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Para definir una conducta sexual como normal o anormal, debemos adoptar un criterio de

referencia, es decir, un punto desde el cual podamos realizar una comparación entre lo normal
y lo no-normal. Existen por lo menos seis criterios que han sido y son ampliamente utilizados
para definir la normalidad de un comportamiento sexual: a) el criterio estadístico, b) el criterio
biológico o filogenético, c) el criterio moral tradicional, d) el criterio legal, e) el criterio social, f)
el criterio clínico o de salud mental. A continuación analizaremos cada uno de ellos.

Generalmente el término normal hace hincapié en el cumplimiento de un nivel o de una


pauta establecida que se asocia con el bienestar, pero en lo que respecta a la sexualidad,
el concepto de normal puede ser muy arbitrario y muy subjetivo. Por ejemplo un grupo
de personas pueden considerar cierta conducta sexual como normal (arbitrario),
mientras que para otro grupo esa misma conducta puede ser calificada como anormal
(subjetivo).

Del término normal se deriva lo que es una norma, y podría decirse que una norma es
una conducta manifestada, avalada y permitida por la mayoría de una comunidad en un
momento sociohistórico específico; y hablando de sexualidad las normas tampoco están
exentas de componentes arbitrarios ni de componentes subjetivos.

Entonces, ¿qué es lo normal en la sexualidad? y la respuesta debería basarse en los


siguientes puntos: Normal para quién, en dónde, en qué momento y bajo qué
circunstancia… pues una misma conducta sexual puede ser permitida o sancionada con
base en estos puntos.

El intento por definir lo que es sexualmente normal y lo que no lo es, constituye uno de
los dilemas más confusos de la sexología actual. Generalmente el término normal hace
hincapié en el cumplimiento de un nivel o de una pauta establecida que se asocia con el
bienestar, aunque se basa en la tendencia de grupos y no en un ideal arbitrario.

Etimológicamente, la palabra normal proviene del latín normalis, dícese de lo que se


halla en su estado natural, que sirve de norma o regla; de lo que por su naturaleza, forma
o magnitud se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.

Inmersa en la definición de normal generalmente encontramos la palabra natural, misma


que también encuentra sus raíces en el latín naturalis, que nos indica aquello relativo a
la naturaleza o conforme a la calidad o a la propiedad de las cosas.

Categorizar y definir la palabra normal o natural no es tarea sencilla y más aún si como
en nuestro caso lo enfocamos a la sexualidad, pues reiteradamente caemos en el
cuestionamiento: ¿Normal? ¿Para quién, bajo qué circunstancias, en qué ámbito? pues
una misma conducta puede ser reprimida con voracidad en alguna cultura y altamente
ensalzada en otra.

El ser humano tiende a categorizar los fenómenos que percibe, y esta categorización no
es una realidad. Por lo tanto, hay que aceptar que para un problema dado pueden existir
varios enfoques alternativos, o sea, diversas modalidades de conceptualización y de
explicación de los fenómenos que se presentan en nuestro universo circundante
(conceptos anímicos, mágico-religiosos, científicos, sociales, etc.).
El proceso de socialización obliga al hombre a hacer suyos los valores de la comunidad,
por esto es necesario dividir las conductas del ser humano en deseables e indeseables.

Con el lenguaje aparecen una serie de signos y de sonidos llamados semas, los cuales
son emotivos y valorativos, y que no sólo describen un fenómeno sino que expresan un
juicio o una opinión del sujeto que los enuncia. A través del uso constante de estos
semas cuyo contenido semántico es un juicio de valor, el individuo percibe los valores
de la comunidad, los integra a su existencia y los transmite a sus descendientes. Así, la
gente aprende a vivir de hábitos y actúa como se le ha condicionado a actuar.

Los modelos y las pautas del comportamiento sexual varían según el tiempo y el lugar,
y según los intereses de un grupo o de una cultura en particular.

Las características biológicas son prácticamente las mismas para todos los seres
humanos de todas las razas, en todas las culturas y en todos los momentos de la historia
(la diferencia genética entre un nórdico, un hispano, un asiático y una persona de raza
negra es del 0.2%); pero el comportamiento sexual es diferente de una raza a otra, de
una cultura a otra, de una persona a otra y también dependen del momento
sociohistórico que se viva.

Como ejemplos de lo anterior podemos mencionar la edad al primer coito, las


posiciones coitales, la frecuencia en las relaciones sexuales, la prevalencia de relaciones
extramaritales, el concepto de belleza, la esteatopigia (término griego que significa
grasa en los glúteos), las cirugías genitales (circuncisión, subincisión, excisión,
supraincisión, introincisión, infibulación, clitoridectomía, etc.), los ritos de iniciación, la
posición ante el adulterio, la posición ante el pudor (dujobores), los tipos de
matrimonio, el concepto de masculinidad y de feminidad, etc.

La conducta sexual humana está influenciada, por no decir condicionada, por el


aprendizaje social y por los patrones y normas externos a la sexualidad misma, como
son la religión, la economía etc., los cuales determinan y moldean el comportamiento
sexual de un individuo.

En las ligas que aparecen anexas a este artículo podrás conocer las características de
cada una de estas tres dimensiones de la sexualidad.

La homosexualidad (del griego antiguo ὁμός, ‘igual’, y el latín sexus, ‘sexo’) es una atracción
romántica, atracción sexual o comportamiento sexual entre miembros del mismo sexo o
género. Como orientación sexual, la homosexualidad es "un patrón duradero de atracción
emocional, romántica y/o sexual" hacia personas del mismo sexo. "También se refiere al
sentido de identidad basado en esas atracciones, los comportamientos relacionados, y la
pertenencia a una comunidad que comparte esas atracciones".

Actividad sexual y envejecimiento

Según los autores Kaplan y Sadock, el 70% de los hombres y el 20% de las mujeres
continúan siendo sexualmente activos a partir de los 60 años. De todas maneras, la
actividad sexual frecuentemente se ve limitada por la ausencia de pareja y por el estado
de salud.
Tal y como concluyeron los expertos Masters y Johnson, el envejecimiento tiende a
disminuir la actividad sexual, pero no a terminar con ella. Además, la forma más eficaz
para mantener la actividad sexual en la vejez es practicar el sexo con frecuencia durante
la juventud y en la madurez.

Un reciente estudio norteamericano de la publicación Parade (1999) señalaba que el


55% de las personas entre 65 y 69 años se mantenían sexualmente activas, mientras este
porcentaje bajaba al 13% entre los mayores de 85. La frecuencia de las relaciones
sexuales varía desde las 2,5 veces al mes para los mayores de 65 hasta las 7,1 veces al
mes de la población entre 18 y 65 años, según un estudio de Clements (1966).

Cambios en el hombre

Con la vejez, el descenso de los niveles de la hormona testosterona que se produce en el


hombre, provoca algunos efectos. El cambio fisiológico más resaltable en la sexualidad
del hombre se da en la erección. Con los años, la erección se vuelve menos rígida y
duradera. Además, se alarga el periodo refractario, es decir el tiempo transcurrido entre
una erección y la siguiente luego de haber eyaculado.

El orgasmo no se modifica significativamente con la edad, aunque sí disminuye la


cantidad de semen eyaculado. Todos los cambios anteriormente descritos no tienen por
qué perjudicar al hombre y sus relaciones sexuales, aunque algunos viven este proceso
como una angustiosa falta de virilidad. También puede afectar a la pareja, sobre todo si
existe falta de información y comunicación.

En un pequeño porcentaje de hombres, a partir de los 60, se produce el denominado


“climaterio masculino”. Se caracteriza por cansancio, falta de apetito, disminución del
deseo sexual, menoscabo o pérdida de potencia, irritabilidad y dificultad de
concentración. Este cuadro se atribuye asimismo al descenso de los niveles de
testosterona, por lo que puede estar indicado el tratamiento con dicha hormona.

Cambios en la mujer

A partir de los cincuenta, aunque varía según las mujeres, sobrevienen los síntomas
físicos y psicológicos de la menopausia. El ciclo menstrual cesa, los ovarios disminuyen
su actividad y descienden los niveles de hormonas como los estrógenos y la
progesterona. El deseo sexual continua así como la obtención de placer y orgasmos con
el clítoris como órgano sexual central.

Es cierto que el orgasmo tarda más en llegar y es de menor duración, precisándose más
estimulación. Las paredes vaginales pierden elasticidad y lubricación, por lo que el coito
se vuelve, en ocasiones, menos agradable. Los senos también pierden firmeza y
disminuye el tono muscular general. En estas situaciones puede ser útil el uso de
lubricantes y la toma de hormonas.

Una investigación llevada a cabo en Stanford (EEUU) demostró que tan sólo el 48% de
las mujeres menopáusicas sintieron una disminución del interés sexual, mientras este
deseo incluso se incrementó en el 20% de los casos.
Por una sexualidad saludable en la tercera edad

Una vez vistos los cambios en el envejecimiento que influyen en el sexo, podemos
concluir que las personas pueden tener una sexualidad activa en la vejez.

En este siglo en el que la vida del hombre se ha prolongado considerablemente, aún


subyacen conceptos equivocados que plantean que la actividad sexual ha de desaparecer
en edades avanzadas como si la sexualidad fuera algo anormal, moralmente mal visto.

Sin embargo es cierto que para muchas personas de ambos sexos envejecer es un factor
causante de ansiedad lo que provoca trastornos en la función sexual. El miedo del
hombre a fallar en el acto sexual se une a la falsa idea de que la potencia sexual a una
edad avanzada se reduce.

En la mujer el temor se traduciría en que su cuerpo no guste a su compañero y en no


satisfacerle durante las relaciones sexuales.

Una educación adecuada sobre los aspectos normales del envejecimiento sexual y el
reconocimiento de que el sexo no es exclusivo de los jóvenes, son fundamentales para la
comprensión y actividad del sexo en edades avanzadas.

Los factores más importantes que influyen en la actividad sexual de personas mayores
son:

 Una buena salud y el interés sexual, lo que influye al compañero o compañera sexual.
 Una buena información sobre sus posibilidades sexuales.
 Hablar abiertamente de la situación y de las necesidades de cada uno, de dudas o
temores, ya que es absolutamente necesario para conseguir una sexualidad buena y
saludable. La comunicación es fundamental para reforzar el vínculo de la pareja, la
autoestima de cada uno y la confianza.

Está demostrado científicamente que las personas pueden disfrutar de la vida sexual en
todo su ámbito sin importar su edad. Incluso, por ejemplo, un hombre mayor puede ser
mejor amante cuando la “urgencia” orgánica ha disminuido ya que podrá tomarse más
tiempo para satisfacer a su compañera.

Cabe pensar, por todo ello, que una vida sexual activa en la vejez sólo tiene
consecuencias positivas: los mayores se sentirán más apreciados por sus parejas, más
queridos y deseados, y su sentimiento de vitalidad será enorme. Desde el punto de vista
de la salud, resulta también recomendable ya que nos mantiene en una buena forma
física y mejora el funcionamiento del sistema cardiovascular.

Es importante también procurar educación sexual a nuestros mayores y hacerles


comprender que la búsqueda del placer en la erección, el coito y el orgasmo son hechos
deseables pero no únicos ni necesarios para alcanzarlo. Según los investigadores, para la
mayoría de la gente mayor, las caricias, besos y otras formas de contacto corporal
resultan ser muy placenteros y son aspectos muy valorados en sus relaciones íntimas.

F64 Trastornos de la identidad sexual


F64.0 Transexualismo

Consiste en el deseo de vivir y ser aceptado como un miembro del sexo opuesto, que
suele acompañarse por sentimientos de malestar o desacuerdo con el sexo anatómico
propio y de deseos de someterse a tratamiento quirúrgico u hormonal para hacer que el
propio cuerpo concuerde lo más posible con el sexo preferido.

Pautas para el diagnóstico

La identidad transexual debe haber estado presente constantemente por lo menos


durante dos años y no ser un síntoma de otro trastorno mental, como esquizofrenia, o
acompañar a cualquier anomalía intersexual, genética o de los cromosomas sexuales.

F64.1 Transvestismo no fetichista

Consiste en llevar ropas del sexo opuesto durante una parte de la propia existencia a fin
de disfrutar de la experiencia transitoria de pertenecer al sexo opuesto, pero sin ningún
deseo de llevar a cabo un cambio de sexo permanente y menos aún de ser sometido a
una intervención quirúrgica para ello. Debe ser distinguido del transvestismo fetichista,
en el que hay una excitación sexual acompañando a estas experiencias de cambio de
vestido (F65.1).

Incluye: Trastorno de la identidad sexual en la adolescencia o en la edad adulta de tipo


no transexual.

Excluye: Transvestismo fetichista (F65.1).

F64.2 Trastorno de la identidad sexual en la infancia

Se trata de trastornos que suelen manifestarse por primera vez durante la primera
infancia (siempre mucho antes de la pubertad) caracterizados por un malestar intenso y
persistente debido al sexo propio, junto al deseo (o insistencia) de pertenecer al sexo
opuesto. Hay una preocupación constante con el vestido o las actividades del sexo
opuesto o un rechazo hacia el propio sexo. Se cree que estos trastornos son
relativamente raros y no deben confundirse con la falta de conformidad con el papel
sexual socialmente aceptado, que es mucho más frecuente. El diagnóstico del trastorno
de la identidad sexual en la infancia requiere una profunda alteración en el sentimiento
normal de masculinidad o feminidad. No es suficiente la simple masculinización de los
hábitos en las chicas o el afeminamiento en los chicos. El diagnóstico no puede
realizarse cuando el individuo ha alcanzado la pubertad.
Debido a que el trastorno de identidad sexual en la infancia tiene muchos rasgos en
común con otros trastornos de la identidad de esta sección, se ha considerado más
conveniente clasificarlo en F64.- en lugar de F90-F98.

Pautas para el diagnóstico

La característica diagnóstica esencial es el deseo general y persistente del enfermo de


ser (o insistencia de que se es) del sexo opuesto al propio, junto a un intenso rechazo del
comportamiento, atributos y atuendos del mismo. Se manifiesta por primera vez durante
los años preescolares. Para poder ser diagnosticado debe haber aparecido antes de la
pubertad. En ambos sexos puede existir, aunque es muy raro el rechazo de las
estructuras anatómicas del propio sexo. Lo más típico es que los niños con un trastorno
de la identidad sexual nieguen sentirse afectados por él, aunque pueden sentir malestar
debido al conflicto generado por las expectativas de su familia o compañeros y por las
burlas o rechazo al cual pueden estar sometidos.

Estos trastornos han sido mejor estudiados en chicos que en chicas. Lo más
característico es que desde los años de preescolar los chicos se interesan por juegos y
otras actividades que corrientemente se asocian con mujeres y suele haber una
preferencia por vestirse con atuendos femeninos. Sin embargo, este transvestismo no es
causa de excitación sexual (a diferencia del transvestismo fetichista en adultos, F65.1).
Puede existir un intenso deseo de participar en los juegos y pasatiempos de las chicas y
las muñecas son un juguete favorito y por lo general prefieren a las chicas como
compañeros de juego. El ostracismo social tiende a presentarse durante los primeros
años de la escolarización y tiende a alcanzar su máximo en la segunda infancia, con la
presencia de bromas humillantes por parte de los compañeros. El comportamiento
abiertamente femenino pueden disminuir durante la adolescencia temprana pero los
estudios de seguimiento demuestran que de un tercio a dos tercios de los chicos con un
trastorno de la identidad sexual en la infancia presentan una orientación homosexual
durante la adolescencia y después de ella. Sin embargo, muy pocos presentan
transexualismo en la vida adulta (aunque muchos adultos con transexualismo refieren
haber presentado problemas de identidad sexual en la infancia).

En estudios clínicos, los trastornos de la identidad sexual son menos frecuentes en


chicas que en chicos pero no se sabe si esta proporción se mantiene en la población
general. Tanto en chicas como en el caso de los chicos, existe a menudo un interés
temprano hacia formas de conducta características del sexo opuesto. Las chicas con este
trastorno suelen tener compañeros de juego masculinos y demuestran un ávido interés
en deportes y juegos rudos. En cambio no demuestran interés en muñecas o por
representar papeles femeninos en juegos tales como "papas y mamas" o "las casitas".
Las chicas con un trastorno de la identidad sexual tienden a no padecer el mismo grado
de ostracismo social que los chicos, aunque pueden padecer burlas en la infancia tardía
y la adolescencia. La mayoría abandonan su insistencia exagerada por actividades y
atuendos masculinos a medida que se acercan a la adolescencia pero mantienen una
identificación masculina y continúan presentando una orientación homosexual en la
vida adulta.

En raras ocasiones un trastorno de la identidad sexual puede presentarse asociado a un


rechazo persistente de las estructuras anatómicas del sexo propio. En chicas este hecho
se puede poner de manifiesto por afirmaciones repetidas de que tienen o va a crecerles
un pene, por un rechazo a orinar en posición sentada o por la afirmación de que no
quieren que les crezcan los pechos o les aparezca la menstruación. Este trastorno puede
manifestarse en chicos por afirmaciones repetidas de que su desarrollo somático será el
de una mujer, de que el pene y los testículos son repugnantes o que desaparecerán o que
sería mejor no tener pene o testículos.

Excluye:
Orientación sexual egodistónica (F66.1).
Trastornos de la maduración sexual (F66.0).
F64.8 Otros trastornos de la identidad sexual

F64.9 Trastornos de la identidad sexual sin especificación

Incluye: Trastorno del papel sexual sin especificación.

La violación es un delito que se basa en una agresión de tipo sexual que se produce cuando
una persona tiene acceso sexual hacia otra, mediante el empleo de violencias físicas o
psicológicas o mediante el uso de mecanismos que anulen el consentimiento de los ofendidos.
También se habla de violación cuando la víctima no puede dar su consentimiento, como en los
casos de incapaces mentales, menores de edad, o personas que se encuentran en estado de
inconsciencia.

Concepto

El concepto de violación ha ido cambiando con el paso del tiempo. En la actualidad la


violación es un tipo de acceso carnal no consentido, mediante el cual se produce la
profanación del cuerpo de una persona que no ha podido o no ha tenido el ánimo de
prestar el consentimiento para ejecutar dicho acto, producto de lo cual su integridad
mental y física ha sufrido o pudo haber sufrido un ultraje.

En los Estados Unidos la violación se define en los siguientes términos:

Una penetración física por coacción de la vulva o el ano, con un pene, otras partes del
cuerpo o un objeto.1

La violación es un tipo de agresión que se refiere a la actividad sexual - sexo oral,


penetración genital, coito vaginal o coito anal - realizado contra la voluntad de una
persona por medio del uso de la fuerza, el alcohol, las drogas, la intimidación, la presión
o la autoridad.2

. TRASTORNOS SEXUALES:

1.1. Trastornos del deseo sexual:


1.Deseo sexual hipoactivo
2.Trastorno por aversión al sexo

1.2. Trastornos de la excitación sexual:


1-Trastorno de la excitación sexual en la mujer
2-Trastorno de la erección en el varón

1.3. Trastornos orgásmicos:


1-Trastorno orgásmicos femenino
2-Trastorno orgásmicos masculino
3-Eyaculación precoz

1.4. Trastornos sexuales por dolor:


1-Dispareunia
2-Vaginismo

1.5. Trastorno sexual debido a enfermedad médica


1.6. Trastorno sexual inducido por sustancias

1.7. Trastorno sexual no especificado

2. PARAFILIAS

1. Exhibicionismo
2.Fetichismo
3.Frotteurismo
4.Pedofilia
5.Masoquismo sexual
6.Sadismo sexual
7.Fetichismo transvestista
8.Voyeurismo
9.Parafilia no especificada

TRASTORNOS SEXUALES
En principio es importante diferenciar dos tipos o grupos de trastornos sexuales:

1. Parafilias: que se caracterizan por una activación sexual ante objetos o


situaciones que no forman parte de las pautas habituales de los demás y que
puede interferir con la capacidad para una actividad sexual recíproca y afectiva.
2. Disfunciones sexuales: que se caracterizan por inhibiciones del deseo sexual o
de los cambios psicofisiológicos que caracterizan al ciclo de la respuesta sexual.

 PARAFILIAS

Esencialmente consisten en que el individuo tiene unas necesidades y fantasías


sexuales intensas y recurrentes que generalmente suponen:

1. Objetos no humanos
2. Sufrimiento o humillación propia o del compañero
3. Niños o personas que no consienten

 Hay que tener muy en cuenta que las imágenes o fantasías parafílicas pueden
ser estímulo de excitación sexual para una persona sin ello llegar a ser una
parafilia. Por ejemplo, la ropa interior femenina suele ser excitante para muchos
hombres. Será parafilia sólo cuando el individuo actúe sobre ellas o cuando le
afecten en exceso.

Exhibicionismo
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades
sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis
meses de duración, ligadas a la exposición de los propios genitales a una persona
extraña. En ocasiones el individuo se masturba al exponerse o al tener estas
fantasías.

Fetichismo

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades


sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis
meses de duración, que implican el uso de objetos inanimados (fetiches). Ropa
interior, zapatos, botas, son fetiches comunes. El individuo se masturba mientras
sostiene, acaricia, etc., el fetiche o le pide al compañero que se lo ponga. El
objeto ha de ser marcadamente preferido para lograr la excitación sexual. La
persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra
marcadamente perturbada ellas.

Frotteurismo

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades


sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis
meses de duración, que implican el contacto y el roce con una persona que no
consiente. Teniendo presente que lo excitante es el contacto pero no
necesariamente la naturaleza coercitiva del acto. La persona ha actuado de
acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada por
ellas.

Pedofilia

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades


sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis
meses de duración, que implican actividad sexual con niños prepúberes. Los
niños suelen ser menores de 12-13 años y el individuo ha de tener por lo menos
cinco años más que el niño para que sea considerado el trastorno. La persona ha
actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente
perturbada ellas.

Masoquismo sexual

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades


sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis
meses de duración, que implica el acto (real o simulado) de ser humillado,
golpeado, atado o cualquier tipo de sufrimiento. La persona ha actuado de
acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.

Sadismo sexual

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades


sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis
meses de duración, que implican actos (reales, no simulados) en los que el
sufrimiento físico o psicológico de la víctima es sexualmente excitante. La
persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra
marcadamente perturbada ellas.

Fetichismo transvestista

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades


sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis
meses de duración, que implican vestirse con ropas del sexo contrario. La
persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra
marcadamente perturbada ellas. Generalmente guarda una importante colección
de ropa para transvestirse cuando está sólo, luego se masturba imaginando que
otros hombres se sienten atraídos por él como si fuera una mujer.

Voyeurismo

La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades


sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis
meses de duración, que implica el hecho de observar ocultamente a otras
personas cuando están desnudas o en actividad sexual. La persona ha actuado de
acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.

DISFUNCIONES SEXUALES

Se consideran disfunciones sexuales a la existencia de inhibición de los deseos


sexuales o de los cambios psicofisiológicos que caracterizan al ciclo completo
de la respuesta sexual. El ciclo completo de la respuesta sexual se divide en 5
fases:

1. Deseo: Incluye fantasías y ganas de tener actividad sexual.


2. Excitación: consiste en la sensación subjetiva de placer que va acompañada de
cambios fisiológicos. (Erección, lubrificación vaginal, etc.)
3. Meseta: Los aspectos de la excitación alcanzan, aquí, ligeramente, mayor
intensidad y se presenta un aumento de la tensión.
4. Orgasmo: Es el punto culminante del placer sexual con la eliminación de la
tensión y la concentración rítmica de los músculos del perineo y de los órganos
reproductivos pélvicos. En el hombre existe la sensación de inminencia
eyaculatoria, seguida de la emisión del semen. En la mujer existen contracciones
de la pared del tercio externo de la vagina. En ambos sexos existe a menudo
tensiones o contracciones musculares generalizadas.
5. Resolución: Ésta es la última fase del proceso en el que el cuerpo vuelve,
paulatinamente, a la normalidad, es decir, a las condiciones existentes antes de
iniciar el proceso.

 Hablamos de disfunciones sexuales cuando una o más de estas fases sufre


alteraciones, pudiendo hablar por tanto de:

Trastornos del deseo sexual:

Trastornos de la excitación sexual


Trastornos del orgasmo

Trastornos sexuales por dolor

Alteraciones del deseo sexual


Conocido también como deseo sexual hipoactivo es el que se presenta con mayor
frecuencia y se define como la deficiencia o ausencia persistente o recurrente de
pensamientos o fantasías sexuales y/o deseo o receptividad para la actividad sexual,
siendo la causa de distrés personal (angustia, frustración, ansiedad). La forma más severa
viene dada por la aversión fóbica persistente o recurrente al contacto sexual.

Es la disfunción sexual más frecuente en la mujer, llegando a una incidencia del 33%
entre los 18 y 59 años y hasta el 45% en la menopausia.

El deseo sexual tiene su raíz en el rinencéfalo y en la región límbica del cerebro, altamente
dependientes de las hormonas (andrógenos, estrógenos) y modulado por diferentes
estados mentales como el estado de ánimo y la depresión. Factores motivacionales,
afectivos y cognitivos son fundamentales para una adecuada dirección del deseo sexual.

Las alteraciones del deseo sexual tienen diferentes orígenes, tanto biológicos como
afectivo-motivacionales (relación de pareja) y cognitivos.

A continuación se refieren las causas biológicas más frecuentes

Endocrinas

 Hipoestrogenismo
 Hipoandrogenismo
 Hiperprolactinemia
 Hipotiroidismo

Trastornos afectivos

 Depresión
 Ansiedad y / o fobia

Trastornos neurovegetativos

 Hot flashes
 Insomnio

Fármacos y tóxicos

 Alcohol y drogas
 Antidepresivos
 Antiandrógenos
 Levosulpiride

El diagnóstico se basa en una detallada historia clínica y exploración física.

De acuerdo a los datos obtenidos, puede realizarse una evaluación hormonal


(Testosterona total y libre, DHEAS, estradiol, SHBG, FSH, TSH) y psicológica.

Debido a la gran cantidad de factores que participan en el deseo sexual, el tratamiento


presenta bastantes dificultades. Cuando existen alteraciones hormonales, puede indicarse
un tratamiento sustitutivo con testosterona o estrógenos, o bien con hipoprolectamiantes
y tiroxina en casos de hiperprolactinemia e hipotiroidismo. Si existen factores tóxicos o
fármacos, estos deberán ser suprimidos o, de ser posible, sustituidos.

La psicoterapia y la educación sexual serán aconsejables en la mayoría de casos.

Si los trastornos del deseo sexual son la consecuencia de otros trastornos sexuales
(excitabilidad, orgasmo, dolor coital), estos deberán ser oportunamente valorados y
tratados.

Trastornos del deseo sexual


Es la falta de interés en las cuestiones sexuales, hasta tal punto que la persona no busca
la gratificación sexual aunque se encuentre disponible y tenga intacta la capacidad física
de respuesta sexual. Se caracteriza por pobreza o ausencia de fantasías y deseos de
actividad sexual.

Áreas de trabajo psicológico:

El tratamiento irá dirigido a tratar los factores que pueden inhibir el deseo sexual de
forma individual. A parte se trabajará:

 Incremento del deseo sexual con un acercamiento progresivo a estímulos sexuales.


 Creencias desadaptativas acerca del sexo y elementos que rompan la rutina.
 Comunicación de la pareja.
 Resolución de problemas.
 Autoestima.
 Problemas psicológicos derivados, tales como ansiedad, depresión, etc.
 Otros.

Trastornos de la excitación sexual


Es la incapacidad, persistente o recurrente, para obtener o mantener la respuesta de
lubricación propia de la excitación sexual. Este trastorno provoca malestar acusado o
dificultades en las relaciones interpersonales.

Áreas de trabajo psicológico

 Educación sexual a ambos miembros de la pareja.


 Detectar estímulos placenteros y buscar otros procedimientos para alcanzar la
excitación.
 Los posibles sentimientos de vergüenza, inhibición, retraimiento, entre otros.
 Acercamiento progresivo hacia las distintas partes que deberían conforman una
relación sexual.
 La ansiedad situacional cada vez que se mantengan relaciones sexuales.
 Modificar las creencias irracionales que se derivan del problema.
 Ofrecer un espacio de comunicación, dudas, inquietudes y frustraciones de ambos
miembros de la pareja.
 Autoestima.
 Gestión de las emociones.
 Otros.

El trastorno de excitación sexual


El trastorno de la excitación sexual es una disfunción que se produce en algún
momento del ciclo de respuesta sexual (deseo, excitación, orgasmo o resolución), y que
impide disfrutar de la experiencia de satisfacción a través de la actividad sexual. Una
persona con este trastorno puede desear mantener relaciones sexuales, pero tiene
dificultades para estimularse lo suficiente como para llevarlas a cabo con éxito.

Los trastornos de la excitación sexual se conocían anteriormente como frigidez en las


mujeres e impotencia en los hombres, aunque estos términos han sido reemplazados
por otros menos peyorativos. La impotencia se conoce ahora como disfunción eréctil
y la frigidez se describe especificando si se trata de un problema de deseo sexual o
de excitación inhibida.

Tanto para los hombres como para las mujeres, estas disfunciones pueden ser la
respuesta a una aversión o rechazo al contacto sexual con una pareja. En los hombres,
puede aparecer como una incapacidad total o parcial para lograr o mantener una
erección, o como una falta de excitación sexual y placer durante la actividad sexual. En
las mujeres, a menudo se presenta como una incapacidad para lubricar lo suficiente
como para completar el acto sexual.

Disfunción eréctil (impotencia masculina)


La disfunción eréctil ocasional se produce aproximadamente en el 50% de los hombres
adultos, mientras que la disfunción crónica afecta aproximadamente a 1 de cada 8
hombres, incrementándose la cifra conforme se envejece. Alrededor del 52% de los
hombres entre 40 y 70 años de edad tienen algún grado de disfunción eréctil.

La impotencia puede clasificarse como primaria o secundaria. La impotencia primaria


es aquella en la que nunca se ha logrado una erección suficiente como para realizar el
coito. La impotencia secundaria implica la pérdida de la función eréctil después de un
período de la función normal. Esto tiende a ocurrir gradualmente, excepto en los casos
causados por una lesión o enfermedad repentina.
El tratamiento de la impotencia secundaria tiene una tasa mayor de éxito que la de la
impotencia primaria, porque el paciente tiene una historia previa de la función normal
en el pasado.

Como hemos visto, aproximadamente el 50% de todos los hombres en algún momento
pueden ser incapaces de lograr o mantener una erección, pero esto no significa que sean
incapaces de participar plenamente en relaciones sexuales.

Hay varios componentes necesarios para lograr una erección:

 Un estado emocional óptimo


 Un correcto funcionamiento de la glándula pituitaria
 Un nivel de testosterona adecuado
 Un suministro de sangre hacia el pene adecuado

La eyaculación precoz (cuando el orgasmo llega demasiado rápido) es distinto de la


disfunción eréctil, y tampoco es lo mismo que la infertilidad masculina. Un hombre
que es incapaz de mantener una erección, puede ser perfectamente capaz de engendrar
un niño. En cambio, un varón infértil puede ser capaz de tener relaciones sexuales con
normalidad, pero no ser capaz de engendrar un niño.

Causas de la disfunción eréctil masculina

 Los factores de riesgo más comunes para la impotencia masculina son la edad, la
ansiedad, el estrés y las relaciones conflictivas.
 Algunos medicamentos tienen efectos secundarios que pueden contribuir a la
impotencia. Estos son los diuréticos, antidepresivos tricíclicos, beta-bloqueantes y
hormonas.
 Las causas físicas de la impotencia son los traumatismos y enfermedades tales como:
diabetes, cirugía pélvica, lesión de la médula y los problemas glandulares.

La disfunción eréctil puede aparecer ya en la adolescencia temprana como una


incapacidad para lograr la erección, pero es más común que ocurra después de años de
funcionamiento normal.

Por otro lado, la impotencia eyaculatoria es algo distinto, se trata de la incapacidad


para eyacular dentro de la vagina de la mujer. Aquí la erección puede mantenerse
durante largos periodos de tiempo, incluso después de que la pareja hay alcanzado el
orgasmo, pero no se logra la eyaculación. La impotencia de la eyaculación por lo
general tiene una base emocional que refleja los problemas de relación.

Disfunción sexual en la mujer (frigidez femenina)


El deseo sexual hipoactivo es una disfunción en la que disminuye el deseo sexual de la
mujer de forma persistente, con ausencia de fantasías sexuales y escaso o nulo interés
por la actividad sexual. Este proceso suele asociarse a cuadros de ansiedad, angustia y
dificultad con las relaciones interpersonales.

El deseo sexual inhibido es un trastorno sexual en el que no se experimenta ningún tipo


de deseo ni interés por tener un encuentro sexual. En la forma más extrema de
inhibición sexual, se puede llegar a sentir asco frente los estímulos o relaciones
sexuales.

La excitación sexual inhibida es la dificultad para producir lubricación vaginal de


forma recurrente y persistente; también es la dificultad para experimentar sensaciones
subjetivas de la excitación. Es decir, aunque mente está preparada, el cuerpo no
responde como esperamos para facilitar las cosas.

Cuando una mujer no alcanza la excitación sexual antes o durante las relaciones
sexuales, puede presentar diferentes modalidades:

 No lograr alcanzar el orgasmo (anorgasmia)


 Alcanzar la excitación sexual con mucha dificultad (hiposexualidad)
 No disfrutar de la actividad sexual (ya sea con una pareja específica o en general)

Causas de los trastornos de excitación en la mujer

Muchos factores pueden contribuir a la disfunción sexual, como por ejemplo:

 Antecedentes de abuso sexual o violación


 Trastornos hormonales, cambios hormonales debido a la menopausia y enfermedades
crónicas que afectan la salud general
 Trastornos médicos que afectan la inervación a la pelvis (como la esclerosis múltiple,
neuropatía diabética y lesión de la médula espinal)
 Algunos fármacos como los antidepresivos
 Actitudes negativas frente al sexo (normalmente aprendidas en la niñez o la
adolescencia)
 Timidez o dificultades para solicitar cualquier tipo de estimulación que funcione mejor
 Aburrimiento y monotonía en la actividad sexual
 Conflictos o falta de cercanía emocional dentro de la pareja
 Causas emocionales como los conflictos, ansiedad, depresión, estrés u otras tensiones.

Tratamiento de las disfunciones sexuales


Es importante recordar que desde el punto de vista de la naturaleza, el propósito del
sexo es la reproducción. No estamos diseñados para estar excitados cada día, o incluso
cada semana de cada mes. Aún así, muchas personas experimentan disfunción sexual a
pesar de tener una actitud madura sobre el tema.

Los factores psicológicos pueden desempeñar un papel muy importante en este


trastorno, por eso la psicoterapia ofrece buenos resultados a la hora de desbloquear
emociones y pensamientos invalidantes.

Por otro lado, las dos hormonas que tienen más relación con la libido son la hormona
del crecimiento humano (HGH) y la testosterona. La terapia hormonal con
testosterona en el ámbito sexual se utiliza para mejorar la función eréctil y la HGH se
administra para incrementar el deseo sexual.

En las personas mayores el deterioro del sistema vascular a menudo juega un papel
importante en la disfunción sexual. El suministro de sangre al pene y la vagina debe ser
saludable para el óptimo funcionamiento de estas zonas. Por este motivo un médico
especializado deberá valorar si hay algún problema vascular y ofrecer el tratamiento
médico adecuado en cada caso.

Las causas de la disfunción sexual son tan variadas y la interacción tan compleja, que lo
mejor es buscar a un especialista con experiencia en el tema.

Millones de hombres utilizan la Viagra para tratar la disfunción eréctil… pero la


Viagra no va a resolver los problemas en una relación. La Viagra no va a mejorar
nuestras habilidades sociales y personales, y los efectos secundarios de Viagra incluyen
sofocos faciales, dolores de cabeza, trastornos digestivos y un tinte azul a la visión.

Si invertimos el tiempo y el esfuerzo necesarios para encontrar la verdadera causa de la


disfunción sexual, hallaremos una solución ideal para cada caso, logrando al fin tener
una vida sexual plena y satisfactoria.

Trastornos del orgasmo


El trastorno del orgasmo o anorgasmia es la ausencia o retraso del orgasmo, de forma
persistente o recurrente, después de una fase de excitación normal.

Es más frecuente en las mujeres, aunque también puede afectar a varones. El


tratamiento más habitual en el caso de las mujeres es un programa de entrenamiento en
diferentes pasos y tratamiento psicológico; habitualmente, en los hombres es un
tratamiento psicológico individualizado.

¿En qué consiste?

El trastorno del orgasmo, o más conocido como anorgasmia, es la incapacidad para


llegar al orgasmo aun cuando se está recibiendo la estimulación adecuada, o exista
gran deseo sexual y/o las condiciones medioambientales sean las apropiadas para
ello. Según el manual de diagnóstico de enfermedades mentales, el trastorno del orgasmo
es la ausencia o retraso persistente o recurrente del orgasmo después de una fase de
excitación normal (tanto en duración como en intensidad). Cuando se habla de
anorgasmia, suele tratarse de la de las mujeres, pero puede afectar también a los hombres.
Para su diagnóstico debemos tener en cuenta diversos factores como la edad del o la
paciente, la experiencia sexual y la intensidad y la duración de la estimulación erótica
recibida. Las mujeres presentan una amplia variabilidad en el tipo e intensidad de
estimulación que conduce al orgasmo. Como en las otras disfunciones sexuales también
produce malestar psíquico y problemas en las relaciones interpersonales.

En ambos sexos el trastorno puede ser primario cuando la persona nunca ha conseguido
el orgasmo, o secundario cuando éste aparece tras un periodo de respuesta normal.
Cuando no se consigue alcanzar el orgasmo en determinadas situaciones o condiciones
hablamos de anorgasmia situacional (como por ejemplo alcanzar o no el orgasmo según
la pareja, o según el método de estimulación utilizado). Un tipo de anorgasmia situacional
muy frecuente es la anorgasmia coital en las mujeres, en que éstas son incapaces de
conseguir el orgasmo durante el coito, pero lo consiguen con otros tipos de actividad
sexual (caricias, estimulación directa del clítoris, masturbación, etc.). Cuando la mujer
aprende a alcanzar el orgasmo, generalmente no pierde esta capacidad a menos que exista
una pobre comunicación sexual, un conflicto en la relación, una experiencia traumática,
una alteración del ánimo o un trastorno físico.

¿Es muy frecuente?

El trastorno del orgasmo es más frecuente en el sexo femenino, con una frecuencia de
entre 16%-30% en la población general. En varones supone una frecuencia del 8%. La
anorgasmia es una de las disfunciones sexuales más frecuentes en las mujeres y es el
segundo problema sexual por el que consultan (por detrás de la falta de interés sexual).

Trastorno del orgasmo femenino


Cuando popularmente se habla de anorgasmia, se piensa en el trastorno orgásmico
femenino. El orgasmo femenino es la culminación refleja de la excitación
manifestada por contracciones rítmicas de la pared vaginal y la descarga de la
tensión muscular acompañada de niveles variables de placer. Alcanzarlo
regularmente se asocia a una elevada autoestima, autoconfianza y deseo de aumentar la
actividad sexual. Existen grandes diferencias individuales en la respuesta femenina. Se
han descrito diferentes estadios (Kaplan) en los que, en un extremo encontraríamos
aquella mujer que puede alcanzar el orgasmo sólo con sus fantasías eróticas y en el otro
extremo estaría la mujer que sólo lo consigue mediante estimulación continua e intensa
durante unas horas. La mayoría de las mujeres se encuentra en un punto medio de estas
fases, logrando el orgasmo a través de la estimulación directa del clítoris, o indirecta a
través del coito.

La existencia de una dificultad en la capacidad de alcanzar el orgasmo en la mujer puede


alterar la autoimagen corporal, la autoestima y la satisfacción en las relaciones. En la
actualidad la mujer reivindica su papel activo en la sexualidad, su necesidad, y su derecho
al placer sexual, facilitando que se consulte y trate cada vez más por este motivo.

Los datos epidemiológicos en la población general indican que entre un 16%-30% de las
mujeres padece este trastorno y que constituye un 19% de las consultas clínicas por
disfunciones sexuales. Un 50% de las mujeres de la población general es incapaz de
experimentar un orgasmo a través de la estimulación coital; en cambio, la mayoría de las
mujeres puede alcanzar el orgasmo con la estimulación del clítoris. Cuando una mujer
responde a la estimulación del clítoris no coital pero no es capaz de alcanzar el orgasmo
durante el coito requiere una exploración sexológica cuidadosa, para juzgar si la
incapacidad para el orgasmo coital es una variación normal de la respuesta o si es debida
a psicopatología individual o interpersonal.

Con la edad aumenta la capacidad orgásmica de la mujer; en cambio, en la década de los


ochenta, las consultas clínicas por anorgasmia se daban más frecuentemente en mujeres
de 50 a 60 años, posiblemente porque la educación sexual que recibieron fue menor y por
la visión machista de la sexualidad que priorizaba el placer del varón.

El tipo más frecuente es el primario, en el que nunca se ha alcanzado el orgasmo. La


anorgasmia puede durar toda la vida si no se ponen medios para remediarlo.
¿Qué provoca la anorgasmia femenina?

El orgasmo femenino es un proceso complejo que tiene componentes biológicos,


psicológicos y sociales. Su disfunción se relaciona con el desconocimiento de la propia
anatomía y la función genital, en particular, del clítoris y de la eficacia de la estimulación.
La estimulación directa del clítoris y de la zona de alrededor puede dar lugar a un orgasmo
sin penetración en la vagina (esto es lo que ocurre con la masturbación).

Las principales causas de anorgasmia son de naturaleza psicógena. Los motivos que la
producen son:

 Causas conductuales: la estimulación insuficiente del clítoris (respecto al umbral


orgásmico de cada mujer)
 Entre las causas psicológicas, los factores más frecuentes son:
o la autovigilancia durante la relación sexual
o la ansiedad asociada a la expectativa del orgasmo y el intento de controlarlo
o sentimientos de culpabilidad (creencias erróneas sobre el derecho de
experimentar placer)
o dudas sobre los sentimientos hacia la pareja
o la baja autoestima o mala imagen de una misma
o Otras causas: suceso traumático (abusos sexuales, violación), trastornos del
estado de ánimo o una enfermedad médica. Se han realizado estudios
controlados que han demostrado que la capacidad orgásmica no se correlaciona
con el tamaño de la vagina o con la fuerza de la musculatura pelviana. En
cambio, mujeres que presentan lesiones medulares, reconstrucciones
medulares o escisiones de la vulva pueden presentar anorgasmia (pero en este
caso estaríamos hablando de un trastorno sexual debido a una enfermedad
médica)
o Existen causas fisiológicas como son los cambios hormonales que se producen
durante el embarazo, el climaterio o la vejez
o Puede existir anorgasmia inducida por sustancias o fármacos (como las
benzodiacepinas, antidepresivos y antihipertensivos)

¿Cómo se trata en las mujeres?

Existen recomendaciones generales para todas las disfunciones sexuales que se han
mencionado en anteriores secciones. Comentaremos las recomendaciones terapéuticas
específicas para este trastorno:

 Existe un programa de autoayuda para reducir la ansiedad a la hora del coito,


desarrollado por Lo Piccolo y Lobitz (1972), que consiste en asociar la masturbación con
la focalización sensorial (entrenamiento en la masturbación). Podemos también asociar
ejercicios del músculo pubocoxígeo para mejorar la tonicidad de la musculatura pélvica

Consta de las siguientes fases:

1.
1. autoobservación del cuerpo y los genitales
2. autoexploración de los genitales
3. localización de las áreas más placenteras
4. auto estimulación y fantasías eróticas
5. masturbación con vibrador
6. focalización sensorial no genital
7. masturbación en presencia de la pareja
8. focalización sensorial genital
9. coito

 Maniobra "del puente" (Kaplan) que consiste en la estimulación concomitante del


clítoris con la introducción vaginal. En el momento de la penetración, la misma mujer o
la pareja deben estimular de forma simultánea el clítoris. Debe retrasarse el momento
de la penetración hasta que la mujer presente una elevada excitación, entonces se da
fin a la estimulación del clítoris para alcanzar el orgasmo sin necesidad de esta
estimulación

 Se procede a identificar, analizar y modificar las interpretaciones o pensamientos


erróneos (proceso denominado reestructuración cognitiva), cuando existen, por
ejemplo, elevadas expectativas de la relación sexual, culpabilización y
responsabilización (como si la mujer fuera la única responsable del placer sexual)

¿Cómo evoluciona?

Si se combinan las diferentes terapias (teniendo en cuenta la causa de la disfunción) un


82% responde al tratamiento durante el primer año en el caso de las anorgasmias
primarias y un 76% en las anorgasmias secundarias.

Trastorno del orgasmo masculino


Como se ha mencionado anteriormente, es un trastorno infrecuente en los varones.
Normalmente va asociado a un deseo sexual inhibido o a eyaculación precoz. La
eyaculación precoz es un trastorno del orgasmo masculino, pero dada su importancia y su
frecuencia en la población se trató con detalle en una sección anterior.

En general se identifica eyaculación con orgasmo. La forma más frecuente de anorgasmia


en el varón, es la incapacidad de alcanzar el orgasmo durante el coito, pero en cambio se
puede presentar durante la masturbación. Algunos de ellos, después de un largo periodo
de estimulación no coital, pueden llegar al orgasmo coital. A veces, al iniciarse la
excitación, se va instaurando de forma gradual una sensación desagradable. Si se oculta
el trastorno del orgasmo a la pareja puede ser motivo de infertilidad desconocida.

Los problemas en el orgasmo que suceden ocasionalmente y que no ocasionan malestar


ni dificultades en las relaciones no se consideran un trastorno. Con la edad el varón
experimenta la necesidad de un periodo más largo de estimulación para llegar al orgasmo.

Esta disfunción puede presentarse tanto en la relación sexual con la pareja, como en la
masturbación. Las causas de la anorgasmia masculina atienden con mayor frecuencia a
causas psicológicas y son similares a las de otras disfunciones sexuales: la ansiedad y la
excesiva presión bloquean o retrasan la eyaculación. También puede darse en el caso que
haya lesiones de la médula espinal y enfermedades neurológicas. Y, como en el caso de
las mujeres, algunos fármacos también pueden desencadenar este trastorno (por ejemplo,
los antihipertensivos, antidepresivos, benzodiacepinas).

¿Existe tratamiento en el caso de los hombres?

Se trata de un trastorno poco estudiado (baja frecuencia en la población), por lo que no se


dispone de datos sobre la eficacia del tratamiento. Los tratamientos existentes son de tipo
psicológico (siempre teniendo en cuenta la causa que lo provoque). Se debe indicar de
forma individualizada:

 Programa de entrenamiento en autoestimulación (conocimiento de los genitales y


técnicas de entrenamiento en la masturbación).
 Programa que requiere una serie de pasos (incluye a la pareja):

1.
1. masturbación en presencia de la pareja
2. consecución de la eyaculación con estimulación de la pareja
3. eyaculación lo más cerca posible de la entrada vaginal
4. estimulación precoital intensa del pene y penetración con movimientos
progresivos de la mujer, en posición superior

La falta de estudios adecuados metodológicamente no permite establecer conclusiones


sobre el tratamiento de esta disfunción. Existe tratamiento farmacológico que puede
asociarse al tratamiento psicológico; se trata del cloruro de betanecol a dosis de 5-30 mg
, dos o tres veces al día.

Áreas de trabajo psicológico

 Educar al paciente acerca de la sexualidad.


 Entrenar al paciente para adquirir control físico y mental del estímulo erótico.
 Factores psicológicos desencadenantes o asociados al problema, tales como la
ansiedad, el estrés, la depresión, etc.
 Autoestima.
 Gestión de las emociones.
 Otros.

Trastornos sexuales por dolor


Consiste en el dolor genital durante el coito. El vaginismo es la contracción de los
músculos de la pared de la vagina durante el coito. La dispareunia, es el dolor genital o
pélvico profundo experimentado durante la relación sexual de manera recurrente o
persistente, tanto en mujeres como en hombres, aunque es más frecuente en mujeres.

Áreas de trabajo psicológico

 Ejercicios para disminuir el dolor vaginal.


 Disminución de la ansiedad durante la relación sexual.
 Problemas psicológicos derivados: ansiedad, estrés, depresión.
 Autoestima.
 Otros.

Trastornos sexuales por dolor


Vaginismo

El vaginismo es un problema sexual que causa mucha angustia a la pareja. Cuando


acude a consulta está desconcertada y no entiende qué está pasando. Una adecuada
información ayuda y tranquiliza, creando una buena base para el tratamiento.

Llamamos vaginismo a la imposibilidad o extrema dificultad para conseguir la


penetración vaginal, debido a la contracción de los músculos que rodean la entrada de la
vagina. El espasmo es una respuesta involuntaria que muchas mujeres no reconocen,
sufren sus consecuencias, pero no saben por qué ocurre. Cuando una mujer se excita
sexualmente experimenta una relajación de los músculos vaginales. En el vaginismo, sin
embargo, la contractura muscular es tal que impide la penetración.

Parece ser que se produce una asociación de la penetración vaginal con la sensación de
peligro; es como si el sistema defensivo estuviera en extremo activado, de manera que
cualquier intento de penetración produce esta respuesta refleja. En muchas ocasiones no
tiene una fácil explicación para la mujer que lo padece, debido a que en el momento
actual su deseo y sus ideas se dirigen a tener una relación coital plena y satisfactoria.
Sin embargo, es como si existiera una orden programada, un sistema de alarma activado
que la mujer no puede controlar. La interiorización de los mandatos materno y paterno y
el seguimiento a rajatabla de los convencionalismos sociales en materia sexual pueden
provocar desajustes entre lo que se desea y lo que uno es capaz de hacer. Además, los
rápidos cambios en las costumbres sexuales han llevado a que no exista una
concordancia entre lo que se hace y lo que se admite que se hace, en especial en la
adolescencia y la juventud. Esta disociación puede crear confusión e inseguridad en el
desempeño sexual y tener como resultado una respuesta desadaptada como lo es el
vaginismo.

Algunas mujeres empiezan a notar que algo pasa en la penetración cuando en la


menstruación intentan ponerse un tampón y se dan cuenta de que no lo consiguen. Eso
no quiere decir que todas las mujeres que tienen dificultad en ponerse un tampón
higiénico vayan a tener problemas en sus relaciones sexuales, pero si esa dificultad va
acompañada de ideas irracionales sobre la penetración, angustia y miedo, puede ser un
indicador a considerar. El vaginismo lo padecen entre un 2% y un 4% de las mujeres y
comprende aproximadamente un 10% de los problemas sexuales.

Las mujeres que presentan este trastorno sienten una gran ansiedad ante la idea de
introducirse algún objeto en la vagina, ni siquiera pueden intentarlo con un dedo o un
tampón. De esta forma se va desarrollando una especie de miedo a la penetración
vaginal y se presume que será dolorosa. Cualquier intento de penetración las pone
tensas, parece que tuvieran una hipersensibilidad a la distensión vaginal. Esta tensión
produce una respuesta que tiene tres signos típicos: arqueamiento de la espalda
(lordosis), cierre de piernas (contracción de los músculos abductores de los muslos) y
espasmos involuntarios de los músculos que rodean la vagina. En estas circunstancias la
penetración es muy difícil. Si la mujer está tumbada de espaldas, tal como suele ser
habitual en los primeros intentos de penetración, la entrada de la vagina queda en una
posición no adecuada. Unido a esto, la tensión en los muslos impulsa a la mujer a cerrar
las piernas, le sigue un movimiento de retirada, de ir arrastrándose hacía atrás, que dejan
al hombre paralizado ante una negación física tan contundente, aunque de la boca de
ella salga un sí.

Los intentos de exploración ginecológica también producen el mismo efecto. La mujer


que es tratada no puede ser reconocida porque su fobia lo impide. En algunos casos el
especialista que no ha conseguido introducir el espéculo puede recomendar un examen
bajo anestesia. Como es de esperar, no se encuentra nada anormal en la exploración
porque la contracción no se produce debido a que la mujer se halla inconsciente.
Mientras la mujer está dormida se realiza una dilatación introduciendo tallos de Hegar o
cualquier otro instrumento. Cuando despierta se le tranquiliza, explicándole la
intervención y diciéndole que a partir de ahora no habrá ningún problema. Sin embargo,
este procedimiento no ofrece ningún resultado porque la mujer sigue mostrando la
misma resistencia cuando está consciente. No recomendamos este protocolo, puesto que
no es útil para descartar anomalías físicas y, además, el vaginismo cuenta con claves
bastante fiables para que el especialista pueda hacer un diagnóstico sobre una base
positiva sin recurrir a otras pruebas y mucho menos a intervenciones agresivas que nada
nos aportan. El respeto al cuerpo debe ser siempre tenido en cuenta, en especial en las
mujeres que consultan por este problema.

En terapia sexual, sobre todo en los casos de vaginismo, es muy importante la labor
educativa. Estas mujeres tienen un gran desconocimiento de su cuerpo y del cuerpo del
otro, especialmente de los genitales. Además, la estricta censura de la sexualidad
femenina ha contribuido a la falta de normalización en el habla coloquial de sus zonas
erógenas. Cuando el término pene nos resultaba bastante habitual, el de vulva no lo era
tanto. Y todavía se suelen utilizar eufemismos o apelativos despectivos para referirse a
esta parte del cuerpo. Ante esta escasa o nula educación sexual, la percepción de los
propios genitales puede estar distorsionada. La gran mayoría de mujeres que sufren
vaginismo tienen la impresión de que su vagina es muy pequeña y su entrada muy
estrecha, por lo que es muy difícil que el pene pueda entrar. También piensan que la
vagina está cerrada por el himen. La idea sobre esta membrana es muy confusa, aun en
mujeres con una formación universitaria y a pesar de la profusión de libros explicativos.
El himen no cierra la vagina de la mujer y no recubre nada. No es más que la entrada de
la vagina que termina en una membrana. Algunas personas tienen muy presente la idea
de que algo se tiene que romper, creen que el himen se encuentra en el canal vaginal.
Estas creencias sobre el himen se han encontrado en cursos de postgrado de formación
en sexología, donde los estudiantes son licenciados en medicina y psicología. Esto
corrobora la escasa información sobre sexualidad femenina. El himen es la membrana
que se encuentra en la entrada de la vagina. A propósito de tan insignificante membrana
se ha creado multitud de literatura, con no pocas imprecisiones. En primer lugar, no es
como una tela que se tenga que romper, sencillamente está en la entrada de la vagina.
En algunas mujeres, con las primeras penetraciones la entrada se hace un poco más
grande y a veces esto produce un pequeño corte en la membrana y puede salir un poco
de sangre; pero la vagina no está sellada, por ella salen el flujo menstrual y otras
secreciones. Tampoco el himen está dentro de la vagina, como una especie de pared. No
es más que el repliegue de la entrada.
Tratamiento

En el tratamiento del vaginismo es muy importante que la pareja comprenda que su caso
no es único, pero sí superable.

El doctor Simms fue el primero que describió el síndrome en 1862, denominándolo


vaginismo. Aunque en aquella época recomendó el tratamiento quirúrgico, hoy sabemos
que la causa del vaginismo es siempre de origen psíquico y las intervenciones
quirúrgicas constituyen un tratamiento erróneo. Aun así, todavía es posible encontrar
algún especialista que, actuando al margen de la comunidad científica, realiza este tipo
de intervenciones.

En el tratamiento de vaginismo (dolor en la penetración) es importante que la pareja


comprenda que su caso no es único, pero sí superable

El diagnóstico de vaginismo se puede realizar de manera sencilla y su tratamiento es un


ejemplo de enfoque integrador que abarca la exploración de causas psicológicas
profundas, la descripción de los factores ambientales y socioeducativos, el trabajo con el
cuerpo y, por supuesto, la relación de pareja.

La pareja de la mujer con vaginismo

En el vaginismo, como en otros problemas sexuales, es un factor de buen pronóstico


que la pareja acuda a consulta de forma conjunta. La presencia de la pareja favorece el
tratamiento en la mayoría de los casos. Es muy importante el apoyo psicológico para el
compañero; el análisis de los mitos sexuales; la información general sobre sexualidad y
en especial sobre sexualidad femenina. Esta información se ha de aboerdar de forma
amplia, destacando especialmente los aspectos afectivos y socioeducativos. Conocer el
problema proporciona una mayor seguridad y un refuerzo de su autoestima, factores que
favorecen un buen pronóstico. Así, un compañero seguro, no ansioso y dispuesto a
probar y aceptar las dificultades y las limitaciones, es un excelente colaborador en el
tratamiento del vaginismo y un apoyo para su pareja.

Cabe señalar que el vaginismo no es producto de falta de información y puede darse en


cualquier nivel socioeconómico: maestras, carniceras, administrativas, psicólogas,
periodistas, abogadas y arquitectos son las profesiones de algunas de las mujeres
tratadas con vaginismo. Aunque en apariencia parece un trastorno muy grave, la
literatura científica sobre este tema dice que es un trastorno que suele tener un buen
pronóstico.

Dispareunia

La dispareunia es el dolor que pueden sufrir, tanto hombres como mujeres, en el área
pélvica durante o poco después de la relación sexual. El dolor puede presentarse en el
momento de la penetración, la erección o la eyaculación. Si este dolor persiste, la
persona puede perder interés en cualquier actividad sexual.

La dispareunía es el dolor que pueden sufrir, tanto el hombre como la mujer, en el área pélvica
durante o poco después de la relación sexual

Es importante señalar que para que el coito sea satisfactorio se deben dar las
condiciones fisiológicas necesarias. Tanto el hombre como la mujer han de estar lo
suficientemente estimulados y esto significa lubricación vaginal y erección del pene. Un
indicativo de que el hombre está llevando a cabo una relación satisfactoria es la emisión
de las glándulas de Cooper por la uretra, unas gotas de líquido transparente que fluye
por el meato urinario y actúa como lubricante natural. La mujer, por su parte, nota cómo
se humedece la vagina. El dolor se puede sentir durante la penetración o con los
movimientos del pene en la vagina, y suele aparecer después de un período más o
menos largo de relaciones sexuales sin problemas.

Causas de dispareunia circunstanciales

Lubricación inadecuada por estimulación erótica insuficiente

En estos casos es muy importante aumentar la estimulación con juegos y caricias. Es


necesario que fluya la sangre en los órganos sexuales para que lleve el pene a la
erección y lubrique la vagina.

Sequedad vaginal

La mucosa vaginal pierde su humedad natural. Suele suceder a menudo con la


menopausia. Para facilitar la lubricación existen en las farmacias geles vaginales con
isoflavonas de soja, con propiedades hidratantes y lubricantes, que dan muy buen
resultado.

Relaciones sexuales demasiado pronto después de una cirugía o parto

En el caso del parto se estima conveniente esperar por lo menos 6 semanas después del
nacimiento del bebé para volver a iniciar la actividad sexual.

Irritación genital por jabones, detergentes, duchas o productos de higiene


femenina

Un afán de limpieza mal entendida puede producir irritaciones frecuentes. Se debe tener
en cuenta que la vulva tiene su flujo natural y su olor es característico y sano.

Alergias al látex de diafragmas o condones

Causas de dispareunia que precisan consulta médica

Fimosis

Dificultad o imposibilidad para la retracción de la piel prepucial, esto es, de la piel que
recubre el extremo del pene o glande.
Frenillo

El frenillo es la pequeña lámina de piel por debajo del glande que une a éste con el
prepucio. En el pene erecto, si el frenillo es demasiado corto provoca que el prepucio se
deslice de manera automática hacia delante y puede causar dolor, lesiones y malestar.

Prostatitis

Inflamación de la próstata

Endometriosis

La endometriosis es una enfermedad benigna que afecta a las mujeres durante su vida
reproductiva. Ocurre cuando células endometriales, idénticas a sus hermanas que
conforman el endometrio (el tejido que está dentro del útero y se renueva cada mes tras
la menstruación) se sitúan fuera del útero, por ejemplo en las trompas de Falopio,
ovarios o cualquier lugar de la cavidad abdominal. Fuera por lo tanto de su sitio se
comportan como sus "hermanas" del interior del útero y evolucionan (proliferando y
secretando) siguiendo los ciclos hormonales femeninos. Es posible que la mujer no sepa
que tiene endometriosis y sólo perciba que tiene dolor durante la penetración profunda.

Hemorroides Dilataciones de las venas de los plexos venosos de la mucosa del recto o
del ano.

Herpes genital, verrugas genitales u otras enfermedades de transmisión sexual.

Infecciones vaginales

Infeccionesdel tracto urinario, como la cistitis.

También se debe acudir al médico si se presentan otros síntomas relacionados con las
relaciones sexuales dolorosas, como sangrado, lesiones genitales, períodos menstruales
irregulares y secreción del pene o de la vagina.

Causas que precisan consulta sexológica

Si no se encuentra causa que justifique el dolor se recomienda consulta sexológica. En


dicha terapia, es posible que sea necesario abordar la relación de pareja, los
sentimientos de culpa, conflictos internos o sentimientos no resueltos acerca de
maltratos en el pasado, como historia de abusos sexuales o violación. Se estima muy
conveniente que el paciente o la paciente acuda con su pareja.

Trastorno sexual debido a enfermedad médica


A. Trastorno sexual debido a… clínicamente significativo, que provoca malestar acusado
o dificultad en las relaciones interpersonales como rasgos clínicos predominantes.
B. A partir de la historia clínica, la exploración física o los hallazgos de laboratorio la
disfunción sexual se explica en su totalidad por los efectos fisiológicos directos de una
enfermedad médica.

C. El trastorno no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. ej.,
trastorno depresivo mayor).

Trastorno sexual inducido por sustancias

Concebida en el DSM IV (6), la “característica esencial consiste en una alteración sexual


clínicamente significativa que provoca malestar acusado o dificultad en las relaciones
interpersonales, por el consumo terapéutico o adictivo de sustancias de acción
farmacológica, y que pueden alterar el deseo, la excitación o el orgasmo, o producir dolor
en las actividades sexuales. Se explica en su totalidad por los efectos fisiológicos directos
de alguna sustancia: drogas, fármacos o exposición a tóxicos.

Una característica asociada es que el trastorno sexual excede los cambios sexuales que
habitualmente se asocian a la intoxicación y son tan graves que requieren atención
independiente.

El Trastorno sexual inducido por sustancias, al igual que el Trastorno sexual debido a una
enfermedad médica, no aparece como una categoría nosológica diferenciada de las
disfunciones sexuales, sino definida por su etiología. En el caso que tratamos, cada
trastorno se define por la sustancia que afecta los cuatro niveles en que se presentan:
deseo, excitación, orgasmo y con dolor sexual. Es decir, no se trata de una disfunción
sexual primaria, sino secundaria al uso o abuso de sustancias. Recordemos, además,
que el Trastorno sexual inducido por sustancias aparece por primera vez como una
categoría diagnóstica en Psiquiatría, en el DSM IV.

Trastorno sexual no especificado

Criterios diagnósticos:
Esta categoría incluye los trastornos sexuales que no cumplen los criterios para un
trastorno sexual específico. Los ejemplos son:

1. Ausencia (o disminución sustancial) de pensamientos eróticos subjetivos, a


pesar de la excitación y el orgasmo normales.
2. Situaciones en las que el clínico ha constatado la presencia de un trastorno
sexual, pero es incapaz de determinar si es primario, debido a una enfermedad médica o inducido por
sustancias.

RESUMEN DE LO ANTERIOR

El Concepto de sexualidad sana propuesto por Mace, Bannerman y Burton incluye tres
elementos básicos:

 La aptitud para disfrutar de la actividad sexual y reproductiva, y para regularla de


conformidad con una ética personal y social.
 La ausencia de temores, de sentimientos de vergüenza y culpabilidad, de creencias
infundadas y de otros factores psicológicos que inhiban la reacción sexual o perturben
las relaciones sexuales.

 La ausencia de trastornos orgánicos, de enfermedades o deficiencias que entorpezcan


la actividad sexual y reproductiva.

La Disfuncion sexual se puede definir como una dificultad surgida durante cualquier
etapa del acto sexual (Deseo, Excitación, Orgasmo y Resolución) que impide al individuo
o a la pareja el disfrute del acto sexual.

Las disfunciones pueden aparecer en cualquier etapa de la vida, algunas al comienzo de la vida
sexual y otras más adelante. Pueden desarrollarse de forma paulatina o aparecer súbitamente,
pudiendo llegar a incapacitar total o parcialmente al individuo en alguna de las fases de la
relación sexual.

Trastorno sexual: problema con la respuesta sexual que produce angustia mental a la persona.

Trastorno sexual permanente: trastorno sexual que ha estado presente desde el momento en
que la persona comenzó su funcionamiento sexual.
Trastorno sexual adquirido: un trastorno sexual que se desarrolla después de un periodo de
funcionamiento normal.

Causas de las disfunciones:


Es imprescindible para un correcto tratamiento diferenciar entre las causas orgánicas y las
causas psicológicas, aunque en ocasiones pueden darse ambas:

 Factores psíquicos, que pueden estar relacionados con miedos, vergüenza, culpa,
traumas, etc o con las relaciones interpersonales, esto es, problemas en la relación de
pareja como falta de confianza o dificultades de comunicación.

 Factores físicos, que pueden ser debidos a múltiples causas como: diversas
enfermedades ( neuropatía diabética, esclerosis múltiple, tumores y, raramente, sífilis
terciaria), fallos en varios sistemas orgánicos (como el corazón y los pulmones),
desórdenes endocrinos (problemas en tiroides, pituitaria o glándula suprarrenal),
deficiencias hormonales (déficit de testosterona, estrógeno o andrógenos), algunas
enfermedades congénitas, consumo de drogas ( nicotina, alcohol, narcóticos,
estimulantes, antihipertensivos, antihistamínicos y algunos medicamentos
psicoterapéuticos), problemas de riego sanguíneo, problemas de espalda y daños
nerviosos.

Tipos de disfunciones:

Las disfunciones pueden clasificarse en función de la fase sexual en la que aparecen. Son
el tipo de problema sexual por el que más gente suele solicitar ayuda:

1. Desórdenes del deseo sexual o anafrodisia. Pueden darse a causa de la edad, el


embarazo, la fatiga, la medicación o trastornos de ansiedad o depresión. También puede
deberse a una baja producción de testosterona o estrógeno. Debemos distinguier entre
el
o Deseo sexual hipoactivo (la falta de deseo) o

o Trastorno por aversión al sexo (el rechazo a cualquier tipo de contacto sexual).

2. Desórdenes de la excitación sexual. Estos desórdenes se manifiestan como aversión o


elusión del contacto sexual con la pareja. Puede haber causas médicas para estos
problemas, como insuficiente riego sanguíneo o falta de lubricación vaginal. Las
enfermedades crónicas también contribuyen, así como la naturaleza de la relación entre
las partes.

o En las mujeres, la dificultad para alcanzar un grado de excitación adecuado, en


el pasado llamada frigidez:

o Para los hombres, se emplea el término "disfunción erectil", aunque


antiguamente se conocía como impotencia.

3. Desórdenes en la fase del orgasmo, como el retraso persistente o la ausencia de


orgasmo tras una fase normal de excitación sexual. Estos desórdenes ocurren tanto en
hombre como en mujeres. Con frecuencia los antidepresivos afectan negativamente.

o Eyaculación precoz: Consiste en la falta de control voluntario sobre el reflejo


eyaculatorio, produciendo una eyaculación demasiado rápida.

o Eyaculación retardada: Al contrario que la anterior, un exceso de control


involuntario sobre el reflejo eyaculatorio, impidiendo la llegada del orgasmo.

o Trastorno orgásmico femenino: que consiste en la dificultad o imposibilidad de


llegar al orgasmo.

4. Desórdenes de dolor sexual, que afectan casi exclusivamente a las mujeres:

o Dispareunia, un intercambio sexual doloroso, que en ocasiones puede ser


provocada por una lubricación insuficiente (sequedad vaginal). La falta de
lubricación puede deberse a cambios hormonales (embarazo, lactancia,
menopausia) o a una excitación insuficiente.

o Vaginismo, donde se dan espamos involuntarios de los músculos de la pared


vaginal que dificultan o impiden la penetración. El problema puede estar
relacionado con traumas de abusos o violaciones.
Tratamiento y orientación en las disfunciones y problemas sexuales

Antes de describir las fases de la intervención, es importante remarcar que uno de los
aspectos fundamentales a trabajar en la terapia sexual son las Actitudes, esto es, el
producto de la interrelación entre los prejuicios (estereotipos mentales) y un afecto
asociado a ello, expresándose hacia el exterior en forma de conductas. De esta forma, en
orientación y terapia sexual trabajamos en tres niveles:

 Nivel Cognitivo. Mediante el análisis y reestructuración de los estereotipos mentales de


la persona. En la consulta se aportarán los conocimientos científicos que la persona no
posea, analizando de forma crítica los prejuicios culturales que pudieran estar
influyendo en la disfunción y reforzando la autoestima de la persona.

 Nivel Afectivo. Se trabajarán tanto en consulta como en el medio social de la persona,


primero aportanto los conocimientos adecuados acerca de como se conforman los
afectos y cuáles son sus funciones, analizando de forma especial los afectos negativos
del miedo, la vergüenza y la culpa, y luego recomendando a la persona que lleve a cabo
determinadas acciones en su entorno social para anular los efectos negativos asociados
a su comportamiento sexual y sustituirlos por afectos positivos.

 Nivel Conductual. Se refiere a las recomendaciones prácticas que se darán a la persona


para que ponga en práctica en su medio social, lo que le permitira un aprendizaje de
comportamientos eróticos sanos y placenteros. Se utilizarán diversas técnicas que se
adaptarán a cada caso o disfunción.

Fases de la Intervención

1. Creación de una buena alianza terapéutica. Cuando una persona acude a consulta para
hablar de sus problemas sexuales, hay que tener muy en cuenta que suele ser un paso
complicado y el profesional tiene que propiciar un clima de calidez y confidencialidad
para que la persona se pueda sentir comprendida y no juzgada. Ya que las dificultades
relacionadas con la sexualidad están asociadas con factores morales, de autoestima y
de intimidad, es imprescindible que la primera entrevista permita establecer una
relación empática que facilite el romper las barreras de la vergüenza.
2. Evaluación del problema y recogida de datos. Es importante encuadrar bien el
problema, descartando primero el origen orgánico (que puede darse en algunos de los
casos) y utilizando instrumentos de recogida de datos adecuados. Ello nos permitirá
observar que factores están influyendo en el origen y mantenimiento del problema,
para poder formular una hipótesis de trabajo que configure la intervención.

3. Propuesta de Tratamiento. Una vez evaluado el caso, concretando los factores que
estén implicados en la causa y mantenimiento del problema, se ofrecerá una propuesta
de tratamiento consistente en una serie de intervenciones y técnicas que se llevarán a
cabo de forma pautada por parte del sujeto o sujetos de la pareja. En ocasiones, parte
de la intervención puede consistir en cierta "reeducación sexual" con el fin de desbancar
ciertos mitos o prejuicios que puedan estar influyendo negativamente en la sexualidad
de los individuos.

4. Seguimiento y Prevención de Recaídas. Cuando la persona haya comenzado a relizar


las tareas indicadas, se irán revisando sesión a sesión los resultados de las mismas y
readaptando en funcion de las dificultades que vayan apareciendo. De cara al futuro, se
pretende que las personas sean capaces de afrontar nuevas dificultades por sí mismas,
pudiendo aprender nuevas maneras de afrontamiento.

5. ¿Qué causa los trastornos sexuales?


Existen muchas causas de los trastornos sexuales, las cuales varian de una persona a otra y de un
trastorno a otro. Varias categorias de factores pueden relacionarse con los trastornos sexuales: factores
fisicos (factoresorganicos y farmacos), factores psicologicos individualesfactores cognitivos y
fisiologicos combinados y factores interpersonales.

Causas psicológicas
Causas psicológicas Inmediatas: Las fuentes psicologicas de los trastornos sexuales incluyen causas
inmediatas y aprendizaje previo. El aprendizaje previo se refiere a las cosas que las personas han
aprendido antes —por ejemplo, en la infancia— y que ahora inhiben su respuesta sexual. Las causas
inmediatas son diversas cosas que suceden en el acto mismo de hacer el amor y que inhiben la
respuesta sexual.

Interferencia cognitiva: pensamientos negativos que distraen a la persona de enfocarse en la experiencia erótica. Rol
de espectador: término de Masters y Johnson para el hecho de observar o juzgar la propia conducta sexual; la
hipótesis es que esto contribuye a los trastornos sexuales.

Terapia conductual
La terapia conductual tiene sus orígenes en el conductismo y en la teoría del aprendizaje. La
suposición básica es que los problemas sexuales son resultado del aprendizaje previo (como
discutimos antes) y que se mantienen por reforzamientos y castigos continuos (causas inmediatas). De
esto se deduce que tales comportamientos problemáticos pueden desaprenderse a través de nuevo
condicionamiento. Una de las técnicas clave es la desensibilización sistemática en la que se conduce
de manera gradual al paciente a través de ejercicios que reducen la ansiedad. En 1970, Masters y
Johnson informaron sobre el desarrollo de un nuevo conjunto de técnicas para la terapia sexual e
introdujeron una nueva era en este tipo de terapia. Operaban desde un modelo de terapia conductual
porque consideraban que los trastornos sexuales son comportamientos aprendidos en lugar de
síntomas de enfermedad psiquiátrica. Si los trastornos sexuales son resultado del aprendizaje, pueden
desaprenderse.
Terapia conductual: sistema de terapia basado en la teoría del aprendizaje, en el que la atención se coloca sobre el
comportamiento problemático y la manera de modificarlo o cambiarlo.
Ejercicio de enfoque en la sensación: parte de la terapia sexual desarrollada por Masters y Johnson en la que un
miembro de la pareja acaricia al otro, el otro comunica lo que es placentero y no se hacen demandas en cuanto al
desempeño.

Terapia cognitiva conductual: forma de terapia que combina la terapia conductual y la reestructuración de los
patrones de pensamiento negativo. Se expulsan los malos pensamientos, que se sustituyen con buenos
pensamientos.
Terapia de pareja
Una causa importante de los trastornos sexuales son las dificultades interpersonales. De acuerdo con
ello, algunos terapeutas sexuales emplean la terapia de pareja como una parte del tratamiento.
Este abordaje se basa en la suposición de que existe una relacion recíproca entre el conflicto
interpersonal y los problemas sexuales. Dichos problemas sexuales pueden provocar conflictos y los
conflictos pueden provocar problemas sexuales. En la terapia de pareja se trata la relación misma, con
la meta de reducir el antagonismo y las tensiones entre los miembros. A medida que mejora la
relación, debería reducirse el problema sexual.
Tratamientos específicos para problemas específicos

Se han desarrollado algunas técnicas muy específicas para el tratamiento de ciertos trastornos
sexuales.
Técnica de parada-arranque
La tecnica de parada-arranque se utiliza en el tratamiento de la eyaculacion precoz (vease figura 19.5).
La mujer utiliza su mano para estimular al hombre hasta alcanzar la ereccion. Despues detiene la
estimulacion.
Gradualmente el pierde la ereccion y ella reanuda la estimulacion, hasta que el logra otra ereccion; ella
se detiene y asi sucesivamente. El hombre aprende que puede tener una ereccion y estar sumamente
excitado sin tener un orgasmo. Al utilizar esta tecnica, la pareja puede extender su jugueteo sexual de
15 a 20 minutos y el hombre adquiere control sobre su orgasmo.
Masturbación
La forma más efectiva de terapia para las mujeres que tienen trastorno orgásmico primario es un
programa de masturbación dirigida.

Ejercicios de Kegel
Una técnica que se utiliza con las mujeres son los ejercicios de Kegel, nombrados así por el médico
que los invento (Kegel, 1952). Están diseñados para ejercitar y fortalecer el músculo pubococcígeo, o
musculo PC, que recorre los lados de la entrada de la vagina.

Biblioterapia
La biblioterapia se refiere simplemente al uso de libros de autoayuda para tratar un trastorno. La
investigación muestra que la biblioterapia es efectiva para los trastornos del orgasmo en las mujeres.

Terapias biomédicas
En el último decenio, ha habido un reconocimiento cada vez mayor de las bases biológicas de algunos
trastornos sexuales. Consistente con este enfasis, han ocurrido muchos avances en los tratamientos
médicos y farmacológicos e incluso en los tratamientos quirúrgicos.

Tratamientos farmacológicos
Se han hecho muchos avances prometedores en la identificación de fármacos que curen los trastornos
sexuales o que funcionen bien en conjunto con la terapia cognitiva conductual u otras formas
psicológicas de terapia sexual.
Viagra: un fármaco utilizado en el tratamiento del trastorno eréctil; sildenafil.

Inyección intracavernosa
La inyeccion intracavernosa (IIC) es un tratamiento para los trastornos de la erección.

Dispositivos de succión
Los dispositivos de succión son otro tratamiento para los trastornos de la erección.
Terapia quirúrgica: el pene inflable:
Prótesis peniana: tratamiento quirúrgico de la disfunción eréctil, en el que se insertan tubos inflables dentro del pene.

Parafilias o Desviaciones sexuales

Son patrones de comportamiento sexuales


cuya fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en alguna otra
actividad o cosa que lo acompaña. No tienen porque ser conductas negativas, pero al
depender de convenciones sociales imperantes en un momento y lugar determinados, hay
que situarlas en su contexto. De hecho, la masturbación y el sexo oral fueron consideradas
parafilias hasta mediados del siglo XX.

Suelen, aunque no necesariamente, suceder principalmente porque la persona que las


practica ya ha tenido una cantidad muy elevada de placer sexual, que llega un momento
en que lo poco no la satisface y quiere más y más de aquella actividad para sentir el
orgasmo o excitarse

Las definiciones más usuales recogen comportamientos como el sadismo, el


masoquismo, el exhibicionismo, el voyeurismo, la zoofilia, la coprofilia, la necrofilia,
el fetichismo y el frotismo.

Terapias para los trastornos sexuales

Terapia conductual
Terapia cognitiva conductual
Terapia de pareja
Tratamientos específicos para problemas específicos
Terapias biomédicas

Terapia sexual en la era del sida


La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana y el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (VIH/sida) es un espectro de enfermedades causadas por
la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Tras la infección
inicial, una persona puede no notar síntoma alguno o bien puede experimentar un
periodo breve de cuadro tipo influenza.7 Típicamente, le sigue un periodo prolongado
sin síntomas. A medida que la infección progresa, interfiere más con el sistema
inmunitario, aumentando el riesgo de infecciones comunes como la tuberculosis,
además de otras infecciones oportunistas y tumores que raramente afectan a las personas
con un sistema inmunitario indemne. Estos síntomas tardíos de infección se conocen
como sida, etapa que a menudo también está asociada con pérdida de peso.

El VIH se contagia principalmente por sexo desprotegido (incluido sexo anal y oral),
transfusiones de sangre contaminada, agujas hipodérmicas y de la madre al niño durante
el embarazo, parto o lactancia. Algunos fluidos corporales, como la saliva y las
lágrimas, no transmiten el VIH. Entre los métodos de prevención se encuentran el sexo
seguro, los programas de intercambio de agujas, el tratamiento a los infectados y la
circuncisión.

Terapia sexual en la era del SIDA


La amenaza del SIDA —por no mencionar el herpes y las verrugas genitales (VPH) — coloca a la
terapia sexual moderna en un nuevo contexto cultural. Unos cuantos ejemplos de algunos de estos
factores que están cambiando la terapia sexual. Ahora, las personas están más interesadas en
conservar una relacion monógama a largo plazo y menos en dejar a su pareja y encontrar a alguien
nuevo simplemente porque el sexo ha perdido parte de su emoción. Los terapeutas sexuales están
recibiendo a más parejas que desean ayuda para rejuvenecer sus vidas sexuales. La capacitación en
habilidades de comunicación, que es una parte estándar de la terapia sexual, se ha vuelto cada vez
más importante. Tener la capacidad de comunicarse de manera directa, abierta y efectiva con una
pareja acerca del uso del condón, literalmente puede ser una cuestión de vida o muerte en la
actualidad. La demanda de capacitación en habilidades de comunicación aumentara con toda
seguridad a medida que continúe la epidemia del SIDA. Los terapeutas sexuales trabajan más con las
personas acerca de la manera de tener sexo placentero utilizando condones. Los terapeutas han
documentado historias de casos de hombres que tenían tales sentimientos negativos acerca del
condón que literalmente perdían la erección si intentaban colocarse uno (Leiblum y Rosen, 1989). A
medida que los condones se vuelvan una necesidad cada vez más importante, esto podría convertirse
incluso en un trastorno sexual (¡trastorno eréctil inducido por condón!). Los terapeutas sexuales
pueden trabajar con tales personas para disminuir sus sentimientos de incomodidad y sustituirlos con
sentimientos de comodidad, quizá incluso eróticos, acerca de los condones.

Terapia sexual en línea


.
¿La terapia sexual en línea es la Ola del futuro?
¿Cuáles son sus ventajas y desventajas? Los defensores discuten que es más barata que la terapia
tradicional en persona y que su anonimato es una de sus ventajas principales. Las personas que son
demasiado tímidas o vergonzosas como para narrar su historia a un terapeuta sexual pueden ingresar
y escribir sus preguntas de manera anónima. Una persona podría obtener fácilmente ayuda sin que lo
sepa siquiera su pareja. Las columnas de consejos en estos sitios pueden proporcionar información
precisa, explicita y carente de juicios de valor. Las interacciones en línea con un terapeuta pueden
romper el muro de aislamiento que rodea a una persona que tiene un trastorno sexual. Los tableros
especializados de mensajes y las salas de chateo para las personas que comparten un tema común (p.
ej., bisexuales, personas con discapacidades) pueden ayudar a crear una sensacion de comunidad, en
especial para quienes se encuentran aislados en sentido geográfico. Debido a que la red es
internacional, las personas de países en los que se desconoce la terapia sexual pueden obtener
información útil a la que, de otro modo, no tendrían acceso. También existen desventajas. En la
actualidad no existe un sistema para licenciar a los terapeutas sexuales en línea, de modo que
personas poco calificadas y, quizá, poco éticas, podrían presentarse fácilmente como terapeutas. Lo
que es más, es probable que los terapeutas sexuales en línea no puedan dar una terapia intensiva
verdadera del tipo que se obtendrían en sesiones personales múltiples con un terapeuta. Lo que si
pueden hacer los terapeutas en línea es proporcionar permiso y aliento positivo, al igual que
información precisa, y eso es suficiente para resolver los problemas de muchas personas.

ORDEN EN EL LIBRO
Tipos de trastornos sexuales
Trastornos del deseo
Trastornos de la excitacion
Trastornos orgasmicos
Trastornos asociados con dolor
¿Qué causa los trastornos sexuales?
Causas fisicas
Farmacos
Causas psicologicas
Factores cognitivos y fisiologicos
combinados
Factores interpersonales
Terapias para los trastornos sexuales
Terapia conductual
Terapia cognitiva conductual
Terapia de pareja
Tratamientos especificos para problemas
especificos
Terapias biomedicas
Terapia sexual en la era del SIDA

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