Hace algunas horas hemos sido testigos, a través de los #KenjiVideos, del vergonzoso intento
de compra de votos congresales para detener la vacancia de Kuczynski, lo que nos devuelve
a la década del oprobio de la dictadura fujimorista.
Estos hechos agravan la salud moral del país y atentan contra nuestra frágil democracia. Lo
advertimos antes cuando se otorgó el indulto ilegal a Alberto Fujimori, se infringió la ley y se
violentó nuevamente a las víctimas con la sola finalidad de evitar la vacancia de PPK. Esto
se ha confirmado con la información aparecida sobre el expediente del indulto, el mismo que
seguramente será anulado en los próximos días por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
La transición democrática que siguió a la dictadura nos planteó el reto de transformar al país,
de afirmar la democracia y dar fin a las injusticias, corrupción y envilecimiento que nos impuso
la dictadura en los noventas. Esta tarea nunca se cumplió, contrariamente la transición nos
impuso un modelo que le otorgó un carácter de legalidad a la corrupción y al saqueó al
Estado. Todo esto ha frenado el crecimiento del país y nos ha empobrecido moralmente.
Miles de millones de dólares han ido a parar a los bolsillos de la corrupción impidiendo el
disfrute de nuestros derechos fundamentales, como son el derecho a la salud, a la educación
y al trabajo, entre otros.
En este contexto existe el riesgo latente de un acuerdo de impunidad entre las distintas
fuerzas implicadas en los escándalos de corrupción. La impunidad está avanzando a través
del control político del sistema de justicia, con el cuestionamiento del Fiscal de la Nación, el
cuestionamiento a miembros del Tribunal Constitucional, y con el cuestionable accionar del
Consejo Nacional de la Magistratura, órgano encargado del nombramiento y evaluación de
Jueces y Fiscales.
En estas horas difíciles para el país, demandamos del conjunto de fuerzas democráticas,
políticas y sociales, un amplio compromiso que garantice una transición política que produzca
una profunda reforma y renovación de nuestro sistema político y nos permita enfrentar y
sancionar ejemplarmente la corrupción.
Es momento de organizarse y defender al país, al Perú que queremos, desde todas las redes,
espacios e instituciones de sociedad civil, desde todas las organizaciones sociales y políticas
del campo y la ciudad, desde todos los colectivos juveniles, feministas, TLGBI, y con todas y
todos movilizarnos por el Perú diverso, justo y solidario que soñamos.