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Héroes Indómitos, Bárbaros y Ciudadanos Chilenos : El Discurso sobre el Indio en la

Construcción de la Identidad Nacional

Viviana Gallardo Porras


Magister en Etnohistoria
Universidad de Chile.

A esta autora le preocupa la Alteridad, que pasa con el “otro”


En un período de construcción de la Identidad Nacional donde al pueblo indígena se le daría un lugar en la
naciente república.
Apelando a los fundamentos de la ilustración los indios como dice la autora son incorporados a la Nación con
un discurso que los glorifica que los rescata, que valora sus hazañas, contra los españoles, un discurso que los
pone en pie de igualdad dentro de una naciente república que necesita pacificarse y conformarse como tal.
Pero que pos de estos objetivos niega al indio cono el “Otro”, no respeta su diferencia. Y le quita toda
posibilidad de retener su propia identidad. En esta construcción discursiva para la autora hay tres miradas:

_ Una mirada pretérita que mitifica lo indio.

_ Una mirada futura en la conformación de una Nación de ciudadanos.

_ Una mirada presente que refleja una realidad heterogénea.

La aristocracia Chile construye un discurso hegemónico pero Viviana Gallardo Porras plantea que no es el
único, son varios los autores que se ocupan de población indígena, o de temas políticos, militares, o las
cuestiones de la iglesia. En este período se mezclan o coexisten varios discursos sobre los indios. Como
mencionamos más arriba la autora expresa que estos discursos están sujetos a tres miradas sobre el pueblo Indio
desde una perspectiva cronológica.

En la primera mirada en el afán por construir una identidad, se vuelve al pasado y desde ahí conseguir una
continuidad histórica cuyas raíces están en los indios que poblaron el territorio, se glorifica al pueblo Araucano
por su lucha ante los españoles. Autores como Simón Collier, Freire, Francisco Calderón apelan a expresiones
como “ Los criollos herederos legítimos de los araucanos” de Collier, o Calderón que llamaba a los chilenos”
hijos de Caupolicán, Colocolo y Lautaro”.
Como expresamos más arriba la necesidad de construir un pasado en común, lleva a estos autores a no escatimar
esfuerzos para difundir los mitos nacionales que pongan en valor al pueblo Araucano. Criollos y indios se
funden en una simbiosis que da paso al ciudadano, un pueblo de iguales, profundamente homogéneo que tiene
la imperiosa necesidad de liberarse de los españoles. Por supuesto un discurso muy conveniente a esta
aristocracia independista gestora de la nueva república. El rol por ejemplo del primer diario nacional La Aurora
de Chile en este sentido es claro, fundado en 1812 por Camilo Henríquez se encarga a través de sus páginas
de enaltecer y glorificar al pueblo Araucano.

En la segunda mirada se ataca al sistema comunitario indígena se rompe este núcleo integrador, los pueblos de
indios son arrasados sus tierras caen en remates públicos y sus habitantes son trasladados ciudades o villas
formales con la estructura criolla es decir, con escuelas, iglesias, cárcel. Así el indio se convierte en un igual un
ciudadano con los mismos derechos y obligaciones que el resto de los chilenos. Había que eliminar las
diferencias, se le niega justamente ese espacio de diferencia, se le anula culturalmente, moralmente, con el fin
de lograr esta homogeneización de la sociedad necesaria para construir esta república de iguales. Viviana
Gallardo Porras pone el acento en los escritos de Camilo Henríquez donde impulsa la integración de lo indígena
a las filas del Estado con las consecuencias de su anulación, su disolución como Colectivo diferente.
La aristocracia chilena entendía la integración como reducción, al orden al control.
En el discurso de Camilo Henríquez las premisas ilustradas, están presentes y son necesarias para lograr la
integración de la población indígena libertad / igualdad conceptos que están presentes en este colectivo deben
ser respetados “debemos reconocerlos como iguales a nosotros”. Para la autora esta negación taxativa de
diferencias es un discurso de etnicidad, no rechaza al individuo pero si todo lo que concierne con su cultura a
su identidad. Y se crea la idea que el pueblo Araucano es un pueblo nuevo, que será fácilmente incorporado a
la Nación ya que está dispuesto a ser ilustrado, había que instruir, y la educación será una herramienta
fundamental en la conformación de este nuevo Estado.
En el discurso de Camilo Henríquez ellos pueden existir en tanto que ciudadanos integrados cultural como
territorialmente. Nación no puede aceptar espacios diferenciados, como tampoco identidades heterogéneas.

Los conceptos de “ciudadano” y “chileno” en este período son muy incipientes y difusos, pero hay una
conciencia que a través de las leyes y la organización de la Republica estos van adquirir connotaciones más
precisas. En 1812 todos son iguales ante la ley y lo único que proporciona diferencia es su calidad de” hombre
libre” a medida que se va avanzando en el tiempo, estos conceptos se definirán con mayor precisión.
En la constitución de O’ Higgins de 1822, decreta : “ son chilenos los nacidos en territorio de Chile”, “ todos
los chilenos son iguales ante la ley sin rango ni privilegio”. Pero que sucedía en realidad en esta misma
Constitución, expresa que no todos eran “ciudadanos”, había que cumplir requisitos para esta condición:
Ser casado, mayores de 25 años o casados que sepan leer y escribir, pero estos últimos requisitos hasta 1833 no
se podrán implementar. También la ciudadanía se puede suspender por diferentes motivos por una cuestión de
espacio solo nombraremos uno: En virtud de interdicción judicial, por incapacidad moral o física.
Bajo los requisitos para ser ciudadano no se tiene en cuenta a al pueblo indio ellos no logran ser “ciudadanos”
sino sólo “chilenos”. Entonces podemos decir que Ciudadano chileno sería la persona mayor de 21 años, que
puede votar, casado además tiene que tener una propiedad inmueble de doscientos pesos, un giro o comercio
propio de quinientos pesos, existen otros requisitos que por una cuestión de espacio no podremos citar.
Como vemos la “utopía” de la igualdad cae por su propio peso al ver que llegar a ser ciudadano de la República
implicaba tener requisitos a los cuales la mayoría de la población no podía acceder.

La tercera mirada presente que refleja una realidad heterogénea, pone en alerta a la aristocracia criolla que
restringe cada vez más aquella “utopía igualitaria”. Su intención en realidad es que sólo un selecto grupo tenga
participación en la vida política de la república, por tanto las diferencias se encuentran entre los propios chilenos
que ven que no todos son iguales, ni tiene los mismos derechos, si ellos no los tienen menos el pueblo Araucano.
Viviana Gallardo Porras al analizar los discursos sobre el pueblo indio, lo que le interesa es conocer las razones
Que llevaron a la elite a su elaboración, y no la situación y condición en la que se encontraban los indios.
La autora llega a la conclusión que la realidad india fue un recurso político de la elite para llegar a la tan preciada
identidad nacional también que es muy difícil establecer una cronología discursiva sobre el indio, además queda
en evidencia que el discurso de ocupación de la Araucanía se comenzó a gestar desde el principio es decir desde
el discurso independentista de glorificación del mundo indígena. Convengamos entonces que desde siempre.

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