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FUNDAMENTOS TEOLOGICOS Y BIBLICOS EW LA EDUCACION CRISTIANA Por: José Aracelio Cardona . Profesor del Seminario Evangélico de P. R. l CONCILID EVANGELICO DE PUERTO RICO APARTADO 1788, HATO REY, P. FUNDAMENTOS TEOLOGICOS Y BIBLICOS EN LA EDUCACION CRISTIANA El cristianismo, atin desde sus comienzos, ha usado al- guna forma de ministerio educativo, como parte importantisima en la proclamaci6n del mensaje de Dios. Indudablemente, el Antiguo Testamento contenfa en germen muchos de los supuestos que servirfan de puntales en la ensefianza religiosa de la na- ciente iglesia. Jesucristo mismo dio a sus seguidores una comisién, como lo testifica el Evangelio de San Mateo Por tanto, id, y haced discfpulos de todas las naciones, bautiz4ndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espfritu Santo, ensefidndoles que guarden todas las cosas que os he mandado.(Mateo 28:19-2 También se informa en el Libro de los Hechos, que la iglesia de Antioqufa, entre otros servidores, tenfa maestros. Hechos 13:1. Para el afio 185 después de Cristo, existfa en la capital de Egipto una famosa escuela catequética iniciada por Panteno, un fil6sofo estoico convertido al cristianismo, y luego continuada por Clemente de Alejandrfa. Continuando los afios, la iglesia ha ido desarrollando sus filosoffas de ensefianza, que a veces han sido muy efectivas, y a veces pla- gados de grandes defectos por diferentes causas. Parece que, entre otros factores, la bondad y los males del proceso educativo han sido causados por los planteamientos b{blicos y teolégicos en que se han fundamentado, La tarea educativa de la iglesia es una cosa muy seria, y cada dia va teniendo mayor importancia e interés para aquellos que se afanan porque se realicen los planes y los propésitos de Dios en la vida de los seres humanos. Hay un sinnémero de justificaciones para desarrollar un tema sobre los fundamentos teolégicos y bfblicos en 1a educa- cién cristiana. Solamente se han de sefialar algunos de ellos que parecen tener bastante pertinencia en el asunto, No existe una filosoffa educativa que sea nica, Basta un examen de la literatura que sobre el particular existe y uno se encontraré en una torre de Babel. Mucho menos existe una teologfia que sea basica a las diferentes escuelas educa- tivas, como tampoco existe una interpretacién biblica acepta- ble a todos los educadores. Asf, pues, todo intento que trate sobre el particular, podrfa contribuir a darle un ins- trumento de reflexién a las personas que sirven a las iglesias. En segundo lugar, es muy patente que hoy se vive una hora de juicio, dicho a lo griess, de crisis. Esto implica grandes posibilidades acompafiadas de grandes peligros. Se vive la hora de las grandes dimensiones, pero también la hora de las grandes superficialidades, La iglesia est@ com- prometida, por su origen y por su naturaleza, a sefialar la salida eficaz para la vida abundante, pues la pertinencia humana est& perdiendo su sentido, y es alarmante como la hu- manidad se va deshumanizando Luego, como se ha implicado en e2 curso de este tema, es logro muy dificil, atin para los m4s avezados, sefalar, como consenso, cudles han de ser las bases biblico-teolé- gicas para una clase de eduéacién religiosa efectiva, que cumpla el objetivo de hacer del hombre lo que debe ser en relacién consigo mismo, con su semejante y con su Dios. Las dificultades, no obstante, no eximen 4 uno de la responsabi- lidad de hacerlo, aunque reconociendo las limitaciones y los problemas envueltos. Este intento de hacerlo tiene como fin principal estimular y orientar a los que tienen el sa- grado deber de colaborar con Dios pava producir 1a vida plena por medio del ministerio educativo de la iglesia. Se in- fiere, pues, que hay un quehacer teol6gico y una tarea bi- blica mucho mayor que la mera, enunciacién de cosas parti- culares como fines de 1a enseflanza. Entonces, se debe reflexionar, aunque no pueda hacerse exhaustivamente, sobre lo que es ese quehacer teolégico. Este llamado es necesario. porave toda educacién cristiana tiene un entronque teolégico, que serd determinante en lo que ha de ser el proceso educativo, He aqut un ejemplo sencillo. Si alguien postulase que el nifio es un ser malo, pervertido en el momento de su nacimiento, por causa del pecado original, una educacién religiosa para tal nifioy tanto en contenido, como en actividad, como en el uso de la Biblia, como en el manejo de sus experiencias, sera deter- minada por dicho postulado teolégico y sus implicaciones. Caso que el criterio teolégico fuese otro,-por via de ilus- tracién,-que el nifio nace como una tabla rasa, sin la mancha del pecado original, inocente, etc., la educacién reli, para tal nifio seré muy diferente que 1a del primero. Hay quienes consideran el quehacer teolégico como la mera formulacién de una serie de doctrinas, que una vez postuladas y establecicas se convierten en la verdad inque- brantable, divina, inmodificable, que ser& transmitida de generacién en generacién. Como es de esperarse, de ahf probablemente surgird una ortodoxia de férmulas sin pertinen- cia a la dindmica de una vida abundante y creadora, Con- viene sefialar que este enfoque teolégico cierra las puertas a la innovacién de credos y dogmas. Naturalmente, las doc- trinas son el sedimento de pasadas conquistas espirituales, como decfa el Rev. Domingo Marrero Havarro. Ellas son ela- boraciones intelectuales que resultan de las experiencias religiosas. eCémo y qué s taped 2ducativa que se basa s6lo en la transmisi6n de las doctrines? Cudles serén los ob- jetivos de la Escucta Bfblica, de las reuniones de los distin- tos grupos, del sermén que se predica? Cul seré la funcién de la Santa Biblia? i0ué métodos de ensefianza se ofrecerén para la educacién religiosa? Las contestaciones a estas preguntas ya estén predoternt as pur el enfoque que se ha hecho de lo que es la teologia. Pero....podria decir alguien, que la ensefianza de las doctrinas transmitidas por el ejer- eicio de la memoria han producido grandes lopros, como se ha comprobado por la calidad de vida que han producido en ciertas personas, Se puede contestar a este argumento que esa clase de vida, caso que se haya producido, es a pesar do este enfoque teolégico, pues 1a personalidad humana trata pehcias de realizarse muchas veces, a pesar de las insufic en que se mueva, pero podria realizarse en pianos muy su- periores con una teologfa més adecuada. James D. Smart, en su libro "The Creed in Christian Teaching", plantea este problema acerca de 1a verdad. Debemos recordar que la verdad cristiana no es principalmente una serie de proposiciones © declaraciones verdaderas que meramente te- nemos que aceptar, pero ms bien una realidad de vida en Dios que nos confronta con Jesu- cristo.,..Podemos conocer la verdad s6lo en tanto en cuanto lo conocemosia El y tenemos nuestra vida d= £1 S61c en Cristo Jestis tenemos la verdad y fuera de E1, 1a no verdad, obscuridad y muerte. Se infiere, pues, que una educacién religiosa ba- sada en el criterio teolégico de 1a mera exposicién, trans- misién e informacién de dogmas y eredos no es la mejor norma en el proceso educative de la iglesia. Los dogmas y los credos tienen su lugar y su funcién en la iglesia, pero no deben constituir.en sf 1a finalidad de la tarea educativa. 7 Janes D. Smart, The Creed in Christian Teaching, p» 23 Por otro lado, la teologia, en vez de ser una serie de principios religiosos de una vez y para siempre estable- cidos, es una tarea reflexiva de los contenidos de nuestra fe. Dentro del protestantismo no hay una teolofa especi- fica, lo que hay son teologfas. Esto implica que el campo teolégico es flufdo, pero no final, Es un proceso en que se brega con lo eterno, dentro de lo circunstancial y de lo histérico, buscando el significado hondo, pertinente y ade- cuado de la fe. Asf, pues, aparecié una perspectiva llamada socio-liberal que determiné en muchos sectores eclesidsticos la educacién religiosa. Entre sus exponentes estén ‘lillian C. Bower, Harrison $. Elliot, Harry Munro y otros. Estos educadores tomaron una teologia especffica para fundamentar los criterios educativos. La iglesia cristiana es y debe ser iglesia que piense, para que se produzca una fe que se pueda re-examinar, re~ definir y ser defendida. Es cierto que la iglesia trae al mundo a juicio, pero el mundo también hace lo mismo con ella. Lo m&s importante en su tarea es lo que ella hace y no necesarianente 1o que transmite dom&ticamente a través de su historia. Teologizar es preocuparse porque una gene~ racién dada reciba las ideas m&s significativas producidas por el pensar de la iglesia en cuanto a la fe salvadora. En esta exposicién del fundamento teolégico y bfblico de la educacién religiosa uno se aventura a exponer algunas ideas que se consideran fundamentales para una ensefianza adecuada para la época presente. No se trata de una ex- posicién exhaustiva, cosa casi imposible, sino dé un in- tento, con las mejores intenciones de dar alguna orientacién sobre el ministerio educativo. La base de 1a vida cristiana es Dios. Es el punto de partida para ubicar la existencia, ya que en El somos, estamos y nos movemos. Hechos 17:28. zCémo se relaciona la oriatura con su Creador? Dios no es un mero demiurgo, © un Hacedor del mundo, el cual luego abandona o sujeta a merced de leyes directrices. Tampoco tiene pertinencia aquello de que El es un todo Sefior, sentado en un trono, mirando hacia la tierra, castigando a unos y recompensando a otros. Con esta clase de Dios, una educacién religiosa serfa inadecuada; inadmisible y no pertinente. Smart cree que el hombre puede pensar en Dios en tres términos: (1) Que Dios existe, y asf evitarse el ser llamado ateo, sin importar la clase de vida que este hom- bre lleve (2) Que Dios es lo divino que hay en el hombre, lo cual no toma en consideracién cue en el hombre hay una altura y una profundidad que tiene que ser redimida (3) Que Dios est& identificado con los intereses y los valores de nuestra civilizacién y nuestra nacién.? Z dames D. Smart, The Creed in Christian Teaching, p. 41-42 Una teologia a base de esos postulados pierde su au- tenticidad. A la vez darfa origen a una educacién utilita- ria en algunos casos y ninguna educaci6én en otros. El que desea evitar el ser catalogado entre los ateos, no necesita educacién, sino decir que cree en Dios. Lo mismo sucederia con los que ven al hombre como 1a chispa divina. Si hubiese alguna tarea educativa serfa para la glorificacién del ser humano, con Dios como mero ingrediente de la existencia. La idea més peligrosa es aquella de que Dios est& identifi- cado con los valores de nuestra civilizacién y de nuestra nacién, Aqui si que puede elaborarse la educacién con mu- chas posibilidades de tergiversar la vida religiosa. La historia esté llena de ¢ emplos en que un sistema politico, © cultural, o civiliczdcr se ha cquiparado con el cristia- nismo. Adn el sistema democrdt. co, con todas sus bondades, no se puede identificar con el mensaje de Dios. Se cae en los peligros de glorifica: pueblos tomando a Dios como pre- texto, asf como se pueden plorificar sistemas, atin religio- sos a expensas de una dlvina certidumbre. Eliminando, pues, estos criterios de Dios ya expresa- los para la vida cristiana dos, por considerarlos inadec! abundante y honda, es necesario que se ofrezea un concepto de Dios que produzca 1a vida mis pertinente. Dios no puede ser una abstraceién filoséfica, pues de serlo, no tendrfa agarre en la vida y en la experiencia del creyente. Dios es una persona que se ha revelado en amor en su Hijo Jesucristo. El ser humanc puede responder al Dios personal en una relacién mediada por la Iglesia. Esto incluye al Dios que se revela, que crea y que redime. Es el que hace posible una comunién que si se quiere puede llamarse humano- divina. En ninguna parte de las Eserituras hay una definicién de Dios. En el libro de Génesis aparece Dios creando, y todo el Antiguo Testamcntc 2s el recuento de las experien- cias de un pueblo con su Dios, trabadas en lucha, en agonfa. Por lo tanto Dios se entra en la historia, en ésta es su aceién, teniendo al hombre como actor y compafiero en todo lo que sucede. Nos dice George M. Schreyer en su libro, Christian Education in Theological Focus, que la fe cristiana se hace vital sélo con Dios como encuentro y cuando su re- velacién se hace parte pronunciada en la experiencia de 1a vida. En el Nuevo Testamento aparece el propésito reconci- liador y redentor de Dios por medio de su encarnacién. En Hebreos 1:1-2 nos dice que Dios habiendo hablado muchas ve~ ces y en muchas maneras en otro tienpo a los padres por los profetas, en estos postreros tiempos nos ha hablado por el Hijo....De modo que Dios sigue siendo en la historia el Sefior de todo el mundo, haciendo posible que en el hombre se rea- lice la nueva creaci6n. 11 Cor. 5:17. Ademds, la relacién entre el hombre y Dios es una de Yo-Tu, (I-Thou), de persona 3. George N. Schreyer, Christian Education in Theological Focus 1962, p. 46. - 10 - a persona, no una relacién de yo y objeto. £1 objeto se en- cuentra por la bisqueda, el Td, (Thou) por el encuentro. De ese encuentro en la experiencia diaria floreceré 1a vida abun- dante. Yo he venido para que tengafs vida y vida plena,~es promesa de Jesiis. Cristo, el Mediador, el que reconcilia, lanza al hombre a una dindmica, a una reaccién, a encontrar su significado dltimo en la historia, en el hecho de la cruz La base teolégica para la educacién tiene que considerar el problema de lo que es el hombre, o dicho de otra manera, la antropologia cristiana. 1 ser humano es una criatura hecha por Dios, y debe hacerse mevecedor de tan gran benefi- cio. Pero el hombre no es un esclavo porque Dios no quiere que asf sea. £1 hombre es libre para responder o no responder a su Creador, aunque la iniciativa es de Dios. A base de estas consideraciones, tales términos como pecado, depravacién total, electos y réprobos, libre albe- arfo, y muches términos ms, tienen que considerarse a la luz del hombre como ser de la historia, como amado de Dios, como ente poseedor de recursos para enfrentarse a las con- tingencias del mundo que le sirve de escenario. Puede que parezca algo incongruente, pero el educador cristiano debe darle una muy seria consideracién a la teolo- gia del Espfritu Santo. En un tema tan dificil como este, es bueno recordar las palabras de Cristo: Si yo me fuere, no 0s dejaré solos, os enviaré al Espiritu Santo que os quiaré a toda verdad. Juan 14:17. Por lo tanto, nos dice Raquel To Henderlite, lo siguiente: La iglesia cristiana cree que la accién en el corazén del hombre que lo conduce a la fe, cam- biandolo de la carne al espfritu, es la accién del Espfritu Santo. Dice Kuyper: “Para llevar a la criatura a su destino, para hacer que se desarrolle de acuerdo con su naturaleza, para hacerlo perfecto, es el trabajo propio del Espfritu Santo."....Siguiendo la muerte y la resurreccién de Cristo, los discfpulos experimentaron una acci6n en sus corazones que s6lo la pudieron reconocer como la obra de Dios.,,.esto es el trabajo peculiar del 4 Espiritu Santo Otro asunto de peculiar interés para la obra educativa de la iglesia es el drea de la teologfa que trata sobre la vevelacién. La mente del hombre moderno est& enamorada del espiritu cientifico. Hay interés marcado por las invest ciones objetivas. El laboratorio tiene hoy una clientela numerosa, Por tal razén, hay 4reas en la vida humana que no pueden prestarse para el estudio racional y de las magnitu- des, y por ende van relegdndose a planos de interés muy se- cundario. Pero, como materia de fe y de experiencia reli- giosa, Dios no se puede investigar con la finitud del recurso W7 Rachel Henderlite, The Holy Spirit in Christian Education 1964. p. 39-40 Ea humano, tan pequefio, tan raquitico, $6lo se llefa a Dios cuando El se da a conocer en sus actos reveladores. Desde luego, el creyente podrfa caer en cravisimos errores sobre el particular, sino tiene los correctivos de Cristo y de la iglesia. Con este pensamiento, aparece un término que demanda reflexién. Qué es la iglesia, y cémo, lo que entendamos por ésta, repercute en la tarea educativa? Desde un principio hay que rechazar el criterio de que la iglesia es una jerar- quia, una simple institucién, o.la simple conservadora de credos, dogmas y tradiciones. Conviene sefialar que la igle- sia es cuerpo, con miembros, con vida, con accién, con din&- mica. Ella es una comunidad, donde el hombre, buscado por Dios, y el hombre respondiendo a la bésqueda divina, forna la comunidad con Cristo, siendo 61 1a cabeza. E1 Espiritu Santo es una realidad creadora, activa, que da sentido, ilu- minaci6n y direccién al creyente dentro de la comunidad de los perdonados, que es la iglesia. fsta es testigo de la obra de redencién, pero no como expectadora que sélo declara, sino que es la -accién dindmica del camino que transforma y que redime al hombre, pero no al hombre fraccionado, sino en una totalidad de ser. La base b{blica que sirve de fundamento a 1a funcién educativa debe empezar por una clara y definida idea de la naturaleza y fin de las Sagradas Escrituras. Este paso es urgente porque constituye el criterio mds significativo 13 para comprender el contenido biblico. Como hijos de la Re~ forma, al sustentar que la Biblia es 1a Gnica regla de fe y de préctica, los creyentes contraen una delicada y responsa~ ble relacién con la sagrada palabra. Siempre se corre eran riesgo en la brega escriturfstica, ya que las deformaciones y las tergiversaciones que se le puedan dar al testimonio de la Palabra de Dios pueden acarrear gravisimas consecuencias y a la vez cooperar para un sistema educativo deficiente e ineficaz. La Biblia puede perder, y de hecho lo ha perdido en varias ocasiones, su carécter de mensaje, cuando se con- vierte sencillamente en un recurso de evidencia para soste- ner prejuicios teolégicos y prejuicios denominacionales. A ella se va para refutar, sostener y confuntar. Los grandes estudiosos de 1a Biblia sefialan que las en- seflanzas de este libro sagrada son muy profundas, que en mu- chos de sus pasajes se hace muy diffcil captar las ensefianzas, que se necesita recursos especiales para ir a ella: consa- geacién, dedicacién, manejo de recursos lingufsticos, histé- ricos, sociales, psicolégicos, etc. También se maltrata al libro de Dios y se usa como una mera obra que se puede mane- jar 21 capricho de intereses particulares. En vez de buscar en ella el mensaje y 1a voluntad de Dios, se va a ella para que diga el mensaje y la voluntad de uno. El mismo Jess indicé ese peligro cuando, segin informa Juan §:39-40: Escudrifiad las Eserituras; porque a vosotros 0s parece que en ellas tenefs la vida eterna; y ellas son las aye que dan testimonio de mf; y no querefs venir_a mf para que tengafs vida. Aquf describe Jestis lo que es y lo que no es la Biblia, En sf ella no produce la vida eterna, ni puede ser un amuleto o un guardacuerpo. Hay ejemplos en la histo~ ria de la iglesia primitiva-y también hoy- en que la Biblia se colocaba en la cabeza de un hombre febril, para que la fie- bre desapareciera, La Biblia testifica, seflala, corrobora, hace patente que Cristo es la palabra, el verbo hecho carne Esa es su funcién cardinal. Cuando Cristo fue a la sinagoga, tom6 un rollo y dij Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros ofdos. Lucas 14:21. Al decir del Antiguo Testamento, ella es lémpara a nuestros pies, y lumbrera en nuestro camino, La ecucaci6n religiosa tiene que considerar una serie de supuestes sefialados en la Biblia como fundamentos para la ensefianza sin los cuales la educacién carecerfa de sentido. En el libro de Génesis, por ejemplo, se presenta la dltima certidumbre, Dios, creando al mundo y creando al hombre en un contexto de espacio y de tiempo, pero dentro de la historia. La forma como el autor de Génesis lo presenta tiene que hacerse inteligible, para lo cual usa historias y recursos literarios que no son en sf la verdad, sino el ropaje que envuelve la verdad. Y.ahf est4 un hombre, la humanidad en franca rebelién, desobediente, en agonfa, pasando por una serie de experiencias que destruyen la autenticidad de la vida. £1 hombre de? cual nos habla la Biblia no es el hombre prototipo, con # mayés- cula, quizd serfa mejor sin h, pues es de carne y de hueso, como lo eres ti y lo soy yo. La Biblia indica que ese hom- bre se siente solo, sin significado, aunque en su orgullo demuestre otra cosa. Es el ser politico, cientffico, filos6- fico, literario, ignorante, lleno 2 veces de odio y a veces leno de amor; impredecible. La Biblia sefiala que Dios ha hablado por medio ‘de su Hijo para que se opere la reoncilia- cién. Como esa reconciliacién se da en la historia, en teo- “rogia de cruz née que en teologfa de gloria, la iglesia testifica sobre el particular. Y debe haber una consumacién, una escatologia, cuando ya no se vea en obscuridad, como en espejo, cuando se mire cara a cara. ¥ todas estas cuestio- nes tienen que ser miradas a través de aquella sentencia Porque de tal manera ha amado Dios al mundo que dio su Hijo, el Unigénito, para que todo aquél que en El cree, no se pierda més tenga la vida eterna, Juan 3:16. El Dr. Schreyer tiene un pasaje en uno de sus libros, que es muy orientador sobre el tema que se discute. Dice: La Biblia es el depdsito de las experiencias de los hebreos y de los cristianos respondiendo a Dios y la revelacién de Dios a ellos. Es el movimiento, tanto de Dios como del hombre en la historia: Dios reveldndose en Cristo para redimir al hombre, y la interpretacién del hombre en ese encuentro, Es una revelacién demostrando cémo el hombre ha encontrado la verdad, la paz, el perdén y la vida por ~ 16 - medio de.Dios.5 ¥ continda: Antes que la Biblia sea significativa a la educa- cién cristiana, el educador cristiano debe aprehender que Ja Biblia es m&s que un libro o una fuente para la ética o un re- cuento parcial para la historia.® Todos estos asuntos que se han tratado a través de esta exposicién, que es somera y superficial, indican que la na- turaleza, la funcién, los métgdos, los objetivos, los aleances, etc. de la educaci6n religiosa tienen que funda- mentarse en una sabia y pertinente teologfa y en una seria, honda y decidida brega con las Sagradas Escrituras. Ni lo teolégico ni lo bfblico deben constituirse en menos pre- textos para educar, pués la educacién no es auténoma y jam4s puede prescindir de factores teolégicos y biblicos. Samuel Hamilton, citado por el Dr. lwyckoff, dice: La educacién religiosa es un proceso guiado para ayudar a las personas a crecer en cada etapa de su desarrollo, en sus h&bitos, destrezas, actitudes, apreciaciones, ideas, ideales e intenciones; para que en cada etapa realicen ms y m&s una personalidad integrada, de vivir Sy George W. Schreyer, Christian Education in Theslogical Focus, p. 55 6. Idem. p. 56 competerte, de satisfaccién en su ambiente so- cial, una creciente cooperacién de Dios y e2 hombre en la reconstruccién de 1a sociedad en una comuni6n de personas.” Esta definici6n tiene su aplicabilidad a cualquier tipo de religién, pero el criterio Gltimo en el cristianismo es Jesucristo y su iglesia. Para concluir este intento de orientacién a la tarea educativa, a base de algunas consideraciones teol6gico-bf- blicas, debe advertirse que las cosas aqu{ sugeridas no tienen carécter final. Aceptando que 1a teologfa crece y que cada dfa hay nuevos enfoques sobre el particular, y que el estudio de la Biblia jam4s ser4 exhaustivo, pues aparecen nuevas cosas que arrojan luz sobre 1a naturaleza y el con- tenido de la misma, se debe llegar al pensamiento, que, también la educacién religiosa necesita constante revisién y vectificacién, pues eso es natural donde hay crecimiento. asf, pues, teologfa, Biblia, educacién religiosa irén de la mano, unas como base, otras como proceso, en esa tarea tan inmensa y diffcil para que el hombre se encuentre con su Dios por medio de Cristo y llepue a ser lo que Dios quiere que sea. TTD. Campbell Wyckor®, The Task of Christian Education. p. 18

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