Está en la página 1de 7
ee Raquel Gutiérrez Aguilar” oliticas en femenino lexiones acerca de lo femenino moderno del significado de sus politicas ntiendo por femenino, siguiendo y simulténeamente distanciandome de las tedricas del feminismo de la diferencia,' los espacios-tiempos en los cua- les social e hist6ricamente han sido colocadas las mujeres; tales espacios- tiempos exhiben, para mi, de manera muy diversa, los rasgos mas plenos J profundos de la colonizacién. Los considero asi, ambitos de colonizacion por ‘xcelencia, en tanto sus marcas se establecen inapelablemente, de manera variada, jobre el cuerpo sexuado de la mitad de la poblacién: sobre nosotras, aunque tales ‘Marcas se impriman de forma singular sobre cada una. Recupero el término “femenino” —en singular, y Io enlazo con el plural “politicas’— no porque quiera comprometerme con alguna nueva defensa de un \iniversalismo vacio; sino porque me interesa explorar una herramienta logica que {Wuizd nos permita la superacién de un problema en el que percibo que quedamos * Matematica mexicana. Doctora en Sociologia. Profesora-investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autonoma de Puebla. Ac- livista social. | Por feminismo de la diferencia me refiero a 1a postura desarrollada, entre otras, por Luce Ivigaray, Luisa Muraro y la Comunidad Filos6fica Diétima, que asume como fundamental pra fa comprensién del mundo la existencia de al menos dos clases de cuerpos sexuados. 88 atrapadas: el de i i EET ae ee Jo particular y lo universal. Sobre esta temat Para fines de claridad, reduzco el terreno de reflexiér Jemenino moderno, Sigo en tal argumento a Silvia Federici, Ppa eae 4 Su consolidacién, la dinémica de la modemnidad —que tal como existe es demidad capitalista—, se basa principalmente en la tendencial destrucciog lo comin y en la consiguiente separacion de las tareas, las practicas, las za y los Conocimientos coneretos surgidos de y que versan sobre [a reprod cin general de ta vida material y simbética de aquellas actividades 7 oa nes: eae eee abstractas— de y para la produccién de ‘mercanciag, mnsidero entonces la modernidad capitalista como el. proceso tendencialmet Blobal de cercamiento, acoso y destrucién de lo comin en sus multiples form de existencia concreta y es desde ahi, desde los espacios-tiempos enieae 4 orden de explotaciénopresién moderno se me vuelve ineligible no s6lo como ca talista sino, también, como masculino. Es decir, es en el orden masculino wae del cay Pi ital —del valor valorizéndose en la produccién incesante de tutccard oe desconoce las actividades de reproduccién aunque impone la pro. duccibn de la fuerza de tao como mereancia— donde todo lo relacionado i produeci6n de lo comin y con la reproduccién de la especie queda establecid como secundario y se inscribe como ausencia, como falta; donde win conjunto d valiosas e imprescindibles actividades, generalmente desde cea em a tan y se ocultan afin de reteradamente someteas, Por es0 es que se mud: ball ; le fo femenino como sitio por excelencia —aunque, por supuesto, heterogéneo— de ln colonizacion, que se funda, entre otos elementos, en reiteradas,sistemitica Y eae Bae ee a la Leer persistente de jerarquizaciones que , tra vez, nuevas diferencias y exclusiones; Para ol de tal modo que se inhiba —o se vuelva peta oe dlible— la voz que no sea proferida desde el lugar autorizado, siempre ligado con I acumulacion de capital, la produccién de mercancias y el mando, en dfeultar dislo, cando, una y otra vez, la articulacién de memoria propia en tanto lo que vale la pena compartir es exiiado persistentemente al lugar de lo irracional o lo = significativo! es Ben estos lugares en los cuales hemos sido construidas y nos hemos ido cons- yendo a nosotras mismas como mujeres. Cada una en medio de circunstancias A a ee de Federici en relacidn a esta tematica es el siguiente: el “diferencial Rese a tateea Sea cere ee ee eT ae RAIS Seth ci et AA Tae es a oc ccioay prec ca a tabaio como una actividad socio-economic y como una fuente de acura de capita yn cambia, “la misifica como un recurso natural o un servicio peron a empo que Met provecho dela condicign no asalarads del abajo involueado" (Fete, 2011:13) | Aarne trabajos contenidos en ext volumenabordan esos dio speton defo que ¢nderse por colonizacion de manera mucho mas preelsa y profuna d podria. hacerlo en estos momentow, mee 2° 10 908 19 89 WA ALLA DEL Feministe ¢apecificas, singulares, que habilitan la percepci6n-comprensién de también espe- ficos y variados aspectos de la dominacién capitalista y masculina que, sin em- arn, tiende a totalizarnos estableciendo todo tipo de jerarquias y divisiones, una y fit vez. En medio del huracén de la acumulacién masculina de capital‘ quedamos ticindidas siempre de manera diversa— entre las posibilidades de ingreso —asi joa dificultoso—al universo de produccién de la riqueza abstracta y a la posibilidad funidada en nuestros cuerpos de generaciOn y procreacin de nuevos seres humanos {que a su vez, son regalo y amenaza. Al interior de tales tensiones hemos llegado a Jer lo que somos: mujeres diversas que habitamos de muy variadas maneras lugares olonizados del mundo (y ahi no habitamos tinicamente nosotras, también, en oca~ piones, habitan varones que no cuadran plenamente dentro del orden masculino dominante), La idea central de pensar sobre las politicas en femenino es que en tales ‘espacios-tiempos femeninos se produce un lenguaje especifico que wna y otra vez se tempecina por hablar, que insistentemente trata de decir. Y agui vale la pena reite- far que no estoy hablando de esencialismo alguno. Cada quien somos mujeres de tan diversos modos que en muchas ocasiones no nos reconocemos entre nosotras, Somos tremendamente heterogéneas y las relaciones entre nosotras llegan a ser in- luso antagénicas en ciertos casos. Aun asi, algunas —de entre “la humanidad’'— somos mujeres. Més de la mitad, para expresarlo con propiedad. Para comenzar discutizé, desde la légica, la casi siempre inmediata objecién de esencialismo que se presenta al feminismo de la diferencia, justamente para desau- torizarlo, ¥ lo quiero hacer desde la logica pues desde ahi encuentro una manera de ‘expresar con cierta precisiOn lo que defiendo. 1Qué se objeta cuando el feminismo de la diferencia es calificado de esencialista? Para hablar de esencialismo dentro del canon de pensamiento dominante, tenemos {que entrar en la polémica de lo universal y lo particular. Con tales herramientas —y con los demés aditamentos de la logica clésica— no logramos més que dar vueltas cen circulo a la hora de intentar expresar lo que deseamos. Esquematizando —y, pot supuesto, reduciendo— el desorden que percibo en el debate en torno a lo femenino ¥ lo masculino, presento, en brochazos gruesos, los siguientes argumentos iniciales, En primer lugar, a partir de la modernidad europea, ligada a la expansion del regimen del capital, se establece paulatinamente lo masculino como central y tinica medida de lo humano, Los siglos xtv, xv y xvi no son las primeras épocas historicat “Mediante la expresi6n “acumulaci de capital” no afirmo que la acumulacién dle capital sea Gnicamente tarea de "varones”, 0 de ejemplares masculinos del género hums no. Pretendo, més bien, dejar ala vista en todo momento que las tareas de la acumulacidr ‘de capital se hasan en la dristica diferencineidn de ls tareas de produccién —de mercancla ¥ de capital en relacién a las tareas de reprociuccidn de Ia vida en general, incluyende ia reproduccion de nuevos hombres y muijeres, Tareas realizadas en los espacios-tiempo femeninos del mundo de los que he partido, i 90 PouITias EN FEMENII {en que esto ocurre; pociemos rastrear tanto los usos como los significados materiale simbolicos y formales de instituir al “var6n" como el representante de “lo humano! al menos desde la Grecia clasica. Sin embargo, la operacién plenamente modern consiste en asimilar lo masculino al capital y éste a lo “neutro”. Un supuesto tro” ordenador —claramente masculino en tanto es no femenino— que instala un ¢f de enunciacién universal afirmativo: “El Hombre”. El arreglo I6gico, semantico politico, que se produce una vez instituido este “neutro ordenador” universal tivo —masculino en tanto claramente no femenino—consiste en el arrinconami de todo lo demas en un ambiguo y opaco lugar de lo particular —o, mas bien, miiltiples particulares ahora carentes de medida propia— donde en un haci exilio convive todo lo que no es lo masculino dominante capitalista o, al me tendencialmente capitalista. Quedamos en ese rincén donde se amontonan los pi ticulares, en primer lugar, las mujeres —y por supuesto no quedamos orden: mente colocadas sino que se instauran todo tipo de escisiones entre unas y otras, diferencias, rivalidades ¢ incomodidades: se imponen diferencias —y jerarquias que marcan nuestros cuerpos; sin por ello dejar de estar, todas, aunque de diferent modo, en el lugar del exilio. Quedan ahi también —si bien en otro segmento de I0 particulares generados por la instauracién de lo masculino propietario heteros dominante como ef universal humano— los varones colonizados de todos los pueblo! suyjetos; se acomodan ahi, también, los locos, los homosexuales y los nifios. En segundo lugar, la disputa multiforme contra dicho universal y contra Jo modos de su dominio comenz6 bastante pronto: desde las rebeliones indigenas @f diversos lugares de nuestro continente hasta la denuncia de Olympia de Goug subiendo al cadalso a fines del siglo xvi; desde los dispersos y sistematicos motit Populares en Europa durante el siglo xrx hasta la larga pelea de las sufragistas, por supuesto, de la gran cantidad de acciones miltiples de resistencia y de luchi de mujeres diversas, de pueblos indigenas y de otros muchos “particulares” de modernidad del capital. De maneras muy variadas se puso en entredicho el ord de dominio fundado en la consagracién de un universal masculino —claramet mal definido— como medida de la vida, las posibilidades y los anhelos de todos emis, Todas las y los que se han insubordinado contra el orden moderno capi (ay masculino, ademas de luchar han hablado, han producido argumentos de mi distinto tipo que impugnan desde diversos flancos tal orden de dominio. Al hacel desde miiltiples vertientes, el universal dominante masculino propietario ha tenid que, incdmodamente, expandirse para dar cabida a més “Variantes” dentro de af primero a los varones no propietarios del mismo origen étnico; luego, parcialment ‘las mujeres propietarias, después a todos los varones sin importar su origen étnict después a todas las mujeres.’ Esta ha sido una trampa de la modernidad tal com * Una reflexién interesante sobre esta tematica, desde el feminismo anglosajén, se puede ei conirar en el clisico trabajo de Iris Young "Imparcialidad y lo cvico pablico, Algunas impli caciones de Ins eriticas feministas ala teoria moral y politica”, en Benhabib y Cornella (1990) ” Ws Aud DEL FEMINISM ' ilies voces sobre todo de mujeres, de arn ilin Was y ahora, cada vez con mas fuerza, de mujeres indigenas: fe a en Ji mds para levantar alguna otra ial gaa oeaent Seg igualacién —el uno, la unidad— atribu bei op a iets se sible a5 nis GMO \ a A 10 largo de esta compleja trayectoria se iar a oe ind asi 10 ide politico organizado en torno a f Mos oP ios” gus de acuerdo alguna postr puede Tee Se sh ‘sociedad no patriarcal de individuos”* o quiza, parafrasean 5 ciec nocultural de individuos”. y r ie Teveer lugar, es dentro de tal artefacto politico —liberal— gee ian ny. ¥ entonces, wut ala denunciay a a impugnacio de tal orden dentro di! Non dela igoaldad —o la equidad como suele querer edulcorarse lo gue no on eine Se impugna polfdnica y heterogéneaments, ¥ ee ss i a ara la distincién si medida universal que impone criterios Ee Rear = Eee ay i la la nocién de “parte” sin someter! or Briss, ‘a un universal que no esté ni vencido ni vaciado—el oon aoe eons serintegramente masculno, aunque se abalanza para i mte Mion de lo comin, Se va impugando, pues, la unidad universal secularmente a a inque no atinamos a desdibujar, a desestabilizar: Plena Seer i Fk i poduciendo un mundo con otras medidas Se alae ” y se desdibuja la idea de lo comin en tanto n0- # Jad como soa al alert Diferencia y reconocimiento de be Sea ss: ueblan la discusién contemporanea. Recon Be oo ent pare qué? Zierente de quien y como clic e- pe an Cedirla? (Diferencia como ausencia de identidad o diferencia a par Bier Mad? ©, ne bien, {politica de la identidad diferenciada? f ‘aie perro de exte mar de opacidad se han desplegadolegitimas politica de ia eal \s veces fragmentan y encapsulan, que se aferran a la distincic a " ess ae simulténeamente, precisiones y distancias, que recupet ee ve es ocasiones por Celia Amor6s. el 1a igualdad al verte Jenuncian una y otra vez linlsmo de la diferencia, jyaulas Kubbissa (2006). esta desestabilizacion zo y rmucho trabajo empesiado en esta desest Pitgeonzco que hay mucho y mucho trabai mae, 2 gl nce na coleccin de voces empefadas en tales accones de desesabilizacion emt Coty ie Huetios, Madrid, 2012, POUITCAS N FeAENING Lani antrormente ngados— pero litany difulan aciacionesposibes. Mi sepia liticas, que se expresan también en estas paginas, van en ese sent pine a podemos hacer juntas sino sobre todo, como podemos hacerlo, ra st gue pretento, confiando en que puede alumbrar, quizé, alguna salida Praicae Ge a avanza por otro camino, nutriéndose de la légica y de Ik at sidero urgente: ‘desplazar del orden general del pensamiento el ‘sal/particular, Este afan sigue dos trayectorias; por un lado, mantener el éty sen mostar a vecuidad del wniversal “humanidad” que n0 ¢s sino la méscaiff ia masclino éominante y capitalist ode os rasgos masculino-dominanes dl Sera tra, abandonar el uso mismo del par universal/particular: nosotras, jt una, cada una como parte de lo que la consttuye —una familia, un pueblo igenia, una articulacién especifica— es una unidad y es, a la vez, una parte en 10 que conforma algin tipo de cuerpo mayor. No somos encamaciones particule ‘¢jemplares singulares— de un universal vacio y/o en disputa, eee storia de vida; aunque sea una ventaja especificamente moderna que tal orgel establezca inexorablemente la historia de vida singular que cada una desple Femos, La manera de pensar anclada en el par universl/particulartnicamente ¥ iuestra capacidad de desear y de expresar. Somos unidades y buscamos und da para nosotas mismas, pero no la encontramos tnicamente en nosotras pas, Necestamos lo comin y nolo universal. Y no es evestin de ssi un to Des cuestion de desorganizar profundamente el par universal/ pat ‘que, en la filosofia clasica es la manera de nombrar la relacién entre lo p multiple, entre el objeto y el concepto. - “_ ee rs 0 distincién mas importante entre la légica contempordnea —o sim: a y lo que se suele llamar légica cldsica 0, enunciando de otra manera, entre ica aristotélica y Iégica formal, es la inclusién en esta ultima, de un artefacto del peamiento quese llama "generalizacién miltiple. El problema que se salva con x a ‘8 muy similar al que he tratado de esbozar en las paginas previas y i que ver on una tematic cdsica de la gia filosfica que se denomina “el Bee de te indiscernibles” 0, con mas precisién la cuestion de la “indiscernibi- Bs bsica ot os "osu TIverso, la “identidad de los indiscernibles”, Tal nudo_ di i del sgl xx se zanj, en la prictica de ls matematicas, con la her Penta simbolica de a genoratzain mit que, sn agin tipo de eanocimiento rf ie 1, puede confundirse con la reaparicién de los universales, cee SUI ICE, muiltiple es que elude —o le da yuelta— al proble- stay emablen stracto de los universales, pues enuncia 0 expresa de una manera na: establece aque que lo distntos particulars tengan en comin, aquelo sceptible de generalizacibn sin sumergislos en él opaco caldo homoge > universatsy su indscernibilidnd o denidad “_ eae de la generalizacion multiple —que se sucle establecer me- 40 de los Hamados cuantificadotes (que son dos; el llamado —creo yo A ALLA DEL PEMINISMO: ‘jrdneamente— cuantificador universal y el llamado cuantificador existencial)— es \Mirma atributos o rasgos comunes de y/o en “objetos" singulares, concretos y lnios, logrando expresar, simulténeamente, lo que tienen en comiin y mantenien- ‘on suspenso la indagacién sobre su identidad o sus diferencias. Es decir, mediante ‘quantificacion miltiple no se presupone identidad —ni diferencia— de aquellos Jwentos cuantificados. Por eso, la funcién del lamado cuantificador universal es Jplazat los limites que para las matemiaticas de fines del xxx representaban los abs- «4s conceptos universales entendidos bajo cénones clasicos, es decir, aristotélicos. Y portal raz6n, también, es complicada la comprensién de este sutil desplaza- onto, El matematico lo conoce, lo entiende, lo aprende y trabaja a partir de él. Bl \jiof indaga en él en el rido terreno de la filosofia de la logica. Ahora bien, no es posible salir de la critica de esencialismo cuando habla- jwos de “las mujeres” si estamos casadas con las formas canénicas —clésicas y juodernas— del pensamiento occidental. Podemos salvar el problema intentando ‘piinciar en primera persona del plural, es decir, diciendo “nosotras”. Y en esta ruta is {mprescindible, siempre, establecer un “nosotras” concreto; para evitar que éste Auncione como un nuevo artefacto totalizante y universalizador.* Para distinguir un Hyoyotras concreto”, por lo general, la ruta que se ha seguido es la de la distincién Piticularizante, que suele ser muy valiosa para esclarecer quién 0 quiénes son las jue hablan: “nosotras, mujeres académicas mayores de 50 afios”, 0 “nosotras, mu ores negras” de tal pais, regién o ciudad, o “nosotras, mujeres indigenas” oriundas tal lugar, etc. Sin embargo, percibo que cada vez nos hace mas falta ser capaces de avanzar, también, en la ruta contraria: la de la paciente generacién de un “noso- Jn" concreto y expansivo —es decir, que no vuelva a caer en el caldo homogéneo lie los universales abstractos y que tenga, simulténeamente, capacidad de generali- jucidn conereta; que pueda ser abarcativo, pues. Establecer un “nosotras” concreto Jo mas abierto posible, y que sea simulténeamente capaz de generar modos de es- lublecer vinculos, me parece un punto de partida imprescindible para la reflexion jobre los feminismos descoloniales. Un posible camino que sugiero se centra en Jecuperar-regenerar formas de lenguaje mediante las cuales podamos expresar con ‘nis precision lo que queramos 0 necesitemos decir; teniendo en cuenta, siempre, que el par particulat/universal establece también una especifica relacién epistemica fanite lo concreto y lo abstracto que es necesario abandonar. Podemos desplazar al par objeto/concepto, que es finalmente lo que da con- enido y significado al par particular/universal en la légica clasica, de manera himilar a como se hizo en las matematicas de comienzos del siglo xx para, de tal manera, tratar de ensayar la revisi6n del problema que traemos entre manos. El des- pblazamiento consiste en primer lugar, en admitir que “hay seres humanos”. Notese que este modo de decir es muy distinto a expresar “la humanidad existe", que es Tin particular, sobre este tema yer bell hooks (2004). Agradezco a Aida Hernindez por ‘veonvocarme a abordar esta temAtica de manera mas cuidadosa, manidad existe”, la pregunta siguiente es quién constituye la humanidad y 4 pi de ello volvemos, insisto, a las dificultades analizadas en paginas anteriores} y cOmo se establece la medida de ello. Sin embargo, si partimos del enunciado “hay seres humanos”, la pregu no es “quién constituye lo humano” sino que podemos avanzar hacia pre} mucho mas fértiles: qué comparten tales seres humanos?, :podemos disti singularmente?, qué criterios de diferenciacién nos parecen relevantes? y, It interesante, tienen algo en comtii? Si continuamos con el ejercicio que propongo, las preguntas relevant ‘al menos las que a mi me interesa explorar— sencillamente “cambian de I Podemos proseguir: “ay seres humanos” y “todos los seres humanos hemos paridos por una mujer”. Es decir, puedo establecer una condicion comin medi Ja generalizacin miltiple —que opera sobre los “objetos” concretos y sin} que designo como “seres humanos”; de tal manera que puedo continuar sin que reinstalarme en la dificultad de los universales. Cada uno de los “objetos” acerca de los cuales estableci que fue parido por) mujer, en el caso especifico de lo que estoy hablando, refiere a un ser humano. {que existen o de los que han existido. Sin embargo, esta afirmacién no claust pensamiento pues no establece tna distincién excluyente —tal como demat ligica de los universales; antes bien, establece un rasgo compartido, Entonces, en. to también muchas clases de animales fueron y han sido paridos por las he1 sus respectivas especies de forma andloga a como lo hemos sido los seres hu podemos ampliar tal rasgo compartido a otros seres —u objetos— sin n mente confundirnos respecto a lo que deseamos expresar. O, mas interesante distinguiendo y/o ampliando aquello a lo que aludimos, segiin el significado) bbusquemos compartir. En cierto sentido, y vaya como comentario para no esp listas, en contraste con la técnica clésica fundada en el par universal/ parti cual basicamente distingue y clausura intentando capturar significados y deli conceptos (“el hombre como animal racional" seria wn ejemplo de esto); lat expresivo-lingtiistica de 1a generalizacién multiple se esfuerza por abrir la 1 del concepto —que ahora, en matematicas, sera un conjunto—, estableciendo rigurosidad su delimitacién y simulténeamente conservando su posibilidad neralizacién si se toma en cuenta algin nuevo rasgo compartido. Eintonces, siguiendo un proceso andlogo es legitimo que diga: algunos di seres humanos son varones y algunas de los seres humanos son mujeres. me estoy comprometiendo con ningi esencialismo pues simplemente estoy tatando que los seres humanos que somos, nacemos con al menos dos tipos de. pos. Si es cuestién de ser exhaustivas puedo afirmar que hay scres humano§ nacen con cuerpo de varon, que hay seres humanos que nacen con cuerpo de y que hay seres humanos que nacen con variadas clases de cuerpos hermafro un predicado existencial sobre un universal, Por lo demas, si admitimos que "la Después, puedo continuar indagando y notando distinciones que no invalidan Ja precisién o la rigurosidad de las afirmaciones previas. Es decir, cuando digo que existen mujeres que disponen para si de una gran cantidad de recursos y que se ¢omportan frecuentemente como varones, y afirmo que tales mujeres se pueden distinguir de otras mujeres que viven de su trabajo, que son indigenas 0 jévenes} tuuando introduzco distinciones de acuerdo con los fines de mi discurso, no por ello jniego la premisa inicial que afirma que algunos seres humanos nacemos con cuerpo de mujer, Lo mas importante: no oculto ni dejo de lado el hecho de que eso importa iva hora de desplegar cada trayectoria vital singular, El feminismo de la diferencia convoca a pensar desde ahi, es decir, sin volver tropezar con el problema de los universales y, simultineamente, esquivando el par Uuniversal/particular como nocién Logica rectora de los argumentos, es decir, des pplazindolo del sitio central dentro del canon logico-discursivo consagrado desde, al ‘menos, los tiempos de Tacita Muda.’ 1Qué significa pensar desde el lugar de los seres humanos que tenemos cuerpo de mujer, es decir, desde el lugar que podemos llamar “femenino” del mundo social? Decir que pensamos desde el lugar femenino del mundo nos compromete de i nediato con otra dificultad: explicar qué es tal cosa como «el lugar femenino del mundo». De inmediato podemos darnos cuenta de que podemos estar, otra vez, instalando un Ambito abstracto y universal 0, més bien, notamos que si expresa- mos de esa manera lo que queremos decir, regresaremos a un supuesto lugar de enunciacion universal sin tener otra forma de justificar su «diferencia» —con el candnico— que no sea aludiendo a una esencia. Sin embargo, ese no es el nico camino que podemos seguir. ‘A partir de las afirmaciones que ya hemos admitido: hay seres humanos con ‘cuerpo de varén y hay seres humanos con cuerpo de mujer; podemos proseguir dis- tinguiendo los diversos modos hist6ricos y culturales mediante los cuales se ordena tal distincién basica. No perdemos entonces lo que buscamos expresar: en todas Jus culturas y durante toda la historia hay y han habido seres humanos con cuerpo de mujer, que es, ademas, el cuerpo que tiene capacidad —real o potencial— de proctear, y también seres humanos con cuerpo de vardn, que han sido paridos por ‘luna mujer; y, ademas, todos estos seres humanos han organizado y vivido social- mente su ser varén o su ser mujer de maneras muy distintas. Llegados a este punto, El silencio femenino, es decir, la obligacién femenina de guardar silencio [puede ras uearse] como mito en la figura de Tacita Muda”, nos dice Eva Cantarella (1997: 21). Tacita Muda era una ninfa asediada por Jupiter, a Ia cual castig6 por indiscreta arrancéndole la lengua. Para colmo de males, cuando le encargo a Mercurio que la condujera al reino de los muertos para ser ahi confinada, éste la viol6 por lo cual parié un par de gemelos. Cualquier parecido con la realidad es més que coincidencia. 96 POLITICAS EN FEMENINO cl feminismo de la diferencia nos hace una sugerencia para distinguir al menos tres maneras en las que se ha organizado socialmente esta distincién de los cuerpos humanos 0 de los cuerpos humanos sexuados: polaridad, complemento y unidad (Rivera Garretas, 2002: 131 y ss.). Cabe notar que estos tres términos distinguen dle manera formal claves de los rasgos fundamentales que organizan la relacién entre cuerpos sexuados en distintas geografias y periodos histéricos susceptibles de estudio. Polaridad, complemento y unidad son, en tal sentido, atributos de relaciones osibles entre cuerpos sexuados. Y, por supuesto, a partir de tales clases distinguibles de_ telaciones se desenvuelven en el tiempo —con el paso de las generaciones— multi blicidad de sistemas sexo-género en los cuales, en mayor 0 menor medida se proce- san de manera diversa asimetrias, exclusiones y jerarquizaciones entre los hombres, y las mujeres singulares que habitan tales sistemas sexo-género especificos. Asi, Podemos encontrar formatos de relaciones sexo-genéricas altamente polarizadas como las de la Grecia clasica o las del Imperio romano, las cuales establecian ex: Clusiones y jerarquias explicitas para las mujeres; y también podemos distinguir otro tipo de jerarquizaciones, quizas andlogas en su drasticidad y rigurosidad en los formatos complementarios de las relaciones sexo-genéricas, que alin podemos ‘encontrar entre los pueblos indigenas de América Latina. El trayecto moderno de la lucha de las mujeres se ha orientado por el horizonte de la igualdad que, a fin de cuentas, nos propone un esquema unitario bajo el dominio del capital en el cual, ‘como ya se argumenté al inicio, las diferencias son reconocidas y pretendidament integradas, dando paso a nuevos y miltiples problemas; en especial, la cuestion de que variados asuntos relativos a la procreacién ocurren —todavia y por suerte—= fuera del ambito de las relaciones mercantiles y como procesos tendencialmente no comunes de creacién y cuidado de riqueza concreta que, sin embargo, asume la forma de “desacumulacién” de energia y riqueza abstractas, Desde un pensamiento de la diferencia sexual, que ademas centra la atencién n la produccién, defensa y teproduccién de lo comin, seria posible pensar, en tonces, algun tipo de esquema incluyente que no fuera tragado, de entrada, por la dicotomia universal/particular; esquema de inteleccién tendencialmente tambid espacio-temporal desde el cual hilvanar la sistematica producci6n y reproduccién Mundo no plenamente subsumido al capital en la cual muchas —y algunos— esti ‘mos empefiados. A mi juicio, en términos de la relacién entre varones y mujeres, ‘esquema tendria necesariamente que partir de una nocién complementaria, ponies lo especial cuidado en el desmontaje de cualquier tipo de jerarquizacién excluyent Para pensar en tal esquema, desde nosotras, desde los seres humanos con cuerpo Mujer, necesitamos, tal como ya lo estamos haciendo, en primer lugar criticar pra ‘eamente el esquema familiar moderno clasico que hemos heredado y, especialment la nocién misma de matrimonio, Sin embargo, esto se est mostrando claramet insuficiente a estas alturas de la historia, sobre todo #i habemos algunas que no qui Femos continuar produciendo “sociedades de Individuon” supuestamente neutros, Mas ALLA DEL FEMINISIO 7 De ahi la necesidad de volver a reflexionar y a producir formas renovadas de Jroduccién de lo comtin, con sus dinémicas internas y sus complejidades, afin de \imaginar, desde nosotras mismas, términos de inclusién equilibrados desde los ae los poder gestionar tanto nuestra diferencias de edad como las relaciones a exable: er con los varones. Ese es “el lugar eae ‘del mundo” desde el cual podemos ensar renovadas y polifonicas politicas en femenino, < Persie ec amkelog en el sentido de Bloch— o esos deseos —siguiendo a Ciga- tini—son vertientes hacia practicas politicas en femenino, tendencialmente descolo- hizadoras; las cuales, como condiciOn necesara, tienen que comprometerse con dl nis radical antipatriarcalismo y también, como condicién de ello, con E ute fensa J In produecién de To conmin a fin de desatar el mudo que ciera la red del dominio He capital y det predominio de lo masculino, Es deci, en tanto el predominio de Jo masculino est intimamente ligado a la acumulacién de capital, se trataria de pensar, desde nosotras mismas, en femenino, las variadas maneras de construit capa- tidad comén para sentimnos seguras y proteger nuestros haceres —auestro lugar, ilesmontando paso a paso el conjunto de sujeciones miltiples que nos atrapan, tacluyen o violentan. Se tata pues, en general, de producir lo comin moderna ¥ fra medida de cada convergencia compleja de mujeres y varones jévenes, desde la jena autonomia de cada quien. : Smeets csvidad de producir lo comin, que refuerza, respalda y Acoge a cada una de quienes lo producen, haciéndolo desde nosotras mismas ¥ ay Yanido los escollos que en el camino se encuentren es, a mi juicio, una Pa a ide generar paulatinamente una manera nueva —y ala vez antigua— de establecer Jolaciones mas satisfactorias, y mis © menos complementarias, con los varones n medio del actual desbarajuste patriarcal-capitalista de misoginia enloquecida, Finalmente, considero urgente también, pensar en otros términos la relacion “ser warte”, es decir, Ia relaciGn entre cada una y la trama vital de la que proviene y en I {que habita. Otra amplia y dificultosa temitica contemporanea, fembita impreg funda por las trabas del par particular/universa, es la relacin individuo/socieda individuo/comunidad, Abordar con nuevos lentes la manera en la que cada uni fot enlazada, tanto con una trama familiar de origen como con una red de afinidad § con algin formato institucional mas rigido, puede abrir nuevos aires a la coms rension de la relacién “ser parte”, sobre todo, porque ninguna de nosotras vive ida de todas las demas. Rie iacareaner —y en muchos casos nosotras mismas— han parido mu- ores y también varones; por eso es tan urgente volver a esforzarnos pot regenerar Y renovar maneras de estar juntos en el mundo, El camino es, a mi juicio, parti {i a conciencia plena de que habitamos y somos un cuerpo de mujer. Nombrar ¢ mundo desde ahi, sin miedo a las eriticas 0 alas dificultades, es un desaflo que vale J pena, en tanto es mucho lo que puede ser dicho. Puebla-México, agosto/ septiembre de 2012 98 POLITICAS EN FEAK BrntrocRAFia Benhabib, Seyla y Cornella Drocilla Comps.) (1990). Teoria feminist y toria critica, Valencia: Institucién valenciana destudis i investigacién. Cantarella, Eva (1997). Pasado préximo. Mujeres romanas de Ticita a Sulpicia, ‘Madrid: Citecra-Universidad de Valencia-Instituto de la Mujer CCigarini, Lia (1995). La politica del deseo. La diferncia femenina se hace historia. Barcelona: learia Antrazyt. Federici Silvia (2011). Calibin y la bruja. Mujeres, cuerpo y ace mulacién —originaria, Buenos Aires: Tinta Limén. hooks, bell (2004). “Mujeres negras. Dar forma a la teoria femi- nista”. En Oras ingpropiables, Feminismos desde las frontera, Varias autoras, Madrid: Traficantes de Suefios, Madrid, 2012. 2* edicién, Publicacién original: bell hooks, «Black Women: Shaping Feminist Theory», Feminise Theory fiom Margin to Cente, South End Press, 1984 Irigaray, Luce (2009), Bs sexo que noes ne. Madrid: Akal. “Muraro, Luisa (1994) Eonden simbéice de fa Madre. Madrid: Horas y Horas. Posadas Kubbissa, Luisa (2006). “De la diferencia como identidad: génesis y postulados contemporaneos del pensamiento de a ciferencia sexual” [En Araucaria N°16 volumen 8. Espafla: Universidad de Sevilla Rivera Garretas Maria Milagros (2002). El fraude dela iualdad. Buenos Ai- res: Libreria de Mujeres. ‘Traficantes de Suetios Comp. (2004). Otras inapropiables. Feminismos desde as “fronteras, Varias autoras, Madrid: Traficantes de Suefios.

También podría gustarte