetividad y el


conocimiento, entre los que se destacan:

Ø Unilateralidad.

Ø Relación de Valor.

Ø Crítica técnica.

Ø Juicio de valor.

Ø Juicio de hecho.

Ø Acción social.

Ø Significación cultural.

Ø Tipos ideales.

Ø Individuo Histórico.
Todos estos conceptos se relacionan entre sí en forma dialéctica, en la que unos son parte
constitutiva de otros y completan una idea metodológica y argumentativa coherente, entre ellos
hay dos conceptos centrales que hacen al objeto de estudio y al método para abordarlo.

La Acción Social, es toda acción que tenga sentido para los actores, originada por alguien y que sea
percibida por un conjunto; tiene un fin vinculado con “el otro”, de manera que hay un principio de
relación lógica instrumental. La Acción social (es a partir del sentido que cobra en los otros) es a
Weber, lo que el Hecho Social (que está dado) a Durkheim; la diferencia es filosófica, el punto de
partida para la construcción, es diferente.

En esa construcción de la Acción Social, la herramienta metodológica está dada en el Tipo Ideal
según Weber; herramienta metodológica en tanto abstracción que permite ordenar
conceptualmente, y las abstracciones que realiza el investigador son hechas por el propio
investigador para definir su objeto de estudio; son una construcción del investigador, las hace en
Relación a Valor, deben tener coherencia interna, que en cada caso estará daba o debiera estar dada
teniendo en cuenta la Individualidad Histórica del caso; y si así se lograra, será la propia
individualidad histórica las que permita establecer el recorte, en aquello que tiene Significación
Cultural.

Asimismo, aborda una diferenciación o caracterización de los fenómenos, para entender las
relaciones que cada uno pone en juego y que define como:

Ø Económicos: aquellos que son creados conscientemente para fines económicos. Las Leyes,
instituciones, etc..

Ø Económicamente pertinentes: los que, no habiendo sido creados para fines económicos,
producen efectos que atraviesan la esfera económica. Pone como ejemplo, los procesos de la vida
religiosa.

Ø Económicamente condicionados: aquellos procesos que están influidos por motivos económicos
en su especificidad. Así el arte, el deporte.

Finalmente merece resaltarse que establece una clara diferenciación respecto de Durkheim
respecto de la forma de abordar la realidad para generar nuevo conocimiento expresando “No las
conexiones de hecho entre cosas sino las conexiones conceptuales entre problemas están en la base
de la labor de las diversas ciencias. Una nueva ciencia surge cuando se abordan nuevos problemas
con métodos nuevos, y, por esa vía, se descubren verdades que inauguran nuevos puntos de vista
significativos”. (P 57).

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