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Gastón, espero que jamás olvides las palabras de Dios en tu corazón, por las dudas, estas son las

que sentiste en el retiro...

¡Qué tan grande Señor es tu creación!

Tan grande, tan hermosa, tan valiosa,

Tan dulce. Y nosotros somos parte de ella.

El sol me ilumina como vos,

Los pájaros me cantan como vos,

El aire limpio y fresco me anima como vos.

En el silencio te escucho ¡más fuerte que nunca!

¿Señor porque no soy inmensamente feliz?

¡No tengo motivos para no serlo!

Tengo todo lo que necesito,

Y si no lo tengo es porque creo quererlo

Pero no es necesario...

Dios, me ofreces el reino;

¿Porque preocuparme por cosas materiales?

Cuando estoy mal siempre estas a mi lado,

Cuando hambre y sed tengo vos me sacias.

¡¿Acaso eso no es razón para ser plenamente feliz?!

¿Porque he dé esconderme?

¡Querer ser transparente!,

¿Acaso no recuerdo que soy luz?,

¡Somos luces para iluminar hermanos!


Señor; cuando pienso justicia imagino a un juez,

Pero vos mismo nos enseñas a ser justos,

Y que la entrada al cielo es para justos,

En todas las situaciones hasta las más insignificantes... ¿Fui justo?

Cuando este enojado con alguien,

Lo ofreceré en el altar,

Y me reconciliare con mi hermano,

Mi hermano amado, hijo de Dios como yo, como todos.

¿Cuantas veces nos dejamos seducir?

Por esas apariencias físicas,

¿Cuantos adulterios ha cometido nuestro corazón,

Nuestra mente, nuestros sentidos.

Señor hazme una persona sana,

Fiel a la castidad, según mi vocación,

Fiel a tú señor, Fiel al amor

Para no vivir una vida falsa.

¿Cuantas veces juraste, sin saber qué hacías?

Señor dame claridad y Juicio,

Que pueda decir Si,

Que pueda decir No.

Yo pongo mi confianza,
Y mi juicio en Tú Señor,

Sé que no fallare,

Porque tú estás conmigo señor.

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