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LA LEYENDA DE LOS HERNAMOS AYAR

Hace mucho, en un lugar llamado Tampu Tocto, salieron los Hermanos Ayar con sus esposas: Ayar Manco y
Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua y Ayar Auca y Mama Huaco, en camino
de tierras fértiles.

Los hermanos Ayar Manco, Ayar Uchu y Ayar Auca tenían envidia de su hermano Ayar Cachi, quien era muy
fuerte. Un día, tras mentiras, Ayar Cachi fue encerrado por sus hermanos en una cueva. Al ver que no podía
salir, Ayar Cachi dio gritos tan fuertes que logró sacudir la tierra, abrir las montañas y agitar los cielos.

Los demás hermanos y esposas, siguieron su camino, hasta que de pronto llegaron al monte Huanacauri donde
hallaron un ídolo de piedra del mismo nombre. Los hermanos ingresaron al lugar de adoración de ese ídolo
con mucho temor, pero Ayar Uchu desafió al ídolo al brincar sobre su parte posterior, el Ídolo como castigo,
lo petrificó de inmediato sin antes, aconsejar a sus hermanos continuar con el viaje y que celebren en su
memoria, el "Huarachico" (ceremonia de iniciación hacia la adultez).

Siguiendo los Hermanos sus caminos, Ayar Auca fue a explorar una zona cercana, hasta que de pronto, le
salieron unas alas y voló hacia el lugar conocido como la Pampa del Sol. Cuando aterrizo en esta, se convirtió
en piedra

Ayar Manco, continuo valientemente su camino hasta que llegó al Cuzco donde encontró buenas tierras,
luego, clavó su bastón hasta que de pronto se hundió con facilidad, lo cual era una buena señal. Así, Ayar
Manco, ahora Manco Capac, fundó el Cuzco a lado de su esposa y construyó un templo al dios Sol, al que
llamó Inticancha.

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