Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Achilli
Achilli
'DióCoyoo- T >
et(at¡i¿y¿¿04: Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138 121
Lo prim ero que uno tendría que decir ante una situación
como la presente, y más frente a tanta juventud, es que debe
mos neutralizar cualquier sentido de ritualidad académica que
puede suponer una conferencia, en tanto autoriza y legitima
sim bólicam ente una determ inada palabra, com o diría Pierre
Bourdieu. Más bien quisiera provocar un diálogo, o más correc
tamente el séntido crítico del diálogo que interroga, polemiza,
contrasta, complementa y amplía las ideas que de alguna m a
nera trataré de com partir con ustedes. Es decir, el diálogo no
como un idílico consenso, tan planteado en las últimas déca
das, sino como una herramienta de conocimiento que nos per
mita objetivar con mayor claridad un tema como es el que plan
tea el título de esta charla acerca de interculturalidad y form a
ción docente, el cual en las últimas décadas resulta tan fuerte
mente constitutivo de nuestras prácticas y nuestros sentidos
com unes com o profesores.
VcóéofM PecUc/áyitoi. Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138 123
pretendem os conocer o enseñar? ¿Cómo conocem os? ¿Cóm o
enseñam os? ¿Por qué conocem os o enseñam os esos qué y
esos cóm o? ¿Para qué conocem os o enseñamos?
124 'Diáíoyoa T-'cdno.ooúo^. Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138
Formación docente e interculturalidad. Para pensar su re
lación en contexto
T>¿ó(oyai ‘PedaqMfCCOA. Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138 125
po laboral del sujeto m aestro o profesor que desarrolla en
determ inadas condiciones institucionales y socio-históricas.
126 ‘D cófoyoi “Petiaqóqicai: Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138
A mi entender, podríamos dar cuenta de estos interrogantes
com o un program a de investigación, desde una perspectiva
teórico-m etodológica que, por supuesto, no aísle a la form a
ción docente en sí misma. Por el contrario, a mi entender, debe
ser entendida en los cruces de distintas escalas contextúales:
desde aquellas dim ensiones cotidianas a las distintas dim en
siones socio-histó ricas generales del presente o del pasado
que van configurando y dan sentido a determ inadas form acio
nes docentes que querem os tener bajo análisis.
"Dútfoyoi Pedayóyico¿. Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138 127
étnicas, de género, incluso de posiciones políticas, id eológ i
cas, de posicionam ientos pedagógicos) intente una educación
común que no olvide la igualdad (sé que hay mucha crítica en
torno al término "igualdad", pero en todo caso, lo dejo para el
sentido crítico del diálogo que podremos abrir luego). En sínte
sis, interculturalidad como reconocimiento de las singularida
des/diversidades en el marco del derecho a una educación de
calidad para todos por igual.
D is tin to s a u to re s han p la n te a d o
«Estoy partiendo de una concepción de que las tran sform aciones económ icas,
lo intercultural que, reconociendo la sociales, políticas desarrolladas en las
singularidad o diversidad de los sujetos últimas décadas se han inscripto en un
o grupos socio-culturales (...), no relevante proceso de construcción he-
esconozca aquello que hace a la gem ónica a través de transform aciones
educación común como igualdad del socio-culturales que inciden en las con
derecho a una educación de calidad cepciones y percepciones de distintos
para todos.» aspectos de la realidad social. En ello
es importante tener en cuenta el papel
que han ju g a d o y que ju e g a n las d e n o m in a d a s u sin as de
pensamiento, ya sean internacionales o nacionales, en la for
mación de la opinión pública y académica. Porque los profeso
res, los estudiantes, som os sujetos privilegiados para d esa
r r o lla r y e x p a n d ir e s to s p e n s a m ie n to s q u e han ¡do
legitimando y que han sido sim ultáneos con las transform acio
nes de las últimas décadas. Como dice Daniel Mato, un soció
logo venezolano, la difusión de las ideas liberales a escala
mundial es un destacado fenóm eno de nuestro tiempo. Y, ha
bría que agregar que, por lo tanto, no podem os d esconocer
los modos en que inciden en las form ulaciones y análisis que
realizam os de cualquier proceso o fenóm eno que querem os
conocer.
’Dcáfajqoú P
‘ etCzyóqctoJ-. Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138 129
es decir, la d iscip lin a a n tropo ló gica donde la noción de lo
intercultural ha sido tan contundente, en un centro de influen
cia de la época. Ya sea estas reactualizaciones de lo cultural y
la diversidad como el mismo quehacer etnográfico ejercen una
fuerte influencia no sólo en las distintas disciplinas o campos
de estudio (desde los denom inados estudios culturales hasta
la econom ía, pasando desde luego por la educación, la histo
ria, la sociología, psicología, comunicación), sino también que
se han incorporado en muchas argum entaciones de las pro
p u e s ta s p o lític a s o u s a d a s p or a lg u n o s o p in ó lo g o s del
neoliberalism o, como Grondona, por ejemplo, que tiene unos
libros que hablan de las diferencias de las naciones entre po
bres y ricas por diferencias culturales. Es decir, la explicación
de lo cultural resuelve todo.
130 Z)¿átoyo¿ T ’edoyócficM. Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138
Sin e m b a rg o , en las ú ltim as d é ca d a s se in co rp o ra la
interculturalidad fundam entalm ente para hablar de la política
educativa destinada en especial a las poblaciones indígenas.
Son políticas interculturales que em ergen en el contexto de
las transform aciones capitalistas de las últim as décadas que,
esquem áticam ente, podríam os decir que significaron un m a
yor dominio de las relaciones de mercado y un debilitamiento
del papel de los estados nacionales en su responsabilidad para
asegurar determinados derechos sociales a toda la población:
educación, salud, seguridad social. Es decir, se introducen en
un momento en el que, por lo menos, hay un proceso fuerte de
la presencia de las dinámicas del mercado y, por otro lado, una
transform ación del papel del estado.
'D ió lo y o í cía^ooxco^. Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138 131
ben ser criticadas -en el sentido que dijimos- tanto a nivel teó
rico como por las implicancias prácticas que tienen.
«Si me están diciendo que ese mundo Lamento no tener los registros que
ai que me voy a incorporar y donde 'es comentaba, porque ademas de ana-
voy a trabajar no tiene sentido (...) 'izar acluel|as tendencias en las que se
¿cómo construyo m i propia subjetividad fue neutralizando el trabajo en relación
para ser docente?» a 'os conocimientos también intente dar
cuenta de otras prácticas que lograban
eficacia en estos contextos y que adquieren un sentido para los
docentes y para los chicos. Pretenden analizar/conocer lo que
llamamos otras lógicas de enseñanza, aquellas que adquirían
sentido para los sujetos que estaban interactuando en los peo
res contextos, en estos contextos que ustedes conocen. Bre
vem ente diría que, este tipo de lógicas de enseñanza, tiene
como uno de sus núcleos constitutivos el hecho de no haber
perdido, por ejemplo, la direccionalidad del trabajo docente, del
trabajo del docente como enseñante, aun desde distintas pers
pectivas o concepciones. Unos docentes dicen "yo soy tradicio
nal, machaco, machaco y machaco", también los hay con otras
concepciones. Pero, de hecho, se evidencia un claro objeto de
lo que se quiere enseñar. Si les interesa lo puedo enviar, hoy se
lo prometí a la periodista que me entrevistó. No está publicado,
está escrito hace bastante pero podría ser tenido en cuenta
para visualizar esas otras lógicas de enseñanza que, de alguna
manera, han adquirido cierta eficacia y sentido para los sujetos
involucrados. Tal vez, pueda ser un granito de arena para el
debate acerca del sentido de la escolarización en contextos de
profundización de la pobreza y de debilitamiento de la respon
sabilidad estatal que fueron imponiendo las políticas neoliberales.
‘D¿á¿0¿f0¿ TBedayócticcM. Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138 135
Así como les decía que uno puede analizar prácticas peda
gógicas que logran sentido y eficacia, hay muchas otras que
me interesaría transm itir frente a esta presencia de tanta ju
ventud y con tanto futuro en sus manos. Sólo voy a hacer al
gunas referencias a ciertos procesos cotidianos tal com o las
perciben los propios docentes que trabajan en contextos de
pobreza. Las he denom inado pedagogías cultura/izadas y se
expresan de diferentes modos.
136 D ió(oyo¿ T^edaqóyicoú. Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138
anterior, en la que la diferencia es vista com o un límite, otra
modalidad se expresa desde una positiva exaltación de ella,
una rom antización del m undo de los niños que viven en la
pobreza. Se produce lo que llamo una m im etización pedagógica
en tanto se produce una revalorlzación de los saberes, las
prácticas cotidianas, las tradiciones etnoculturales de los ni
ños y de sus fam ilias como un modo privilegiado de trabajo en
el aula. Enseño lo que creo debo "rescatar" de la cultura de
los pobres, de los indígenas. Así, las leyendas, las form as de
comer, las creencias, las formas de organizar la familia según
el relato de los niños será lo que se despliega en el aula. Es
tas prácticas podrían relacionarse con la im portancia que ad
quirió en la escuela el uso de los conocim ientos previos. Sin
embargo, se limitan a ello sin com plem entación con otros sa
beres que se supone la escuela tiene la obligación de d istri
buir. Por eso decimos que se produce una m imetización de los
conocim ientos que el niño "trae" con los conocim ientos esco-
larizados. En otras palabras, los conocim ientos escolares son
exclusivam ente los conocim ientos cotidianos del niño. En la
medida en que queda obturado un proceso dirigido a proble-
matizar, am pliar, sistem atizar, a rticu la r esos con ocim ien tos
con los conocim ientos acum ulados universalm ente, se puede
entender que, desde la perspectiva de los niños y los padres,
no ha habido trabajo escolar. Por ejemplo, una escena típica:
los maestros les dice a los niños: "cuenten cómo son sus fam i
lias", "dibujen a su familia"... en algunas de estas situaciones,
los ch ico s han p la n te a d o : "s e ñ o rita ,
«Me preocupa cómo hemos incorporado, ¿cuándo vam os a em p ezar a tra b a
en algunas producciones académicas jar?". Pareciera que estos con ocim ien
o en nuestros quehaceres cotidianos, el tos extraesco lares de los que "se ha
discurso de la diversidad, de las b la" en el a u la no lo g ra n a lc a n z a r
pluralidades de voces a modo de un alguna significación y, podríam os decir,
discurso falsamente democrático.» que al ser triv ia liza d o s term inan per
diendo el sentido de conocim iento.
T)iáíoyo¿ P
“ edaqtiyitoa. Año VI, N° 12, octubre 2008. Pág. 121-138 137
sociales, ya sean "pobres", "indígenas", "jóvenes" o a la m is
ma escuela. Además, desde estas concepciones de lo cultural
se termina explicando todo. Todo termina siendo cultural. En
tiendo que, com o docentes o como investigadores, te n d ría
mos que discutir esta noción cerrada, ahistórica y homogénea
y abrir el camino hacia una concepción que permita entender
lo c u ltu ra l en su d in á m ica , en sus p ro ce so s c a m b ia n te s ,
heterogéneos y contradictorios y, por lo tanto, contextualizada
al interior de las condiciones sociales, históricas.
M uchas gracias