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TITULO VALORES

Importancia y justificación de la Dogmática General o Teoría General de los


Títulos Valores

1. Preliminar:

La dogmática general de los títulos de crédito encontraba ya una formidable


acogida universal hacia fines del siglo XIX, y recién quedó normativamente
plasmada con la Ley Uniforme referente a Letras de Cambio y Pagarés a la orden,
resultado de la Tercera Conferencia Internacional de Derecho Cambiario reunida
en Ginebra el 13 de mayo de 19301.-

No obstante la sanción -y posterior ratificación, adopción o aplicación por los


distintos Estados- de este ordenamiento internacional o de sus principios (en
nuestro país la Letra de cambio2, se encuentra regulada en el Libro Segundo, Título
X del Código de Comercio.-

Este “micro sistema normativo” que regula a la letra y al pagaré mantiene su


vigencia, a pesar de la sanción y promulgación de la ley 26.994 que impone el
nuevo Código Civil y Comercial de la Nación 3, cuya vigencia comenzó el 1 de
agosto de 2015.-

Pues de manera novedosa en la legislación argentina, ahora el Código Civil y


Comercial de la Nación expone de modo normativo aspectos de la teoría general,
de manera que los principios de esta materia se encuentran ahora regulados en los
arts. 1815 a 1881 CCCN).-

1
Ver más adelante (capítulo…..) las particularidades de dicha Convención
2
Decreto-ley 5965/63, ratificado por la ley 16.478, modificada por decreto 1387/2001. La denominación del
Título X es resultado del dictado de la ley 24.760 (B.O. 13.01.1997)
3
En adelante nos referiremos al nuevo Código Civil y Comercial de la Nación con la abreviatura CCCN

1
Cabe recordar que las posiciones en relación a los distintos aspectos de la
dogmática general distaron de ser rigurosamente uniformes; de manera que la teoría
general mantiene, aún hoy, diferencias doctrinarias y normativas, ya en relación al
derecho positivo y como al comparado.-

Debemos plantearnos qué nos proporciona la formulación de una dogmática


general, y eso es lo que intentaremos describir en este capítulo.-

Resumidamente podemos decir que una Teoría General ensaya, como punto de
partida, algunos conceptos que, aún expresados en distintas épocas, mantienen
ciertas congruencias (Jorge N. WILLIAMS4).

ARCANGELI5 pone de relieve que la Teoría General debe proponerse un doble fin:
por una parte, determinar la razón de esta categoría, poner de relieve sus caracteres
esenciales, marcar sus límites, clasificar sus especies; y por la otra, penetrar en la
esencia de las relaciones jurídicas, estrechamente ligadas a la formación y
circulación de los títulos.-

Es relevante destacar cómo el hecho económico precede al criterio jurídico (y éste


tal vez a la formulación de la norma), de manera tal que los principios se
encuentran sutilmente fundidos en la práctica, antes que por obra de los teóricos.-

La Teoría General tiene por función ser considerada como un conjunto de


principios rectores, que serán de aplicación complementaria y supletoria de los
distintos regímenes de cada título en particular.-

Nos permite, principalmente, explicar las ideas rectoras de la materia, de forma tal
que permitan brindar las soluciones a los problemas que se plantean en derredor de
esa temática tanto en el plano teórico como en la práctica.-

4
WILLILAMS, Jorge N.; Títulos de crédito. Naturaleza jurídica, formas de adquisición del dominio y
legitimación. Buenos Aires, ,1974, Cuadernos EL DERECHO, pag. 1
5
ARCANGELI, A.; Teoría General de los títulos de crédito, México, 1945, pag.1

2
Es de hacer notar que la legislación argentina careció hasta la ya referida sanción y
promulgación del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación (ley 26.994) de un
tratamiento normativo integral de los títulos de crédito, existiendo hasta entonces
sólo regulaciones específicas de los distintos títulos que se encuentran regidos por
distintas normativas.-

2. Tipos o especies de títulos valores

Preliminarmente, corresponde precisar que con el dictado de la normativa del


nuevo código (arts. 1830 y 1850 del CCyC), se abren caminos para títulos que no
son catulares: ahora tenemos, entonces, dos grandes especies o subgéneros dentro
del género mayor de los Títulos Valores: (a) Los cartulares; y (b) los NO cartulares
(virtuales, informáticos, etc). Estos últimos previstos en los arts. 1850 y sgts. del
nuevo código.

Vamos a referirnos en este capítulo solo a los títulos cartulares, es decir aquellos
que tienen un sustrato material documental y son escritos, los que se asimilan a la
histórica o tradicional concepción que se desarrolló de los títulos de crédito, con
anterioridad a la vigencia del nuevo código.

Cada uno de los títulos valores tienen su propia finalidad: han surgido en diferentes
épocas, en función de las distintas necesidades existentes en cada tiempo y lugar, lo
que es adecuado a cada uno de los órdenes normativos en los que se enlazan, pues
se encuentran destinados a favorecer diferentes aspectos del comercio (transporte
de mercaderías, o su depósito; financiamientos empresariales, participaciones en
sociedades; accesorios al crédito, garantías, etc), pero en todos los casos se
vislumbra un aspecto común que se relaciona con la fortaleza del derecho que
otorga al acreedor, la sencillez de las formalidades y la rapidez (y, nuevamente,
sencillez) de su negociación mediante su puesta en circulación.-

3
Este aspecto de los títulos valores, relacionado con sus disímiles orígenes y
diversas regulaciones normativas, ha devenido en un obstáculo que afectó la
congruente interpretación y aplicación de los institutos que le son comunes.

Tanto la doctrina, como los aportes jurisprudenciales han venido en auxilio,


colaborando a edificar la dogmática general, hoy plasmada en el Código Civil y
Comercial de la Nación (Hacemos notar que hasta la sanción del CCCN, los
principios y caracteres propios de la teoría general se extraían, principalmente, de
la norma que regula la Letra de Cambio y el Pagaré).-

Por ello la nueva sistematización normativa de la teoría general viene a intentar la


simplificación en la interpretación y ejecución de las normas, con beneficiosos
efectos tanto en el planto jurisprudencial, como práctico, otorgando la certeza que
tanto se necesita a las operaciones económicas vinculadas al crédito.-

La reforma actual (ley 26.994) no modifica los denominados “microsistemas


normativos” que regulan a los títulos en particular, que continúan vigentes y ahora
conviven conjuntamente, lo que exigirá de los jueces, una labor de integración
legislativa parar respetar en congruencia tanto el nuevo texto sobre la “dogmática
general” como las regulaciones particulares sobre los distintos títulos.-

Las distintas regulaciones existentes en nuestra legislación sobre cada uno de los
diferentes títulos se reseñan en el siguiente cuadro6:

TITULOS CONTRATO o NEGOCIO NORMATIVA


VALORES que los motiva (CAUSA)

Carta de Porte Contrato de transporte terrestre de Cód. de Com., art.


terrestre mercaderías 162.

Carta de Porte Contrato de transporte aéreo de Ley 17.285, art 119


aérea mercaderías y sgtes.

6
Cuadro elaborado por los doctores Carlos G. Gerscovich y Teodora Zamudio

4
Conocimiento de Contrato de transporte de Ley 20.094 ,art.
embarque mercaderías por agua 295 y sgtes.

Documento de Contrato de transporte de Ley 24.921


transporte mercaderías por más de una vía Capítulo III
multimodal.

Certificados de Frutos o productos agrícolas, Leyes 928 y 9643


depósito y forestales, etc. (depósitos de
Warrants. granos, vinos, etc.)

Acciones de Estado de socio y derechos Ley 19.550, arts.


sociedades patrimoniales y políticos 207 y sgtes.
anónimas y en Decreto 677/2001.
comandita

Debentures Empréstitos de la S.A. y las S.C.A. Ley 19.550, art.


325 y sgtes.
Bonos Empréstitos de las S.A. y las Ley 19.550 , arts
S.C.A. 226 y sgtes.
Obligaciones Empréstitos de las sociedades Ley 23.576
negociables anteriores, las cooperativas y las
asociaciones
Títulos de deuda Fideicomiso financiero Ley 24.441, arts.
y certificados de 19 y sgtes.
participación

Letra de cambio Prestaciones dinerarias Decreto 5965/63


arts 1 a 100
Pagaré Prestaciones dinerarias Decreto 5965/63
arts. 101 y sgtes.
Cheques común y Prestaciones dinerarias Ley 24.452
de pago diferido

Factura de Prestaciones dinerarias causadas Ley 24.760


crédito (compraventa, locación de cosas
muebles, o de servicios, o de obra).

5
3. Denominación

Abordamos aquí la cuestión de la terminología que hace a esta materia, pues ni en


el derecho comparado ni en nuestro país, la misma era uniforme, hasta la sanción
de la ley 26.994 (el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación) que los
denomina Títulos Valores.

El problema de la “denominación” se relaciona con lograr una terminología que


traduzca de manera adecuada y comprensiva la verdadera esencia de estos
documentos.

“Títulos valores”, “títulos circulatorios”, “obligaciones o papeles negociables”,


“títulos de crédito”, son las expresiones que se han utilizado mayormente, siendo
defendidas unas y criticadas las otras, recíprocamente, según las preferencias de los
distintos autores.-

(a) La expresión “título valor” deriva del vocablo alemán “Wertpapiere” y tiene la
cualidad de su amplitud, ya que con la palabra “valor” se permite referir
adecuadamente a distintos títulos que contienen derechos de diferente naturaleza
(de contenido dinerario, representativos de mercadería, de participación, etc.). Esta
denominación no ha estado muy extendida en nuestro país hasta la inclusión en los
proyectos que precedieron a la reforma finalmente introducida por la ley 26.994.
Era y es respaldada por alguna doctrina entre la que destacamos a Joaquín
Garrigués7, Héctor Alegría8, Luis Muñoz9, Marcos Satanowsky10 (quien la
consideraba como sinónimo de títulos de crédito) y Adolfo Rouillon11, entre otros.

Crítica: No obstante su amplitud, desde el punto de vista de su génesis, la


expresión puede ser enjuiciada, en tanto es utilizada en el derecho alemán para la
7
Curso de Derecho Mercantil, ed. T.I. Imprenta Aguirre, Madrid 1976;
8
R.D.C.O. 1988, “La desmaterialización de los títulos valores”;
9
Títuos Valores Crediticios, TEA, Buenos Aires, 1973
10
Citado por José Luis GHIOLDI y Guillermo Horacio MENDEZ en Títulos de Crédito, Parte General,
Editorial de Belgrano, Buenos Aires, 2001
11
Código de Comercio, comentado y anotado; Tomo V, Editorial La Ley.-

6
designación de títulos cuya presentación resulta necesaria para el ejercicio de los
derechos que otorgan, algunos de los cuales no son contenedores de derechos
literales ni autónomos12. Es decir que sólo se ponía énfasis en el aspecto necesario
del documento, dejando de lado los elementos “generadores” de esta disciplina que
son, precisamente, los caracteres de autonomía y literalidad.-

(b) La denominación “títulos circulatorios” pone énfasis en el aspecto circulatorio


de los títulos, sosteniendo sus defensores que ése es el principal motivo de la
existencia de tales títulos: su negociabilidad para la rápida circulación de la
riqueza; que responden así a la cualidad más destacada y típica de estos
documentos: su aptitud circulatoria. La han defendido, entre otros, Héctor Alegría 13,
Celestino Araya14, León Bolaffio15 y Gustavo Bonelli16, pero quien mayor énfasis le
ha dedicado a fundarla es el argentino Ignacio Winizky 17, en las adiciones al libro
del italiano Giuseppe Gualtieri (cuyo título original era “I titoli di credito”)18.-

Crítica: Nosotros compartimos la opinión de aquellos que sostienen, como lo hace


el Dr. Osvaldo Gómez Leo19, que la función circulatoria no es de la esencia de los
documentos carctáceos, sino que ella es una aptitud contingente. Por ello la
denominación “títulos circulatorios” no resulta totalmente adecuada, aun
considerándola desde una perspectiva netamente económica; pues la puesta en
circulación puede no suceder nunca. Además entre otras funciones que tienen los
títulos, se encuentra la de garantía, en cuyo caso los documentos no son creados
para circular.-

12
Gomz Leo, Osvaldo, Ob. Cit, pag. 188;
13
El Aval, Tratamiento completo de su problemática jurídica, Astrea, Buenos Aires, 1975
14
Títulos Circulatorios, Ed Astrea, Buenos Aires, 1989, pág.37
15
Derecho Mercantil, Parte General, pag. 507, Reus, Madrid, 1835,
16
“La suroga nell’azione cambiaria fra coemitenti” Riv. Dir. Com., 1910-II-344
17
Títulos Circulatorios, Eudeba, Bs. As. 1966
18
Ver Gomez. Leo, Osvaldo, “Instituciones…” ob cit.
19
Instituciones… ob cit

7
(c) Más allá de la actual denominación legal, nuestra opinión resulta favorable a la
denominación que más extendida se encuentra en la doctrina y la jurisprudencia de
nuestro país; “Títulos de crédito”.

(Es la adoptada por Vivante, y respaldada por Lisandro Segovia, Eduardo Williams,
Agustín Matienzo, Francisco Orione, Raymundo L. Fernández, Mauricio Yadarola,
Manuel Gómez Carrillo, Jorge N. Williams, Héctor Cámara, Mario Bonfanti, José
Garrone, Osvaldo Gómez Leo, Horacio Parodi, entre otros20).

De otro lado, se ha dicho que su uso o utilización desde antiguo, le ha otorgado una
entidad suficiente. Asimismo que no conviene utilizar sinonimias infecundas 21; o,
como sostiene Agustín Matienzo “que hay que evitar la imprecisión de los
términos, lo que queda salvaguardado con el concepto tradicional que se ha dado a
la calificación de los instrumentos que se estudian, tanto en doctrina como en su
aplicación práctica”, para agregar que “la expresión ha tomado estado en la
terminología jurídica de la materia”22.

Teniendo en cuenta las distintas funciones económicas que cumplen los títulos de
crédito, entre las cuales está la circulación de la riqueza, el cambio, el crédito, la
garantía, etc., entendemos que esta denominación es la más significativa que se
pueda adoptar.-

La crítica más destacada que se le formula a esta denominación, es la referida a que


la expresión “título de crédito”, según una connotación gramatical, equivale a
“documentos en que se consigna un derecho de crédito”; y no todos los títulos
comprendidos en la categoría son títulos que representen operaciones de crédito
(ejemplo acción de sociedad anónima).

20
Ver Gomez Leo, Osvaldo; “Instituciones…” ob, cit, pag. 193; Williams, Jorge N.; Títulos de Crédito, El
Derecho, 1974; Cámara, Héctor; Letra de Cambio y pagaré, Lexis nexis 2005; Bonfanti, Mario A. y
Garrone, José A.; De los Títulos de crédito, tº 1, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1970
21
Yadarola, Mauricio; Títulos de Crédito, TEA, Bs As 1962
22
Matienzo, Agustín, Prólogo a Títulos de Crédito de M. Yadarola, Tea, Bs As, 1962;

8
Justificación: Pero somos de la opinión que, por un lado todos los documentos
comprendidos en la categoría son documentos que, siendo instrumentos de
negocios del comercio, alientan y sostienen el crédito en general, entendido como
la credibilidad del sistema económico; y por otro, como lo sostiene Gómez Leo 23,
estos documentos son, desde el punto de vista patrimonial, instrumentos que
representan relaciones jurídicas de un derecho subjetivo o potestad para exigir el
cumplimiento del objeto de la obligación cartácea: concretamente, exigir la
prestación con contenido económico que emerge del título. Por ello desde el punto
de vista patrimonial, el titulo contiene siempre para el sujeto activo un crédito (ya
sea que resulte una prestación de hacer o de dar) y desde la perspectiva del sujeto
pasivo, será una deuda, pues se trata de una actividad o conducta debida.-

Por estas razones, nuestra opinión, sigue siendo más justificada la adopción de la
denominación Títulos de Crédito.-

Con la salvedad ya hecha en relación a la actual denominación legal, en la


legislación argentina las referencias normativas a los títulos tampoco fueron ni son
uniformes.

Tanto en el código de comercio (derogado) como en las leyes complementarias


(vigentes), se utiliza distinta terminología, a saber: “Papeles” para referirse a títulos
endosables o al portador (art. 8 inc. 4º Cod. Comercio); al crear la “factura de crédito”,
el artículo 1º de la ley 24.760, la denomina “título valor”; esa misma ley al instituir un
nuevo título, la “cobranza bancaria de factura de crédito”, la refiere como “título valor”
en el párrafo 3º del inc, “L” del art. 2; “título valor” menciona la ley de sociedades (art.
58 y 226) y la ley 17.811 (arts. 18, 19 7 20); también se refiere a la terminología
“papeles de crédito” (negociables en el comercio) en los arts. art. 583 y 585 C. Com;
“Papeles endosables” (art. 586 C. Com); “documentos de crédito” (art. 587 C. Com);
“Títulos o papel de crédito” (587, 2º párr; C. Com); “Papeles al portador” Título XI –
Capítulo II (Cód. Com); “valores o papeles de comercio” (art. 777 inc. 2 C. Com);
“Papeles de comercio” (art. 304, al referirse a títulos al portador, a la orden y
nominativos); “Papeles de comercio” (ley 24.921, sobre Documento de transporte
multimodal de mercaderías, art. 4); “Papeles” (ley 9643, sobre Warrants, art. 3), entre
muchas otras.-

4. Definición del título valor cartular

23
Instituciones… Ob.cit. pag. 194

9
Una definición debe permitir, fundamentalmente, involucrar un concepto general a
los fines de obtener un punto de partida que admita el posterior tratamiento de la
dogmática general y el estudio de cada uno de sus aspectos.

Tradicionalmente hemos partido de la ya clásica definición vivantiana de Títulos de


Crédito24, con el objeto de conceptualizar los caracteres propios de éstos que
aquella contiene. A partir de esa definición han quedado plasmados los caracteres
comunes a todos los títulos de crédito, construyéndose así el esquema de la
categoría.-

Según el referido jurista italiano: “El título de crédito es un documento necesario


para ejercitar el derecho literal y autónomo expresado en el mismo”.

Tal conceptualización, fue recogida por el Proyecto de Ley Uniforme de Títulos –


Valores para América Latina, más conocido como proyecto “INTAL”, cuyos
primeros esbozos vieron la luz hacia la década de 1960.-

Hoy esa definición es pertinente para el título valor cartular o cartáceo


(documental). Porque la definición legal actual de los títulos valores alcanza,
además de los cartulares o documentales, a aquellos que pudieran generarse de
manera virtual o inmaterial (vía informática o electrónica) y que solo tienen como
carácter común a todos la autonomía.-

Así, la norma actual de derecho positivo que define a los títulos valores (art. 1815
del Código Civil y Comercial de la Nación) disponiendo que son los que
“incorporan una obligación incondicional e irrevocable de una prestación y
otorgan a cada titular un derecho autónomo, sujeto a lo previsto en el art. 1816”

Otras legislaciones también han incorporado la definición de título valor


normativamente:

24
VIVANTE, César “Tratado de derecho mercantil”, Reus, Madrid, 1932/1936, Cap. III, pág. 137

10
Legislación uruguaya sobre Títulos valores: "Los títulos valores son los documentos
necesarios para ejercitar el derecho literal y autónomo que en ellos se consigna" (Art.
1 Dto. Ley 14.701, año 1977)
Legislación colombiana sobre Títulos valores: “Los títulos-valores son documentos
necesarios para legitimar el ejercicio del derecho literal y autónomo que en ellos se
incorpora. …” (Art. 619 Cód. Comercio, año 1971)
Legislación boliviana sobre Títulos valores: “Título-valor es el documento necesario
para legitimar el ejercicio del derecho literal y autónomo consignado en el mismo”
(Art. 491 –concepto- del Código de Comercio, año 1977)
Legislación mexicana sobre Títulos de Crédito: “Son títulos de crédito, los documentos
necesarios para ejercitar el derecho literal que en ellos se consigna” (Artículo 5o.-
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, año 1932)
Legislación ecuatoriana sobre Títulos valores: "Son títulos de crédito los documentos
necesarios para ejercitar el derecho literal que en ellos se consigna" (art. 1 de la Ley
de Títulos de Crédito, año 1963)
En el resto de América Latina, Perú (2000) y Brasil (2002) son los estados que tienen la
legislación más moderna en la materia, y que si bien han prescindido de la definición
vivantiana en su texto positivo, igualmente recogen todos los caracteres propios de los
títulos de aquella definición: literalidad, necesidad y autonomía.-

5. Elementos constitutivos

Se encuentran vinculadas a esta disciplina tanto la teoría de las obligaciones, como


la teoría de la prueba, y las particularidades de la circulación de la riqueza; sin
soslayar la relación con los derechos reales, atendiendo a la naturaleza de “cosa”
del instrumento que le sirve de soporte material al derecho cambiario.-

En este sentido, Messineo sostenía que la ubicación de los títulos de crédito no está
bien definida, debiéndose tener en cuenta igualmente el elemento obligatorio y el
real; por lo que en algunos aspectos, el título de crédito encuentra su lugar en la
doctrina de las cosas, y en otros en la doctrina de los derechos creditorios
(Messineo, Francesco “I titoli di Crédito. Padua 1928 t.II pag. 265).-

Cabe destacar, que en el derecho común, el título no crea el derecho, sino que el
documento tiene, por lo general, un mero valor probatorio (aun los documentos
constitutivos); pero en nuestra disciplina, el título está llamado a cumplir otras
funciones, por lo que queda sometido a reglas propias y originales atinentes a su

11
creación, circulación y garantías. Debe responder además a ciertas exigencias: la
demostración, por si mismo, de la existencia del derecho, y la acreditación de que
por su intermedio el derecho será efectivizado sin dificultades.-

Por ello nuestra disciplina necesita poseer ciertos caracteres tales como la
formalidad, la mención al marco causal que la rige (sin posibilidad de desarrollar
nuevas vinculaciones a lo largo de su vida) o su prescindencia (en el supuesto de
títulos abstractos), y la incorporación del derecho en el título, a punto tal que el
elemento documental (accesoriedad probatoria) antes referido, se convierte en
factor principal y decisivo de la pretensión creditoria y del derecho contenido.-

En lo atinente a los títulos de crédito, se modifican los recaudos exigidos por el


derecho privado común para la transmisión de los derechos, llegándose a lo que
Yadarola denomina como la “simplificación de las formas” (respecto de aquellas
instituciones que regulan sobre la transmisión de los derechos u obligaciones: la
cesión y la delegación).-

Resulta gráfico el pasaje de Mengoni que Williams transcribe en su obra


“... la dificultad de adaptación del régimen de la cesión a las necesidades
de la circulación de los créditos en el mundo económico moderno, ha
determinado el desarrollo de un instrumento de circulación distinto, tal
como para permitir la circulación de los créditos según las reglas de los
derechos reales. Este instrumento es el título de crédito, mediante el cual
el crédito viene a quedar, por así decirlo, materializado en un documento
(incorporación) y por ello transformado en un bien objetivo autónomo. A
través de la incorporación en el documento, se crea una conexión
permanente de la titularidad del crédito, con la titularidad del derecho
(real) sobre el documento, con lo que el crédito obtiene la aptitud de
circular como si fuese una cosa”.-

Lo expuesto lleva a concluir que, para los títulos valores rige la regla que
consignaba el art. 2412 del Código Civil derogado (ley 340 y sus modificatorias)
que expresaba “La posesión vale título”; la normativa que ahora se vincula con tal

12
situación es la prevista en el art. 1895 del Código Civil y Comercial de la Nación
(Ley 26.994), en tanto tiende a proteger al poseedor que obtuvo el título de quien
no tenía derecho para trasmitirla, en tanto no haya habido hurto o perdida. No solo
se facilita la prueba de la propiedad sino que apunta a la protección de los terceros
adquirentes.

Entonces tenemos dos elementos propios de los títulos de crédito:

(a) el documento: que es el elemento o sustrato material del título de crédito, su


componente tangible; y

(b) el elemento obligacional: que es “el contenido” del documento, su componente


intangible: la o las declaraciones de voluntad que conforman las obligaciones
cambiarias asumidas por los distintos obligados en los títulos.-

(a) El Documento. Sustrato material

La industrialización y el desarrollo comercial hacen que el título vaya cobrando


importancia hasta ser considerado como un bien con valor propio.-
Consecuentemente la sustancia material (título) no solo comprueba el derecho, sino
que lo contiene.-
Es importante destacar, para una mejor distinción de los conceptos, que el
documento probatorio es aquel que sirve para acreditar el derecho que nace, pero es
independiente del derecho que ha nacido.- Tal independencia queda plasmada en
que el derecho puede existir aun sin prueba documental que la justifique.-

Dentro de la clasificación de los documentos también podemos reconocer a los


documentos constitutivos. Estos sí hacen reconocer al nacimiento del derecho como
requisito legal, pero una vez creado el derecho de conformidad con los requisitos
impuestos por la ley, el documento no tiene otro valor que el de ser instrumento
probatorio.-

13
El derecho no está incorporado en ellos, el derecho existe con independencia del
documento que lo acredita.-
Puede sostenerse conforme a Williams, citando a Saguir que para el derecho civil, el
título sólo es elemento de prueba que hace al nacimiento del derecho. El derecho no
está incorporado en el título. Desde el punto de vista estático, existe una neta
separación entre derecho y título.-
Desde un punto de vista dinámico, la transmisión de los derechos es independiente de la
transferencia o entrega simultánea de los documentos. Su consecución necesaria y
suficiente para transferir el derecho, sólo consiste en el cambio del consentimiento que
lo convierte en perfecto y definitivo (art. 2601 C. Civ.) (Williams J.N. Títulos de crédito
pag. 68).-

La tercera categoría de documentos, la conforman los que han sido denominados


constitutivos-dispositivos. En estos el documento no solo es necesario para el
nacimiento del derecho, sino que también es necesaria su existencia para su
transmisión y ejercicio. Tal carácter resulta propio de los títulos de crédito.-

(b) Declaración cambiaria


El título es un documento caracterizado por su contenido y por la especial relación
que se establece entre documento y contenido. Para ello, es decir para que exista un
título de crédito el contenido debe ser la declaración cambiaria, que da nacimiento
al vínculo jurídico obligacional, que indubitablemente será una promesa de cumplir
con el objeto de la prestación.-
La declaración cambiaria tiene, por su naturaleza, las siguientes notas distintivas: es
(i) unilateral: la existencia de la obligación, su validez y eficacia tienen
nacimiento sólo con la voluntad de quien se obliga cambiariamente;
(ii) no recepticia: complementariamente con la anterior, la existencia,
validez y eficacia de la declaración cambiaria no necesitan conformidad
de ningún otro sujeto, que no sea quien se obliga. Es decir que no se
requiere ninguna participación de aquellos sujetos que reultarán
beneficiarios de la prestación prometida (ya sean determinados o
indeterminados) para la existencia y validez de la declaración cambiaria.
Según Messineo, la nota característica de la promesa unilateral es su

14
obligatoriedad aún sin que intervenga un sujeto destinatario a quien
favorece.-
(iii) incondicionada: es pura y simple, no está sujeta a condición alguna; su
exigibilidad no está supeditada a contraprestación alguna de parte de
ningún otro sujeto;
(iv) irrevocable: no es posible revocar la promesa una vez tramitado el
documento. No obstante, veremos como hay situaciones en la que la
legislación prevé un modo de cancelación o de revocación de alguna
obligación cambiaria, mas ello sólo es posible antes de que el documento
sea entregado, restituido, o puesto en circulación (ej. art. 31 decreto ley
5965/63);
(v) vinculante: por efecto de las notas características ya reseñadas, se
considera que desde el momento mismo de la firma del título en
cualquiera de las calidades normativamente reguladas, el firmante ha
hecho y asentado su declaración de voluntad en forma documentada y
ésta pasa a integrar la estructura funcional del título de crédito.-

Incorporación
Hemos hecho referencia al término “incorporación”; y cabe puntualizar que el
mismo no ha de entenderse como confusión del derecho (elemento obligacional)
con el título (instrumento o documento), a punto tal que la pérdida del segundo
importe la pérdida del primero.
Remarcamos que el art. 1815 del CCCN establece que este elemento de la
incorporación es un carácter propio de todos los títulos valores.
Existen posturas doctrinarias que sí los vinculan de una manera profunda, tal como
ahora lo hace nuestra legislación: por ejemplo Yadarola afirmaba que ambos
(derecho y documento) se hallan en conexión permanente constituyendo una
unidad funcionl25; también Messineo26 al decir que el derecho se identifica con el
documento, entiende que está compenetrado o transfundido en el título.
25
Yadarola, Mauricio; Títulos de Crédito, TEA

15
Pero sí nos parece que el término incorporación vale como una explicación gráfica,
en el sentido de una virtual inseparabilidad del derecho y el documento, integridad
que no se alcanza con el distingo acostumbrado y racional que se tiene del
documento como cosa mueble (pedazo de papel) y el derecho contenido, como
elemento obligacional.-
Una consecuencia principal del principio de incorporación es que el portador
legítimo se convierte al mismo tiempo y por una sola operación, en acreedor de los
obligados cambiarios y en propietario, ya que se le ha entregado el documento
permitiéndole ejercitar su derecho.-

5. Caracteres Generales

De la definición vivantiana de la que hemos partido se desprenden los caracteres


esenciales de los títulos de crédito. Ellos son (a) la necesidad; (b) la literalidad; y
(c) la autonomía.-

Hoy, la definición que nos brinda el art. 1815 centraliza la noción de autonomía, sin
incluir a los otros dos caracteres; ello se debe al nuevo fenómeno de la
desmaterialización de los títulos de crédito (o valores); pero el nuevo ordenamiento
reserva una sección especial para los títulos valores cartulares, esto es los que están
concebidos documentalmente (vert arts. 1830 y sigts.)-

En tanto centramos nuestra atención en estos tipos de título, seguimos por ahora el
marco conceptual ya señalado.

(a) Necesidad

El art. 1830 del CCCN reza que los títulos valores cartulares son necesarios la
creación, trasmisión, modificación y ejercicio del derecho incorporado-
26
MESSINEO, Francisco; Manual de Derecho Civil y Comercial, traducción de Santiago Sentís Melendo,
Bs. As., EJEA, 1955, tº IV.

16
El carácter de “necesidad” o “necesariedad” alude a una forma típica del derecho
cambiario, de ejercer los derechos cartulares otorgados en el título de crédito. Y
apunta a la ineludible tenencia para su exhibición, del papel que contiene la
declaración de voluntad cambiaria, como imperativo para posibilitar el ejercicio y
disponibilidad del derecho en él representado.

Ahora, con la nueva definición legal, no cabe duda acerca del valor constitutivo del
documento y su carácter dispositivo comprende la trasmisión, modificación y
ejercicio de los derechos incorporados al documento.

De acuerdo al carácter constitutivo-dispositivo del documento, es imprescindible la


tenencia y exhibición del título para poder ejercer el derecho en él incorporado.-

Este aspecto ha justificado designar al título de crédito como un “título de


presentación” o “de exhibición”, destacando claramente el carácter necesario y
dispositivo del documento.-

Recalcamos que la necesidad apunta al documento, mientras que los restantes


caracteres de “literalidad” y de “autonomía” se refieren al derecho.-

Como puede observarse, este aspecto está íntimametne relacionado con el concepto
de documento con carácter constitutivo y dispositivo, que ya vimos: “Mientras en
los títulos ordinarios constitutivos -como dice Garrigues- el documento desarrolla
una función genética inicial en el sentido de que el derecho nace con el documento,
pero luego vive con independencia de él. Lo contrario sucede en los títulos valores,
ya que ese nexo entre derecho y documento es subsistente desde que se establece,
de forma tal que sin el documento no puede ejercerse el derecho”.

La consecuencia más importante de este carácter es que el derecho sólo puede nacer,
existir y ser ejercitado por quien ostente el documento y, además, sea su portador
legitimado: el derecho en esos tres aspectos (nacimiento, existencia y trasmisión) se
encuentra jurídicamente subordinado a la presentación del documento” 27.-

27
Jorge N. Williams; La Letra de Cambio y el Pagaré, Abeledo Perrot. Bs As. 1981.-

17
(b)Literalidad

La ley en su nueva versión dice que “el tenor literal del documentodetermina el
alcance y las modalidades de los derechos y obligaciones consignados en él, o en
su hoja de prolongación”
Es la idea de que tal derecho es literal, en el sentido de que el tenor escrito del
documento es el que determina la extensión, alcance y modalidad de dicho
derecho.-
Solo tendrá relevancia jurídica lo escrito en el título, lo que vale como querido por
el emisor del documento (Williams, pag. 23).-
Así, el que adquiere el título adquiere el derecho tal como está inserto literalmente
en el documento, lo que no excluye la posibilidad de que existan otros instrumentos
accesorios, pero éstos deberán ser especificados en el documento.-
Este es un principio general y común de todos los títulos de créditos y se reconoce
tanto en los títulos abstractos como en los causales; pudiendo ser invocado tanto
por el acreedor como por el deudor, ya que el primero puede hacer valer el derecho
tal cual está establecido y fijado en el documento, y el segundo se desobliga
atendiendo estrictamente a lo que surge del cartular.-
La concepción de literalidad hasta aquí expuesta implica reconocer que los
documentos constitutivos dispositivos, son los únicos aptos para instrumentar
documentalmente el nacimiento, transmisión y ejercicio del derecho, concretándose
con la creación del documento la incorporación del derecho al título.-
Así como la literalidad tiene estricta relación con el tenor del documento, la
abstracción (y también la causalidad), se refiere al negocio fundamental. Tanto la
abstracción como la causalidad pueden considerarse como correctivos de la
literalidad.
La abstracción es un corrector positivo, pues al prescindirse de la causa, la
literalidad queda reforzada impidiendo recurrir a excepciones extrañas al
documento. En cambio, la causalidad es un correctivo negativo pues en estos casos

18
la literalidad se atenúa pudiéndose recurrir al planteo de excepciones derivadas de
la causa.-
Tampoco debe confundirse el principio de la literalidad con el formalismo. El
primero, como ya vimos subordina los derechos documentales únicamente al tenor
de la escritura, y por ello atribuye importancia jurídica únicamente a las relaciones
documentales, mientras que el formalismo se resuelve en la prescripción legislativa
del tenor específico del documento, que lo torna insoslayable en cuanto a su validez
o alcance.-
La literalidad en el Derecho Argentino aparece consagrada entre otros: Letras de
cambio, arts. 1,5,6,27 y 28, et.- D. L. 5965/63.-
Títulos al portador: art. 744 C. de Comercio.-
Warrants, arts. 2 de la ley 928 y arts. 6 y 8 de la ley 9643.-
(c) Autonomía:
Este carácter ya se encuentra como vimos en el art. 1815, y la específica noción de
autonomía en el art. 1816 que conceptualmente refiere a la independencia de la
posición de los distintos portadores del título con relación a los portadores
anteriores (concordantemente art. 827 C. Civ.).-
Desde la posición de los obligados, constituye respecto de cada uno de ellos “una
obligación distinta y personal (art. 753 C. Comercio), y desde la posición del
acreedor implica que no pueden oponérsele las defensas personales que el deudor
pudiera haber opuesto a los poseedores anteriores, salvo en caso de conocimiento
de perjuicio causado, o que fuera adquirido con mala fe o culpa grave.-
Siguiendo a Vivante ha de sostenerse que el derecho es autónomo porque el
portador de buena fe ejercita un derecho propio que no puede ser restringido o
destruido en virtud de las relaciones existentes entre los anteriores portadores y el
deudor (Tratado de Derecho Comercial, Madrid 1935 T: III número 953).-
Sin desconocer la existencia de numerosas teorías extranjeras y nacionales que
explican este principio, sólo nos detendremos en el análisis que efectúa Yadarola en
su libro.-

19
Este autor fundamenta la autonomía en el principio de la adquisición originaria.-
El adquiriente de un título de crédito es su propietario y acreedor del derecho
contenido en el mismo (de modo originario); no es sucesor del anterior poseedor ni
de ninguno de los anteriores, estableciéndose una vinculación directa y nueva. Es
una adquisición “no derivada”, circunstancia que hubiese acaecido en el caso de la
cesión contractual de un crédito.-
De esa circunstancia se desprende que los intervinientes en la circulación de un
título de crédito no influyen en la validez ni eficacia del adquiriente de buena fe,
puesto que ha adquirido ese derecho de modo originario: el deudor, sea librador o
un sucesivo interviniente obligado a su pago (como el endosante) queda obligado
en forma directa hacia el actual poseedor, al que no puede oponer ninguna
excepción o defensa en cuanto al título de adquisición del documento o el derecho
creditorio que sí hubiera podido oponer a su precedente poseedor.-
Así justifica la adquisición originaria del derecho real sobre el título (derecho
externo) y del derecho personal de crédito, y por ende la autonomía (principio de
simplificación analítico).-
Para Williams, la autonomía del derecho documental se explica por la autonomía
del titular de ese derecho documental.-
Si normalmente el derecho tiene en cuenta la relación entre el deudor y el acreedor,
y la relación del adquiriente con el transmitente con los anteriores portadores del
documento en los títulos de crédito, la autonomía del titular del derecho
documental resulta del carácter de cosa mueble del título de crédito que encuentra
sustento en los arts. 2319, 2390, 731 inciso 6°, 827 del c. Civ., arts. 212, 477 y 765
del C. de Comercio y art. 17 del DL 5965/63.-
Este principio mantiene su plena vigencia mientras el portador no sea de mala fe o
hay cometido culpa grave, principio aplicable a todos los títulos de crédito menos
para la letra de cambio, pagaré, cheque respecto de los cuales la inoponiblidad cae
cuando al adquirirlas, han actuado a sabiendas en detrimento del deudor (art. 18 in
fine DL 5365/63 y ...) cita de Williams.-

20
Supuestos de autonomía art. 18 DL 5965/63, 168 Carta de Portye, 768 C. Comercio
títulos al portador, art. 743 títulos de la renta pública.-

6. Legitimación y Titularidad

Conforme Gómez Camillon (“La disciplina Jurídica de los Títulos de Crédito Bs.
As. 1952 pag. 14) la legitimación es corolario del principio de necesidad.-
Ahora bien, esta legitimación no debe ser confundida con la propiedad del
documento, ni con la titularidad del derecho incorporado al documento.-
La propiedad del documento está constituido por la adquisición del derecho real
de propiedad sobre el título.-
La legitimación está dada por la posesión del título del modo establecido por la
ley de circulación e importa la posibilidad de ejercicio del derecho documental.-
El titular de derecho creditorio incorporado, es el propietario del documento. El
legitimado para el ejercicio de los derechos y acciones derivados de ese
documento es el poseedor del mismo de acuerdo a la ley de circulación.
La propiedad se adquiere según el régimen de cosas muebles establecido en el C.
Civ..-
La legitimación requiere la posesión del documento, acompañado en cada caso de
la buena fe observada que sean las normas de circulación que en cada caso
corresponda, según sea al portador, a la orden o nominativo.-
Estará acumulada la titularidad del derecho y la legitimación, cuando el portador
además de ser propietario del título, lo posea legítimamente.-
Resulta gráfica la mención que citada de la Arena, consigna Williams al decir que
“contrariamente a lo que sucede con los quirógrafos, lo accesorio no es el
documento, sino el derecho, en el sentido de que el derecho sobre el documento es
el que decide acerca de la pertenencia del derecho mencionado en el documento y
que la posibilidad de ejercicio depende de la conservación del documento; la
suerte del documento está unida a la del título.-
Quien tiene la propiedad del documento es el titular del derecho creditorio
incorporado.
Prescindo en esta síntesis de analizar las distintas teorías que se han elaborado
sobre el particular y el alcance que diversas ópticas asignando a cada uno de los
conceptos referidos precedentemente por considerar que al respecto que tales
divergencias doctrinarias están dadas por la ausencia de un idéntico significado en
las expresiones utilizadas en el curso de sus respectivas exposiciones.-
Destaco sin perjuicio de ello y por la autoridad que en el tema se le reconoce a
Yadarola que para este autor el titular del derecho es el propietario.- Por tal
entiende el hecho jurídico en virtud del cual uan persona adquiere la posesión del
derecho y por legitimación, la existencia formal de la investidura.-

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Quiero destacar también que en nuestra materia, el término legitimación tiene una
acepción distinta de lo que se le da en el derecho procesal civil.-
En esas disciplinas la legitimación consiste en la demostración de la titularidad del
derecho.- Tal demostración se ve dispensada en materia de títulos de crédito a
punto tal que, como ya se expresó precedentemente la legitimación puede alcanzar
incluso al sujeto no titular del derecho.-
La legitimación es potestad de ejercicio del derecho, potestad exclusiva
prescindiendo del derecho mismo.-

7. Clasificación

La importancia actual de los títulos de crédito como herramienta para lograr


recursos financieros, tanto en el ámbito público como privado, justifica que
ensayemos una clasificación que permita su distinción y su agrupamiento según sus
características.-

Exponemos una clasificación según diversos criterios, mas sólo lo haremos con
aquellos que resultan a nuestro juicio de importancia esencial y que repercuten
directamente en el cuerpo jurídico aplicable; dejamos de lado entonces aquellas
categorías a las que sólo le atribuimos un interés doctrinario.-

Distinguimos entonces, los títulos de crédito según:


1. el sujeto que los crea o emite:
a. Títulos Privados
b. Títulos Públicos
2. su forma o modo de emisión:
a. Títulos emitidos en Masa o en serie (Bonos)
b. Títulos creados individualmente (Letra de Cambio, Pagaré, etc.)
3. la clase de prestación a la que dan derecho:
a. A la posesión de mercadería
i. Certificado de Depósito y Warrants (ley 928 y Ley 9643);

22
ii. Carta de Porte (contr. Transp..terrestre, art. 167 Cód. Com.);
iii. Conocimiento de Embarque (Ley 20.095);
iv. Conocimiento de Transporte aéreo (art. 112/120 Cód. Adua);
b. De participación:
i. Acción de Sociedad Anónima (art. 206/66 ley 19.550);
c. A percibir una suma de dinero:
i. Letra de Cambio (decreto-ley 5965/63);
ii. Pagaré (decerto-ley 5965/63);
iii. Cheque (ley 24.452);
iv. Título de renta pública;
v. Debentures (atr. 325 Ley 19.550)
d. A un servicio:
i. Carta de Porte;
ii. Conocimiento de embarque (marítimo y aéreo)
4. su ley de circulación:
a. Títulos al portador (tradición);
b. Títulos a la orden (tradición + endoso);
c. Títulos nominativos (tradición + endoso + registración);
5. su vinculación con la causa:
a. Títulos causales (acción de SA)
b. Títulos abstractos (letra de cambio, cheque)

1) Según el sujeto que los emite, serán de naturaleza pública o privada.-


a) Títulos públicos: legitimados para la emisión están solo determinadas entidades
públicas como Estado Nacional, estados provinciales y municipales, entidades
autárquicas.- Dicha legitimación solo puede derivar de la ley exclusivamente.-
Son los denominados títulos de la renta pública, letras de tesorería, bonos del
tesoro, bonos externos, etc.-
b) Títulos privados: rige el principio de literalidad pero ésta puede ser:

23
I- incondicionado: letra de cambio, pagaré.-
II- condicionado: esto justifica la emisión por la presencia de la relación
fundamental (transporte de la cosa por la carta de porte, sociedad por la emisión de
acciones o de obligaciones) o un determinado presupuesto (relación de provisión
para el cheque bancario).-
En otros casos no se acepta la libertad de emisión por razones diversas citando a
Williams como ejemplo.- Salvaguardado del privilegio estatal de emisión del papel
moneda.- Salvaguardada del privilegio concedido a distintos institutos para el
ejercicio de la industria de los depósitos pecuniarios: bancos, caja de ahorro,
montepíos, etc.-

2) Según la modalidad de creación: en serie (o en masa) o singulares.-


a) los títulos en serie se emiten en una operación única en múltiples unidades
equivalentes entre si y permutables porque todos son del mismo contenido,
teniendo de ordinario un valor inicial igual (precio de emisión) aún cuando ese
valor después puede variar por las vicisitudes del mercado (valor de cotización).-
Cada uno señalado e individualizado por la pertenencia de una determinada serie y
por un número progresivo que permite si individualización.- Desde ese punto de
vista, sería infungible, pero lo común es su fungibilidad en la negociación o
circulación.-
No son títulos en serie los títulos (por lo general a la orden) denominados de pago:
por ejemplo el cheque, por cuanto el módulo tiene o puede tener un contenido
diverso del de todos los otros del mismo tipo, y en segundo lugar porque se los
emite no en relación con operaciones idénticas sino múltiples.-
En los títulos en serie son todos causales.-
b) los títulos singulares tienen origen en una relación determinada y se realiza entre
dos sujetos determinados, teniendo cada título, individualidad con respecto a la
persona del tomador, el importe y el vencimiento, siendo algunos abstractos y otros
causales.-

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3) Según la clase de prestación a la que dan derecho
En cuanto a su finalidad y función, en títulos de crédito en sentido estricto (de
contenido dinerario) o representativos de mercaderías; y de participación.-
a) en sentido estricto: en las que el firmante promete y está obligado a dar una
determinada suma de una sola vez.-
b) títulos representativos de mercaderías (o de tradición, o de posesión, o de
disposición) se caracteriza en cuanto a su contenido, ya que no dan derecho a una
prestación en dinero, sino a una cantidad de mercaderías que se encuentran
cargadas o depositadas en lugares de depósito pero identificadas y especificadas.-
El poseedor del título representativo se encuentra en posesión de las mercaderías
por medio de representante (poseedor inmediato, transportador, capitano
depositario), el cual posee las cosas o mercadería a nombre de otro, o sea es
poseedor precario o simple tenedor (art. 2462 C. Civil.).-
En cuanto a la especie del derecho que incorporan, no atribuyen solo un fututo
derecho de crédito, entrega de las mercaderías, sino que además, como
consecuencia de la posesión de las mercaderías, otorgan un derecho actual de
disposición sobre las mismas que es un derecho real, ya que al poseedor del título
se le reputa en posesión actual de las cosas.-
Tienen un derecho actual de disposición sobre las mismas que es un derecho real,
ya que al poseedor del título se lo reputa en posesión actual de las cosas.-
Tiene además, otra importantísima función que es la posibilidad de subrogar la
circulación material de mercaderías transfiriendo el título con la misma eficacia de
la tradición real.- (tradición simbólica).-
Ejemplo; 1) títulos de transporte: carta de porte (terrestre, carretera, aéreas),
Conocimiento; Órdenes de entrega.
2) certificado de depósito; warrants; certificado de prenda
3)títulos que instrumentan un préstamo: debentures

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c) títulos de participación: son títulos que no contienen la promesa de una futura
prestación, ni incorporan un derecho real sino comprueban o certifican un derecho
complejo, o sea la calidad de componente de una colectividad, como miembro de
una persona de existencia ideal (acciones de sociedad anónima).-

4) Según la ley de circulación:


Tal distingo se justifica en que la circulación, tiene como base que el título es una
cosa mueble y por el principio de incorporación, el derecho circula por medio de la
circulación del título.-
debe distinguirse asimismo, entre el negocio fundamental, que es causal y de
ordinario un contrato, y el acto unilateral de transferencia que es acto abstracto y
consiste en la entrega; el endoso acompañado de la entrega o el endoso y la registro
en los libros del emisor acompañados de la entrega.-

(a) Título al Portador


Siguiendo a Garriguez, el título al portador puede definirse como aquellos
documentos a que permiten el ejercicio del derecho a cualquier portador del
mismo.-
La voluntad de obligarse se manifiesta con independencia y prescindencia de la
determinación del legitimado activo.-
Sus caracteres fundamentales están dados por la presencia de las cláusulas al
portador siendo irrelevante el nombre del primer tomador en la medida que el título
sea susceptible de ser regido por dicha ley de circulación.-
La circulación del título al portador exige además de la relación fundamental, la
entrega o tradición del documento.- Este, como requisito necesario y suficiente para
la legitimación y para que mediante la circulación entre en posesión del título una
persona distinta del portador actual del documento.-
La transferencia implica, sin necesidad de manifestación expresa de voluntas, la de
los derechos accesorios inherentes al título , se trata de derechos de garantía, como

26
de los resultantes del documento o atribuidos por la ley (por ejemplo: premios,
derechos a las cédulas de dividendos, etc.).-
Los arts. 742 al 745 tratan específicamente acerca de quienes pueden emitir un
título al portador y las particularidades que atañen al contexto literal del
documento, quedando regulada por normativas incorporadas o no al código, otros
títulos al portador (v/gr cheque).-
Queda regulada en el Capítulo III “el robo, pérdida o inutilización de títulos y
cupones”.-

(b) Título a La Orden


El título de crédito a la orden es el documento emitido a nombre de una persona
determinada con la facultad expresa o implícita en su forma de transferirlo sin
intervención alguna del deudor o del emisor, y cuyo titular se individualiza
mediante la posesión del documento unida a una serie ininterrumpida de endosos
que lleguen hasta el portador legítimo del mismo (Garriguez).-
Siguiendo a dicho autor, el endoso es una declaración de voluntad hecha por el
endosante al deudor que asume la forma de una orden.-
El mandato, la orden, aparece tanto en el momento de la creación como en la
oportunidad de transmisión mediante el endoso.-
El endoso, cuando se t5rata de títulos cambiarios, une a la garantía del librador, la
del propio endosante y de los anteriores.-
En consecuencia, el endoso, puede caracterizarse como un negocio jurídico
unilateral, no recepticio, formal completo e indivisible.-
Asimismo, el endoso acompañado de la tradición del documento, consiste en la
orden del endosante al emisor de cumplir la prestación a la orden del endosatario.-

(c) Títulos Normativos


Siguiendo a Vivante, podemos configurar a los títulos normativos como aquellos
títulos de crédito emitidos a nombres de una persona determinada, cuya transmisión

27
no es perfecta sino cuando se registra en los libros del deudor (entidad emisora).-
consecuentemente, se destacan la coincidencia de tres elementos: identidad del
poseedor, ingestación del nombre del poseedor en el título y registro del mismo
nombre en los registros del emisor.-

5) Causales y Abstractos:
Será causal cuando juntamente con la promesa de una prestación se enuncia la
relación que le sirve de base o relación fundamental a cuya suerte y desarrollo
viene a estar ligado y subordinado el cumplimiento de la promesa.-
El negocio fundamental es relevante también para el tercer poseedor del título a
punto tal que la promesa contenida en el papel queda modificada por la incidencia
de dicho negocio, de manera que el tenedor o portador, además de adquirir
derechos queda sujeto a cargas o excepciones.-
Serán abstractas cuando más allá de la existencia de causa, la misma no tiene
relevancia frente a terceros portadores de buena fe.-
Lo expuesto no excluye la relevancia de la relación causal entre el deudor y el
primer tomador o entre portadores directos, de tal manera que el deudor puede
referirse a la relación fundamental o excepcionarse fundado en la falta o falsa causa
en dichas relaciones directas (art. 121 C. Comercio).-
Al tercer portador de buena fe, no le son oponibles aquellas excepciones fundadas
en el error, dolo o violencia, o cualquier otro modo en que no exista voluntad de
obligarse, así como tampoco la licitud, falsedad o falta de causa o si la misma es
contraria a las buenas costumbres, (art. 736 C. comercio art. 18 del DL 5965/63,
art. 212 C. comercio).-

6) Según los requisitos formales


Según que exista prescripción legal de formalidad bajo pena de nulidad, se
distinguen en formales y no formales.-

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a) títulos formales: la ley exige requisitos formales con respecto a la redacción del
documento, o sea determina los elementos mínimos que debe contener la
declaración documental.- El incumplimiento de las formalidades establecidas por la
ley determina la ineficacia o nulidad, tanto de la declaración documental como del
título.-
No debe confundirse formalismo con literalidad, siendo el primero de los requisitos
exigidos por la ley con relación al tenor específico del documento y es fundamental
por la existencia de la declaración documental como tal, la literalidad subordina los
derechos documentales únicamente al tenor de la escritura y solo atribuye
relevancia los elementos documentales.-
Tampoco se le debe confundir con la completividad.- Esta, en el aspecto positivo,
consiste en la necesidad jurídica de que el título se basta a si mismo y en el aspecto
negativo, en la inadmisibilidad de toda referencia a elementos extracomunales para
suplir la eventual deficiencia de las indicaciones documentales.-
Debemos mencionar que en virtud de la unificación del derecho privado (ley
26.994) el Código Civil y Comercial de la Nación prevé la posibilidad de libertad
de creación de los títulos valores (art. 1820 CCyC)

7) Comprobantes y Títulos de Legitimación


Hemos de considerar a los documentos de legitimación a aquellos documentos al
portador (en cuanto a su forma) que , a diferencia de los títulos de crédito
atribuyen al poseedor un derecho derivado cuya existencia y alcance resultaban
de la relación originaria existente entre el emisor y el tomador.-

La cláusula al portador no está colocada para atribuir al exhibidor un derecho


propio y autónomo sino para asegurar la liberación del deudor facilitándole la
identificación del acreedor.-
Para Messineo, la diferencia entre estos títulos y los de crédito está dada en que
en los últimos, las partes proceden a su emisión para asegurar la rápida y segura
circulación de los derechos, circunstancia que no se verifica en los comprobantes
de legitimación, a punto tal que el acreedor originario está en condiciones de
exigir la prestación aún cuando no se encuentre en condiciones de exhibir el
documento.-

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I. no existe en nuestro derecho una normatividad general que regule este
tipo de documento.-
II. siguiendo a Williams, podemos precisar los siguientes caracteres:

Positivas:
1. adoptar las formas exteriores de los título de crédito
2. el deudor puede liberarse al que presente el documento.-
Negativas: 1. faltan los caracteres de los títulos de crédito:
1. necesidad: puedo no tiene función dispositiva ni traslativa.-
2. literalidad: son documentos probatorios y pueden hacerse valer las relaciones
extradocumentales.-
3. autonomía: están dirigidas a personas determinadas y no están destinadas a
circular y ello porque casi siempre enuncian una relación contractual existente
entre el deudor y una persona determinada que será la que ejercitará el derecho.-

Consecuentemente
a) no se le aplican las disposiciones propias de los títulos de crédito, quedando
regidas por las disposiciones y leyes especiales, estatutos, reglamentos o
contratos que le dan vida.-
b) los derechos que comprueban pueden ejercerse aún sin la posesión y
presentación del documento, razón por la cual al poseedor no titular del derecho
se le puede negar la prestación o se le puede exigir otra prueba cuando se
sospecha o se conozca el inicio de la adquisición.-
c) siendo cosas muebles por su carácter representativo (art. 2319 C. Civil) su
propietario puede en caso de robo o extravío, reivindicarlos de acuerdo con las
normas del Derecho civil (arts. 2412, 2da parte, 2765 y sigtes.).-
d) en caso de pérdida, robo o destrucción, basta con recurrir al procedimiento de
oposición al pago tendiente a obtener un duplicado.-
e) cuando asume la forma de título al portador, le son aplicables el art. 746 del C.
Comercio pero no los arts. 748 a 751, ya que no puede exigirse el cumplimiento
de esta norma porque el título no está destinado a circular, ni se cotiza en el
mercado de valores.-
IV. Clasificación (Williams).-
a. los que poseen afinidad exterior con los títulos de crédito en sentido estricto:
- póliza de seguro al portador o a la orden
- giro postal
- rifa
- billete de lotería
- tarjeta de pronóstico deportivo
- póliza de empeño
- boleto de transporte de personas

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- entrada al teatro o cine

b. documentos de legitimación que tiene afinidad con los títulos representativos


de mercaderías
- orden de depósito de equipajes
- orden de expedición de equipajes
- ficha de guardarropas
- vales que otorgan derecho a un servicio (comidas) o mercaderías
- contraseñas

c. títulos impropios en sentido


- cortos de crédito (arts. 484 a 481 C. comercio).-
- cartas de recomendación (art. 2007 a 2010 C. Civil).-

8. Extinción de los Títulos de Crédito


Hemos de distinguir respecto de las causas de extinción aquellas en las que se
extingue el derecho de contenido en el título, de los supuestos en que el título se
extingue por pérdida o desaparición de la legitimación, subsistiendo el derecho que
estaba incorporado al documento.-
En primer término, referiremos al cumplimiento de la obligación incorporado al
título por parte del obligado principal.-
En segundo lugar, mencionaremos a la confusión (art. 862 C. Civil), cuando el
obligado principal llega a ser portador legítimo del título de acuerdo a la ley de
circulación, al momento del vencimiento de la obligación.-
Remarca la doctrina el elemento temporal, puesto que con anterioridad al
vencimiento, el deudor poseedor del título puede hacerlo circular nuevamente por
lo que no s produciría el efecto previsto en el art. 724 del C. Civ.-
La prescripción liberatoria fijada en los distintos ordenamientos (art. 86 del DL
5965/63) produce la extinción de las acciones idóneas para intentar la reclamación
ante la falta de apertura atención del título siendo, por ende, otra causa sustancial
de extinción.-

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La caducidad cambiaria: la aclaración de que en el derecho cambiario, caducidad
no quiere decir pérdida del derecho poseído, sino impedimento para su
adquisición.-
Así la caducidad cambiaria, impide que el derecho nazca como consecuencia del
incumplimiento de las formalidades requeridas para preservar la acción cambiaria
de regreso.-
La remisión de deuda puede producir la extinción del título en los términos de los
arts. 724, 877 del C. civil, siempre y cuando se verifique el aspecto temporal ya
apuntada al tratar la confusión.-
La compensación y revocación puede verificarse si se trata de títulos de crédito
propiamente tales (ver clasificación), pero no respecto de los títulos representativos
de mercaderías y títulos de participación social.-
Respecto de los supuestos en que el título se extingue por pérdida o desaparición de
la legitimación pero subsiste el derecho incorporado ha de señalar.-
a. destrucción involuntaria del título procediendo a requerir un duplicado.-
respecto de los títulos del portador /art. 763 C. comercio) y ciertos títulos a
la orden (art. 89 y ss. Del DL 5965/63) que resulta aplicable a otros títulos a
la orden con discrepancia jurisprudencial y doctrinaria en ese sentido.-

En materia de acciones nominativas endosable o no, no existen en nuestra


legislación procedimiento alguno pero en razón de que la destrucción del título no
importa la extinción del derecho documental sino únicamente la pérdida de la
legitimación, art. 763 del C. Comercio autoriza la expedición de un duplicado.
b. robo o pérdida de títulos al portador, remitimos a los arts. 747 y ss. del C.
comercio y en lo que respecta a la letra de cambio rige el procedimiento de
cancelación art. 89 y ss. del DL 5965/63.-
c. resulta dudosa la acción reivindicatoria, para Williams solo es procedente
contra el portador de mala fe.

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Cancelación (CAPITuLO INCONCLUSO)
Antes de la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación, se encontraban
reguladas, en relación a las cosas robadas, perdidas o destruidas, los siguientes
institutos del derecho, en los diferentes cuerpos normativos:
C. Civil
Reivindicables las cosas muebles contra el poseedor de mala fe.-
Reivindicables las cosas muebles frente al poseedor de buena fe si son robadas o
perdidas. Se excluyen el abuso de confianza, violación de depósito o engaño (2765
y 2766).
Al reindicarlas de uno de buena de paga el precio si se adquirieron en venta pública
o en casa que vende esas cosas (2768).-
Los anuncios no presumen la mala fe (2770).-
C. Comercio
Títulos al portador.-
Pérdida, robo, estafa, abuso de confianza, destrucción (746).
Denuncia ante escribano y aviso al emisor paraliza, suspende los efectos del título y
se efectúa la publicación (752, 753, 754 y 748).
Los frutos 2 años (756) y el título a los 4 años si no hay oposición. (757).
Toda negociación posterior al último aviso será nula (731).
Reivindicación del poseedor de mala fe por 4 años. DL 5965/63
Pérdida sustracción o destrucción (89)
Avisos, cancelación y fianza (89)
Extingue pero el poseedor puede demandar al cancelante.
Fianza se extingue por cancelación o prescripción de la cambial.
Ley 20.643
A los efectos de lo dispuesto por el c. de com. en su parte pertinente todo título
recibido por un depositante (persona autorizada 30) para su depósito colectivo (se
verificará si no hay oposición) se considerará adquirido de buena fe siempre que la

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recepción sea anterior al último día de publicación del aviso respectivo del 761
(44).
Se desestima son trámite toda oposición respecto de títulos recibidos conforme el
44.

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