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1. Preliminar:
1
Ver más adelante (capítulo…..) las particularidades de dicha Convención
2
Decreto-ley 5965/63, ratificado por la ley 16.478, modificada por decreto 1387/2001. La denominación del
Título X es resultado del dictado de la ley 24.760 (B.O. 13.01.1997)
3
En adelante nos referiremos al nuevo Código Civil y Comercial de la Nación con la abreviatura CCCN
1
Cabe recordar que las posiciones en relación a los distintos aspectos de la
dogmática general distaron de ser rigurosamente uniformes; de manera que la teoría
general mantiene, aún hoy, diferencias doctrinarias y normativas, ya en relación al
derecho positivo y como al comparado.-
Resumidamente podemos decir que una Teoría General ensaya, como punto de
partida, algunos conceptos que, aún expresados en distintas épocas, mantienen
ciertas congruencias (Jorge N. WILLIAMS4).
ARCANGELI5 pone de relieve que la Teoría General debe proponerse un doble fin:
por una parte, determinar la razón de esta categoría, poner de relieve sus caracteres
esenciales, marcar sus límites, clasificar sus especies; y por la otra, penetrar en la
esencia de las relaciones jurídicas, estrechamente ligadas a la formación y
circulación de los títulos.-
Nos permite, principalmente, explicar las ideas rectoras de la materia, de forma tal
que permitan brindar las soluciones a los problemas que se plantean en derredor de
esa temática tanto en el plano teórico como en la práctica.-
4
WILLILAMS, Jorge N.; Títulos de crédito. Naturaleza jurídica, formas de adquisición del dominio y
legitimación. Buenos Aires, ,1974, Cuadernos EL DERECHO, pag. 1
5
ARCANGELI, A.; Teoría General de los títulos de crédito, México, 1945, pag.1
2
Es de hacer notar que la legislación argentina careció hasta la ya referida sanción y
promulgación del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación (ley 26.994) de un
tratamiento normativo integral de los títulos de crédito, existiendo hasta entonces
sólo regulaciones específicas de los distintos títulos que se encuentran regidos por
distintas normativas.-
Vamos a referirnos en este capítulo solo a los títulos cartulares, es decir aquellos
que tienen un sustrato material documental y son escritos, los que se asimilan a la
histórica o tradicional concepción que se desarrolló de los títulos de crédito, con
anterioridad a la vigencia del nuevo código.
Cada uno de los títulos valores tienen su propia finalidad: han surgido en diferentes
épocas, en función de las distintas necesidades existentes en cada tiempo y lugar, lo
que es adecuado a cada uno de los órdenes normativos en los que se enlazan, pues
se encuentran destinados a favorecer diferentes aspectos del comercio (transporte
de mercaderías, o su depósito; financiamientos empresariales, participaciones en
sociedades; accesorios al crédito, garantías, etc), pero en todos los casos se
vislumbra un aspecto común que se relaciona con la fortaleza del derecho que
otorga al acreedor, la sencillez de las formalidades y la rapidez (y, nuevamente,
sencillez) de su negociación mediante su puesta en circulación.-
3
Este aspecto de los títulos valores, relacionado con sus disímiles orígenes y
diversas regulaciones normativas, ha devenido en un obstáculo que afectó la
congruente interpretación y aplicación de los institutos que le son comunes.
Las distintas regulaciones existentes en nuestra legislación sobre cada uno de los
diferentes títulos se reseñan en el siguiente cuadro6:
6
Cuadro elaborado por los doctores Carlos G. Gerscovich y Teodora Zamudio
4
Conocimiento de Contrato de transporte de Ley 20.094 ,art.
embarque mercaderías por agua 295 y sgtes.
5
3. Denominación
(a) La expresión “título valor” deriva del vocablo alemán “Wertpapiere” y tiene la
cualidad de su amplitud, ya que con la palabra “valor” se permite referir
adecuadamente a distintos títulos que contienen derechos de diferente naturaleza
(de contenido dinerario, representativos de mercadería, de participación, etc.). Esta
denominación no ha estado muy extendida en nuestro país hasta la inclusión en los
proyectos que precedieron a la reforma finalmente introducida por la ley 26.994.
Era y es respaldada por alguna doctrina entre la que destacamos a Joaquín
Garrigués7, Héctor Alegría8, Luis Muñoz9, Marcos Satanowsky10 (quien la
consideraba como sinónimo de títulos de crédito) y Adolfo Rouillon11, entre otros.
6
designación de títulos cuya presentación resulta necesaria para el ejercicio de los
derechos que otorgan, algunos de los cuales no son contenedores de derechos
literales ni autónomos12. Es decir que sólo se ponía énfasis en el aspecto necesario
del documento, dejando de lado los elementos “generadores” de esta disciplina que
son, precisamente, los caracteres de autonomía y literalidad.-
12
Gomz Leo, Osvaldo, Ob. Cit, pag. 188;
13
El Aval, Tratamiento completo de su problemática jurídica, Astrea, Buenos Aires, 1975
14
Títulos Circulatorios, Ed Astrea, Buenos Aires, 1989, pág.37
15
Derecho Mercantil, Parte General, pag. 507, Reus, Madrid, 1835,
16
“La suroga nell’azione cambiaria fra coemitenti” Riv. Dir. Com., 1910-II-344
17
Títulos Circulatorios, Eudeba, Bs. As. 1966
18
Ver Gomez. Leo, Osvaldo, “Instituciones…” ob cit.
19
Instituciones… ob cit
7
(c) Más allá de la actual denominación legal, nuestra opinión resulta favorable a la
denominación que más extendida se encuentra en la doctrina y la jurisprudencia de
nuestro país; “Títulos de crédito”.
(Es la adoptada por Vivante, y respaldada por Lisandro Segovia, Eduardo Williams,
Agustín Matienzo, Francisco Orione, Raymundo L. Fernández, Mauricio Yadarola,
Manuel Gómez Carrillo, Jorge N. Williams, Héctor Cámara, Mario Bonfanti, José
Garrone, Osvaldo Gómez Leo, Horacio Parodi, entre otros20).
De otro lado, se ha dicho que su uso o utilización desde antiguo, le ha otorgado una
entidad suficiente. Asimismo que no conviene utilizar sinonimias infecundas 21; o,
como sostiene Agustín Matienzo “que hay que evitar la imprecisión de los
términos, lo que queda salvaguardado con el concepto tradicional que se ha dado a
la calificación de los instrumentos que se estudian, tanto en doctrina como en su
aplicación práctica”, para agregar que “la expresión ha tomado estado en la
terminología jurídica de la materia”22.
Teniendo en cuenta las distintas funciones económicas que cumplen los títulos de
crédito, entre las cuales está la circulación de la riqueza, el cambio, el crédito, la
garantía, etc., entendemos que esta denominación es la más significativa que se
pueda adoptar.-
20
Ver Gomez Leo, Osvaldo; “Instituciones…” ob, cit, pag. 193; Williams, Jorge N.; Títulos de Crédito, El
Derecho, 1974; Cámara, Héctor; Letra de Cambio y pagaré, Lexis nexis 2005; Bonfanti, Mario A. y
Garrone, José A.; De los Títulos de crédito, tº 1, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1970
21
Yadarola, Mauricio; Títulos de Crédito, TEA, Bs As 1962
22
Matienzo, Agustín, Prólogo a Títulos de Crédito de M. Yadarola, Tea, Bs As, 1962;
8
Justificación: Pero somos de la opinión que, por un lado todos los documentos
comprendidos en la categoría son documentos que, siendo instrumentos de
negocios del comercio, alientan y sostienen el crédito en general, entendido como
la credibilidad del sistema económico; y por otro, como lo sostiene Gómez Leo 23,
estos documentos son, desde el punto de vista patrimonial, instrumentos que
representan relaciones jurídicas de un derecho subjetivo o potestad para exigir el
cumplimiento del objeto de la obligación cartácea: concretamente, exigir la
prestación con contenido económico que emerge del título. Por ello desde el punto
de vista patrimonial, el titulo contiene siempre para el sujeto activo un crédito (ya
sea que resulte una prestación de hacer o de dar) y desde la perspectiva del sujeto
pasivo, será una deuda, pues se trata de una actividad o conducta debida.-
Por estas razones, nuestra opinión, sigue siendo más justificada la adopción de la
denominación Títulos de Crédito.-
23
Instituciones… Ob.cit. pag. 194
9
Una definición debe permitir, fundamentalmente, involucrar un concepto general a
los fines de obtener un punto de partida que admita el posterior tratamiento de la
dogmática general y el estudio de cada uno de sus aspectos.
Así, la norma actual de derecho positivo que define a los títulos valores (art. 1815
del Código Civil y Comercial de la Nación) disponiendo que son los que
“incorporan una obligación incondicional e irrevocable de una prestación y
otorgan a cada titular un derecho autónomo, sujeto a lo previsto en el art. 1816”
24
VIVANTE, César “Tratado de derecho mercantil”, Reus, Madrid, 1932/1936, Cap. III, pág. 137
10
Legislación uruguaya sobre Títulos valores: "Los títulos valores son los documentos
necesarios para ejercitar el derecho literal y autónomo que en ellos se consigna" (Art.
1 Dto. Ley 14.701, año 1977)
Legislación colombiana sobre Títulos valores: “Los títulos-valores son documentos
necesarios para legitimar el ejercicio del derecho literal y autónomo que en ellos se
incorpora. …” (Art. 619 Cód. Comercio, año 1971)
Legislación boliviana sobre Títulos valores: “Título-valor es el documento necesario
para legitimar el ejercicio del derecho literal y autónomo consignado en el mismo”
(Art. 491 –concepto- del Código de Comercio, año 1977)
Legislación mexicana sobre Títulos de Crédito: “Son títulos de crédito, los documentos
necesarios para ejercitar el derecho literal que en ellos se consigna” (Artículo 5o.-
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, año 1932)
Legislación ecuatoriana sobre Títulos valores: "Son títulos de crédito los documentos
necesarios para ejercitar el derecho literal que en ellos se consigna" (art. 1 de la Ley
de Títulos de Crédito, año 1963)
En el resto de América Latina, Perú (2000) y Brasil (2002) son los estados que tienen la
legislación más moderna en la materia, y que si bien han prescindido de la definición
vivantiana en su texto positivo, igualmente recogen todos los caracteres propios de los
títulos de aquella definición: literalidad, necesidad y autonomía.-
5. Elementos constitutivos
En este sentido, Messineo sostenía que la ubicación de los títulos de crédito no está
bien definida, debiéndose tener en cuenta igualmente el elemento obligatorio y el
real; por lo que en algunos aspectos, el título de crédito encuentra su lugar en la
doctrina de las cosas, y en otros en la doctrina de los derechos creditorios
(Messineo, Francesco “I titoli di Crédito. Padua 1928 t.II pag. 265).-
Cabe destacar, que en el derecho común, el título no crea el derecho, sino que el
documento tiene, por lo general, un mero valor probatorio (aun los documentos
constitutivos); pero en nuestra disciplina, el título está llamado a cumplir otras
funciones, por lo que queda sometido a reglas propias y originales atinentes a su
11
creación, circulación y garantías. Debe responder además a ciertas exigencias: la
demostración, por si mismo, de la existencia del derecho, y la acreditación de que
por su intermedio el derecho será efectivizado sin dificultades.-
Por ello nuestra disciplina necesita poseer ciertos caracteres tales como la
formalidad, la mención al marco causal que la rige (sin posibilidad de desarrollar
nuevas vinculaciones a lo largo de su vida) o su prescindencia (en el supuesto de
títulos abstractos), y la incorporación del derecho en el título, a punto tal que el
elemento documental (accesoriedad probatoria) antes referido, se convierte en
factor principal y decisivo de la pretensión creditoria y del derecho contenido.-
Lo expuesto lleva a concluir que, para los títulos valores rige la regla que
consignaba el art. 2412 del Código Civil derogado (ley 340 y sus modificatorias)
que expresaba “La posesión vale título”; la normativa que ahora se vincula con tal
12
situación es la prevista en el art. 1895 del Código Civil y Comercial de la Nación
(Ley 26.994), en tanto tiende a proteger al poseedor que obtuvo el título de quien
no tenía derecho para trasmitirla, en tanto no haya habido hurto o perdida. No solo
se facilita la prueba de la propiedad sino que apunta a la protección de los terceros
adquirentes.
13
El derecho no está incorporado en ellos, el derecho existe con independencia del
documento que lo acredita.-
Puede sostenerse conforme a Williams, citando a Saguir que para el derecho civil, el
título sólo es elemento de prueba que hace al nacimiento del derecho. El derecho no
está incorporado en el título. Desde el punto de vista estático, existe una neta
separación entre derecho y título.-
Desde un punto de vista dinámico, la transmisión de los derechos es independiente de la
transferencia o entrega simultánea de los documentos. Su consecución necesaria y
suficiente para transferir el derecho, sólo consiste en el cambio del consentimiento que
lo convierte en perfecto y definitivo (art. 2601 C. Civ.) (Williams J.N. Títulos de crédito
pag. 68).-
14
obligatoriedad aún sin que intervenga un sujeto destinatario a quien
favorece.-
(iii) incondicionada: es pura y simple, no está sujeta a condición alguna; su
exigibilidad no está supeditada a contraprestación alguna de parte de
ningún otro sujeto;
(iv) irrevocable: no es posible revocar la promesa una vez tramitado el
documento. No obstante, veremos como hay situaciones en la que la
legislación prevé un modo de cancelación o de revocación de alguna
obligación cambiaria, mas ello sólo es posible antes de que el documento
sea entregado, restituido, o puesto en circulación (ej. art. 31 decreto ley
5965/63);
(v) vinculante: por efecto de las notas características ya reseñadas, se
considera que desde el momento mismo de la firma del título en
cualquiera de las calidades normativamente reguladas, el firmante ha
hecho y asentado su declaración de voluntad en forma documentada y
ésta pasa a integrar la estructura funcional del título de crédito.-
Incorporación
Hemos hecho referencia al término “incorporación”; y cabe puntualizar que el
mismo no ha de entenderse como confusión del derecho (elemento obligacional)
con el título (instrumento o documento), a punto tal que la pérdida del segundo
importe la pérdida del primero.
Remarcamos que el art. 1815 del CCCN establece que este elemento de la
incorporación es un carácter propio de todos los títulos valores.
Existen posturas doctrinarias que sí los vinculan de una manera profunda, tal como
ahora lo hace nuestra legislación: por ejemplo Yadarola afirmaba que ambos
(derecho y documento) se hallan en conexión permanente constituyendo una
unidad funcionl25; también Messineo26 al decir que el derecho se identifica con el
documento, entiende que está compenetrado o transfundido en el título.
25
Yadarola, Mauricio; Títulos de Crédito, TEA
15
Pero sí nos parece que el término incorporación vale como una explicación gráfica,
en el sentido de una virtual inseparabilidad del derecho y el documento, integridad
que no se alcanza con el distingo acostumbrado y racional que se tiene del
documento como cosa mueble (pedazo de papel) y el derecho contenido, como
elemento obligacional.-
Una consecuencia principal del principio de incorporación es que el portador
legítimo se convierte al mismo tiempo y por una sola operación, en acreedor de los
obligados cambiarios y en propietario, ya que se le ha entregado el documento
permitiéndole ejercitar su derecho.-
5. Caracteres Generales
Hoy, la definición que nos brinda el art. 1815 centraliza la noción de autonomía, sin
incluir a los otros dos caracteres; ello se debe al nuevo fenómeno de la
desmaterialización de los títulos de crédito (o valores); pero el nuevo ordenamiento
reserva una sección especial para los títulos valores cartulares, esto es los que están
concebidos documentalmente (vert arts. 1830 y sigts.)-
En tanto centramos nuestra atención en estos tipos de título, seguimos por ahora el
marco conceptual ya señalado.
(a) Necesidad
El art. 1830 del CCCN reza que los títulos valores cartulares son necesarios la
creación, trasmisión, modificación y ejercicio del derecho incorporado-
26
MESSINEO, Francisco; Manual de Derecho Civil y Comercial, traducción de Santiago Sentís Melendo,
Bs. As., EJEA, 1955, tº IV.
16
El carácter de “necesidad” o “necesariedad” alude a una forma típica del derecho
cambiario, de ejercer los derechos cartulares otorgados en el título de crédito. Y
apunta a la ineludible tenencia para su exhibición, del papel que contiene la
declaración de voluntad cambiaria, como imperativo para posibilitar el ejercicio y
disponibilidad del derecho en él representado.
Ahora, con la nueva definición legal, no cabe duda acerca del valor constitutivo del
documento y su carácter dispositivo comprende la trasmisión, modificación y
ejercicio de los derechos incorporados al documento.
Como puede observarse, este aspecto está íntimametne relacionado con el concepto
de documento con carácter constitutivo y dispositivo, que ya vimos: “Mientras en
los títulos ordinarios constitutivos -como dice Garrigues- el documento desarrolla
una función genética inicial en el sentido de que el derecho nace con el documento,
pero luego vive con independencia de él. Lo contrario sucede en los títulos valores,
ya que ese nexo entre derecho y documento es subsistente desde que se establece,
de forma tal que sin el documento no puede ejercerse el derecho”.
La consecuencia más importante de este carácter es que el derecho sólo puede nacer,
existir y ser ejercitado por quien ostente el documento y, además, sea su portador
legitimado: el derecho en esos tres aspectos (nacimiento, existencia y trasmisión) se
encuentra jurídicamente subordinado a la presentación del documento” 27.-
27
Jorge N. Williams; La Letra de Cambio y el Pagaré, Abeledo Perrot. Bs As. 1981.-
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(b)Literalidad
La ley en su nueva versión dice que “el tenor literal del documentodetermina el
alcance y las modalidades de los derechos y obligaciones consignados en él, o en
su hoja de prolongación”
Es la idea de que tal derecho es literal, en el sentido de que el tenor escrito del
documento es el que determina la extensión, alcance y modalidad de dicho
derecho.-
Solo tendrá relevancia jurídica lo escrito en el título, lo que vale como querido por
el emisor del documento (Williams, pag. 23).-
Así, el que adquiere el título adquiere el derecho tal como está inserto literalmente
en el documento, lo que no excluye la posibilidad de que existan otros instrumentos
accesorios, pero éstos deberán ser especificados en el documento.-
Este es un principio general y común de todos los títulos de créditos y se reconoce
tanto en los títulos abstractos como en los causales; pudiendo ser invocado tanto
por el acreedor como por el deudor, ya que el primero puede hacer valer el derecho
tal cual está establecido y fijado en el documento, y el segundo se desobliga
atendiendo estrictamente a lo que surge del cartular.-
La concepción de literalidad hasta aquí expuesta implica reconocer que los
documentos constitutivos dispositivos, son los únicos aptos para instrumentar
documentalmente el nacimiento, transmisión y ejercicio del derecho, concretándose
con la creación del documento la incorporación del derecho al título.-
Así como la literalidad tiene estricta relación con el tenor del documento, la
abstracción (y también la causalidad), se refiere al negocio fundamental. Tanto la
abstracción como la causalidad pueden considerarse como correctivos de la
literalidad.
La abstracción es un corrector positivo, pues al prescindirse de la causa, la
literalidad queda reforzada impidiendo recurrir a excepciones extrañas al
documento. En cambio, la causalidad es un correctivo negativo pues en estos casos
18
la literalidad se atenúa pudiéndose recurrir al planteo de excepciones derivadas de
la causa.-
Tampoco debe confundirse el principio de la literalidad con el formalismo. El
primero, como ya vimos subordina los derechos documentales únicamente al tenor
de la escritura, y por ello atribuye importancia jurídica únicamente a las relaciones
documentales, mientras que el formalismo se resuelve en la prescripción legislativa
del tenor específico del documento, que lo torna insoslayable en cuanto a su validez
o alcance.-
La literalidad en el Derecho Argentino aparece consagrada entre otros: Letras de
cambio, arts. 1,5,6,27 y 28, et.- D. L. 5965/63.-
Títulos al portador: art. 744 C. de Comercio.-
Warrants, arts. 2 de la ley 928 y arts. 6 y 8 de la ley 9643.-
(c) Autonomía:
Este carácter ya se encuentra como vimos en el art. 1815, y la específica noción de
autonomía en el art. 1816 que conceptualmente refiere a la independencia de la
posición de los distintos portadores del título con relación a los portadores
anteriores (concordantemente art. 827 C. Civ.).-
Desde la posición de los obligados, constituye respecto de cada uno de ellos “una
obligación distinta y personal (art. 753 C. Comercio), y desde la posición del
acreedor implica que no pueden oponérsele las defensas personales que el deudor
pudiera haber opuesto a los poseedores anteriores, salvo en caso de conocimiento
de perjuicio causado, o que fuera adquirido con mala fe o culpa grave.-
Siguiendo a Vivante ha de sostenerse que el derecho es autónomo porque el
portador de buena fe ejercita un derecho propio que no puede ser restringido o
destruido en virtud de las relaciones existentes entre los anteriores portadores y el
deudor (Tratado de Derecho Comercial, Madrid 1935 T: III número 953).-
Sin desconocer la existencia de numerosas teorías extranjeras y nacionales que
explican este principio, sólo nos detendremos en el análisis que efectúa Yadarola en
su libro.-
19
Este autor fundamenta la autonomía en el principio de la adquisición originaria.-
El adquiriente de un título de crédito es su propietario y acreedor del derecho
contenido en el mismo (de modo originario); no es sucesor del anterior poseedor ni
de ninguno de los anteriores, estableciéndose una vinculación directa y nueva. Es
una adquisición “no derivada”, circunstancia que hubiese acaecido en el caso de la
cesión contractual de un crédito.-
De esa circunstancia se desprende que los intervinientes en la circulación de un
título de crédito no influyen en la validez ni eficacia del adquiriente de buena fe,
puesto que ha adquirido ese derecho de modo originario: el deudor, sea librador o
un sucesivo interviniente obligado a su pago (como el endosante) queda obligado
en forma directa hacia el actual poseedor, al que no puede oponer ninguna
excepción o defensa en cuanto al título de adquisición del documento o el derecho
creditorio que sí hubiera podido oponer a su precedente poseedor.-
Así justifica la adquisición originaria del derecho real sobre el título (derecho
externo) y del derecho personal de crédito, y por ende la autonomía (principio de
simplificación analítico).-
Para Williams, la autonomía del derecho documental se explica por la autonomía
del titular de ese derecho documental.-
Si normalmente el derecho tiene en cuenta la relación entre el deudor y el acreedor,
y la relación del adquiriente con el transmitente con los anteriores portadores del
documento en los títulos de crédito, la autonomía del titular del derecho
documental resulta del carácter de cosa mueble del título de crédito que encuentra
sustento en los arts. 2319, 2390, 731 inciso 6°, 827 del c. Civ., arts. 212, 477 y 765
del C. de Comercio y art. 17 del DL 5965/63.-
Este principio mantiene su plena vigencia mientras el portador no sea de mala fe o
hay cometido culpa grave, principio aplicable a todos los títulos de crédito menos
para la letra de cambio, pagaré, cheque respecto de los cuales la inoponiblidad cae
cuando al adquirirlas, han actuado a sabiendas en detrimento del deudor (art. 18 in
fine DL 5365/63 y ...) cita de Williams.-
20
Supuestos de autonomía art. 18 DL 5965/63, 168 Carta de Portye, 768 C. Comercio
títulos al portador, art. 743 títulos de la renta pública.-
6. Legitimación y Titularidad
Conforme Gómez Camillon (“La disciplina Jurídica de los Títulos de Crédito Bs.
As. 1952 pag. 14) la legitimación es corolario del principio de necesidad.-
Ahora bien, esta legitimación no debe ser confundida con la propiedad del
documento, ni con la titularidad del derecho incorporado al documento.-
La propiedad del documento está constituido por la adquisición del derecho real
de propiedad sobre el título.-
La legitimación está dada por la posesión del título del modo establecido por la
ley de circulación e importa la posibilidad de ejercicio del derecho documental.-
El titular de derecho creditorio incorporado, es el propietario del documento. El
legitimado para el ejercicio de los derechos y acciones derivados de ese
documento es el poseedor del mismo de acuerdo a la ley de circulación.
La propiedad se adquiere según el régimen de cosas muebles establecido en el C.
Civ..-
La legitimación requiere la posesión del documento, acompañado en cada caso de
la buena fe observada que sean las normas de circulación que en cada caso
corresponda, según sea al portador, a la orden o nominativo.-
Estará acumulada la titularidad del derecho y la legitimación, cuando el portador
además de ser propietario del título, lo posea legítimamente.-
Resulta gráfica la mención que citada de la Arena, consigna Williams al decir que
“contrariamente a lo que sucede con los quirógrafos, lo accesorio no es el
documento, sino el derecho, en el sentido de que el derecho sobre el documento es
el que decide acerca de la pertenencia del derecho mencionado en el documento y
que la posibilidad de ejercicio depende de la conservación del documento; la
suerte del documento está unida a la del título.-
Quien tiene la propiedad del documento es el titular del derecho creditorio
incorporado.
Prescindo en esta síntesis de analizar las distintas teorías que se han elaborado
sobre el particular y el alcance que diversas ópticas asignando a cada uno de los
conceptos referidos precedentemente por considerar que al respecto que tales
divergencias doctrinarias están dadas por la ausencia de un idéntico significado en
las expresiones utilizadas en el curso de sus respectivas exposiciones.-
Destaco sin perjuicio de ello y por la autoridad que en el tema se le reconoce a
Yadarola que para este autor el titular del derecho es el propietario.- Por tal
entiende el hecho jurídico en virtud del cual uan persona adquiere la posesión del
derecho y por legitimación, la existencia formal de la investidura.-
21
Quiero destacar también que en nuestra materia, el término legitimación tiene una
acepción distinta de lo que se le da en el derecho procesal civil.-
En esas disciplinas la legitimación consiste en la demostración de la titularidad del
derecho.- Tal demostración se ve dispensada en materia de títulos de crédito a
punto tal que, como ya se expresó precedentemente la legitimación puede alcanzar
incluso al sujeto no titular del derecho.-
La legitimación es potestad de ejercicio del derecho, potestad exclusiva
prescindiendo del derecho mismo.-
7. Clasificación
Exponemos una clasificación según diversos criterios, mas sólo lo haremos con
aquellos que resultan a nuestro juicio de importancia esencial y que repercuten
directamente en el cuerpo jurídico aplicable; dejamos de lado entonces aquellas
categorías a las que sólo le atribuimos un interés doctrinario.-
22
ii. Carta de Porte (contr. Transp..terrestre, art. 167 Cód. Com.);
iii. Conocimiento de Embarque (Ley 20.095);
iv. Conocimiento de Transporte aéreo (art. 112/120 Cód. Adua);
b. De participación:
i. Acción de Sociedad Anónima (art. 206/66 ley 19.550);
c. A percibir una suma de dinero:
i. Letra de Cambio (decreto-ley 5965/63);
ii. Pagaré (decerto-ley 5965/63);
iii. Cheque (ley 24.452);
iv. Título de renta pública;
v. Debentures (atr. 325 Ley 19.550)
d. A un servicio:
i. Carta de Porte;
ii. Conocimiento de embarque (marítimo y aéreo)
4. su ley de circulación:
a. Títulos al portador (tradición);
b. Títulos a la orden (tradición + endoso);
c. Títulos nominativos (tradición + endoso + registración);
5. su vinculación con la causa:
a. Títulos causales (acción de SA)
b. Títulos abstractos (letra de cambio, cheque)
23
I- incondicionado: letra de cambio, pagaré.-
II- condicionado: esto justifica la emisión por la presencia de la relación
fundamental (transporte de la cosa por la carta de porte, sociedad por la emisión de
acciones o de obligaciones) o un determinado presupuesto (relación de provisión
para el cheque bancario).-
En otros casos no se acepta la libertad de emisión por razones diversas citando a
Williams como ejemplo.- Salvaguardado del privilegio estatal de emisión del papel
moneda.- Salvaguardada del privilegio concedido a distintos institutos para el
ejercicio de la industria de los depósitos pecuniarios: bancos, caja de ahorro,
montepíos, etc.-
24
3) Según la clase de prestación a la que dan derecho
En cuanto a su finalidad y función, en títulos de crédito en sentido estricto (de
contenido dinerario) o representativos de mercaderías; y de participación.-
a) en sentido estricto: en las que el firmante promete y está obligado a dar una
determinada suma de una sola vez.-
b) títulos representativos de mercaderías (o de tradición, o de posesión, o de
disposición) se caracteriza en cuanto a su contenido, ya que no dan derecho a una
prestación en dinero, sino a una cantidad de mercaderías que se encuentran
cargadas o depositadas en lugares de depósito pero identificadas y especificadas.-
El poseedor del título representativo se encuentra en posesión de las mercaderías
por medio de representante (poseedor inmediato, transportador, capitano
depositario), el cual posee las cosas o mercadería a nombre de otro, o sea es
poseedor precario o simple tenedor (art. 2462 C. Civil.).-
En cuanto a la especie del derecho que incorporan, no atribuyen solo un fututo
derecho de crédito, entrega de las mercaderías, sino que además, como
consecuencia de la posesión de las mercaderías, otorgan un derecho actual de
disposición sobre las mismas que es un derecho real, ya que al poseedor del título
se le reputa en posesión actual de las cosas.-
Tienen un derecho actual de disposición sobre las mismas que es un derecho real,
ya que al poseedor del título se lo reputa en posesión actual de las cosas.-
Tiene además, otra importantísima función que es la posibilidad de subrogar la
circulación material de mercaderías transfiriendo el título con la misma eficacia de
la tradición real.- (tradición simbólica).-
Ejemplo; 1) títulos de transporte: carta de porte (terrestre, carretera, aéreas),
Conocimiento; Órdenes de entrega.
2) certificado de depósito; warrants; certificado de prenda
3)títulos que instrumentan un préstamo: debentures
25
c) títulos de participación: son títulos que no contienen la promesa de una futura
prestación, ni incorporan un derecho real sino comprueban o certifican un derecho
complejo, o sea la calidad de componente de una colectividad, como miembro de
una persona de existencia ideal (acciones de sociedad anónima).-
26
de los resultantes del documento o atribuidos por la ley (por ejemplo: premios,
derechos a las cédulas de dividendos, etc.).-
Los arts. 742 al 745 tratan específicamente acerca de quienes pueden emitir un
título al portador y las particularidades que atañen al contexto literal del
documento, quedando regulada por normativas incorporadas o no al código, otros
títulos al portador (v/gr cheque).-
Queda regulada en el Capítulo III “el robo, pérdida o inutilización de títulos y
cupones”.-
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no es perfecta sino cuando se registra en los libros del deudor (entidad emisora).-
consecuentemente, se destacan la coincidencia de tres elementos: identidad del
poseedor, ingestación del nombre del poseedor en el título y registro del mismo
nombre en los registros del emisor.-
5) Causales y Abstractos:
Será causal cuando juntamente con la promesa de una prestación se enuncia la
relación que le sirve de base o relación fundamental a cuya suerte y desarrollo
viene a estar ligado y subordinado el cumplimiento de la promesa.-
El negocio fundamental es relevante también para el tercer poseedor del título a
punto tal que la promesa contenida en el papel queda modificada por la incidencia
de dicho negocio, de manera que el tenedor o portador, además de adquirir
derechos queda sujeto a cargas o excepciones.-
Serán abstractas cuando más allá de la existencia de causa, la misma no tiene
relevancia frente a terceros portadores de buena fe.-
Lo expuesto no excluye la relevancia de la relación causal entre el deudor y el
primer tomador o entre portadores directos, de tal manera que el deudor puede
referirse a la relación fundamental o excepcionarse fundado en la falta o falsa causa
en dichas relaciones directas (art. 121 C. Comercio).-
Al tercer portador de buena fe, no le son oponibles aquellas excepciones fundadas
en el error, dolo o violencia, o cualquier otro modo en que no exista voluntad de
obligarse, así como tampoco la licitud, falsedad o falta de causa o si la misma es
contraria a las buenas costumbres, (art. 736 C. comercio art. 18 del DL 5965/63,
art. 212 C. comercio).-
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a) títulos formales: la ley exige requisitos formales con respecto a la redacción del
documento, o sea determina los elementos mínimos que debe contener la
declaración documental.- El incumplimiento de las formalidades establecidas por la
ley determina la ineficacia o nulidad, tanto de la declaración documental como del
título.-
No debe confundirse formalismo con literalidad, siendo el primero de los requisitos
exigidos por la ley con relación al tenor específico del documento y es fundamental
por la existencia de la declaración documental como tal, la literalidad subordina los
derechos documentales únicamente al tenor de la escritura y solo atribuye
relevancia los elementos documentales.-
Tampoco se le debe confundir con la completividad.- Esta, en el aspecto positivo,
consiste en la necesidad jurídica de que el título se basta a si mismo y en el aspecto
negativo, en la inadmisibilidad de toda referencia a elementos extracomunales para
suplir la eventual deficiencia de las indicaciones documentales.-
Debemos mencionar que en virtud de la unificación del derecho privado (ley
26.994) el Código Civil y Comercial de la Nación prevé la posibilidad de libertad
de creación de los títulos valores (art. 1820 CCyC)
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I. no existe en nuestro derecho una normatividad general que regule este
tipo de documento.-
II. siguiendo a Williams, podemos precisar los siguientes caracteres:
Positivas:
1. adoptar las formas exteriores de los título de crédito
2. el deudor puede liberarse al que presente el documento.-
Negativas: 1. faltan los caracteres de los títulos de crédito:
1. necesidad: puedo no tiene función dispositiva ni traslativa.-
2. literalidad: son documentos probatorios y pueden hacerse valer las relaciones
extradocumentales.-
3. autonomía: están dirigidas a personas determinadas y no están destinadas a
circular y ello porque casi siempre enuncian una relación contractual existente
entre el deudor y una persona determinada que será la que ejercitará el derecho.-
Consecuentemente
a) no se le aplican las disposiciones propias de los títulos de crédito, quedando
regidas por las disposiciones y leyes especiales, estatutos, reglamentos o
contratos que le dan vida.-
b) los derechos que comprueban pueden ejercerse aún sin la posesión y
presentación del documento, razón por la cual al poseedor no titular del derecho
se le puede negar la prestación o se le puede exigir otra prueba cuando se
sospecha o se conozca el inicio de la adquisición.-
c) siendo cosas muebles por su carácter representativo (art. 2319 C. Civil) su
propietario puede en caso de robo o extravío, reivindicarlos de acuerdo con las
normas del Derecho civil (arts. 2412, 2da parte, 2765 y sigtes.).-
d) en caso de pérdida, robo o destrucción, basta con recurrir al procedimiento de
oposición al pago tendiente a obtener un duplicado.-
e) cuando asume la forma de título al portador, le son aplicables el art. 746 del C.
Comercio pero no los arts. 748 a 751, ya que no puede exigirse el cumplimiento
de esta norma porque el título no está destinado a circular, ni se cotiza en el
mercado de valores.-
IV. Clasificación (Williams).-
a. los que poseen afinidad exterior con los títulos de crédito en sentido estricto:
- póliza de seguro al portador o a la orden
- giro postal
- rifa
- billete de lotería
- tarjeta de pronóstico deportivo
- póliza de empeño
- boleto de transporte de personas
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- entrada al teatro o cine
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La caducidad cambiaria: la aclaración de que en el derecho cambiario, caducidad
no quiere decir pérdida del derecho poseído, sino impedimento para su
adquisición.-
Así la caducidad cambiaria, impide que el derecho nazca como consecuencia del
incumplimiento de las formalidades requeridas para preservar la acción cambiaria
de regreso.-
La remisión de deuda puede producir la extinción del título en los términos de los
arts. 724, 877 del C. civil, siempre y cuando se verifique el aspecto temporal ya
apuntada al tratar la confusión.-
La compensación y revocación puede verificarse si se trata de títulos de crédito
propiamente tales (ver clasificación), pero no respecto de los títulos representativos
de mercaderías y títulos de participación social.-
Respecto de los supuestos en que el título se extingue por pérdida o desaparición de
la legitimación pero subsiste el derecho incorporado ha de señalar.-
a. destrucción involuntaria del título procediendo a requerir un duplicado.-
respecto de los títulos del portador /art. 763 C. comercio) y ciertos títulos a
la orden (art. 89 y ss. Del DL 5965/63) que resulta aplicable a otros títulos a
la orden con discrepancia jurisprudencial y doctrinaria en ese sentido.-
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Cancelación (CAPITuLO INCONCLUSO)
Antes de la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación, se encontraban
reguladas, en relación a las cosas robadas, perdidas o destruidas, los siguientes
institutos del derecho, en los diferentes cuerpos normativos:
C. Civil
Reivindicables las cosas muebles contra el poseedor de mala fe.-
Reivindicables las cosas muebles frente al poseedor de buena fe si son robadas o
perdidas. Se excluyen el abuso de confianza, violación de depósito o engaño (2765
y 2766).
Al reindicarlas de uno de buena de paga el precio si se adquirieron en venta pública
o en casa que vende esas cosas (2768).-
Los anuncios no presumen la mala fe (2770).-
C. Comercio
Títulos al portador.-
Pérdida, robo, estafa, abuso de confianza, destrucción (746).
Denuncia ante escribano y aviso al emisor paraliza, suspende los efectos del título y
se efectúa la publicación (752, 753, 754 y 748).
Los frutos 2 años (756) y el título a los 4 años si no hay oposición. (757).
Toda negociación posterior al último aviso será nula (731).
Reivindicación del poseedor de mala fe por 4 años. DL 5965/63
Pérdida sustracción o destrucción (89)
Avisos, cancelación y fianza (89)
Extingue pero el poseedor puede demandar al cancelante.
Fianza se extingue por cancelación o prescripción de la cambial.
Ley 20.643
A los efectos de lo dispuesto por el c. de com. en su parte pertinente todo título
recibido por un depositante (persona autorizada 30) para su depósito colectivo (se
verificará si no hay oposición) se considerará adquirido de buena fe siempre que la
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recepción sea anterior al último día de publicación del aviso respectivo del 761
(44).
Se desestima son trámite toda oposición respecto de títulos recibidos conforme el
44.
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