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De La Profesion Del Docente en La Universudad PDF
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º 21; 7-35
Resumen
El principal objetivo de este artículo es analizar la evolución de la profesión del docente uni-
versitario analizando no sólo los aspectos relativos al contexto-clase como habíamos realizado en
estudios anteriores, sino realizar una reflexión más amplia sobre los cambios que hemos ido viviendo
y observando a lo largo de esta década. Para ello, nos centraremos en los aspectos relativos a la
identidad del profesor universitario, los cambios con los que se enfrenta la Universidad en la ac-
tualidad, en papel de las tecnologías en la vida universitaria, la construcción del conocimiento, los
estudiantes y la formación del profesorado universitario.
Abstract
The main goal of this article is to analyse the evolution of teacher’s role at the university. We
are interesting not only in the aspects related to the class-context, but also to the challenges that
teachers are confront nowadays. We will center on the aspects related to the identity of the teachers,
the changes of the University, the role of the ITC in the university life, the knowledge construction,
students and the training of teachers.
En 1995 publicamos el libro Ser Pro- inquietudes respecto al tema. Desde enton-
fesor. Palabras sobre la docencia universi- ces, hemos seguido interesadas en la docen-
taria, pero el trabajo se había empezado a cia manteniendo nuestra doble condición de
proyectar en 1993 y las entrevistas fueron profesoras e investigadoras. Durante este
realizadas al año siguiente. Por este motivo, tiempo hemos ido ahondando en muchos de
se cumplen diez años de nuestras primeras los aspectos que aparecieron en este primer
7
Teresa Romaña y Begoña Gros
estudio y se han ido elaborando nuevas acti- Bajo la expresión “identidad profesional”,
vidades y estudios. Por ejemplo, desde 1996 podemos encontrar diferentes ideas que ha-
se ha mantenido una web sobre docencia uni- cen referencia a la noción de permanencia,
versitaria y un foro de debate sobre el tema a la constancia, la unidad y el reconocimiento
bajo el proyecto de la Universidad de Barce- de uno mismo. La noción de identidad pro-
lona denominado “Foro de Docencia Univer- fesional nos remite a aquellos aspectos que
sitaria” (http://www.ub.es/forum/info.htm) y identifican a los sujetos con su profesión y
más recientemente, se ha iniciado una in- que les permiten reconocerse. La noción de
vestigación que pretende dar continuidad a identidad, a diferencia de la idea de rol, intro-
este primer trabajo pero dando una visión duce la dimensión personal vivida, psíquica,
desde el alumnado denominada Ser estu- pero también la visión social. En este sen-
diante: palabras sobre los aprendizajes uni- tido, lo personal y lo social se entremezclan
versitarios. y se construyen constantemente.
Transcurridos estos años nos ha parecido Los profesores universitarios trabajamos
muy interesante enfrentarse de nuevo con en lugares, departamentos diferentes, com-
el tema de la profesión del docente univer- partimos conocimientos y ámbitos discipli-
sitario y nos parece que se hace necesario nares muy variados y, sin embargo, existen
ir más allá del contexto-clase en el que ha- una serie de aspectos que nos identifican,
bíamos situado el libro y realizar una re- que nos asemejan y que crean una cierta ho-
flexión más amplia sobre los cambios que mogeneidad corporativa.
hemos ido viviendo y observando a lo largo La mayoría de las personas que se inician
de esta década. Para ello, nos centraremos en la vida académica como profesores o
en los aspectos relativos a la identidad del como becarios de investigación tienen una
profesor universitario, los cambios con los característica común: el gusto por el aprendi-
que se enfrenta la Universidad en la actua- zaje, el estudio, la investigación. Pocos luga-
lidad, el papel de las tecnologías en la vida res, aparte de la universidad, permiten desa-
universitaria, la construcción del conoci- rrollar una vida profesional ligada a aspectos
miento, los estudiantes y la formación del autoformativos y el atractivo que inicial-
profesorado universitario. mente tiene la academia es precisamente el
de ser un lugar para continuar aprendiendo.
Por ello, no es de extrañar que desde mu-
LA IDENTIDAD DEL PROFESOR chas áreas el profesor no se identifique ini-
UNIVERSITARIO cialmente como profesor, como docente, sino
como físico, médico, biólogo, etc. La docen-
El gusto por la enseñanza no es tan ge- cia viene a ser una obligación que debe cum-
neralizado en la universidad como el que plirse por el hecho de trabajar en la universi-
pueda desprenderse de los profesores de dad pero no es, en muchos casos, el aspecto
nuestro estudio. Todos ellos, como puede per- que atrae y por el cual las personas entran
cibirse en el texto, viven la docencia como a trabajar en los departamentos.
una parte importante de su vida y “ser pro- El problema de la identidad del profesor
fesor” forma parte de su identidad profe- universitario como docente viene, además,
sional. apoyado por los criterios sociales que se han
8
La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
1
(1999): “Profesores universitarios: contextos organizativos y desarrollo profesional”. Enseñanza, vol. 14.
9
Teresa Romaña y Begoña Gros
misión del conocimiento del más alto nivel –nuevos centros de educación post-secun-
a la sociedad. Durante el último siglo han daria masificada como señala Quintanilla
convivido distintos modelos de universidad. (1995)3– con, por ejemplo, las condiciones
Desde los modelos centrados en la espe- de “soledad” y “libertad” que en 1810 Von
cialización de los conocimientos hasta los Humboldt preconizaba para la universidad de
que se han decantado por proporcionar unos Berlín (un modelo elitista) de cara a la forma-
conocimientos y una formación más gene- ción de los jóvenes universitarios. Ese modelo
ralista. No obstante, en todos ellos la uni- de universidad implicaba una buena dosis de
versidad ha sido una institución que ha con- desconexión de las presiones más utilitarias
tinuado teniendo una importante influencia y pragmáticas de la sociedad, y para probar
sobre el desarrollo del conocimiento. su madurez el estudiante ejercía la libertad
Sin embargo, este hecho ha cambiado de eligiendo materias y profesores, temporali-
forma notable. Como afirma R. Barnett, “la zando la propia experiencia de aprendizaje…
educación superior ha pasado de ser una ins- Las condiciones actuales son otras y qui-
titución en la sociedad a ser una institución zás una de las más importantes, además del
de la sociedad”2. La universidad ya no ejerce enorme aumento de estudiantes y profesores,
el monopolio del conocimiento experto. El es el tiempo de formación. En los años 90,
conocimiento no sólo se ha expandido a or- mediante la modificación de los planes de
ganizaciones externas a la institución univer- estudio las universidades españolas aposta-
sitaria, sino que la misma educación superior ron por reducir dicho tiempo de formación.
se está también desarrollando fuera de ella. Durante la década transcurrida hemos podido
La sociedad moderna delega en la edu- comprobar las consecuencias de ese acorta-
cación superior la tarea de desarrollar en los miento de las carreras y del formato cuatri-
estudiantes las habilidades que les permitan mestral de los planes de estudio. En general
operar de manera eficaz en la sociedad. La estos cambios no son bien valorados, ya vi-
sociedad está estableciendo su propia defi- mos salvo alguna excepción que los profeso-
nición de conocimiento y está imponiendo res de nuestro estudio criticaban la falta de
y determinando las formas de conocimiento tiempo para aprender, la parcelación atomi-
que desea. El lenguaje actual es buena prueba zada de los conocimientos, su dificultad de
de ello. Se habla de competencias, capaci- integración por parte de los estudiantes e in-
dades, créditos, aprendizajes basados en pro- cluso un efecto de rebaja de nivel académico.
blemas, en casos, etcétera. Esto no afecta sólo a las condiciones de
Contrasta mucho el lenguaje que se está trabajo de los estudiantes. Entre los profe-
imponiendo en las universidades actuales sores también ha generado inquietud4. Por
2
(2001): Los límites de la competencia. El conocimiento, la educación superior y la sociedad. Barcelona,
Gedisa, p. 222.
3
Quintanilla, M.A. (1995): “Nuevas ideas para la Universidad”. Revista de Educación, 308, 131-140.
4
En el momento de redactar este capítulo, está en marcha un debate (Fórum de docencia universitaria de
la Universidad de Barcelona: http://www.ub.es/forum) sobre la rebaja del nivel académico en la universidad. Una
parte de esta rebaja se atribuye a deficiencias previas en la formación de los estudiantes, mientras que otra se
atribuye bien sea a la falta de exigencia del profesorado universitario bien sea a las reformas de los planes de
estudio “a la baja” que se han ido sucediendo. En todos los casos, los profesores participantes, de diversas uni-
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La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
ejemplo, en lo que afecta específicamente a bre cierto prejuicio ante este tipo de clases.
las clases, ha tomado mucha importancia fa- Creemos que el problema no son las clases
cilitar las reacciones favorables y la motiva- magistrales en sí mismas, y siguen siendo
ción de los estudiantes, pues el tiempo redu- válidas las aportaciones de estos profesores
cido que compartimos con ellos no nos deja acerca de la organización de contenidos, de
conocerlos demasiado bien. Si la cuestión de las formas de presentarlos, de las estrate-
la motivación siempre fue importante, ahora gias para motivar. El problema está en que
se ha hecho urgente. La mayoría de los pro- cuando la clase magistral es la organización
fesores entrevistados en Ser Profesor ya se- dominante de una asignatura o una disci-
ñalaban diversas estrategias en este sentido. plina, y cuando esto se hace dentro de un
Además, vemos que el tema recurrente de plan de estudios bastante atomizado y con-
los apuntes, basados en los contenidos que densado, no es fácil que el estudiante haga
impartimos, aparece nuevamente como un propio, mediante un trabajo activo y perso-
elemento recurrente en contraste con la bús- nalizado, ese campo del saber. El estudiante
queda de nuevas formas docentes más cen- simplemente se adapta a lo que le piden, pa-
tradas en el trabajo de los estudiantes. La sando sin más de asignatura a asignatura sin
necesidad de cumplir un programa y de trans- solución de continuidad. En algunas carreras
mitir unos contenidos en un número limitado las prácticas son fundamentales para la in-
de clases, supone que no puede “gastarse” tegración de los distintos saberes. En otras
demasiado tiempo en reflexionar, en transi- muchas, el Prácticum que se ha ido estable-
tar alrededor de los temas, en promover ta- ciendo podría ser un lugar de integración,
reas conjuntas o colaborativas alrededor de aunque deben mejorarse todavía muchos as-
determinados problemas o casos, o en con- pectos en este sentido. Pero permanece una
siderar el ritmo y las demandas que van apa- cuestión, pues como señala Barnett5, “en lu-
reciendo por parte de los estudiantes. gar de pedirle al estudiante que satisfaga las
Los apuntes responden a una lógica de demandas de estándares que se le presen-
“menú fijo”. Tiempo de aprendizaje manda, tan exteriormente, la educación superior de-
se aduce, más todavía cuando, durante la bería concebirse como un proceso de satis-
aplicación de los nuevos planes de estudio, facción de demandas internas”.
en muchos casos no se han revisado a fondo La formación presencial, las clases, no
y coordinadamente las diversas materias y va a desaparecer sino que seguirá siendo
los contenidos a impartir. De manera que, muy importante dado el contexto de infor-
como resultado de esta dinámica bastante mación enormemente ampliado gracias a las
generalizada, muchos profesores nos encon- TICs6. En buena medida porque siendo la
tramos teniendo que optar por clases magis- universidad pública un lugar masificado, qui-
trales. En Ser Profesor ya hablábamos so- zás las clases sean el principal lugar donde
versidades, manifiestan su preocupación, porque este tema no se aborda colectivamente sino en forma de quejas
en los pasillos. Al final de este capítulo, hemos recogido alguna de estas opiniones.
5
Op. cit., p. 266.
6
Todavía estamos lejos de utilizar competentemente las TICs para corregir estas cuestiones, promoviendo
por ejemplo relaciones mejor personalizadas con los estudiantes y más centradas en tareas (y que nos digan
cómo hacerlo cuando tenemos por ejemplo 200 alumnos).
11
Teresa Romaña y Begoña Gros
como profesores pueda darse nuestra repre- Como decíamos, hoy la universidad es
sentación de los conocimientos disponibles una institución de la sociedad, y el hecho
y nuestra función de guía. Pues los profeso- de hablar de la formación con términos como
res no enseñamos sólo contenidos, también competencias, créditos, etc., cambiando el
podemos mostrar maneras de acercarnos a énfasis de la clase magistral al trabajo del
ellos, de generarlos y hacerlos propios: en- estudiante, supone un intento de ajustarse
señamos actitudes7, hacia el conocimiento, de forma pragmática y utilitaria a la reali-
el trabajo, la sociedad. De manera que no dad social y los requerimientos del mercado
son únicamente los contenidos de la asigna- laboral. Pensamos que aún queda mucho por
tura, tampoco únicamente las demandas in- hacer en el sentido de revisar la función do-
ternas de los estudiantes o los conocimientos cente para fundamentarla mejor en el trabajo
y actitudes ante la enseñanza de los profe- y la participación de los estudiantes en se-
sores, sino la interacción entre todas estas minarios, proyectos, problemas, etc. De he-
cuestiones junto con una visión compleja de cho, la mayoría de docentes, cuando se les
las mismas lo que podría promover proce- pregunta por su trabajo, hablan sobre todo
sos educativos de calidad en la universidad. de conocimientos, de preparar las clases, y
La situación actual nos obliga a un ejer- en el mejor de los casos de atender a la in-
cicio de selección de contenidos, de conten- teracción con los estudiantes en estas clases.
ción en el desarrollo de los temas, de aten- Los profesores de nuestro estudio son un
ción focalizada, de cierta disciplina para no buen ejemplo en este sentido. Por otro lado,
desviarnos de los objetivos propuestos, y so- cuando se les pregunta a los estudiantes por
bre todo, de mayor atención al trabajo de los su trabajo de aprendizaje, suelen remitirse
estudiantes y colaborar para una mejor coor- sobre todo a las clases y acerca de cómo
dinación entre las asignaturas que compo- “las hacen” los profesores, y sólo en oca-
nen el plan de estudios. Nos obliga a trabajar siones, a pesar de que domina un modelo
todas estas cuestiones, y además, en nuestra muy centrado en las clases, podemos encon-
opinión, a reivindicar cambios que lleven a trar voces que reivindican mayores respon-
menos apresuramiento y más tiempo de for- sabilidades y participación activa en el pro-
mación. Universidades de calidad y también pio aprendizaje y en la propia universidad8.
rentables de otros países del entorno euro- Cambiar el énfasis de la docencia hacia el
peo pueden servirnos como referente para trabajo del estudiante es por lo tanto otro
avanzar en este sentido. punto a considerar para la transformación
7
En una conferencia ante una audiencia de científicos en el Galileo Symposium en el año 1964 cele-
brada en Italia, Richard Feynmann, que recibiría el premio Nobel de Física un año después, polemizaba sobre
la enseñanza de esta manera: “A propósito de conocimiento y maravillas. Mr. Bernardini dijo que no deberíamos
enseñar maravillas sino conocimiento. Quizá haya una diferencia en el significado de las palabras. Yo creo que
deberíamos enseñarles maravillas, y que el objetivo del conocimiento es apreciar todavía más las maravillas”.
Feynmann, R. (2000): El placer de descubrir. Barcelona, Crítica, pp. 86-87.
8
“Como estudiantes lo primero que tuvimos que aprender es a desencantarnos, ya que pensamos ingenua-
mente que la universidad era un espacio de reflexión y argumentación de las ideas, un lugar donde realmente
podías llegar a aprender aquello que te interesaba. El desencanto llegó pronto y entendimos que la tarea seguía
siendo, más que nunca, someterse a la disciplina de la evaluación”. Daniel López Gómez (1999): “La voz del
estudiante”. Archipiélago, nº 38, 99-101.
12
La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
13
Teresa Romaña y Begoña Gros
No hay que olvidar que a menudo el co- Hace ya bastantes años que un profesor,
nocimiento anda entre Pinto y Valdemoro, José Luis Aranguren, señalaba que “la pri-
sirviendo a veces al poder y a veces a la mera condición para que la Universidad so-
emancipación de las personas. Los profeso- breviva como tal… es que se torne implaca-
res, en tanto investigadores y transmisores blemente analítica y crítica”9. Algunos, por
de conocimiento, nos enfrentamos tarde o ejemplo Emilio Lledó10, al describir la uni-
temprano a decisiones sobre estos asuntos. versidad humboldtiana traen a la memoria
De todas maneras, como decíamos, hace ya una idea muy conveniente para los cambios
bastantes años que no vemos contextos ade- que se avecinan: el profesor como acompa-
cuados para plantear estas cuestiones, por- ñante del proceso de aprendizaje del alumno,
que parece que desde criterios de urgencia donde “la clase (…) no debía ser tanto la
y competitividad la universidad ha de adop- transmisión de conocimientos estereotipados
tar un papel tecnocrático, pretendidamente –para eso estaban los libros instrumentales,
neutro respecto al saber, y meramente instru- las bibliotecas donde el estudiante se podía
mental respecto al mercado laboral. El creci- poner al día sobre los conocimientos que le
miento espectacular del número de alumnos interesaban– sino un estímulo, y el profesor
y consecuentemente de profesores durante un buscador de senderos, que acompañaba
la última década ha contribuido a cambiar al alumno en esta búsqueda”.
en buena medida las relaciones internas de La universidad española actual camina
poder en la institución, y todo ello hace que hacia un modelo que supere el clásico mo-
en este momento el problema sea compati- delo napoleónico de tarima, pizarra (aunque
bilizar democracia, eficacia y calidad. sea en versión actual electrónica) y pro-
La universidad tiene pues un reto im- gramas cerrados, y en donde aplicados es-
portante ya que a pesar de las múltiples pre- tudiantes toman aplicada nota, y el modelo
siones sociales, no puede convertirse úni- norteamericano de habilitación de profesio-
camente en un instrumento al servicio de la nales en el menor tiempo posible. Como se-
economía, al servicio de la demanda. No ñala Jaume Porta (1998: 62), “se vislumbra
puede proporcionar únicamente saber útil al un nuevo arquetipo de universidad multi-
mercado. El académico debería también se- funcional, que debe tener en la educación
guir interesado por la consistencia y solidez de la persona su eje vertebrador y que se
de sus afirmaciones sea cual sea el interés perfila como síntesis de la universidad de
inmediato que tenga su aplicación. Y los pro- investigación, en la que irá tomando mayor
fesores han de fomentar en sus estudiantes protagonismo la universidad docente, evi-
la competencia operacional que exige la so- tando sus defectos de antaño”.
ciedad junto a una competencia académica Además de considerar la universidad
que suponga una apropiación reflexiva y crí- como lugar de formación de técnicos y pro-
tica de lo conocido y un compromiso ético fesionales, la universidad sigue teniendo la
con la sociedad. opción de considerar a profesores y estudian-
9
Aanguren, J.L. (1973): El futuro de la Universidad y otras polémicas. Madrid, Taurus, p. 22.
10
Lledó, E. (1995): “Notas históricas sobre un modelo universitario”, en Volver a pensar la educación.
Vol. I: Política, educación y sociedad. Madrid, Morata, p. 70.
14
La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
tes como buscadores de senderos, de fomen- trabaja para formar personas capaces de
tar el trabajo intelectual y científico como cambio, de comprender la provisionalidad
aventura solidaria y no sólo como produc- del conocimiento, de trabajar colaborativa-
ción rentable, y de promover la formación mente, de pensar por sí mismas?13. Algunos
universitaria como un compartir y también cambios que se están introduciendo pueden
un pasar el testigo de la responsabilidad cul- facilitar nuevas formas docentes enfocadas
tural y social. Pudiera ser éste el sentido de hacia alguna de estas cuestiones.
la expresión “educación superior”: “la edu-
cación superior es, necesariamente, un pro-
ceso de llegar a ser. La pregunta es: ¿llegar LAS TICS COMO APOYO AL CAMBIO
a ser de qué manera?”11. Y añadimos: ¿cómo
hacerlo?, pues aquí reside el cambio y las Empieza a ser bastante evidente que las
dificultades para hacerlo efectivo. TICs son, potencialmente, una gran ayuda
En definitiva, la universidad tiene una para la enseñanza universitaria. También es
responsabilidad educativa. Puede decirse cierto, aunque menos obvio, que el uso de
que, como siempre, una condición necesa- la tecnología hace más difícil la labor do-
ria para la transmisión cultural y el acceso cente ya que lleva a un, inevitable, replan-
a la cultura en la universidad es que pro- teamiento de la misma.
fesores y estudiantes trabajen conjuntamente En términos generales, la universidad ha
en contextos donde compartan esa “inútil basado la docencia en los contenidos que el
pasión por la verdad”, o por detectar lo que profesor transmite. Cuando les pedíamos a
“no es verdad”12. Condición suficiente sería los profesores de nuestro estudio que habla-
además reconocer la responsabilidad edu- ran acerca de “una situación de clase normal,
cadora de la universidad, que se traduce no en un día normal”, casi siempre nos descri-
sólo en la presentación de los conocimien- bían clases magistrales. Sin embargo, cuando
tos sino también en favorecer vías para el se dispone de técnicas para manejar y pre-
acceso y la complicidad responsable de los sentar las informaciones, la especificidad de
estudiantes con ese mundo de conocimien- la tarea docente ya no consiste sólo en pa-
tos, dentro de situaciones que favorezcan su sar transparencias o utilizar presentaciones.
participación, crítica y desarrollo de un pen- La tarea de comunicar “datos” va resultando
sar propio. La pregunta es: ¿la universidad menos necesaria. En este sentido, los cam-
11
Barnett, R. (2001): Op. cit.
12
Muguerza, J. (1995): “La indisciplina del espíritu crítico”, en Volver a pensar la educación. Vol. I: Política,
educación y sociedad. Madrid, Morata, pp. 17-33. No hablamos de un concepto metafísico de la verdad, pues como
Barnett pensamos que dicha “verdad” en cierto modo es “tribal”, es decir, está sujeta a creencias colectivas, nor-
mas y valores históricamente establecidos y defendidos respecto a las formas, vías y contenidos de conocimiento.
13
Ha de cambiar la relación de autoridad con los estudiantes. Más adelante volveremos sobre esto, pero vale
la pena recoger la siguiente cita de Barnett: “cuando escuchamos a académicos que insisten sobre la importancia
del pensamiento crítico en los estudiantes, es necesario plantearse algunas preguntas acerca de la seriedad con la
cual estos profesores toman su propia retórica… Una pedagogía de este tipo requiere que los estudiantes tengan
un espacio, para formar sus propias apreciaciones, y apoyo, para alcanzar la confianza necesaria como para elabo-
rar su propio punto de vista, no obstante el peso que ejerce la autoridad que los circunda en forma tangible, a tra-
vés de sus profesores y los anaqueles de las bibliotecas (apoyadas por el catálogo del ordenador)”. Op. cit., p. 171.
15
Teresa Romaña y Begoña Gros
14
Gimeno Sacristán, J. (1996): “La profesionalidad escindida de los profesores en la universidad”, en
Quintas, G. Reforma y evaluación de la universidad. Valencia, Universidad de Valencia, p. 76.
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15
Feynmann, R. (2000): Op. cit., pp. 118-119.
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la universidad. Por otra parte, en relación a cíamos, un trabajo de cara a un modelo, muy
los conocimientos de las disciplinas que te- trabajado, de clase magistral, por el cual el
nemos que trabajar con los estudiantes, los profesorado llega al aula con decisiones to-
profesores estamos sujetos a los criterios madas respecto a los contenidos, basándose
epistemológicos y cultura propia de nuestra –cada profesor en diferente proporción según
“tribu” académica. Esto implica formas es- su situación y su experiencia docente– en
pecíficas de establecer criterios de verdad o lo que ha estudiado o investigado, en la exis-
veracidad en los conocimientos y muy pro- tencia (o no) de acuerdos previos de su de-
bablemente también distintas maneras de partamento sobre ‘lo que se debe’ impartir,
entender la formación de los estudiantes, en y en cómo debe hacerse no sólo para una
las clases y fuera de ellas. estructuración de los contenidos sino tam-
De hecho la cuestión de la veracidad de bién, así lo indicaban al menos, considerando
los conocimientos es una cosa, y la seguri- de manera genérica (y no demasiado contras-
dad de la comunicación y la organización tada) suposiciones y experiencias previas de
de las formas de trabajo entre el profesor y los alumnos y sus características e intere-
los estudiantes en las clases y fuera de ellas, ses. Ya vimos en Ser Profesor que todos los
otra. La tarea de un científico, investigador entrevistados manifestaban una preocupa-
o estudioso es de entrada indagar “como son ción por preparar minuciosamente “la clase”
las cosas” y hacer ciencia o trabajo inte- en todos estos sentidos, fuera ésta magistral
lectual viene asociado a adquirir poder para (en su mayoría) o no.
actuar sobre el mundo en torno o compren- En este sentido vale la pena insistir en
derlo mejor o de nueva manera. En general, que existen situaciones muy diversas en la
cuando un profesor, que también es un in- universidad. No es la misma situación la de
vestigador en mayor o menor medida, pro- un profesor de Microbiología que la de un
grama su asignatura, lo hace inicialmente profesor de Historia del Arte, por poner un
desde el conocimiento disponible de la dis- ejemplo referido a la disciplina que imparten,
ciplina y los criterios, más o menos explíci- pero tampoco la de un profesor principiante
tos y consensuados según los contextos, de que la de uno experimentado. Tampoco lo
su grupo académico. es a su vez la de un estudiante de primer
Como vimos en Ser Profesor, la preocu- ciclo que la de uno de doctorado.
pación a la hora de programar se centraba en En lo que se refiere a las diferentes disci-
primer lugar en “los contenidos”. Seguida- plinas, puede ser útil la distinción de Becher
mente, los profesores de nuestro estudio con- entre disciplinas ‘duras’ y disciplinas ‘blan-
sideraban muy importante transformar esos das’16, y cómo ellas se diferencian en la com-
contenidos de cara a su recepción por parte prensión del conocimiento, las formas de
de los estudiantes. Predominaba, como de- generarlo y de comunicarlo:
16
Becher, T. (2001): Tribus y territorios académicos. Barcelona, Gedisa. El autor califica las disciplinas
académicas en ‘duras’ y ‘blandas’ desde un punto de vista cognoscitivo. En cuanto sistemas y formas sociales
y de comunicación el autor las denomina también ‘urbanas’ y ‘rurales’ respectivamente. Estas divisiones son
desde luego orientativas, existiendo casos intermedios, o, dicho de otra manera, las diferentes disciplinas pue-
den ser situadas en una especie de gradiente entre uno y otro caso extremos. En este resumen sintetizamos mu-
cho todos estos aspectos.
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La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
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y de sus repercusiones sociales, nos mues- mar la asignatura son frecuentes, como veía-
tra que su papel es central, lo mismo que mos en los profesores de nuestro estudio.
el contexto donde trabaja. Por otro lado, las
disciplinas “blandas” parece que permiten De cualquier manera, el tipo de relación
una mayor variabilidad en las decisiones so- con el conocimiento establecida tanto por
bre los contenidos a enseñar, es decir una parte de los profesores como por parte de
mayor autonomía relativa del profesorado y los estudiantes es importante. En general,
esto también puede afectar el acceso y el no es sólo que los profesores principiantes
aprendizaje de los estudiantes en el sentido conozcan menos su asignatura que los pro-
de que el riesgo que corren es la dispersión fesores experimentados, lo que es obvio
y la falta de integración o relación entre sa- porque llevan menos años de trabajo y de
beres, cuando no la desorientación. estudio, sino que es precisamente por este
motivo que se distancian más del saber, ex-
Por lo mismo, es probable que en con- teriorizan más el conocimiento, consideran
textos disciplinares duros, que no son sino la generación del mismo como algo que per-
situaciones definidas con reglas fuertes, los tenece “a los demás”, a su grupo de afiliación
profesores principiantes se encuentren más socio-intelectual en el mejor de los casos.
seguros en sus inicios, adoptando programas Y eso es algo que afecta a la programación
previamente establecidos y consolidados y de la asignatura y se transmite en las cla-
en todo caso aportando pequeñas variaciones, ses. Es decir, dentro del proceso de socializa-
a menudo en los ejemplos –más cercanos a ción intelectual del profesor, es importante
la edad de los estudiantes– que seleccionan comprender como éste comprende su pro-
para la clase. Incluso, como hemos comen- ceso de adquisición de conocimiento. Habi-
tado, es tradición en las carreras experi- tualmente, la distancia y objetivización de
mentales que los profesores noveles impar- los conocimientos suele ser grande en los
tan las prácticas de laboratorio durante algún primeros años. De hecho, en los primeros
tiempo, en estrecha relación con los profeso- años de docencia –aun cuando ésta puede
res que imparten las “teóricas”, lo cual les no ser la actitud real de muchos profesores
permite una transición más suave a estas úl- como investigadores–, muchas veces la pre-
timas. Por otra parte, en contextos discipli- sentación en clase de los conceptos cientí-
nares blandos, en los que el conocimiento no ficos o teóricos atiende menos a como se
es siempre o totalmente acumulativo y en han generado realmente y más a una con-
donde las reglas de definición son siempre cepción radicalizada de la objetividad del
discutibles, los profesores pueden verse me- conocimiento, sea ésta o no asumida real-
nos amparados y a menudo pasan mayores mente, pero desde luego a modo de estrate-
incomodidades a la hora de seleccionar los gia para la transmisión a sus alumnos.
contenidos, de programar su asignatura con
una sensación mínima de seguridad. La tran- Los trabajos de Fox Keller (1991, 1994)17
sición en estos casos suele ser abrupta, y pueden completar la reflexión sobre lo que
las quejas por la falta de tiempo para progra- venimos diciendo. Esta autora analiza la idea
17
Fox Keller, E. (1994): Reflexiones sobre género y ciencia. Valencia, Edicions Alfons el Magnànim; y
también (1994): “La paradoja de la subjetividad científica”, en Fried-Schnitman, D. (ed.). Nuevos paradigmas:
cultura y subjetividad. Barcelona, Paidós Ibérica, pp. 143-173.
20
La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
de objetividad científica, exponiendo las raí- lores como el respeto por la pluralidad de
ces psicológicas y sociales del saber apa- la realidad, la necesidad de participación, la
rentemente abstracto y universal de la cien- necesidad de diálogo o de debate…
cia, e introducen una perspectiva cultural, En un proceso de conocer encarnado no
emocional y de relaciones de poder en su se abandona pues la experiencia subjetiva
análisis. Desde un punto de vista general y del científico o teórico, y se puede “garan-
yendo más allá de las diferentes disciplinas tizar la integridad independiente del mundo
–sean duras, blandas o todas sus formas in- que nos rodea, al mismo tiempo que {se si-
termedias–, su distinción entre objetividad gue} siendo consciente de nuestra conecti-
estática y objetividad dinámica, como for- vidad con ese mundo” (1991: 127).
mas distintas de atención a la realidad, es
En definitiva, es posible que todos un
interesante para pensar sobre lo que sucede
poco, profesores y estudiantes, pensemos que
en los procesos de enseñanza-aprendizaje en
aprender únicamente quiere decir “saber más
las aulas de la universidad. En este sentido,
de algo”, olvidando que ha de incluir tam-
según estén socializados los profesores en
bién nuestros límites personales, sociales y
una u otra línea, cabe prever que sucederán
culturales para generar conocimiento, y así
cosas distintas en el aula.
aprender a incluir la “duda” junto a una
Resumiendo mucho, adoptar una posi- abierta, compartida y razonable confianza
ción de objetividad dinámica, es decir, una en todo ese proceso. Como dijo una vez el
“búsqueda de conocimiento que hace uso de poeta, “el mundo, desgraciadamente, es real;
la experiencia subjetiva (…) en interés de yo, desgraciadamente, soy Borges”, de ma-
una objetividad más efectiva” (1991: 127), nera que conocimiento que podemos ofre-
llevaría a un “conocer encarnado” (un quién cer los profesores y que pueden adquirir al
situado y conectado radicalmente al mundo), reconstruirlo los estudiantes se jugaría entre
lo que provocaría efectos positivos en el estos dos elementos.
aprendizaje del alumnado, que entendería
mejor la aventura humana de la ciencia y
la provisionalidad de sus teorías y hallazgos, “Y ESTO, ¿PARA QUÉ SIRVE?”
mientras que una posición de objetividad LOS ESTUDIANTES COMO ACTORES
estática, que plantea las cosas como “cono- DE SU PROPIO APRENDIZAJE
cer acerca de”, es decir “una postura en la
que la realidad objetiva es percibida y de- Hasta aquí hemos introducido varias ve-
finida como algo radicalmente separado de ces la idea de que se hace necesario ir replan-
los subjetivo” (1991: 92), dificultaría que teando la docencia rebajando la preponde-
los estudiantes entendieran su aprender como rancia del modelo magistral e introduciendo
un proceso dinámico, implicado y autocons- paralelamente nuevas formas de trabajo con
tructivo. A un profesor socializado en este y para los estudiantes. En esta línea, se hace
último sentido le resultará difícil transmitir inevitable que nos preguntemos por quiénes
a sus alumnos conceptos como la estructura son esos estudiantes. En Ser Profesor ya se-
relacional de la realidad o la limitación de ñalamos algunas dificultades a la hora de
toda posición epistemológica particular, una elaborar el apartado dedicado a los alumnos,
concepción intersubjetiva de la verdad, o va- sobre todo por la escasez de respuestas, por
21
Teresa Romaña y Begoña Gros
la sensación de haber preguntado algo en el gunta, y nos hace plantearnos qué entiende
fondo inconveniente. Ser profesor era para la universidad no sólo por profesionaliza-
los profesores de nuestro estudio –recorde- ción, sino por la utilidad y el sentido de la
mos que impartían su docencia de forma bá- formación que promueve. Porque en reali-
sicamente magistral– un tema prácticamente dad, ¿qué significa para los estudiantes lo
autorreferente. Es obligado recordar también de “para qué sirve esto”? ¿Y para la uni-
aquí que los profesores que seleccionamos versidad?
habían sido los más valorados por los estu-
Los estudiantes han cambiado, son me-
diantes durante varios años, a partir de las
nos homogéneos en edad, tiempo de dedica-
encuestas que anualmente realiza la Univer-
ción a los estudios, formación, lugar de pro-
sidad de Barcelona. En cualquier caso, al
cedencia, etc. Los estudiantes demandan hoy
preguntar a estos profesores encontramos
un tipo de conocimiento más “útil” y junto
una imagen idealizada, deseada, de sus alum-
a ello unos métodos de aprendizaje diferen-
nos. También, como la otra cara inevitable
tes a los utilizados en la actualidad. Este reto
de la moneda, una imagen desencantada.
quizás es uno de los más difíciles si pensa-
Algunos nos decían que utilizaban sus re-
mos además que supone la adaptación del
cuerdos propios como alumnos, todavía no
profesorado, formado en una cultura basada
demasiado lejanos, para buscar un criterio,
en el texto, a unos estudiantes socializados
para conectar con ellos. Otros nos decían
en la cultura visual.
que un buen estudiante no es necesariamente
el que saca buenas notas. De alguna ma- Los cambios de vocabulario de la insti-
nera, expresaban sus dudas respecto a la va- tución universitaria durante los últimos años
lidez del modelo únicamente magistral para también resultan significativos: los alumnos
implicar de forma activa a los estudiantes y estudiantes son descritos como usuarios
en su proceso de aprendizaje. y clientes. Por otro lado, los títulos univer-
Por este motivo, tenemos la impresión sitarios no sólo tienen que ser buenos sino
de que la imagen que el profesorado tiene “mejores” que los de la competencia para
de los estudiantes necesita precisarse, y que así acrecentar la matrícula, y se generan
debe indagarse más sobre lo que estos estu- continuamente postgrados y másters para
diantes piensan, esperan y pueden aportar incrementar los recursos económicos de las
de cara a mejores planteamientos docentes18. universidades. La calidad de la docencia ya
no se expresa sólo en términos académicos
Es frecuente oír que los estudiantes de
sino de mercado. Este es el enfoque pro-
ahora no son como los de antes. A menudo
ductivista.
los cambios se evidencian en sus demandas,
y una de las preguntas que más frecuente- Aunque este enfoque tiene aspectos po-
mente encontramos es: “y esto, ¿para qué sitivos, los estudiantes no son sólo clientes
sirve?”. Es indudable que es una buena pre- o usuarios de la universidad. Si, como he-
18
Por este motivo, en el curso 2000-01 iniciamos Ser Estudiante: Palabras sobre los aprendizajes univer-
sitarios, un estudio financiado por la Universidad de Barcelona en el que pretendemos recoger, en continuidad
metodológica con Ser Profesor, las opiniones y aspiraciones de estudiantes de 20 titulaciones diferentes. En este
apartado mostramos algunas de estas opiniones provenientes del estudio piloto realizado durante el pasado año,
en que también participaron: A. Ayuste, E. Casals y M. Payà.
22
La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
mos señalado, los procesos de enseñanza- que piensan los estudiantes acerca de sus
aprendizaje forman parte de la función cul- profesores, sobre qué significa aprender y
tural y educativa de esta, habrá que ir más sobre lo que es para ellos ser un buen es-
allá y trabajar para la “implicación del es- tudiante19:
tudiantado en su propia formación [en] una
universidad en la que no haya clientes, sino La imagen que los estudiantes tienen
actores” (Porta, 1998: 62). En este sentido, de sus profesores.
para dar buena respuesta a la pregunta de los
Los estudiantes tienen una imagen muy va-
estudiantes, para contestar a “y esto, ¿para
riada de su profesorado. De algunos opinan
qué sirve?”, es necesaria una universidad
que no se interesan por ellos y de otros, que
que, entre otras acciones, legitime, motive se preocupan muchísimo. “Hay extremos. Está
y prepare a sus profesores para favorecer la el que lo hace muy bien o el que lo hace muy
actuación del estudiante, a partir de su auto- mal. El que lo hace muy mal se suele quedar
nomía y bagaje previo, como sujeto que ya en la clase con las cuatro personas que lo
es, y no meramente objeto y receptor de sus aguantan y, las otras, o se cambian de grupo
enseñanzas. o se van a las academias que hay aquí de-
trás” (Rosa).
Por eso, el preguntarse por estos “nue-
vos” estudiantes e indagar y poner en juego Nuria piensa que a algunos profesores “lo
qué bagaje traen a la universidad, cómo ex- único que les gusta es escucharse a sí mismos.
perimentan y valoran la enseñanza que re- Se sienten poderosos encima de la tarima.
ciben y su trabajo como estudiantes, qué Están a tu lado y lo que menos les importa
expectativas tienen del mundo del trabajo, es que tú aprendas”.
de la investigación, de la cultura y de la so- Para Manuel hay diferentes vertientes del pro-
ciedad en general, van a ser requisitos ne- fesorado, la profesional, la de investigación y
cesarios para una docencia de calidad. Por la de docencia. Piensa que “hay gente muy
un motivo simple e importante: todas estas brillante en alguna de las partes de este trí-
cuestiones, aparentemente alejadas de la in- pode y que otros no tienen tantas habilida-
mediatez de los contenidos que se imparten des, por lo que al final acaba pagándolo el
en cada asignatura son cuestiones que jue- alumnado”.
gan un papel específico en la calidad del Entre sus profesores, los hay “de la vieja
escuela, que son los que están acostumbra-
aprendizaje de cada estudiante.
dos a la docencia magistral. Algunos de es-
Considerar las ideas y conocimientos de tos profesores son muy buenos y tienen una
los estudiantes, sus preferencias y sistemas gran capacidad para realizar una sesión
de valor previos parece entonces necesario de ‘rollo’. Luego hay profesores más jóvenes
en una buena planificación de la enseñanza. que no tienen un cargo académico tan alto,
De hecho en toda planificación de una asig- no son catedráticos, y les relegan la tarea
de hacer seminarios pero, al estar en con-
natura se parte de una imagen más o menos
tacto con el laboratorio, acostumbran a ir
ajustada de todos estos aspectos. Recogemos muy bien”.
a continuación algunos ejemplos sobre lo
19
También extraídas de “Ser Estudiante” las frases que aquí se recogen son fruto de las entrevistas reali-
zadas. En el estudio también participaron: A. Ayuste, E. Casals y M. Payà.
23
Teresa Romaña y Begoña Gros
24
La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
este seguimiento. Sin embargo también nos talaciones, sino también ese tiempo abierto
parece un argumento que oculta la posibi- a la escucha del estudiante, un tiempo do-
lidad de que en la docencia universitaria se cente a abrir en el aula o fuera de ella para
planteen alternativas viables que permitan, comprobar la recepción de lo transmitido,
mediante una práctica guiada, poner en juego o para ver de qué manera los estudiantes se
los contenidos de las asignaturas. Se trata implican con su trabajo, su grado de moti-
de prestar más atención a esas otras prácti- vación, satisfacción, etc., sin tener que es-
cas que no se centran únicamente en la trans- perar a hacerlo in extremis en el momento
misión de contenidos. Se trata de dejar un final de la evaluación.
tiempo y promover ocasiones, es decir pla- Es decir, la otra cara de la docencia son
nificarlas, para dar la palabra y la acción al las respuestas y aportaciones, no sólo en las
estudiante, y de escucharlo y seguirlo ahí y pruebas y ejercicios, de los estudiantes. Pues
ajustar entonces consecuentemente las for- las buenas prácticas de enseñanza y apren-
mas de transmisión, o variar incluso las ta- dizaje son asunto que finalmente resulta de
reas de aprendizaje y las formas docentes. compartir activamente y de diversas ma-
No todo está en manos de cada profesor neras qué significa enseñar y qué significa
pues esto tiene una dimensión curricular co- aprender.
lectiva e institucional, pero entre las varias
habilidades básicas de las que se habla poco
en la universidad y sin embargo los buenos DE CARA AL CAMBIO.
docentes de nuestro estudio defienden, po- LA CRECIENTE IMPORTANCIA
demos mencionar la empatía, que puede de- DE LA FORMACIÓN
finirse como “experiencia de la conciencia DEL PROFESORADO UNIVERSITARIO
de otro”20. La expresamos cuando hablamos
de “meterse en la piel ajena” o “sentir a la Como ya hemos ido mencionando en di-
otra persona”, y solemos decirlo después de ferentes momentos, la profesión del docente
interpretar conductas corporales o no ver- universitario está cambiando. Al profesorado
bales de otras personas. Junto al humor a actual se le pide capacidad de movilidad,
modo de recurso para la cercanía o para la intercambio con colegas de otras universida-
distensión, varios de los entrevistados en Ser des nacionales y extranjeras. Se le pide do-
Profesor nos hablaron de esta condición em- minio del uso de las tecnologías, se le pide
pática, de esa especie de atención flotante que modifique las formas de transmisión del
que les permite “sentir” a su auditorio y a conocimiento centrándose mucho más en
partir de ahí regular su comunicación, en el las actividades de los alumnos que en el co-
sentido de adaptarla mejor a los estados de nocimiento a transmitir, se le pide que capa-
los estudiantes. cite a los alumnos, etc. En definitiva, la pro-
Nuevamente, recursos para la calidad de fesión docente del siglo XXI poco tendrá que
la docencia no son sólo aulas y buenas ins- ver con la imagen clásica del profesor subido
20
Sobre el problema de la empatía. México, Universidad Iberoamericana, A.C., 1995. En 1916 Edith Stein
defendió en la universidad de Freiburg su tesis doctoral, que trataba de “El problema de la empatía en su desa-
rrollo histórico y en su reflexión fenomenológica”.
25
Teresa Romaña y Begoña Gros
21
M.I. Kant: “Nachricht von der Einrichtung seiner Vorlesungen in dem Winterhalbenjahre von 1765-1766”.
Escrito traducido por E. Lledó (1995) en el trabajo antes citado.
26
La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
22
Ver Schon, D. (1992): La formación de profesionales reflexivos. Barcelona, Paidós; y también Angulo,
F. y Blanco, N. (1994): Teoría y desarrollo del currículum. Málaga, Ediciones Aljibe.
27
Teresa Romaña y Begoña Gros
nos. Pero tenemos indicios, que ya vimos en relacionado con las formas de aprendizaje
Ser Profesor: muchos profesores lo recuerdan que se van adoptando en la enseñanza prima-
como una etapa muy estresante, muy dura, ria y secundaria. En este sentido, estamos
mientras que por el lado de los alumnos… totalmente de acuerdo con este autor cuando
Habría que intentar correlacionar todo esto afirma que “pese a su genio intelectual, al-
con los estudiantes, ver el porcentaje de aban- gunos de nuestros profesores universitarios
donos en los primeros cursos de las carre- pueden ser cautos en abrazar el cambio, pero
ras, y yendo más a fondo, ciertos prejuicios el docente que dicta su clase leyendo de
académicos y falta de procedimientos uni- apuntes amarillentos mientras los estudian-
versitarios (estudio, comprensión, reflexión, tes van escribiendo lo que creen haber es-
crítica) que los estudiantes presentan al aca- cuchado es un hecho en vías de extinción”.
bar la carrera y que deberían serles útiles en Para centrarnos en la problemática de la
su vida profesional posterior. formación del profesorado, hemos intentado
Así pues tanto los alumnos como los pro- caracterizar el perfil del profesor principiante
fesores tienen su proceso de maduración y estableciendo una diferenciación entre los
han de aprender a serlo, es decir a ser estu- conocimientos previos que posee y las caren-
diantes y a ser profesores. Y desde luego no cias que acostumbra a tener (Fig. 1).
todos van a seguir el mismo camino dentro Tal y como se señala en el cuadro, el
de la universidad, a lo largo de los años, de profesor posee conocimientos acerca de la
sus especialidades y asignaturas. materia que debe impartir, tiene ideas pre-
Es evidente la falta de apoyo que reciben vias sobre cómo debe realizar su trabajo que
los profesores cuando empiezan su trabajo parten de su propia experiencia como alumno
universitario. Sin embargo, creemos que si y tiene un conocimiento de la institución
esta situación no cambia, el problema se va aunque desde la óptica de alumno o de beca-
a ir agravando porque la propia tarea docente rio. El profesor principiante suele estar, al
se va haciendo cada vez más compleja ya principio, mucho más centrado en la orga-
que van a convivir diferentes formas de en- nización del contenido de las clases que en
señanza muchas de las cuales requieren una las formas de transmisión y comunicación
buena formación no sólo en el contenido a de la información. Está mucho más centrado
trabajar sino en la metodología a utilizar. en la materia que en la didáctica y, como
Pero incluso si pensamos sólo en las clases no suele dominar aspectos como el control
magistrales, también vemos que los mode- del tiempo o las intervenciones de los estu-
los han evolucionado porque los estudiantes diantes, su mayor preocupación es la dura-
de hoy son diferentes y el mantenimiento ción de los materiales que está preparando
de la atención y la motivación resultan cada para la sesión de clase. Es decir, la típica
vez más difíciles si no hay un buen domi- angustia que se padece si se acaba el ma-
nio de técnicas pedagógicas. Como afirma terial que se ha preparado, o bien si acaba
C.R. Wharton el modelo centroeuropeo tí- la clase y todavía se está en la introducción.
pico centrado en las tareas que los estudian- Con el tiempo, existe una progresiva sepa-
tes deben realizar y no en el contenido que ración del texto, del guión de la clase, dando
el profesor transmite es el que cada vez ten- paso a la preocupación sobre si realmente
drá más aceptación ya que está mucho más los alumnos están aprendiendo y cómo me-
28
La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
El profesor principiante
Conocimientos previos Carencias
• Sobre la materia que debe impartir • Organización del contenido para el logro de
aprendizajes significativos
• Creencias e ideas sobre cómo cree que debe • Técnicas didácticas: dinamización de grupos,
realizarse la docencia basadas fundamental- estrategias de comunicación, control del
mente en su experiencia como alumno tiempo, del espacio, de los medios y tecnolo-
gías utilizadas, de los sistemas de evaluación
• Conocimiento del contexto y entorno desde • Conocimiento del contexto y del entorno de-
la óptica previa de alumno de licenciatura o partamental como docente
de doctorado
Figura 1.
jorar la dinámica de las clases para lograr que contiene una clave más para reconducir
dicho objetivo. El profesor se va descen- la formación del docente universitario: “El
trando de la preocupación en sí mismo ha- malestar docente tiene entonces sus signos
cia la preocupación por los efectos de sus en la dispersión del esfuerzo personal, en la
acciones en los estudiantes. colisión de intereses, en la falta de cohesión
El profesor principiante suele tener pro- de los profesores y por ello la tendencia a
blemas también para la dinamización de los un celularismo, en el retraimiento social ge-
grupos, el control del tiempo y del espacio neral de la comunidad docente y en la falta
y, sobre todo, para evaluar. La evaluación de integración socioprofesional” (Benedito,
resulta un tema complejo para todo el mundo Ferrer y Ferreres, 1995: 38).
pero lo es especialmente en el caso de los Desde luego sigue siendo un aspecto im-
profesores principiantes. portante la libertad de criterio del profesor
Por último, en un terreno que va más allá de universidad respecto a su disciplina, que
de la propia aula, existen problemas de cono- es una libertad tan defendible como exigente
cimiento del contexto que contribuyen a que pero que a veces no se entiende bien. No
el profesor cuando inicia su trabajo en la ins- se trata de libertad para hacer lo que la pro-
titución se encuentre bastante perdido. Como pia inspiración dicte según peripecias vitales
habitualmente se trata de personas jóvenes, cambiantes o lo que dicte el propio interés
con ganas de innovar, de cambiar dinámicas, investigador, muchas veces más relacionado
suele haber un período de adaptación en que con la posibilidad de financiación que con
la intervención en las dinámicas de los de- aventuras intelectuales de interés social (algo
partamentos resulta bastante difícil. En este que siempre debería debatirse). En todo caso,
sentido, se puede generar cierto malestar do- la libertad “de cátedra” la entendemos refe-
cente por los pasillos de la universidad. Los rida a autonomía profesional, es decir a las
profesores de universidad trabajamos todavía decisiones necesarias para organizar la do-
con presupuestos y estructuras muy indivi- cencia, no tanto a poder optar entre cualquier
dualistas. La siguiente descripción nos parece contenido que el profesor pueda apetecer,
29
Teresa Romaña y Begoña Gros
pues nos parece que en su trabajo se debe docente, la búsqueda de espacios y tiempos
tanto a la disciplina que cultiva dentro de para compartir, intercambiar y debatir ex-
un plan de estudios como a la sociedad que periencias docentes, objetivos educativos,
le paga para que informe bien, y forme, a aportaciones a la sociedad. La universidad
los jóvenes estudiantes. es una institución llena de profesores pero
Los cambios necesarios son más de or- sin una verdadera cultura docente. Y la cul-
den simbólico que de creación o modifica- tura como sabemos no se hace por decreto,
ción de estructuras y reglamentos. Tenemos sino por compartir proyectos.
ya suficientes normas y burocracias. Lo que En este sentido, M.A. Zabalza (2001)
debe cambiar es la valoración de la docen- plantea los rasgos que considera básicos para
cia, la exigencia sobre la misma, el apoyo una enseñanza de calidad. Estos representan,
humano y técnico a los profesores princi- en nuestra opinión, importantes elementos de
piantes, la implicación de los profesores reflexión y de guía para planificar acciones
experimentados en la mejora de la calidad de mejora en el sistema universitario (Fig. 2).
Figura 2.
30
La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
Estos rasgos permiten tener una visión Es cierto que cada vez se detectan más pro-
de las múltiples variables que intervienen en blemas, pero ¿son los estudiantes los que están
la enseñanza universitaria y permiten tam- de rebajas o somos nosotros? ¿No nos estamos
bién darse cuenta de los múltiples espacios dejando llevar por la inercia?… Los profesores
nos seguimos quejando en los pasillos y no to-
formativos en los que conviene trabajar.
mamos ninguna decisión” (Profesor de la U. de
Este parece ser el modelo que están adop- Barcelona).
tando algunas universidades. Por ejemplo, en “En general, cuando hablamos en los pasi-
la Universidad de Barcelona se ha puesto en llos recargamos la responsabilidad en el alumno
marcha un amplio proyecto de formación y en el nivel educativo anterior… El tema es muy
de profesores noveles en el que participan complejo y no puede simplificarse diciendo que
profesores con experiencia que actúan como los jóvenes carecen de formación o conocimien-
tos previos o de expectativas o de proyectos fu-
sus mentores durante el curso académico.
turos. Creo que los jóvenes de hoy viven pre-
También existen grupos de innovación do- siones sociales y económicas que van más allá
cente en el que participan profesores con dis- de los problemas educativos propios del nivel
tintos grados de experiencia. Todas estas ex- superior. Confusiones, temores, crisis de identi-
periencias y la oferta formativa dirigida al dad parecen atacar a los jóvenes y a sus fami-
profesorado universitario que ha ido aumen- lias con tal ímpetu que las demandas y expec-
tado considerablemente en los últimos años tativas que generan, no son bien decodificadas
ofrecen un panorama más optimista ya que por la Universidad. Es indudable que tenemos
parece que las universidades empiezan a nuevas misiones que se suman a las tradicio-
nales, pero ¿¿¿cuáles son???” (Profesora, Ar-
darse cuenta de la importancia de la docen-
gentina).
cia. A pesar de todo, la formación del profe-
sorado universitario sigue siendo una tarea “He trabajado con cada uno de mis alumnos
importante que las universidades deben plan- en particular advirtiéndoles sobre las fallas que
detecto (con resultados satisfactorios en algunos
tearse resolver, es una tarea urgente.
casos), pero sería interesante que discutiéramos
una forma de atacar el problema de manera co-
lectiva” (Profesora).
ANEXO
UN “PASILLO ELECTRÓNICO” “La solución creo que debe buscarse dentro
PARA SEGUIR PENSANDO23 del sistema educativo de forma global, no con
una ley como la LOU y una reforma de los pla-
nes de estudio de la universidad a la baja (1992
¿QUÉ DICEN LOS PROFESORES y actual) o con la Ley de Calidad que se ave-
ACERCA DE LOS ESTUDIANTES? cina. El problema es general y necesita solucio-
“Desde hace ya bastante tiempo, todos los nes del mismo tipo” (Profesor de Empresariales,
profesores nos quejamos del bajo nivel de los Universidad de Barcelona).
alumnos. Cada día hacen más faltas, parecen no “La cuestión es: ¿los profesores también es-
entender lo que leen o sencillamente no tienen tán preparados para conducir al alumno ayu-
muchas ganas de leer, no tienen conocimientos dando en su crecimiento global? ¿El proyecto
previos sobre casi nada, parecen desmotivados… de la enseñanza es adecuado para el mundo ac-
23
Reflexiones recientes de algunos profesores, publicadas en el Forum de docencia universitaria de la
Universidad de Barcelona: http://www.ub.es/forum, y de algunos estudiantes, extraídas de Ser Estudiante: Palabras
sobre los aprendizajes universitarios (investigación en curso).
31
Teresa Romaña y Begoña Gros
tual?” (Profesora brasileña, estudiante de docto- sus conocimientos sin agobiar al alumnado desde
rado en la Univ. de Extremadura). el primer día con listados inacabables de biblio-
“Vengo desde hace bastante tiempo escu- grafía que nunca lees por falta de tiempo… Es
chando decir a los docentes universitarios que aquél/la que cuando acaba la clase no puedes
‘los alumnos vienen cada vez peor’, pero pocas hablar con él porque siempre hay un grupito de
veces escucho, por parte de los docentes, exigir alumnos que ya esperan alrededor de su mesa
a la universidad que los formen a ellos como do- para consultarle cosas y al final acabas haciendo
centes, que se modifiquen de raíz los curricula un corrillo en el pasillo y llegando tarde a la si-
(los planes de estudios), los sistemas de ense- guiente clase”. Para ella, un buen estudiante “es
ñanza o de evaluación” (Profesora, Argentina). el que utiliza el menor número de horas para
prepararse las clases de manera efectiva, dis-
“¿No es hora de abandonar –aunque sólo fruta asistiendo a ellas y, además, obtiene un re-
sea por un tiempo– nuestro socorrido ‘muro de sultado final brillante. Un buen estudiante puede
las lamentaciones’ y de dedicar algo de esfuerzo ser silencioso o participativo, pero suele ser un
al análisis riguroso de nuestro papel (el de los trabajador constante y ordenado, y, sobre todo,
profesores) en el desarrollo de la actividad do- se divierte con las asignaturas que elige. Y suele
cente en general, y en el rendimiento de los es- ser exigente con los/as profesores/as. A un buen
tudiantes en particular?” (Profesor Facultad de estudiante, el resto de los compañeros le consi-
Física, Universidad de Barcelona). deran un buen estudiante”.
“Alguien que sepa más que yo de esto me
confirmará si existe un papiro egipcio del que Para Biel, estudiante de Biología, una buena
he oído que da constancia de las quejas que un clase se caracteriza por ser un lugar donde obtener
padre hace de su hijo por la poca talla que daba “no sólo conocimientos concretos sobre el tema
con su comportamiento, o sea, por no ser como en cuestión, sino ideas. Ideas aplicables a otras
debía ser, es decir, por no ser como él ‘a su edad’. disciplinas. En el fondo se trata de captar ideas
En mis años ya largos de docencia siempre he o metáforas y no sólo datos o fenómenos concre-
oído lo mismo: lo mal preparados que nos vie- tos, fácilmente olvidables”. Un/a buen/a profe-
nen los alumnos y que esto antes no ocurría. Es sor/a sería alguien que “sabe motivar al alumnado
decir, que todo tiempo pasado fue mejor.… El no sólo demostrando interés por el temario, sino
meollo de la cuestión, a mi modo de ver, es que mostrándose como alguien capacitado e ilusio-
ni la enseñanza media ni la enseñanza superior nado por transmitir conocimiento… La definición
(léase universitaria) en España ha dado con la contraria y extrema sería: un profesor pésimo es
llave para despertar en nuestros alumnos la más aquél capaz de desmotivarte… En definitiva, los
mínima ‘curiosidad por saber’… [pero] ¿no nos buenos profesores lo son, sobre todo en cuanto
dice nada el hecho de que muchos ‘fracasados’ a actitud y planteamiento de lo que significa ser
de nuestros institutos y universidades sorprendan docente; vendría a ser algo así como aquellos
luego a propios y extraños con increíbles páginas que ‘se lo curran’”. Él mismo se resume diciendo
web o malabarismos hackerianos en Internet?” que “el buen profesor es aquél con ilusión por
(Profesor, Universidad de Barcelona). enseñar, y el buen alumno, por aprender”.
32
La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
porque se tiene estipulado al mal alumno como Para Israel, estudiante de Psicología, un/a
aquél que suspende”. buen profesor/a incluiría: “En primer lugar, que
sepa comunicar. De nada nos sirve a los alumnos
Según Pau, estudiante de Matemáticas, un
tener de profesor al Dr. ‘noséqué’ que resulta
buen profesor “normalmente se acostumbra a
ser una eminencia mundial en su campo, y que
confundir con un profesor que sabe mucho de
luego sea incapaz de hacernos entender lo que
la materia que enseña (cosa imprescindible yo
explica. No existe nada que no puedas enseñar
creo, pero no el único factor necesario). Creo
a un alumno si sabes explicarte. En segundo lu-
que un buen profesor es el que, a parte de saber
gar, que te ‘obligue’ a trabajar, que obligue a re-
mucho, sabe enseñar, y con esto quiero decir que
flexionar sobre lo que se está explicando, seguro
sabe comunicar, que sabe transmitir y, sobre todo,
que el alumno aprende mucho más que si estás
que cuando ya no está dentro del aula es una
haciéndole aguantar un chaparrón de informa-
persona accesible, de buen trato y con el cual
ción… Por último, debe ser alguien que sea atento
no te ha de dar ‘miedo’ ni ‘vergüenza’ ir a verlo
con los alumnos como individuos, lo que quiero
para consultarle cualquier aspecto de la asig-
decir es que sea capaz de atenderte personal-
natura”. Jordi, que también estudia Matemáticas,
mente cuando acudes a él/ella, con eficacia o al
señala que para él “un buen estudiante es aquél
menos prestándote atención”. Por otra parte, él
que se motiva por aquello que estudia. Para mí
considera que un buen estudiante sería “quien a
es muy difícil estudiar alguna cosa que me pa-
pesar de malas clases y malos profesores sea ca-
rece estúpida o poco importante, nada más que
paz de sacar algo de provecho de las clases, y
para superar un examen, pero si eso que estudio
no me refiero a matrículas de honor o sobresa-
me gusta, puedo dedicarme de lleno”.
lientes. Sería el que además de aprender en clase,
Para Gemma, estudiante de Derecho, “lo que es capaz de mantener un trabajo, o se involu-
no es una buena clase es un monólogo constante cra en proyectos culturales, universitarios, o de
y permanente del profesor, sin opción a resolver colaboración con la universidad, que es capaz
dudas en el momento que se planteen a lo largo de conocer gente interesante en la facultad, es-
de la clase”. Para ella, un buen estudiante “es tablecer contactos profesionales. En definitiva,
aquél o aquella que, a parte de estudiar, parti- gente que sea capaz de moverse, y no sólo vivir
cipa en clase, aprovecha el esfuerzo realizado por de los libros. ¿No confiaríamos más en estos pro-
el profesor a la hora de coordinar la explica- fesionales, cuando necesitemos de ellos? Y si no
ción teórica y los ejemplos prácticos que ponen aprendes a ser una persona activa en la uni-
al alumno en contacto con la realidad”. versidad, donde en principio no tienes tantas res-
ponsabilidades como durante la vida (más)
Según Javier, estudiante de Farmacia, “La uni-
adulta, ¿dónde vas a aprenderlo?”.
versidad como organización se está convirtiendo
desde mi punto de vista en una ‘fábrica de hacer Juan, estudiante de Física, dice que “en pri-
farmacéuticos/as’. Una fábrica he dicho, como mer lugar, como alumno necesito confiar en el
comúnmente se dice: ‘como churros’ y es que so- profesor, esto es, saber que sabe, y mucho, sobre
lamente pasamos por la facultad, en ningún mo- lo que está hablando. Esta confianza del alumno
mento quedamos como parte de la facultad si no se gana simplemente día a día siendo capaz de
es por la orla que se cuelga en el pasillo del pri- poner luz donde no hay más que un mar de du-
mer piso del edificio A de la facultad. Somos un das, cosa que sólo es posible si se domina un
número (nuestro DNI) y detrás un nombre, y nada tema… Por otro lado, y especialmente en asig-
más. En ningún momento se pregunta desde la naturas más especializadas (puesto que al ma-
universidad si vas a ser o no un buen farmacéu- tricularse en ellas se sabe al respecto poco más
tico y tampoco se te plantea para qué quieres ser que su nombre), el profesor debe intentar ilu-
farmacéutico: únicamente vas a tener el título de sionar y motivar a sus alumnos al estudio de la
farmacia y ¡ya está!. Una verdadera pena”. asignatura en cuestión, mostrando para qué sirve
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Teresa Romaña y Begoña Gros
todo aquello que hacen en clase en la vida co- ARANGUREN, J.L. (1973): El futuro de la uni-
tidiana/profesional. Finalmente, la cercanía es versidad y otras polémicas. Madrid, Taurus.
otro factor muy importante a tener en cuenta, la BARNETT, R. (2001): Los límites de la compe-
cordialidad ante la pregunta del alumno y la dis- tencia. El conocimiento, la educación supe-
ponibilidad son factores que animan a superar rior y la sociedad. Barcelona, Gedisa.
las dificultades en el estudio. El carácter y la opi- BECHER, T. (2001): Tribus y territorios aca-
nión que se tiene de un profesor como persona démicos. Barcelona, Gedisa.
condicionan brutalmente la opinión que se tiene
BENEDITO, V. (coord.) (1992): La formación
de una asignatura”. Para ser un buen estudiante,
del profesorado universitario. Madrid, Pu-
“el punto clave está en la motivación. ¿Estudio
blicaciones del Ministerio de Educación y
para aprobar y acabar la carrera o simplemente
Ciencia.
para saber?… Personalmente, me planteo mi vida
universitaria como una época de formación, es BENEDITO, V.; FERRER, V. y FERRERES, V.
decir, un tiempo dedicado a intentar saber cuanto (1994): La formación universitaria a debate.
más mejor, y la satisfacción personal es para mí Barcelona, Publicacions de la Universitat de
la mejor medida de que mi esfuerzo no es inútil. Barcelona.
El aprobado y el título están vacíos de signifi- ESPIN, J.V. i RODRIGUEZ, M. (1994):
cado si no se acompañan de seguridad en uno L’avaluació dels aprenentatges a la uni-
mismo y en las competencias adquiridas”. versitat. Barcelona, Publicacions de la Uni-
versitat de Barcelona.
Para Juan Francisco, estudiante de Pedagogía,
“en los tiempos que nos ha tocado vivir y gra- ESTEVE, J.M. (1987): El malestar docente.
cias a las grandes redes de comunicación y ad- Barcelona, Laia.
quisición de conocimientos que nos invaden, la FENSTERMACHER, G. (1994): “The Knower
labor de la [universidad] ya no debe ser la sim- and the Known: The Nature of Knowledge in
ple transmisión de contenidos (entre otras cosas Research on Teaching”. Review of Research
porque el tiempo dentro del aula es finito y da in Education, nº 20, 3-57.
la impresión de que el conocimiento no), sino FERRER, V. i LAFFITTE, R.M. (1994): La me-
más bien una labor de implicación en la materia, todologia didàctica a l’ensenyament universi-
una captación del interés, el desarrollo de una tari. Barcelona, Publicacions de la Universitat
capacidad crítica y sobre todo comprensión”. de Barcelona.
Para él, el alumnado “debe tener la responsabi- FORNER, A. (coord.) (1994): “Desenvolupament
lidad de actuar como colectivo crítico de la la- professional dels docents”. Temps d’Edu-
bor del profesor dentro del aula, ya que el po- cació, nº 11.
der debe ser compartido”, y a un buen estudiante
FOX-KELLER, E. (1991): Reflexiones sobre gé-
se le debe exigir “su implicación total en el pro-
nero y ciencia. Valencia, Edicions Alfons el
ceso global de aprendizaje, nuestro lugar ya no
Magnànim.
puede ser sólo el del oyente pasivo, debemos
asumir la gran responsabilidad que significa una FOX-KELLER, E. (1994): “La paradoja de
formación en todos los sentidos”. la subjetividad científica”, en FRIED-
SCHNITMAN, D. (ed.). Nuevos paradigmas:
cultura y subjetividad. Barcelona, Paidós
Ibérica, pp. 143-173.
REFERENCIAS FEYNMANN, R. (2000): El placer de descubrir.
Barcelona, Crítica.
ANGULO, J.F. y BLANCO, N. (coord.) (1994): GEWERC, A. (1999): “Profesores universitarios:
Teoría y desarrollo del currículum. Málaga, contextos organizativos y desarrollo profesio-
Ediciones Aljibe. nal”. Enseñanza, vol. 14.
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La profesión del docente universitario del siglo XXI: ¿cambios profundos o superficiales?
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