Sociedad y cultura
No existe acuerdo entre los sociólogos sobre aquello que lo que se entiende por
sociedad, a pesar de que es uno de los conceptos centrales de la sociología.
Sin embargo, existen ciertos elementos básicos que, por lo general, están presentes
en aquello que denominamos sociedad.
La sociedad puede definirse como un grupo humano que vive en comunidad, posee
un territorio determinado, comparte una cultura, posee cierta conciencia de su
identidad y es relativamente autosuficiente.
c) Comparte una cultura: las sociedades comparten una misma forma de vida, lo
cual significa que comparten la mayoría de los elementos culturales. Sus
miembros poseen creencias similares, poseen los mismos valores, un mismo
idioma, usan un mismo sistema de símbolos, utilizan los mismos objetos o
artefactos culturales, etc.
a) Sociedades simples: En ellas entre los individuos existe una identidad, el individuo
sabe hacer muchas actividades, es polifuncional, porque son ellos los que
construyen sus lugares para vivir, consiguen sus alimentos, enseñan a sus hijos,
defienden a la tribu, toman decisiones políticas, etc.
Aquí surge la diferenciación funcional, las funciones que realiza cada individuo se
vuelven complementarias entre sí, porque se depende del trabajo de otros. Es decir, el
vendedor de comida, depende ahora del que construye casas, de que se encarga de
la seguridad, etc., porque esas otras funciones él no las realiza y debe depender de
que otros la hagan. Los individuos se hacen dependientes entre sí. A esto, Durkheim
lo denomina solidaridad orgánica,, porque sostiene que al igual que en los organismo
en los que cada parte realiza una función, en las sociedades complejas cada
institución social cumple o desarrolla una tarea específica,
Pablo Fuentealba C.
En China, cuando se debía tomar una decisión política (hace muchos siglos) se le
consultaba a los sacerdotes para saber si esa decisión o acción podía molestar a los
espíritus. En esos casos, la acción no se realizaba. Aquí estaríamos ante un ejemplo
típico de sociedad sagrada, donde vemos de qué forma el elemento mágico o religioso
influye en el ámbito político. Hoy en occidente, esta misma decisión se tomaría sólo
atendiendo a criterios técnicos.
En cambio, en las sociedades electivas, los individuos son libres de elegir en aspectos
importantes de su vida (hoy se puede elegir a la esposa, puedo elegir mi profesión,
etc.)
Ahora nos referiremos a dos términos sociológicos importantes que son los de status y
rol.
Por ejemplo, un individuo ¿Se comporta de la misma forma cuando está con sus
amigos o cuando está con su jefe? ¿Usa la misma ropa en su casa que en el trabajo?
¿Utiliza el mismo lenguaje con su polola, con sus amigos y con sus profesores o jefes?
Si nos fijamos atentamente, nuestra conducta cambia continuamente en el transcurso
de nuestra vida cotidiana, dentro de un día, en la semana etc. ¿Somos acaso
personas inconsecuentes? No, en absoluto, lo que ocurre es que dentro de nuestra
vida ocupamos distintas posiciones (status) sociales en las cuáles se esperan
comportamientos diferentes de nosotros. Es decir, las expectativas respecto a nuestro
comportamiento, varían en función de si estamos en la posición de amigos, pololos,
empleados, padres, hijo, etc. Cuando estoy en la posición de amigo, porque me he
reunido con mis amigos, éstos esperan que yo hable de una forma determinada
(groserías, lenguaje informal, poco técnico). Sin embargo, pero ese no es el lenguaje
que espera que utilice mi jefe cuando estoy en el puesto de vendedor atendiendo
clientes. Lo mismo ocurre con el comportamiento, la vestimenta, etc. La sociedad y los
grupos con los que nos relacionamos tienen expectativas determinadas respecto a
nuestro comportamiento (rol) en función de puesto (status o posición) en la que nos
encontramos. Y nosotros, simplemente, cumplimos con estos papeles preestablecidos
socialmente. Del mismo modo que en una obra de teatro ya están asignados los
personajes y papeles, en la sociedad, ya están más o menos preestablecidos los
comportamientos esperados para cada posición social (o status: por ej. Vendedor,
policía, padre, hijo, esposo, etc.). Nosotros los desempeñamos porque forma parte de
las normas sociales1 con cierto margen de elección. Este es el tema del Status y rol
que trataremos a continuación.
Por ejemplo, esperamos que el médico nos atienda, nos pregunte sobre nuestros
síntomas, nos examine e intente sanarnos. Se espera que quienes poseen el status de
padre cuiden a sus hijos, les entreguen alimentos y los eduquen. Todos estos son los
comportamientos que se esperan de un individuo que ocupa una determinada posición
o status social.
La sociedad tiene asignados los “papeles” (roles) para cada status o posición y, por
este motivo, debemos comportarnos de acuerdo al status que ocupamos. El concepto
de rol implica cierta expectativa social respecto al comportamiento que se espera una
persona que ocupa un status determinado (por ejemplo, se espera que quién ocupa la
posición –status- de bombero, apague incendios –rol; o que un padre –status-, cuide y
proteja a sus hijos –rol-).
Por lo tanto, la estructura social, es un sistema de posiciones (status) por los cuales
transitamos en el transcurso de nuestras vidas cotidianas.
Esto, evidentemente, no significa que nuestra vida sea sólo actuación y que estos
actos sean vacíos. De hecho, estos actos nos llenan y no sentimos plenos
realizándolos porque la sociedad también nos enseña a desarrollar los sentimientos
adecuados para desempeñar esos roles y a querer y amar los roles que
desempeñamos.
Y además, siempre existe cierto margen de flexibilidad y de libertad para ejecutar los
roles sociales, pero en términos generales se encuentran predefinidos y puede decirse
que son “objetivos”, puesto que existen con independencia de nosotros (como hechos
sociales y se nos imponen), dado que los roles son el resultado de un consenso social
en torno al comportamiento esperado. Por ello, podemos ver que la mayoría de las
personas estarían de acuerdo, en términos generales en definir “en qué consiste” ser
padre o ser amigo o pololo/a en términos cuál es la expectativa de comportamiento
socialmente esperada para ese tipo de relaciones sociales.
Al igual que en el caso del status adscrito, cada una de estas posiciones conlleva un
rol o un papel predefinido que debe desempeñar quien ocupe esa posición.
Pablo Fuentealba C.
El aprendizaje de roles implica dos aspectos. Por una parte, quien tiene un
determinado status, debe aprender el comportamiento que la sociedad espera de
quien posee ese status, pero además, debe aprender los deberes (obligaciones) y
derechos que implica ese rol (por ejemplo, el profesor debe entregar las calificaciones
dentro de ciertos plazos, preparar sus clases, pero además, puede exigir disciplina,
puede calificar, expulsar a una alumno de la sala, etc.; un policía debe proteger y
aplicar la ley, pero también puede exigirnos la licencia o la cédula de identidad). Todo
esto está vinculado a la dimensión externa del rol, vinculada al comportamiento, y al
aprendizaje de derechos y deberes.
Por otra parte, las personas deben aprender a desarrollar las actitudes, sentimientos y
expectativas acordes al rol y, en este sentido, existe una dimensión afectiva asociada
al rol. Por ejemplo, todos (hombres y mujeres) podemos aprender nuestro rol de
padres y aprender a alimentar, a bañar y a cambiarle los pañales a un niño, pero
debemos desarrollar las actitudes y sentimientos de esta actividad que hacen que ella
sea una actividad satisfactoria y se pueda desempeñar el rol de forma feliz y exitosa.
Por lo tanto, existe una dimensión del aprendizaje de rol que es interna.
Los roles sociales se aprenden por socialización. Por una parte se aprenden a través
de la observación, cuando los niños o los individuos observan el comportamiento de
otros. Por otra parte, los individuos aprenden los diferentes roles sociales a través del
juego, ya que mediante éstos, ellos van internalizando el sistema de roles (existen
también otros mecanismos de aprendizaje).
Por ejemplo, cuando los niños juegan a “la casita” y las niñas juegan con una muñeca
a ser madres y los niños trabajan y juegan a ser padres, están imitando el rol de padre
y madre. O también cuando juegan al policía o a los bomberos, etc. Al principio, sólo
imitarán las conductas, pero con el tiempo habrá cada vez un mayor grado de
comprensión de estos roles que les servirá de preparación para cuando sean padres y
además, van comprendiendo el sistema de posiciones o puestos sociales. En este
punto, es importante recordar el proceso de generación del “otro generalizado” en el
individuo, el que se desarrolla
Para que una persona pueda desempeñar un rol adecuado, es necesario que haya
una personalidad adecuada para ese rol.
Muchos de los status o posiciones sociales poseen símbolos propios que permiten
identificar a un individuo que ocupa esa posición. Por ejemplo, un uniforme y una placa
nos permiten saber que alguien posee el status de policía, una cruz roja en un gorro
blanco y un delantal, nos permiten saber que una persona ocupa el status de
enfermera, la sotana nos permiten saber que alguien es un sacerdote. Esto facilita
enormemente la interacción al identificar la posición de los sujetos.
El concepto de conjunto de roles posee dos sentidos. El primero nos indica que a una
determinada posición social se espera más de un comportamiento. Por ejemplo, de
alguien que posee el status de padre, se espera que alimente a su familia, que proteja
a su familia, que enseñe a sus hijos, etc. Por lo tanto a cada posición social se le
asocian múltiples comportamientos (roles).
El segundo sentido nos indica que las personas en sus vidas cotidianas ocupan
múltiples status o posiciones sociales, por lo tanto deben desempeñar múltiples y
diversos roles sociales. El joven, en cuanto estudiante debe desempeñar un rol
determinado (estudiar, entregar trabajos, no copiar, etc.), pero el joven es además
amigo y en la posición de amigo, debe desempeñar otros roles (acompañar a sus
amigos a las actividades, apoyarlos cuando lo necesitan, ser amable con las novias de
sus amigos, etc.). Pero además es hijo y como hijo, debe respetar las normas del
hogar, ser considerado con sus padres, ayudar en los quehaceres del hogar, entre
otros roles que debe desempeñar. Por lo tanto, aquí el individuo ocupa múltiples roles
sociales dado que ocupa múltiples status.
Por ejemplo, los jóvenes pueden tener como modelo a un músico (rock, pop,
reggeaton, etc.), pero también el modelo de rol puede ser el padre, el hermano mayor
u otro pariente. Imitará su forma de vestirse, su forma de hablar, sus actividades, sus
opiniones, etc.
Pablo Fuentealba C.
Por otra parte, tenemos los grupos de referencia, que son aquellos grupos que nos
sirven de modelo o parámetro para poder evaluar nuestro desempeño de rol. Son una
fuente de normas de conductas que nos permiten evaluar nuestro propio desempeño
de rol.
Por ejemplo, idealmente, se esperaría que un profesor fuese entretenido, que tuviese
todos los conocimientos, que cumpliera a la perfección con sus horarios, etc., pero
rara vez es posible encontrar un profesor que sea capaz de cumplir a cabalidad con
todas esas expectativas.
Pablo Fuentealba C.
Es importante indicar que el tema del status y rol es sumamente relevante, ya que
parte importante de los conflictos y problemas interpersonales se producen como
resultado de las diferencias entre el rol prescrito y desempeñado. Si nos fijamos,
muchos de los problemas o reproches que hacemos a otros, son el resultado de
expectativas que tenemos respecto a su comportamiento y supuestos “deberes” que
creemos que el otro debe saber. Creemos que nuestros amigos (as), esposos (as),
compañeros de trabajo, etc., tienen que realizar ciertas acciones y nos formamos una
expectativa respecto a ellos en función de su rol de empleados, amigos, esposas,
novias, etc. Muchas de esas expectativas son sumamente claras y obvias, pero otras
no tanto como creemos y dan origen a conflictos (“yo esperaba que tú como esposa
hicieras y te preocuparas más de esto”; “los amigos hacen esto o no hacen esto”; “es
que yo pensé que eso tú lo sabías es obvio que eso no tenías que hacerlo de acuerdo
a tu cargo…o como amigo”)
Los individuos, en sus vidas diarias, poseen múltiples status (hijos, pololos, amigos,
hermanos, sobrinos, etc.) conformando, de este modo su identidad. Pero cuando
ingresan a una institución social se busca eliminar esta diversidad de status y roles
para resocializarlo en un único status y un único rol (militar). Por ello, los primeros
meses se cortan los contactos con sus familias y con la vida anterior, se les asigna un
horario estricto, una disciplina, un uniforme que los “uniforma” y los hace percibirse
como un igual dentro del grupo eliminando toda individualidad.
Debe indicarse que, en sentido estricto siempre, en algún grado, existen procesos de
resocialización y de reconstrucción de la identidad (si nos cambiamos a vivir a otro
país o de cultura, etc.). Sin embargo, el proceso más intenso se produce en las
instituciones totales como las descritas, porque la resocialización es llevada al extremo
y los sujetos se encuentran aislados del resto de la vida social y adscritos a un único
status/rol.
Tal como señalamos antes, pueden ocurrir problemas cuando la personalidad y otras
características psicológicas no son compatibles con status y el rol que debe
desempeñarse.
Por ejemplo, una persona que posee poca empatía y pocas habilidades sociales, no
se desempañará adecuadamente en un puesto (status) de servicio al cliente, en el
cual se requieren habilidades de personalidad especiales.
Este punto se vincula con la dimensión interna del rol (afectiva, asociada a
sentimientos y actitudes de rol). Es decir, si bien desde el punto de vista externo
(comportamiento, derechos y deberes), es posible ejecutar el rol, desde el punto de
vista interno pueden no encontrarse presentes los sentimientos y actitudes propias del
rol, por lo tanto en la dimensión interna hay una distancia. Si no está presente esta
dimensión afectiva o interna, entonces, hay distancia de rol, pero si está, ahí no hay
distancia de rol.
Por ejemplo, supongamos una madre que tiene dos hijos, que es esposa, que estudia
y que trabaja medio tiempo en un trabajo que consiste en envolver paquetes en una
tienda, probablemente no valorará ni se involucrará mayormente en su rol de
empleada del mismo modo que lo hace con sus otros roles.
Los status o puestos sociales poseen socialmente una jerarquía, ya que socialmente
son valorados de distinto modo. Es decir, no todos los puestos o posiciones sociales
son valorados por la sociedad en la misma medida y, de este modo, se establece una
jerarquía de las ocupaciones. Por ejemplo, ser médico implica pertenecer a una
ocupación socialmente alta, pero no así recolector de basura. En términos de status
adscrito, ser hombre en una sociedad machista, corresponde a un status superior y
mujer puede ser considerado un status inferior.
Por ejemplo, hace algunas décadas en EEUU, un médico de raza negra habría
experimentado una inconsistencia de status. Porque como médico, le correspondería
pertenecer a un status elevado, pero por su raza habría sido considerado como
alguien de rango inferior. Tendría ingresos altos, sería respetado como médico, pero
por razones de raza le habría sido negado el ingreso al club social de la región, se le
habría excluido de las reuniones sociales, etc.
Por ejemplo, un padre que debe cuidar y proteger a sus hijos, pero que debe castigarlo
severamente. Un profesor que debe evaluar a sus alumnos y reprobar a muchos de
ellos, pero que en su calidad de profesor se espera que tenga buenas relaciones con
los alumnos. O el DT que debe tener buenos resultados deportivos con su equipo,
mantener buenas relaciones con ese equipo, pero que muchas veces debe dejar a
jugadores sin jugar en el juego con lo cual pueden molestarse.
El conflicto de rol implica que un individuo ocupa dos status que son contradictorios o
que se encuentran en una situación conflictiva. A diferencia del caso anterior, el
conflicto rol implica esta incompatibilidad (o dificultad) entre dos status.
Por ejemplo, el padre que es policía y que como policía debe hacer cumplir la ley, pero
que debe arrestar a su hijo porque ha conducido en estado de ebriedad o ha cometido
algún otro delito. Como policía debe hacer cumplir la ley, pero como padre debe
proteger a sus hijos, entonces se encuentra en una situación de conflicto de rol.
El médico que como profesional de la medicina debe realizar un aborto, pero que
como cristiano se le espera que esté en contra del aborto.
Los mecanismos para hacer frente a la tensión y al conflicto de roles pueden ser la
racionalización, la compartimentalización y la delegación del problema.
Por ejemplo, el padre que golpea a su hijo, puede racionalizar su acción y considerar
que lo está haciendo por el propio bien del hijo. De este modo resuelve la
contradicción entre el castigo que debe ejercer y su rol de padre protector y educador
con el cual también debe cumplir.
Por ejemplo, se ha mostrado que muchas personas que cometían actos de torturas
con prisioneros, han sido excelentes padres, excelentes vecinos y amigos. Separan
radicalmente (mentalmente) sus dos posiciones y se olvidan de una parte de su vida
para reducir la tensión o el conflicto como si fuesen dos vidas completamente
diferentes, como si fuesen dos personas separadas.
El fracaso de rol se produce cuando un individuo no logra cumplir con el rol que se la
ha asignado, por lo tanto se siente frustrado por no poder cumplir con las expectativas
sociales. Siempre existe un desfase entre rol prescrito y roll desempeñado, sin
embargo, cuando no se cumple con las expectativas mínimas asociadas al rol, se
produce el llamado fracaso de rol y evidentemente, ahí se produce una sensación de
frustración en el sujeto y puede conllevar sanciones sociales.
El fracaso de rol puede producirse por diversas razones: (1) una falta de comprensión
del rol prescrito por parte del individuo (ej. El empleado que no sabe bien cuáles son
sus tareas), (2) porque no quiere ajustarse a los requerimientos del rol (el profesor que
no tiene la voluntad de ayudar a los alumnos) o (3) cuando existe incapacidad por
parte del individuo para ajustarse a las expectativas del rol (rasgos de personalidad
incompatibles, baja inteligencia, no tiene la preparación para el desempeño de ese rol,
etc.).
Para cumplir con el rol que se exige, debe existir una preparación adecuada. Cuando
la preparación es inadecuada, puede producirse un fracaso de rol.
Lo mismo sucedía en ciertos pueblos que preparan a los niños desde pequeños para
sus etapas adultas. Por ejemplo, los primeros juguetes de los niños eran arcos y
flechas, lanzas o armas de ese tipo. Luego, a medida que crecían les enseñan los
diferentes tipos de animales existentes. Cuando crece aún más, comienza a cazar
poco a poco los animales, desde los más fáciles a los más difíciles. Cuando se
convierte en adulto finalmente y en cazador, esta etapa es sólo un pequeño escalón
más, un grado más dentro de un proceso continuado y coherente de preparación para
su rol de adulto.
Fuentes: Los contenidos expuestos en este apunte han sido extraídos de distintas
fuentes (Sociología de Horton y Hunt; Sociología de bruce Cohen, diccionario de
Sociología de Enrique Acebo) y de explicaciones propias.