Se llama basura espacial a cualquier objeto artificial en órbita que ya no esté

operativo. Puede ser desde restos de cohetes, satélites en estado de defunción, residuos
generados por colisiones, hasta herramientas extraviadas por los astronautas, tornillos,
pintura, entre otros. La basura espacial gira sobre nosotros, amenazando diariamente los
satélites en funcionamiento (militares, civiles, comerciales) que orbitan la Tierra. La
presencia de la misma ha ido creciendo exponencialmente los durante los últimos años y su
tamaño va de menos de un centímetro a varios metros. La atmósfera juega un papel protector
efectivo, debido a que, cuando la “basura espacial” pierde altura, la mayoría se desintegra
por el roce con la atmósfera. Sin embargo, se han registrado numerosos casos en los que
fragmentos de basura espacial han llegado a impactar contra la superficie terrestre, y esto
sucede cuando dichos fragmentos tienen un tamaño considerable. La posibilidad de que
aumente esta cantidad de objetos denominados “basura espacial” es alta, lo cual traería
mayores colisiones y como consecuencia la inhabilitación del uso de ciertas órbitas para la
actividad espacial, es por esto que algunas agencias espaciales han ido trabajando con el fin
de encontrar una solución a esta contaminación, usando redes de captura para restos de
sondas y satélites inservibles en el espacio.