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Cuando al cabo de algunos días de desarrollo los huevos hacen eclosión, aparecen
las larvas, que en un primer período se alimentan todavía de las reservas alimenticias
contenidas en el huevo (el saco vitelino) mientras se va completando el desarrollo que
prepara al organismo para vivir libremente. Cuando se agota el vitelo, la larva tiene
que empezar a alimentarse del medio, debe aprender a cazar y seleccionar presas.
Huevos y larvas tienen vida pelágica, viven entre aguas, en ambientes que pueden ser
muy diferentes de los de sus progenitores. En este momento la larva puede tener entre
uno y tres milímetros, dependiendo de la especie. Todavía es transparente pero
empieza a pigmentarse y sufre cambios morfológicos de forma que cada vez se
parece más al adulto, a este periodo se le denomina metamorfosis o fase crítica.
Más tarde, el pequeño individuo ya tiene aspecto de adulto y se incorpora al ambiente
en que viven sus progenitores. Si se trata de un organismo demersal (merluza,
salmonete, etc.) esto significa pasar de la vida pelágica que ha tenido hasta ahora, a
vivir cerca del fondo. Este proceso, es decir, la incorporación de los individuos jóvenes
al stock adulto, se denomina reclutamiento y se trata de un concepto fundamental en
el estudio de las comunidades explotadas.
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Irazola, Lucchetti, Lleonart, Ocaña, Tapia y Tudela. 1996. La Pesca en el Siglo XXI: propuestas para una gestión
pesquera racional en Catalunya. CCOO-CEPROM-FORCEM.
Supongamos que una anchoa hembra adulta (digamos de un año de edad) pone un
millón de huevos por temporada, si sobrevivieran todos tendríamos que cada año el
número de individuos se multiplicaría por medio millón (suponemos que hay tantos
machos como hembras). Unos pocos años bastarían para que las anchoas no
cupieran en el mar. Para mantener la población constante, del millón de huevos deben
llegar a adulto dos: un macho y una hembra. Esto significa que en un año deben morir
el 99.9998% de los huevos. Es fácil ver que pequeñas diferencias en las mortalidades,
por ejemplo un año bueno en alimento, o un año en que los predadores sean
particularmente abundantes, el reclutamiento puede variar enormemente.
Sin embargo hay situaciones en que sí podemos decir algo más. Obviamente la
relación entre stock y reclutamiento está determinada en el punto trivial: si no hay
stock no hay reclutamento. Asimismo si el stock es muy pequeño uno o dos
reclutamientos malos pueden colapsarlo. Esto significa que cuando el stock es
pequeño existe un gran peligro de colapso debido al fracaso del reclutamiento, fracaso
muy poco probable en stocks grandes. La situación en que la sobrepesca ha reducido
el stock parental hasta tal punto que pone en peligro el reclutamiento se conoce como
sobrepesca de reclutamiento, y es un fenómeno conocido que ha ocurrido en
diversas ocasiones.
En todo caso es relativamente fácil medir tamaños, ya sean tallas o pesos. Pero medir
edades, la otra componente del crecimiento, es mucho más difícil. Entre los varios
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métodos que existen hay dos que se emplean con frecuencia. Uno de ellos es el de las
estructuras duras: escamas, vértebras, pero sobretodo otolitos. Los otolitos son unas
pequeñas piedras de carbonato cálcico que los peces tienen en el oído interno, son
bien conocidos y según la tradición popular se ve una imagen, generalmente de la
virgen, si se les observa a contraluz. Debido a los cambios de temperatura en las
estaciones a lo largo del año, el ritmo de crecimiento también cambia, estos cambios
se reflejan en el crecimiento de las estructuras duras en forma de anillos, de manera
homóloga a los anillos de crecimiento de los árboles. Estos anillos anuales de
crecimiento son observables, con los métodos adecuados, en forma de bandas claras
y oscuras (es por este motivo que se ven las "vírgenes"). Así se determina la edad y
se relaciona con la talla, previamente medida, del animal al que se ha extraído el
otolito. Este método no es aplicable a los animales que no tienen estructuras duras
permanentes, como crustáceos (que mudan), o pulpos.
El otro método que permite relacionar tallas y edades consiste en seguir el grupo de
nacidos en una estación de reproducción. Debido a la estacionalidad de la
reproducción, los individuos nacidos en una temporada, tienen tallas parecidas entre
ellos, pero menores de los nacidos el año anterior y mayores de los del año siguiente.
Al grupo de individuos nacidos en una temporada se le denomina cohorte. En las
capturas comerciales es posible observar distintas abundancias de tallas
corresponedientes a distintas cohortes. De esta manera es posible establecer
relaciones entre tallas y edades.
Y mueren. Hay muchas causas por las que los individuos mueren. A efectos prácticos
las dividiremos en dos grupos: las causas naturales (depredadores, enfermedades,
hambre, etc.) y las que tienen su origen en la pesca, y las denominaremos mortalidad
natural y mortalidad por pesca respectivamente. El conjunto de ambas es la
mortalidad total. Desde el punto de vista del organismo, o de la población, es
indiferente si el predador causante de la muerte es un pez o una red, pero desde
nuestro punto de vista esta distinción es importante por dos motivos, en primer lugar
podemos medir y modificar la intensidad de la mortalidad causada por la pesca y en
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segundo lugar podemos conocer el número de individuos que mueren por esta causa.
Ninguna de ambas cosas es posible con la mortalidad natural.
La mortalidad causada por la pesca puede ser, pues, estudiada con mucho detalle.
Hay, por lo menos dos componentes independientes que son muy importantes: el
esfuerzo y la selectividad. El esfuerzo de pesca representa la energía que el
pescador invierte en pescar, por ejemplo se pueden emplear como medidas de
esfuerzo de una flota el combustible consumido, el número de días de pesca de esta
flota, etc. Para los palangres se debe emplear el número de anzuelos y para las redes
la longitud de las piezas que se calan, todo ello multiplicado por el tiempo de trabajo.
En el caso del arte de cerco se debe emplear el tiempo de búsqueda y concentración
de cardúmenes. En cualquier caso no se debe emplear el tiempo de navegación. La
selectividad es la propiedad que tienen los artes de pesca de causar distinta
mortalidad a distintas especies o a distintas fracciones de la población de una especie.
Así por ejemplo, un palangre merlucero pesca ejemplares la mayoría de los cuales son
superiores a los 40 cm de talla, no afectando a los ejemplares inferiores. Por el
contrario el arrastre pesca pocas merluzas superiores a estos 40 cm mencionados. La
selectividad de estos dos artes es distinta.
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Dado que el hombre puede controlar tanto esfuerzo como selectividad, dicho control
es empleado como herramienta de gestión.
Cohorte virgen
Cohorte explotada
Edad
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Es trivial decir que si no hay esfuerzo de pesca no hay captura. Pero si el esfuerzo de
pesca es muy excesivo, puede ocurrir el mismo resultado, ha sido pescado todo el
recurso y el rendimiento es cero. Entre ambos límites hay un espacio en que el
rendimento es "bueno". La curva de rendimiento tiene más o menos forma de cúpula
con un máximo, conocido como rendimiento máximo sostenible (MSY, por que se
emplea el acrónimo inglés), que corresponde al esfuerzo óptimo. El MSY no puede ser
superado a largo plazo, es decir de forma sostenible, y significa un límite impuesto por
la naturaleza a la explotación pesquera. Si el esfuerzo es inferior al óptimo, el
rendimiento será menor y diremos que la pesquería está subexplotada, y que
incrementando el esfuerzo se aumentaría el rendimiento. Si el esfuerzo es mayor al
óptimo se obtiene un rendimiento menor que el máximo y diremos que la pesquería
está sobreexplotada, lo que significa que disminuyendo el esfuerzo se obtendría un
mayor rendimiento.
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Hasta aquí se ha visto la relación entre captura y esfuerzo. También podemos hacer
un análisis parecido con la selectividad. Según cual sea la fracción de tallas (o edades)
capturadas, la curva de rendimiento cambia. Si, por ejemplo, capturamos animales
muy grandes, por mucho que aumentemos el esfuerzo no podremos extinguir la
población ya que los animales entraran en la medida pescable cuando hayan realizado
varias puestas y cuando su crecimiento ya sea muy pequeño. Por el contrario, si
empezamos a capturar los individuos muy pequeños, habrá un esfuerzo óptimo, a
partir del cual el rendimiento disminuirá. Si nuestra pesquería está en este caso, a la
derecha del máximo, existe la llamada sobrepesca de crecimiento, lo que significa
que el recurso rendiría más si dejáramos crecer los individuos.
Rendimiento por recluta
A
C
Esfuerzo de pesca
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D
recta de corto plazo
C
MSY
Rendimiento
por recluta
E
TAC
B
E(MSY) E actual
Esfuerzo
Figura 4. Representación del comportamiento de una pesquería a corto plazo. Supóngase que
nos encontramos en el punto A, es decir en una situación de equilibrio con sobrepesca de
crecimiento. La recta ascendiente describe la captura que obtendremos a corto plazo. Para
alcanzar el MSY se debería disminuir el esfuerzo desde su valor actual a E(MSY), aunque a
corto plazo la captura sería muy inferior de la que se espera obtener a largo plazo. Una vez
llegados a B, si mantuviéramos el esfuerzo, la captura iría aumentando año tras año hasta
alcanzar el nivel de MSY en C. (Otra manera de llegar a B es imponiendo el TAC
correspondiente). Por el contrario, si duplicamos el esfuerzo, a corto plazo obtendremos un
rendimiento también doblado (punto D), que incluso puede ser superior al MSY, sin embargo, si
mantenemos este esfuerzo, el rendimiento no se mantendrá sino que empezará a descender
hasta alcanzar el equilibrio en E.
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3.4. Evaluación
Una vez conocida la situación real de una pesquería y los parámetros que gobiernan
su dinámica, es fácil afirmar cosas sobre su comportamiento. Por ejemplo, se puede
contestar a la pregunta, tantas veces formulada, de qué es peor, pescar las crías o las
madres. O cual es el esfuerzo que se debería aplicar, o cual es la cuota que se debe
capturar. Los biólogos evaluadores, pueden incluso recomendar varias alternativas al
gestor y valorar su incidencia.
3.5. Gestión
Hemos visto que de los diferentes factores que gobiernan la dinámica de un recurso,
los hay que son biológicos, inherentes al propio recurso y que el hombre no puede
actuar sobre ellos. Son el crecimiento, la mortalidad natural, la biomasa que puede
soportar el medio, o biomasa virgen, el reclutamiento. Otros factores, en cambio,
dependen de la actividad del hombre y pueden por lo tanto ser regulados.
Básicamente son el esfuerzo de pesca (o su recíproco, la captura total), y la
selectividad.
Las herramientas de gestión de pesquerías pueden, pues clasificarse entre las que
operan sobre el esfuerzo, sobre la selectividad, ambos a la vez. Otras normas pueden
ir dirigidas a la protección del medio que sustenta las especies explotadas.
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Sobre el esfuerzo
Sobre la selectividad
- Prohibición de artes
Hay, por supuesto, muchas combinaciones entre estos tipos de regulación: por
ejemplo vedas temporales de zonas determinadas, etc.
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Puede aducirse que todo lo que se ha explicado es muy teórico pero, ¿funciona de
verdad en la realidad?.
El Plan Castellón
En 1961 había una reglamentación consistente en una veda desde el 1 de mayo hasta
el 30 de septiembre y una malla de copo de 36 mm, incumpliéndose sistemáticamente
ambas normas. El Plan consistió en hacer efectivas las siguientes medidas: los
horarios pasaron de ser de 12-14 horas diarias a 10-12. La luz de malla se estableció
efectivamente a 36 mm durante los tres primeros años, pasándose luego a 40 mm. Se
suprimió la pesca los sábados. Se implantó un paro total de tres meses al año (abril,
mayo y junio), para 1962 y 1963 y dos meses (mayo y junio), en 1964, 1965 y 1966,
esta veda estaba destinada a la protección de capellán y la merluza. Se estableció una
veda de la franja costera hasta 50 m desde el 1 de agosto hasta el 15 de noviembre
(protegiendo la cría de salmonete, sepia, pagel, besugo y langostino), el resto del año
continuaba prohibido pescar a menos de 30 m de profundidad.
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Entre 1968 y 1977 las capturas de bacalao en los Grandes Bancos de Terranova
cayeron desde las 810.000 t. hasta las 150.000 t. En ese momento, Canadá extendió
su jurisdicción hasta las 200 millas, expulsó a las flotas extranjeras y asumió una
política de recuperación del recurso que debía conducir a capturas sostenibles de
400.000 t. en 1990. Previendo esta recuperación, el gobierno promovió el desarrollo de
plantas de procesado y la construcción de nuevas y modernas unidades pesqueras,
que aumentaron el esfuerzo sobre el recurso.
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• el estándar de la prueba (los criterios con que deben juzgarse las evidencias) que
debe emplearse en las decisiones que afecten la autorización de actividades
pesqueras debe establecerse considerando el riesgo potencial para el recurso y, al
mismo tiempo, los beneficios esperados de estas actividades.
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• la biomasa reproductora debe mantenerse a un nivel prudente (por encima del 50%
de la biomasa que correspondería al stock sin explotar)
• la mortalidad por pesca debe mantenerse a niveles relativamente bajos (por debajo
de la tasa de mortalidad natural)
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