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Historia, antropologia y fuentes orales

La construcción de la Monarquía Hispánica y el uso de la violencia: entre la conquista y la


guerra civil
Author(s): José Javier Ruiz Ibáñez and Caetano Sabatini
Source: Historia, Antropología y Fuentes Orales, No. 44, Hermenéuticas (2010), pp. 17-32
Published by: Historia, antropologia y fuentes orales
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/24671800
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La construcción de la Monarquía it
SS
£

Hispánica y el uso de la violencia:


o
>

entre la conquista y la guerra civil*


3
O

0
José Javier Ruiz Ibáñez / Caetano Sabatini o.

Definiendo el Foco de Análisis han fundado en la experiencia acumu


Las recientes interpretaciones globales lada por la investigación de historia po
sobre la Monarquía hispánica, sobre todo lítica, cultural y administrativa desarro
a partir de principios del siglo actual1 se llada desde 1990 sobre sus diversos te
rritorios. Esos trabajos han contribuido a
nuestro conocimiento histórico con una
' El presente trabajo es una presentación de las líneas
de análisis desarrolladas en el texto Monarchy as Con enorme carga informativa y analítica que
quest: Violence, Social Oportunity and Political Stability ha sucedido, bien que por diversas vías
in the Establishment of the Hispanic Monarchy, publi no necesariamente coincidentes, al lla
cado en "The Journal of Modern History", 81 (Chica
go, septiembre 2009), ps. 501 -536. En dicho artículo
mado debate sobre el estado moderno2 y a
se desarrolla de forma pormenorizado y por extenso la influencia de la historia política ingle
el planteamiento aquí expuesto por lo que para ele sa y, en menor medida, francesa. Hay que
mentos puntuales se remite a él. Indicar también que
reconocer que en el momento presente la
para José Javier Ruiz Ibáñez esta versión del artículo
se inscribe en el marco del proyecto de investigación historiografía sobre la Monarquía Hispá
"Hispanofilia, la proyección política de la Monarquía nica, aunque sigue prisionera de algu
Hispánica (1): aliados externos y refugiados políticos
(1580-1610)", HAR2008-01107/Hist del Ministerio de
Ciencia e Innovación. men de forma inminente).
1. En una genealogía iniciada por el artículo clásico 2. Cuyos textos de referencia bien se pueden con
de J. Elliott, A Europe of composite Monarchies, Past cretar en: B. Clavero, Tantas personas como estados.
and Present, 137, Oxford, 1992, ps. 48-71, y que en Por una antroplogia política de la Historia europea,
troncaría, desde diversos ángulos y perspectivas, con Madrid, 1987; A. M. Hespanha, Vísperas del Leviatán,
aportaciones significativs como las de B. Bennassar Madrid, Taurus, 1989; A. M. Hespanha, Las categorías
y B. Vincent, Le temps de l'Espagne, Paris, Hachette, de lo politico y de lo jurídico en la época moderna, "lus
1999; A. Marcos Martín, España en los siglos XVI, XVII Fugit, Revista Interdisciplinar de Estudios Histórico
y XVIII. Economía y sociedad-, Barcelona, Critica, 2000; juridicos", 3-4 (Zaragoza, 1994-1995), ps. 63-100; A.
B. Yun Casalilla, Marte contra Minerva. El precio del Im M. Hespanha, Paradigmes de legitimation, aires de
perio español c. 1450-1600, Barcelona, Critica, 2004; gouvernement, traitement administratif et agents
S. Gruzinski, Les quatre parties du monde. Histoire d'une de l'administration, R. Descimon, J.-F. Schaub y B. Vin
mondialisation Turin, Editions de La Martiniére, 2004; cent (eds.), "Les figures de l'administrateur: institu
A. M. Bernal, España, proyecto inacabado: los costes y tions, réseaux, pouvoirs en Espagne, en France et en
Portugal, 16e-19e", París, EHESS, 1997, ps. 19-28; P.
beneficios del imperio, Madrid, Marcial Pons, 2005; del
Fernández Albadalejo, Fragmentos de Monarquía, Ma
propio J. Elliott, Empires of the Atlantic World. Britain
and Spain in America, 1492-1830, New Haven-Lon drid, Alianza, 1992; J.-F. Schaub, L'histoire politique
dres, Yale University Press, 2006; y José Javier Ruiz sans l'Etat: mutations et reformalations, C. Barros
lbáñezy Bernard Vincent, Los siglos XVI yXVII: política (ed.), "Historia a Debate" (Santiago de Compostela,
y sociedad, Madrid, Síntesis, 2007. Una revisión biblio 1995), 3, ps. 217-236; J.-F. Schaub, Le Portugal au
grafía general en 0. Mazín, Una ventana al mundo temps du comte-duc d'Olivares (1621-1640.). Le confíit
hispánico. Ensayo bibliográfico, México, El Colegio de Juridictions comme exercice de la politique, Madrid,
de México, 2006 (del que se espera un segundo volu Casa de Velázquez, 2001.

RAPO. I, 44. 2010 17

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José Javier Ruiz Ibáñez / Caetano Sabatini

nos lugares comunes que están resultan la que desde luego no es ajena Red Co
do mucho más durables de lo previsible, lumnaria3, parece que inciden en la for
cuenta con una base renovada y parti mación presente y su proyección futura
cularmente sólida para conocerla y com de una comunidad de historiadores que
prenderla; sin embargo, al mismo tiempo, pueda superar los estrechos límites defi
es preciso igualmente reconocer que los nidos por la historiografía decimonónica
debates sobre la naturaleza propia de di de raíz nacional o regional. Una perspec
cha entidad siguen siendo limitados y las tiva global, que acompañe a una inves
reflexiones globales sobre la Monarquía tigación local, es simplemente más efi
no han provocado un debate en profundi caz en términos científicos, como mues
dad por parte de la comunidad científica. tran, y a estas alturas quedan pocas du
Aunque éste no es el ámbito para reca das al respecto, las investigaciones que
pitular sobre las líneas de desarrollo de se aproximan a la Monarquía como un
la historiografía de los mundos ibéricos, espacio de circulación de personas, ob
algo que dejamos para un texto posterior, jetos y conceptos y al efecto que dicha
sí parece adecuado señalar que hay una dinámica tuvo en la difusión de mode
serie de tradiciones historiográñcas que los: siendo ésta una de las reflexiones
pueden dificultar un análisis global si no centrales de la reciente historiografía y
se produce el fértil y fluido diálogo entre que incorpora aproximaciones diversas:
especialidades. Entre ellas destaca la se desde una óptica cultural, política, ju
paración de los estudios de diversos terri rídico-institucional o fiscal4. Líneas co
torios, manteniéndose, en muchas oca mo ésta y la realización de análisis com
siones por inercias académicas, la cesura parados o complejos de la Monarquía5,
analítica entre los territorios castellanos muestran hasta que punto resulta esti
peninsulares y las Indias, entre el ámbi mulante para la investigación indagar
to atlántico de la Monarquía y el ámbito los elementos que constituyeron a dicha
europeo y entre cada territorio particu
3. Sobre sus actividades v. www.redcolumnaria.com.
lar. Esto se funda, en gran parte, tanto en
4. Del que destacan, desde diversos ámbitos, trabajos
una desmedida atención a la historia ins
como los de Bennassar y Vincent, Le temps... cit; J.-P.
titucional y/o nominalista que deja deZúñiga,
la Espagnols d'Outre-Mer. Émigration, métissage,

do la reflexión sobre los procesos et reproduction sociale á Santiago de Chili, au 17e siécle,
sociales
Paris, EHESS, 2002; T. Herzog, Defíning Nations. Im
que articulaba el marco administrativo,
migrants and Citizens in Early Modern Spain and Span
cuanto en la tendencia a reducir la histo ish America, New Haven - Londres, Yale University
ria política a los ámbitos, un tanto clási
Press, 2003; Gruzinski, Les quatre parties... cit. Sobre
la circulación de los modelos políticos culturales en la
cos, del poder central, resultado en parte
Monarquía A Dubet, G. Sabatini (eds.), Arbitristas: ac
del déficit de historia social y de historiación politico y propuesta económica en J. Martínez Mil
de la práctica política. lán, M.A. Visceglia (eds), "La monarquía de Felipe 111,
La Corte", vol. Ill (Madrid, Fundación Mapire, 2008),
Sin embargo, se ha de ser optimista y
ps. 867-936.
mucho. La generalización de doctorados
5. G. Sabatini (ed.), Comprendere le Monarchie Iberiche,
con una temática de proyección atlán
Roma, Viella, 2010; A. Díaz Serrano, El modelo politico

tica o europea, así como los frutos evide la Monarquía Hispánica desde una perspectiva com
parada. Las repúblicas de Murcia y Tlaxcala durante el
dentes de una cada vez más efectiva in
siglo XVI, Tesis doctoral inédita, Universidad de Mur
ternacionalización de la investigación,
cia, a
2010.

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La construcción de la Monarquía Hispánica y ei USO DE LA VIOLENCIA

más o menos común6 y de un discurso


Monarquía y de que forma están presen
tes en sus diversos territorios. de expansión muy potente y capaz de
Este artículo plantea, precisamente,generar adhesiones entre los vencidos.
desde una visión global y compleja de Estas pautas se pueden ver en las diver
la Monarquía Hispánica la identificaciónsas incorporaciones realizadas y aún se
pueden detectar desde el final de la cri
de los instrumentos de la práctica políti
sis del siglo xv, pasando por la construc
ca que contribuyeron a darle estabilidad,
y lo hace desde una asunción explícita
ción de la Monarquía (1504-1527) hasta
de superación de los marcos analíticos
en los procesos de expansión, efectivos
clásicos tanto territoriales como temá o frustrados, de finales del siglo xvi.
No se trataba sólo de la existencia de
ticos, especialmente la dicotomía entre
sociedades violentas y estables, conquis
discursos políticos disponibles, sino del
tadas y hereditarias. establecimiento de un marco en el que
Para la Monarquía Hispánica, al dichos
me discursos pudieran vehicular la
nos antes de 1640, junto con su granreconstrucción
ca de la sociedad; un marco
pacidad de expansión, destacaba la esta
que iba ligado al estallido de la violencia
bilidad que mantuvieron los diversos te significaba la conquista o la conclu
que
sión de una guerra civil y a los procesos
rritorios incorporados entre 1492 y 1586.
Hasta ahora la historiografía no ha socioadministrativos
plan articulados en tor
no a
teado un análisis global de los cambios yambas. En estas situaciones los ser
mecanismos de asentamiento de la Mo vidores de la Monarquía Hispánica tu
narquía en sus diversos territorios yvieron
po que confrontar la reconstrucción
de cada sociedad mediante la puesta en
siblemente es en los procesos desarrolla
dos en ese momento cuando se consolidó práctica, no necesariamente consciente,
esa Monarquía que definimos como re de mecanismos de búsqueda de consen
lativamente sólida. En efecto éste fue el so político e inclusión personal, que im
momento decisivo en el que se exporta plicaron la apertura de ámbitos donde
ba un tipo de dominación que tenía mu los diversos agentes exógenos y propios
cho que ver con el que se había desa a esas sociedades pudieron imaginar que
rrollado en la Península Ibérica a fines
del siglo XV. Se trataba en realidad de un
6. Las diversas culturas políticas y tradiciones que
instrumento de transformación sociopo ordinariamente coexistían con la dominación Monár
lítica enormemente potente que no so quica se pueden seguir en v. X. Gil Pujol, Del Estado
a los lenguajes políticos, del centro de la periferia. Dos
lo permitió la expansión territorial, sino
décadas de Historia política sobre la España de los si
la trasformación en un breve espacioglos
deXVI yXVII. J. M. De Bernardo Ares, "El Hispanismo
tiempo de las sociedades sometidasAnglo-norteamericano.
en Aportaciones, problemas y
poblaciones propias de la Monarquía,perspectivas sobre Historia, Arte y Literatura españo
las (siglos XV1-XV111). Actas de la 1 Conferencia In
que se reorganizaron asumiendo al rey
ternacional 'Hacia un nuevo Humanismo"' (Córdoba,
como un agente arbitral necesario. Por
Universidad, 2001), ps. 883-919; X. Gil Pujol, Repu
supuesto, la expansión hispánica noblican
se Politics in early Modern Spain: The Castilian and
Catalano-Aragonese Traditions, M. Van Gelderen y Q.
basó en ninguna planificación o modelo
Skinner (eds) "Republicanism and Constitutionalism in
previo, sino en la existencia de prácti
Early Modern Europe", (Cambridge, Cambridge Uni
cas culturales y administrativas de raíz
versity. Press, 2004 [2002]), ps. 263-288.

HAFO. I. 44. 2010 19

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se iban a poder satisfacer sus intereses. tizar la pervivencia de su hegemonía po


Dicha capacidad de aunar voluntades lítica o social, para lograr la victoria en
nacía de la naturaleza de la Monarquía un conflicto civil o religioso, salvaguar
Hispánica. Si por un lado, ésta era capaz dar la integridad de la religión, suprimir
de movilizar la fuerza para lograr la he a un rival... o bien de todas a la vez. Ca
gemonía en el ejercicio de la violencia, da una de las ocupaciones militares o de
por otro, su cultura jurídica y su prác las guerras civiles tuvo su propia idiosin
tica política hacía que ni contara y ni crasia, su propio contexto y su propia co
buscara -ni, en realidad, pudiera- crear yuntura; es por ello que conviene volver
una administración suficiente para con a cada uno de estos procesos, ya que los
trolar efectivamente el territorio. La Mo sistemas de dominación particular here
narquía necesitaba agentes locales, condados de la Edad Media no eran similares
quienes establecía una relación simbióti o completamente asimilables, pero con
ca basada en la aceptación común de un taban con rasgos comunes en el ejercicio
discurso de legitimación del poder, aun de su práctica administrativa, en su con
que ésta se hiciera desde la pervivenciacepción teológico-política y en su dimen
de diversas interpretaciones del mismo, sión social. No hay que olvidar tampo
lo que se expresaba en forma de culturas co que las conquistas contaron con ele
políticas más o menos contradictorias en mentos uniformizadores: la asunción de

su formulación y divergentes en la prác un mismo príncipe, la asunción militan


tica. Por ello, la atención de este artícute de la misma religión, la dependencia
lo se centrará tanto en los procesos dehacia instituciones centrales comunes de
resolución de los conflictos violentos, la Monarquía, y la gestión de dichas in
cuanto en los mecanismos de consolida corporaciones por agentes que en muchos
ción política y social ulteriores. casos contaban con una gran movilidad
física y que traían con ellos la experien
Una monarquía nacida en, cia de una práctica administrativa civil
POR Y DE LA VIOLENCIA y religiosa.
El análisis de la imposición de la LaMo
base religiosa de la Monarquía, re
narquía a través de la violencia noforzada
puede desde el reinado de los Reyes
ser ajeno a la comprensión de lasCatólicos,
repre ayudó a definir el discurso de
sentaciones que de ella hicieronincorporación
sus di como algo más que a una
versos protagonistas. Cada nueva,mera
o redominación política. El rey, agente
de la se
novada, incorporación7 a la Monarquía divinidad, no podía tolerar la di
sidencia religiosa como se había hecho
podía interpretar por los agentes sociales
locales como el instrumento paraen garan
la Edad Media. El control por el mo
narca de la Iglesia consolidó la búsque
da de una sociedad monoconfesional co
7. Sobre las mismas se generó una amplia tratadistica
mo el
política que apoyaba el mantenimiento, al menos objeto
una último de la dominación re
gia8.
parte, de la estructura jurídica y política previa; Esta
cf. M. construcción política no sólo
Rodríguez Gil, La 'incorporación de Reinos'. Notas y tex
tos doctrinales de derecho común, Cáceres, Universidad
8. No cit,
de Extremadura, 2002, cap. 1 y Elliott, Empires... hay que buscar trasladar de forma descontextua
ps. 119-120. lizada el modelo clásico de confesionalización (cf. H.

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La construcción de la Monarquía Hispánica y e L USO DE LA VIOLENCIA

se convirtió en modélica a escala euro las Comunidades9, Valencia y Mallorca


pea, sino que se exportó en las diversastras las Germanías10, el norte de Valen
conquistas y justificó el uso imperativocia11 tras la guerra de Espadán, Perú tras
de la violencia. La intolerancia religiosa
al guerras civiles, Flandes gracias a la
fundaba una sociedad que se iba a llamadapro "Reconquista" de Farnesio o Las
clamar como armónica. Ambas tenden Alpujarras después de reprimida la re
cias, la particular y la general, afectaron
belión morisca12. Así pues, los territorios
a los diversos territorios que componíanque se incorporaron o re-incorporaron a
los dominios del rey católico. la Monarquía por vía no violenta a prin
La primera constatación es, y la cipioshis del siglo xvi parece que son más la
toriografía no ha insistido mucho sobre excepción que la regla: Sicilia, Cerdeña,
ello, que una parte muy importanteLuxemburgo
de y el Franco Condado. Ga
los dominios del rey católico se incorpolicia y Cataluña no experimentaron es
ró por conquista, más o menos justifica tos procesos de violencia en el estable
da por derechos dinásticos o jurídicos. cimiento de la Monarquía, aunque po
La lista es amplia: Granada, Nápoles, losantes de la cristalización federativa
co
territorios americanos, norteafricanos deyla misma habían pasado por sendas
asiáticos, Portugal y su Imperio, ademásguerras civiles: la rebelión irmandiña y
de las ocupaciones territoriales promo la insurrección contra Juan II, respecti
vidas por el César Carlos en los Países vamente.

Bajos y Milán en virtud de su derecho


como emperador. A ello hay que sumar
9. Los estudios recientes insisten en mostrar a la gue
que otros territorios volvieron a control
rra de las Comunidades como un espacio de reajuste
del rey tras procesos de disidenciadepo los conflictos de la sociedad y de su relación con el

lítica, o político-religiosa, mediantepoder


los politico y los repartos de gracias, v., entre otros,
P. Sánchez León, Absolutismo y Comunidad. Los
triunfos militares de los partidarios de
orígenes sociales de la guerra de los Comuneros
la estabilidad monárquica: Castilla trasen Castilla, Madrid, siglo XXI, 1998; F. Martínez Gil
(ed.). En torno o las Comunidades de Castilla: Actas del
Congreso Internacional "Poder, conflicto y revuelta en la
España de Carlos /", Cuenca, Universidad de Castilla-La
Schilling, El disciplinamiento social en la Edad Moderna:
Mancha, 2002; M. Diago Hernández, Transformaciones
propuesta de indagación interdisciplinar y comparativa,en las instituciones de gobierno local de las ciudades
J.l. Fortea, J.E. Gelabert, T.A. Mantecón (eds.), "Furor et
castellanas durante la revuelta comunera, Hispania, 63
Rabies. Violencia, conflicto y marginación en la Edad
(Madrid, 2003), ps. 623-656.
Moderna", Santander, Universidad de Cantabria, 2002,
10. V. Valles Borras, La Germania, Valencia, Institución
ps. 17-45); sino más bien, comprender que, cómo Alfonso el Magnánimo, 2000; P. Pérez García y J. Ca
muestran los análisis comparados entre la evolucióntaládeSanz, Epígonos del encubertismo. Procesos contra
la realeza de Isabel de Inglaterra y Enrique IV de Fran
los agermanados de 1541, Valencia, Generalitat Valen
cia (G. Sacerdoti, Sacrificio esovranitá. Teología e política
ciana, 2000; J.F. Pardo Molero, La defensa del imperio.
nell'Europa di Shakespeare e Bruno, Turin, Enaudi, 2002) Carlos V, Valencia y el Mediterráneo, Madrid, Sociedad
la apropiación de las formas religiosas y la sumisión
Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de
de las estructuras eclesiales fueron necesarias para el 11 y Carlos V, Colección Historia, 2001.
Felipe
refoTzamiento de la autoridad regia, proceso que yaJ.F. Pardo Molero, La Guerra de Espadón (1526).
11.
se había dado en la Peninsula Ibérica de manera tem Una cruzada en la Valencia del Renacimiento, Segorbe,
prana, aunque bien particular, para los reyes españolesAyuntamiento de Segorbe, 2001.
con la reforma religiosa de Cisneros y la formación de12. A. Domínguez Ortiz y B. Vincent, Historia de los mo
la Inquisición y que se reafirmaría con el estableciriscos, vida y tragedia de una minoría, Madrid, Revista
miento de los Habsburgo. de Occidente, 1978.

HAFO, 1,44,2010 21

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José Javier Ruiz Ibáñez / Caetano Sabatini

Así pues, la famosa tipología entre te o con los antiguos las prerrogativas que
rritorios hereditarios y territorios con aquellos les reconocían16.
quistados propuesta por el conde duque Hay que tener en cuenta que los proce
de Olivares a Felipe IV13 parece más ope sos de resolución de estos conflictos te

rativa desde la percepción de la propia nían muchos elementos parecidos, aun


política de la época, que valoraba como que se tratara de guerras intestinas u
más digna y libre la relación por la he ocupaciones. Vencer una guerra civil,
rencia que por conquista14, que desde la significaba también desarrollar las ló
realidad de una construcción socioad gicas de conquista, pero con el benefi
cio de contar con aliados bien definidos.
ministrativa y de la práctica del poder
político15. Había sido en los grandes
Encon
Nápoles durante el decenio que pre
cedió a la batalla del Garellano, finales
flictos que redeñnieron territorialmente
de 1503,
Europa entre 1477 y 1520 cuando, pese a el proyecto de hegemonía his
su carácter hereditario, los príncipes
pánica
de se apoyó en el temor de parte de
bieron negociar con sus súbditos nuevos
los barones y del patriciado urbano an
te del retorno de la dominación france
sa. Elydestino
13. J. Eiuorr y J. F. De la Peña (eds.), Memoriales político del reino se cerró
gracias
cortas del Conde Duque de Olivares, Madrid, Alfaguara, a las victorias de don Gonzalo
1978, vol 1, p. 93.
14. Lo que explica el desarrollo del esfuerzo Fernández
realiza de Córdoba, sostenidas por
la coincidencia
do con la construcción de discursos desde algunos de intereses con aquella
territorios ocupados militarmente para negarparte
la vali de la sociedad napolitana que con
dez jurídica de la ocupación como primer argumento
sideraba inevitable contar con un sólido
de soberanía y contraponerla a una incorporación en
derecho de la que la conquista sólo seria un apoyo
instru externo para oponerse a los fran
ceses y
mento; A. Floristán Imízcoz, Universalismo y naciona sus partidarios locales, y a las
lismo en la Monarquía de Felipe II. Dos reflexiones desde de los otomanos17. Dicho temor
acciones
Navarra en J. Martínez Millán (ed.), "Felipe 11 (1527
1598). Europa y la Monarquía Católica" (Madrid,
16. Desde luego no fue nada privativo de la Mo
Parteluz, 1998), 1/1, ps. 227-249; A. Floristán Imízcoz,
¿Conquista o Restauración? La incorporación de narquía
Navar Hispánica, baste con recordar la construc
ra a la Monarquía Española, "Hispania", 59 (Madrid,
ción política simultánea pero enfrentada del espacio
flamenco-picardo después de la batalla de Nancy;
1999), ps. 457-491; A. Floristán Imízcoz, Ex hostibus
ü. Potter, l/llar and Government in the French Provin
et in Höstes. La configuración de identidades colectivas
ces. Picardy 1470-1560, (Cambridge-New York-Oak
como confrontación múltiple: Navarra entre Sobarbe
y Cantabria, A. Alvarez - Ossorio y B. García Leigh,
GarcíaCambridge University Press, 1993), esp. cap. 1;
(eds.), "La Monarquía de las Naciones. Patria, M.
nación
Boone, La construction d'un républicanisme urbain.
y naturaleza en la Monarquía de España", Madrid,
Enjeux de la politique municipale dans les villes flaman
Fundación Carlos de Amberes, 2004, ps. 327-54,
des340,
au bas Moyen Age, D. Menjot y J.-L. Pinol (eds.),
nota 43. "Enjeux et expressions de la politique Municipale (Xlle
15. La identificación de la práctica de gobierno entre
XXe siéclesj. Actes de la 3e Table Ronde Internationale
ambos tipos de territorios es enunciada por Elliott,du Centre de Recherches Historiques sur la ville", (París,
Empires... cit, ps. 119-20, "Nominally, this MonarchyL'Harmattan, 1997), ps. 41-60; M. Boone y M. Prak,
consisted of realms and dominions of two types, thoseRulers, patricians and burghers: the Great and Little Tra
acquired by inherence and dynastic union, and those ditions of urban revolt in the Low Countries, K. Davids y
acquired by conquest... The second, as conquest terJ. Lucassen (eds.), "A Miracle Mirrored: The Dutch Repu
ritories, became subject to the laws of the conqueror.blic in European Perspective", (Cambridge, Cambridge
This at least, was the theory, although in practiceUniversity Press, 1995), ps. 99-134.
even kingdoms like Naples and Navarre which could17. G. Gaussso, Alia periferia dell'impero. II Regno di
be classified as 'conquered', tended to retain in large
Napoli nel periodo spagnolo (secoli XVI-XVII), Turin,
measure their customary forms of government". Enaudi, 1994, p. 64, nota 14, y 105; C.J. Hernán

22 HAFO. I. 44, 2010

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La construcción de la Monarquía Hispánica y e L USO DE LA VIOLENCIA

se reeditó con la invasión del reino en ron en las fuerzas reales de Farnesio la

1527 cuando las tropas de Francisco


opción
I para evitar la imposición de la
al mando de Odet de Foie, vizconde de Reforma por los agentes de los Estados.
Lautrec, volvieron a invadir el territorio, La victoria de los hombres del rey fue
por lo que es comprensible la participa mucho más que una mera victoria del
ción activa de los barones en la defen ejército de Flandes a un enemigo finan
sa del reino... y de los intereses de cieramente
Car más endeble. Desde media
los V18. La conquista de Navarra, apoya dos del siglo xvi las burguesías católicas
da en las banderías de beaumontesesdel y espacio urbano ubicado entre el Sena
agramonteses, muestra de forma similar y el Rin habían iniciado una importante
como la incorporación no obedecía sólo toma de conciencia contra la expansión,
a la fuerza militar, sino a la activación
cada vez más violenta, de la nueva reli
de aliados locales, como también suce gión en su ámbito. En un primer momen
dió en Portugal en 158019. Lo mismo se to la represión de la misma se delegó al
puede decir de la "Reconquista" de losmarco juridico-administrativo del poder
Países Bajos, donde las poblaciones ursoberano20; sin embargo, el hundimien
banas católicas, y no sólo sus elites, vie to del poder real, el desorden social y el
establecimiento más o menos militante
de la libertad de conciencia fueron vis
do Sánchez, El reino de Ñapóles en el Imperio de Carlos
V. La consolidación de la conquista, Madrid, Sociedad tos como una abierta amenaza por los
Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de seguidores de la vieja fe. El apoyo dado
Felipe 11 y Carlos V, Colección Historia, 2001; G. Ga
por los Estados a los calvinistas permitió
lassso y C.J. Hernando Sánchez (eds.), El reino de Ñapó
les y la Monarquía de España entre agregación y con que éstos pretendieran no sólo la liber
quista, 1485-1535, Madrid, Real Academia Española tad de culto, sino la hegemonía política,
en Roma, 2004.
lo que desencadenó a su vez un proceso
18. G. Sabatini, Le sentinelle della corona. Capitani
spagnoli ai confini settentrionali del regno di Napoli net de organización de las burguesías cató
Cinquecento, M. Rizzo y G. Mazzocchi (eds.), "La Es licas que por doquier se armaron, se en
pada y la pluma: il mondo militare nella Lombardia
frentaron a los protestantes, y lograron
espagnola cinquecentesca", (Viareggio-Lucca, Mauro
Baroni, 2000), ps. 55-84. acuerdos con el complaciente goberna
19. Floristán Imízcoz, "¿Conquista o restauración?"... dor general21.
cit; A. Floristán Imízcoz, Las incorporaciones de Navarra
y de Portugal a la Monarquía española y la posibilidad
irlandesa, E. García Hernán, M.A. de Bunes, 0. Recio 20. A. Goossens, Les Inquisitions modernes dans les
Morales y B. García García (eds.), "Irlanda y la Monar Poys-Bas Méridionaux, 1520-1633, Tome 1, La légis
quía Hispánica: Kinsale 1601-2001. Guerra, Política, lation, Bruselas, Llniversité de Bruxelles, 1997, caps.
exilio y Religión", (Madrid, CS1C, 2002), ps. 341-355;11 y 111.
Schadb, Le Portugal au temps ... cit; F. Bouza Alvarez, 21. Th. Wanegffelen, Entre concorde et intolérance;
Portugal no tempo dos Filipes. Política, Cultura, RepreAlexandre Farnése et la pacification des Pays-Bas, Th.
sentagoes (1580-1668), Lisboa, Cosmos, 2000. Muy Wanegeeeien, (ed.), "De Michel de l'Hospital á l'édit
útil y sugerente resulta el trabajo de P. Cardim, Políticade Nantes. Politique et religion face aux Églises",
e identidades corporativas no Portugal de D. Filipe I, I.A. (Aubenas d'Ardéche, Université de Clérmont-Ferrand,
Ouveira Ramos, J. Martins Ribeiro y A. Polonia (eds.), 2002), ps. 51-70; R. S. Duplessis, Lille and the Ducht
"Estudos em homenagem a Joäo Francisco Marques",Revolt. Urban stability in an Era of Revolution
Oporto, Universidade do Porto, 2002, ps. 277-306. 1500-1582, Cambridge, ambridge University Press,
Sobre Portugal v. también R. Valladares, La conquista1991, especialmente cap. 8 y conclusiones; J.J. Ruiz
de Lisboa: violencia militar y comunidad política en PorIbáñez, "Monarquía, guerra e individuo en la década
tugal, 1578-1583, Madrid, Maraal Pons, 2008. de 1590: El socorro de Lier de 1595", 157, "Hispania"

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José Javier Ruiz Ibáñez / Caetano Sabatini

Para explicar y hacer aceptable un clamación de liberación, restauración o


cambio tan radical como suponía una recuperación. Sin embargo, el recurso
conquista, los elementos culturales so confesional en tierras europeas se mos
bre los que se apoyaba habían de ser de tró de aplicación demasiado complicada
gran envergadura, de un plano superior, y, en general, fracasó a fines del siglo
es decir, contar con un sustrato religio xvi. La justificación religiosa parece que
so. Tres frentes de la Monarquía coin sólo funcionó adecuadamente en el Vie
cidieron en la identificación de su esta jo Continente cuando el rey contaba con
blecimiento con una guerra por la Reli otros derechos sobre ese mismo espacio.
gión y de una redención del pueblo: 1) la Se produjeran éstas en América, Áfri
conquista de las posesiones granadinas ca, el Pacífico o Europa, las ocupacio
y norteafricanas (y en parte filipinas), nes por la fe planteaban de principio una
que se realizó a partir de la proclama separación radical entre conquistador y
ción tradicional de ser una lucha contra conquistado, que podía ser interpretada
el infiel22, 2) la expansión americana demediante otro binomio mucho más útil
la Corona española que se terminó por para su justificación: la de liberador y
legitimar, tras dificultades que son bienliberado (del pecado). Esta acepción par
conocidas, bajo el discurso de la lucha ticular del hecho mismo de la conquista
por expandir la fe frente a los idólatras,reforzaba los lazos de dependencia en
y, 3) la represión de la rebelión de los tre el vencedor y el vencido al ubicar
Países Bajos tras 1580 presentada y con los en el espacio de la necesaria gratitud
cebida como la restauración de un orden del conquistado y de su menor dignidad
religioso que pasaba necesariamente por esencial, dado que había sido necesario
recuperar los lazos afectivos y políticos el uso positivo de la violencia y el sa
con el rey. crificio voluntario del conquistador que
Considerado un elemento de orden su debía ser remunerado. Tanto estas con

perior al político o jurídico, el recurso


quistas, como el resultado de las guerras
a la Religión como argumento de inter civiles implicó procesos sociales que re
vención y expansión era un mecanismo novaban la sociedad y reforzaban los la
zos de ésta con el poder regio.
de incorporación o disciplina territorial
especialmente potente. Al desconocer
Sociedad y monarquía
los derechos ordinarios a los poseedores
actuales del territorio, de golpe, esos esEs preciso adoptar un punto de vista
pacios se podían considerar una suerte global para comprender que las tomas de
de res nullius donde la Monarquía recla partido respecto a los invasiones o salidas
maba su implantación como instrumen de guerra civil procedieron de situaciones
to de asimilación a la Cristiandad a tra previas, que poco o nada tenían que ver
vés del ejercicio de la buena guerra. conLa un gran designio presentista y menos
aún con
conquista se convertía así en una pro el estado nación decimonónico.
Así, la colaboración de los tlaxcaltecas a
(Madrid, 1997), ps. 37-62. la derrota de los mexicas hay que inscri
22. B. Alonso Acero, Cisneros y la conquista española
del norte de África: cruzada, política y arte de la
birlo
guerra,
dentro de los conflictos que ambos
Madrid, Ministerio de Defensa, 2006. pueblos tenían por el control de la parte

24 HAFO. 1.44, 2010

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La construcción de la Monarquía Hispánica y e L USO DE LA VIOLENCIA

un conquistador que servía de vehículo


oriental del Altiplano Central23. En rea
lidad, la expedición de Cortés contó con
para la resolución de conflictos previos se
apoyos procedentes de diversos seño puede localizar en las otras experiencias
de conquista continental: en Guatemala
ríos, ya que diversos caciques de pueblos
tributarios, incluso de la propia Triple
por los conflictos entre Quichés y Cakchi
Alianza24, vieron la oportunidad tanto dequeles, en Yucatán por la participación de
liberarse de la dependencia hacia sus le los Pech y los Xiu26 y en el derrumbe del
janos señores, cuanto de permanecer en poder incaico por la alianza de los caña
una posición de preeminencia social en ris el con los españoles y el notable déficit
nuevo marco político. Una vez consolida de legitimidad del propio Atahualpa que
da la conquista, parte de los nobles y guela guerra civil contra su hermano había
rreros mexicas se amoldaron rápidamen desatado en el Tahuantinsuyo27.
te a la nueva situación, convirtiéndose en En diversos territorios que componían
instrumentos necesarios para mantener la Monarquía Hispánica, entonces, se
y ampliar el sistema territorial tributa habían dado dos fenómenos de natura
rio que había sostenido al esplendor de suleza diferente pero que compartían ele
estado, solo que ahora contribuiría a la mentos comunes. La redeñnición del po
construcción del reino de la Nueva Espa der de los reyes había significado la ne
ña25. Este proceso de toma de partido por cesidad de imponer la hegemonía políti
ca mediante la resolución de un conflic
to civil, mientras que la mera conquista
23. Ch. Gibson, Tlaxcala in the Sixteenth Century, New
implicó la activación de tensiones pre
Haven, Stanford University PTess, 1952, ps. 15-ss.
vias
24. F. de Alva Ixtlilxochitl, Historia de la noción chichi interpretadas bajo un nuevo mar
co analítico. En ambas circunstancias el
meca, G. Vázquez Chamorro (ed.) Madrid, Dastin, 2000,
p. 214.
25. Gruzinski, Les quatre parties... cit, p. 90. El pro
poder regio se construía al tiempo que
blemático desarrollo de los cacicazgos, de la evol la sociedad enfrentaba, coyunturalmen
ución de la elite y de su definición como nobleza te al menos, sus tensiones internas. Hay
se puede seguir en los trabajos clásicos de Gibson,
que ampliar la perspectiva y considerar
Tlaxcala ... cit; y J. Lockhart, The Nahuas after the
Conquest. A Social and Cultural History of the Indians
of Central Mexico, Sixteenth through Eighteenth centu 26. H. Kamen, Imperio. La forja de España como potencia
ries, Stanford, Stanford Universitu Press, 1992; más mundial, Madrid, Aguilar, 2003, p. 142.
recientemente M. Menegus Bornemman, El cacicazgo 27. Se puede seguir la crónica de P. Cieza de León,
en Nueva España, M. Menegus Bornemman y R. Aguirre Guerras civiles del Perú. I - Guerra de las Salinas, J. Sa
Salvador (eds.), "HI cacicazgo en Nueva España y Fi cho Rayón (ed.), Madrid, 1877; P. Cieza de León, Tercero
lipinas", (México, Plaza y Valdés, 2005), ps. 13-70; libro de la Guerras Civiles del Perú, el cual se llama la
N. Farris, Maya Society under Colonial Rule. The Col guerra e Quito, M. Serrano y Sanz (ed.), Madrid, 1909;
lective Entreprise of Survival, Princeton, Princeton P. Cieza de León, Crónica del Perú. Segunda parte, F.
University Press, 1984; S. Qlezada, Pueblos y caciques Cantú (ed.) Lima, 1985; P. Cieza de León, Crónica del
yucatecos, 1550-1580 (México, El Colegio de México, Perú. Tercera parte, F. Cantú (ed.), Lima, 1989; J. Loc
1993); S. Quezada, El cacique yucateco: un señorío sin khart, The men of Caja marca. A social and biographical
territorio, Menegus y Aguirre (eds.) "El cacicazgo"... study of the first Conquerors of Perú, Austin y LondTes,
cit, ps. 71-86; E. Pérez-Rocha y R. Tena, La nobleza University of Texas Press, 1972; F. Cantú, Pedro de
indígena del centro de México después de la Conquista, Cieza de León e il Descubrimiento y conquista del Perú,
México, 1NAH, 2000; Rodrigo Martínez Baracs, Convi Roma, Istituto Storico Italiano per l'Etá Moderna e
vencia y utopia. El gobierno indio y español de la ciudad Contemporánea, 1979; F. Cantú, Coscienza d'America.
de Mechuacan. 1521-1580, México, 1NAH, Fondo de Cronache di una memoria impossible, Roma, Eclizioni
Cultura Económica, 2005. Associate, 2001, ps. 69-110.

HAFO. I, 44. 2010 25

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José Javier Ruiz Ibáñez / Caetano Sabatini

que la conquista o la sumisión tras una liados a la sombra de las conquistas-su


rebelión eran algo, en realidad mucho, misiones se consolidaran era preciso que
más que una simple resolución de estos fueran reconocidos por el soberano, no
conflictos previos. Había algo de eso y como cambios sino como permanencias.
no se puede negar que la guerra de las Esto reforzaba el principio de fidelidad
Comunidades fue la victoria de la mino al príncipe, un elemento central en el
entramado político-jurídico moderno29.
ría hidalga sobre la mayoría pechera28, la
Reconquista de los Países Bajos el triun Su capacidad de reconocer, confirmar o
fo de la nobleza y la vieja oligarquía muconceder estatus conformaba y ampliaba
nicipal sobre el artesanado o la de Te la base social que reproducía (o simple
nochitlán la revancha de los tlaxcalte mente, producía) su dominación. El mo
cas sobre sus enemigos mexicas. Esto mento
es de conquista-represión se cons
tituía en un lapso fundacional para la
cierto, pero ahí no se agota la reflexión,
ya que el juego político iba a hacer autoridad
algo regia. Durante un tiempo muy
más que reordenar una serie de elemen limitado el soberano, o su representante,
tos preexistentes. debía proclamar (ex novo o confirman
do) los estatus sociales de los protago
Es preciso evitar un análisis que vacíe
de contenido y consecuencias sociales nistas.
al Estar bien situado respecto al po
propio hecho violento y a sus posterida der regio, se traducía en que dicha pro
des. Sabemos bien como los discursos de clamación fuera positiva. Por supuesto,
continuidad social, construidos después una toma de posición implicaba asumir
de los procesos violentos, formaban par riesgos evidentes al ligar el propio futu
ro al éxito de las empresas de la Monar
te de la propia cultura política de la épo
ca que daba un enorme valor a la tradi quía Hispánica en un espacio tan aza
ción. Las transformaciones efectivas en roso como el de la conflictividad políti
el reparto social del poder y su represenca violenta. El resultado no era siempre
tación son elementos indisociables,fructuoso,
pe como lo aprendieron quienes
ro no necesariamente simétricos como apoyaron la política intervencionista de
fuente histórica, y como tal deberían serla Monarquía Hispánica y tuvieron que
considerados. En realidad, todo desarro ir a los diversos exilios que acogió ésta
llo político generaba vencedores y ven a lo largo y ancho de su territorio desde
cidos en todos los niveles sociales. Fren finales del siglo xvi30.
te a una imagen estática hay que con
siderar a las sociedades como entidades 29. J. H. Shennan, The origins of the modern European
state, 1450-1725, Londres, Hutchinson, 1974, ps. 35
vivas, dotadas de una notable capacidad
37 y 99-100; J. A. Fernandez Santamaría, The State, War
de adaptación y de metabolización tanto
and Peace, Cambridge, Cambridge University Press,
político-administrativo cuanto cultural.
1977, ps. 69 y 104-110; P. Goubert, L'Ancien Régime,
vol. 1, Lasociété et l'état, Paris, Seuil, 1986 [1969], vol.
Pero para que dichos cambios desarro
1, 353-55; J.A. Maravall, Estado moderno y mentalidad
social. Siglos XVa XVII, Madrid, 1986, p. 81; Hespanha,
28. Esta imagen es la que matiza J.l. Fortea Pérez, Vísperas...
Los cit;A.M. Hespanha, La economía de la Gracia,
"La Gracia del Derecho: economía de la cultura en la
abusos del poder: el común y el gobierno de las ciudades
en Castilla tras la rebelión de las Comunidades, Fortea,
Edad Moderna", (Madrid, CECP, 1993), ps. 151-176.
Geubert y Mantecón (eds.), "Furor et Rabies..." cit.,30.
ps. No existe un texto global que analice la Monar
183-2)8, esp. 190 y 194. quía Hispánica como espacio de recepción de refu

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La construcción de la Monarquía Hispánica y e . USO DE LA VIOLENCIA

Era un mecanismo de construcción so incas, y los principales uacúsechas o yu


cial, de naturaleza confirmativa o afir
catecos34 e incluso filipinos35.
mativa, a través de la que el soberano yDe esta forma, se estaba construyendo
una dominación muy compleja fundada
sus agentes a la vez forjaban la clientela
sobre una amplia base social que se ver
de la Monarquía y ligaban la legitimidad
de ésta al orden social resultado de la tebraba mediante el reconocimiento de
violencia. La existencia de un rey-juez
estatus desiguales dentro de un nuevo
convertía a los lazos con el soberano en
modelo cultural y religioso que hacia un
imprescindibles para aquellos gruposespecial
e hincapié en el orden y que re
individuos que quisieran conservarcorría
o toda la pirámide social y se ex
pandía mucho más allá de la mera élite.
adquirir una posición de poder. No hay
que olvidar que en un gran número Las
de castas, la limpieza de sangre, los sis
casos dichos pactos tenían un carácter
temas de herencia, las jerarquías intra
familiares, el acceso a la vecindad, a los
positivo en forma de confirmación-don
oficios o a la naturalización... todo de
de privilegios, oficios o simplemente
perdones y proclamación de olvido; finía
to a la persona y todo se veía condi
cionado por nuevo paradigma sociopo
do lo cual constituía la recompensa tan
lítico, así que reclamar un estatuto co
gible de los nuevos/recuperados agentes
del rey. La casuística es muy amplia,mo
pe propio, era reivindicar ser defensor
ro se puede recordar varios ejemplos:dela la legitimidad del esa dominación, y
en consecuencia, del carácter natural de
nobleza nazarí que apostó por colaborar
o rendirse a los Reyes Católicos31; loslacaMonarquía. La consecuencia era cla
ciques del Altiplano Central mexicano ra, al hacer depender toda situación de
autoridad y privilegio de la existencia
confirmados por Cortés en una fecha tan
de la propia Monarquía, convertía a to
temprana como 152032, los notables cató
da relación de poder legítimo en acción
licos que recibieron de Farnesio seguri
dades sobre su posición preeminente,expresiva
los de su orden, aunque éste fue
barones napolitanos que se mantuvie ra entendido de manera diversa por cada
ron fieles y se vieron reafirmados en sus uno de los agentes implicados.
posiciones por los españoles; los patri Hay que evitar las interpretaciones
cios castellanos, valencianos y aragone mecánicas de estos momentos. La sitúa
ses que vieron reafirmada su posición de
élite urbana tras las Comunidades33, las 34. V. bibliografía contenida en la nota 25, además
Germanías y las Alteraciones de 1591, de de ü. T. Garrett, Shadows of Empire: The Indian Nobility
of Cusco, 1750-1825, New York, Cambridge University
forma parecida que la nobleza txalcal
Press, 2005. Las mismas apelaciones de la nobleza
teca o los caciques mexicas, los curacas indígena a los soberanos muestran su inserción den
tro del sistema de gracias regias y su intento de pa
giados políticos; v. la introducción de R. Descimon y J. liar las consecuencias que implicaba la competición
J. Ruiz Ibáñez, Les Hgueurs de l'exil: le refuge catholique social con los conquistadores; las argumentaciones
frangais aprés 1594, Seyssel, Champ Vallon, 2005. aparecen recogidas en E. Pérez-Rocha y Rafael Tena,
31. M. A. Ladero Quesada, Las guerras de Granada en el La nobleza indígena del centro de México después de la
siglo XV, Barcelona, Ariel, 2002, p. 175. Conquista, México, Ariel, 2000.
32. H. Thomas, La Conquista de México, Barcelona, Pla 35. P. Hidalgo Nuchera, Encomienda, tributo y trabajo
neta. 1994, p. 495 en Filipinas (1570-1608), Madrid, Universidad Autóno
33. Fortea Pérez, Los abusos ... cit.. ma de Madrid, 1995, ps. 210.

HAFO. 1.44, 2010 27

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José Javier Ruiz Ibáñez / Caetano Sabatini

ción de conflicto había erosionado las


cique podía seguir siéndolo, pero por en
cimaode él se colocaría la administración
propias elites locales sumiéndolas en,
haciendo florecer, duros enfrentamienreal y lo mismo sucedería con respecto a
tos internos que no tenían que responsu posición castiza.
der necesariamente a una especializa Sería en el momento de la postcon
ción familiar. Más bien se trataba de la
quista, o la resaca de la guerra civil,
activación de una competición despia cuando los agentes sociales se hicieran
dada dentro del propio seno ciánico plenamente
por conscientes de los resulta
dos de las opciones tomadas. Los meca
apropiarse de la hegemonía social: indi
viduos que luchan contra personas par nismos de conflicto, cohesión y compe
ticulares a quienes quieren excluir portición social seguían activos y permiti
intereses propios, individuos cuyarían ac la "recuperación" dentro del grupo
ción poco a poco o de forma violentapoderoso
de de sujetos que no se habían se
fine las fronteras de la comunidad y ñalado
cla particularmente en la conquista
rifica las opciones de su jerarquía36. oNo
la expulsión del mismo de personajes
hay que olvidar que la toma de posiciónque no se lograban adaptar a los nue
política es en parte una acción positi vos tiempos, resultaban socialmente in
va personal que se apoya en la existen deseables o que habían perdido su efi
cia de estatus que se busca sea recono ciencia política. Más que participar ac
cido. Este posicionamiento positivo no tivamente en la construcción de la he

era, por tanto, un proceso de negación gemonía militar de la Monarquía, lo que


de las propias concepciones previasahora de se requería de sus agentes era una
los conquistados, sino una compleja re transformación identitaria, mediante la
interpretación de una identidad social y
apropiación de los reasgos de concepción
personal a la que se había añadido aho
religiosa, social, institucional y política
que la Monarquía asumía no ya como
ra un nuevo elemento, la lealtad al rey
normales,
católico como expresión de la lealtad a sino como necesarios. Cuanto
antes se dominara estos instrumentos,
Dios. Desde luego, no tenía que tratarse
de opciones plenamente conscientes antes
ni se les podría hacer jugar a favor
en su formulación, ni en la aceptaciónpropio garantizando la perpetuación del
previa de sus consecuencias. La naturaéxito social.

leza, en parte individual y táctica, de es


Cambio versus continuidad.
ta toma de posición política funcionaría
como un elemento de discriminación so Cambio y continuidad.
cial hacia el futuro, ya que en todos los Las sociedades que se adaptaban en
ejemplos evocados es necesario conside tre intensos conflictos a la nueva reali
rar la existencia de fenómenos de fuerte dad sociopolítica, vieron como los efec
movilidad social. En todo caso, ésta se tos de la soberanía regía no se detenían
realizó bajo formas y mecanismos reco en la conquista o en aplastamiento de la
nocibles, pero con innovaciones igual guerra civil. Su elemento más tangible
mente importantes, un échevin o un ca fueron las demandas que el rey hizo a
sus súbditos: ante ellas era preciso tam
36. Herzog, Defining Nations... cit, ps. 17-42. bién tomar partido, definirse y actuar.

28 HAFO, I. 44. 2010

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La construcción de la Monarquía Hispánica y ei USO DE LA VIOLENCIA

la deuda pública de los nobles, banque


La organización fiscal es, consecuente
mente, una faceta clave a través de la ros, mecaderes, cuerpos intermediarios,
cual se puede comprender el grado de conventos y particulares, se expandió el
redefinición de una sociedad, una vez grupo social que unía su posición a la
ultimada la fase de incorporación. Tras perpetuación del poder regio, reforzan
la conquista-sumisión las sociedades si do los vínculos simbióticos entre poder
guieron en transformación y adaptación local y soberano con el fin común de la
pero bajo la sombra del hecho fundacio estabilidad política y social42.
nal, esto sustentaba la contradicción, Si la conquista-sumisión y la posterior
sólo teórica, entre una afirmación cul gestión de la dominación política im
tural de estabilidad y la necesaria mo plicaba cambios, la imagen que se suele
vilidad que alimentaba la solidez de la reproducir en la historiografía es la de
dominación política37. Los lazos entre un continuidad. Esta percepción parte de la
soberano justiciero se aceleraban por la apropiación, generalmente inconsciente
naturaleza del príncipe como garante y por parte de los historiadores, en los di
destinatario de las tasas necesarias para scursos sobre el funcionamiento de esas
cumplir su función soberana38. El recur sociedades, que ellas mismas han legado.
so al impuesto y a la deuda pública con Bien sean jurídicos, genealógicos, insti
solidaba39 y extendía40 los apoyos políti tucionales o corporativos, éstos se basan
cos, así como la participación, no exenta en los principios de orden y continuidad
de resignificación, de los aliados del rey como expresión de su carácter armonio
en la propia gestión de la Monarquía41. A so y estático. La consecuencia es la ne
través de la irrupción en el mercado de gación de las tensiones y de sus efectos
transformadoras, o, lo que es incluso pe
37. Sobre la estabilidad política en los territorios de la or, la reducción del análisis del conflic
Monarquía Hispánica, v. X. Gil Pujol, Más sobre los re
to político dentro de ese marco formal o
vueltas y revoluciones del siglo XVII y sobre su ausencia,
Q. Parker (ed.), La crisis de la Monarquía de Felipe IV, institucional, lo que da lugar a una his
(Barcelona, Critica-Instituto Universitario Simancas, toria social de los fenómenos de desor
2006), ps. 351-392. den notablemente lineal basada en bino
38. A. Domínguez Ortiz, El Antiguo Régimen, Madrid,
Alianza, 1988, p. 102; H. Koenisberger, The Habsburgs mios tales como elite v. pueblo, hidal
and Europe, Londres, Cornell University Press, 1972, gos v. pecheros o indígenas v. españoles.
p. 81.
39. B. Hernández, Fiscalidad de reinos y deuda pública
en la Monarquía hispánica del siglo XVI, CÓTdoba, Uni
versidad de Córdoba, 2002; G. Sabatini, II debito pub 42. L. De Rosa, Immobility and Change in Public Finance
blico degli Stati regionali italiani in etá moderna nella in the Kingdom of Naples, J 649-1806, The Journal of
piú recente storiografia, "Rivista di Storia fmanziaria" European Economic History, 27 ( Roma, 1998), ps.
6 (Milán, 2003), ps.79-128. 1-28; G. Sabatini, Fiscalité des villes, argent du roí. Les
40. Por supuesto, la compra de deuda implicaba una finances urbaines dans le royaume de Naples ó l'époque
notable dinámica social, ya que parte de los adqui moderne, "b'ame. Bulletin du Centre d'Histoire Mo
rientes procedían de capas adineradas que iban a derne et Contemporaine de l'Europe Méditérranéenne
utilizar la posesión de rentas reales como argumento et des ses Péripheries", 8 (Montpellier, 2001), ps. 101 -
para justificar sus proyectos de ascenso estamental o 115; G. Sabatini, Entre Hacienda Real y poderes locales:
de incorporación a la élite; cf. F. Pioia Caseuj (ed.), los intentos de reformar las finanzas municipales del
Government Debts and Financial Markets in Europe, reino de Nápoles en los siglos XVI y XVII, "Studia Histó
Londres, Pickering Et Chatto, 2008. rica - Historia Moderna", 27 (Salamanca, 2005), ps.
41. Sabatini, II debito pubblico... cit., esp. ps. 91-96. 223-239.

HAFO.1.44.2010 29

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Por supuesto, dichas categorías mentales controlaban los medios socio-institucio

eran operativas y constituían una de las nales en el que se basaba podían afirmar
múltiples lógicas que la persona podía que ambos estaban relacionados y que la
movilizar a la hora de posicionarse o in conquista o la guerra civil no era sino
tegrarse en un proceso conflictivo, pero un medio de superposición política so
no era la única y se puede cuestionar has bre una base social estable, sino inmuta
ta qué punto era la preponderante. ble. Así pues, los patricios castellanos, la
Por el contrario, hay que considerar elite brabanzona, la nobleza napolitana,
que dichos discursos obedecían a pro los caciques mexicas o oaxaqueños, los
yectos sociales plenamente operativos y señores de Tlaxcala o los veinticuatros
contingentes, en lugar de a descripciones de Granada, podían proclamar tener una
estáticas. Es ahí dónde la asunción de la posición aristocrática'14. Una mirada inte
evolución del tiempo como un elemento resada del pasado hacía que el conflicto
probatorio de los estatus sociales, el va
social inherente al político se redujera a
lor de tradición y continuidad, ocupaba
un espacio que podía ser definido como la
una plaza a todas luces decisiva en la
acción desordenada del pueblo que actua
conformación de esos discursos identi
ba desde la locura o la ambición perso
tarios públicos de los grupos poderosos,
nal. La élite, al proclamar insistentemen
o simplemente, de los partidarios detelasu continuidad esencial, se presentaba
perpetuación del orden. Es significativo
y se definía, en tanto que maior et sanior
que la producción historiográfica sobre
pars, como un elemento moderador que
las sociedades de la Monarquía Hispá reconducía mediante su pacto fundacio
nica se consolide como género literario nal o neofundacional con la Monarquía
en momentos de relativo equilibrio al poconjunto del pueblo a un espacio de
lítico, generalmente tras los periodosdominación
de normal en el que su relación
adaptación que siguieron a la conquista con Dios y el rey estaba garantizada por
o a los grandes procesos de venalidad43. la función rectora de los poderosos.
Este equilibrio no era sino el resultado deEsta construcción ideológica necesitaba
la conflictividad que había implicadoproclamar
la la continuidad, algo que cho
nueva distribución social del poder pro caba lógicamente con una sociedad viva
ducto de la conquista-sumisión. Una por vez sus propias pulsiones y por las inje
asentado el orden monárquico quienes rencias que la política financiera y de re
parto de gracias de la Monarquía. La eli
te no podía reconstruir continuamente su
43. Richard L. Kagan, La corografía en la España
Moderna, "Studia Histórica - Historia Moderna",
44. La extensa bibliografía sobre elites castellana
13 (Salamanca, 1993), ps. 47-66; J. Arrieta Aiberdi,
aparece recogida en Bartolomé Yun Casalilla, Mal
Las formas de vinculación a la Monarquía y de relación
avenidos, pero juntos. Corona y Oligarquías urbanas en
entre sus reinos y coronas en la España de los Austrias.
Castilla en el siglo XVI, "Vivir el Siglo de Oro. Poder,
Perspectivas de análisis, Alvarez Ossorio y García García
(ed.), "La Monarquía de las Naciones...." cit., ps. cultura
303 e historia en la época moderna. Estudios en
327 - muestra como precisamente en los momentos homenaje al profesor Ángel Rodriguez Sánchez",
posteriores a los procesos de incorporación/sumisión(Salamanca, Universidad de Salamanca, 2003), ps.
se desarrolla una amplia reflexión juridico-política62-76, A. Marcos Martin, Poder real, poderes locales y
sobre la esencia misma de la relación histórica y ad
oligarquías urbanas en Castilla durante los siglos XVI y
ministrativa entre los territorios y su señor. XVII, Cherion, 21, (Milán, 2004), ps. 23-46.

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La construcción de la Monarquía Hispánica y e L USO DE LA VIOLENCIA

cas ya conocidas. El carácter claramen


discurso, lo que le habría restado credibi
te innovador de la concepción de realeza
lidad hacia sus propios ojos, pero sí podía
asumir dentro de su marco un cierto ni y la inestabilidad que significaba el uso
vel de desorden, que fue condenado, ergode la violencia determinaron un cuadro
identificado, por gran parte de la literaimperativo de toma de opciones políti
cas al que pocos podían escapar. Estas
tura política del siglo xvii. Las nuevas fa
milias que se incorporaron buscaron en opciones en sí mismas suponían una re
troncar su genealogía con las definidas volución para los contextos locales, pe
en ese marco y adaptar su propio discur ro partiendo lógicamente de ellos y, sig
so de incorporación a las simbologías enificativamente, proclamaban su propia
instituciones en él plasmadas y desarrol continuidad. El parecido aparente de los
ladas posteriormente. Cada nueva genecomportamientos procede del carácter
ración se apropiaba de esta imagen reu más o menos unitario del modelo victo

tilizándola, reinterpretándola e incorpo rioso a través del cual los diversos agen
rando los elementos novedosos que traía tes reinterpretaron su acción y su posi
ción en el orden naciente.
la política regia, el influjo de la cultura
occidental y de la práctica local45. Por supuesto, cada sociedad local es
taba sometida a sus propias tensiones y
Conclusiones tenía una capacidad de adaptación dife
rente, por lo que los resultados no tuvie
El recorrido por los diversos territorios
de la Monarquía Hispánica muestraron co que ser homogéneos en la práctica.
mo su construcción y desarrollo no sólo Al establecerse la Monarquía de forma
se basó en el azar dinástico, las políticas
violenta, su propio origen nacía con una
enorme
curiales o en los juegos de equilibrios tensión social en un momento de
geopolíticos dados en Europa y Améri competición social notablemente flexi
ca. El establecimiento de la Monarquía, vo. Dichos procesos podían prolongarse
tras un periodo enormemente conflicti en el tiempo y, desde luego, las opcio
vo (una conquista o una guerra civil), nes tomadas en un primer momento no
fue el momento de su propia definición determinaban la ubicación particular en
y sirvió como vía de superación de ten la estructura social, ya que se hacía ne
siones tanto estructurales como coyun cesaria una gran capacidad adaptativa
turales de las sociedades que abarcaría. a los cambios que la nueva dominación
La Monarquía era a la vez algo tradi iba a experimentar. Lo que resultaría
cional y algo radicalmente nuevo, una realmente decisivo sería la apropiación
suerte de tertium quid que construía uncolectiva del momento fundacional, y no
escenario diferente a las opciones políti tanto de su evolución ulterior, como el
marco de definición de normalidad polí
tica y de proyección social.
45. Las ideas de la movilidad dentro de un marco ju
rídico inmóvil han estado presente en muchos de los Si la Monarquía Hispánica se definió
trabajos sobre oligarquías realizados en la década de a través de la violencia, desde luego esto
1990; baste recordar aquí E. Soria Mesa, El cambio in
fue posible por la implicación de muchos
móvil. Transformaciones y permanencias de una élite de
poder. Córdoba, siglos XVI-XIX, Córdoba, Ayuntamiento actores sociales y políticos en dicha ac
de Córdoba, 2000. ción. La unión indisoluble entre ésta y

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Jose Javier Ruiz Ibáñez / Caetano Sabatini

aquéllos explica en gran medida la es poder adaptarse a las evoluciones poste


tabilidad política que este tipo de socie riores era necesario una capitalización
dades experimentaron posteriormente. activa mediante el uso de la gracia, el
Ello se debía a la apropiación del mar patronazgo, la deuda pública y la vena
co ideológico de un catolicismo militante lidad. No es casual que tanto el inicio
que permitió considerar la nueva situa de la guerra de las Comunidades como
ción como estado de normalidad y a la la rebelión de Flandes sumaran a otros
reordenación de la sociedad que implica factores el del colapso del ejercicio de la
ba la identificación entre orden político e gracia regia. En caso contrario se per
identidad personal. El resultado fue una mitió realimentar la simbiosis entre so
reordenación del conjunto de unas socie ciedad y Monarquía y garantizó una es
dades donde quienes se auto-excluyeron tabilidad que aún sorprende a los his
dejaron nichos ecológicos que fueron rá toriadores, una estabilidad que debe ser
pidamente ocupados por recién llegados comprendida desde el análisis global de
que no dudaban en proclamar disponer las realidades locales, de sus posibilida
de estas posiciones por tradición. La so des, de las esperanzas, sueños y renco
lidez del sistema hizo que cualquier ex res que su existencia abrió. Comprender
pectativa social de movilidad pasara por estos procesos es comprender la Monar
los cuadros simbólicos y administrativos quía, ya que no hubo pacto fundacional
así construidos y, en consecuencia, por entre ella y sus elites, sino que éstas y
la paradójica negación de cualquier mo aquélla se construyeron mutuamente en
vilidad. Visto de esta forma, la estabili una dinámica muy compleja resultado
dad de la Monarquía Hispánica es el re del conflicto armado, dando lugar a una
sultado del éxito de un entorno político, realidad política estable y con suficiente
administrativo y cultural que podía asu capacidad de adaptación para sobrevivir
mir, al precio de negarlas, las contradic dos siglos.
ciones entre práctica y discurso.
El momento central, el de la conquis Recibido: 19 de febrero de 2010

ta, sentaba unas bases claras, pero para Aceptado: 8 de octubre de 2010

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