Está en la página 1de 1

DESCIFRANDO EL CARNAVAL HUARASINO

Las fiestas de carnaval son una celebración popular que antecede a la cuaresma católica y
alegorizan a una etapa donde la fertilidad y la productividad están asociadas con la tierra (la
Pachamama). Y este hecho es el detonante de una amplia gama de elementos transculturados
que entran en acción para producir una simbología espectacular y compleja.
Es así que el amor y la reproducción marcan la agenda de los días de desenfreno que culminan
con el miércoles de ceniza. Entonces, elementos como el agua (vitalidad), el balde (Ukju
Pacha), la yunsa (abundancia), el Rey Momo (expulsado del Olimpo por sus excesos, es la
representación del caos y el desorden), las cruces (que alegorizan a las huacas), los
carnavalones y los testamentos que representan a la inversión de las jerarquías (Bajtín) o los
paseos de las comparsas, las reinas de belleza, el famoso rompecalles y el martes guerra; se
constituyen en festividades que se desarrollan en un ambiente de desconcierto y frenesí del
cosmos.

Pero como para ganar todo orden hay que empezar con un desorden, esta ciclicidad culmina
con el Mutsakí que nos devolverá al mundo oficial, al statu quo, al mundo donde reina el
equilibrio porque hay un Dios (El Señor de la Soledad de Huarás) que equivale a la disciplina
y al ordenamiento, y su presencia garantiza ese equilibrio entre el mundo de abajo y el mundo
de arriba.

También podría gustarte